Muchas veces la familia no sabe muy bien cómo asimilar la sexualidad de sus hijos, ni la forma correcta de aconsejarlos para que no se sientan discriminados ni avergonzados por una sexualidad a la que tienen pleno derecho. En estas ocasiones es aconsejable ponerse en manos de psicólogos que, como profesionales, sabrán dar las pautas adecuadas para gestionar la situación, tanto para que sea asimilada por la propia familia, como para que el adolescente viva con plena libertad y naturalidad su orientación sexual.

En ocasiones bastará con una simple visita, en otros casos, cuando la familia tiene una mentalidad más cerrada o extremadamente conservadora, quizá requiera de diferentes sesiones hasta que el tema sea aceptado por todos por completo, dentro del más absoluto respeto a la manera que cada joven desea y siente por vivir su sexualidad de forma satisfactoria.

Una visita a un profesional puede ahorrar mucho tiempo de dolor, inseguridad o insatisfacción a los jóvenes y sus familiares y, simultáneamente, puede proporcionar todas las herramientas necesarias para terminar aceptando y respetando esta realidad y decidir vivirla de una forma sana por parte de las personas implicadas.

Por otro lado, en el caso de los menores, que son mucho más vulnerables, los psicólogos les darán a los mismos las pautas necesarias para que sepan defenderse con asertividad y firmeza frente a los posibles ataques que puedan sufrir de parte de otras personas que, por su intransigencia, no respeten la diversidad sexual. Es necesario hacer entender que el respeto a la sexualidad del otro contribuye a construir un mundo más digno y tolerante y favorece la felicidad y el bienestar de todos.

Fuente Cáscara Amarga