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María Teresa Andruetto: «El lenguaje inclusivo es la posibilidad de nombrar lo que no se nombraba»

Viernes, 28 de octubre de 2022
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A6896ABE-8758-477F-AA5F-EF8964CE695CLa escritora María Teresa Andruetto analizó la resolución del gobierno porteño de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas. Intelectuales y artistas también repudiaron.

La prohibición del uso del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas generó una serie de repudios, pero también de análisis respecto del motivo de esta resolución que hasta ahora no tiene una explicación certera.

Los argumentos pedagógicos y lingüísticos emitidos por la titular del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires fueron desconstruidos y refutados por muchos lingüistas y estudiosos del lenguaje en los últimos días.

“La lengua es un espacio que está el tiempo en tensión entre lo viejo, lo nuevo, lo que aparece, lo que lo que se quiere nombrar de otro modo. Nuevos modos de nombrar lo ganado, lo perdido, lo arcaico, lo rupturista. Digamos la lengua es todo eso”, expresa a Presentes, la escritora Teresa Andruetto.

En 2019, Andruetto inauguró el Congreso Internacional de la Lengua con una exposición en la que abordó, entre otras temáticas, el uso del lenguaje inclusivo. Esa conferencia fue criticada por algunos sectores academicistas pero se convirtió en una de las posturas más interesantes sobre las posibilidades de la lengua que se escuchó en los últimos tiempos. Ese discurso junto a una entrevista se editó como libro y será presentado el 18 de junio.

“El uso de la lengua es singular. Por eso la prohibición también es absurda. Porque hacemos un uso singular de la lengua. La lengua es de todos y tiene la complejidad de lo que es de todos. Con su enorme diversidad, variaciones y demás. Pero el uso que hacemos de ella es siempre singular”.

Una cuestión política

Negar las identidades, excluir, invisibilizar son algunas de las posibles respuestas a la hora de pensar por qué existe tanta resistencia al uso de un lenguaje nuevo que tiene a su vez tantos hablantes en el mundo.

“El uso del lenguaje inclusivo es una posibilidad de nombrar algo que no se nombraba, o algo que se nombraba de otro modo. O algo que no estaba visible y en ese sentido es importante”, analiza Andruetto.

“Esto me recordó, en una época, los locutores, por ejemplo, de radio, no podían hablar con las tonadas de las provincias. Si eras un locutor en una radio de provincia tenía que hablar con una tonada neutra, porque estaba de algún modo prohibido tener una tonada regional. Hoy no es así, por suerte. Y uno podría preguntarse por qué una tonada es mejor que otra, o por qué se puede prohibir una cosa en beneficio de otra. Es un absurdo porque es pretender una uniformidad que es irreal, pero a su vez que tiene una vinculación con la singularidad de la lengua”, afirma la escritora.

“Me parece una cuestión muy poco inteligente. Hay un deseo, probablemente, de ganar electores en un sector por derecha de la sociedad. Ganarlos con cierto conservadurismo. Porque no molesta la E o la X, lo que molesta, lo que irrita es el posicionamiento ideológico que sustenta eso”.

Conocer lo que se nombra

“Para promover la lectura y la escritura debemos enseñar el idioma como se debe, después cada uno verá cómo quiere expresarse, pero en la escuela se debe respetar el idioma español”, dijo la ministra de Educación en defensa de la desopilante medida. Sin embargo, no hay relación entre ese argumento y la capacidad de comprender textos.

“Acuña habla también de las normas o las disposiciones de la Real Academia. No sé a cuál norma ella se refiere. En realidad, quien usa el lenguaje inclusivo está haciendo un desvío de esa norma. Ese desvío es ideológico, es consciente y es militante también de ciertas luchas y conquistas sociales. Ahora si esas normas no se conocen no se puede hacer el desvío, por lo que es al revés de lo que dice la ministra”.

Inclusive, se crearon manuales sobre el uso del lenguaje inclusivo, material disponible para formadores y alumnos. “Es que el lenguaje inclusivo está. Quizás está más instalado en los sectores medios, pero ahí está presente como forma dentro de las formas de la lengua. Lo que hace es visibilizar aquellas cuestiones que tiene que ver con el patriarcado y con una concepción conservadora y purista”.

