Señor, te damos gracias porque nos abriste tu Corazón,
porque en tu muerte y en tu resurrección te hiciste fuente de vida.
Haznos personas que vivan, que vivan de tu fuente.
Y concédenos la posibilidad de ser, también nosotros,
fuentes capaces de dar a este tiempo nuestro el agua de la vida.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza