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Tanzania ha prohibido el lubricante y está obligando a los hombres a realizar exámenes anales humillantes para comprobar si hay sexo gay

Viernes, 7 de febrero de 2020
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tanzania-ha-prohibido-el-lubricante-y-obliga-a-los-hombres-a-humillantes-examenes-anales-para-comprobar-el-sexo-gayHombre gay con VIH se encuentra en una clínica en Dar es Salaam, Tanzania (Kevin Sief / The Washington Post a través de Getty)

Lube ha sido prohibido en Tanzania y los hombres homosexuales se ven obligados rutinariamente a someterse a humillantes exámenes anales en lo que se ha descrito como una ofensiva contra la comunidad LGBT +.

Se instó al país de África Oriental a que ponga fin a los arrestos arbitrarios de personas LGBT + y prohíba los exámenes anales forzados en un informe publicado hoy (3 de febrero) por Human Rights Watch. El informe de 112 páginas, titulado Si no recibimos servicios moriremos, detalla el alcance de la persecución que las personas queer en Tanzania enfrentan bajo un régimen hostil que es hostil a su existencia.

El gobierno también ha cerrado los centros de pruebas de VIH y ha impedido que las organizaciones comunitarias realicen actividades de divulgación hacia las poblaciones que corren el mayor riesgo de contraer el virus. Human Rights Watch también dijo que las personas habitualmente enfrentan discriminación por su identidad sexual o de género en los centros de salud gubernamentales, lo que significa que las personas LGBT + quedan excluidas del sistema de salud y sugiere que los lubricantes han sido prohibidos porque “promueven la homosexualidad”.

El informe llama a los exámenes anales forzados una “parodia médica”. Criticaron los exámenes anales por no tener “base científica” y los describieron como “una forma de trato cruel, inhumano y degradante que puede equivaler a tortura”. El extenso informe detalla un caso en el que nueve hombres fueron trasladados a un hospital en Zanzíbar y sometidos a los horribles exámenes. Fueron detenidos durante cinco días antes de que se les permitiera irse a casa.

Los hombres ni siquiera vieron los resultados de los exámenes anales, que posteriormente fueron entregados a la policía. El caso nunca se cerró oficialmente, se entiende. Una persona de Tanzania llamada Kim, entrevistada en el informe, dijo que “los policías estaban allí con armas” mientras que los exámenes anales se llevaban a cabo “por la fuerza”. “Fue muy brutal y doloroso. Todo sobre esa prueba fue muy brutal “, dijo Kim.

Mientras tanto, las personas trans enfrentan brutalidad por parte de la policía en el país del este de África. Las personas transgénero entrevistadas para el informe dijeron que habían sido acusadas de tratar de “reclutar” a otros y hablaron de ser blanco de la policía.

Una mujer transgénero, que se identificó como la Reina M, dijo: “Hubo un tiempo en que venía de un club, con un vestido corto. No tenía dinero. Dijeron que si no tienes dinero, ¿qué más puedes ofrecer? Tuve que tener sexo con cinco de ellos [policías] la misma noche “.

El informe de la organización se basa en gran medida en 35 entrevistas realizadas con LGBT + tanzanos entre mayo de 2018 y junio de 2019. También se basa en los comentarios de activistas y abogados.

“Las autoridades de Tanzania han organizado un ataque sistemático contra los derechos de las personas LGBT, incluido su derecho a la salud”, dijo Neela Ghoshal, investigadora principal de derechos LGBT de Human Rights Watch. “Las amenazas fabricadas en torno a la llamada ‘promoción de la homosexualidad’ han desplazado a las mejores prácticas y enfoques basados en la evidencia para guiar la política del VIH en Tanzania”.

Homofobia de Estado

El Código Penal tanzano castiga las relaciones «contra el orden de la naturaleza», entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La «grave indecencia» entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas, en cambio, solo están explícitamente castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares). Sin embargo, en diciembre de 2017 nos llegaba la noticia de la primera detención de una mujer en el interior del país tras hacerse viral un vídeo en el que besaba y regalaba un anillo a otra mujer. Una detención que claramente apuntaba a que las autoridades tanzanas han apostado por hacer una interpretación más extensiva y menos garantista de la legislación homófoba, que apenas se aplicaba hace unos pocos años.

