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Leone Gianturco: “Desmond Tutu encarnó el poder de la fe profunda en una vida vida diferente”

Lunes, 3 de enero de 2022
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SNF17TUTU-280_890318a“Se inspiraba en el concepto africano de ‘ubuntu'”

La Iglesia y el mundo están de luto por la muerte del arzobispo anglicano Desmond Tutu, que falleció el domingo 26 de diciembre a la edad de 90 años

Símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1984. En un telegrama, el Papa recordó su compromiso con la igualdad y la reconciliación

Leone Gianturco (Sant’Egidio) relata el día de su encuentro en 1988: “su fe y su fuerza moral son inolvidables”

(Vatican News).- “No hemos negado nuestro pasado, hemos mirado a la bestia a los ojos”. Así hablaba el arzobispo Desmond Tutu, uno de los símbolos de la lucha contra el apartheid, fallecido el 26 de diciembre a los 90 años, de su compromiso al frente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, creada en 1994 a instancias del Presidente Nelson Mandela y que fue presidida por el propio arzobispo a instancias del Jefe de Estado sudafricano.

Un hombre de paz

El 16 de octubre de 1984, Monseñor Tutu recibió el Premio Nobel de la Paz. El comité del premio internacional más famoso del mundo citó su “papel como figura unificadora en la campaña para resolver el problema del apartheid en Sudáfrica”. Dos años más tarde, se convirtió en la primera persona de piel negra en dirigir la Iglesia Anglicana en Sudáfrica: fue el 7 de septiembre de 1986.

 El Arzobispo era un hombre de paz, un servidor de Cristo y también se inspiraba en el concepto africano de “ubuntu”, que indica una visión de la sociedad en la que cada persona está llamada a desempeñar un papel importante, con una preocupación natural por los demás y, en consecuencia, por la promoción y el mantenimiento de la paz.

“No hay futuro sin perdón”

Entre los muchos que lo conocieron, la Comunidad de Sant’Egidio también recuerda al clérigo sudafricano, identificando la “fuerza de la paz” como su legado.

Numerosos miembros de la Comunidad coincidieron con él a lo largo de los años. Entre ellos está Leone Gianturco, de la Sección Internacional de San Egidio, que en una entrevista con Radio Vaticano – Vatican News recuerda su encuentro cuando fue a Roma, el 26 de mayo de 1988, a inaugurar la “Tienda de Abraham”, la primera casa de la Comunidad dedicada a los refugiados.

– Gianturco, partamos de su recuerdo personal del arzobispo Tutu:

Su fuerza moral es inolvidable, al igual que su fe cristiana. Recuerdo que cuando vino a Trastevere a inaugurar la “Tierra de Abraham”, me di cuenta inmediatamente de que estaba ante alguien que hablaba con la Palabra de Dios. Tutu había encarnado su vocación, su servicio al Evangelio en la acción contra toda injusticia. Era una personalidad que te hacía temblar un poco el pulso, pero también te tranquilizaba porque era muy humano.

– Una humanidad que también afloró cuando, al frente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, dijo que el mero hecho de escuchar los atroces relatos de lo ocurrido durante los años del apartheid le causaba un gran sufrimiento. A pesar de ello, fue capaz de continuar su búsqueda de la verdad, de promover la reconciliación… 

Sí, de alguna manera enraizó esa humanidad en una fe profunda. Cuando ganó el Premio Nobel de la Paz, era conocido por su lucha contra el apartheid, y en cierto modo también se convirtió en una figura incómoda porque estaba en contra del asesinato de colaboradores negros por los propios negros. Había superado todas las barreras también gracias a su profunda fe en una vida diferente, con un pueblo en conflicto que debía ser conducido a la reconciliación.

Al frente de esa Comisión se embarcó en un viaje difícil, repitiendo que no hay futuro sin perdón. Para perdonar, había que pasar por el sufrimiento de esas terribles historias. Cuando fue a Ruanda se puso a llorar ante aquel genocidio, era una persona que vivía los dramas de su tiempo de forma directa, incluso atrevida. En su fe encontró la fuerza para enfrentar todo esto.

