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Italia: aprueban decretos pendientes para la Ley de Unión Civil

Sábado, 21 de enero de 2017
Comentarios desactivados en Italia: aprueban decretos pendientes para la Ley de Unión Civil

29190_beso-pareja-hombres-roma-coliseoEl Consejo de Ministros italiano presidido por Paolo Gentiloni, aprobó los tres decretos pendientes para la aplicación de la Ley de Uniones Civiles referida al matrimonio de parejas del mismo sexo.

En Italia, la legislación sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo fue aprobada por el parlamento el 11 de mayo de 2016. Este histórico hecho, ocurrió 30 años después de la presentación del primer diseño de ley por el entonces grupo ‘Interparlamentarias mujeres comunistas’ y Arcigay, en la Cámara de Diputados y el Senado. Pero aún quedaban tres decretos pendientes para la aplicación de la Ley de Uniones Civiles referida al matrimonio de parejas del mismo sexo. La noticia tiene aún más relevancia debido a la implicancia religiosa y social del país en donde se encuentra el Vaticano.

Según amplía Diario Registrado, el Consejo de Ministros italiano presidido por Paolo Gentiloni, aprobó estos tres decretos pendientes.

Al comunicar la decisión a través de una de las redes sociales, el ministro de Justicia, Andrea Orlando, explicó que “Esta decisión representa para Italia un giro hacia la civilización”.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Boldrini, afirmó que “gracias a esos decretos en Italia habrá menos discriminaciones”.

Asimismo, el secretario nacional de la ‘Asociación lésbica y gay italiana’ (Arcigay), Gabriele Piazzoni, confirmó que con la aprobación de los tres decretos, la Ley de Uniones Civiles ‘entra definitivamente en nuestro ordenamiento’.

Cabe recordar que el 11 de mayo de 2016 la votación definitiva concluyó con 372 votos favorables, 51 contrarios y 99 abstenciones. La aprobación de la ley fue celebrada con un aplauso en la cámara baja por miembros del Partido Demócrata, que lidera Renzi, quien precisamente al principio de la jornada había afirmado que iba a ser “un día de fiesta para mucha personas”, según publicaba Revasa.

“Estamos muy contentos, es un día de fiesta para todos los italianos. (…) Hemos dado una respuesta después de años no solo en relación a los derechos sino a los sueños y expectativas de tantas personas”, declaró la ministra para las Reformas Constitucionales, Maria Elena Boschi, a la salida de la Cámara de los Diputados. Después de meses de largos debates parlamentarios y numerosas enmiendas presentadas, Italia sumó a su ordenamiento jurídico una ley que concede a las parejas homosexuales las mismas obligaciones y la mayor parte de los derechos de los matrimonios convencionales, aunque sin el derecho de adoptar niños.

Fuente Universogay

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Italia aprueba una descafeinada ley de uniones entre personas del mismo sexo sin derecho a la adopción

Viernes, 13 de mayo de 2016
Comentarios desactivados en Italia aprueba una descafeinada ley de uniones entre personas del mismo sexo sin derecho a la adopción

29190_beso-pareja-hombres-roma-coliseoTras años de espera, Italia ha aprobado por fin una ley de uniones civiles entre  personas del mismo sexo. Es una buena noticia, sin duda. No obstante, la aprobaciòn ha sido posible solo después de que el Gobierno de Matteo Renzi (Partido Democrático, PD) aceptase descafeinar el proyecto inicial, retirando la posibilidad de que en el seno de una pareja del mismo sexo uno de los miembros de la pareja pudiese adoptar a los hijos del otro miembro y modificando aspectos simbólicos para acentuar las diferencias entre uniones civiles y matrimonio.