La ofensiva se ha extendido incluso al ámbito sanitario: el Ministerio de Sanidad comunicaba, también en el verano de 2016, la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales, argumentando que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH. En junio de 2017 las amenazas alcanzan a las personas extranjeras que simplemente defiendan los derechos del colectivo LGBT. Así, el gobierno de Tanzania amenazó con deportar a quienes ayuden y defiendan al colectivo LGBT. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país. Y hace dos años el entonces viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno protegería los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que «no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida». Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de varios ciudadanos tanzanos, acusándoles de «promover la homosexualidad» a través de las redes sociales.

En noviembre de 2018 explicábamos que en la región de Dar es Salaam, en Tanzania, ha empezado una “purga” gay impulsada por su gobernador, Paul Makonda, con la intención de identificar, detener y torturar a las personas gais para que “vuelvan” a ser heterosexuales. También hace días que te explicamos que el Ministro de Exteriores del país, Alphaxard Kangi Ndege Lugola, explicó a la prensa que el gobierno no ve con buenos ojos esa “purga”… para luego ir al Parlamento a decir que Tanzania “no es el lugar” para ser homosexual porque “nunca permitiremos que esas cosas ocurran“.

En definitiva, parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor. No obstante, los países donantes han empezado a reaccionar y la “purga” gay le está costando a Tanzania mucho dinero en ayudas internacionales

La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, castigándose con la muerte en Sudán, Somalia y Mauritania. En 2014, Uganda trata de imponer la pena de muerte a los condenados por ser homosexuales, pero ante la controversia creada la ley fue rectificada. Amnistía Internacional denuncia en julio de este mismo año que las autoridades de Tanzania estaban «arrestando y persiguiendo a la población con cargos relacionados con la homosexualidad, sometiéndoles a exámenes anales forzosos».

Fuente Pink News/Cristianos Gays

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La “purga” gay le cuesta a Tanzania mucho dinero en ayudas internacionales

Lunes, 26 de noviembre de 2018
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tanzania-purga-gay-696x522Ya hace días que explicamos que en la región de Dar es Salaam, en Tanzania, ha empezado una “purga” gay impulsada por su gobernador, Paul Makonda, con la intención de identificar, detener y torturar a las personas gais para que “vuelvan” a ser heterosexuales. También hace días que te explicamos que el Ministro de Exteriores del país, Alphaxard Kangi Ndege Lugola, explicó a la prensa que el gobierno no ve con buenos ojos esa “purga”… para luego ir al Parlamento a decir que Tanzania “no es el lugar” para ser homosexual porque “nunca permitiremos que esas cosas ocurran“.

Es asombrosa la inexistente reacción de los colectivos LGTB+ que se lanzaron en tromba a manifestarse frente a las embajadas rusas cuando ocurrió más o menos lo mismo en Chechenia.

A la que esta vez parece que no tenemos que esperar mucho rato es a la comunidad internacional, que aunque en el caso de Chechenia ni estuvo ni se la esperaba, en el caos de Tanzania sí han empezado a mover ficha.

Primero fue la mismísima Unión Europea la que llamó a consultas a su embajador en Dar es Salaam, Roeland van de Geer, y emitió un comunicado denunciando “el deterioro en materia de derechos humanos” en Tanzania. Por su parte el gobierno de Estados Unidos ordenó a la embajada americana en el país que emitiera una alerta de seguridad recomendando a sus ciudadanos que revisaran sus perfiles en redes sociales, porque Makonda ya anunció que no se iba a amilanar a la hora de monitorizar comunicaciones privadas para “detectar” a los homosexuales.

