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El acoso a Judith Butler durante su estancia en Brasil pone de manifiesto la creciente virulencia del movimiento LGTBfóbico en ese país

Viernes, 17 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en El acoso a Judith Butler durante su estancia en Brasil pone de manifiesto la creciente virulencia del movimiento LGTBfóbico en ese país

author-judith-butlerLa situación en Brasil comienza a ser inquietante: los grupos evangélicos ganan posiciones e influencia, algunos derechos LGTB comienzan a dar marcha atrás, el abiertamente homófobo Jair Bolsonaro es ya uno de los favoritos para ganar las próximas elecciones presidenciales… En este contexto, la visita de Judith Butler, intelectual de referencia tanto del feminismo como del movimiento LGTB (es una de las “teóricas queer” más importantes) se adivinaba complicada. Y así ha sido. Una campaña de odio promovida por ultraconservadores estuvo a punto de dar al traste con la participación en un simposio al que había sido invitada, pero además Butler tuvo que soportar la agresión verbal (y casi física) de un grupo de ultraconservadores en el aeropuerto.

Judith Butler había sido invitada a participar en el simposio Los fines de la democracia, celebrado entre el 7 y el 9 de noviembre en el centro cultural Sesc Pompeia de São Paulo, organizado por la Universidad de California en Berkeley (de la que es profesora Judith Butler) y el Departamento de Filosofía de la Universidad de São Paulo y financiado por la mencionada Universidad de California y la fundación estadounidense Andrew W. Mellon. Un evento, por tanto, de carácter universitario, cuyo objeto de discusión era el concepto de soberanía popular y su relación con la democracia liberal, así como el surgimiento de los movimientos populistas en política. No incluía en su programa debates ni mesas redondas sobre feminismo, teoría queer o derechos LGTB. Sin embargo, la mera presencia de Butler y el peso de su obra teórica fue suficiente para movilizar a los pujantes grupos ultraconservadores, muy vinculados a las iglesias evangélicas (aunque no solo) y que cada vez están cobrando más peso tanto en las calles como en el ámbito político.

A través de la plataforma CitizenGo (la marca que HazteOír utiliza para la difusión internacional), los ultraconservadores consiguieron reunir algo más de 370.000 firmas pidiendo la cancelación de la visita de Butler. “No queremos una ideología de género que enmascara un objetivo político marxista. Sus libros quieren hacernos creer que la identidad es variable y fruto de la cultura. La ciencia y sobre todo la realidad nos muestran lo contrario. Su presencia en nuestro país en un simposio comunista, pagado con dinero de una fundación internacional, no es deseada por una abrumadora mayoría de la población nacional”rezaba la petición.

Poco importó lo delirante del texto. La apelación a la amenaza marxista (sufragada por capital estadunidense…) y sobre todo la mención a la “ideología de género” (el término que el ámbito más conservador utiliza para denigrar tanto al feminismo como a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB, muy especialmente en los últimos tiempos la lucha en favor de los derechos trans) fue suficiente para desatar la histeria, reunir miles de firmas y desatar la batalla en las redes sociales. Además, decenas de personas se congregaron físicamente frente al centro en el que tenía lugar el simposio gritando consignas de odio contra Butler (llegaron a quemar un muñeco que la representaba, en una especie de intento por “exorcizar el mal”), si bien también acudieron manifestantes en favor de Butler. Basta echar un vistazo a las imágenes recogidas por Ruptly TV para comprobar el odio que los manifestantes emanaban (el reportaje también recoge en su segunda parte imágenes de los contramanifestantes en apoyo de Butler):

Acosada en el aeropuerto

Pero la cosa no terminó ahí, por desgracia. Cuando se disponían a tomar el vuelo de vuelta, Judith Butler y su pareja fueron acorraladas en el aeropuerto de Congonhas por un grupo de personas que le gritaron a la filósofa “no eres bienvenida”, “eres el mal”“destructora de los niños”“pedófila” o “destructora de familias”, entre otras barbaridades. Destacaron por su violencia verbal dos mujeres que portaban pancartas y que no dejaron de acosar a la filosófa por todo el vestíbulo del aeropuerto, hasta que vigilantes de seguridad y otras personas que espontáneamente defendieron a Butler se interpusieron y la permitieron marcharse. En las imágenes, difundidas en redes sociales, puede verse incluso como una de ellas la intercepta en un momento determinado con un carro portaequipajes. Insertamos a continuación el vídeo publicado por El Salto Diario, que ofrece las imágenes subtituladas:

Entre las personas que defendieron a Butler en el aeropuerto se encontraba Danieli Lima, que en su perfil de Facebook ha denunciado la actitud racista de una de las mujeres que acosaron a la filosófa (en concreto la que viste blusa amarilla), que se dirigió a ella y a otras personas de raza negra de modo despectivo:

Danieli Lima

el viernes pasado

RACISMO PELA MANHÃ.

Estou eu no aeroporto de congonhas esperando meus amigos do Núcleo Bartolomeu para poder embarcar para o Rio de Janeiro rumo a FLUPP ( A Festa Literária das Periferias), quando passa a Judith Butler ( indo para a área de embarque), seguida de uma mulher completamente fora de si com um cartaz onde tinha o rosto da Judith com um traço vermelho de proibido, gritando todas as ofensas possíveis (TODAS). Ela agredia a Judith verbalmente e fisicamente (batia o c

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Brasil: preocupante contexto regresivo

Hace pocas semanas recogíamos el fallo de un juez federal brasileño, que estimaba el recurso de varios psicólogos vinculados a grupos evangélicos y ordenaba al Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que permitiese de nuevo las “terapias” reparadoras de la homosexualidad, prohibidas desde 1999. El fallo sacudía la sociedad brasileña, enfrentada a una ola regresiva no solo en materia política (tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer) sino también social, fruto en buena parte de la ya mencionada pujanza de los grupos evangélicos.

Una regresión que amenaza los avances que Brasil había experimentado en materia LGTB en años recientes. A finales del año pasado Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaro, un homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en 2018. Veremos qué sucede, pero el panorama es, como decíamos al principio, profundamente inquietante.

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Judith Butler responde con contundencia a J.K. Rowling: ” ¿qué nombre deberíamos poner a las auto-proclamadas feministas que desean excluir a las mujeres trans de espacios de mujeres?”

Sábado, 3 de octubre de 2020
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author-judith-butlerLa autora feminista Judith Butler no duda en cargar contra J.K. Rowling y otras TERFs durante una entrevista en un periódico británico

 Judith Butler es una filósofa, articulista, escritora, modelo y actriz queer  que escribió un libro (Gender Trouble) en el que venía a decir que la distinción entre sexo y género no está muy clara porque, en cierta manera, ambos son constructos sociales. Eso ha hecho que mucha gente use sus teorías como argumento tránsfobo (porque si el género es un constructo social, ¿cómo vas a sentir tan internamente tu identidad de género?); pero Butler siempre se ha mostrado a favor de la igualdad trans porque al final todo se reduce a “cómo todo el mundo debería ser libre de determinar el curso de la vida del género de cada uno“.

El New Statesman se sentaron a hablar con ella sobre  J.K. Rowling y cuando a Butler le preguntan si está de acuerdo con la idea de Rowling de que las mujeres trans son una “amenaza” para las mujeres cis, la filósofa responde que: “Se está creando un reino de fantasía, uno que refleja más a la feminista que tiene ese miedo que cualquier otra situación en la vida trans. Las TERFs como Rowling creen que el pene es una amenaza, o que cualquier persona que tenga pene y se identifique como mujer está participando en una forma engañosa y malvada de disfraz.

“Las mujeres trans“, añade Butler, “son a menudo discriminadas en los lavabos de hombres, y sus maneras de auto-identificarse son formas de describir una realidad vivida, una que no se puede capturar o regular por las fantasías que les colocan encima. El hecho de que esas fantasías pasen como debate público es en si mismo algo de lo que preocuparse.“

El “reino de fantasía” al que se refiere Butler es todo ese argumento absurdo (que hace unos años ya recorrió Estados Unidos) de que si se permite a las mujeres trans (a las que la transfobia ve como hombres disfrazados de mujer) entrar en baños de mujeres, entonces cualquier violador con peluca va a abusar de tu hermana en un centro comercial. Nunca se ha registrado un caso de abuso sexual de una mujer trans a una mujer cis (o trans) en un lavabo de mujeres, pero ¿y qué les imposta si rompe sus esquemas?

En cierto momento la entrevistadora intenta llamar la atención de Butler por utilizar el término “TERF”, argumentando que algunas TERF consideran que TERF es un insulto: “No estoy al tanto de que TERF se utilice como insulto. Me pregunto ¿qué nombre deberíamos poner a las auto-proclamadas feministas que desean excluir a las mujeres trans de espacios de mujeres? Si están a favor de la exclusión, ¿por qué no llamarlas “exclusionarias”? Si entienden que ellas mismas forman parte de esa corriente del feminismo radical que es opone a la reasignación de género, ¿por qué no llamarlas feministas radicales?

Para Butler las TERFS no tienen nada de feministas: “Un problema claro es el encuadre que hace creer que el debate es entre feministas y personas trans. No lo es. Una de las razones para militar contra ese encuadre es que el activismo trans está enlazado con el activismo queer y con los legados feministas que a día de hoy siguen muy vivos.“

El momento álgido de la entrevista viene cuando le preguntan a Butler por el acoso que Rowling y otras TERFs sufren online, intentando presentarlas como las víctimas de una sociedad implacable con la “incorrección política”. Y Butler afirma: “Creo que vivimos en tiempos anti-intelectuales… Confieso que me deja perpleja el hecho de que señales el nivel de acoso hacia J.K. Rowling, pero no cites el abuso contra las personas trans y sus aliados que ocurre online y en persona.” Y tras recordarle a la periodista que las personas trans sufren cada día, por todo el mundo, niveles de acoso intolerables, añade que: “No se puede decir que las amenazas hacia unas personas son tolerables y contra otras no.“

Fuente LGBTQNation, vía LaSuperQueer

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“El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba”, por Carlos Osma

Viernes, 12 de abril de 2024

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De su blog 
Homoprotestantes:

Cuando explicaba a mis amistades que estaba escribiendo un libro sobre el discípulo que Jesús amaba, muches me preguntaban: ¿Juan, no? Sin embargo, este libro no va de definir una identidad, de saber quién está detrás de una x que nos crea incertidumbre. Sino de saber si ese discípulo —al que el narrador identifica como autor del Cuarto Evangelio— puede aportarnos algo a las personas queer de hoy. A esas que no encajamos en —alguna, muchas, o todas— las identidades que se suponen deberían venirnos como anillo al dedo, pero que más bien nos van como soga al cuello.

«Me propuse releer los textos, reescribir también sobre ellos: escribir respecto de ellos sin dejarlos nunca intactos y de escribir en ellos escrutando entre líneas, en los márgenes. Pero no quise releerlos para demostrar que es posible hacerlo desde una existencia queer, sino para que las lectoras a las que me dirijo –aquellas a las que otras teologías no tienen en cuenta más que para deshumanizarlas– valoraran si el mensaje del Cuarto Evangelio las interpela. Si aún son capaces de identificarse como discípules a les que Jesús Ɐma». [1]

Además de una introducción y una reflexión final, el libro consta de siete capítulos, cada uno de ellos centrado en una de las escenas donde aparece este personaje. Para el comentario de las escenas me sirvo del método narrativo, que entiende el Cuarto Evangelio como una creación literaria con la que el autor pretende guiar a las lectoras para que crean en Jesús. Así que me sirvo de las aportaciones de especialistas que han utilizado este método para analizar el Cuarto Evangelio. Y a esto le añado todo lo que he aprendido de autores queer, o de personas con las que he compartido experiencias en comunidades cristianas, entidades LGTBIQ+, entornos ecuménicos, amistad y/o lazos familiares. Creo que la fusión de todo esto hace de El Discípulo Que[er] Jesús maba un libro singular. No es fácil encontrar juntes en una obra de contenido teológico a Alan Culpepper y Judith Butler, Paul Preciado y Rudolf Bultmann, Roberto Vignolo y Camila Sosa Villada, o a Marcella Althaus Reid y Paco Vidarte.