El proyecto, tal y como informamos en su momento, fue aprobado en febrero por el Senado, cámara en la que el Gobierno italiano tiene un respaldo menor y en la que los contrarios a los derechos LGTB presionaron para reformar a la baja el proyecto inicialmente presentado por la senadora Monica Cirinnà. Renzi acabó por ceder a las presiones, y el proyecto fue aprobado por 173 votos a favor y 71 en contra. Pasó entonces a la Cámara de Diputados, donde en teoría no debía tener dificultades para ser aprobado. Pero no ha resultado tan sencillo: más de dos meses después el proyecto seguía enquistado. Finalmente Renzi se ha visto obligado a forzar un órdago: a primera hora de la tarde de este miércoles se sometía a una moción de confianza vinculada a que el proyecto no sufriese más dilaciones. La moción fue aprobada por 369 votos a favor, 193 en contra y 2 abstenciones. Despejada la duda, poco después se sometía a votación el texto, aprobado finalmente por 372 votos a favor, 51 votos en contra y 99 abstenciones.

La propuesta original presentada por la senadora Cirinnà en junio de 2014 reconocía a las parejas del mismo sexo derechos civiles, patrimoniales y sociales similares a los del matrimonio, aunque no la adopción conjunta. Como gran paso adelante, sin embargo, sí que permitía, bajo ciertas circunstancias, la adopción por parte de uno de los miembros de la pareja de los hijos que ya tenga el otro miembro de la pareja (bautizada en Italia con el anglicismo stepchild adoption). La tramitación del proyecto, sin embargo, no se aceleró hasta después del histórico referéndum irlandés sobre el matrimonio igualitario, cuando el primer ministro Renzi (Partido Democrático, PD) declaró que “las uniones civiles no pueden retrasarse más”. Curiosamente, el propio Renzi era el que había actuado hasta entonces como freno al proyecto, pese a que el Parlamento salido de las elecciones de 2013 no debería haber tenido, de acuerdo a las posiciones defendidas por los partidos en ese momento, especiales dificultades para aprobarlo.

Hasta su aprobación por el Senado Renzi intentó, sin éxito, llegar a un acuerdo con su socio principal de gobierno, el Nuevo Centro Derecha de Angelino Alfano (actual ministro del Interior), que prefería una regulación de menor nivel que no contemplase la stepchild adoption. Renzi, cuya primera y más importante dificultad era la división interna en su propio partido (una amalgama de democristianos, centristas, socialdemócratas y socialistas, y cuyo sector católico sigue siendo especialmente influyente), se vio finalmente abocado a dejar de lado a Alfano y confiar en que a una supuesta mayoría de parlamentarios del PD se sumasen diversas fuerzas menores de izquierda y sobre todo el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo (M5S), que se había mostrado a favor del proyecto. No fue suficiente. El M5S se negó a validar la denominada “enmienda supercanguro”, un procedimiento parlamentario abreviado que tiene como objeto rechazar de un plumazo y sin discusión numerosas enmiendas menores, al que ese partido se opone por principio. Ello abocaba a un proceso de discusión más prolijo, y lo que en último término era lo que buscaba Grillo, acentuaba la división interna entre los senadores del PD, a los que Renzi pensaba dejar libertad de voto por lo que a la stepchild adoption se refiere. El propio M5S había decidido también, después de las recientes y masivas movilizaciones populares tanto a favor como en contra del proyecto, dar libertad de voto a sus senadores en lo referente a este punto.

La discusión quedó así suspendida mientras partidarios y detractores reagrupaban sus fuerzas. Matteo Renzi, sin embargo, no quiso dejar pasar más tiempo y finalmente aceptó descaifenar el proyecto en el sentido en el que le reclamaban tanto el sector católico de su partido como la derecha. El resto, ya lo hemos contado arriba.

¿Por qué es un proyecto descafeinado?

La ley finalmente aprobada no contempla ni siquiera la stepchild adoption. Las parejas del mismo sexo con hijos, por tanto, seguirán estando obligadas a acudir a la justicia italiana caso por caso para hacer valer sus derechos. Y es que los jueces italianos, salvo excepciones, se están mostrando más sensibles que la clase política de ese país hacia la realidad familiar de las personas LGTB. La propia stepchild adoption, por ejemplo, ha sido ya reconocida por varios tribunales.

