Feliz el pueblo que camina a la luz de tu rostro.
Sal 89
Poniendo mis ojos en ti, Dios verdadero, digo no a la envidia, a la hipocresía, a la indiferencia.
Contemplando lo que haces por nosotros, Dios misericordioso, me desmarco del mal y me comprometo a trabajar por la verdad y la vida.
Buen día