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Testigos de Dios. Hildegard de Bingen (1) : Conocer los caminos a Dios

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  • Iniciado hace 9 años por hentai
  1. hentai
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    Ahora le toca a una mis preferidas,Hildegard de Bingen,cuya vida y doctrina es tan apasionante y erúdita que utilizaré don entradas.

    Hildegard de Bingen ( Alzey 16 de septiembre de 1098 - Monasterio de Rupertsberg, Bingen, 17 de septiembre de 1179) fue abadesa, líder monacal, mística,profetisa,médica,compositora y escritora alemana. Es conocida como la Sibila del Rin . El 7 de octubre de 2012 el papa Benedicto XVI le otorgó el título de Doctora de la Iglesia junto a San Juan de Ávila durante la misa de apertura de la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de Obispos.

    Considerada como una de las personalidades más fascinantes y polifacéticas del Occidente europeo, se la definió entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media, entre las figuras más ilustres del monacato femenino ,dotada de una cultura fuera de lo común, comprometida también en la reforma de la Iglesia, y una de las escritoras de mayor producción de su tiempo. Desgraciadamente su figura es muy poco conocida en España,posiblemente al tener ya a una "grande" como Teresa de Jesús.

    En Hildegard vemos lo que vemos en casi todos los místicos: una profunda sabiduría y cultura,ya sea en letras,ya sea en ciencias. En el caso de Hildegard,en ambos. Parece que la experiencia de theosis otorgase una capacidad de albergar conocimientos fuera de lo común,o bien que Dios escoja a personas con enorme cultura para sen buenos testigos de su esencia y poder describirlo bien. Hay que tener en cuenta que los místicos cumplen un cometido que no existe en las Escrituras. No nos hablan de Dios,sino de COMO ES DIOS.

    Hildegard nació en Bermesheim en el valle del Rin durante el verano del año 1098 en el seno de una familia noble alemana acomodada. Fue la menor de los diez hijos de Hildeberto de Bermersheim, caballero al servicio de Meginhard, conde de Spanheim,y de su esposa, Matilde de Merxheim-Nahet, y por eso fue considerada como el diezmo para Dios, entregada como oblata y consagrada desde su nacimiento a la actividad religiosa, según la mentalidad medieval.De esta manera, fue dedicada por sus padres a la vida religiosa y entregada para su educación a la condesa Judith de Spanheim. hija del conde de Spamheim y, por tanto, noble como ella,quien la instruyó en el rezo del salterío, en la lectura del latín y en la Sagrada Escritura.

    Durante algunos años maestra y discípula vivieron en el castillo de Spanheim. Cuando Hildegard cumplió catorce años, ambas se enclaustraron en el monasterio de Disiodengerg. Este monasterio era masculino, pero acogió a un pequeño grupo de reclusas en una celda anexa, bajo la dirección de Judith. En 1141 la celda se transformó en un pequeño monasterio, a fin de poder albergar el creciente número de vocaciones. En ese mismo año, Hildegarda emitió la profesión religiosa . De esta manera continuó su educación monástica rudimentaria dirigida por Judith.

    Judith murió en 1136, con fama de santidad tras haber llevado una vida de mucha austeridad ascesis que incluyó largos ayunos y penitencias corporales. Hildegard, a pesar de su juventud, fue elegida como abadesa (magistra) de manera unánime por la comunidad de monjas.

    Desde niña, Hildegarda tuvo débil constitución física, sufría de constantes enfermedades y experimentaba visiones. En una hagiografía posterior escrita por un monje se consignó el testimonio de la propia Hildegarda, donde dejó constancia que desde los tres años tuvo la visión de «una luz tal que mi alma tembló».Estos hechos continuaron aún durante los años en que estuvo bajo la instrucción de Judith quien, al parecer, tuvo conocimiento de ellos. Vivía estos episodios conscientemente,es decir, sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis. Ella los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; además iban acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música.

    Hoy día dichos episodios serían considerados alucinatorios,dentro del gran reduccionismo que existe para explicar la mística. Pero como diría cualquier psiquiatra,no hay alucinación visual o auditiva que sea positiva,ya que todas son de carácter terrorífico y angustioso,por la alteración de neurotransmisores que no producen precisamente tranquilidad ni relajación. Pero cada uno es libre de pensar lo que desee...