Ahora Tanzania se acaba de llevar un golpe mucho más duro que una consulta a un embajador o una alerta de seguridad. El gobierno de Dinamarca, el segundo país que más ayudas inyecta en el país (unos 53 millones de dólares solo el año pasado), ha anunciado que no seguirán ayudando económicamente al país. Según Ulla Tørnæs, ministra de desarrollo danesa, el país está muy preocupado por “el desarrollo negativo” del país africano,  ha condenado los comentarios homófobos e “inaceptables” de sus responsables políticos y ha anunciado que retiran una ayuda de 10 millones de dólares. “El respeto a los derechos humanos es de suma importancia para Dinamarca“, aseguró Tørnæs

Pero Tanzania no ha perdido solo 10 millones de dólares. Aunque no ha sido por el caso de la “purga” gay, el Banco Mundial ha decidido cancelar los planes de un préstamo de 300 millones de dólares al país; por un lado porque Tanzania ha decidido prohibir que las jóvenes embarazadas vayan a la escuela o al instituto (y también que vuelvan después de dar a luz) y por otro lado por la ley sobre estadística que el país aprobó en septiembre y que convierte en un crimen que se cuestionen los datos que proporciona el gobierno.

Lo de los gobiernos de los países homófobos que dependen de ayudas internacionales para que su población no se rebele contra ellos es, cuando menos, curioso. En sus discursos siempre acusan a los países occidentales de querer “imponer” sus nuevas costumbres (los derechos LGTB+), y las rechazan de pleno… Pero no tienen ningún problema a la hora de aceptar nuestro dinero occidental. Alguien debería tomar nota de eso.

Fuente  Pink News, vía HazteQueer

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Detenidos y posteriormente liberados diez hombres en Tanzania por participar en una supuesta «boda gay»

Lunes, 19 de noviembre de 2018
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12-detenidos-tanzania-homosexualidad-696x522Diez hombres fueron detenidos en el archipiélago tanzano de Zanzíbar pocos días después de que el comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, Paul Makonda, hiciera un llamamiento para que los ciudadanos denunciasen a quienes consideraran sospechosos de ser homosexuales. Las detenciones se produjeron tras una redada policial en una supuesta «boda gay», aunque posteriormente todos los implicados fueron puestos en libertad sin cargos por falta de pruebas. Las autoridades policiales, sin embargo, declaran que continuarán con la investigación y no descartan que vuelvan a ser detenidos. La defensa, por su parte, teme las represalias policiales hacia sus defendidos y el grave estigma social del que serán objeto. No obstante, el Gobierno tanzano ha querido distanciarse del llamamiento y las declaraciones homófobas del comisionado Makonda, al señalar que se trata de «su opinión personal», mientras aboga por el respeto a los derechos constitucionales y humanos de los ciudadanos tanzanos.

El sábado 3 de noviembre tuvo lugar una redada policial en la isla de Unguja, la mayor del archipiélago tanzano de Zanzíbar, en lo que se había denunciado como una supuesta fiesta de celebración de una «boda gay». Diez hombres fueron detenidos y posteriormente puestos a disposición policial. Permanecieron privados de libertad hasta el 8 de noviembre, día en el que el jefe regional de la Policía de Unguja, Suleiman Hassan, comunicó su liberación, dado que «hemos estado investigando este caso como se nos informó, pero hasta el momento no hemos encontrado evidencia de actos ilegales». Sin embargo, también aseguró que «continuamos con nuestra investigación y, si encontramos evidencia, podrían ser detenidos de nuevo y acusados».

Efectivamente, el abogado de los detenidos expresaba su temor a una nueva detención. «He lidiado con muchos de estos casos y dado el alto nivel de homofobia en el país, no creo que esto sea el final para mis clientes», afirmaba, «es probable que sean acosados y arrestados nuevamente». Precisamente por esa homofobia social que denunciaba, el defensor no quiso facilitar su nombre por temor a las represalias. Sea cual sea el resultado final de la investigación y el proceso, los diez detenidos ya se deben enfrentar al estigma y el oprobio social.

La redada se produjo tan solo unos días después de que el comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, Paul Makonda, pidiera a la población que denunciara a todas aquellas personas sospechosas de ser homosexuales para que fueran detenidas e investigadas por un «equipo especial» de las fuerzas de seguridad. Pocos días después se habrían recibido más de 5.000 mensajes de denuncia y las autoridades de Dar es-Salaam contarían ya con más de 100 nombres en la lista.

