En un colegio en Brighton la semana pasada vivieron uno de los días más curiosos de todo el curso. Muchos de sus alumnos masculinos llegaron a clase con falda y lo más fuerte de todo es la razón que les empujó a hacerlo.

Este grupo de chicos decidió, por culpa del calor veraniego, ir a clase en shorts. Por lo visto, al no formar parte del uniforme oficial de la escuela, el director los castigó y los mandó a casa a cambiarse de ropa porque habían incumplido las estrictas normas de vestuario de la escuela. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que la falda es una pieza de ropa aceptada para cualquier estudiante, así que dijeron: vamos a ir más fresquitos que nunca, y se plantaron de esa forma tan sorprendente como legal en clase. Además, el colegio no proporciona agua fresca a los estudiantes ni aire acondicionado en verano.

Lo que más nos gusta de esta noticia que en principio no tiene mucho que ver con el colectivo LGBT es el hecho de cómo las nuevas generaciones llevan mucho mejor los cambios de género, el llevar una falda sin prejuicios ni tonterías. Está claro que la homofobia va a ser algo más residual con los años y que las nuevas generaciones de niños entienden mucho mejor todas las realidades de género.

Fuente Cromosomax