Se van las fuerzas, pero el animo sigue, la ilusión continua y la esperanza me agradaría decir que es más esperanzada.
Estamos presente en muchas instituciones importantes en cargos de responsabilidad y no les queda más remedio que escuchar la voz de políticos "mariquitas.
En estos tiempos hay clérigos que dan la cara, pero la iglesia continua siendo homófoba.
Ya no pueden pararnos. Nadie para el florecer de la primavera que estamos viviendo.
Firmo como Yoel. Pero soy Josemaría.