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1.1.2015. Viene el Año Nuevo de Jesús en la patera

Jueves, 1 de enero de 2015
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10609452_1534245353501812_3919569973920390645_nDel blog de Xabier Pikaza:

Decimos a.D. (Año del Dominus, Cristo), y d.C. (después de Cristo) o a.C. (año común o de Cristo), aunque hay otras eras y cómputos del tiempo, como la judía o musulmana, la maya o la de china. Pero estamos en occidente y, de un modo casi universal, celebramos hoy (1.1.2015) el comienzo del Año Solar, que es también Año de Cristo.

Que el 2015 sea el año de la Madre María, mujer africana, que nos trae el gran regalo de su Hijo (una Estrella, una promesa), con José (patriarca también africaco), en la patera de la muerte convertida en Barca de la Vida (como supone Mt 1-2, donde se dice que Jesús fue a Egipto a celebrar la primera Navidad).

El gran occidente de los rascacielos no tiene no tiene ningún regalo de verdad para ese Niño del Año Nuevo… Son ellos, María y José, los africanos con el Niño, los que pueden traernos en su Barca el gran regalo de un Año Nuevo, el Niño que es promesa de vida. Así celebra la liturgia católica (1.1.2015) esta fiesta de Santa María del Año Nuevo.

Desde ese fondo trataré en esta postal los años que pasan y del año de Cristo, que queda, con la Madre de la Barca y el Padre del cayado

Ésta es una fiesta universal, del Nuevo Año Solar, que en el hemisferio norte coincide con el solsticio de invierno, se ha celebrado desde antiguo en casi todos los pueblos. Es la fiesta del Sol que se renueva y vuelve a recorrer su giro celeste cada año, tras haber descendido sobre el horizonte. El sol vuelve a nacer (a subir, a calentar más) y es de sabios y de agradecidos celebrarlo. En ese sentido, ésta es una fiesta cósmica, pagana.

Para los cristianos, esta fiesta del Sol que re-nace cada año es signo del Nacimiento de Cristo, que ha venido y sigue viniendo, en la Barca de Dios, traído por María y José, para alumbrar a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte… (Lc 1, 78). Nosotros, los hombres de los grandes rascacielos, necesitamos el don de la vida, que nos ofrecen los Tres de esta Barca. Ellos, los pobres del mundo, nos traen la gran riqueza de Dios que es la vida. Una vez más, la Navidad empieza por África, como fue al comienzo de la vida humana.

En la imagen aparece el Cristo de la Patera de Belén, con José y María. Ellos mismos son (ellos trae) el signo/estrella de los Reyes de Verdad, Justicia y Comunión a todos los pueblos, de manera que podamos celebrar ya el 2015 como Año de la Vida de Dios y de los hombres en la tierra. La imagen proviene de ACO. Baix Llobregat FB. Felicidades a quien la ha pintado (¡gracia, autor!) y a todos los que sigan leyendo, y a todos los que tendrán la gracia de vivir a lo largo de este Año de Graca 2015.

Los cristianos antiguos separaron los dos días

José y María nos traen desde África el Año Nuevo, vinculado al Nuevo Sol en el Solsticio del hemisferio norte, pero “encarnado” en Jesús. En principio era una sola fiesta (toda una semana, del 25.12 al 1.1… Pero los cristianos la dividieron en Dios:

(a) Celebraron primero el Nacimiento de Jesús (25, 12), al comienzo de la Gran Semana, el día “aproximado” del solsticio de invierno.

(b) Celebraron la octava del Nacimiento de Jesús (1,1) como nacimiento del año del sol y dedican este día a la memoria de Santa María, “la madre humana del Sol que nace de lo alto”.

Estas fiestas han sido ajustadas cuidadosamente, a partir del calendario romano (llamado Juliano, por estar patrocinado por Julio César), que fue actualizado por el Papa Gregorio XIII, el año 1582, por causas astronómicas (se habían desajustado los días del año) y, sobre todo, por causas litúrgicas (para que la Navidad cayera en el Solsticio de Invierno y la pascua en el equinoccio de la primavera).

Con esta reflexión quiero felicitar a todos los amigos y lectores de mi blog, por el nuevo año solar, que en nuestro cómputo es el 2015 del nacimiento de Cristo, que habría sucedido el año “0”, aunque en realidad el nació hacia el 6. a.C. (Dionisio el Exigió, buen monje, pero mal historiador calculó mal la fecha…), de manera que hoy deberíamos estar ya en el 2021.

Esta postal se divide en dos partes. La primera ofrece una reflexión sobre el ritmo anual de la vida. La segunda comenta el texto básico de la liturgia cristiana del 1 de Enero, el mes que abre la puerta (ianua): Gal 4.

