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Vacaciones

Martes, 2 de agosto de 2022

man_reading_resort_rest_vacation_male_person_seaside-539385Un tiempo de reposo en un trabajo existe desde que los humanos se hicieron ganaderos y agricultores. Algunos agricultores tenían épocas del año con más trabajo y otros de relativo descanso. Otros agricultores se organizaban de forma que pudieran dedicarse al menos a dos tipos de cultivo diferentes, o dos actividades, complementarias en el tiempo y para poder subsistir.

En la Europa medieval las universidades empezaron a hacer unas “pausas” en la época estival para que los estudiantes trabajaran en el campo en la época de cosechas. Esta larga pausa estival en el sector docente se mantiene todavía hoy en día. ¿Positivo o negativo? Un buen debate.

Pero las vacaciones como entendemos en derecho laboral aparecieron mucho más tarde, a consecuencia de la Revolución industrial. La organización del trabajo sufrió una crisis que hizo que las relaciones y condiciones laborales cambiaran completamente respecto a las de antes. La tecnología energética y mecánica aportó las máquinas y fábricas, y el capitalismo sólo tenía en cuenta la producción y los beneficios económicos de los dueños sin consideración social alguna respecto a las demás personas. Trabajaban niños y mayores, todos los días de la semana, en jornadas de más de doce horas. La situación fue tan penosa para la clase obrera que en el siglo XIX empezaron a organizarse entre ellos para luchar por una vida más digna, se desarrolló un movimiento obrero y el sindicalismo, y algunos nuevos economistas empezaron a introducir factores sociales y humanos en sus teorías. La alta burguesía empezaba a permitirse épocas de vida sin trabajo, imitando temporalmente a la aristocracia. Algunos iban a residencias de verano y a balnearios de cuidados de belleza y salud. Mientras, los obreros empezaban a reivindicar una calidad de vida mínima y sentar las bases para poder crear conceptos como la limitación de la jornada laboral o las vacaciones, aunque todavía estaban muy lejos de hacerlas realidad.

En realidad, ni siquiera la idea de vacaciones existía antes del siglo XX. Sólo a partir de los años veinte del siglo pasado se empezó a comentar, de forma todavía dispersa, algo que poco a poco iría tomando cuerpo hasta poder asimilarlo con lo que hoy entendemos por vacaciones. Las primeras vacaciones retribuidas a los trabajadores no empezaron a existir hasta los años treinta, gracias al Frente Popular. Hacia los años cuarenta, el derecho a las vacaciones se difundió a más grupos de trabajadores. En España son un derecho constitucional desde 1978. Sin olvidar que en algunos países todavía no existen. Y las cosas van evolucionando lentamente siempre que la Humanidad vaya madurando integralmente con buenos líderes de masas, que hoy no tenemos.

En resumen, ¿cuál es la tendencia actual? Pluralidad total. Es necesario nuevos conceptos de vacaciones ante la semana de cuatro días de trabajo, el teletrabajo, el nuevo mundo digital, la esclavitud de sueldos bajos y otros más. ¿Dónde queda la frase: ¡No te lleves el trabajo a casa!?

Cito un texto del gran psicólogo de las profundidades, C.G. Jung (1875-1961). Los paréntesis son míos: Muchas neurosis (es decir, inadaptaciones a la realidad diaria) están basadas principalmente en la incapacidad de percibir las exigencias del alma (la interioridad); incapacidad debida a las quimeras pueriles de cariz iluminoso (Un Peter Pan). Sería ya hora de que el asunto psicológico actual (el mundo psiquista) admitiera que no es cuestión de dogmas o profesiones de fe sino que se trata de la actitud religiosa (término hoy, muy plural, y tiene nombres distintos. Uno de ellos : la calidad humana profunda o también el proceso de maduración integral) que es una función psíquica importante, enorme, inconmensurable y en lo que hace indispensable el sentido de la continuidad histórica (hay que hacer nuevos relatos de los Pueblos)”. Un texto de lectura atenta. A la sociedad actual le falta un relato que anime: el Alma o Ánima, lo que anima, inspira, empuja, impulsa, energetiza o el aliento vital.

Dicho de otra forma: las vacaciones implican desconectar de la vorágine diaria del trabajo o algo parecido para poder dedicar tiempo a uno mismo de tal forma que se pueda despertar y ver cuál es la realidad. Como decíamos antes es un derecho. Pero, ¿lo tiene todo el mundo? He aquí la cuestión.

Además debería poder permitirse unos momentos al día “vacare” para vivir dignamente. El término viene del latín, que significa: libre, nada que hacer. O en referencia al indoeuropeo: vacío.

Ante esta pluralidad, cito un pensamiento de Santiago Ramón y Cajal (1852-1954): “Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en lugar de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza e ignorancia”.

¿Qué concepto tiene la persona lectora de vacaciones? Sólo existe la respuesta personal desde su m2. Y si no tenemos pensamiento crítico propio somos marionetas de los sistemas de dominación en pleno siglo XXI. Hay que ser realistas, no ilusorios, pero sí ilusionados.

Jaume PATUEL PUIG (1935)

Pedapsicogogo

Fuente Fe Adulta

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