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Leonardo Boff: “Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la Naturaleza.”

Sábado, 24 de septiembre de 2022
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Intervención del teólogo brasileño en el 41 Congreso de Teología de la asociación Juan XXIII.

“Todo parece indicar que el vírus es un contra-ataque de la Madre Tierra a raiz de la secular agresión que los poderosos le hicieran devastando enteros ecosistemas en función de la acumulación de bienes materiales”

“La Madre Tierra nos quiere decir: paren este tipo de relación violenta contra mí que les doy cotidianamente todo lo que necesitan para vivir. En caso contrario, vendrán otros virus más dañinos y eventualmente el Gran Virus (The Next Big One) contra el cual las vacunas serán ineficaces y gran parte de la biosfera podrá verse peligrosamente afectada”

“Con el viraje hacia el paradigma del frater, del hermano y de la hermana, se abre una ventana de salvación”

“Hoy día el mayor problema de la humanidad no es ni el económico, ni el político, ni el cultural, ni el religioso, sino la falta de solidaridad con otros seres humanos que están a nuestro lado”

Antes de abordar el tema –Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la Naturaleza– pretendo hacer dos observaciones:

– La primera: ¿qué mensaje la Madre Tierra nos quiere comunicar con la intrusión del Coronavírus?

– La segunda: la confrontación de dos paradigmas civilizatorios: del dominus y del frater: ¿cuál es su significado para la actual crisis generalizada?

Vamos a la primera observación: más allá de las vacunas y de todas las precauciones contra la diseminación del vírus, hay que preguntarse: ¿de donde viene el vírus? Todo parece indicar que el vírus es un contra-ataque de la Madre Tierra a raiz de la secular agresión que los poderosos le hicieran devastando enteros ecosistemas en función de la acumulación de bienes materiales. En otras palabras, es una respuesta al antropoceno y al necroceno. Tocamos los limites ecológicos de la Tierra al punto de que necesitamos más de un planeta y medio para atender al consumo y especialmente al consumismo suntuoso de una pequeña porción de la humanidad.

La Madre Tierra nos quiere decir: paren este tipo de relación violenta contra mí que les doy cotidianamente todo lo que necesitan para vivir. En caso contrario, vendrán otros virus más dañinos y eventualmente el Gran Virus (The Next Big One) contra el cual las vacunas serán ineficaces y gran parte de la biosfera podrá verse peligrosamente afectada. O vendrán otros eventos extremos como grandes catastrofes ecologico-sociales.

Todo está indicando que tal mensaje no está siendo oído por los jefes de Estado, los directores de las grandes corporaciones multinacionales y por la población en general. Si lo escucharan, tendrían que cambiar su modo de producción, las ganancias absurdas y perder sus privilegios.

Hay que reconocer que la Covid-19 cayó como un meteoro rasante sobre el capitalismo neoliberal desmantelando sus mantras: el lucro,  la acumulación privada, la competencia, el individualismo, el consumismo, el Estado reducido al mínimo y la privatización de la cosa pública y de los bienes comunes.

Mientras, planteo inequívocamente la disyuntiva: ¿vale más el lucro o la vida? ¿Debemos salvar la economía o salvar vidas humana? Si hubiéramos seguido tales mantras todos estaríamos en peligro.

Lo que nos ha salvado fue lo que le falta al capitalismo: la solidaridad, la cooperación, la interdependencia entre todos, la generosidad y el cuidado mutuo de la vida de unos y otros y de la naturaleza.

Segunda observación: El presente caos sanitario, ecológico, social, politico y espiritual es la consecuencia derivada del paradigma que ha dominado  en los últimos tres siglos de nuestra historia, ahora globalizada. Los padres fundadores de la Modernidad del siglo XVII entendían el ser humano como el dominus, el maître et possesseur de la naturaleza y no como parte de ella. Para ellos la Tierra carece de propósito y la naturaleza no tiene valor en sí misma, sino que está solo ordenada al ser humano que puede disponer de ella a su antojo. Este paradigma ha modificado la faz de la Tierra, trajo innegables beneficios, pero en su afán de dominar todo, ha creado el principio de autodetrucción de sí mismos y de la naturaleza con armas químicas, biológicas y nucleares.