– Una de sus lecciones fue que es mucho más fácil juzgar que promover la reconciliación. ¿Sigue siendo válida esta lección hoy en día?

Ciertamente, lo que nos llamó la atención como Comunidad de Sant’Egidio fue precisamente esta empatía, este rechazo a banalizar el perdón. No se puede perdonar a “bajo precio“, hay que pasar de la indignación que cada uno siente cuando le hieren, al relato, a la búsqueda de la verdad.

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Todos estos son pasos que no son fáciles, pero que permiten llegar a una verdadera reconciliación. Tutu, en su profunda humanidad, también comprendió el problema de la pena de muerte y siempre estuvo en primera línea para condenarla. Acostumbraba a visitar a los condenados a muerte, precisamente porque para él era paradójica la idea de que una justicia hiciera morir a alguien por un acto violento. El perdón, en cambio, era el camino que permitía a los esclavizados por el odio admitir sus faltas y luego superarlas.

– En su telegrama de condolencia, el Papa habló de la contribución de Tutu a la promoción de la igualdad racial. ¿Este aspecto también es de gran actualidad?

Sí, su lección es fuerte porque, viviendo la desigualdad racial, luchó por la superación del racismo a todos los niveles. Nos enseñó que todas las formas de discriminación son erróneas; considerar al otro como diferente de uno mismo es perjudicial, es estúpido, va contra toda lógica cristiana y humana.

En el funeral de Mandela, Tutu se indignó porque había pocos de esos blancos que habían trabajado junto al presidente. Quería que participaran, porque Tutu estaba realmente en contra de todo tipo de racismo. Esa es la fuerza de su testimonio. Adoptó una posición, pero no fue partidista, en el sentido de que su único bando era un mundo de igualdad.

Fuente Religión Digital

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Muere Desmond Tutu, símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y defensor de los Derechos LGTBI+

Lunes, 27 de diciembre de 2021
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Ayer conocíamos la triste noticia, Desmond Tutu nos ha dejado para ir a celebrar esta Navidad en la gloria del Padre. Este arzobispo anglicano ha pasado a formar parte del tesoro de la cristiandad, superando confesiones y denominaciones. Para todas la Comunidades cristianas es una gran perdida.

  Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Mt 25, 21

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La voz de los que no tienen voz

El arzobispo anglicano recibió el Nobel de la Paz en 1984

“La muerte del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro episodio de duelo nacional en la despedida a una generación de destacados sudafricanos que nos han entregado una Sudáfrica liberada”, afirma el presidente Ramaphosa

Tutu se convirtió en una figura tanto nacional como internacional, encabezando la lucha por la justicia, la reconciliación y el fin del apartheid, desafiando a la sociedad blanca y el gobierno racista, por lo que en 1984 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz

El arzobispo anglicano Desmond Tutu compara las leyes bárbaras anti-LGBT + con el apartheid: ‘no puedo quedarme callado’

“El mundo pierde a uno de los grandes referentes de la lucha por los derechos humanos, Desmond Tutu”

El Papa recuerda que “Desmond Tutu estuvo al servicio del Evangelio”

 Sudáfrica y el mundo rinden homenaje al desaparecido Desmond Tutu

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El arzobispo sudafricano Desmond Tutu, símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, ha muerto a los 90 años, según ha anunciado este domingo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa. Tutu, que recibió el Nobel de la Paz en 1984 por su activismo contra el régimen de segregación racista, había sido hospitalizado a principios de mes a causa de una infección.

La muerte del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro episodio de duelo nacional en la despedida a una generación de destacados sudafricanos que nos han entregado una Sudáfrica liberada”.

