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Lutero: V centenario de la Reforma protestante (I)

Jueves, 26 de octubre de 2017

monumento-lutero-wittenberg-alemaniaBIOGRAFÍA Y PENSAMIENTO TEOLÓGICO”

Su contribución a la civilización occidental se considera más allá del ámbito religioso

“No quiero ni puedo retractarme, porque es penoso y peligroso ir contra la conciencia. ¡Dios me ayude! Amén”

(Saturnino Rodríguez).-Este año por primera vez las iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, como fruto de los esfuerzos ecuménicos por alcanzar la Unidad de las iglesias cristianas, celebran conjuntamente el V Centenario de la “Reforma” protestanteque nació tras el 31 de octubre de 1517 en que el sacerdote agustino Martín Luteroclavaba en la Iglesia de Todos los Santos del castillo de Witemberg las 95 tesis contra “las indulgencias” decretadas por el papa León X a favor de quienes contribuyesen con sus donativos a la construcción de la basílica de San Pedro en Roma.

El V centenario del nacimiento de Lutero se celebró ya el año 1983. En esta presentación comenzamos con la biografía y pensamiento teológico de Lutero para continuar en otras dos más con lo que fue la Reforma protestante y la llamada “contrareforma” de la Iglesia católica y Avances del Ecumenismo cara a la unidad con lo que fue la “reforma” así como en los avances del movimiento ecuménico de las iglesias católica, ortodoxa y protestante o “reformada”.

Biografía de Martín Lutero

Martín Lutero, o Martin Luder, después cambiado a Martin Luther, como es conocido en alemán, nació en Eisleben, (Turingia,,Alemania) el 10 de noviembre de 1483 y falleció en la misma localidad el 18 de febrero de 1546. Fue un teólogo y monje católico agustino que lideró una reforma religiosa en Alemania, y en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante en general y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo de la que derivarían otras denominaciones “protestantes”.

Sus padres Hans y Margarita preocupados por su formación intelectual le llevaron a las escuelas den Mansfeld en 1484, Magdeburgo en 1497 y Eisenach en 1498. En 1501, a los 18 años, Lutero ingresó en la Universidad de Erfurt licenciándose el 7 de enero 1501. Quiso estudiar Derecho, como su padre deseaba, pero en el verano de 1505 abandonó de pronto sus estudios e ingresó en el Monasterio de los Agustinos de Erfurt el 17 julio 1505 contrariando a sus padres.

En 1506 profesa sus votos y el 3 de abril de 1507 es ordenado sacerdote agustino conciliándose con su padre. En 1508 estudia Teología y Biblia y da clases de Biblia y en el curso siguiente en el convento de Erfurt.

La vida de Lutero era de un cumplimiento conventual estricto, de oración y de reflexión profunda, lo que le llevó al Vicario General de los agustinos von Stanpitz a destinarle a una vida más activa y también a un formación académica superior comenzando en 1510 a estudiar en la Universidad de Wittenberg (fundada en 1502 por Federico III der Sajonia en 1502, que sería su protector).

En 1511 regresa a Witemberg y en octubre de 1512 se doctora en Teología y asumiendo la cátedra de Teología Bíblica siendo recibido como miembro del Senado de la Facultad de Teología que conservaría hasta su muerte. En 1515 fue nombrado por un trienio Vicario de su orden agustiniana quedando a su cargo once monasterios y Decano de la Facultad de Teología, explicando las Cartas de san Pablo a los romanos y a los gálatas.

En noviembre de 1510 para resolver una disputa monástica surgida en la orden agustiniana entre uno corriente más “observante” y reformista y otra más “conventual” y conservadora liderada por Johannes von Staupitz el prior de Erfurt, el Vicario General de la Orden de los Agustinos le encargo la misión de viajar a Roma en representación de siete monasterios agustinos y como hombre piadoso y cumplidor como lo era de sus deberes religiosos, invitase al Prior General de la orden agustiniana, Egidio de Viterbo para que anulara las reformas.

En su viaje a Roma en 1510 Lutero quedó impactado por la “mundanidad” en la que vivía gran parte del clero (especialmente las altas como se sabe por sus escritos a su regreso de Roma) y aunque su fe católica se mantuvo inquebrantable, fue este aspecto el que en realidad le llevó a Lutero a sus críticas decisiones posteriores cuyo detonante sería especialmente que se concretarían en el conocido asunto de la bula de las Indulgencias que vamos a detallar.

