La fiesta de Los Palomos que se celebró en Badajoz del 7 de mayo al 9 de junio culminó con un manifiesto muy emotivo.

La fiesta de Los Palomos comenzó a celebrarse en 2011 después de las declaraciones del alcalde de Badajoz por aquel entonces, Miguel Celdrán, que afirmó que en la ciudad no había “palomos cojos” porque los daban de lado. A raíz de esas controvertidas declaraciones y gracias a la iniciativa del programa “El Intermedio”, más de 9.000 personas del colectivo LGTBI se concentraron en Badajoz para celebrar la diversidad con un gran éxito que se ha ido repitiendo anualmente. Este es el manifiesto de este año:

“Tal día como hoy, pero de 1901, dos mujeres entran por la puerta de la iglesia de un pequeño pueblo gallego. Quieren casarse y lo consiguen.  Pero alguien las denuncia y emprenden una huida que las llevará a Portugal y más tarde, como muchos gallegos de la época, se montan en un barco rumbo a Argentina. Su pista se pierde ahí, pero sus nombres quedarán para la historia, para nuestra historia: Marcela y Elisa. Ellas fueron las primeras.

Más de 100 años después, aquí seguimos tratando de romper los moldes, de ampliar las posibilidades para que las personas LGBT y nuestras familias podamos vivir y podamos ser sin discriminación.

Somos las mujeres jóvenes lesbianas. Somos quienes estamos dispuestas a construir una sociedad en la que el feminismo sea una bandera a seguir, en la que la lucha contra el machismo y el patriarcado se conviertan en un objetivo en nuestras vidas.

Somos las personas que huimos de nuestros países por el temor a ser torturados, a morir por amar a quienes amamos, por ser quienes somos.

Esta noche, aquí, reclamamos un mayor compromiso por parte de la administración pública para llevar a cabo políticas de acogida a las personas LGTB refugiadas y solicitantes de asilo y una mayor implicación de las Fiscalías en la persecución de los delitos de odio.

Somos las abuelas orgullosas de nuestros nietos y de nuestras nietas, de los que tienen dos madres, dos padres,… Nuestras familias sólo tienen una forma para construirse: desde el amor. Y frente a los insultos, frente a la ignorancia, frente a quienes quieren arrebatarnos nuestra felicidad: hoy una vez más podemos seguir gritando que el amor hace familias.

Somos las madres y padres de niños y niñas trans.

Y hoy reclamamos compromisos claros para que la educación pública sirva para combatir discriminaciones, en la que se incluya la diversidad en todos los niveles educativos, convirtiendo nuestros colegios e institutos en espacios seguros.

Yo quiero que en todos los coles podamos ser como queramos ser.

Somos los herederos y herederas de las luchas por los derechos humanos que hace 50 años comenzaron un grupo de mujeres transexuales en Stonewall, New York.

Somos los y las activistas que desde hace un cuarto de siglo peleamos para que todas y todas podamos vivir en cada una de las ciudades y pueblos de Extremadura, en libertad.

Somos quienes reclamamos con claridad un adecuado y completo desarrollo de la Ley LGBTI extremeña, sin mas dilación y quienes pedimos un claro compromiso para la Ley de Igualdad de Trato y no discriminación para combatir las discriminaciones en todo el territorio español.

Somos quienes jamás olvidaremos a quienes se tuvieron que ir de nuestra tierra para poder amar y poder ser ellas mismas. Por todos ellos y ellas, con vosotros y vosotras, seguiremos pateando las calles para lograr una Extremadura cada día más libre, abierta y plural.

Fuente Cáscara Amarga

Mudejarillo General Badajoz, Fiesta de los Palomos, Manifiesto, Miguel Celdrán, Palomos cojos