El fin del mundo ya no es cosa de Dios, sino del proprio ser humano que se ha enseñoreado de la propia muerte. Llegamos a tal punto que el Secretario General de la ONU, António Guterrez dijo recientemene en un encuentro en Berlín sobre el calientamento global que crece de forma no prevista: “Solo tenemos esta elección: la acción colectiva o el suicidio colectivo”.

De cara al paradigma del dominus el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti propone otro paradigma: el del frater el hermano y la hermana, él de la fraternidad universal y de la amistad social (n.6; 128). Desplaza el centro: de una civilización técnico-industrial, antropocéntrica e individualista a una civilización de la solidaridad, de la preservación y del cuidado de toda la vida.

Sabemos, por datos de la ciencia, que todos los seres vivos tienen en común el mismo código genético de base, los 20 aminoacidos y las mismas cuatro bases nitrogenadas, desde la célula más primitiva de 3,8 mil millones de años, pasando por los dinosaurios, los caballos y legándonos a nosotros. Por eso somos de hecho, y no retórica o místicamente, hermanos y hermanas. Esto lo reafirma la Carta de la Tierra así  como las dos encíclicas ecológicas del Papa Francisco.

Estos dos paradigmas están hoy altamente confrontados. Si seguimos el paradigma del señor y dueño que usa el poder como dominación de todo, hasta de las últimas dimensiones de la materia y de la vida, vamos seguramente al encuentro de un armagedón ecológico, con el riesgo de exterminar la vida en la Tierra. Sería el justo castigo por las ofensas y heridas que hemos infligido a la Madre Tierra por siglos y siglos. Ella seguirá su curso alrededor del sol pero sin nosotros.

Con el viraje hacia el paradigma del frater, del hermano y de la hermana, se abre una ventana de salvación. Superaremos la visión apocalíptica de la amenaza del fin de la especie humana, por una visión de esperanza, de que podemos y debemos cambiar de rumbo y de ser de hecho hermanos y hermanas dentro de la misma Casa Común, la naturaleza incluída. Sería el bien vivir y convivir del ideal andino, en armonía entre los humanos y con toda la naturaleza.

Este es el contexto dentro del cual se debe situar la acción de la Iglesia que se propone ser samaritana y cuidadora de todo lo que existe y vive.

El Papa Francisco de Roma, inspirado por el otro Francisco, él de Asís, se dió cuenta de la gravedad de la situación dramática del sistema-Tierra y del sistema-vida, y formuló uma respuesta. En la Laudato Sì: cómo cuidar de la Casa Común invitó a todos a “una conversión ecológica global” (n. 5), además, “una pasión por el cuidado del mundo”…”una mística que nos anima, impele, fomenta y da sentido a la acción personal y comunitaria”(n. 216). En la Fratelli tutti fue todavia más radical: “estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o nadie se salvará”(n.32)

Creo que los elementos de las dos encíclicas ecológicas del Papa Francisco pueden servirnos de inspiración para realizar la misión de ser samaritanos y cuidadores de toda vida.

Pero lo primero es por dónde empezar. Aquí el Papa revela su actitud básica, repetida a menudo a los encuentros con los movimientos sociales sea en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, sea en  Roma:

 «No esperéis nada de arriba porque siempre viene más de lo mismo o todavía peor; empiecen por ustedes mismos», “desde abajo, desde cada uno de vosotros, a luchar por lo más concreto y local, hasta el último rincón de la patria y del mundo» (Fratelli n. 78). El Papa sugiere lo que hoy es la punta de la discusión ecológica mundial: trabajar la región, el biorregionalismo que permite la verdadera sostenibilidad, con una agroecología, una democracia popular y participativa que humaniza las comunidades y articula lo local con lo universal (Fratelli n. 147).

