Lo contábamos el lunes de la semana pasada: Sevilla carece de un protocolo de actuación ante agresiones por razón orientación sexual. Este hecho ha dado lugar a que se produzcan casos como el que cuenta al Diario.com un joven estudiante de Comunicación Audiovisual de 24 años. No se atreve a dar sus datos personales por temor a represalias. Lo que debería haber sido una feliz celebración de su cumpleaños se transformó en golpes, empujones, puñetazos, vejaciones, insultos homófobos y hasta escupitajos protagonizados por los porteros y una camarera de la conocida discoteca hispalense, Antique Teatro.

Cuando un grupo de jóvenes intentó colarse por la puerta de emergencia de la discoteca echaron la culpa a dos integrantes del grupo del joven denunciante. Los insultos y las agresiones del personal de seguridad hizo primero que intentaran explicarles que ellos nada habían tenido que ver pero ante la actitud agresiva de los porteros que le llamó ‘maricón de mierda’, le arrinconó hasta no dejarle moverse y le amenazó con matarle mientras que profería frases intimidantes y degradantes como “que le iban a poner la boca a puñetazos como si se hubiera hartado de comer pollas”, les pidieron las hojas de reclamaciones que sólo las facilitaron cuando vieron llegar a la policía local.

Para sorpresa del grupo del joven denunciante, la policía local creyó a los porteros de la discoteca y consideraron que la actuación había sido correcta ante una respuesta de violencia gratuita. El joven esperó una semana a tener una respuesta a su reclamación ya que los agentes habían pedido el documento de identidad a las personas implicadas para levantar el atestado y llamó a la Policía Nacional que, para su estupefacción, les comunicaron que no habían recibido ningún parte de la agresión homófoba. Al parecer, ni siquiera el Ayuntamiento hispalense ha decidido si le dará traslado o no a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que es lo que se hace habitualmente si el hecho delictivo va más allá de una simple falta.

El caso de este joven sevillano no es un hecho aislado aparte de los moratones con los que amaneció al día siguiente, lo peor es la impotencia de la indefensión y saber que los abusos por odio de orientación sexual no tienen castigo, tal como existe en los delitos machistas u otros contra la integridad física y moral de las personas. La decisión de no volver a la discoteca Antique Teatro no le sirve a este joven y a sus amigos porque ahora sienten que sus derechos son papel mojado y, por ello, se está replanteando interponer conjuntamente una denuncia vía penal.

Las organizaciones LGBT siempre recomiendan que denuncies porque, aunque pienses que no sirve para nada, la unión hace la fuerza en estas demandas de carácter social. Para ello, tienes varias opciones para canalizar tu denuncia: En el Observatorio Español contra la LGBTfobia (www.stoplgbtfobia.org) te explican cómo denunciar y dónde, Arcópoli lanzó hace poco el primer Observatorio Madrileño contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia (http://contraelodio.org/) y la FELGTB tiene en marcha la campaña Con la voz bien alta (http://conlavozbienalta.org/), donde te explican qué puedes hacer cuando se produce un delito de odio y tienen un servicio de atención

Fuerte Ragap

General, Homofobia/ Transfobia. Arcópoli, Con la voz bien alta, FELGTB, Sevilla