De la mano de los escritos de san Agustín de Hipona y de san Pablo en la Epístola a los Romanos encontró respuesta a sus angustias sobre la salvación en esta doctrina de la “justificación por la fe” enseñando que la salvación es un regalo exclusivamente de Dios, dado por la gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe. Y ese salvación gratuita no necesita las mediaciones del poder eclesiástico, que pasó a constituir el eje fundamental de su teología y enseñanzas.

Las ansias de obtener la verdad le llevaron a Martín Lutero a estudiar las Sagradas Escrituras en profundidad. Por otro lado su vocación humanista de “ir a las fuentes”, le sumergieron en el estudio de la Biblia y de la Iglesia primitiva llegando a la convicción de que la Iglesia había perdido la visión de varias verdades centrales que el cristianismo enseñaba en las Escrituras, siendo una de las más importantes de ellas la doctrina de “la justificación por la fe” .

Siendo ya profesor comenzó a criticar la situación en la que se encontraba la Iglesia católica. En 1515 fue nombrado vicario de su orden, quedando a su cargo once monasterios. El año 1516, se convirtió en párroco de la Iglesia de Wittenberg, destacando como predicador popular, oponiéndose a la venta de las Indulgencias sobre lo que hablaremos a continuación.

La venta de “indulgencias” fue el detonante

El Papa había convertido al Príncipe Alberto de Brandeburgo, de 23 años de edad en arzobispo de Magdeburgo y administrador de la diócesis de Halberstadt y nombrándole después arzobispo de Maguncia y primado de Alemania, lo que llevaba anejos unos beneficios políticos y económicos extraordinarios. Para obtener las dispensas necesarias para tal acumulación de cargos, debió pagar al Papa la elevada suma de 24 000 ducados que le fue adelantada por la banca Fugger. Para facilitarle el pago de la deuda, el Papa le autorizó la venta de indulgencias en sus territorios, tarea que el Príncipe encomendó al fraile dominico Johann Tetzel.

Estas bulas eclesiásticas eran una concesión del Papa que teóricamente concedían indulgencias a los creyentes por los pecados cometidos y que se convirtieron en objeto de un tráfico puramente mercantil. Donativos que iban con destino a la construcción de la Basílica de S. Pedro en el Vaticano, obra de los papas Julio II y León X. Con esa venta de indulgencias el príncipe Alberto de Maguncia devolvía al Papa los 24.000 ducados adelantados por la banca Fugger por la concesión de los nombramientos que había recibido. Esto provocó la indignación de Martín Lutero, que publicó a raíz de estos sucesos las 95 tesis que iniciaron la llamada “reforma” protestante.

Johann Tetzel fue el fraile dominico a quien Alberto de Branderburg arzobispo de Maguncia subcomisario para la venta de indulgencias en la provincia eclesiástica de Magdeburgo. Su actuación se cuenta entre los factores que decidieron a Martín Lutero para iniciar su “Reforma”. Con el dinero obtenido por dicho medio, se esperaba financiar la edificación de la basílica de San Pedro en Roma, Italia, y comprar un obispado para Alberto de Hohenzollern.

Todo ello confirmaba al fraile agustino Martín Lutero en la idea de que la Iglesia había abandonado sus principios hasta el extremo de que el 31 oxtubre 1517, víspera de la fiesta de Todos los Santos, clavó 95 tesis contra las indulgencias en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Tesis enviadas antes al arzobispo Albertio de Maguncia y que se divulgaron rápidamente por Alemania y Europa gracias a la imprenta recién descubierta y que pronto serían impresas bajo el título “Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias” convirtiéndose en el inicio de la llamada Reforma protestante.

Las críticas de Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media por otros reformadores que se pueden considerar predecesores del luteranismo, como el inglés John Wycliffe (siglo XIV) o el bohemio Jan Hus (siglo XV).

Las 95 tesis de Lutero causaron una gran conmoción y que traducidas al alemán lograron una amplísima difusión. La prédica de indulgencias fue denunciada ya anteriormente por el teólogo inglés John Wiclef (1320-1384) y también por el teólogo y filósofo checo Jan Hus (1369-1415) que cuestionaron los abusos que su práctica originaba.

El conocido humanista, filósofo, filólogo y (1466-1536) próximo a la “Devotio moderna” y ordenado sacerdote de los Canónigos Regulares de San Agustín en 1490 envió una carta a Lutero en la que le decía, entre otras cosas: “No puedo describir la emoción, la verdadera y dramática sensación que provocan”.

