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Presentación del Señor

(2 mensajes)
  1. Bernardo Yoel
    Miembro

    "El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría; y la gracias de Dios lo acompañaba" Lc 2, 22-40

    Al acabar la meditación del día de la candelaria el Abad dijo al joven postulante:

    -El crecimiento nos transforma y de alguna manera lo vamos notando: si la oración no nos transforma, no es verdadera oración. Como Jesús iba creciendo, la oración el contacto con el Señor debe hacernos crecer.
    No rezamos para encontrar la paz,para sentir cosas sublimes, para tener dones místicos.Rezamos para unirnos a Dios. Si al salir de la oración seguimos igual de mezquinos, no amamos más, no somos más justos...nuestra oración ha sido un mero contemplarnos a nosotros mismos, un hacer de Dios un instrumento...

    Al ver la cara de preocupación del joven, añadió:

    -Sí.Somos débiles,sin ideas claras,sin estar convencidos de como debemos vivir la Fe en el Profeta de Nazaret, no cambiaremos tras la oración. Pero sí hemos de dar un paso más, subir,aunque sea imperceptible, un poco más en nuestra escala espiritual.
    Acabar nuestra oración con un deseo de avanzar...indica si nuestra oración ha sido correcta. No los grandes sentimientos y los grandes propósitos o el haber tenido unos momentos de contemplación sublimes.

    fr. Bernardo Yoel.c.g. Valencia

    Publicado hace 9 años #
  2. En arje
    Moderador

    Hermano Fray,

    qué más dones místicos queremos que la contemplación de lo que somos, de los que nos rodean y de la realidad que pisamos. ¿Hay algo superior?

    Jesús unió el Cielo y la Tierra, lo Humano y lo Divino. Y nosotros como los discípulos el día de la Ascensión: embobados mirando al Cielo (Hch 1, 11), mientras Dios mira a la Tierra (Salmo 104, 32) y al corazón de las personas (1Sam 16, 7).

    Que el Señor nos de su paz y la vida eterna.

    Buenas noches.

    En arjé.

    PD: En este día de la "Vida Cosagrada" quiero felicitar a todas aquellas personas que han dedicado su vida entera, consagrada, al servicio del Reino de Dios, viviendo evangélicamente en medio de nuestro mundo o en su claustro. Unos son miembros de nuestra web y otros están repartidos por el resto del orbe, pero también los queremos tener presentes porque son importantes por su testimonio. No podemos olvidar tampoco a nuestros hermanos y hermanas de la vida monástica y eremita, comtemplativos de la vida de la fe, que sigan siempre funcionando como ese pulmón que necesitamos, como ese parque que oxigena al resto de la humanidad y a ellos mismos. A todos ellos y ellas les transmitimos nuestros mejores deseos y nuestro apoyo desde la oración y la acción en comunión. Felicidades por vuestra palabra eterna.

    Publicado hace 9 años #

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