Nombrar las luchas y los avances

“No es el todes lo que molesta, es lo que alimenta eso”, reflexiona María Teresa Andruetto a través del teléfono. “Lo que sostiene esa E o esa X, es una lucha que se da en las calles, se da en el papel, en los pronunciamientos de mujeres y de géneros disidentes. Por eso, veo esto como una medida política. En la lengua coexisten muchas maneras de nombrar y la prohibición de por sí es algo mezquino y poco inteligente”

El contexto político es fundamental para entender esta prohibición. También la forma que históricamente tiene el gobierno de la ciudad de Buenos Aires de desviar la atención de sus propias falencias políticas.

Digo que es una decisión muy poco inteligente porque también aparece cuando hay tanto enojo de parte de la población docente con respecto a las políticas educativas del gobierno de la Ciudad. Hubo un despojo de derechos y malas condiciones para el trabajo y el espacio docente”, detalla.

La Ciudad de Buenos Aires, -con su proporción alta de un sector medio, con formación superior y demás-, ha sido siempre en los derechos individuales más bien progresista. El único sentido que le veo para un pronunciamiento de esta torpeza sería el deseo de ganar más votantes por derecha”.

El odio propagado en los medios de comunicación y en los discursos de diversos políticos también es un marco para esta medida. “La prohibición enmarca en los discursos del odio, el rechazo a la militancia de mujeres, el rechazo a los derechos adquiridos de las mujeres y de lo no binario, el rechazo a las luchas en la calle, a los derechos adquiridos”.

El libro Ecos de la lengua, de Teresa Andruetto se puede descargar acá

El repudio de escritores e intelectuales

Las académicas que redactaron los Manuales de Lenguaje Inclusivo para Educación Inicial, Primaria y Secundaria, a pedido del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires, criticaron la decisión del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de prohibir el uso de la ‘e’, ‘x’ o ‘@’ en escuelas porteñas.

Diana Maffía, Patricia Gómez, Celeste Moretti, Romina Zonzini y María Paula García difundieron el documento “El lenguaje se construye colectivamente, no se prohíbe unilateralmente”.

Allí cuentan que hace tres años, el Ministerio de Educación las convocó para “elaborar un conjunto de materiales sobre lenguaje inclusivo para ser utilizado por el conjunto de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y familias”.

“Estos manuales requirieron trabajo de especialistas en educación, comunicación y específicamente en lenguaje inclusivo, no sólo en relación a la diversidad sexual. Fueron redactados por fuera de la resolución del día de ayer de la que no teníamos ningún conocimiento”.

Destacaron que los fundamentos de la resolución “son un retroceso en cuanto al alcance de los manuales. Y las afirmaciones prohibicionistas señalan una postura y una decisión política que va a contramano del espíritu del trabajo que hemos realizado. No se trata de una moda sino de “una de las formas de reclamar por la igualdad”.

Una carta contra la prohibición

Un grupo de escritorxs y artistas firmaron una extensa carta criticando la prohibición del gobierno de la Ciudad. Acá la podés leer completa:

Que las autoridades políticas y educativas de CABA prohíban el uso del lenguaje inclusivo a lxs maestrxs en las aulas nos llena de perplejidad. En una comunidad con carencias y déficits de toda índole, que una política educativa sea la prohibición de la libre expresión es, como mínimo, muy preocupante.

El lenguaje inclusivo es el emergente de la lucha y los logros conseguidos por las mujeres y el colectivo LGTBI+. Prohibirlo en las aulas es una invitación a que en las escuelas se ignoren o se denigren los derechos adquiridos y a quienes representan.

La ESI, la Ley de Identidad de Género, el cupo para personas travestis, transexuales y transgénero no son materia debatible por funcionarios públicos en redes y de ninguna manera se puede contradecir lo que el Estado garantiza mediante leyes de alcance nacional.

Echar a rodar en las redes o en los medios estas cuestiones fundamentales parecen responder a un interés de corte proselitista para satisfacer de manera demagógica a los antiderechos y a los sectores más retrógrados de la sociedad.

Que el lenguaje nos incluya y nos nombre a todes, a todas, a todxs, a todos, en las aulas, en todas las reparticiones oficiales, es la manera que ganamos en y como comunidad. 

La riqueza de nuestra lengua nos permite expresarnos de muchas maneras. El lenguaje inclusivo es una de ellas. Nadie está obligado a usarlo si no se siente representado. Que las autoridades municipales lo prohíban es absolutamente inaceptable.”

