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Uganda no penalizará a los homosexuales que busquen ayuda para dejar de serlo

Sábado, 20 de mayo de 2023
Comentarios desactivados en Uganda no penalizará a los homosexuales que busquen ayuda para dejar de serlo

uganda_gay_rightsEl Parlamento ugandés aprobó este mes su amplio proyecto de ley contra la sodomía tras añadir disposiciones que garantizan que no se penalice a las personas atraídas por personas del mismo sexo que busquen ayuda. El presidente del país africano ha declarado que firmará la medida una vez introducidos los cambios necesarios que aumenten los castigos y la represión a quien se niegue a “curarse”

 La nueva versión de la ley sigue siendo “una de las piezas más duras de la legislación anti-gay en el continente”, según la BBC.

El parlamento de Uganda aprobó una primera versión de la Ley contra la homosexualidad en marzo. Denostada por los defensores de la agenda LGBT, la medida prevé penas estrictas para el comportamiento homosexual, incluyendo la pena de muerte .

Estamos haciendo esta ley para nosotros mismos. Estamos haciendo esta ley por nuestros hijos“, declaró el mes pasado en el Parlamento el Ministro de Obras de Uganda, Ecweru Musa Francis. “Este país se mantendrá firme… los homosexuales no tienen espacio en Uganda”.

El mes pasado, el presidente ugandés, Yoweri Museveni, afirmó que firmaría el proyecto de ley después de que los legisladores introdujeran cambios que salvaguardaban a los homosexuales de ser castigados por revelar su condición si buscaban la rehabilitación.

Posteriormente, los legisladores enmendaron la medida, que seguirá estableciendo penas rigurosas para las personas que faciliten la actividad homosexual.

Según la ley, cualquiera que alquile a sabiendas a homosexuales podría ser encarcelado hasta siete años, señaló la BBC. Además, los ugandeses estarán obligados por ley a denunciar cualquier acto homosexual en el que participen menores de edad; no hacerlo podría acarrear cinco años entre rejas o fuertes multas equivalentes a más de 2.500 dólares.

Museveni, firme partidario de la familia, había prometido previamente firmar la medida tras las enmiendas sugeridas por él, y se ha manifestado enérgicamente contra lo que considera incursiones ideológicas occidentales en su nación mayoritariamente cristiana.

En las últimas semanas y meses, funcionarios estadounidenses y europeos han condenado duramente el proyecto de ley antihomosexualidad de Uganda.

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda   

Uganda-gay-person-burned-aliveUganda tiene uno de los índices de tolerancia más bajos hacia las personas LGBTQ+, y es común que las personas queer sean víctimas de brutales ataques violentos. Si bien el nuevo proyecto de ley criminaliza aún más a las personas LGBTQ+, las relaciones entre personas del mismo sexo ya estaban prohibidas y las personas queer son el objetivo habitual de los funcionarios. El matrimonio entre personas del mismo sexo, que nunca ha sido permitido, fue prohibido constitucionalmente en 2005.

La situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

En 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

En agosto de 2022, el  Gobierno de Uganda suspendió las actividades de Sexual Minorities of Uganda (SMUG), la principal asociación LGTBI del país

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

***

california-terapias-conversion-fraude-696x473En enero de este año, el gobierno de Irlanda promete promulgar una ley que prohíba las terapias de conversión antes de 2024. El pasado mes de octubre, el Senado de México votó para prohibir todas las terapias de conversión. En agosto, la ya dimitida primera ministra del Reino Unido Liz Truss,  se posicionaba en contra de prohibir las terapias de conversión. El Partido Conservador había estado prometiendo una prohibición de la terapia de conversión en el Reino Unido desde 2018, y el año pasado finalmente produjo un documento de consulta. Sin embargo, la consulta estuvo plagada de banderas rojas, comparando el tratamiento médico afirmativo para niños trans con la terapia de conversión, brindando exenciones religiosas e incluso afirmando que los adultos pueden dar su consentimiento libremente a la terapia de conversión.

Las propuestas de legislación del Reino Unido empeoraron este año cuando se anunció que la prohibición solo cubriría la orientación sexual y no la identidad de género. Por otro lado, Escocia se ha separado de la postura arcaica de los Tories, produciendo su propio informe de un grupo asesor de expertos del gobierno. El informe integral fue bien recibido por la comunidad LGBTQ+, centró a los sobrevivientes en todas las áreas y estableció principios clave para legislar en contra de la terapia de conversión.

Estos incluyeron una prohibición futura que debe cubrir cualquier tratamiento, práctica o esfuerzo que tenga como objetivo cambiar, suprimir o eliminar la orientación sexual, la expresión de la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona, y brindar orientación específica sobre las experiencias de las personas de color LGBTQ+. – y sobrevivientes de grupos religiosos étnicos minoritarios.

En mayo, los obispos y las obispas de la Iglesia Anglicana de Gales celebraban que el Gobierno galés prohíba las “terapias” de conversión antiLGTBI. El pasado febrero, Israel prohibía las terapias de conversión para miembros de la comunidad LGTBQ+. Al otro lado del Atlántico, la Cámara de los Comunes de Canadá le dio su visto bueno el pasado diciembre,  por unanimidad, a un proyecto de ley para prohibir las pseudoterapias de conversión, y definitivamente el pasado enero de este año. Se trata de un veto total, no solo en menores de edad, y contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quien inflija estas prácticas y hasta dos para quien se beneficie económicamente de las mismas o las publicite. El Senado aprobó el texto en una tramitación exprés apenas seis días más tarde y, tras recibir la firma de la gobernadora general, entró en vigor el pasado 7 de enero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativasde la homosexualidad o la transexualidad.