“Desmond Tutu fue un patriota sin igual; un líder de principios y pragmatismo que dio sentido a la percepción bíblica de que la fe sin obras está muerta ”.  “Oramos para que el alma del Arzobispo Tutu descanse en paz, pero que su espíritu sea el centinela sobre el futuro de nuestra nación”, ha comentado Ramaphosa en un comunicado emitido por el Gobierno sudafricano.

Fue el primer sudafricano negro en ser elegido y ordenado como Arzobispo Anglicano de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y luego Primado de la entonces Iglesia de la Provincia de África Meridional (actualmente Iglesia Anglicana de África Meridional).

Nacido en Klerksdorp (Sudáfrica) el 7 de octubre de 1931, a los 12 años emigró a Johannesburgo y se convirtió en maestro, ingresando más tarde en el ministerio anglicano y convirtiéndose en el obispo de Lesotho. Tutu quería ser médico pero la falta de recursos de su familia hizo que se formase como profesor, la profesión de su padre. De 1954 a 1957 ejerció como maestro de escuela y no fue ordenado pastor anglicano hasta 1960, tras haber cursado Teología.

La siguiente década y media, con una estancia en Londres de por medio, la pasó consagrada al estudio y en 1975 fue designado decano de la catedral anglicana de Johannesburgo, cargo al que por primera vez accedía un hombre negro. Allí fijó su residencia en el distrito de guetos de Soweto, donde fue testigo de una de las etapas más convulsas del apartheid, con las protestas estudiantiles de 1976 -en las que murieron más de 600 personas, la mayoría jóvenes- como mayor exponente.

En 1977 fue nombrado obispo de Lesoto y, un año después, fue designado secretario general del Consejo de Iglesias Sudafricano. En esa época, empezó a manifestar abiertamente su apoyo al movimiento de la Conciencia Negra e intensificó su activismo antiapartheid hasta convertirse en una figura de resonancia internacional.

En 1978, a raíz de las revueltas de Soweto surgidas dos años antes, Sudáfrica estaba sumida en el caos, y el arzobispo fue persuadido para ocupar el cargo de secretario general del Consejo Sudafricano de las iglesias. Fue desde esta posición que Tutu se convirtió en una figura tanto nacional como internacional, encabezando la lucha por la justicia, la reconciliación y el fin del apartheid, desafiando a la sociedad blanca y el gobierno racista, por lo que en 1984 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

“El apartheid, el desarrollo separado o como se llame, es malvado (…) Es anticristiano y antibíblico. Si alguien me demuestra lo contrario, quemaré mi biblia y dejaré de ser cristiano”, protestaba Tutu ante los funcionarios del apartheid en 1982. Dos años después de recibir el Nobel de la Paz se convirtió en el primer hombre negro a cargo del Arzobispado Anglicano de Ciudad del Cabo (suroeste).

440DECB8-7A96-4813-8A02-84A37128E3D9En 1995 el entonces presidente sudafricano Nelson Mandela lo nombró presidente de la Comisión para la verdad y la reconciliación, un organismo creado para investigar violaciones en los derechos humanos producidas bajo el apartheid.

Estuvo al frente de este hasta 1996, ya con el apartheid desmantelado y Sudáfrica convertida en una democracia liderada por Mandela. Como presidente, “Madiba” -apodo local de Mandela, que describía al arzobispo como la voz de los de los que no tienen voz“.

Tutu y Mandela, de hecho, habían residido en la misma calle en Soweto, que es hoy una de las mayores atracciones turísticas de Johannesburgo, para orgullo de los sudafricanos, que presumen de que ningún otro país tiene una calle con dos Nobel de la Paz. Un año después de haberse jubilado como líder de la Iglesia Anglicana sudafricana se le diagnosticó un cáncer de próstata y empezó a recibir tratamiento, pero en los años posteriores sufriría varias recaídas.