«Llegadas hasta aquí, y siendo nosotres también conscientes de que nuestra hora ha llegado, la hora de hacernos presentes en la escena, podemos decir basta, y hacer una especie de Stonewall pero a la inversa, queremos dejar la oscuridad y la intemperie donde se nos ha obligado a vivir, para acercarnos a Jesús y poner nuestra cabeza sobre su pecho. Estamos decididas a pasar por encima de la policía teológica que nos hace pagar sus indulgencias a un precio inasumible para nosotras. Somos educades, hemos llamado muchas veces a esa puerta pero nunca se nos ha abierto, ahora estamos empoderades y no aceptamos un no por respuesta. Rechazamos toda clase de violencia, hemos padecido demasiada como para creer ahora que nos serviría de algo, pero vamos a entrar». [2]

La lectora a la que me dirijo, como he explicado anteriormente, se reconoce queer. Eso es importante tenerlo en cuenta porque aunque la queeridad nos traspasa a todas, no siempre somos conscientes de ello. Aún así, espero que esta obra ayude a que algunes lectores dejen aflorar lo queer que consciente, o inconscientemente, esconden. Además, mi lector implícito no es solo queer, es también muchas otras cosas, y no solo es objeto de rechazo o aceptación, sino que también es sujeto que rechaza o acepta a otres. Y aunque es capaz de gritar para pedir justicia, también es sensible a los gritos –o los susurros– de quienes la quiere para ellas.

«Se puede construir a Jesús de otras formas, de hecho se hace: puede ser blanco, poderoso, heterosexual, occidental, cristiano, misógino, un asesino, o adecentarlo con cualquier categoría de opresión. Pero ante ese Jesús de malas nuevas que controla, juzga y mata, deberíamos huir, si podemos hacerlo, y ojalá no lo hubiéramos conocido nunca. No estaría mal que, al menos por un tiempo, hasta que nos desintoxiquemos de los dogmas de fe que corren por nuestras venas, me refiero a los que nos provocan adicción, ansiedad o alucinaciones, echemos mano de la ética marica que propuso Paco Vidarte, una ética marica que recupere la solidaridad entre sí de los oprimidos,discriminados y perseguidos». [3]

Añadir, para acabar, que en los comentarios a las escenas trato de poner en valor lo que el autor del Cuarto Evangelio nos propone: Un discipulado del ∀mor, no un discipulado del patriarcado, del mercado, del miedo, o de las costumbres. Un discipulado que, como muy bien dice Carmenmargarita Sánchez de Léon, «sangra/menstrua, que llora, que baila y mueve sus caderas, de cuerpos gordos y sensuales, de cuerpas que resucitan una y otra vez ante los proyectos de muerte de los necropoderes»[4]

Agradezco de antemano todos los comentarios y observaciones que me hagáis llegar después de la lectura del libro. También estoy abierto a presentarlo en vuestra entidad, comunidad, asociación, etc. Podéis poneros en contacto conmigo a través de mi correo electrónico. Escribí este libro «para compartir el descubrimiento que había supuesto para mí encontrarme con el discípulo que[er] Jesús Ɐmaba. Espero que mis reflexiones os inspiren, que las contradigáis, las completéis, las mejoréis, pero sobre todo: que os animen a compartir con quienes tenéis alrededor, el Ɐmor de un dios queer que nos ha hecho a todos diversas y hermanes. Que disfrutéis – al menos tanto como lo he hecho yo– al caminar entre las escenas donde el discípulo que[er] Jesús Ɐmaba os acompaña en el seguimiento de Jesús»[5]

Carlos Osma

 IMG_3853El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba

está disponible en Amazon

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Notas:

[1] Carlos Osma, El Discípulo Que[er] Jesús maba (Barcelona: Ediciones Homoprotestantes, 2024), 71.

[2] Ibíd., 65.

[3] Ibíd., 115.

[4] Carmenmargarita Sánchez de León, “Los múltiples cuerpos de Jesús”. En Knauss y Mendoza-Álvarez, eds. Teologías queer: Devenir el cuerpo queer de Cristo, Revista Internacional de Teología Concilium 383 (Estella, Navarra: Verbo Divino, 2019), 712.

[5] Osma, El Discípulo Que[er] Jesús maba, 19-20.

 

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Inauguran el primer mausoleo para personas trans en México

Jueves, 28 de septiembre de 2023
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IMG_0578Es un espacio para recuperar la memoria y dignificar la muerte de aquellas mujeres trans cuyos cuerpos no son reclamados por sus familiares biológicos pero sí por su familia elegida —amigas y hermanas de la diversidad sexual—, y evitar que acaben en una fosa común.

“Hace siete años, en este mismo panteón, le prometí a Paola que yo no iba a descansar hasta lograr un cambio en el sistema”, dice la activista trans Kenya Cuevas en un templete junto a autoridades de la Ciudad de México. En el Panteón Civil San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa, Cuevas recibe las llaves del primer Mausoleo para Personas Trans en el país.

Es un espacio para recuperar la memoria y dignificar la muerte de aquellas mujeres trans cuyos cuerpos no son reclamados por sus familiares biológicos pero sí por su familia elegida —amigas y hermanas de la diversidad sexual—, y evitar que acaben en una fosa común y sin identificar.

El mausoleo tiene una cara visible: la de Paola Buenrostro, cuya tumba está a unos metros del Mausoleo.

Buenrostro fue asesinada en 2016 cuando ejercía el trabajo sexual. Tenía 25 años y era originaria de Chiapas. Luego de que las autoridades capitalinas de entonces liberaran al feminicida, Kenya ha luchado para visibilizar la violencia que vive la comunidad trans. Además busca que sus compañeras asesinadas puedan tener un lugar de descanso digno.

“Paola, gracias porque a través de tu nombre hemos logrado abrir una brecha importante en la historia de la comunidad trans”, dice conmovida Kenya Cuevas. El mausoleo es una estructura de concreto armado que alberga 142 nichos, espacio para seis ataúdes y un altar. Se construyó con apoyo de la Fiscalía General de la Ciudad de México y en un espacio donado por la alcaldesa Clara Brugada, quien acudió a la entrega.

“La verdadera muerte es el olvido y aquí no hay olvido. Hay lucha, hay resistencia y mucho trabajo para acabar con la discriminación y la violencia”, dijo Brugada. A partir del 16 de septiembre, la alcaldesa deja el cargo para competir por la candidatura de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

La primera piedra del recinto fue colocada el 22 de mayo y este 14 de septiembre se ha inaugurado. En los siguientes días se iniciará un proceso para exhumar los restos de las mujeres trans que serán llevados al mausoleo.

Este video es del día en que empezó a construirse el Mausoleo

La muerte digna también se disputa

“Solo reconocemos ciertas vidas como humanas y como reales. Y esto ocurre porque existen esquemas conceptuales que determinan aquello que somos capaces de reconocer”, explicó. Citó a la filósofa Judith Butler— Nashieli Ramírez Hernández, titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

“Butler hace un llamado a ser críticos con ese esquema conceptual que nos dice qué vidas deben ser lloradas y cuáles no. Todas, todos y todes merecen ser llorados”, continuó Ramírez Hernández. Además refirió que la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México —de acuerdo a solicitudes de información—, acumula 133 averiguaciones previas por el delito de transfeminicidio.

Por su parte, Geraldina de la Vega, titular de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Discriminación (Copred) dijo que las mujeres trans siguen estando en el centro de las violencias. Pero no debe darse un paso atrás en el avance de sus derechos humanos. A nivel nacional y especialmente en la Ciudad de México la Constitución local los reconoce.

“Las mujeres trans tienen derecho de ocupar todos los espacios y también un espacio digno para la muerte”, dijo en su intervención.

A la entrega del Mausoleo también acudió Jaime Morales, director de diversidad sexual y Derechos Humanos de la La Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la Ciudad de México; Oyuki Martinez, coordinadora de la Unidad de Salud Integral para Personas Trans (USIPT) y la activista trans Andrea Luna, del colectivo Por la libertad de decir y decidir.

15 de septiembre de 2023
Fernando Jarillo
Edición: Ana Fornaro

Fuente Agencia Presentes

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Las personas LGBT+ conocemos el impacto que tienen los discursos de odio en las vidas

Jueves, 6 de octubre de 2022
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A raíz del atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se intensificó el debate social sobre un tema que hace ya varios años nos viene preocupando a las comunidades LGBTIQ, en particular a las personas Travestis / Trans

A raíz del atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en los últimos días se intensificó el debate social sobre un tema que hace ya varios años nos viene preocupando a las comunidades LGBTIQ, en particular a las personas Travestis / Trans: ¿Cómo se pueden regular/sancionar los mensajes de odio que envían los medios de comunicación a las sociedades?

Parecería que hablamos “medios de comunicación” como algo abstracto. Pero en realidad estamos frente a un entramado de estrategias políticas. Éstas controlan y redireccionan el destino de un país a través de sus votos. Además calan profundo, configurando las emociones de las personas, entre ellas la más nociva: el odio.

Frente a una crisis económica y social a nivel mundial y local, pondera el miedo, uno de los mejores amigos del odio: su razón de ser. La crisis no es solo una amenaza económica, sino existencial. Nos deja desamparadxs y muchas veces desprotegidxs, vulnerables a recibir información que nos permita encontrar culpables.

Qué vidas merecen la vida

Las comunidades Trans siempre hemos sido blanco fácil para los discursos de odio en los medios de comunicación. Desde titulares estigmatizantes, patologizantes y criminalizantes de nuestras identidades hasta mensajes muy concretos de incitación a la acción. Hemos escuchado a conductoras, políticas, decir: “que se autoperciban como quieran, pero no por eso tenemos que pagar de nuestros bolsillos sus planes sociales”; “que salgan a laburar”; “el gobierno nos quiere distraer y se ocupa de estos vagos cuando estamos en un país que se esta prendiendo fuego”; “Hay niñxs con discapacidad que no tienen para medicaciones y se atiende a estos engendros”, etc.

Cuando decimos que debemos promover a un cambio social para que sean efectivos nuestros derechos, aquí nos encontramos con uno de los mayores obstáculos. Hay una sociedad que escucha en la permeabilidad de la desesperanza y desesperación este tipo de mensajes. Y como si esto fuera poco, el odio incita a la acción, a eliminar el problema de raíz, que para muchxs se traduce en ataques Transodiantes, crímenes de odio hacia nuestras poblaciones. Pero, sobre todo con un respaldo social que en la mayoría de los casos garantiza impunidad, insensibilidad y falta de empatía por nuestras vidas.

noticias_file_foto_1025630_1444815113Cristina Fernández de Kirchner con Diana Sacayán, asesinada por odio tránsfobo..

Como dice la filósofa Judith Butler: “Solo reconocemos ciertas vidas como humanas y reales”. Por lo tanto, hay vidas que merecen ser vividas y otras no.

El dolor es mayor cuando el odio viene de movimientos o compañerxs que parecen comprender problemáticas estructurales de las violencias y cómo se canalizan en el género y las identidades de genero.

El atentado contra la vicepresidenta nos paralizó y nos duele. El atentado puede leerse como respuesta, en parte, como respuesta a miles de horas de odio en los medios. Por eso desde hace tiempo las personas LGBT+ venimos pidiendo que se denuncie y se regulen estos discursos. Porque las consecuencias son reales.

¿Podrán lxs compañerxs entender que no se trata sólo de denunciar a quien desboca el mensaje odiante sino de prevenir los efectos concretos que tienen esos mensajes sobre nuestras vidas?

