Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Inocencia’

Superioridad. Son los inocentes los que más ilusiones guardan.

Sábado, 2 de julio de 2022
Comentarios desactivados en Superioridad. Son los inocentes los que más ilusiones guardan.

62974cb945df0_yasmin-dangor-zMOOOXuitFI-unsplash

Imagen de Yasmin Dangor en Unsplash.

Del blog de Isabel Pabón Tus ojos abiertos:

MADRE, tu niña es una tonta. ¡Qué simple es la pobre! ¡No sabe distinguir las luces de la calle de las estrellas!

Si jugamos a comer chinitas, se cree que son comida de verdad y quiere tragárselas. Si le pongo mi libro delante y le digo que tiene que aprender el abecé, raja las hojas y luego berrea de alegría como si hubiera hecho una gran cosa. La regaño entonces sacudiendo la cabeza y le digo que es muy mala… Y vuelve a reír, y se cree que estamos jugando a un juego muy divertido.

Todo el mundo sabe que papá no está aquí. Pero si yo, por jugar, grito: ¿Papá!, mira como una loca alrededor y cree que papá está a su lado. Cuando le estoy yo dando clase a los borricos de la lavandera que viene por la ropa y le digo a tu niña que soy el maestro, se pone a gritar sin más y me llama “¡Dada, Dada!”.

Luego tu niña quiere coger la luna. A ganes le dice Ganus y se figura que es una gracia muy grande. ¡Qué simple es la pobre! Madre, tu niña es una tonta.

(Tomado del libro La Luna Nueva, Tagore)

Aquí tenemos el ejemplo de superioridad que se transforma en quejas a una madre sobre su hija soñadora, una historia que bien puede aplicarse al comportamiento de supremacía que poseemos, ya sea de manera constante o esporádica, tanto con los mayores como con los pequeños. Nos envalentonamos ante cualquier débil que no demuestra maldad. Aceptamos la indefensión como motivo para jactarnos. Sin embargo, son los inocentes los que más ilusiones guardan.

Bienaventurados los que ven estrellas en la luz de las farolas.

Bienaventurados los que viven inocentes su pobreza.

Bienaventurado los que llevan su propia iniciativa a la hora de aprender.

Bienaventurados los que no se toman a risa los insultos que reciben.

Bienaventurados los que creen que lo imposible puede hacerse realidad.

Bienaventurados los que reconocen a los otros como dignos.

Bienaventurados los que ven la luna al alcance de su mano.

Bienaventurados los que buscan provocar la sonrisa.

Bienaventurados los que no tienen maldad.

***

Fuente Protestante Digital

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

La nueva inocencia.

Jueves, 24 de junio de 2021
Comentarios desactivados en La nueva inocencia.

Del blog Amigos de Thomas Merton:

1011862_698651563500768_1532860988_n

 “La inocencia, una vez perdida, no se puede recuperar. La esencia del paraíso, vuelvo a hablar simbólicamente, es su pérdida. Y la tentación del paraíso es quererlo recuperar; por eso la bondad del Dios bíblico puso allí un ángel con una espada de fuego que impide volver al paraíso. En caso contrario, sería el infierno. Esta es la aventura humana, la aventura del cosmos: ser arrojados fuera de Dios, fuera del paraíso. El paraíso, es verdad, tiene una fuerza extraordinaria, pero como algo que se ha perdido. La tentación suicida es la nostalgia.

Para decirlo paradójicamente: el regressus de la teología medieval no es volver al punto desde el que ha empezado el egressus: el Dios al que se vuelve no es el Dios desde el cual se ha partido, ni siquiera en el pensamiento. Una vez fuera del paraíso, una vez perdida la inocencia, no se la puede recuperar. Veinte siglos de cristianismo han apostado por una vía para tratar de superar esta situación. La palabra clásica es redención. ¿Podemos redimir la situación, la caída, el paraíso perdido?…

En Cristo, nueva criatura, lo que puede ser real es la nueva inocencia. Tan nueva, que no sabemos siquiera que la hemos perdido. No se trata pues, de una segunda inocencia, sino de una nueva inocencia: no es volver al statu quo ante. Esto es pesimismo; es un espejismo de los orígenes.

Si el hombre fuera solamente historia, lo pasado sería pasado, y por tanto no podríamos decir que no ha pasado y que nosotros no nos acordamos ahora de ello. Eramos inocentes y ya no lo somos, y ahora queremos recuperar esa inocencia. Si somos solamente historia, esto es imposible. Sólo la conciencia de la radical novedad de cada momento de la existencia y de la accidentalidad de la historicidad en la realidad nos lleva a hacer posible, o al menos no contradictoria, esta nueva inocencia, que creo que es la única esperanza de la humanidad…”.

*

Raimon Panikkar

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

El esplendor de lo ínfimo.

Jueves, 25 de septiembre de 2014
Comentarios desactivados en El esplendor de lo ínfimo.

splendeur-de-linfime
Dios es la Inocencia,
Sin por qué:
Él es.
¡Excesiva desnudez de los almendros blancos,
Locura de la azucena de los campos!
El efímero deslumbramiento infinito
Y da testimonio de su fuego escondido.
¿Pero quién puede sostener
El esplendor de lo ínfimo?
Qué la admiración nos deslumbre a nosotros mismos
Entonces nada se marchita, ni la rosa ni la infancia.
Es la inalterable sonrisa de la Eternidad
Reflejada en la incandescencia de una transparencia pura.
Vida extasiada,
fluyendo en la alegría del don que es.
Alabanza de gracia
Diafanía del Verbo de toda belleza.
*
© Eric de Rus, El canto del fuego, Atlantica, 2009

***

 

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , , , , , , ,

Recordatorio

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Yo, por supuesto, a petición de los autores, eliminaré el contenido en cuestión inmediatamente o añadiré un enlace. Este sitio es gratuito y no genera ingresos.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un lugar de entretenimiento. La información puede contener errores e imprecisiones.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.