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Renuncia

(2 mensajes)
  1. irimego
    Miembro

    Os inivto a que leais esta carta de un hermano "reducido al estado laical"...

    http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2015/05/02/siento-que-dios-toco-mi-corazo-n-y-mi-vida-y-e-l-ha-tejido-esta-historia-torcida-que-soy-iglesia-religion-dios-jesus-papa-celibato-obispo.shtml

    Pienso en todos esos hermanos que han decidido dar este paso, conscientes de su situación, dolidos con una iglesia poco madre y muy "maestra"... y mi corazón llora de dolor...
    Siento con mis hermanos cada una de las salidas de un hermano en el sacerdocio, porque muchas veces es por ese voto del celibato por el que tienen que abandonar su vida sacerdotal, esa vida que les plenicifa y que les aganda el corazón... sólo por ser conscientes de amar y de que ese amor puede ser compartido...
    Y recuerdo aquel himno de la LH con el que oramos y que dice...

    "... QUE YO COMPRENDA, SEÑOR MÍO

    AL QUE SE QUEJA Y RETROCEDE

    QUE EL CORAZÓN NO SE ME QUEDE

    DESENTENDIDAMENTE FRÍO ..."

    Oro con todos y por todos y siento mi corazón acercarse ante todas estas realidades...
    Humildemente, un presbitero al servicio del Evangelio, hermano de todos y compañero de camino y vida vuestro...

    Irimego, Zgoza.

    Publicado hace 9 años #
  2. Quizá lo mas duro al dejar la vida religiosa o el sacerdocio es la sensación de fracaso ante el Plan de Dios, como si tuviéramos la certeza de lo que Él nos tiene reservado. Pero es especialmente duro la "muerte" a la que te ves abocado en lo que hasta ese momento ha sido tu mundo. Literalmente desapareces, aunque tu marcha no haya sido por temas de celibato o castidad, el hecho de volver al mundo es una traición. Y religiosos y sacerdotes a los que habías acompañado desde la confidencia en el espíritu te vuelven la cara. Y seglares que se habían confiado a ti te miran ahora con recelo pensando, quizá, si su secreto seguirá guardado.

    Solo Dios y con la ayuda de una Comunidad de creyentes puede devolver la paz a tu corazón. Reconciliarte contigo mismo, con tu historia. Volver a ser un sarmiento que, tras la dura poda, vuelve a dar fruto.

    Un abrazo
    D.G.;Zaragoza

    Publicado hace 9 años #

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