De la mano de la parábola del Buen Samaritano, hace un análisis riguroso de los diversos personajes que entran en escena y los aplica a la economía política, culminando con la pregunta: “¿con quién te identificas (con el herido del camino, con el sacerdote, con el levita o con el extranjero, el samaritano, despreciado por los judíos)? Esta pregunta es cruda, directa y decisiva. ¿A cuál de ellos te pareces?” (Fratelli n.64). El Buen Samaritano se convierte en modelo del amor social y político (n. 66).

Eso me hace recordar lo que decía simpre el gran obispo de los indigenas de Chiapas en México, tan mal comprendido por Roma, Monseñor Samuel Ruiz: “Esta es la pregunta que el Juez Supremo hará a cada uno en el termino de su vida: de que lado estuviste? ¿A quién has defendido? ¿Que personas has elegido?” En la contestación a estas preguntas se decide el destino humano.

Como nunca antes en la historia la Iglesia, sea local, sea universal, debe mostrarse samaritana porque son millones y millones caídos en los caminos, muriendo de hambre o de las enfermidades del hambre. Es cruel constatar que 1% de la humanidad tiene más riqueza que 4,6 mil millones de personas. Son inhumanos y sin piedad. En este campo, en todos los países las Iglesias se han mostrado samaritanas, especialmente, con los más vulnerables. Una ola inmensa de solidaridad se ha mostrado en los movimientos cristianos que han ofertado centenares de toneladas de productos agroecológicos y millones de platos de comida a los marginados en las periferias de las ciudades.

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Víctor Codina: “Ante esta crisis epocal, necesitamos resistencia y profetismo”. Intervención en el 41 Congreso de Teología.

Miércoles, 21 de septiembre de 2022
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La Asociación Teológica Juan XXIII ha dedicado el 41 Congreso de Teología -que celebra en Madrid del 9 al 11 de septiembre- al tema de la pandemia, sus consecuencias, la postpandemia y las necesarias respuestas para virar el curso de la humanidad en dirección a un mundo más justo, solidario y superador de las brechas de la desigualdad

“A la Covid se ha añadido -señaló Víctor Codina durante su intervención- la cruel guerra de Ucrania, el riesgo de un conflicto mundial y atómico, la crisis económica mundial, los desastres del cambio climático, la perspectiva de la falta de agua, de gas y de energía, etc. Estamos ante una auténtica pandemia mundial, de la cual la Covid es solo la punta del iceberg”

“La pandemia no es casual, es consecuencia de un paradigma tecnocrático que ha destruido la naturaleza, es fruto de un sistema capitalista neoliberal que discrimina socialmente y mata, de una mentalidad nor-occidental, colonial, machista y patriarcal que descarta a ancianos, mujeres, indígenas y poblaciones del Sur global, edifica una sociedad basada en el armamentismo”

“Hemos vivido experiencias humanas nuevas: la experiencia de la vulnerabilidad del ser humano y la necesidad emergente del cuidado, el sentirnos comunidad, ya que todos estamos en la misma barca”

D8111DAE-301B-4C91-BFA9-ADC6CC7C7245 Agradezco esta invitación al Congreso y me pregunto si se puede todavía decir algo nuevo sobre la pandemia de la Covid 19. Si me atrevo a hablar hoy sobre la pandemia no es por mi competencia teológica, sino por haber sido víctima de la Covid, haber estado al borde de la muerte, casi a punto de ver las barbas de San Pedro

Pero a la Covid se ha añadido ahora la cruel guerra de Ucrania, el riesgo de un conflicto mundial y atómico, la crisis económica mundial, los desastres del cambio climático con sequías, incendios e inundaciones, la perspectiva de la falta de agua, de gas y de energía, etc. Estamos ante una auténtica pandemia mundial, de la cual la Covid es solo la punta del iceberg.

Sensación de shock apocalíptico

Tenemos la sensación de sufrir un shock apocalíptico, una crisis colectiva, colapso mundial, caos, ganas de devolver el billete de la vida, como Iván Karamazov, el deseo de volver cuanto antes a la normalidad, sin mascarillas, ni confinamientos, ni restricciones.

Junto a esta visión apocalíptica, real y sensacionalista, fomentada por las redes sociales, hemos de reconocer que la Covid 19 también ha revelado una serie de aspectos positivos de nuestro mundo: científicos han descubierto nuevas vacunas, médicos, enfermeras y personal sanitario han cuidado a los enfermos aun a costa de su salud, gran solidaridad de vecinos y voluntarios, comunicaciones vía zoom, celebraciones litúrgicas telemáticas, nuevas formas de vivir la fe al margen del templo y del clero, etc.

Hemos vivido experiencias humanas nuevas: la experiencia de la vulnerabilidad del ser humano y la necesidad emergente del cuidado, el sentirnos comunidad, ya que todos estamos en la misma barca.

Nuevas preguntas existenciales

También se han suscitado nuevas preguntas existenciales: ¿la pandemia es un castigo de Dios, como afirmaba el jesuita P. Penéloux en La Peste, de Camus? ¿dónde está Dios?, ¿qué es el mal?, ¿qué es la muerte?, ¿tiene sentido de la vida?, ¿ hay algo más allá de la muerte? Los cristianos también nos preguntamos si los templos cerrados no serían una crítica profética al clericalismo eclesial.

Por otra parte, la pandemia ha ido generando un pensamiento humanístico que percibe la interconectividad entre todo lo que ha sucedido. La pandemia no es casual, es consecuencia de un paradigma tecnocrático que ha destruido la naturaleza, es fruto de un sistema capitalista neoliberal que discrimina socialmente y mata, de una mentalidad nor-occidental, colonial, machista y patriarcal que descarta a ancianos, mujeres, indígenas y poblaciones del Sur global, edifica una sociedad basada en el armamentismo.

Alumbrar una nueva era

Estamos ante una crisis epocal, ante un modelo de humanidad y de sociedad que ha ya explotado, hay que ir más allá del antropoceno. Es ingenuidad pensar que hemos llegado al final de la historia, lo que necesitamos es resistencia, profetismo, porque otro mundo es posible y necesario, hemos de alumbrar una nueva era.

Surgen hoy nuevas preguntas teológicas que este Congreso deberá abordar: ¿no estaremos ante un signo de los tiempos, ante un lugar teológico y apocalíptico nuevo, en su sentido revelatorio, que nos anuncia que el proyecto de Dios es diverso del sistema social, ecológico, cultural y religioso de hoy? ¿No será que el Espíritu del Señor nos manifiesta hoy, a través del clamor de las víctimas y de los dolores de parto de una tierra esclavizada, que hemos de cambiar y convertirnos Señor? ¿No será que este caos global que sufrimos, encierra un kairós bíblico, donde el Espíritu del Génesis, la ruah femenina, aletea y engendra desde abajo una vida nueva, porque el Espíritu siempre actúa desde abajo para engendrar nueva vida?

No se trata de volver a la vieja normalidad de antes, sino de generar una resistencia activa, dar una respuesta liberadora, construir un mundo diferente, justo y solidario, cercano a los pobres, al Reino de Dios y a las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret, sensible a la vida y esperanza Pascual de Jesús Resucitado.

El humorista de El País, El Roto, al comienzo de la pandemia dibujó a un profeta, vestido como Juan Bautista, que decía: He encontrado la vacuna”. “¿Cuál es?”, le preguntaron. “Otra forma de vivir”, les contestó. Pero le tomaron por loco.

Humanizar a Dios, divinizar la humanidad

En formulación teológica, Ximo García Roca, también víctima de la Covid, afirma que se trata hoy de humanizar a Dios y divinizar la humanidad, es decir acercar a Dios a nuestro mundo, inhumano y cruel, y hacer que la humanidad se abra al Misterio de un más allá trascendente al que los cristianos llamamos Padre-Madre nuestro.

Las distintas ponencias del Congreso sin duda ayudarán a responder estas y otras preguntas en torno a la Covid 19, ayudarán a levantarnos y ponernos a caminar de nuevo con esperanza. Buen trabajo.