Fuente Agencia Presentes

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“Conversión al feminismo sin convenciones ni simulacros”, por Jorge Costadoat

Jueves, 25 de noviembre de 2021
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Revuelta-mujeres-Iglesia_2319678023_15371191_660x371De su blog Cristianismo en construcción:

La liberación y dignificación de la mujer equivale a una salida de las cavernas

Los cristianos tendríamos que ver en el objetivo final del feminismo una nueva creación. No basta desideologizar la relación entre Adán y Eva, Es necesario tomar en serio la intuición de San Pablo, de acuerdo a la cual en Cristo “no hay hombre ni mujer”, pues en él todos son uno (Gál 3, 28)

No parece que las conversiones singulares de los sacerdotes sean suficientes para reformar estructuras fosilizadas. Lo único que parece tener futuro, según parece, es una nueva versión del cristianismo, una en que hombres y mujeres participen en su Iglesia con igual dignidad

Entiendo que el feminismo es una lucha por la igualdad. Sé que es mucho más que esto, pero, si no me equivoco, su principal objetivo es superar una desigualdad, un modo de ser diferentes que hasta ahora se ha traducido en servidumbres, menoscabos y abusos de diverso orden en perjuicio de las mujeres. Mi opinión es que se hace necesario convertirse al feminismo.

Tal igualdad, me dicen, tiene por fin último un incremento en humanidad para hombres y mujeres, lo cual sería imposible de lograr sin una colaboración entre ambos. Debiera quedar atrás un modo ideologizado de entender la diferencia (que convierte a las mujeres en objetos de manipulación). A cambio, debiese prosperar una diferencia realizadora (que consista en que las mujeres sean sujetos capaces de relacionarse en términos de igualdad en dignidad y derechos con los varones, y también entre sí).

 (Sé que hablo de un campo desconocido. Tengo pendiente leer a Judith Butler. Conozco, del tema, la teología feminista. Una amiga teóloga me obliga a citar mujeres. No lo hago por ser políticamente correcto. Estoy convencido de su enorme valor).

 ¿Dónde estamos? Hemos avanzado mucho. Tantos hombres reconocemos que la liberación de las mujeres nos ha hecho mejores. Es más, veo que hombres y mujeres en la casa y el trabajo están creando algo completamente nuevo, distinto a los productos de las relaciones asimétricas tradicionales. No es cuestión solo de cambiar pañales. Se progresa en pagar sueldos parejos, en reconocer también un valor monetario a aquello que no es posible calcular en pesos, eso que se llama amor y que hace las veces de locomotora de esta causa.

(Los cristianos tendríamos que ver en el objetivo final del feminismo una nueva creación. No basta desideologizar la relación entre Adán y Eva. Es necesario tomar en serio la intuición de San Pablo, de acuerdo a la cual en Cristo “no hay hombre ni mujer”, pues en él todos son uno (Gál 3, 28)).

Por cierto, debe reconocerse que los avances realizados son fruto de una lucha. Todos juntos tendríamos que llegar a ver que hay prácticas y actitudes que tenemos por naturales, pero que debieran dejar de serlo. Hay tironeo, obvio. Los hombres tendremos que aguantar el chaparrón. Estamos hablando de injusticias milenarias. Pero la lucha es lucha. Para que se cumpla el objetivo, los hombres no podemos tolerar demandas irracionales. Aquello de que se trata lo conseguirán los géneros juntamente y no mediante la imposición de uno sobre el otro. Ambos están obligados a un discernimiento de los mejores caminos.

(El feminismo es una actividad espiritual. Es fruto de una inspiración. El Espíritu moviliza, da fuerzas. Es una pasión animada por el mártir Jesús, dirían los cristianos).

Hablo de conversión. No se trata de cambios exteriores, de concesiones, menos aún de simulaciones. Se hace necesario un cambio que provenga del corazón. La locomotora que tire de los carros, digo, ha de ser el amor. El amor conjura miedos atávicos. Hombres y mujeres han de cambiar por dentro, dejando atrás el machismo que los barbariza y reconociendo en el otro algo sin lo cual no se llegará a ser sí mismo.

(En la Iglesia católica reina la barbarie. Cristianos y cristianas se distancian cada vez más de una institución eclesiástica masculina impermeable al Evangelio. No parece que las conversiones singulares de los sacerdotes sean suficientes para reformar estructuras fosilizadas. Lo único que parece tener futuro, según parece, es una nueva versión del cristianismo, una en que hombres y mujeres participen en su Iglesia con igual dignidad).

La liberación y dignificación de la mujer equivale a una salida de las cavernas. La lucha por esta posibilidad no es exclusiva de las mujeres. También los hombres tendrían que ser feministas. No es necesario que se vuelvan femeninos. Sería ridículo. Bastaría con que fueran los varones que están llamados a ser.

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M. Villalobos, Cuerpos Abyectos (Ed. Herder): Una conversación abierta

Viernes, 18 de junio de 2021
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332462F5-3E7A-4F3A-89E6-15197D54441FDel blog de Xabier Pikaza:

Hoy, jueves, 10 de junio a las 11 am (México/Colombia) y las 18h (España), estaremos en directo en nuestro canal de Youtube junto a Manuel Villalobos Mendoza, Raúl Lugo Rodríguez y Xabier Pikaza para presentar el libro Cuerpos abyectos en el evangelio de Marcos. (https://www.youtube.com/watch?v=7Ft5jahafQk )

Hablaremos de Filosofía y Teología, de la deconstrucción de género, la performatividad, la masculinidad, la vulnerabilidad y la abyección en el evangelio de Marcos. El acto será dirigido por X. Pikaza y dialogarán en directo M. Villalobos y R. Lugo.  Habrá al final una ronda de intervenciones de los participantes.

1. El Prof. Xabier Pikaza presentará brevemente el libro, y a los dos participantes principales: Manuel Villalobos y Raul Lugo.
2. Durante algo más de media hora, M. Villalobos y R. Lugo conversarán sobre los temas de fondo del libro.
3. Se abrirá el acto a quienes quieran presentar sus observaciones y preguntas. (https://www.youtube.com/watch?v=7Ft5jahafQk )
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Participantes
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Manuel Villalobos Mendoza
 es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Pontificia de México (1993). Obtuvo la Maestría en Biblia y en Teologia en el Catholic Theological Union de Chicago (2000 y 2002) y es Doctor en Biblia por el Garrett Evangelical Theological Seminary de Chicago (Illinois 2010). En la actualidad es profesor adjunto de Nuevo Testamento en el Chicago Theological Seminary. Es miembro de las siguientes asociaciones bíblicas: Society of Biblical Literature, Catholic Biblical Association, Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) y Asociación Biblica Mexicana. Ha publicado Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos (2014); When Men Were not Men (2014) y Cristianos de la Segunda Generación. Las Epístolas Pastorales desde el otro lado (2013). En su quehacer como exégeta, Manuel Villalobos Mendoza desarrolla una hermenéutica que denomina “del otro lado” y que tiene que ver con conceptos como alteridad, masculinidad, marginalidad, raza, género y orientación sexual.
Raúl H. Lugo Rodríguez, sacerdote de la Arquidiócesis de Yucatán desde 1982, es licenciado por el Pontificio Istituto Biblico de Roma. Realizó estudios en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén y ha sido profesor en el Seminario de Yucatán, en el Instituto Teológico Pastoral para América Latina (ITEPAL) de Bogotá y en la Universidad Pontificia de México.
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Tema principal:
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El evangelio de Marcos traspasa todos los límites en su relato de la pasión. Los personajes que presenta, incluido Jesús, tienen en común que son del otro lado: transgreden todo tipo de fronteras y causan confusión en la unidad y el orden promovidos por los judíos de la época. Marcos describe algunos personajes del relato como excluidos de la sociedad y del templo debido a su género, enfermedad o afeminamiento. La abyección es lo que distingue lo totalmente humano de lo que no lo es.

El proceso de convertirse en humano o inhumano es un mecanismo de exclusión, rígido y bien orquestado. Jesús define un nuevo orden y unas nuevas fronteras gracias a su celo por anunciar buenas noticias para todos los cuerpos abyectos.
El autor investiga en este libro sobre temas como la deconstrucción de género, la performatividad, la masculinidad, la vulnerabilidad, la abyección, la precariedad de los cuerpos, la dialéctica del poder que existe entre el acto de mirar a otro cuerpo masculino y la subversión y transgresión de fronteras, tanto reales como simbólicas. Muestra cómo todos estos elementos están presentes en el evangelio de Marcos. Su hermenéutica se apoya sustancialmente en el pensamiento de Judith Butler, especialmente en sus nociones de género, performatividad y sexo.
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Cinco razones para leer el libro: Cuerpos abyectos en el evangelio de Marcos de Manuel Villalobos:
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1. La filosofía y la religión se dan la mano: Villalobos utiliza los versos del Evangelio de Marcos para exponer nuevas ideas libres de prejuicios y dogmatismos. Para ello, intercala los versos religiosos con una visión más filosófica, incluyendo desde el pensamiento de Cicerón a teorías más modernas como Judith Butler o Julia Kristeva..

2. Reinterpretación bíblica como desafío:
Cuerpos abyectos rompe con los conceptos homofóbicos que, durante siglos, han sido sinónimo de la religión. Examina con gran detalle el texto bíblico encontrando pruebas de que Jesús, mediante sus acciones, rechaza los prejuicios, la homofobia y la masculinidad tóxica y fomenta, en cambio, una comunidad alternativa e inclusiva entre todos sus discípulos.

3. Nueva concepción de lo abyecto
. Villalobos presenta lo abyecto como todo aquello que no respeta o rompe las reglas, las fronteras, los límites o la normativa. Invita a todos los cuerpos abyectos, aquellos que son marginados, rechazados y humillados por la sociedad, y particularmente por la religión, a sentirse identificados con el cuerpo abyecto de Jesús.

4. Ver la muerte y vida de Jesús con nuevos ojos, con una mirada crítica:
Cuerpos abyectos ofrece una nueva visión de la muerte de Jesús, que le quita todo su heroísmo para darle una nueva perspectiva mucho más humana, de violencia y dolor. Jesús ya no es un ser inmortal, inalcanzable, sino que es uno más entre sus discípulos, otro cuerpo abyecto que sufre el rechazo y la humillación de una sociedad que no lo acepta.
5. Más relevante que nunca: Ahora es el momento de revisar y desaprender todo lo que se ha aceptado como válido durante siglos. Es el momento de impulsar la deconstrucción de roles de genero, el rechazo a la masculinidad toxica y a la supremacía de la hetero-normalidad. Acompaña a Villalobos en este viaje de examinar los viejos conceptos y llegar a nuevas conclusiones.
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Preguntas abiertas (Prof. X. Pikaza):
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1. La exégesis bíblica como biografía,  es decir, como testimonio personal. 
La exégesis de la biblia ha estado dominada por un tipo de “filosofía intemporal” e impersonal, como si no importara la vida, la experiencia y testimonio de los lectores. En contra de eso, R. Villalobos propone una lectura “situada” de los textos. La verdadera lectura de la Biblia son los creyentes, como personas y como iglesia.

2. Una exégesis “parcial”, es decir, “marcada” desde la perspectiva de los “cuerpos”, no de un tipo de almas separadas de los cuerpos, parcial para ser universal.
 Más que a salvar almas en el sentido posterior de la palabras, Jesús vino a “liberar” cuerpos, especialmente “cuerpo abyectos”, de mujeres dominadas, de varones enfermos (conforme a la visión dominante”. Vino ante todo para acompañar a muchos “del otro lado”, que no cabían en la ortodoxia oficial del templo. Es una exégesis parcial, y sólo así puede ser universal.
3. Una exégesis que reconstruya el texto de Marcos,  un evangelio “truncado”, escrito para personas “truncadas”, acortadas, en sentido integral (personal y social, sexual y económico…), superando la función  establecida y dominante de unos “géneros” impuestos desde la autoridad oficial del sistema.

4. Una exégesis gozosamente liberadora, al servicio de la vida, en el sentido radical del término.
  Una exégesis eclesial y social, abierto a todos los hombres y mujeres, al servicio de Dios del amor y de la vida, de la libertad y el gozo de los cuerpos, en la línea de la “resurrección de la carne.”