Y cuando, un poco más tarde el elector de Sajonia Federico le preguntó a Erasmo su opinión sobre Lutero, le respondió con una sonrisa: “Nada me extraña que haya causado tanto ruido, porque ha cometido dos faltas imperdonables: haber atacado la tiara del papa y el vientre de los frailes“.

Católicos y luteranos intentaron traer a su causa al humanista Erasmo de Rotterdam pero él no cayó nunca en la trampa. La Iglesia lo acusó con una frase célebre: “Usted puso el huevo y Lutero lo empolló”, a lo que el teólogo respondió con la no menos conocida ironía: “Sí, pero yo esperaba un pollo de otra clase”. Los seguidores de Erasmo pretendían renovar la vida espiritual ejercieron notable influencia en la primera mitad del siglo XVI. En España concretamente el avance del erasmismo se frenó cuando la Inquisición interrogó en 1533 a Juan de Vergara, amigo personal de Erasmo y experto en lenguas clásicas.

Aún en la misma Roma las tesis de Lutero no fueron recibidas tan mal como pudiera pensarse. Cuando el censor del Vaticano, Silvestre Prierias, aconsejó al papa León X (1513 a 1521) que le declarase un hereje, el Papa replicó: “Este hermano, Martín Lutero, tiene un grande ingenio, y todo lo que se dice contra él no es más que envidia de frailes”.

21 a 26 abril 1518. Así las cosas, el Papa León X envió una carta a Gabriel de la Volta, general de los Agustinos en Alemania, pidiéndole que pusiese fin a esta controversia y que reprendiese a Lutero. Se propuso entonces una reunión en la Universidad de Heildelberg (la más antigua de Alemania). Allí se le dio la oportunidad de presentar una defensa de sus tesis, para cuyo fin Lutero preparó 28 propuestas que llamó “Paradojas”, apoyándose en la Biblia y en las enseñanzas de Agustín de Hipona. En vez de condenar a Lutero, la impresión que causó en Heidelberg fue muy favorable.

Martin Bucer, representante de la Orden de los Dominicos (OP), escribió: “Lutero posee una gracia muy especial para responder a las preguntas que se le hacen, y también una inalterable paciencia para escuchar… y como ya dijo Erasmo, habla con libertad y sin pretenciones”. revoltoso. Bucer era un teólogo dominico que tras conocer a Martín Lutero en 1518 anuló sus votos monásticos y comenzó a trabajar en favor de la Reforma siendo excomulgado. Poco a poco Lutero fue ganando simpatizantes que vieron en él un estudioso de las Escrituras y no simplemente un rebelde.

Pero sería Silvester Mazzolini dominico italiano confesor del Papa, el primer teólogo “campeón” del Romano Pontífice que en sus escritos atacó públicamente las doctrinas de Martín Lutero, apoyando la condena de Joham Maier Eck contra el monje agustino. Lutero respondió a los argumentos de Mazzolini y ambos publicaron réplicas manteniendo una controversia regular entre ellos.

La primera reacción del Papa fue la de hacer comparecer a Lutero entre los años 1518 y 1519 ante eminentes teólogos siendo el primero de ellos el dominico italiano Sylvester Mazzolini. El Papa envió también una carta a Gabriel de la Volta, general de los Agustinos en Alemania, pidiéndole que pusiese fin a esta controversia reprendiendo a Lutero. En 1518 Lutero se había incorporado a Universidad Witemberg y era emplazado para ir a Roma donde seria juzgado como hereje, pero él apeló al Principe Federico III de Sajonia “el Sabio” (1486-1525), y el juicio fue realizado en territorio alemán el 12 octubre 1518 en la ciudad de Augsburgo en donde ante el cardenal Tomás Cayetano un dominico italiano profesor en las Universidades de París y Roma, que fue General de la Orden.

En 1519 el teólogo escolástico alemán Johann Maier von Eck (1486 -1543), profesor en las Universidades de Heildelberg, Tubinga, Colonia y Friburgo de la que llegó a ser Canciller, fue considerado como un baluarte del catolicismo que defendía las Indulgencias, el pontificado y rechazaba la teoría de la “justificación por la fe” de Lutero a quien llegó a denunciar en Roma solicitando fuese condenado y excluido de la Iglesia Católica. Entre el 4 y 8 julio 1519 se produce un debate entre Johann von Eck y Lutero en Leipzig.