 Fuente Religión Digital

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Mensaje del 41 Congreso de Teología de la Asociación Juan XXIII. “La revolución de los cuidados debe llegar a la Iglesia”

Jueves, 15 de septiembre de 2022
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Más de 300 personas participaron, de manera on line, en las jornadas del 41 Congreso de Teología que, del 9 al 11 de septiembre, reflexionó, de la mano de ponentes como Víctor Codina, Victoria Camps o Leonardo Boff, entre otras personalidades, sobre la pandemia y otras situaciones dramáticas, como la cruel guerra de Rusia-Ucrania y otras guerras olvidadas

Finalizadas las jornadas de reflexión de este histórico Congreso, cuya primera edición data del año 1982, se elaboró un mensaje final, que se reproduce a continuación:

1. Del 9 al 11 de septiembre de 2022 hemos celebrado el 41 Congreso de Teología on line en el que hemos reflexionado sobre la pandemia y otras situaciones dramáticas de nuestro mundo como la cruel guerra de Rusia-Ucrania y otras guerras olvidadas, sus consecuencias y las respuestas que nos lleven a un cambio civilizatorio. Y lo hemos hecho en un clima de diálogo interdisciplinar, de voces plurales y de encuentro enriquecedor con la participación de 300 personas de diferentes países y continentes.

2. Hemos realizado un análisis sobre el fenómeno de la pandemia, que ha cambiado el rumbo de la humanidad, ha quebrado las seguridades en las que estábamos instalados, ha generado mayor incertidumbre en torno al futuro, ha frustrado proyectos y sueños de otro mundo posible y ha sacrificado millones de vidas humanas.

3. Hemos tomado conciencia del carácter selectivo de la Covid, pues no ha afectado a toda la ciudadanía por igual, ni con la misma severidad, sino que se ha cebado de manera más violenta con los colectivos sociales más desfavorecidos de la población mundial.

4. Lo que la Covid ha puesto de manifiesto es que no somos héroes, ni dioses, ni Prometeos, sino seres humanos vulnerables, dependientes, precarios y vivimos en un mundo caracterizado por la fragilidad. A su vez, la pandemia ha desmantelado todos los mantras de la globalización neoliberal: el afán de lucro, la acumulación privada, la competitividad, el individualismo, el consumismo, el Estado reducido a lo mínimo y la privatización de lo público y de los bienes comunes. Más aún, durante la pandemia se han hecho más profundas las brechas de la desigualdad de todo tipo: de género, etnia, cultura, religión, clase social, identidad sexual, etcétera, y se ha puesto en práctica la cultura del descarte denunciada por el papa Francisco.

5. Hemos tomado conciencia de que la pandemia no es un fenómeno casual, sino consecuencia de un paradigma tecnocrático que ha destruido la naturaleza, de un sistema capitalista que discrimina socialmente y mata, de una mentalidad noroccidental, neocolonial, homófoba y patriarcal que descarta a personas mayores, mujeres, LGTBI, personas con otras capacidades, comunidades indígenas y poblaciones del Sur global. Hemos podido constatar cómo dirigentes políticos, apoyados por movimientos cristianos integristas y fundamentalistas han puesto el lucro y la salvación de la economía neoliberal por delante la salvación de la vida humana y de la naturaleza sin ser conscientes de que la economía está al servicio de la vida y no para eliminar vidas.

6. Pero la Covid también ha revelado los aspectos más positivos de la humanidad, como la solidaridad del vecindario y del voluntariado, de médicos, enfermeros, enfermeras y personal sanitario que han cuidado con ternura y generosidad a las personas enfermas y acompañado a las moribundas aun arriesgando su vida, e incluso perdiéndola; las nuevas formas de vivir la experiencia religiosa al margen de los tempos y del clero; la conciencia de comunidad que nos lleva a reconocer que, o nos salvamos todos o perecemos todos; así como otras iniciativas creativas para aliviar el sufrimiento. La pandemia ha generado un pensamiento eco-humanista que nos ha permitido descubrir la interconectividad de todo. Y desde una lectura cristiana, puede ser un kairós, donde el Espíritu del Génesis, la ruah femenina, engendra desde abajo una vida nueva.