Un detalle menor para algunos pero especialmente simbólico, y que deja bien claro el afán de los legisladores homófobos por dejar su impronta en el proyecto, ha sido la supresión de la “obligación de fidelidad” que, del mismo modo que la ley italiana exige a las parejas casadas, el proyecto inicial de Cirinnà exigía a las parejas del mismo sexo unidas civilmente. Por curioso que parezca, se trataba de un aspecto que había sido especialmente criticado por los contrarios al proyecto porque en su opinión hacía prácticamente indistinguible a esta institución de la del matrimonio. Eliminarlo supone, en cierto modo, oficializar que la relación afectiva que se le supone a dos personas del mismo sexo unidas civilmente es de peor calidad que la que se le supone a una pareja de distinto sexo casada.

De hecho, las uniones civiles italianas entre personas del mismo sexo son consideradas jurídicamente una “formación social específica”, término que nadie sabe muy bien qué significa, pero que fue introducido con objeto de configurarlas como una rareza que las diferencie, por ejemplo, de matrimonio.

Buena noticia, al fin y al cabo

La aprobación de la ley, en cualquier caso, supone que por fin Italia, el último gran país de Europa occidental en hacerlo, reconoce las parejas del mismo sexo (hasta Chipre o Grecia, dos países de tradición ortodoxa, la habían adelantado ya). De “paso histórico” la ha calificado el colectivo italiano Arcigay. También ILGA Europe se ha congratulado, reconociendo el 11 de mayo como un “día importante para el movimiento LGTBI italiano”, aunque la organización europea insiste en que no puede ser el último paso al haber quedado fuera las familias homoparentales.

El Partido Demócrata ha celebrado al decisión con un aplauso y el propio Matteo Renzi, para quien esta medida era uno de sus compromisos con sus votantes, ha señalado que era un «día de fiesta. Italia ha dado un paso hacia adelante». Así lo resume el propio Renzi en su muro de Facebook:

Hoy es un día de fiesta para muchos. En estas horas decisivas tengo junto a mi corazón el pensamiento y el recuerdo de Alessia [Ballini, alcaldesa de San Piero a Sieve, luchadora por los derechos de los homosexuales, fallecida en 2011]. Y esto me basta. Porque las leyes son hechas para las personas, no para las ideologías. Para quien ama, no para quien proclama. Lo hacemos poniendo la moción de confianza porque ya no se podía retrasar más después de años de intentos fallidos. Lo hacemos con humildad y valentía”.

Las celebraciones han llegado tanto por parte de colectivos LGTB, como por parte de otros miembros del gobierno, como María Elena Boschi, ministra para las Reformas Constitucionales, quien reiteraba que se trata de «un día de fiesta para todos los italianos (P). Hemos dado una respuesta después de años, no sólo en relación a los derechos, sino a los sueños y expectativas de tantas personas». En la misma línea, Roberta Pinotti, ministra de Defensa, publicaba en Twitter que «finalmente Italia podrá tener una ley sobre las uniones civiles. Más derechos y más serenidad para quienes se aman. Ahora estamos al mismo nivel que Europa».

Renzi no ha dejado de advertir que «nadie tiene derecho a no aplicar la ley», adelantándose a quienes se negaran a confirmar una unión civil entre homosexuales, dado que « los municipios tienen la obligación de ponerla en práctica». De la misma manera, tampoco le preocupa perder el respaldo de los votantes católicos, respondiendo que cuando hay cosas que hacer, se hacen. La ley aprobada no sólo reconoce las uniones de parejas del mismo sexo, sino que garantiza a ambos cónyuges derechos similares a las parejas heterosexuales en lo que respecta a pensiones, vivienda y herencias, así como visitas hospitalarias y hasta a llevar el mismo apellido.

