Inicio > Espiritualidad > Se acerca vuestra Liberación

Se acerca vuestra Liberación

Sábado, 10 de diciembre de 2016

10-curiosos-trucos-que-haran-tu-vida-mas-sencilla-y-que-realmente-funcionanPregón del Adviento
Carmen herrero Martínez, Fraternidad Monástica de Jerusalén, Tenerife

ECLESALIA, 28/11/16.- Un día, hace ya mucho, mucho tiempo, tantos años como llevan los hombres y mujeres sobre la tierra, Adán y Eva dijeron que se separaban de Dios y le dieron la espalda; empezando a caminar por otros caminos, no por los caminos que él quería y había elegido para ellos y para toda la Humanidad. Pero Dios, en su paciencia infinita, aunque se entristeció y se quedó apenado, prometió visitarles y seguir siendo su amigo. Así es el corazón de Dios: todo amor, lleno de compasión y de misericordia.

A lo largo del tiempo Dios iba renovando su promesa, su alianza, cada vez que los hombres le daban la espalda y eran infieles a su amistad. Para ello enviaba, al pueblo de Israel, hombres llamados profetas, recordándoles la promesa y alianza de Dios: “Dios va a venir. Prepárense y conviértanse”. Este mensaje tuvieron que repetirlo muchas veces, ya que su pueblo seguía por caminos paralelos a los de Dios. Pero, un día, llegó un profeta, que fue el último de los profetas antes de la visita del Gran Profeta. Este profeta se llamaba Juan Bautista. Él empezó a gritar: “Ya está cerca, ya viene. Dense prisa, arrepiéntase y caminen a la luz del Señor”. Y así fue. Una noche, que no sabemos muy bien ni el año ni la hora, Dios nos visitó por medio de su Hijo, Jesús, nacido en Belén de una doncella llamada María, y José su esposo, le acompañaba.

Los pastores, las gentes sencillas, buenas y pobres, le reconocieron y se hicieron muy amigos de Él, y comenzaron a seguirle y a vivir como Él decía. El gozo y la alegría nacieron en el mundo y para el mundo. Una nueva era comenzaba, el Salvado, el Rey del Universo había plantado su tienda entre nosotros y había asumido nuestra propia carne, haciéndose uno de los nuestros. El gozo y la alegría inundaban los corazones y la tierra entera.

Desde ese momento, cada vez que se acerca la Navidad, muchos hombres y mujeres, de todos los rincones de la tierra, razas y culturas, vuelven a ponerse en camino hacia Dios y abren el corazón a su venida, a su encarnación. Porque el Dios que se encarnó en el tiempo, se sigue encarnando, hoy, y ahora, en tu propio corazón, en la historia que nos toca vivir.

Nosotros, cristianos, en este tiempo de Adviento queremos escuchar la Palabra de Dios, cantar, alabar, suplicarle y darle gracias; porque también queremos disponernos a seguir el camino de Jesús, a ser sus amigos. Y sobre todo queremos que Jesús nazca en nuestro corazón.

Adviento, tiempo de espera y esperanza; tiempo de gracia, tiempo de vivir en vela y oración, para poder escuchar a Aquel que viene y llama a mi puerta, a la puerta de mi corazón. Realmente, cuando llame, ¿la encontrará completamente abierta? ¿Podre ofrecerle un hogar donde se sienta a gusto, como en su propia morada?

¡Ven, Señor Jesús!

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad , , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Yo, por supuesto, a petición de los autores, eliminaré el contenido en cuestión inmediatamente o añadiré un enlace. Este sitio es gratuito y no genera ingresos.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un lugar de entretenimiento. La información puede contener errores e imprecisiones.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.