7. Hemos tomado conciencia del valor del cuidado, que tradicionalmente se ha asignado a las mujeres como una carga más en la esfera privada, y por ello ha sido invisibilizado, ignorado y no valorado. Hoy debe ser considerado un derecho, un deber y una responsabilidad de todas las personas hacia los colectivos más des-cuidados y la naturaleza maltratada. El cuidado es inseparable de la justicia, por lo que debe ser contemplado como un valor fundamental en la búsqueda de una sociedad más equitativa. La ética del cuidado debe impregnar la forma de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza y de la práctica de la democracia.

8. Un referente fundamental para las personas cristianas, y también para gente de otras tradiciones religiosas y culturales, es Jesús de Nazaret, que vivió la vulnerabilidad en su propia persona, convivió con gente especialmente vulnerable y necesitada de cuidados y murió víctima de los poderes coaligados: político, económico, religioso, cultural y patriarcal. Desde dicha ubicación nos invita a crear una sociedad alternativa en la que el servicio, traducido como cuidado de la gente marginada social y religiosamente, sea el pilar fundamental de la convivencia eco-humana y de la actividad política. El modelo de com-pasión y de cuidado que nos propone es el Buen Samaritano.

9. La revolución de los cuidados debe llegar a la Iglesia hasta convertirla en una comunidad de comunidades samaritana y defensora de la naturaleza, que es nuestra casa común. Para ello debe renunciar al paradigma civilizatorio del ser humano como señor y dueño de la naturaleza y optar por el paradigma del hermano y la hermana, es decir, de la fraternidad universal, el amor político y la amistad social, que propone el papa Francisco en sus encíclicas Laudato Si’ y Fratelli tutti. Esto requiere “una conversión ecológica global” que pase de una civilización tecno-capitalista, antropocéntrica e individualista a una civilización de la solidaridad y del cuidado de toda la vida; una civilización biocentrada que garantice el futuro a la naturaleza y a la humanidad.

Dicha civilización lleva derechamente a un cambio en la imagen de la divinidad: del Dios todopoderoso al Dios apasionado amante de la vida, que no permite que la humanidad y la naturaleza perezcan.

10. Tras la pandemia no podemos retornar a la vieja normalidad. La experiencia de la Covid nos ha mostrado cómo el dolor, la incertidumbre y la conciencia de nuestros propios límites debe llevarnos a repensar y vivir de otra manera nuestras relaciones eco-humanas, la organización de nuestras sociedades guiadas por la gratuidad y no por el lucro, y el tejido de lazos comunitarios. Es necesario cambiar de vida, generar una resistencia activa, construir un mundo diferente, identificado solidariamente con las personas y los colectivos empobrecidos, en el seguimiento de Jesús de Nazaret, la prosecución de su causa de liberación y la práctica de las Bienaventuranzas.

Madrid, 11 de septiembre de 2022

Cristianismo (Iglesias), General

41 Congreso de Teología: ‘Venimos de una pandemia: levántate y anda’

Miércoles, 7 de septiembre de 2022
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9F941AFB-FC9F-4563-88A9-2D23E51D5FE0Online. Del 9 al 11 de septiembre, organizado por la Asociación Teológica Juan XXIII

La Asociación Teológica Juan XXIII dedica el 41 Congreso de Teología al tema de la pandemia, sus consecuencias, la postpandemia y las necesarias respuestas para virar el curso de la humanidad en dirección a un mundo más justo, solidario y superador de las brechas de la desigualdad

Las personas que intervienen son figuras relevantes en sus campos: Víctor Codina, Mayte Muñoz, Victoria Camps, Jesús Peláez y Leonardo Boff

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia (y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania): son las víctimas”

El Congreso terminará con la lectura del Mensaje, que propondrá algunas líneas de acción a seguir en la respuesta a la pandemia y la postpandemia

Desde hace más de dos años venimos sufriendo una pandemia que ha mantenido confinada o en permanente alerta a la población mundial a través de diferentes olas, ha provocado más de doscientos millones de personas contagiadas, ha causado lamuerte de más de diez millones de seres humanos y ha tenido consecuencias económicas y sociales muy negativas para la humanidad, especialmente para las personas y colectivos más desfavorecidos y la naturaleza en su conjunto.