La reacción internacional a esta amenaza de «caza de homosexuales» fue inmediata. Por ejemplo, la Unión Europea comunicó que revisaría sus tratados con Tanzania tras esta vulneración de los derechos humanos. Como consecuencia, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tanzania se emitió el siguiente comunicado:

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación con África Oriental, en nombre del Gobierno de la República Unida de Tanzania, desea informar a su pueblo y a la comunidad internacional a través de los medios locales e internacionales acerca del problema de la homosexualidad abordado recientemente por el excelentísimo comisionado regional de Dar es-Salam. En su reunión con los medios de comunicación, el excelentísimo comisionado regional anunció una campaña para hacer frente a los actos homosexuales en la ciudad de Dar es-Salaam. El Gobierno de la República Unida de Tanzania desea aclarar que esa es su opinión y no la posición del Gobierno. Además, el Gobierno de la República Unida de Tanzania desea aprovechar esta oportunidad para recordar e insistir en que continuará respetando todos los acuerdos internacionales sobre derechos humanos que ha firmado y ratificado. Tanzania seguirá respetando y protegiendo los derechos contenidos en la Constitución de la República Unida de Tanzania.

A pesar de este distanciamento forzado del Gobierno tanzano, lo cierto es que el llamamiento de Makonda no ha sido más que la última abatida de la ola de homofobia de Estado en Tanzania, que está alcanzando cotas sin predecentes. Hace poco más de un año el entonces ministro de Interior, Mwigulu Nchemba, amenazó abiertamente con detener y juzgar a quienes defendiesen los derechos LGTB en el país africano. «Me gustaría recordar y advertir a todas las organizaciones e instituciones que hacen campaña y pretenden proteger los intereses homosexuales (…) que vamos a detener a cualquiera que esté involucrado y presentar cargos ante los tribunales», aseguraba. Días antes, el presidente John Magufuli se había referido con crudeza al papel de las ONG extranjeras, a quienes prometió combatir aunque eso significara la pérdida de ayudas internacionales.

Pero fue en el verano de 2016 cuando comenzó a tenerse noticia de la deriva LGTBfoba de las autoridades tanzanas, de la mano del mismo Paul Makonda, que parece decidido a utilizar la homofobia de la población como instrumento para encumbrarse políticamente. El comisionado de Dar es-Salam anunciaba entonces una campaña de represión contra los homosexuales, lo que dio lugar a varias detenciones en locales de ambiente. Makonda también amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales. En octubre de 2017 se tuvo noticia de la detención de doce hombres en un hotel.

Homofobia de Estado

El Código Penal tanzano castiga las relaciones «contra el orden de la naturaleza», entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La «grave indecencia» entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas, en cambio, solo están explícitamente castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares). Sin embargo, en diciembre pasado nos llegaba la noticia de la primera detención de una mujer en el interior del país tras hacerse viral un vídeo en el que besaba y regalaba un anillo a otra mujer. Una detención que claramente apuntaba a que las autoridades tanzanas han apostado por hacer una interpretación más extensiva y menos garantista de la legislación homófoba, que apenas se aplicaba hace unos pocos años.

La ofensiva se ha extendido incluso al ámbito sanitario: el Ministerio de Sanidad comunicaba, también en el verano de 2016, la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales, argumentando que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH. En junio de 2017 las amenazas alcanzan a las personas extranjeras que simplemente defiendan los derechos del colectivo LGBT. Así, el gobierno de Tanzania amenazó con deportar a quienes ayuden y defiendan al colectivo LGBT. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país. Y hace dos años el entonces viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno protegería los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que «no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida». Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de varios ciudadanos tanzanos, acusándoles de «promover la homosexualidad» a través de las redes sociales.

En definitiva, parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor.

La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, castigándose con la muerte en Sudán, Somalia y Mauritania. En 2014, Uganda trata de imponer la pena de muerte a los condenados por ser homosexuales, pero ante la controversia creada la ley fue rectificada. Amnistía Internacional denuncia en julio de este mismo año que las autoridades de Tanzania estaban «arrestando y persiguiendo a la población con cargos relacionados con la homosexualidad, sometiéndoles a exámenes anales forzosos».