La contribución de Lutero a la civilización occidental se consideran más allá del ámbito religioso. Sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción y el desarrollo de la lengua. Desde entonces, Lutero declararía que la Iglesia Romana necesita de una “reforma”. En 1520, Lutero completó el ciclo de su ruptura con Roma al desarrollar sus ideas en tres grandes «escritos reformistas»: “Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana”, “La cautividad babilónica de la Iglesia” y “Sobre la libertad cristiana”, siendo la primera la más conocida. Resumimos ahora brevemente contenido de estas tres obras claves.

Inspirado en Ulrich Hutten, caballero y humanista- imbuído de una especie de protonacionalismo alemán, Martín Lutero escribe el “Manifiesto a la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana” (1520) donde aborda la Reforma del Estado Cristiano quellamaba a la independencia de Alemania tanto del Imperio de Carlos V como del Vaticano. Procuró el apoyo de autoridades civiles y comenzó a enseñar el “sacerdocio universal de los creyentes”, que tiene a Cristo como “único Mediador entre Dios y los Hombres” y la “autoridad exclusiva de las Escrituras”, en oposición a la autoridad de Papas o Concilios. Convierte de esta forma a los príncipes, el poder y la fuerza política, en defensores de la “libertad cristiana”.

También afirmaba que todos los cristianos eran el “estado eclesiástico”, que las diferencias sólo son de función, y que el bautismo hace a todos los cristianos sacerdotes. En su obra “Sobre el Cautiverio Babilonico de la Iglesia” (1520), ataca el “sacramentalismo de la Iglesia”, diciendo que en las Sagradas Escrituras solo se distinguen dos sacramentos: El Bautismo y la Cena del Señor (Eucaristia). En el otro libro “Sobre la Libertad Cristiana”, presento un estudio sobre la ética cristiana basada en el amor. Martin Lutero iba obteniendo gran popularidad entre el pueblo, y también considerable influencia en el clero. Tuvo también una importante acogida el “Pequeño Catecismo” publicado en 1529.

Lutero defendía con energía sus opiniones en debates universitarios públicos en Wittenberg y en otras ciudades ya explicitando su doctrina sobre la gracia divina y los sacramentos admitiendo solamente el Bautismo y la Eucaristía. Todo ello provocó una investigación por parte de la Iglesia romana en la que el Papa acudió al protector de Lutero, el príncipe Federico III de Sajonia “el Sabio” para alcanzar una solución pacífica. Lutero llegó a enviar una humilde carta al Papa y componer un tratado demostrando sus respetos a la Iglesia católica. Carta que nunca fue enviada porque no contenía ningún tipo de retractación.

Las investigaciones terminaron con una bula del papa León X “Exsurge Domine” (15 junio 1520) que de momento no condenaba la doctrina de Lutero.

Demandaba específicamente que se retractase de 41 errores entresacados de las 95 tesis de Lutero, en buena parte referentes al Papa dándole un plazo de sesenta días desde la publicación de la bula en las regiones vecinas a Sajonia.

Este plazo terminó el 10 diciembre 1520, día en el cual Lutero quemó una copia de la bula, junto a varios volúmenes de derecho canónico, en el puente de Elster de Wittenberg. La pira fue una respuesta a la previa quema de libros de Lutero realizada por el teólogo católico Johann Eck en varios lugares de Alemania. Hoy un roble señala el punto, en las afueras de la puerta de Elster, donde Lutero quemó públicamente la bula papal en 1520.

El plazo de 60 días fijado en la bula “Exsurge Domine” en los que Martín Lutero debía dar muestra de sumisión al Papa vencía el 27 de noviembre de 1520. El 3 enero 1521 la tensión concluía con la ruptura tras la excomunión definitiva que le enviaba el Papa León X bajo el título “Docet Romanun Pointificem” que llegaba tras la Dieta de Worms (16 abril 1521) como veremos.

Recientemente los luteranos, ya en diálogo oficial y contínuo con la iglesia católica, solicitaron el levantamiento de la excomunión a Lutero a lo que la Curia Romana respondió diciendo que sólo se levantan las excomuniones a personas vivas.

Lutero y la Reforma en el marco de las Dietas alemanas

Siguiendo ahora el orden cronológico vamos a continuar ahora la biografía de Lutero con las Dietas del Sacro Imperio Roma Germánico convocadas por el Emperador Carlos V en dionde en varias de sus sesiones se abordaba división alemana creada por la Reforma de utero.

Las Dietas (en alemán Reichstag) eran Asambleas de los Príncipes (laicos y eclesiásticos) del Sacro Imperio Romano Germánico (no Parlamentos en el sentido actual) de las que se celebraron muchas sesiones desde el año 952 hasta el año 1582.

