Hemos contado historias muy emotivas sobre las víctimas de Orlando, los homenajes que se han producido y ese hilo de esperanza que siempre se esconde tras una tragedia de estas características, pero la vida real es a veces más dura de lo que pensamos y por eso la historia de hoy es de lo más triste que hemos visto.

Una de las 49 víctimas del club Pulse sigue siendo anónima porque lo que le ha pasado no tiene nombre. Contamos la historia en palabras de la web Orlando Latino:

“Fue especialmente impactante para una de las víctimas del tiroteo, cuyo padre no quiso responsabilizarse del cuerpo. Porque su hijo era gay. Porque su padre estaba avergonzado. Al final, tras muchas discusiones, el cuerpo fue dado a familiares de la zona de Orlando”.

No todas las historias de las víctimas de Orlando son emocionantes y con un trasfondo positivo. El caso de este puertorriqueño anónimo nos recuerda que la homofobia sigue viva entre nosotros. Que un padre es incapaz de cargarse los prejuicios y darle la despedida que se merece a su hijo por el mero hecho de la religión, de las costumbres y de todo el odio que se genera contra las personas que son diferentes. Aunque algo está claro, el diferente es él y el tiempo nos dará la razón a todos.

Que sirva esta noticia como homenaje a esta víctima anónima que sufre la homofobia de su propia familia una vez muerto.

Mudejarillo General, Homofobia/ Transfobia. Orlando Latino, Puerto Rico