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Tras años de desafiante resistencia, Kevin Spacey sale del armario justo tras ser acusado por el actor Anthony Rapp de acosarlo cuando era adolescente

Jueves, 2 de noviembre de 2017

kevin-spacey-anthony-rapp-getty_1509338324254_11508550_ver1-0El terremoto provocado por el caso Harvey Weinstein no remite. La salida a la luz de numerosas acusaciones de acoso sexual hacia el afamado y hasta hace pocas semanas influyente productor de cine está provocando una auténtica catarsis, y muchas personas que han sido objeto de acoso en sus lugares de trabajo se sienten de repente empoderadas para poner fin a años de silencio y denunciar los abusos sufridos. Hablamos fundamentalmente de mujeres acosadas por hombres, pero también de hombres víctimas de acoso por otros hombres. Es el caso del actor Anthony Rapp, abiertamente gay, que ha denunciado haber sido acosado nada más y nada menos que por Kevin Spacey. La reacción de este ha sido la de admitir implícitamente los hechos y, tras años de ocultamiento, hacer pública su condición de homosexual. 

En una entrevista con BuzzFeed hecha pública hace pocas horas, Anthony Rapp ha desvelado que en 1986, cuando tenía 14 años, Kevin Spacey (que entonces contaba con 26 años y era un actor teatral poco conocido) lo invitó a una fiesta a su apartamento. Ambos habían coincidido en una obra de Broadway (Rapp es actor desde los nueve años), por lo que el adolescente acudió con normalidad (“era una época diferente. Ibas a trabajar solo, te movías solo por el metro, ibas al teatro solo”, explica). El resto de los asistentes eran adultos, por lo que Rapp, aburrido, acabó en un dormitorio viendo televisión. Pasada ya la medianoche, se dio cuenta de que el resto de los invitados se habían marchado ya, así que decidió marcharse él también. En ese momento Kevin Spacey, con signos de embriaguez, se interpuso en la puerta, lo agarró y lo condujo a la cama. Allí, según recuerda Rapp, se tumbó sobre él y lo mantuvo sujeto durante un rato. “Estaba intentando seducirme. No sé si entonces lo verbalizaría así, pero intentaba enrollarse conmigo sexualmente”, explica.

Anthony Rapp, que se quedó “congelado”, según sus propias palabras, pudo zafarse de Spacey y encerrarse en el baño. Allí se recompuso, salió y se dirigio directamente a la puerta del apartamento. Spacey le siguió, preguntándole si de verdad quería marcharse. “Sí, buenas noches”, le contestó, y se marchó sin que Spacey se lo impidiese.

Durante los días siguientes, Anthony Rapp se planteó hablar con Spacey sobre lo sucedido, pero no lo llegó a hacer. Tampoco quiso revelarlo a su madre, al pensar que ello le hubiese llevado a iniciar una conversación con ella sobre su propia orientación sexual, algo para lo que aún no se sentía preparado. Los años pasaron, la fama de Spacey creció exponencialmente y Rapp, aunque consultó con un abogado (según el cual no existía “caso legal”), decidió finalmente mantener en secreto lo sucedido. Hasta estos días, cuando lo sucedido con Harvey Weinstein ha removido conciencias. “No se trata solo de contar lo que me pasó, sino de tratar de arrojar luz sobre décadas de un comportamiento que se ha permitido porque muchas personas, incluido yo mismo, hemos callado”, explica, con la esperanza de que testimonios como el suyo ayuden a cambiar las cosas.

La respuesta de Kevin Spacey no se ha hecho esperar: casi inmediatamente, el famoso actor publicaba en Twitter un breve comunicado en el que pese a asegurar que no recuerda lo sucedido admite implícitamente que lo que cuenta Rapp es verdad (escudándose, eso sí, en que estaba “borracho”). Spacey pide disculpas y aprovecha además para salir públicamente del armario como gay:

“Siento un gran respeto y admiración por Anthony Rapp como actor. Me siento más que horrorizado al escuchar su historia. Honestamente, no recuerdo el encuentro. Deben haber pasado más de 30 años. Pero si me comporté como él describe, le pido mis más sinceras disculpas por lo que fue un comportamiento absolutamente inapropiado mientras estaba borracho, le pido disculpas por los sentimientos que describe y con los que ha tenido que cargar todos estos años”, asegura.