 

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Brasil conmocionado por la bárbara violación en grupo y tortura de un joven gay de 22 años

Viernes, 11 de junio de 2021
Comentarios desactivados en Brasil conmocionado por la bárbara violación en grupo y tortura de un joven gay de 22 años

homofobiastop La violencia contra las personas LGBT es alarmantemente alta en el país.

Los activistas temen que el aumento de los ataques contra la comunidad LBGT del país esté impulsado por una imparable cultura de homofobia.

Un acto de violencia “bárbara” en el que un hombre gay de 22 años fue violado en grupo y torturado ha provocado una reacción feroz en Brasil y es evidencia de una creciente ola de delitos de odio en el país, según activistas de derechos humanos.

La víctima, que no ha sido identificada, fue agredida por tres hombres armados en Florianópolis, Santa Catarina, la semana pasada. Empuñando objetos afilados, obligaron a la víctima a tallar insultos homofóbicos en sus piernas.

Los transeúntes se sorprendieron al encontrar al hombre retorciéndose de dolor en medio de la calle donde lo dejaron, dijeron activistas al periódico The Guardian .

Fue trasladado de urgencia al hospital en estado grave y ahora se está recuperando en su casa. La policía ha iniciado una investigación; no se ha realizado ningún arresto en el momento de redactar este informe.

Para los activistas en un Brasil, cada vez más acostumbrado a la violencia anti-LGBT + – su presidente profundamente homofóbico – el “crimen aterrador” no fue de ninguna manera sorprendente.

“Es muy común en Brasil y la violencia, no solo contra las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, sino también contra las mujeres, los negros y los inmigrantes, está empeorando”, dijo Lirous Ávila, presidente de la Asociación en Defensa de los Derechos Humanos.

La asociación, que ayuda a las víctimas de la violencia en la capital, está apoyando a los seres queridos de las víctimas.

Pero el incidente, que tuvo lugar durante el Mes del Orgullo, ha provocado la ira nacional y la homofobia de los brasileños, dijeron los defensores. Ávila dijo que algunos han buscado justificar el ataque porque la víctima era gay. “Es absurdo justificar la violencia brutal y bárbara”, dijo.

Brasil es también uno de los lugares más mortíferos del mundo para las personas trans, y anualmente supera las cifras de los grupos de defensa sobre el número de delitos violentos contra las personas trans que tienen lugar. Cristian González Cabrera, investigador de Human Rights Watch, dijo que si bien la Corte Suprema prohibió la violencia y la discriminación por orientación sexual e identidad de género en 2019, “el gobierno debe tomar medidas urgentes adicionales para evitar esta epidemia de violencia contra las personas LGBT. ”.

“La violencia contra las personas LGBT en Brasil ha crecido mucho recientemente”, dijo Margareth Hernandes, abogada con sede en Florianópolis y presidenta de la comisión de derecho de género. “Brasil es el campeón mundial de asesinatos LGBT. Somos un país muy conservador donde todavía hay muchos prejuicios. El discurso de odio termina propagando la violencia ”.

En 2020, 237 personas LGBT murieron en situaciones de violencia; hubo 224 asesinatos y 13 suicidios, según el Grupo Gay da Bahia, la organización de derechos LGBT más antigua de América Latina. La Defensoría del Pueblo de la Nación informó a Human Rights Watch que, entre enero y junio de 2020, recibió 1.134 denuncias de violencia, discriminación y otros abusos contra personas LGBT. Los datos de la línea directa del gobierno para denunciar abusos revelaron que entre 2011 y 2017, hubo 12.477 denuncias de violencia contra personas LGBT en Brasil.

Solo el año pasado, 175 personas trans fueron asesinadas, según el grupo de defensa Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil. Según sus estimaciones, una persona trans es asesinada cada dos días en una nación de 211 millones.

En el informe del grupo, una cifra sorprendente capturó la aparente impunidad que sienten los transfóbicos violentos: siete de cada 10 muertes de personas trans en Brasil ocurrieron en un espacio público.

Hernandes, junto con Ávila, atribuye este aumento de la violencia en parte a la actitud del liderazgo en Brasil. El presidente Jair Bolsonaro tiene una larga historia de comentarios LGBT-fóbicos y misóginos, incluso diciendo que es un “orgulloso homófobo”. “Tenemos un presidente que agravó esta violencia”, dijo Ávila. “Parece que la población siente que tiene derecho a cometer estos actos violentos contra la población LGBT +, influenciada por Bolsonaro.

Ha habido otros ataques homofóbicos en el país donde se han utilizado objetos sobre la víctima. El profesor Luiz Mott, un activista por los derechos de los homosexuales y fundador del Grupo Gay da Bahia, citó el caso de Wesner Oliveira, de 17 años, que murió después de que los atacantes empujaran una manguera de aire comprimido de un túnel de lavado dentro de él. Mott dijo que los atacantes a veces matan y luego mutilan a las víctimas, incluso cortándoles los genitales.

Los autores de delitos motivados por prejuicios a menudo quedan impunes, añadió Mott. “Un problema grave en relación con los delitos homofóbicos y transfóbicos es la impunidad”, dijo. “La policía, por razones de homofobia o incapacidad estructural, no investiga todos los asesinatos. Esta impunidad trae consigo nuevos delitos ”.

 

Brasil-sem-homofobia1

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

Hace unos días, informábamos de que habíá sido asesinado en Paraná(Brasil) Lindolfo Komaski, activista LGBTI y del MST. En marzo pasado, Una pareja gay  fue obligada a devolver a su bebé que habían adoptado 12 días antes… y en las mismas fechas, conocíamos que al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil.

En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente The Guardian/Cristianos Gays

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Política trans obligada a huir del Brasil de Jair Bolsonaro tras escalofriantes amenazas de muerte

Jueves, 27 de mayo de 2021
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un-politico-trans-se-ve-obligado-a-huir-del-brasil-de-jair-bolsonaro-tras-escalofriantes-amenazas-de-muerteBenny Briolly (Facebook / Benny Briolly)

Brasil lidera el ranking mundial de asesinatos de personas LGBT

Como resultado de una elección local que vio a innumerables personas LGBT + elegidas en Brasil, un concejal trans huye del país después de recibir implacables amenazas de muerte.

Benny Briolly, la primera mujer trans en formar parte del Ayuntamiento de Niteroí en el estado de Río de Janeiro, anunció en Twitter el 13 de mayo que ha sido obligada “temporalmente” al exilio.

En una extensa declaración en las redes sociales, la oficina de Briolly confirmó que desde su elección en 2020, ha recibido amenazas de muerte por correo electrónico que citaban su dirección residencial.

Y aunque los usuarios de las redes sociales deseaban que la mataran con una “ametralladora”, sus compañeros representantes de la ciudad pidieron a los votantes que la “atacaran”.

Tal odio no es sorprendente, dijo el comunicado, considerando que Briolly, un miembro trans negro del Partido Socialismo y Libertad, ha sido “deshumanizado” durante mucho tiempo por la misoginia y el racismo.

Una sensación de esperanza se apoderó de Brasil, un país cada vez más acostumbrado a la violencia transfóbica, el año pasado cuando los candidatos trans e intersexuales apuntalaron enormes avances en las elecciones.

Por un breve momento, el miedo y la angustia que sentían tantas transbrasileñas fueron reemplazados por orgullo, pero la batalla solo había comenzado para muchos de los concejales trans de la ciudad.

En el país más mortífero del mundo para ser trans, los funcionarios fueron rápidamente atacados con violentas amenazas. Los asaltantes enmascarados irrumpieron en sus oficinas y algunos incluso abrieron fuego contra ellos.

“La concejal Benny Briolly tuvo que abandonar el país temporalmente debido a amenazas a su integridad física“, se lee en el comunicado en portugués.

“No es nuevo que parlamentarios negros, transgénero, mujeres, LGBT + y defensores de derechos humanos sufran violencia política dentro y fuera de los espacios legislativos y de toma de decisiones. Esta práctica es el resultado de la estructura patriarcal y racista que deshumaniza nuestros cuerpos y teme el avance de nuestro proyecto político de transformación de la sociedad”.

“Desde que fue elegida, Benny ha sufrido una serie de violencia”, continuó, describiendo cómo los “bolsonaristas”, partidarios del presidente Jair Bolsonaro, en el ayuntamiento “instaron a los votantes a atacar a Benny. Desde entonces, hay innumerables agresiones en las calles y en las redes sociales.

“Por ejemplo, un correo electrónico citando su dirección que requería que renunciara; de lo contrario, irían a tu casa y la matarían. Además, Benny recibió comentarios en sus redes sociales con la esperanza de que ‘la ametralladora de Ronnie Lessa’ la golpeara ”.

Lessa, sargento de policía retirado, fue arrestado en 2018 en relación con el asesinato de Marielle Franco, representante de la ciudad de Río de Janeiro, lesbiana negra.

El comunicado agrega que la concejalía ha señalado su salida a las autoridades estatales, “pero hasta la fecha, no se han tomado medidas efectivas para proteger su vida.”

Es imposible no tener una respuesta del gobierno brasileño”, dijo Briolly en un video subido a su Twitter el 15 de mayo. “Esto no puede quedarse así. Los gritos, manifestaciones y revueltas populares de Brasil exigen una respuesta, exigen mi bienestar físico y exigen que yo, la mujer más votada por el ayuntamiento de Niteroí, pueda ejercer mi mandato con integridad. Todavía estamos luchando”.

 

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

Hace unos días, informábamos de que habíá sido asesinado en Paraná(Brasil) Lindolfo Komaski, activista LGBTI y del MST. En marzo pasado, Una pareja gay  fue obligada a devolver a su bebé que habían adoptado 12 días antes… y en las mismas fechas, conocíamos que al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil.

En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Pink News/Cristianos Gays

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Al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil

Viernes, 5 de marzo de 2021
Comentarios desactivados en Al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil

brasil-autodeterminacion-genero-personas-trans-696x522Ampliamos la noticia que adelantábamos el pasado mes:

Al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil, un 29% más que en 2019. Unas cifras con las que el país sudamericano se asegura, una vez más, el primer puesto en el número de asesinatos tránsfobos en el mundo. Así lo pone de manifiesto el último informe publicado por ANTRA (Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil) y el Instituto Brasileño Trans de Educación (IBTE). 

Las cifras son escalofriantes; al menos 175 transfeminicidios documentados a lo largo del año 2020. Solo en 2017 se registró un número superior (179), pero la cifra se había reducido algo en 2018 (163) y un poco más en 2019 (124). El año de la pandemia de covid-19, sin embargo, ha visto surgir un recrudecimiento de la violencia tránsfoba. São Paulo (29 asesinatos), Ceará (22), Bahía (19), Minas Gerais (17) y Río de Janeiro (10) son los cinco estados que encabezan la trágica clasificación. En total, el informe recoge 641 asesinatos de personas trans entre 2017 e 2020.

Por lo que se refiere a las edades de las víctimas, solo en 109 casos ha sido posible documentar el dato. El 56% de ellas tenía menos de 29 años (la víctima más joven tenía solo 15 años). El 28,4% tenía entre 30 y 39 años, el 7,3% entre 40 y 49 y el 8,3% restante entre 50 y 59. Por lo que se refiere a su contexto social, en el 72% de los casos identificados las víctimas ejercían la prostitución. Por lo que se refiere a la raza, en el 78% de los casos identificados se trataba de mujeres negras o de color. Una vez más, las frías estadísticas confirman que las mujeres jóvenes, negras y que ejercen el trabajo sexual constituyen el grupo más vulnerable a la violencia tránsfoba. La mayor parte de los asesinatos (87) se produjeron en la vía pública, un dato que nos hace pensar en la sensación de impunidad que parecen sentir los agresores. Otro dato sobrecogedor, de los muchos que recoge el informe, es que en el 47% de los casos se identifica una tendencia a ejercer la violencia (sea en forma de golpes, mutilaciones o disparos) sobre partes específicas del cuerpo como la cara, los pechos o los genitales, muchas veces de forma repetida y asociada, lo que parece reflejar un empeño por humillar a las víctimas y subrayar el odio hacia su condición trans.

