La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alerta este jeuves, 23 de marzo, sobre las 41 crímenes a personas pertenecientes al colectivo LGBT en este primer trimestre del año en los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), destacando la hostilidad en países como Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Estados Unidos y Venezuela, instando a las autoridades pertinentes a resolver los casos pendientes de manera que no queden impunes. Precisamante hace un año alertaban del incremento de la violencia contra el colectivo LGBT.

«Esta situación es preocupante e insostenible. Los altos índices de ensañamiento y crueldad podrían deberse a que los autores hayan actuado motivados por el prejuicio. Es menester que no haya lugar a la impunidad y se logre reparar a las víctimas y a sus familiares», declara Francisco Eguiguren Praeli , portavoz de la CIDH, advirtiendo de la urgencia para «que los Estados Unidos adopten las medidas necesarias para poner fin a estas situaciones, además de asegurar que estos crímenes sean investigados con un enfoque diferente ».

Aunque se esperaba que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos debatiera sobre los derechos de las personas transexuales el próximo 28 de marzo, en un giro que no anticipa precisamente buenos tiempos para los derechos LGTB, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha decidido que por el momento no se pronunciará sobre el caso de Gavin Grimm, el adolescente al que su instituto no permite usar el baño de chicos que corresponde a su identidad de género masculina, y lo ha devuelto a la Corte de Apelaciones del 4º Circuito para que lo reevalúe a la luz de las nuevas directrices emitidas recientemente por la administración Trump. Pocos dudan de que en algún momento el Supremo tendrá que acabar pronunciándose sobre el fondo del asunto, pero todo parece indicar que será ya cuando el alto tribunal haya consolidado de nuevo una mayoría conservadora con la incoporación de Neil Gorsuch, el candidato propuesto por Trump para ocupar la vacante existente en este momento. El país gobernado por Donald Trump vive un insólito repunte de homofobia en todos los sentidos, particularmente desde que derogara la directiva sobre los cuartos de baño de Barack Obama que protegía a los menores transexuales y a pesar de mantener en su cargo al Enviado Especial para los Derechos de las personas LGBTI nombrado por su predecesar, o de nombrar como embajador de los Estoads Unidos en la OTAN a Richard Grenell, abiertamente homosexual.

Colombia ya registraba el año pasado su cifra más alta en asesinatos de personas LGBT desde 2012. Cada 28 horas se produce algún tipo de agresión a una persona del colectivo en Brasil, donde siguen investigado el terrible asesinato de Dandara Dos Santos, cuya agresión previa a su muerte por disparo era recogida en un vídeo que subían a YouTube. Muy reciente es también la violación y asesinato de Paola en Heroica Matamoros, en México, que sigue sin resolver.

En El Salvador se han contabilizado este año tres asesinatos de personas transexuales, de las que la tercera fue secuestrada y asesinada al volver del funeral de las dos primeras en San Luis de Talpa, una situación que lleva a las personas transexuales a buscar amparo en México o en los Estados Unidos. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) destaca que en los últimos años se han reportado al menos 136 casos de desplazamientos forzados de personas LGBT, motivados por miedo y amenazas a su integridad física.