Cuando los misioneros vinieron a África, nosotros teníamos la tierra y ellos la biblia. Entonces dijeron: ‘recemos’. Y nosotros, obedientemente, cerramos los ojos y cuando dijimos ‘amén’ al final y abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros la biblia. Parece un mal canje pero estamos para siempre en deuda con esos hombres y mujeres”, dice una de sus citas más conocidas.

Se le adjudica la acuñación del calificativo Nación arcoíris para describir metafóricamente a la Sudáfrica posterior al Apartheid (en 1994 con el triunfo del Congreso Nacional Africano). La expresión se ha incorporado desde entonces para describir la diversidad étnica de Sudáfrica.

En 2010, a los 79 años, anunció su retirada de la vida pública, aunque continuó trabajando con el centro por la paz que lleva su nombre y abordando distintos temas, incluida la corrupción de la élite política de su país.

Su trayectoria ha estado marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que le llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de los homosexuales o la eutanasia.

En la última etapa de su vida, Tutu concentró sus esfuerzos en temas sociales y en campañas globales como la promoción de la Alianza de las Civilizaciones (2005) -una iniciativa para avanzar en el diálogo entre el mundo islámico y el occidental y combatir el extremismo- o la lucha contra el cambio climático.

Tutu tampoco dudó en alzar la voz contra la corrupción de los nuevos poderes sudafricanos en democracia, contra las violaciones de derechos humanos protagonizadas en África por líderes autocráticos como Robert Mugabe (Zimbabue) y contra las posturas más rígidas de la propia Iglesia Anglicana.

Aunque en octubre de 2010 anunció su retirada de la vida pública y las complicaciones de salud le llevaron en varias ocasiones al hospital en los años posteriores, Tutu participó ocasionalmente en actos y recibió numerosos reconocimientos internacionales. La vida retirada no le impidió, por ejemplo, celebrar con los Springboks -apodo de la selección sudafricana de rugby y una de las grandes pasiones del arzobispo emérito- el título mundial conquistado en Japón en 2019.

En 2014, fue galardonado con el Premio Internacional Catalunya, que distingue a las personas que hayan contribuido a desarrollar los valores culturales, científicos o humanos en todo el mundo, en atención a su “constante lucha por mejorar las condiciones de vida de los sudafricanos”, además de su “vigorosa lucha por la mejora de las condiciones sociales de los oprimidos”. Ha trabajado por el sufragio universal, la igualdad de derechos para las mujeres en la Iglesia Anglicana y los derechos LGBT+.

 En este 2021 había dado ejemplo figurando entre los primeros en vacunarse contra la covid-19 cuando la campaña se abrió a la población general y votando en las elecciones municipales del pasado 1 de noviembre. Sus últimas palabras públicas habían sido en un breve vídeo emitido el día de su 90 cumpleaños (el 7 de octubre) durante una conferencia virtual en su honor en la que participaron, entre otros, el máximo líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, y la activista mozambiqueña y viuda de Nelson Mandela Graça Machel.

A primeros de este mes, el arzobispo Desmond Tutu comparaba las leyes y la violencia anti-LGBT + con el apartheid, insistiendo en que se opone a ellas con “la misma pasión“.

El arzobispo Tutu, de 90 años y premio Nobel de la Paz, ha pasado su vida haciendo campaña por los derechos humanos. En un video de la campaña de Naciones Unidas Libres e Iguales (United Nations Free and Equal campaign), su “campaña global contra la homofobia y la transfobia”, Tutu dijo:

“Tengo que decirles que no puedo quedarme callado cuando las personas son penalizadas por algo sobre lo que no pueden hacer nada.

“Primero, género. Cuando se excluye a las mujeres, simplemente porque son mujeres.

“Pero más pernicioso, más espantoso, es el hecho de que las personas son penalizadas, asesinadas, todo tipo de cosas espantosas les suceden, simplemente, únicamente por su orientación sexual.

“Me opongo a tal injusticia con la misma pasión con la que me opuse al apartheid”.