Cifras escalofriantes las del 2020, que no tenemos la menor duda que confirmarán una vez más a Brasil como el país con mayor número de asesinatos tránsfobos de todo el mundo. Así lo reflejan de modo sistemático las estadísticas que anualmente publica Transgender Europe, que en su último recuento, publicado el pasado noviembre con motivo del Día Internacional de la Memoria Trans, había logrado identificar 350 asesinatos de personas trans y género-diversas entre el 1 de octubre de 2019 y el 30 de septiembre de 2020 (de ellas, 152 en Brasil. En segundo lugar se encontraba México, con 57 víctimas, y en tercer lugar Estados Unidos, con 28). Una situación sobre la que no honestamente esperamos una respuesta enérgica de las autoridades brasileñas, teniendo en cuenta el contexto sociopolítico del Brasil actual, un país marcado entre otros muchos factores por la presidencia de Jair Bolsonaro, un político que precisamente destaca por su abierta hostilidad a la diversidad sexual y de género.

Puedes descargar el informe completo (140 páginas, en portugués) pinchando aquí.

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Brasil lidera el ranking mundial de asesinatos de personas LGBT

Miércoles, 17 de febrero de 2021
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Brasil-sem-homofobia1En 2020 fueron registradas en el país vecino 184 muertes violentas de brasileños LGBT

Un informe de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra) señaló que Brasil superó en 2020 a Estados Unidos y México en crímenes contra este colectivo. En 2020 fueron registradas en el país vecino 184 muertes violentas de brasileños LGBT.

Brasil lidera el ranking mundial de asesinatos de personas LGBT, según un informe presentado por la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra).

En 2020 fueron registradas 184 muertes violentas de brasileños LGBT, nueve más que en 2019, señala el documento divulgado por la ONG Antra cuando se conmemora el Día de la Visibilidad Trans.

“Hasta el momento no hubo medidas específicas del gobierno para enfrentar este tipo de violencia (…), no es posible que haya una disminución de la violencia de forma espontánea”, declaró Bruna Benevides, secretaria de Antra.

El mapa de la violencia señala que Brasil superó en 2020 a Estados Unidos y México en crímenes contra gays, lesbianas y transexuales.

El estado más violento fue San Pablo, con 29 casos, seguido por Ceará, con 22 muertes violentas, Bahia con 19, Minas Gerais con 17 y Rio de Janeiro con 10.

Según los especialistas de Antra es posible que haya más muertes porque no es sencillo obtener este tipo de información debido al temor y la discriminación de las familias de las víctimas.

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Ámbito/ristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia. , , ,

Bolsonaro y la COVID: Brasil “tiene que dejar de ser un país de maricas”…

Viernes, 13 de noviembre de 2020
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jair-bolsonaroQue Bolsonaro es un personaje peligroso no sorprenderá a nadie a estas alturas. El político brasileño de extrema derecha es todo un ejemplo de lo que no hay que hacer en muchas facetas, y la gestión del COVID-19 es una de ellas. Pero también homófobo, como ya dejó ver con declaraciones como que Hay que sacar a palos al gay que hay en tu hijo, que en su día pronunció, así que no es de extrañar que además de abocar a la suerte a los habitantes que gobierna, suelte perlitas como esta con la que titulamos el artículo.

Preguntado sobre las medidas que tiene previsto tomar frente a la COVID-19 en Brasil, uno de los países más afectados con más de 160.000 muertos y 5,6 millones de casos solo en la primera ola (en la que siguen inmersos), Jair Bolsonaro siguió en sus trece de no hacer nada de la siguiente manera:

Todos nos vamos a morir algún día, aquí todos van a morir. No sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas

La homofobia en su expresión es clarísima y repugnante, propia de una persona homófoba como él, pero su plan de acción ante la pandemia no se queda atrás. Total, como nos vamos a morir todos. Brasil es un país en el que el turismo tiene un peso brutal en la economía, un sector que inevitablemente se está viendo golpeado con la COVID-19, pero Bolsonaro se niega a tomar medidas.

Recordemos que insiste en ir sin mascarilla y no respetar la distancia de seguridad y que ya en su momento cayó enfermo… aún así, no cambió de parecer.

Faltan dos años para las elecciones en el país sudamericano y Bolsonaro se encuentra en una importante encrucijada que puede pasarle factura: seguir obviando los efectos devastadores en pos de minimizar el impacto económico o seguir ignorando los efectos del COVID-19 pagando con la vida de sus compatriotas.

Trump Bolsonaro Estados Unidos BrasilOjalá se lo lleven como a Trump

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Ambiente G/Cristianos Gays

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Covid-19 en Brasil: activismo LGBT+ crea redes solidarias frente a la ausencia estatal

Lunes, 27 de abril de 2020
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Casa-Aurora-1Por Sellena Ramos; Joao Hugo y Marcos Tolentino*

Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, en América Latina y el Caribe ya hay más de 50 mil casos confirmados. Brasil es el país más afectado de la región, con más de 20 mil casos confirmado y más de mil muertes. En paralelo a las noticias sobre el avance de la pandemia, la prensa brasilera publica iniciativas y proyectos que buscan disminuir sus impactos sociales. Para muchos brasileros esta situación pone en evidencia cuestiones de supervivencia, resiliencia y solidaridad. Qué será construido después de esto y la crisis generará una revisión de la forma en que nos relacionamos con el otrx es algo que recorre los medios y las redes sociales.

El escenario de incertidumbre y ansiedad se agrava frente a la postura del presidente Jair Bolsonaro. En los últimos dos meses, Bolsonaro ha dicho que la pandemia de coronavirus es una histeria creada por la prensa y que se trata de una gripe como cualquier otra.

Si la población brasilera en general se siente desprotegida frente a un presidente que no quiere comprender ni asumir la gravedad, en el caso de las personas LGBTQIA+ es aún más grave pues nos encontramos en un periodo de retrocesos de derechos políticos y de exposición a las vulnerabilidades.

Panorama LGBTQIA+ en Brasil

En Brasil, la vida cotidiana de las personas LGBTQIA+ está marcada por estrategias de supervivencia. Desigualdades regionales, de raza, de clase, etarias y de género agravan más este cuadro. Para unxs, estas estrategias precisan ser trazadas deliberadamente. Para otrxs, no son tan perceptibles, pues tienen el privilegio de sentirse como parte de una sociedad donde la cisheteronormatividad pauta las relaciones sociales.

Cuando la orientación afectivo-sexual y la identidad de género son disidentes de los patrones hegemónicos de la cisheteronormatividad y el crimen de la LGBTfobia es estructural, muchas personas LGBTQIA+ son expulsadas de sus casas, excluídas de sus ambientes sociales e inclusive asesinadas. En la Segunda Relatoría de 2018 de crímenes contra las personas LGBTQIA+ divulgada por el Grupo Gay de Bahía (GGB), 420 personas murieron en Brasil en 2018. De acuerdo al Dossier de Asesinatos y Violencia contra personas Trans Brasileras, divulgado este año por la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), Brasil pasó del lugar 58 al lugar 68 en el ranking de países seguros para ser LGBTQIA+.

Es importante recordar que existen subregistros y ausencias de los datos gubernamentales, principalmente debido a la inexistencia de una ley que tipifique el crimen contra la LGBTfobia. En el Legislativo Federal, los proyectos de ley direcionados para las demandas específicas de la población LGBTQIA+ quedan trancados por la presencia de la llamada bancada evangélica. En consecuencia, fue el Supremo Tribunal Federal (STF) desde donde se tomaron decisiones que garantizan, por ejemplo, el matrimonio igualitario. El 13 de junio de 2019, el STF tipificó el crimen de LGBTfobia en Brasil, y pasó a ser penalizado por la Ley de Racismo (7716/89), que hoy prevé crímenes de discriminación por el prejuicio de “raza, color, etnia, religión y procedencia nacional”. Entretanto, sabemos que la norma y la práctina hay una brecha.

Así, la pandemia del coronavirus nos encontró en un contexto de ausencia de políticas públicas nacionales para las personas LGTBQIA+. Esta situación todavía no fue modificada teniendo en cuenta nuestras demandas específicas.

Necesitamos políticas efectivas, como medidas que garanticen un subsidio y acogida para las personas LGBTQIA+ expulsadas de sus hogares, que no tienen acceso al mercado laboral y que encuentran en la prostitución la única salida financiera.

El 1 de abril fue anunciado una ayuda de emergencia por tres meses para lxs trabajadorxs informales de Brasil.

En relación al área de la salud, el 17 de marzo el Ministerio de Salud publicó un oficio orientado a los servicios especializados para que aumentaran en las farmacias la cantidad de medicamentos anti-retrovirales y la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP). Esta medida afecta a una gran parte de nuestra población. Sin embargo, la exclusión y marginación social que enfrentamos en otros espacios se extiende a los hospitales y ambulatorios, donde no están ganrantizados el respeto a la orientación sexual y a la identidad de género.

Las campañas de ayuda del activismo

El papel del Estado es fundamental para subsidiar las necessidades de la sociedad. Cuando se trata de la población LGBTQIA+ el apoyo no llega y precisamos luchar cotidianamente para obligar al Estado a cumplir sus funciones y viabilizar recursos. Existen campañas de recaudación de recursos financieros, alimentos y materiales de higiene personal en todo el país impulsadas por activistas de la diversidad sexual. Algunos ejemplos: la campaña “Fortalezca a una personas trans”, impulsada en las redes sociales por la diputada estatal de la Bancada Activista, Erika Hilton; y las campañas de recaudación realizadas por la Red Poc, en Belo Horizonte; por el Grupo por La vida en Rio de Janeiro; por el Centro de Referencia y Defensa de la Diversidad y por la Asociación del Desfile LGBT de Sao Paulo; por el Colectivo de Transs Pra Frente y por la Asociación Bahiana de Travestis, Transexuales y Transgéneros en Acción (Atração), en Salvador. También en Bahía, el Movimiento Drag lanzó una campaña de recaudación de alimentos no perecederos e ítems de higiene para auxiliar a las artistas drags que ahora mismo no pueden trabajar durante la cuarentena.

Además de la recaudación de alimentos y artículos de higiene personal, notamos que una de las formas de movilización LGBTQIA+ brasileras ha sido la producción de información. La Asociación Nacional de Transexuales y Travestis (ANTRA), por ejemplo, produjo dos cartillas informativas. La primera de ellas fue dirigida a travestis y mujeres trans trabajadoras sexuales.

La segunda cartilla tiene información sobre como reaccionar en casos de violencia doméstica durante el aislamiento social, de manera de enfrentr un posible aumento del riesgo de las agresiones contra LGBTQIA+ en estas situaciones. Como apunta ANTRA, muchas personas LGTQIA+ se ven forzadas a convivir en ambientes tóxicos, con familiares que los agreden, y sin posibilidad de contacto con otros miembrxs de la comunidade.

En las redes sociales

El aislamiento de las personas LGBTQIA+ ha sido combatido también a través de las redes sociales. La Asociación Brasilera de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans e Intersex (ALGBT+), por ejemplo desarolló en Instagram una serie de “lives” llamados “Diálogos LGBTI+”, donde se conversa con especialistas de temas vinculados a las vivencias de personas LGBTQIA+ en el contexto de la pandemia.

Las redes sociales también han sido un espacio para compartir cuestiones relativas a la salud mental de las personas LGBTQIA+ que pueden agravarse con el aislamiento social. En ese sentido, el Centro de Referencia LGBT+ de Campinas (SP), el primero en dar este tipo de atención, también ha utilizado las redes. Otra inciativa en las redes es la difusión de cultura y arte queer. El 4 y 5 de abril se realizo el festival LGBT Online, “Marsha! Entra na Sala”, que contó con veinte horas de programación entre shows, DJ sets y conversaciones.