Pero no podemos quedarnos en las cifras frías. Detrás de ellas hay vidas humanas frustradas, proyectos truncados, experiencias de amor rotas, familias destruidas que han sufrido tan irreparables pérdidas con un final inmerecido para quienes dedicaron su vida a trabajar por un mundo más justo, eco-humano y fraterno-sororal. La covid-19 no ha afectado a todos por igual y con la misma intensidad. Ha sido, y sigue siéndolo hoy, mucho más agresiva con los continentes, los grupos humanos y las clases sociales más vulnerables de la población mundial.

“No podemos quedarnos en las cifras frías”

Lo que la covid-19 ha puesto de manifiesto es, por una parte, la vulnerabilidad del ser humanoy la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberalque, durante la pandemia, ha intensificado las desigualdades y discriminaciones de todo tipo: de género, etnia, género, de clase, etcétera.

En palabras del prestigioso científico social Boaventura de Sousa Santos, “de manera cruel, el coronavirus abrió las venas del mundo, parafraseando la bella expresión de Eduardo Galeano. Nos permitió ver las entrañas de muchas monstruosidades que habitan nuestro día a día y nos seducen con los disfraces que, de tan comunes, asumimos como normalidad”. A su vez, ha sido posible “conocer resistencias comunitarias, iniciativas tan creativas como indignadas para aliviar el sufrimiento” (Boaventura de Sosua Santos, El futuro comienza ahora. De la pandemia a la utopía, Akal, Madrid, 2021, pp. 6).

“Lo que la covid-19 ha puesto de manifiesto es, por una parte, la vulnerabilidad del ser humano y la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberal que, durante la pandemia, ha intensificado las desigualdades

“La pandemia -sigue afirmando Boaventura- mostró, con claridad antes nunca vista, lo peor del mundo en el que hemos vivido desde el siglo XVI: el impulso de la muerte que la dominación moderna desencadenó con impunidad en el mundo de humanos y no humanos no sometidos a ella. Pero… también mostró lo más exaltado de la humanidad: la solidaridad de tantos como arriesgaron su vida para salvar a los más vulnerables o los más afectados, que se consolaron y se cuidaron entre sí” (ibid., p. 8).

A esto cabe añadir la guerra Rusia-Ucrania, destructiva de miles de vida humanas, causante de desplazamientos de millones de seres humanos en condiciones precarias, con una amenaza nuclear, crisis energética y otras consecuencias imprevisibles para el conjunto de la humanidad.

Al tema de la pandemia, sus consecuencias, la postpandemia y las necesarias respuestas para virar el curso de la humanidad en dirección a un mundo más justo, solidario y superador de las brechas de la desigualdad vamos a dedicar el 41 Congreso de Teología a celebrar on line del 9 al 11 de septiembre de 2022.Lo inaugurará Víctor Codina, teólogo catalán que vivió cerca de cuarenta años en Bolivia, quien hablará de “Pandemia y resistencia” mostrando cómo la experiencia vivida estos dos años no debe llevarnos a una parálisis personal, social y religiosa, sino que requiere una respuesta liberadora desde la resistencia activa.

A continuación, Mayte Muñoz, psicóloga clínica y psicoanalista, hará un análisis sobre “El virus que paralizó nuestras vidas”, y Victoria Camps, catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona, reflexionará sobre “El valor emergente del cuidado” como respuesta a las situaciones de precariedad provocadas por la pandemia y sus consecuencias en la postpandemia.