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Tanzania asegura que los gais están a salvo mientras la policía los detiene y tortura

Sábado, 17 de noviembre de 2018
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luuutanzania-purga-gay-696x522Ya hace semanas que os hablamos de la “purga” gay que el gobernador de la región de Dar es Salaam, Paul Makonda, decidió poner en marcha el pasado 5 de noviembre. Por ahora no parece que haya mucha gente manifestándose frente a los consulados del país como sí se hizo cuando ocurrió lo mismo en Chechenia, pero seguro que es por causas ajenas a la organización y no porque en Tanzania sean negros y en el fondo todos somos un poquito racistas o porque Chechenia tiene relación con Putin y joder, qué mal nos cae Putin a todos.

Makonda pidió a la población que denunciara a cualquiera que sospecharan que era homosexual, y formó un equipo de 17 “expertos” que se encargarían de comprobar si la acusación era cierta (realizando un examen anal, una práctica absurda, discriminatoria e inhumana que muchos países están dejando de utilizar para detectar gais); para luego no matarlos ni torturarlos sino “curarlos”. A base de más torturas, claro.

A pesar de que, según Amnistía Internacional, la policía del país ya ha arrestado (como mínimo) a 10 hombres sospechosos de ser gais; el Ministro del Interior del país, Alphaxard Kangi Ndege Lugola, aseguró a la prensa que en su país todo el mundo está a salvo: “Tanzania es un lugar seguro y nadie puede decir lo contrario sin tener toda la información. Si alguien siente que su vida está amenazada, debería ir a la policía y no he recibido ninguna información por parte de la policía que demostrara la vulnerabilidad de ninguna persona“.

Parece un chiste, pero es real. Y luego que para qué seguimos celebrando el Día del Orgullo LGTB+.

Fíjate si las declaraciones del Ministro son absurdas (y falsas) que él mismo se contradijo un par de días después al dirigirse al Parlamento del país y asegurar que, con respecto a la homosexualidad, Tanzania “no es el lugar adecuado para ese tipo de actos, nunca permitiremos que ocurran esas cosas. Tenemos leyes que prohíben esas cosas.

Independientemente de las atrocidades que Makonda y el gobierno tanzano (que dijo públicamente que se distanciaba de la “purga” pero no piensa hacer nada para evitarla), el país castiga la homosexualidad con la cadena perpetua. Es a lo que, probablemente, se enfrenten los 10 detenidos de hace unos días cuyo abogado teme que, a pesar de estar en libertad bajo fianza, vuelvan a ser perseguidos y acosados por la policía.

La misma policía que responde ante el ministro de interior del que te hablamos en esta noticia. Luego se extraña de que no le lleguen informes de violencia policial contra personas LGTB+.

Fuente | Pink News, vía HazteQueer

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El gobernador de Dar es-Salam (Tanzania) llama a la población a denunciar a los sospechosos de homosexualidad: «Pisotean los valores de nuestras dos religiones, cristiana y musulmana»

Sábado, 3 de noviembre de 2018
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unsetPreocupantes noticias las que llegan desde Tanzania, donde el comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, la más populosa del país, ha redoblado su ofensiva contra el colectivo LGTB y ha pedido a la población que denuncie a todas aquellas personas sospechosas de ser homosexuales para que sean detenidas e investigadas por un «equipo especial» de las fuerzas de seguridad, en funcionamiento desde el lunes. A fecha del martes se habrían recibido más de 5.000 mensajes de denuncia y las autoridades de Dar es-Salaam contarían ya con más de 100 nombres en la lista.