Las casas de acogida

Es este marco se insertan también los centros de acogida. Su desarrollo en los últimos años representa acciones emergentes frente a los retrocesos de políticas de asistencia para la población LGBTQIA+. En Brasil hoy existen 15 casas de acogida distribuídas en todo el território nacional, que desempeñan sus labores en paralelo al Estado. Allí, además de tener acceso a ayudas básicas – techo, alimentación e higiene persona- lxs habitantes tiene acceso a servicios de salud integral, iniciativas de reinserción cultural y social. Frente a la pandemia, algunas instituciones de acogida se unieron y desarrollaron la Red Brasilera de Casas de Acogida LGBTQIA+ (REBRACA) con el objetivo de enfrentar estrategicamente las crisis sanitarias, políticas y sociales de Brasil. El 31 de marzo, REBRACA inició la campaña de recaudación colectiva de canastas básicas y materiales de higiene.

Casa Aurora en Bahía

Además de este trabajo colectivo, cada casa adapto sus servicios para garantizar una acogida integral durante la cuarentena. Casa Aurora surgió en mayo de 2019 como una casa de acogida para personas LGBTQIA+, localizada en el centro de Salvador, estado de Bahía. La institución recibe a jóvenes de entre 28 y 29 años que están en situación de vulnerabilidade y riesgos sociales, abandonadxs o apartadxs de sus familias a causa de su orientación afectivo-sexual e identidade de género. Aquí les garantizamos las tres comidas, produtos de higiene personal y algunos servicios como: atividades socioeducativas, servicios jurídicos, y una Clínica Social con acompañamiento terapêutico y assistência social, psicológica y psiquiátrica.  A lo largo de la breve trayectoria, la institución ya asistió a cerca de 400 personas LGBTQIA+ .

Casa Aurora es la única institución de acogida específica para personas LGBTQIA+ del Estado de Bahía. Coordinada por lx activistas João Hugo y Sellena Ramos, resistimos a través de donaciones filantrópicas y microdonaciones, recaudación de alimentos, materiales de higiene personal y ropa.

Debido al subregistro de casos de coronavirus, por la dificultad de acceso a los testeos en Brasil, y la ausencia de políticas públicas para las personas LGBT+, no podemos dimensionar el impacto de la pandemia en el colectivo. Por eso las casas de acogida así como todas las redes creadas durante este último mes por el activismo de la diversidad sexual resulta en un fortalecimento de nuestras estrategias y prácticas y el trabajo en red con otros colectivos e instituciones de nuestra comunidad.

*Activistas LGBT+ e integrantes de la Casa de Acogida Aurora

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Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Agencia Presentes/Cristianos Gays

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Prohíben en Brasil la película “La primera tentación de Cristo”

Viernes, 10 de enero de 2020
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MV5BM2M4MDE4NDAtNzEwMi00MWMwLWFjOTctYmYxZTA1MGRkMGY0XkEyXkFqcGdeQXVyMTk2NDE3Mzc@._V1_A finales del pasado año informábamos de que habían atacado con cócteles Molotov a los creadores del ‘Jesús gay’ de Netflix durante la Nochebuena. Hoy conocemos que la polémica película de Netflix sobre un Jesucristo gay, La primera tentación de Cristo, ha sido retirada en Brasil. Así lo ha ordenado un juez de Brasil a la plataforma streaming. Las presiones del gobierno de Bolsonaro han conseguido que se censure una película.

Según el juez que ha dictado la orden de censura, ha argumentado: “Me parece más adecuado y beneficioso, no solo para la comunidad cristiana, sino para la sociedad brasileña, mayoritariamente cristiana, hasta que se juzgue el mérito”. Varios grupos religiosos pidieron la retirada de esta película cuando se anunció. Ahora la justicia brasileña ha aceptado la petición del Centro Católico Don Bosco Fé y Cultura, uno de los varios grupos de ultraderecha que han presionado, por desgracia han tenido éxito.

El grupo cómico Porta dos Fundos suele realizar especiales de Navidad todos los años, precisamente en 2018 ganaron un premio Emmy por el programa en el que Jesús y los apóstoles se emborrachaban en la Ultima Cena. Pero el programa de este año, desato la ira de las ramas más ultraconservadoras del país. En diciembre la sede de los creadores fue asaltada y atacada con cocteles molotov, provocando graves daños al edificio.

Este hecho hizo que los cómicos recibieran muchas muestras de apoyo y solidaridad por parte de otros artistas y asociaciones que han pedido al gobierno que considere este ataque como terrorista. El gobierno no se ha pronunciado sobre este hecho y tampoco se espera. Solo esperamos que la cordura y la libertad vuelvan lo antes posible a Brasil.

En España, Abogados Cristianos denunció a Netflix  que se ha vuelto a encontrarse con una campaña publicitaria inesperada por uno de sus productos. Esta vez, gracias a que la Asociacion Española de Abogados Cristianos ha comunicado que les ha demandado  y han solicitado al Juzgado de Guardia de Colmenar Viejo medidas cautelarísimas para que Netflix España retire de la plataforma la película La primera tentación de Cristo.

La organización de juristas señala que esta película comete un presunto delito contra los sentimientos religiosos, en la modalidad de escarnio, tipificado en el artículo 525 del Código Penal. Su presidenta, Polonia Castellanos, denuncia que “esta película burla la imagen de Jesucristo, presentándole como si fuera inepto y homosexual”.

También añade que “en Brasil, donde la película ya ha sido publicada, ha socavado la dignidad de los creyentes que se han mostrado en contra de esta producción. Por ello no podemos permitir que, lo que ha ofendido en Brasil, esté siendo emitido en nuestro país”.

Aunque a nivel judicial no sabemos cómo acabará el caso, lo cierto es que el comunicado de Abogados Cristianos lo que ha hecho es generar un “efecto Streisand” que ha dado a conocer una película que en realidad estaba pasando bastante desapercibida.

Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Agencias/Cromosomax/Cristianos gays/Dosmanzanas

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Mujer condenada a 25 años de cárcel por asesinar a su hijo por ser gay

Miércoles, 4 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Mujer condenada a 25 años de cárcel por asesinar a su hijo por ser gay

itaberlly_lozano__11012017192535Una madre apuñaló a su hijo adolescente hasta la muerte por el mero hecho de ser homosexual. Ahora ha sido sentenciada por un jurado en Brasil a 25 años y ocho meses de prisión.

Tatiana Ferreira Lozano Pereira nunca aceptó que su hijo de 17 años, Itaberli Lozano, fuera homosexual, y las tensiones entre los dos empeoraron durante la Navidad de 2016.

Itaberlly Lozano desapreció de su casa a fin de año, y su cuerpo apareció envuelto en un edredón y abandonado en una carretera de Sao Pablo, con marcas de violencia y totalmente quemado. El cuerpo de Itaberlly estaba tan dañado que solo pudieron reconocerlo por una pulsera.

El 11 de enero de 2017 la policía detuvo a la madre, Tatiana Lozano, de 32 años, y al padrastro del chico, Alex Pereira. Al principio la pareja alegó que lo habían asesinado en defensa propia, porque Itaberlly consumía drogas e intentó agredirlos a ellos y a su hermano de 4 años.

gay-condena-1-600x338Pero pronto la historia se desmoronó ya que las versiones de la pareja no concordaban.

Además, el resto de la familia aclaró la situación. Sus tíos aseguraron que era un buen chico, alegre y trabajador y que no consumía drogas. Que la madre jamás aceptó su homosexualiad y le hizo la vida imposible, hasta que el adolescente no aguantó más y se fue a vivir con su abuela.

Según la revista Out, Lozano se había quedado con su abuela debido a las peleas con su madre, pero el 29 de diciembre Pereira lo atrajo a las casa con promesas de reconciliación. Parecía tan dispuesta a arreglar las cosas con su hijo que incluso envió un coche para recogerlo en casa de la abuela. Acabó el día y el chico no volvió. La abuela intentó en vano obtener una respuesta de Tatiana, que le quitó importancia y aseguró que su hijo se había ido a vivir con algún amigo.

maxresdefaultEn cambio, contrató a dos sicarios de 18 y 19 años: Víctor Roberto da Silva y Miller da Silva Barissa (en la fotografía), que esperaban en la casa para «enseñar una lección» a su hijo.  Cuando Itaberlly llegó a casa de su madre, lo recibieron los chicos, que lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente. La madre les pidió que lo mataran. Lo golpearon pero se negaron a matarlo, por lo que Pereira tomó un cuchillo de cocina y lo apuñaló ella misma hasta matarlo. Más tarde ella y su marido quemaron el cuerpo.

Pereira y su esposo, el padrastro de Lozano, llevaron su cuerpo a un campo de caña y le prendieron fuego. Sus restos fueron encontrados una semana después, y fue necesaria una investigación forense para identificarlo.

Un día antes de desaparecer, Itaberli Lozano, de 17 años, fue golpeado y golpeado en varias partes de su cuerpo; Itaberli comentó sobre las agresiones en la red social y publicó fotos de la violencia sufrida. Las imágenes fuertes muestran al adolescente con cortes aún sangrando en su cara, espalda y brazos. A su lado, volvió a publicar una foto de la familia aparentemente feliz de celebrar la Navidad con el siguiente texto: “En este momento estoy en Francia, donde estaré, porque ella ha ordenado a todos los niños que me vean golpearme. Ten cuidado a quién llamas mamá. En la foto parece que estamos contentos, pero nadie sabe qué sucede detrás de una foto ”, dijo el joven. Un día después, borró la publicación.

 

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Según la web de noticias brasileña Estadão, Pereira fue condenada por asesinato y ocultación de un cuerpo, y sentenciada a 25 años y ocho meses de prisión.

Los dos sicarios han sido condenados a 21 años y ocho meses de prisión, también por asesinato. El padrastro de Lozano ha sido acusado de ocultar un cuerpo, pero su juicio ha sido pospuesto y aún no se ha reprogramado.

El tío de Lozano, Darío Rosa, dijo a la policía:Tenía un trabajo, era muy educado y [nunca] discutió con nadie. Solo tuvo problemas con su madre, quien nunca aceptó que fuera homosexual”.

Los crímenes de odio contra personas LGTBQ + han aumentado en Brasil desde la elección del presidente Jair Bolsonaro. A mediados de este año, la Corte Suprema de Brasil dictaminó que la homofobia estaría tipificada como delito.

La justicia, muro de contención de la LGTBIfobia de Bolsonaro

Los tribunales, en cualquier caso, se están revelando como un verdadero contrapoder a la extrema LGTBIfobia de la presidencia de Bolsonaro. El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha emitido ya varios fallos que protegen a la comunidad LGTBI de los ataques del Gobierno. Hace solo unos días conocíamos la sentencia que puso fin al intento de censura de libros que abordasen la homosexualidad o la transexualidad en la Bienal del Libro de Río de Janeiro. Una resolución en línea con la también reciente decisión del mismo tribunal a favor de la protección legal de la población LGTBI frente a la violencia y la discriminación, al ordenar la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista «omisión legislativa» al respecto.

Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en esta materia que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que tiene lugar una dura batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. Sin embargo, la presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación tiene en personajes como el presidente Jair Bolsonaro grandes aliados. Estaremos atentos a como se sigue desenvolviendo esta guerra.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Oveja Rosa/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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La justicia brasileña tumba el veto de Bolsonaro a la financiación de películas de temática LGTBI

Lunes, 14 de octubre de 2019
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49685-760x380Nuevo golpe de la justicia brasileña a la LGTBIfobia del presidente Jair Bolsonaro. Una jueza federal ha dictaminado que el veto impuesto a la financiación de un proyecto audiovisual por incluir contenido LGTBI es contrario a los principios de libertad de expresión e igualdad de trato por los que se rige la democracia brasileña. El mandatario ultraderechista había congelado la concesión de subvenciones, por un valor total de varios millones de euros, al conocer que una pequeña parte de los proyectos versaban sobre la realidad LGTBI. La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura.