Tampoco han faltado las voces críticas con la aprobación de esta ley, como los ultraderechistas de Liga Norte, Matteo Salvini y Massimiliano Defriga, mientras el primero hace un claro llamamiento a la desobediencia por parte de los alcaldes de su formación, el segundo sostiene que esta ley representa un ataque directo contra la familia. Más moderada se posiciona Giorgia Salvini, de la formación conservadora Hermanos de Italia, que ha declarado que respetará la ley, pero no celebrará personalmente ninguna unión homosexual.

No deja de ser triste, en cualquier caso, el espectáculo ofrecido por la clase política italiana a lo largo de los últimos meses, y que demuestra hasta qué punto los derechos de una minoría se han convertido en moneda de cambio, con un Renzi más preocupado de mantener unido a su partido o un M5S más preocupado de dejar en evidencia dicha división interna que de los derechos de las familias homoparentales, que siguen estando desprotegidos.

Enhorabuena en cualquier caso al colectivo LGTB italiano por lo conseguido, que no es poco. A celebrarlo hoy y a luchar por nuevos avances mañana.

Fuente Dosmanzanas/UniversoGay, Chueca/Agencias

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El Senado italiano aprueba la Ley de Unión Civil que ignora a las familias homoparentales

Lunes, 29 de febrero de 2016
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33448_senado-italiaLa ley se someterá a votación en el Congreso en dos meses

El texto mantiene el requisito de ayuda recíproca moral y material, la pensión de supervivencia, el permiso de residencia para el cónyuge extranjero y también la posibilidad de adquirir el apellido del compañero.

Sin embargo elimina la obligación de fidelidad, un tema emblemático para las asociaciones de defensa de los homosexuales.

La califican una “versión descafeinada” del matrimonio igualitario porque deja fuera el aspecto más controvertido, la posibilidad de adopción de los hijos naturales de uno de los miembros de la pareja pero no deja de ser un hito en un país donde la opinión del Estado Vaticano cuenta y mucho. Al final el primer ministro, Matteo Renzi, ha optado por someter el texto a una moción de confianza, que ha salido adelante con el voto favorable de 173 senadores, mientras que otros 71 han votado en contra. Los representantes del Movimiento Cinco Estrellas han abandonado la sala antes de la votación. De haber salido mal, Renzi se hubiera visto obligado a dimitir, después del acuerdo cerrado este miércoles entre el Partido Democrático, al que pertenece, y Nuevo Centro Derecha (NCD), su principal socio de coalición. El texto deberá ser votado ahora en la Cámara de Diputados.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, aceptaba descafeinar la propuesta de ley de uniones civiles como única forma de desatascar su aprobación por el Senado y superar la división interna de su propio partido. Finalmente ha sido retirada la “stepchild adoption”, es decir, la posibilidad de que en el seno de una pareja del mismo sexo uno de los miembros de la pareja pueda adoptar a los hijos del otro miembro. Renzi también ha aceptado modificar algunos aspectos “simbólicos” para acentuar las diferencias entre uniones civiles y matrimonio. El proyecto ha sido aprobado finalmente por 173 votos a favor y 71 en contra. Ahora debe ser discutido por la Cámara de Diputados, donde no se esperan sorpresas.

La aprobación de una ley que reconozca las parejas del mismo sexo en Italia está siendo especialmente largo y trabajoso, y eso que ni siquiera estamos hablando de una ley de matrimonio igualitario, posibilidad a día de hoy imposible en Italia, el país de Europa occidental en el que la Iglesia católica sigue conservando una mayor influencia. Como en entradas anteriores hemos detallado, la propuesta que inicialmente estaba sobre la mesa era la presentada por la senadora Monica Cirinnà en junio de 2014, que reconocía a las parejas del mismo sexo derechos civiles, patrimoniales y sociales similares a los del matrimonio, aunque no la adopción conjunta. Como gran paso adelante, sin embargo, sí que permitía, bajo ciertas circunstancias, la adopción por parte de uno de los miembros de la pareja de los hijos que ya tenga el otro miembro de la pareja (bautizada en Italia con el anglicismo stepchild adoption).