Lo comentábamos en la última entrada que dedicamos al país africano: «Parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor». Lo peor ha llegado. Miles de tanzanos han comenzado a denunciar a sus conciudadanos homosexuales en lo que recuerda al inicio de un pogromo en toda regla. Todo ello tras el llamamiento del comisionado de Dar es-Salam (cargo equivalente al de gobernador), Paul Makonda: «He sido informado de la presencia de muchos homosexuales en nuestra provincia. Se jactan en redes sociales. Dadme sus nombres. Mi equipo especial comenzará a capturarlos a partir del lunes», ha justificado. «Espero críticas. Pero prefiero la ira de esos países que la de Dios. El comportamiento homosexual pisotea los valores morales de los tanzanos y nuestras dos religiones, la cristiana y la musulmana», ha añadido Makonda, de fe cristiana (aunque no hay datos oficiales, se estima que alrededor del 60% de la población tanzana es cristiana, frente a un 35% de musulmanes).

El llamamiento de Makonda no es más que la última abatida de la ola de homofobia de Estado en Tanzania, que está alcanzando cotas sin predecentes. Hace poco más de un año el entonces ministro de Interior, Mwigulu Nchemba, amenazó abiertamente con detener y juzgar a quienes defendiesen los derechos LGTB en el país africano. «Me gustaría recordar y advertir a todas las organizaciones e instituciones que hacen campaña y pretenden proteger los intereses homosexuales (…) que vamos a detener a cualquiera que esté involucrado y presentar cargos ante los tribunales», aseguraba. Días antes, el presidente John Magufuli se había referido con crudeza al papel de las ONG extranjeras, a quienes prometió combatir aunque eso significara la pérdida de ayudas internacionales.

Pero fue en el verano de 2016 cuando comenzó a tenerse noticia de la deriva LGTBfoba de las autoridades tanzanas, de la mano del mencionado Paul Makonda, que parece decidido a utilizar la homofobia de la población como instrumento para encumbrarse políticamente. El comisionado de Dar es-Salam anunciaba entonces una campaña de represión contra los homosexuales, lo que dio lugar a varias detenciones en locales de ambiente. Makonda también amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales. En octubre de 2017 se tuvo noticia de la detención de doce hombres en un hotel.

Homofobia de Estado

El Código Penal tanzano castiga las relaciones «contra el orden de la naturaleza», entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La «grave indecencia» entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas, en cambio, solo están explícitamente castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares). Sin embargo, en diciembre pasado nos llegaba la noticia de la primera detención de una mujer en el interior del país tras hacerse viral un vídeo en el que besaba y regalaba un anillo a otra mujer. Una detención que claramente apuntaba a que las autoridades tanzanas han apostado por hacer una interpretación más extensiva y menos garantista de la legislación homófoba, que apenas se aplicaba hace unos pocos años.

La ofensiva se ha extendido incluso al ámbito sanitario: Un poco antes, el Ministerio de Sanidad comunicaba la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales argumentando que son productos utilizados habitualmente por homosexuales y que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH.  Sólo cuatro meses después el gobierno suspende tanto los programas de prevención, sino también los tratamientos de los enfermos de VIH y sida, en hasta 40 centros de salud privados, acusándolos de atender a personas homosexuales, según el ministro de salud, Ummy Mwalimu, una medida insólita que pone en riesgo las vidas de personas afectadas por la enfermedad, amenazando su viceministro, Hamisi Kigwangalla, de su intención de publicar una lista negra de personas homosexuales que se dedican a la prostitución online, aunque no llegó a hacerlo.

En septiembre de 2016, el viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobiernoprotegerá siempre” los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que “no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida”. Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de tres ciudadanos tanzanos, acusándoles de “promover la homosexualidad” a través de las redes sociales, y en maro afirmaba que “científicamente” la homosexualidad no existe, sino que se trata de un “constructo social”.

En junio de 2017 las amenazas alcanzan a las personas extranjeras que simplemente defiendan los derechos del colectivo LGBT. Así, el gobierno de Tanzania amenazó con deportar a quienes ayuden y defiendan al colectivo LGBT. El ministro de Interior de Tanzania amenazó con detener y juzgar a quienes defiendan los derechos LGTB. También declaró que expulsará del país, con carácter inmediato, a los miembros de organizaciones extranjeras que defiendan los derechos humanos de la población LGTB tanzana. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país.

En definitiva, parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor.