El plan original, presentado en marzo de este año, se basaba en la colaboración entre bancos de desarrollo de varios estados federados y la televisión pública para financiar unos ochenta proyectos audiovisuales de diferentes regiones del país y diversas temáticas, por un montante total de setenta millones de reales (más de quince millones de euros). De ellos, solo una minoría trataban sobre temas LGTBI. Se trata de la serie Afronte, el documental Transversais sobre la realidad trans, Religare Queer y Sexo Reverso.

En agosto, el Gobierno brasileño canceló la financiación del proyecto al completo. El presidente Bolsonaro había calificado las subvenciones a películas con contenido LGTBI como «dinero tirado a la basura». La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura, contrario al veto. «No estoy de acuerdo con poner filtros a la cultura, así que me voy», explicó Henrique Pires, que instó a los responsables políticos a ocuparse de problemas rampantes como el desempleo y a dejar de «mirar con lupa si en algún lugar un hombre desnudo está besando a otro hombre».

La justicia ha acabado dando la razón a Pires. Este lunes, la jueza federal Laura Bastos Carvalho declaraba nula la resolución del Gobierno de Bolsonaro por perjudicar injustificadamente el interés general. La magistrada reivindicó la responsabilidad del poder judicial de proteger la libertad de expresión y la igualdad de trato de los ataques del ejecutivo. El Gobierno aún puede presentar recurso contra el fallo.

La justicia, muro de contención de la LGTBIfobia de Bolsonaro

Los tribunales, en cualquier caso, se están revelando como un verdadero contrapoder a la extrema LGTBIfobia de la presidencia de Bolsonaro. El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha emitido ya varios fallos que protegen a la comunidad LGTBI de los ataques del Gobierno. Hace solo unos días conocíamos la sentencia que puso fin al intento de censura de libros que abordasen la homosexualidad o la transexualidad en la Bienal del Libro de Río de Janeiro. Una resolución en línea con la también reciente decisión del mismo tribunal a favor de la protección legal de la población LGTBI frente a la violencia y la discriminación, al ordenar la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista «omisión legislativa» al respecto.

Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en esta materia que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que tiene lugar una dura batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. Sin embargo, la presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación tiene en personajes como el presidente Jair Bolsonaro grandes aliados. Estaremos atentos a como se sigue desenvolviendo esta guerra.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Dosmanzanas

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Juventudes trans: militando el género en las escuelas

Jueves, 3 de octubre de 2019
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En septiembre de 2018, tres adolescentes de 16 y 17 años se reunieron con un objetivo común: crear el Movimiento de Juventudes Trans (MJT) para ofrecer acompañamiento y asesoría a jóvenes y adolescentes transgénero. A un año de ese primer encuentro, el sábado 28 de septiembre brindarán una charla abierta en el Conti sobre Identidades trans: nuevas miradas y conceptos en el marco del Festival Futuros. Hablamos con sus integrantes sobre sus vidas y militancias cotidianas. 

Por Alejandra Zani

El Movimiento de Juventudes Trans de Argentina se cuestiona el adultocentrismo y se plantea nuevas preguntas: las de su propia generación. Sus integrantes tienen una certeza: las respuestas solo pueden ser colectivas. “Queremos visibilizar que las infancias y adolescencias trans existimos y que los traumas no sean requisito excluyente para ser trans”, explica a Presentes Feliciano (17 años), uno de los miembros fundadores del Movimiento. “Nuestro objetivo es que, para las juventudes trans, el tránsito por la escolaridad, las relaciones familiares y la interacción con la sociedad se den de la mejor manera posible”.

La iniciativa surgió entre tres amigos, Feliciano, Félix y Giovanni, por la falta de espacios orientados hacia jóvenes y adolescentes dentro de la comunidad trans, y hoy ya suma once integrantes. “Las organizaciones más conocidas siempre estaban formadas por personas de más de 25 años. En ellas nunca se nos dio realmente un espacio. Éramos una especie de ‘anexo juventud’ y quisimos crear un lugar que sintiéramos nuestro”, cuenta Gio (17 años). Al final, continúa, “las diferencias entre une adulte trans y une adolescente trans son similares a las que diferencian a un adulte cis de un adolescente cis”.

Diversidades en plural

Es por esto que, a la hora de nombrarse, decidieron hacerlo en plural. “Hablamos de juventudes porque nuestras experiencias son diversas. No somos un movimiento homogéneo y menospreciar lo que tenemos para decir por ser juventudes no es solo una falta de respeto, sino que reproduce un estereotipo de personas trans que les adultes plantean”, explica Nehuén (17 años). “Los medios siempre reproducen ciertos estereotipos de la comunidad trans adolescente, la de les jóvenes que odian su cuerpo y quieren cambiarlo, que quieren ser ‘lo otro’, y solo muestran felicidad cuando llegan a ese ‘cispassing’, es decir, cuando por fin pueden pasar como una persona cis. Toda la transición anterior es tristeza y dolor. Hablar de juventudes en plural es poner sobre la mesa la idea de que no todas las experiencias son iguales”.

A Nehuén lo convocaron del MJT porque no veían que las identidades trans no binarias estuvieran representadas en los colegios. “Ni en ningún lado. Yo me reafirmo, además de como una identidad no binaria, como una persona afrodescendiente y descendiente de mapuches. Esa identidad cultural es inseparable de mi identidad de género. Si personas de la comunidad no binaria me invitan a leer a Judith Butler, yo la leo, pero desde un punto de vista de adolescente negre y no binarie. En el MJT entendemos esta heterogeneidad, y a pesar de eso, compartimos un eje y ciertos principios”.

A mediados de este año, el crecimiento en las redes sociales y la visibilización que obtuvo el MJT en medios de comunicación fue tal que los pedidos de asesoramiento y las invitaciones para dar talleres, charlas y capacitaciones en escuelas se multiplicaron. Por este motivo, decidieron que era hora de ampliarse y convocaron a Agustina (18 años). “Cuando me propusieron que militara en el transactivismo me emocioné un montón porque desde el momento cero la aparición de las juventudes me parecía algo muy necesario en la comunidad trans. Por ese entonces, yo ya tenía encaminado el trámite del DNI y ya estaba en hormonas, así que no necesitaba asesoramiento legal, sino un espacio donde hubiera gente como yo, trans de 17 años”.

juventudes-1-1024x768“Hay que recordar que las juventudes trans se vieron históricamente relegadas al silencio. Todavía hay mucha gente que tiene que vivir su transición en silencio, en discriminación y en sufrimiento por su propia familia o su propio colegio”, continúa Agustina. “Si habláramos de una juventud trans estaríamos dejando afuera a la cantidad tan grande de excepciones que hay a una vivencia digna de una juventud como la gente”.

Para ella, tampoco es posible hablar de la adultez trans como algo rígido. “Tengamos en cuenta que la expectativa de vida de una persona trans corta a los 35 años, y en el 80% de los casos, las mujeres trans son empujadas a la prostitución. Ni siquiera estamos seguras de si vamos a transitar nuestra adultez en su totalidad, no tenemos esa certeza, todavía, de que vamos a poder acceder y terminar una carrera, o acceder a un trabajo aun teniendo un título, porque todavía el ser trans “daña la imagen” de las empresas y prefieren no contratarnos independientemente de nuestra formación”.

El género en las aulas 

Militar la identidad de género siendo adolescente implica, para Gio, bastante valentía. “Cuando empecé a sentirme como me sentía y a identificarme como me identifico, nada estaba claro y todo me daba vergüenza, sentía que no era merecedor de nada. Y más allá de lo sentimental, que es un montón, está también la valentía burocrática. Hay que tener mucha fuerza para enfrentarse al sistema y a cómo está reglamentado, a cambiarse el DNI, a “salir del clóset” en un colegio, a hacer horas de cola para esperar un turno para dentro de tres meses para ver a un endocrinólogue o cirujane”.

Cuando tenía 15 años, Gio tuvo Educación Sexual Integral -ESI- en una materia llamada Salud y Adolescencia, pero no cumplió con sus expectativas. “La explicación fue súper básica y biologicista. Pene, vagina, preservativo, pastillas anticonceptivas. Por suerte, la profesora era flexible y presentamos un proyecto sobre diversidad identitaria y sexual, pero esa iniciativa salió de nosotres. Lastimosamente, muches profesionales no tienen idea de cómo funciona un cuerpo trans, de nuestras experiencias, o de cómo nos afectan los métodos anticonceptivos durante los procesos de hormonización. Es como si en ese momento te dijeran ‘enterate de que sos parte de un experimento’ porque no hay data de personas con 80 años que se hayan hormonado toda la vida”.

«Tengo que reafirmarme constantemente en mis pronombres»

En el caso de Nehuén, recorrer espacios de militancia adolescentes siendo una identidad no binaria resulta “sumamente estresante”. “No hay una forma de identificar que una persona es no binaria y tengo que reafirmarme constantemente en mis pronombres, mi identidad, en cualquier tipo de espacio”, explica. “Además, la mía es una identidad reafirmada en el contexto argentino y latinoamericano, no es la misma identidad no binaria que la de una persona estadounidense y europea. Tenemos que entender desde dónde pararnos porque nuestras necesidades son otras y eso es lo que me gustaría que entendiera la comunidad no binaria argentina”.

“Yo tuve que armar una reunión con una empleada del INADI para enterarme de cosas como que en el colegio tenían que registrarme y respetar mi nombre aunque no hubiera cambiado mi DNI”, cuenta, por su parte, Agustina. Por eso considera que encontrar al Movimiento fue fundamental para difundir y dar herramientas a los demás adolescentes para llevar adelante una escolaridad común y corriente. “A diferencia de lo que se cree, militar la identidad de género dentro del ámbito de las juventudes y el secundario es bastante gratificante porque, lento pero seguro, se está viendo un cambio en la respuesta que tiene la sociedad ante la presencia o posible presencia de personas trans en un secundario y ya se nota a les maestres como a les alumnes con una voluntad mucho más grande de informarse”.

“Eso es bastante esperanzador aunque todavía estamos al tanto de situaciones en las que gente actúa, ya ni siquiera por desinformación, sino en contra de lo que establece la Ley de identidad de género, y me parece que si bien se está logrando una apertura frente a los derechos de personas trans, se está empezando a formar una resistencia de ciertas personas a respetar esta ley”, comenta Agustina. Y agrega: “Me impresiona, en 2019, ver gente dispuesta a comerse una denuncia solo para ver revocado el nombre de une alumne”.

Una cita en el Conti 

El sábado 28 de septiembre, en el marco del Festival Futuros que se realiza durante todo el mes en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el Movimiento de Juventudes Trans abrirá un espacio de encuentro y diálogo para abordar las diversas temáticas en torno a sus experiencias. “Vamos a repasar conceptos básicos, a discutir problemáticas y sobre todo generar un debate donde se puede llegar a una conclusión al respecto”, explica Feliciano.

El encuentro marcará una continuación con el ciclo sobre feminismos y cissexismo, abierto el 6 de septiembre durante la inauguración de la muestra colectiva Re-Existencia, y tendrá lugar a las 17 hs. “La propuesta es hacer un conversatorio completamente abierto a quienes quieran acercarse a tratar estas temáticas para allanar el camino a las generaciones trans por venir”, comenta Agustina.

“Vamos a hablar sobre nuevas masculinidades y sobre cómo abordar este tema que es tan difícil dentro del colectivo LGBT+ y de los feminismos, que nosotros creemos que no están separado, siempre fueron luchas muy compañeras, pero que de repente, ahora, con nuevas generaciones de la comunidad y de pibis feministas, se está generando una discusión bastante problemática acerca del separatismo”, enmarca Gio.

“La idea es preguntarnos cómo afecta eso a las personas trans, cómo juzgamos automáticamente lo que vemos con un rol asignado, un género asignado, cómo construir una transmasculinidad que realmente sea amigable, que no esté demonizada, no caracterizada como el enemigo, y qué hacer con todo esto”, continúa. “Nada de lo que vaya a suceder en el taller va a ser dar una respuesta, sino en plan debate, porque no tenemos una respuesta. La propuesta es pensarlo entre todes”.

