El presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado hoy (5 de diciembre) que el suyo no es un país homófobo. “Rusia reconoce y no infringe los derechos de la orientación sexual no tradicional”, subraya el mandatario, que no obstante ha insistido en que la “familia tradicional sigue siendo prioridad”.

Rusia aprobó en junio de 2013 una ley que prohibía todo tipo manifestaciones públicas de la diversidad sexual, en una ley conocida como “anti propaganda gay” y que ha generado reacciones en contra en medio mundo. La población LGBT es perseguida y sufre ataques violentos, pese a la pasividad de las autoridades, como RAGAP ha contado en muchas ocasiones.

En presencia de activistas defensores de Derechos Humanos, Putin ha dicho que quienes ponen esa “etiqueta” a Rusia son precisamente los países que “criminalizan” la homosexualidad y ha denunciado los casos de varios estados de Estados Unidos que supuestamente persiguen al colectivo LGTB. “Creo que una postura equilibrada como ésta es absolutamente correcta”, asegura.

Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos denuncian que en Rusia la comunidad LGTB sigue siendo objeto de discriminación en su día a día y han criticado especialmente la ley que criminaliza la propaganda homosexual.

Moscú alega que el objetivo de esta polémica normativa es la de proteger a los menores de edad, algo que ha reiterado Putin. “Una sociedad que no protege a los niños no tiene futuro”, ha dicho.

Fuente Ragap

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