Las más importantes y conocidas se celebraron en los años centrales del siglo XVI, periodo culminante de la Reforma protestante y las “guerras religiosas”entre católicos y protestantes. Las Dietas imperiales fueron: Dieta de Augsburgo, Dieta de Núremberg, Dieta de Ratisbona y Dieta de Worms, las más conocidas.

La Dieta de Worms de los Príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico se celebró del 22 enero al 25 mayo 1521 presidida por el recién nombrado emperador Carlos V de Alemania. El aspecto históricamente más relevante de la Dieta fue la comparecencia de Martín Lutero. En la sesión de abril de 1521. Lutero fue convocado ante el emperador Carlos V, pidiéndosele que se retractase ante las autoridades seculares y eclesiásticas allí reunidas, aunque no abjuró sino que defendió con energía su actitud protestante.

Para asistir y a petición del Príncipe Federico III elector de Sajonia Lutero recibió un salvoconducto del emperador Carlos V para acudir, ser escuchado y regresar normalmente de la Dieta de Worms.

La garantía del salvoconducto era esencial después del trato recibido por Jan Hus, sacerdote, teólogo y Rector de la Universidad de Praga, quien puso en marcha el movimiento “husita” para la reforma eclesial, y que en 1415 , fue procesado y ajusticiado a pesar de tener un salvoconducto en el Concilio de Constanza de la Iglesia Católica (5 noviembre 1414 al 22 abril 1418) que fue convocado el 30 octubre 1413 por Segismundo de Hungría, emperador germánico y el “antipapa” Juan XXIII para acabar con el Gran Cisma de Occidente (1410-1415) y estudiar la reforma de la Iglesia.

En la audiencia a Lutero el 16 abril 1521 motivo principal de la Dieta, Johann Eck, asistente del Arzobispo de Tréveris, con quien ya había discutido ampliamente Lutero le presentó una mesa llena de copias de sus escritos solicitándole retractación de sus errores ante las autoridades civiles y eclesiásticas allí reunidas, a lo que se niega diciendo textualmente: “Mientras yo no sea rebatido a través de las Sagradas Escrituras o con razones evidentes, no quiero ni puedo retractarme, porque es penoso y peligroso ir contra la conciencia. ¡Dios me ayude! Amén” ,por lo que Carlos V le condena.

Tras de ello Lutero abandonó Worms pero el elector de Sajonia Federico el Sabio o recluyó en su castillo de Wartburg, donde emprendió su traducción del Nuevo Testamento del original griego al alemán.

En respuesta a la Dieta de Worms el 25 mayo 1521, se formalizó la excomunión de Martín Lutero. Carlos I de España y de Alemania V, (desde el 1 enero 1519) aunque coronado el 24 febrero 1530, en Bolonia como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por el papa Clemente VII) proclama el Edicto de Worms junto al el cardenal Girolamo Aleandro, nuncio papal declarando a Martín Lutero proscrito, prófugo y hereje, y condenando y prohibiendo sus obras, lo que es considerado como el inicio real del proceso conocido como Reforma Protestante y se oficializaba la ruptura del Luteranismo con la Iglesia Católica.

Tras la condena del Emperador el 26 de abril sale Lutero de Worms con destino a Witemberg. El 29 septiembre de 1521 en ausencia de Lutero sus seguidores más extremistas habían provocado desórdenes en Wittemberg introduciendo cambios litúrgicos y destruyendo imágenes, por lo que el 6 marzo 1522, Federico de Sajonia aconseja a Lutero regresar definitivamente a Wittemberg para restablecer la paz, cosa que Lutero hizo especialmente en sus sermones.

El anuncio papal de la Dieta recogió las violentas denuncias presentadas en el Edicto de Worms, promulgado el 25 mayo 1521 y firmado por Carlos V y el cardenal Girolamo Aleandro, nuncio papal. En el mismo se catalogaba a Lutero como un delincuente y se prohibía la lectura y posesión de sus escritos.

Además, autorizaba a cualquiera a matar a Lutero sin sufrir consecuencias penales. El texto del Edicto provocó gran inquietud entre los pensadores y dirigentes más moderados y particularmente en el gran humanista católico Erasmo de Róterdam, filósofo, filólogo y teólogo neerlandés, que había profesado profesó y fue ordenado sacerdote en el monasterio de los Canónigos Regulares de San Agustín, que participaba igualmente de la espiritualidad de la “Devotio moderna”.

– Continuará en II parte

Fuente Religión Digital

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