Firmas

Claudia Piñeiro, Marcelo Piñeyro, Sergio Olguín, Selva Almada, Mercedes Morán, Mariana Enríquez, Nora Domíngez, Roque Larraquy, Gabriela Cabezón Cámara, Julia Magistratti, Fabiana Rousseaux, Victoria Larrosa, Eugenia Almeida, Albertina Carri, Gabriel Giorgi, Luis Sagasti, Cecilia Roth, Dolores Reyes, Gloria Peirano, Jorge Consiglio, Franco Torchia, Luciana Peker, Agustina Bazterrica, Mercedes Araujo, Soledad Vallejos, Noelia Rivero, Ezequiel Pérez, Guillermo Martínez, Adriana Kogan, Sebastián Martínez Daniell, Alejandra Zina, Marina Bellati, Gabriela Larralde, Cristian De Nápoli, Walter Lezcano, Gabriela Luzzy, Ricardo Romero, Adriana Fernández, Valentina Vidal, Enrique Viale, Mercedes Calzado, Natalia Crespo, Marcelo Figueras, Claudia Aboaf, Julieta Obedman, Débora Mundani, Laura Cukierman, Enzo Maqueira, María Inés Krimer, Cecilia Szperling, Juan Carrá, Julián López, Silvina Gruppo, Gabriela Saidon, Clara Anich, Graciela Repun, María Laura Hoyo, Julián Giordano, Sebastián Izquierdo, Marcelo Bello, Marcela Fumale, Walter Abaca, Laura Dolagaray, Cristina Aisemberg, Atilio Perín, María Raquel Resta.

13 de junio de 2022
Maby Sosa

Fuente Agencia Presentes

General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , ,

Principios de Yogyakarta: ¿qué son y cómo nos protegen?

Sábado, 23 de agosto de 2014
Comentarios desactivados en Principios de Yogyakarta: ¿qué son y cómo nos protegen?

Principios-de-Yogyakarta-portadaEn vísperas de la presentación de la edición local de los Principios de Yogyakarta, elaborada por el Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, a través de su Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual, entrevistamos a Diana Maffía y Lohana Berkins, responsables de ambas áreas, sobre esta valiosa herramienta del derecho internacional.

 Los Principios de Yogyakarta reflejan el estado actual de la legislación internacional de derechos humanos en relación a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género.

Por Leandro Fogliatti (SentidoG)

Son muchos los Estados que hoy poseen leyes y constituciones que garantizan los derechos de igualdad y no discriminación sin distinción de sexo, orientación sexual o identidad de género. Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos basadas en la orientación sexual e identidad o expresión de género todavía constituyen un patrón global y arraigado, y la respuesta internacional ha sido hasta el momento fragmentada e inconsistente.

En noviembre de 2006, un distinguido grupo de especialistas en derechos humanos procedentes de 25 países se reunió en la Universidad de Gadjah Mada (en Yogyakarta, Indonesia), para discutir y redactar lo que hoy se conoce como Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de Derechos Humanos en Relación con la Orientación Sexual y la Identidad de Género.

El Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, a través de su Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual, ha editado este año los 29 principios que constituyen esta valiosa herramienta del denominado soft law del derecho internacional, bajo el título Principios de Yogyakarta, en versión ilustrada por Ana Sanfelippo y publicada por Editorial Jusbaires. El libro impreso ya fue presentado en la Feria del Libro, el pasado mes de mayo, y ahora también se encuentra disponible en su versión digital, a través del siguiente link:

https://www.jusbaires.gob.ar/sites/default/files/principios_de_yogyakarta.pdf

 La edición local de los Principios de Yogyakarta se presentará oficialmente el próximo lunes 25 de agosto, a las 16 hs, en la Sala de Audiencias Públicas del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Cerrito 760). Para informarse e inscribirse, llamar al 4374-1739 o escribir a ceremonial@tsjbaires.gov.ar.

 En vísperas de esta presentación, SentidoG dialogó en exclusiva con Diana Maffía, directora del Observatorio de Género, y con Lohana Berkins, responsable de la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual.

¿Por qué el Observatorio de Género y la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual han decidido editar los Principios de Yogyakarta?

Lohana Berkins: Nuestra idea es acercar a los operadores de la Justica nuevos elementos que están circulando en el mundo, que se conocen como derechos de tercera y cuarta generación, como para empezar a ampliar el concepto de que cuando nosotras y nosotros denunciamos una violación o una falta de derecho, por razones de orientación sexual o identidad de género, también se trata de derechos humanos.