    En 1141, a la edad de cuarenta y dos años, sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden sobrenatural de escribir las visiones que en adelante tuviese. Fue cuanto la experiencia de la Luz Divina más importante y la que le causó un mayor impacto en su vida y en su espiritualidad:

    "EN EL AÑO 1141 DE LA ENCARNACIÓN DE JESUCRISTO,LA PALABRA DE DIOS,TENIENDO YO CUARENTA Y DOS AÑOS Y SIETE MESES,UNA LUZ ABRASADORA DE EXTRAORDINARIO
    RESPLANDOR QUE VENÍA DEL CIELO SE ADENTRÓ EN TODA MI MENTE. CUAL LLAMA QUE NO QUEMA PERO QUE ENCIENDE,INFLAMÓ TODO MI CORAZÓN Y TODO MI PECHO,COMO EL SOL QUE CALIENTA UN OBJETO CON SUS RAYOS"

    A partir de entonces, Hildegard escribió sus experiencias, que dieron como resultado el primer libro, llamado "Scivias" (Conoce los caminos), que no concluyó hasta 1151. Para tal fin, tomó como secretario a uno de los monjes de Disibodenberg llamado Volmar y, como colaboradora, a una de sus monjas, llamada Ricardis de Stade

    No obstante, siguió teniendo reticencias para hacer públicas sus revelaciones y los textos resultantes de ellos, por lo que para disipar sus dudas recurrió a uno de los hombres más prominentes y con mayor reputación espiritual de su tiempo: Bernardo de Claraval, a quien dirigió una sentida carta pidiéndole consejo sobre la naturaleza de sus visiones y la pertinencia de hacerlas de conocimiento general. En dicha misiva, enviada hacia 1156, confesaba al ilustre monje que lo había visto en una visión «como un hombre que veía directo al sol audaz y sin miedo», y al mismo tiempo que se atribuía a sí misma «debilidad» solicitaba su consejo:

    "Por medio de esta visión, que tocó mi corazón y mi alma como una llama quemante, me fueron mostradas cosas profundísimas. Sin embargo, no recibí estas enseñanzas en alemán, en el cual nunca he tenido instrucción. Sé leer en el nivel más elemental, pero no comprenderlo plenamente. Por favor, dame tu opinión sobre estas cosas, porque soy ignorante y sin experiencia en las cosas materiales y solamente se me ha instruido interiormente en mí espíritu. De ahí mi habla vacilante. [...] "

    La respuesta de Bernardo no fue ni muy extensa ni tan elocuente como la carta enviada por Hildegard, pero en ella la invitaba a «reconocer este don como una gracia y a responder a él ansiosamente con humildad y devoción [...]». Además, parece que el abad de Claraval posteriormente intervino ante el papa Eugenio III en favor de Hildegard, ya que tenía trato personal con el obispo de Roma porque éste era también cisterciense y antiguo discípulo suyo.
    Precisamente, el arzobispo Enrique de Maguncia bajo cuya jurisdicción se encontraba el monasterio de Disibodenberg, y que estaba enterado de las visiones y profecías de Hildegarda, mandó una comisión al papa Eugenio para informarse de lo sucedido y lograr que se declarara sobre la naturaleza de tales dones.El papa se encontraba por aquellos días en Treveris para presidir el sínodo que se celebró en aquella ciudad.

    En 1148, un comité de teólogos estudió y aprobó parte del Scivias. El mismo papa leyó públicamente algunos textos durante el sínodo de Tréveris y declaró que tales visiones eran fruto de la intervención del Espíritu Santo. Tras la aprobación, envió una carta a Hildegard, pidiéndole que continuase escribiendo sus visiones. Con ello dio comienzo no solo la actividad literaria aprobada canónicamente, sino también la relación epistolar con múltiples personalidades de la época, tanto políticas como eclesiásticas, tales como el ya mencionado Bernardo de Claraval, y reyes de la época, que pedían sus consejos y orientaciones. Tal fue su reconocimiento, que llegó a ser conocida como la Sibila del Rin.

    Un año después del traslado concluyó el Scivias y de esa misma época datan sus dos libros de contenidos sobre ciencias naturales (Physica) y medicina (Cause et cure), en los cuales expuso gran cantidad de conocimientos sobre el funcionamiento del cuerpo humano, de herbología y otros tratamientos médicos de su época basados en las propiedades de piedras y animales. Asimismo, comenzó la colección de cantos que tituló "Symphonia armonie celestium revelationum", que compuso para atender a las necesidades litúrgicas de su comunidad. Según algunas cronologías, también de 1150 dataría el inicio del "Liber vite meritorum".

    Publicado hace 9 años #

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