La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, castigándose con la muerte en Sudán, Somalia y Mauritania. En 2014, Uganda trata de imponer la pena de muerte a los condenados por ser homosexuales, pero ante la controversia creada la ley fue rectificada. Amnistía Internacional denuncia en julio de este mismo año que las autoridades de Tanzania estaban «arrestando y persiguiendo a la población con cargos relacionados con la homosexualidad, sometiéndoles a exámenes anales forzosos».

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Detienen en Zanzíbar a 20 personas por participar en un programa de prevención del VIH/sida, acusadas de “apoyar la homosexualidad”

Martes, 19 de septiembre de 2017
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homosexualityEn una redada a un hotel, la policía de Zanzibar arresta a 20 personas que acusa de homosexuales por asistir a un taller sobre prevención de VIH impartido por una ONG.

Las autoridades de la isla de Zanzíbar arrestan a 20 personas, 12 mujeres y ocho hombres, a las que acusan de participar en actividades homosexuales, por participar en un taller sobre programas de educación para la prevención del VIY y el sida impartido por una ONG en un hotel este sábado, 16 de septiembre.

«Sí, les estábamos rondando porque sospechamos que estaban involucrados con la homosexulidad en Zanzibar, que es ilegal en Zanzibar y va en contra de la ley del país (…). Les hemos arrestado y les vamos a interrogar. La policía no puede quedar ciega ante estas prácticas», explica Hassan Ali, jefe de la policía regional. La homosexualidad no es legal en Tanzania, estando el sexo entre hombres castigado con penas de entre 30 años de cárcel y cadena perpetua, no estando castigada la homosexualidad entre mujeres.

Una deriva fuertemente LGTBfoba

Además de que la homosexualidad en Tanzania puede ser castigada con hasta 30 años de prisión, en los últimos meses su gobierno ha demostrado reiteradamente su intención de perseguir al colectivo LGBT, con la amenaza de publicar listas negras de personas homosexuales, o la supresión de los tratamientos contra el VIH porque «la homosexualidad es ilegal» en su país, suspendiendo incluso los tratamientos de quienes son portadores. Pero no sólo es el colectivo LGBT el que está en riesgo en Tanzania porque el presidente también ha reafirmado una ley que impide que las niñas menores de edad que se queden embarazadas puedan terminar su educación porque, según su punto de vista, podría conducir a la corrupción de otros estudiantes.

El Código Penal tanzano castiga las relaciones “contra el orden de la naturaleza”, entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La “grave indecencia” entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas solo están castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares).

Hasta hace unos años, esos artículos del Código Penal eran raramente aplicados, pero ya en julio de 2016 comenzaba una deriva fuertemente LGTBfoba de las autoridades tanzanas. Paul Makonda, comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, la más populosa del país, anunciaba una fuente campaña de represión contra los homosexuales, que produjo varias detenciones en locales de ambiente. También amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales, por lo que muchos de ellos dejaron de publicar.

Un poco antes, el Ministerio de Sanidad comunicaba la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales argumentando que son productos utilizados habitualmente por homosexuales y que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH.  Sólo cuatro meses después el gobierno suspende tanto los programas de prevención, sino también los tratamientos de los enfermos de VIH y sida, en hasta 40 centros de salud privados, acusándolos de atender a personas homosexuales, según el ministro de salud, Ummy Mwalimu, una medida insólita que pone en riesgo las vidas de personas afectadas por la enfermedad, amenazando su viceministro, Hamisi Kigwangalla, de su intención de publicar una lista negra de personas homosexuales que se dedican a la prostitución online, aunque no llegó a hacerlo.

En septiembre de 2016, el viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno “protegerá siempre” los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que “no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida”. Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de tres ciudadanos tanzanos, acusándoles de “promover la homosexualidad” a través de las redes sociales.

En junio de este año las amenazas alcanzan a las personas extranjeras que simplemente defiendan los derechos del colectivo LGBT. Así, el gobierno de Tanzania amenazó con deportar a quienes ayuden y defiendan al colectivo LGBT. El ministro de Interior de Tanzania amenazó con detener y juzgar a quienes defiendan los derechos LGTB. También declaró que expulsará del país, con carácter inmediato, a los miembros de organizaciones extranjeras que defiendan los derechos humanos de la población LGTB tanzana. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país.

