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En el Día de la Despatologización Trans, Cifuentes patologiza la transexualidad

Lunes, 26 de octubre de 2015

Cristina Cifuentescarla-antonelliEl pasado jueves leímos por primera vez en La Asamblea de Madrid una Declaración Institucional para la Despatologización de la Transexualidad, ya que hasta ahora el Partido Popular siempre lo había hecho imposible. Todo perfecto si no fuera porque asistimos con perplejidad como Cristina Cifuentes pasando por encima de los colectivos transexuales que ya habían registrado su Proposición de Ley el pasado nueve de octubre de la mano del PSOE, Podemos y Ciudadanos; hace caso omiso y registra su propio proyecto de Ley hace tres días, un engendro que cercena los derechos del colectivo transexual, tal como ya se había dicho; texto que paso a describir un poco más adelante. Además anunciando con toda la fanfarria en su cuenta de Twitter que había sido con las aportaciones de los representantes de los colectivos, lo cual es absolutamente falso. Vayamos por partes:

Ni Chrysallis, Fundación Daniela, El Hombre Transexual o COGAM, hicieron ninguna aportación para la Ley Trans de Cifuentes, con el agravante de que en todo el proceso ninguneó a los tres primeros, en los que se encuentran las dos únicas asociaciones de España de padres y madres de niñas y niños transexuales.

Pero del asombro pasamos al espanto, porque la Ley registrada por Cristina Cifuentes patologiza la transexualidad desde su primer artículo, se carga la propia autodeterminación de las personas trans, ha dejado fuera cualquier punto sobre los niños intersexuales, garantizar la participación en torneos deportivos, también desaparece de su ley cualquier articulado sobre las personas mayores, informes de impacto de género, la prestación sanitaria vuelve a quedar en el aire “solo promoverá” y no garantizara, de forma que queda en el mismo estado incierto que en la actualidad tras la ley de recortes presupuestario de González, tampoco cualquier mención a que los menores trans tienen derecho a ser oídos y con respecto al tratamiento sanitario los hacen caer en una trampa irrevocable que los sumerge de lleno en la actual UTIG, que hasta ahora no ha prescrito ni un solo inhibidor, ya que depende del criterio medico que nunca se produce y que tal como queda configurada la Ley los vuelve a dejar en sus manos porque pueden estimar “improcedencia” dentro de un protocolo elaborado por sí mismos.

También algo más que grave, ni rastro de la documentación administrativa mientras se realiza el proceso del cambio de nombre y sexo a nivel nacional, ni guías ni tratamientos de datos, se cargan atender en el Sistema Sanitario desde el principio consentimiento informado, descentralización y centros proximidad, en una palabra van a ir quien quiera a la Unidad de Genero y si no se quedan fuera, exactamente igual que ahora, Unidad y solo Unidad para mayor control de los que ya la rigen. Menuda farsa, hablan de la libre elección de la persona pero para ser atendidas o quedar fuera, y es que estas son las cosas del liberalismo exacerbado. Quitan códigos deontológicos en los medios de comunicación contra la transfóbia ni en esta ni en la otra Ley registrada por el PP de la LGTBIFOBIA. Cuestiones que si están todas entre otros puntos de la Ley con el consenso de los colectivos y registrada por los tres partidos de la oposición.

Pero ahora viene lo más grande de todo, no hay ni rastro de las asociaciones para integrarlas de forma participativa para combatir la discriminación por motivos de identidad sexual, cuando en el otro texto están presentes en la mayoría de los puntos, el proyecto Cifuentes entra por un único embudo, el Programa LGTB del PP, nada extraño ya que desde allí salió buena parte del texto con la revisión de su Coordinador, que pretende garantizarse el control absoluto ninguneando a las asociaciones. El mismo que cuando Cifuentes convocó la primera reunión dejó fuera a Chrysallis, Fundación Daniela y el Hombre TransexualChrysallis, Fundación Daniela y el Hombre Transexual.

No deja de ser cuanti menos curioso que si alguna persona sufre algún tipo de discriminación por parte de la administración luego tenga que ir a denunciarlo a la misma administración, que como es obvio le dirá que –si quieres arroz, Catalina– ante todo esto lo primero que se te ocurre es que inevitablemente han tomado al colectivo por seres no pensantes.

Pero sobrevienen un par de preguntas ¿Cómo se puede registrar una Ley Integral de Transexualidad que Patologiza la transexualidad y luego sumarse a una declaración institucional para la Despatologización de la transexualidad y encima faltar a la verdad y decir que la hizo con los colectivos?

¿Cómo se puede registrar una Ley Contra la LGTBIfobia y que luego la Presidenta del Gobierno sea incapaz de instar a la Fiscalía para que actúe de oficio contra la transfobia de Xavier Horcajo en Intereconomía, el cual ya tiene interpuesta una denuncia en los juzgados por tal circunstancia?

Solo hay una respuesta posible: llamarse Cristina Cifuentes, presumir de lo que carece y ser la adalid liberal del Partido Popular.

Carla Antonelli es activista transexual y diputada del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid

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