El video fue compartido por LGBT + Rights Ghana, uno de los pocos grupos que defienden los derechos humanos de los ghaneses queer, cuyos miembros literalmente arriesgan sus vidas.

El grupo celebró “El arzobispo emérito Desmond Tutu [pidiendo] que se ponga fin al castigo de las personas por quiénes son o a quienes aman”, un mensaje particularmente pertinente para la comunidad LGBT + en Ghana.

Desmond Tutu también se pronunció en contra de la legislación homofóbica en Uganda. En 2012, pidió a Uganda que eliminara su proyecto de ley contra la homosexualidad, que se convirtió en ley en 2014 y finalmente fue derogado por los tribunales, y describió la legislación como “totalmente injusta”.

“Mis hermanos y hermanas, apoyaron a las personas que estaban oprimidas por el color de su piel”, dijo. “Si vas a ser fiel al Señor al que adoras, también estarás ahí para las personas que están siendo oprimidas por algo sobre lo que no pueden hacer nada: su orientación sexual”.

También declaró en 2013 que nunca adoraría a un “Dios homofóbico” y que “se negaría a ir a un cielo homofóbico.

“Me negaría a ir a un cielo homofóbico. No, diría que lo siento, quiero decir que preferiría ir al otro lugar.  “No adoraría a un Dios que es homofóbico y eso es lo profundamente que siento por esto”.

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Aumentan tributos para el líder anti-apartheid y aliado LGBT +, el arzobispo Desmond Tutu

Le diagnosticaron cáncer de próstata en 1997 y fue hospitalizado varias veces en los últimos años para tratar infecciones asociadas con su tratamiento.

El Dr. Mamphela Ramphele, presidente interino del Arzobispo Desmond Tutu IP Trust y coordinador de la oficina del arzobispo, dijo en un comunicado en nombre de la familia que Tutu había “muerto pacíficamente en el Oasis Frail Care Center en Ciudad del Cabo”. No dio más detalles sobre la causa de la muerte, informó The Guardian.

Naomi Tutu, la hija del arzobispo y activista por la justicia de género y raza, compartió que su padre está “en reposo” antes de agradecerle por “todo lo que has sido para nuestra familia y el mundo”.

Shenilla Mohamed, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Sudáfrica, describió a Tutu como un “faro de luz” para los derechos humanos en Sudáfrica y en todo el mundo. Añadió que el compromiso de Tutu con la igualdad y los derechos para todos “sirvió como una brújula moral muy necesaria durante la turbulenta era del apartheid”.

“Incluso después de que Sudáfrica obtuviera la libertad en 1994, el arzobispo siguió siendo un activista de los derechos humanos sincero y apasionado”, dijo Mohamed. “Él nunca tuvo miedo de denunciar a los violadores de derechos humanos, sin importar quiénes fueran, y su legado debe ser honrado al continuar su trabajo para garantizar la igualdad para todos”.

LGBT + Rights Ghana, un grupo que defiende los derechos humanos de los ghanianos queer, compartió un conmovedor homenaje a Tutu en Twitter“Gracias por su apoyo inquebrantable a los derechos humanos y su posición de principios contra todas las formas de opresión”, escribió el grupo. “Has sido una figura inspiradora y te echaremos mucho de menos”.

El legendario actor de Star Trek, George Takei, escribió en Twitter que un “gran líder” dejó el mundo con la muerte de Tutu. “El arzobispo y ganador del Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, ayudó a acabar con el apartheid en Sudáfrica”, escribió Takei. “La suya era una voz de esperanza, compasión y reconciliación. Continuemos su búsqueda de una transformación no violenta “.

El periodista británico Owen Jones también pidió al mundo que recuerde a Desmond Tutu como el “campeón implacable de los opuestos” que era y compartió varios titulares en los que Tutu se pronunció contra la discriminación en todo el mundo.

Fuente Religión Digital/Comunidad Apostólica Fronteras Abiertas (CAFA)/Pink News

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