1. EL PASO DE LOS AÑOS

Todos los pueblos han distinguido los tiempos, fijando unos ritmos sacrales y unos días especiales de fiesta (vinculados sobre todo a los ritmos solares y lunares y a los ciclos de la vegetación y de la vida). Entre esos ritmos, uno de los más importantes ha sido el semanal, que tiene, probablemente un origen mesopotamio, pero que se ha extendido, por medio del judaísmo a la cultura de occidente (y, en un sentido más amplio, a todo el mundo moderno).

Semanas

La división del tiempo en semanas está vinculada al ritmo lunar (cada fase lunar de 28 días consta de cuatro semanas), pero se relaciona también (sin duda alguna) al “valor sagrado” del número siete, con sus aspectos uránicos o planetarios (los siete astros/planetas, los siete ángeles celestes etc.). Esta división pasó a través del judaísmo (y de otros conductos) a la vida social romana, como lo recuerda todavía el nombre de los días de la semana, relacionados con los astros/dioses del panteón romano, que se siguen empleando todavía (con la excepción del sábado y domingo, que han recibido un nombre judío y cristiano). Así, en varios de los idiomas europeos:

(1) Lunes, es día día de la luna (dies Lunae, dilluns, lundi, lunedi, mondey, Montag. Euskera: Astelehena).
2) Martes, día de Marte (dies Martis, dimars, mardi, martedi, tuesday, Dienstag, del dios Tyr. Asteartea
(3) Miércoles, día de Mercurio (dies Mercurii, dimecres, mercredi, mercoledi. Asteazkena).
4) Jueves, día de Júpiter (Dies Iovis, dijous, jeudi, giovedi. Osteguna.
(5) Viernes, día de Venus (Dies Veneris, divendres, vendredi, venerdi. Ostirala).
(6) Sabado, día del Shabat judío (Dies Sabbath, dissabte, samedi, sabato. Larunbata.
(7) Domingo, día del Dominus o Señor cristiano (Dies Domini, diumenge, dimanche, domenica. Domeka, igandea).

Gran parte de la tradición occidental, influida por el cristianismo, ha dejado de guardar en especial el Sábado judío y celebra el Domingo, que es el Día del Señor (de Jesús), aunque a veces se haya perdido la referencia a Cristo. En otro contexto se puede recordar que originariamente, el domingo ha sido Día del Sol, no sólo en Roma, sino en otras culturas. Así lo muestra el mismo nombre en los idiomas germanos (Sonntag, sunday). Para el Islam, el día especial de recuerdo religioso ha pasado a ser el viernes.

Años, del judaísmo al tiempo común de Cristo

El judaísmo ha tenido varios calendarios. El que se conserva y aplica en la actualidad es de tiempos posteriores al exilio (de origen básicamente babilonio). No ha sido aceptado por igual por todos los judíos antiguos, de manera que la diferencia en el cómputo de meses (con el cambio de las celebraciones) desencadenó cismas y divisiones en el judaísmo del Segundo Templo.

Algunos apocalípticos siguieron calendarios especiales, lo mismo que los esenios de Qumrán, que acusaron a los sacerdotes de Jerusalén de haber cambiado las fiestas y los días. En su forma actual, el calendario fue fijado por Hilel II, en torno al 359 d. C., que calculó la fecha del “comienzo del mundo” (según la cronología interna de la Biblia), que habría caído (mirando hacia atrás, desde la actualidad) un 7 de nuestro octubre del 3761 a. C. El día primero habría sido un domingo (el día después del sábado), que correspondería al 1 de Tishrí del año 1. A partir de ahí se pueden calcular los años hebreos, añadiendo esos años al año gregoriano en curso. Así el año 2015 de nuestra era corresponde al 5776 del cómputo hebreo (2015 + 3761 = 5776).

El calendario hebreo tiene la particularidad de que vincula el año lunar con el solar (cosa que no hace el gregoriano). Para ello, los meses son algo más cortos que en el calendario gregoriano y cada 19 años se añade en primavera un mes nuevo (el we’adar), de 13 días, para que correspondan los ciclos lunares y solares (de manera que la pascua no sea fiesta cambiante como en el calendario cristiano, que ha terminado siendo simplemente solar).

Varios calendarios

El judaísmo ha tenido varios calendarios. El que se conserva y aplica en la actualidad es de tiempos posteriores al exilio (de origen básicamente babilonio). No ha sido aceptado por igual por todos los judíos antiguos, de manera que la diferencia en el cómputo de meses (con el cambio de las celebraciones) desencadenó cismas y divisiones en el judaísmo del Segundo Templo. Leer más…

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