Fuente Agencia Presentes

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Activista LGBT brasilero murió tras ser baleado por la Policía

Martes, 1 de octubre de 2019
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4CE17FA1-367F-41FA-B391-29E6B7757C7DEl activista brasileño LGBTI, Yuri Piettro Ferreira, murió el pasado 20 de septiembre después de pasar 28 días internado en un hospital municipal en Relegango, tras recibir una bala durante operativo de la policía militar en Río de Janeiro.

Yuri, de 26 años, era profesor de baile, esteticista y uno de los organizadores del desfile Bangu LGBTI+. Fue baleado en un hecho confuso el pasado 23 de agosto cuando regresaba a su casa y en el que participaron agentes militares.

Según testigos que hablaron con el periódico O Globo, la Policía llegó al barrio alertados por una supuesta “acción irregular”, en donde fueron atacados por narcotraficantes y Yuri quedó en medio del enfrentamiento.

La ciudad de Río de Jainero se ha convertido en uno de los lugares más inseguros para las poblaciones LGBTI y afrodescendientes debido a sonados asesinatos y amenazas de muerte de parte de grupos extremistas y la misma fuerza policial.

En marzo de 2018,  la concejala lesbiana y activista por los derechos humanos de Río de Janeiro, Marielle Franco, fue asesinada por la policía brasileña, sin que los responsables hayan sido sentenciados todavía.

Marielle fue fusilada cuando circulaba en su auto por una calle de Rio de Janeiro. Tenía 38 años y era una referente en la lucha contra la violencia institucional en las favelas cariocas. Los asesinos dispararon 13 veces al automotor provocando también la muerte de su chofer.

De acuerdo al Instituto Sou da Paz, en los primeros ocho meses del gobernador de Río de Janeiro Wilson Witzel, la policía militar asesinó a unas mil doscientas personas, un aumento del 16 por ciento en comparación al mismo periodo de 2018. Cinco eran niños.

Uno de los últimos casos fue el asesinato de Ágatha Félix, de ocho años de edad, quien recibió un disparo en la espalda durante un operativo militar en una favela de Río de Janeiro. El instituto estima que es la mayor cantidad de muertes provocadas por la policía desde 1998.

Discurso de odio desde el gobierno

El discurso de odio promovido por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha provocado un clima de intolerancia hacia las poblaciones diversas, según denuncias de activistas de derechos humanos.

En enero pasado, el diputado federal por Rio de Janeiro Jean Wyllys anunció que no asumirá su tercer mandato porque recibió amenazas y teme por su vida. El legislador era el único homosexual visible en el parlamento brasileño.

Bolsonaro, un militar retirado de 65 años, ha sido cuestionado por sus discursos misóginos, racistas y homofóbicos, y ha provocado que el gigante sudamericano retroceda en los derechos humanos fundamentales, según activistas.

Su discurso ha polarizado al país y causado graves señalamientos internacionales por su retorica militar y extremista.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Agencia Presentes

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El «feminismo» que excluye a las trans llegó a Guatemala

Sábado, 7 de septiembre de 2019
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cuerpo2-2486x1243Interesantísimo artículo:

Por Pilar Salazar 

Ilustración: Florencia Capella 

Hace unos días un conocido medio de comunicación digital en Guatemala publicó un artículo haciendo apología del “antifeminismo”. Es un escrito poco atinado, haciendo ver al feminismo (que tampoco es monolito) como un dogma, tan violento como el Islam o Judeo-Cristianismo. Mientras tanto, un grupo secreto “sororo” de mujeres al que fui invitada por una amiga, estaba poniendo reglas de membresía y durante ese proceso pusieron a votación y opinión de las integrantes (entre ellas yo, trans) si era bueno incluir a las mujeres trans. Lo que cuestionaba era si éramos o no mujeres. Me sentí molesta porque había un pensamiento en el ambiente que percibía a las mujeres trans como una amenaza.

Mi intención al escribir no es dividir ni atacar el movimiento feminista, sino visibilizar de qué manera estamos respondiendo a estos ataques en paralelo a nuestras acciones cotidianas. También vamos a coordinarnos colectivamente para no pasarnos llevando a otras compañeras de las que desconocemos (por decisión) sus luchas y que en lugar de sumar al movimiento pueden restar o dividir.

Cuesta entender que también las mujeres trans andamos en las luchas feministas, nos interesan muchas de las mismas luchas que se intersectan con las de las mujeres cisgénero.

Las radicales trans excluyentes no son feministas

Viv Smyth las llamó TERFs en referencia al “feminismo radical trans excluyente” que se refiere a las mujeres cisgénero “feministas” que piensan que las mujeres trans no son mujeres y que la lucha feminista no les pertenece. Pero voy a ser rebelde y contradecir esta conceptualización, pues en mi opinión y en la de muchas feministas, ser “trans radical excluyente” no es una característica de los feminismos sino una postura que lleva implícito el dispositivo biologicista (basarse en la genitalidad para categorizar una identidad de género).

Tiene un bagaje de lógicas cisexuales que mantienen una venda para no ver los privilegios que le dan cancha a la cis-normatividad femenina de “decidir” violentamente si las mujeres trans podemos ser mujeres y estar en los mismos espacios o no.

Es una necedad paternalista y al mismo tiempo de exclusión porque no hay espacio ni capacidad de entender que las mujeres somos diversas y que en general a esta parte de la diversidad transfemenina nos matan antes de cumplir 35 años en América Latina. Creo que justificar el desconocimiento de la lucha que llevan las mujeres trans por parte de movimientos «feministas» cisgénero ya no es un argumento válido para desentenderse y violentar. Muchas mujeres y varones trans apañamos las mismas luchas porque también nos atraviesa el aborto, acoso sexual callejero y más.

¿Quiénes son lxs sujetxs politicxs del feminismo?

Abrirse al diálogo y aceptar que no nos ha importado o que tenemos aristas que discutir es el primer paso para evitar la confrontación y división que, como lo he dicho, en algunos espacios es una posibilidad que está llegando a Centroamérica. Son las pocas ganas de hacer, por ejemplo, una pregunta tan básica como la propuesta por Paul Preciado: ¿quiénes son lxs sujetxs politicxs del feminismo?

Ya no basta con decir que para subirse al barco contra la lucha del sistema patriarcal y desarme de las opresiones hay que tener una vulva. Propongo que hablemos de interseccionalidades y nos preguntemos ¿a quiénes ataca el sistema patriarcal? Aquí hablo de cuerpos oprimidos feminizados.

El axioma de que una vulva es igual a una mujer y un pene es igual a un hombre se rompe con la transexualidad o transgenerismo, pero también al producirse la intersexualidad, por ejemplo. Y el poder disciplinatorio de la medicina occidental da la muerte a una ficción y nacimiento a otra.

Teresa de Lauretis dijo que, como la sexualidad, el género no es una propiedad de los cuerpos o algo originalmente existente en los seres humanos, sino el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales. En palabras de Michel Foucault, es el despliegue de una tecnología política compleja.

¿Tiene sentido seguir hablando de feminismo o de feminismos?

Parafreaseando a Preciado: sí, siempre que sea una forma de combatir los mecanismos específicos del control, producción de las subjetividades sexuales, raciales, estéticas, etc.

La matriz heterosexual[1] intenta reducir la multiplicidad de los cuerpos a la masculinidad y la feminidad desde la política genital, sin tomar en cuenta que los sistemas de opresión llegan hasta las periferias de los cuerpos subalternos[2]. En este punto debo decirlo, que me parece poco ético y nada sororo despotricar contra las mujeres trans al momento de defender el feminismo de los machos violentos, argumentando desde la lógica biologicista. Es importante y contracorriente de estas aristas la apertura al diálogo y a la resolución de dudas para fortalecer y no dividir lo que tanto ha costado para las feministas.

[1] Judith Butler, El género en dipusta, 1990. Estados Unidos

[2] Saurabh Dube, Sujetos subalternos, 2001

Fuente Agencia Presentes

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Julio Puente: Del Génesis a Botswana

Martes, 18 de junio de 2019
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62599289_1252723618238161_8206369737312043008_nEl vaticano y la Ideología de género

Más adelantados en África del Sur que en el Roma

He publicado en este blog varios trabajos de (o sobre) Julio Puente (imagen 1 y 3), filólogo, antropólogo y educador, con fina sensibilidad sobre el tema de la educación sexual y de género, cuya obra más significativa en esta línea (Un paso adelante, 2017) tuve el honor de comentar.

Ahora, con ocasión de nuevo documento de la Congregación para la Educación Católica (Varón y mujer los creó. Sobre la ideología de género, Vaticano, 10 de Junio de 2019) empieza a suscitar reacciones encontradas (y en gran parte críticas) por parte de los estudiosos y, sobre todo,  de los cristianos más sensibles al tema de la diversidad antropológica y sexual.

   En este contexto he querido publicar el trabajo de Julio Puente, añadiendo al final, a modo de apéndice, una reflexión sobre el principio Génesis que, a mi juicio, el documento del Vaticano no ha sabido interpretar rectamente.. Quiero decir, ya desde aquí, que lo que está en el fondo del mensaje bíblico es la realidad personal del hombre (varón y/o mujer), no un tipo de fijación biológica.

Parece que el Vaticano insiste más en un tipo de biología, quizá mal comprendida, que en la riqueza y diversidad personal (en la maduración profunda) de hombres y/o mujeres. Así lo ha querido poner de relieve J. Puente, con amor, con humos… Así lo he destacado yo en la nota final.

Con ese cambio de perspectiva (de lo biológico a lo personal), de un tipo de ontología de género a la metafísica de persona (conforme a la Biblia) se pueden entender y resolver mejor los temas. En esa línea, J. Puente dice  en el fondo que saben del ser humano en Botsuana que en el Vaticano.

   Gracias, Julio, por ofrecerme este trabajo. Seguimos caminando, en búsqueda compartida, desde lugares que pueden ser distintos, pero con la misma pasión por el amor y la identidad del ser humano.

 JULIO PUENTE. DEL GÉNESIS A BOTSUANA.  

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Acaba de despenalizarse la homosexualidad en la República de Botswana. Una buena noticia. Y en Europa, la Congregación para la Educación Católica alerta de que los estudios de género, – que los sectores más conservadores de la Iglesia insisten en desacreditar hablando de “ideología de género” – , quieren acabar con la diferencia entre varones y mujeres. Nada menos. ¿También aquí se busca la recíproca radicalización de los extremismos como en la política europea la buscan la extrema derecha y los fundamentalistas islámicos? ¿Necesita la Iglesia encontrar siempre enemigos para sobrevivir? Naturalmente los grupos LGTBI mostrarán su desacuerdo y los grupos de gays cristianos su profundo dolor y su frustración. ¿Busca la Iglesia que todos estos grupos radicalicen su discurso y sus acciones?

  Como Dios no tiene más manos para escribir que las nuestras he pensado que, contando con la generosidad de Xabier Pikaza y de este medio digital (RD), tal vez podía exponer algunas de las ideas que ya publiqué en mi libro “Un paso adelante” a finales de 2017, que no todos los lectores de RD conocerán, e intentar así aportar alguna idea más al debate.

JULIO PUENTE. DEL GÉNESIS A BOTSUANA

El prejuicio

“Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste” (Sabiduría, 11, 24).

   La mayor parte de los grupos humanos, desde las mujeres a los extranjeros que vinieron de otro país con otra religión y otras costumbres, aunque estos vean de algún modo mermados sus derechos, tienen, en principio, teóricamente hablando, el respeto y la acogida de la sociedad sean de la raza o de la religión que sean. Aunque ya sabemos que el sexismo, la xenofobia y el racismo siguen bien presentes en nuestra mentalidad. Desde la Iglesia y las instituciones del Estado, al menos, no se arroja sobre ellos ninguna sombra de culpabilidad o desorden intrínseco. Nadie defiende en teoría, por ejemplo, que la mujer tenga menos dignidad que el hombre, menos derechos, o que haya en su condición algo “objetivamente desordenado”. En teoría, porque en la realidad no es así. Leer más…

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