Jesús sencillamente nos invita a amarnos los unos a los otros, dentro del colectivo nuestro, podemos encontrar diferencias y matices a miles.
El AT ve en el odio a los enemigos, a los que son "diferentes" a mi, algo natural (Sal 35). La novedad del Profeta de Nazaret supera la ley del talión "ojo por ojo diente por diente por diente". Esto no significa que estemos exentos de tener enemigos, menos aún, los que al estilo de Jesús luchamos contra todo tipo de injusticia, intolerancia, corrupción, violencia...etc. De lo que se trata es de no asumir actitudes condenatorias, sino de abrir los espacios y posibilidades para que los "enemigos" encuentren el camino de reconciliación.
Jesús no intenta reducirnos al conformismos o la resignación (se trata de ser mansos, pero no tontos) No se trata de renunciar a nuestros derechos ni callarnos frente a las injusticias, sino de renunciar a la violencia como medio absoluto para resolver las diferencias.
Nos hemos preguntado alguna vez cuán misericordiosos somos? Muchas veces confundimos la misericordia con la lástima y eso no es cristiano, por que el que tiene lástima inconscientemente establece una relación de superior al otro, en cambio el que tiene misericordia establece una relación de hermano.
Bernardo YOEL, VALENCIA.ESPAÑA