La tramitación del proyecto, sin embargo, no se aceleró hasta después del histórico referéndum irlandés sobre el matrimonio igualitario, cuando el primer ministro Renzi (Partido Democrático, PD) declaró que “las uniones civiles no pueden retrasarse más”. Curiosamente, el propio Renzi era el que había actuado hasta entonces como freno al proyecto, pese a que el Parlamento salido de las elecciones de 2013 no debería haber tenido, de acuerdo a las posiciones defendidas por los partidos en ese momento, especiales dificultades para aprobarlo. El proyecto recibía por fin la aprobación de la Comisión de Justicia del Senado en mayo pasado, aunque finalmente no ha llegado al pleno del Senado hasta ya bien entrado 2016.

En todo este tiempo, Renzi ha intentado sin éxito llegar a un acuerdo con su socio principal de gobierno, el Nuevo Centro Derecha de Angelino Alfano (actual ministro del Interior), que rechazaba el proyecto de Cirinnà y prefería una regulación de menor nivel que no contemple la stepchild adoption. Renzi, cuya primera y más importante dificultad era la división interna en su propio partido (una amalgama de democristianos, centristas, socialdemócratas y socialistas, y cuyo sector católico sigue siendo especialmente influyente), se vio finalmente abocado a dejar de lado a Alfano y confiar en que a una supuesta mayoría de parlamentarios del PD se sumasen diversas fuerzas menores de izquierda y sobre todo el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo (M5S), que se había mostrado a favor del proyecto. Pero no fue suficiente. El M5S se negó a validar la denominada “enmienda supercanguro”, un procedimiento parlamentario abreviado que tiene como objeto rechazar de un plumazo y sin discusión numerosas enmiendas menores, al que ese partido se opone por principio. Ello abocaba a un proceso de discusión más prolijo, y lo que en último término es lo importante, acentuaba la división interna entre los senadores del PD, a los que Renzi pensaba dejar libertad de voto por lo que a la stepchild adoption se refiere. El propio M5S había decidido también, después de las recientes y masivas movilizaciones populares tanto a favor como en contra del proyecto, dar libertad de voto a sus senadores en lo referente a este punto.

La discusión quedaba así suspendida mientras partidarios y detractores reagrupaban sus fuerzas. Matteo Renzi, sin embargo, no ha querido dejar pasar más tiempo, y esta misma semana daba su brazo a torcer y aceptaba descaifenar el proyecto en el sentido en el que le reclamaban tanto el sector católico de su partido como la derecha. La senadora Laura Cantini, del PD, plasmaba la reforma en una “maxienmienda que contaba por el fin con el visto bueno mayoritario de la cámara y que recibía 173 votos favorables y 71 contrarios (los senadores del M5S prefirieron abandonar la votación en señal de protesta por el giro de los de Renzi).

Ahora el proyecto debe recibir el visto bueno de la Cámara de Diputados, donde Renzi dispone de un margen más cómodo que en el Senado, y donde en principio no se esperan modificaciones significativas del texto.

Fuera, la stepchild adoption y la “obligación de fidelidad”

La aprobación del proyecto en el Senado deja al colectivo LGTB italiano con una sensación agridulce. Por un lado, supone la vía libre a que por fin Italia, el último gran país de Europa occidental en hacerlo, reconozca las parejas del mismo sexo (hasta Chipre o Grecia, dos países de tradición ortodoxa, a la que se le supone una mayor hostilidad hacia las relaciones entre personas del mismo sexo, la habían adelantado ya). Por otro, lo sucedido estas últimas semanas en el Senado demuestra hasta qué punto los derechos de una minoría se han convertido en moneda de cambio del juego político italiano, con un Renzi más preocupado de mantener unido a su partido o un M5S más preocupado de dejar en evidencia dicha división interna que de los derechos de las familias homoparentales, que siguen estando desprotegidos.