Posteriormente, tendrá lugar la reflexión teológica. Jesús Peláez, catedrático de la Universidad de Córdoba, se centrará en la actitud de Resistencia de Jesús de Nazaret ante los poderes, y Leonardo Boff, teólogo de la liberación de Brasil, lo hará con una reflexión, desde una perspectiva teológica, ética, ecológica y utópica, tituladaHacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza”.

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia (y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania): son las víctimas. De hecho, para la Iglesia, y me refiero a las comunidades cristianas dispersas por todo el mundo, va a ser un desafío porque tendremos que estar con las víctimas de la mayor pobreza que vendrá tras el virus”.

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia (y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania): son las víctimas”

El Congreso terminará con la lectura del Mensaje, que propondrá algunas líneas de acción a seguir en la respuesta a la pandemia y la postpandemia.

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Inscripciones

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Fuente Religión Digital 

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Los retos y efectos de la pandemia, a debate en el 41 Congreso de Teología

Lunes, 18 de julio de 2022
Comentarios desactivados en Los retos y efectos de la pandemia, a debate en el 41 Congreso de Teología

83EF50E3-B214-4D4F-832C-67ED98485522Leonardo Boff y Juan José Tamayo

Desde hace más de dos años venimos sufriendo una pandemia mundial que ha provocado más de doscientos millones de personas contagiadas y la muerte de más de diez millones de seres humanos. Pero no podemos quedarnos en las cifras fría de ellas hay vidas humanas frustradas, proyectos truncados y experiencias de amor rotas, La covid-19 no ha afectado a todos por igual y con la misma intensidad. Lo que ha puesto de manifiesto es. por una parte, la vulnerabilidad del ser humano y la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberal que ha reforzado las brechas de la desigualdad.

Este año celebramos el 41 Congreso centrado en la pandemia, sus consecuencias y las posibles respuestas. Lo inaugurará Vítor Codina, quien hablará de “Pandemia y resistencia” mostrando cómo la experiencia vivida estos dos años no puede llevarnos a una parálisis, sino que requiere una respuesta liberadora desde la resistencia activa.

Maite Muñoz hará un análisis sobre “El virus que paralizó nuestras vidas”, y Victoria Camps reflexionará sobre “El valor emergente del cuidado” como respuesta a las situaciones de precariedad provocadas por la pandemia y sus consecuencias en la postpandemia. A continuación, tendrá lugar la reflexión teológica. Jesús Peláez, se centrará en la “Resistencia de Jesús de Nazaret ante los poderes”, y Leonardo Boff lo hará con la conferencia “Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza” desde una perspectiva ética, ecológica y utópica.

El Congreso terminará con la lectura del Mensaje, que ofrecerá las líneas de acción a seguir. Las inscripciones se pueden realizar directamente en la web www.congresodeteologia.info

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PROGRAMA:

Del 9 al 11 de septiembre de 2022

Presentación

1.- Pandemia y resistencia

Víctor CodinaTeólogo de la liberación.

Viernes 9 de septiembre
Hora: 18:00 (hora de Madrid)

2.- El virus que paralizó nuestras vidas.

Mayte Muñoz. Psicóloga clínica y Psicoanalista.

Viernes 9 de septiembre
Hora: 18:30 (hora de Madrid)

3.- El valor emergente del cuidado.

Victoria Camps. Catedrática emérita. Universidad Autónoma de Barcelona.

Sábado 10 de septiembre
Hora: 12:00 (hora de Madrid)

4.- Jesús de Nazaret: resistencia frente al poder.

Jesús Peláez. Catedrático. Universidad de Córdoba.

Sábado 10 de septiembre
Hora: 18:00 (hora de Madrid)

5.- Hacia una iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza.

Leonardo Boff. Teólogo de la liberación. Brasil.

Domingo 11 de septiembre
Hora: 12:00 (hora de Madrid)

Mensaje del Congreso
Hora: 13:30 (hora de Madrid)

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¡INSCRÍBETE AHORA!

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Fuente  Congreso de Teología de la Asociación Teológica Juan XXIII

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Recordatorio

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