Diana Maffía: Una cosa interesante de los Principios es que reescriben los derechos que ya existen. Reescriben los derechos económicos, sociales y culturales, desde la imposibilidad del goce de esos derechos por parte de cuerpos o identidades u orientaciones sexuales diversas. La pregunta que subyace es por qué si el derecho es universal y es el mismo derecho, el hecho de que yo sea lesbiana, gay, transgénero, intersexual, travesti me impide ejercer ese derecho. Y es que, a pesar de que el lenguaje es universal, hay otro tipo de obstáculos de poder, porque el derecho es un instrumento normativo, pero es misógino, sexista, racista, diversista.

¿Y cómo se reescribieron?

DM: En clave de la experiencia de las personas sexualmente diversas, dándoles la autoridad que corresponde en redefinir sus derechos, porque nadie sabe mejor que una persona gay y lesbiana cómo se discrimina por orientación sexual, nadie sabe mejor que una travesti cómo se discrimina por identidad de género, nadie sabe mejor que un intersexual con qué violencia, con qué brutalidad y con qué grado de tortura se disciplina un cuerpo. Lo saben las personas que han sufrido esa situación y, por lo tanto, son expertas en su propia condición.

[Cabe destacar que de la redacción de estos Principios participó el argentino Mauro Cabral, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, integrante de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas, y activista intersexual].

¿En qué casos podrían aplicarse estos Principios?

LB: Por ejemplo, cuando un compañero gay o una compañera lesbiana denuncian un acto de injusticia o una violación a sus derechos, nunca la Justicia tiene en cuenta la condición sexual o la identidad de género como un agravante en sí mismo. El último caso más sonado es el de Pepa Gaitán, donde el padrastro [de su novia] le dice por qué le dispara y, sin embargo, en el juicio eso no prevaleció como un elemento de violencia. Cuando por nuestra orientación sexual o nuestra identidad de género se nos violan derechos que ya están garantidos en la constitución y en la ley misma, en muchos casos nuestra condición no prevalece en el juicio y la justicia no aparece como una cuestión reparadora.

¿Recuerdan algún ejemplo en el que se los haya contemplado como recurso del derecho internacional, desde su redacción original, en el año 2006?

DM: Por lo pronto se usaron como antecedente para la Ley de Identidad de Género en Argentina. Y es muy interesante ver que esta ley superó incluso las propuestas de los principios de Yogyakarta. Es decir que, a partir de esta inspiración, de que existe este piso de derechos, se puede ir por más.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado con respecto a estos Principios?

DM: Estos Principios señalan las obligaciones de los estados. Como señalan las obligaciones de los estados, podemos hacer un seguimiento y una exigencia de que esas garantías se cumplan. Porque el Estado tiene la obligación de garantizar los derechos, de promoverlos. En Argentina, los derechos económicos, sociales y culturales ya han sido garantidos, aceptados e incluidos en nuestra constitución. El asunto es cómo respetarlos para las personas con identidades u orientaciones sexuales diversas, con los obstáculos que sistemáticamente padecen para su pleno ejercicio.

¿Cómo han sido recepcionados a nivel internacional?

LB: Hay que entender que el origen de los principios de Yogyakarta es ampliar los conceptos universales de derechos humanos en las Naciones Unidas. Hay una comisión constituida y muchas organizaciones siguen haciendo lobby para que las Naciones Unidas los adopten, para que los estados miembro adhieran a estos principios. Es la gran lucha que se está dando. Y en muchos fallos, en distintos países del mundo, se han usado las proclamas de los Principios a la hora de una sentencia.

¿Qué acciones están llevando a cabo desde el Observatorio de Género y la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual para difundir estos Principios?

DM: Estamos armando una capacitación para el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Fue solicitud del propio Ministerio, a partir de que el año pasado hicimos una capacitación en educación y diversidad de género para 300 educadores y educadoras de los equipos pedagógicos de las escuelas de la ciudad de Buenos Aires, en la que participó Lohana; también participó María Eva Rossi, docente trans de Bahía Blanca que lamentablemente falleció.

Hemos dado varios seminarios vinculados con la diversidad sexual dentro de un programa que tenemos en capacitación en género y derecho. Le mandamos a todo el poder judicial de la ciudad la publicación, porque Lohana la pensó justamente para que el poder judicial sepa que tiene esta herramienta. Y se la mandamos también a funcionarios del poder ejecutivo, porque todas las políticas públicas deben estar atravesadas por esta relectura de los derechos.

Imagen: tapa del libro “Principios de Yogyakarta”, Editorial Jusbaires

Fuente SentidoG

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