La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, castigándose con la muerte en Sudán, Somalia y Mauritania. En 2014, Uganda trata de imponer la pena de muerte a los condenados por ser homosexuales, pero ante la controversia creada la ley fue rectificada. Amnistía Internacional denuncia en julio de este mismo año que las autoridades de Tanzania estaban «arrestando y persiguiendo a la población con cargos relacionados con la homosexualidad, sometiéndoles a exámenes anales forzosos».

Fuente The Independent, vía Universogay/Cristianos Gays

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Una pareja gay de Kenia, primeros en casarse públicamente, obligados a huir del país para salvar sus vidas

Sábado, 15 de agosto de 2015
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noticias_file_foto_1023456_1439373123Edwin e Isaías están viviendo en lo que describen como una ‘cueva’ después de celebrar su boda en el mes de febrero pasado. Edwin, de 37 años de edad, es pastor en una iglesia luterana. Conoció a Isaías, de 25 años de edad, a través de Facebook de un amigo común. Después de tres años de relación, decidieron casarse. ‘En Kenia, relacionarse con alguien (gay) no es fácil. Pero cuando lo conocí, era como cumplir mi sueño, era la persona que estaba buscando”, explica Edwin. La homosexualidad en Kenia es considerada un delito que puede acarrear hasta cinco años de prisión. Es, además, fuertemente repudiada por la mayor parte de la sociedad.

Mantuvieron una relación de larga distancia, con Edwin predicando en Tanzania e Isaías viviendo en su casa en Mombasa, Kenia. Decidieron unir sus caminos gracias a que encontraron una iglesia en la que Edwin era aceptado por ser quien y estaban dispuestos a celebrar su unión. Así que, alrededor de 80 personas, se reunieron en el recinto de su iglesia en el pueblo de Mtitu Andei y un compañero pastor vino a bendecir su unión.

‘El gobierno de Kenia no admite como legal nuestro matrimonio pero estábamos casados bajo la ley de Dios”
, afirma Edwin. ‘En Kenia, la mayoría de las personas se casan por amor. Eso es lo que hicimos. Ahora tengo a alguien en mi vida’, dice el predicador.

Posiblemente sea la primera boda celebrada entre personas del mismo sexo en Kenia o, por lo menos, los primeros en recibir una bendición de un líder religioso. Otras Ovejas (Other Sheep Exec Site), un grupo cristiano con sede en América Latina, se enteró de la boda y se fue a Kenia para felicitarlos y creó un blog para conmemorar el enlace.

Posteriormente, un par de días después de haber sido publicado, Isaías entró en una tienda de la ciudad para comprar alimento para sus pollos. Su hermano lo siguió. Alguien le había hablado de la boda. Acompañado de amigos, en un acto de cobardía extrema, empezó a golpearlo en mitad de la calle. Edwin salió al rescate de Isaías ante el temor de que una turba de hombres le golpearan hasta la muerte. Se escapó con el cuerpo lleno de moretones y cortes.

La pareja tiene miedo y están tratando de reunir los fondos para poder salir del país, buscar asilo y alojarse con amigos en Tanzania, Zanzíbar, o en otro lugar.

Edwin no se arrepientede que escriban sobre su historia. De hecho, está orgulloso de ello. Quiere que la gente sepa y entienda lo que está pasando en su país. ‘Sé que tengo que pasar por esto, y sé que algunos me están siguiendo. No me lamento de lo que soy. Si eso significa que tengo que morir, moriré. Esta es mi vida, ¿por qué tengo que esconderme?. Si Dios toma su decisión, lo aceptaré “, ha explicado en el blog.

Y agregó: “No podemos cambiar el mundo quedándonos quietos. Sólo podemos cambiar el mundo, hablando, actuando y hablando claro”.

En Ragap denunciamos este atropello a las libertades básicas de las personas y exigimos al gobierno de Kenia que derogue leyes homófobas y proteja a sus ciudadanos de la barbarie y de la persecución a personas inocentes cuyo único delito es amar a otro con independencia de su sexualidad.

Fuente Ragap

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