Las primeras en ver a Jesús resucitado son las mujeres. Su saludo es, no tengáis miedo.
Jesús se aparece a los despreciados y considerados en nada por la sociedad, como eran las mujeres en aquel tiempo y somos en la actualidad los gays.
Tampoco nosotros, los "diferentes" tangamos miedo que no nos va a conducir a Dios, todo lo contrario, nos amarga la existencia, nos hace cobardes y amargados.
Debemos volver siempre a los inicios. A la inocencia de la infancia. A los momentos que la sociedad no nos había contaminado.