“Esta historia me ha dado el valor para afrontar otros aspectos de mi vida. Sé que circulan historias sobre mí, muchas de ellas alimentadas por el hecho de haber sido tan celoso de mi privacidad. Como las personas más cercanas a mí saben, a lo largo de mi vida he tenido relaciones tanto con hombres como con mujeres. He amado y he tenido relaciones románticas con hombres, y a partir de este momento elijo vivir como un hombre gay. Quiero enfrentarme a esto de forma honesta y abierta, y ello empieza por examinar mi propio comportamiento”, añade.

Spacey llegó a acusar de “acoso” a los que especulaban sobre su homosexualidad

Corría el año 2010 cuando Kevin Spacey llegó a comparar el interés por su entonces supuesta orientación homosexual con el acoso que en muchos casos llegan a sufrir los adolescentes LGTB. Fue en una entrevista para Daily Beast y en respuesta a las preguntas del escritor y periodista abiertamente gay Kevin Sessums. “Nosotros los gais siempre hemos estado orgullosos de considerarle miembro de nuestra tribu, pero usted no no ha correspondido. ¿Por qué?”, le preguntó. “Mire, puedo haber vivido en Inglaterra los últimos años, pero todavía soy un ciudadano americano, y no he renunciado a mi derecho a la privacidad”, le cortó en seco Spacey.

Al objetarle Sessums que los heterosexuales no consideran su orientación una cuestión privada, Spacey respondió: “creo que hemos visto a adolescentes gais suicidarse, porque el acoso es angustioso. Creo que la gente joven, si creen estar confusos, lo que necesitan saber es que hay personas con las que pueden hablar, que hay lugares a los que dirigirse y no sentirse solos. Pero siento que ellos tienen tanto derecho como yo a no ser acosados. Y no entiendo porque la gente dice ‘es terrible lo que le pasa a este joven cuya vida está siendo expuesta’ y luego se da la vuelta y señala a otra persona”. “La gente tiene diferentes razones para vivir sus vidas como las viven, no puedes poner las razones de todo el mundo en el mismo cesto. Hay una línea que yo ne he cruzado y que nunca cruzaré”, añadía.

Sessums le respondió que no creía que preguntar por la orientación sexual fuese equiparable al bullying homofóbico. “Usted es un hombre adulto acomplejado, no un adolescente temeroso”, le espetó, para acto seguido preguntarle si estaría dispuesto a pareticipar en una campaña contra el acoso homofóbico como “It Gets Better“Por supuesto que lo haría. Pero ¿por qué en este país los chicos piensan que está bien acosar y burlarse de alguien? Le diré por qué, porque es lo que ven en los medios todo el tiempo”, justifica. “Si dejamos de usar la sexualidad como arma contra las personas, quizá todo el mundo acabe por perder el interés por ello”, respondió.

¿Salida del armario sincera o miserable cortina de humo?

En condiciones normales, hubiéramos saludado la salida del armario de Kevin Spacey como una valiosa muestra de visibilidad por parte del que sin duda es un gran actor. Sin embargo, su historial de negación explícita, incluso desafiante, y el hecho de que haga pública su condición tras ser acusado de acoso sexual por parte de un menor nos hace preguntarnos si en realidad no nos encontramos ante una “ingeniosa” solución para arrojar balones fuera, cuando no de una miserable cortina de humo. En este sentido no podemos sentirnos cómodos con la noticia.

Lo que sí tenemos claro es quién es en este caso la verdadera víctima: Anthony Rapp, que siendo adolescente tuvo que sufrir una situación tan desgarradora y que, él sí, cuenta desde el primer momento con todas nuestra simpatías.

Fuente Dosmanzanas

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