Las parejas del mismo sexo con hijos, por tanto, seguirán estando obligadas a acudir a la justicia italiana caso por caso para hacer valer sus derechos. Y es que los jueces italianos, salvo excepciones, se están mostrando más sensibles que la clase política de ese país hacia la realidad familiar de las personas LGTB. La propia stepchild adoption, por ejemplo, ha sido ya reconocida por los tribunales en el caso de una pareja de mujeres, residente en Roma desde el año 2003, que tuvo una hija mediante reproducción asistida en un país extranjero, donde también contrajeron matrimonio (no reconocido en Italia). Con posterioridad, reclamaron ante la justicia italiana la adopción del menor por parte de la madre no biológica.

Un detalle quizá menor para algunos pero especialmente simbólico, y que deja bien claro el afán de los senadores homófobos por dejar su impronta en el proyecto, ha sido la supresión de la “obligación de fidelidad” que, del mismo modo que la ley italiana exige a las parejas casadas, el proyecto inicial de Cirinnà exigía a las parejas del mismo sexo unidas civilmente. Por curioso que parezca, se trataba de un aspecto que había sido especialmente criticado por los contrarios al proyecto porque en su opinión hacía prácticamente indistinguible a esta institución de la del matrimonio. Eliminarlo supone, en cierto modo, oficializar que la relación afectiva que se le supone a dos personas del mismo sexo unidas civilmente es de peor calidad que la que se le supone a una pareja de distinto sexo casada.

Tras la aprobación del texto en la Cámara alta, la senadora Cirinná ha sido ovacionada por los miembros del Partido Demócrata, a pesar de que el texto aprobado parece no contentar ni al movimiento activista LGTBI ni a los sectores ultracatólicos y conservadores.

El ministro del Interior y líder de NCD, Angelino Alfano, ha celebrado este jueves desde Bruselas el acuerdo alcanzado. “Ha sido un bonito regalo a Italia haber impedido que dos personas del mismo sexo, algo que impide la naturaleza, tuvieran la posibilidad de tener un hijo. Hemos impedido una revolución contra natura y antropológica, creo que ha sido un resultado nuestro “, ha comentado en unas declaraciones que no han sido bien recibidas en las filas del PD.

“Creo que debería prevalecer el buen sentido también en las declaraciones. El regalo a Italia es decir que no hay ciudadanos de clase B. Y esta ley va en la dirección justa”, ha subrayado la ministra para las Reformas, Maria Elena Boschi.

Grupos católicos y conservadores insistían en que “un niño debe tener un papá y una mamá”. Si una pareja del mismo sexo desea adoptar, ahora no le quedará otro remedio que recurrir a los tribunales. Tal vez allí encontrará alguna puerta abierta.

Italia es el único país de la Europa Occidental que se encontraba en esta situación de limbo jurídico de las parejas del mismo sexo. El documento de ley lleva el nombre de la senadora del Partido Democrático que lo impulsó, Monica Cirinnà.

Las modificaciones introducidas en el proyecto de ley han tenido como principal objetivo hacer el texto digerible para la formación conservadora Nuevo Centroderecha, liderada por el ministro de Interior, Angelino Alfano. Éste aclaró que su partido “no rechaza los derechos de los homosexuales, aunque sí es contrario a las adopciones y a la equiparación de sus uniones con el matrimonio”.

En definitiva, y como la propia ILGA Europe ha reconocido en un comunicado, un paso adelante que es bienvenido pero que se demuestra insuficiente.

Fuente Agencias, Dosmanzanas, Cáscara Amarga, Chueca.com, Ragap

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