Sin embargo, hace unos meses conocíamos que Boris Johnson cedía a la presión del lobby transexcluyente y dejará fuera de la prohibición de las «terapias» de conversión la identidad de género. Y más recientemente, el Consejo General del Poder Judicial español criticaba en su informe no preceptivo, la prohibición de las mal llamadas terapias, en el proyecto de la ley Trans española. A esto se sumaban las desafortunadas palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, gracias a los votos de la extrema derecha, Díaz Ayuso quien  no sancionará al obispo homófobo Reig Plá por las terapias para ‘curar’ la homosexualidad’.

La situación en otros países

Canadá y Francia se unieron al reducido grupo de países que han prohibido las pseudoterapias de conversión, ya sea de manera general o en menores de edad el pasado mes de enero. Le siguió Nueva Zelanda el pasado 15 de febrero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativasde la homosexualidad o la transexualidad.

En EE.UU., California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de  OregonIllinoisVermont,  Nuevo MéxicoRhode Island, Nevada, Connecticut, Washington,  Hawái, MarylandDelaware y New HampshireNueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor en 2019 tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.

En abril del mismo año  también  se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y en mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).

Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo hemos aprobó por ejemplo en enero de 2019  por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.

Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México. y en julio de 2021 el Estado de Yucatán.

En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. La siguió Alemania el año pasado, aunque con un texto limitado a los menores de edad y con ciertas ambigüedades que el próximo Gobierno de Olaf Scholz se ha comprometido a revisar. El próximo país en sumarse será posiblemente Francia, cuya Asamblea Nacional aprobó en octubre, también por unanimidad, el veto a las pseudoterapias de conversión. Irlanda ha dado pasos en la misma dirección, antes de la disolución del Parlamento con la convocatoria de elecciones en 2020, y también se debate sobre el asunto en Austria. En mayo de este año, el Gobierno británico de Boris Johnson anunció un proyecto de ley, mientras que en Albania existe un veto de facto, toda vez que el colegio de Psicología prohíbe a sus miembros la práctica de cualquier procedimiento encaminado a intentar cambiar la orientación sexual o la identidad de género, ya sea en menores de edad o en adultos.

En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y era una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto).  Un proyecto que naufragó con la convocatoria de las elecciones de abril de 2019. Tras la repetición electoral, el acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos contempla «la aprobación de una Ley contra la Discriminación de las Personas LGTBI incluyendo la prohibición a nivel nacional de las llamadas terapias de reversión».

Y, por fin, El Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, presentó el pasado junio el proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, que incluye la prohibición de las pseudoterapias de conversión  aprobado por el Consejo de Ministros, iniciando ya su trámite para su debate y aprobación en el Congreso de los Diputados que culminó el pasad9 22 de diciembre con su aprobación por mayoría en el Congreso de los Diputados (188 votos a favor, 150 en contra y 7 abstenciones), el pleno del Congreso Diputados  de España aprobó y que ha sido remitido al Senado para su ratificación.

En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre ayudar a cambiar sentimientos homosexuales. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…

Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.

«No» rotundo de los especialistas a las pseudoterapias reparadoras

terapiasdeodioLa comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. A nivel internacional, ya en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las terribles «terapias»reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.

En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.

Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.

De hecho, en julio de 2021, nos enterábamos de que el Vaticano frenaba las “terapias de conversión” e instruía a los obispos españoles a desautorizar a un grupo de ex-gays. Sin embargo, con la dimisión del obispo  Xavier Novell nos enterábamos de que éste, participó, y avaló, ‘terapias de conversión’ de homosexuales hasta que fue frenado por el Vaticano. otros prelados que avalaban dichas prácticas (según las víctimas) serían: José Ignacio Munilla, Javier Martínez, Arturo Ros y  Juan Antonio Reig  avalarían estas prácticas.

Hace unos días conocíamos que funcionarios de escuelas cristianas acusados de intentar ‘exorcizar’ a un adolescente gay para expulsar ‘demonios

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La historia de “X. X.”, un eclesiástico homosexual que pasó por las ‘terapias de conversión’ y “pensó que no tenía más opción que suicidarse”

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«Nada que Curar», la guía que ayuda a combatir con información científica las denominadas terapias de conversión

Fuente Agencias/Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia. , , , ,

Parlamentarios de Uganda aprueban proyecto de ley que impone la pena de muerte por homosexualidad

Viernes, 24 de marzo de 2023
Comentarios desactivados en Parlamentarios de Uganda aprueban proyecto de ley que impone la pena de muerte por homosexualidad

MALTA COMMONWEALTH MEETING

Presidente Yoweri Museveni

Parlamentarios de Uganda aprueban proyecto de ley que impone la pena de muerte por homosexualidad

Activistas de derechos humanos condenan proyecto de ley que introduce penas capitales y cadena perpetua 

La ONU insta al presidente de Uganda a bloquear el “inquietante” proyecto de ley LGBTQ+ que introduce la pena de muerte

La Casa Blanca sugiere que Uganda podría enfrentar sanciones si el proyecto de ley de prohibición ‘extrema’ LGBTQ+ se convierte en ley

Los parlamentarios de Uganda aprobaron un controvertido proyecto de ley anti-LGBTQ+, que haría que los actos homosexuales se castigaran con la muerte, lo que atrajo una fuerte condena de los activistas por los derechos. El proyecto de ley contra la homosexualidad, que fue aprobado por el parlamento de Uganda el martes (21 de marzo), hará que sea ilegal identificarse simplemente como LGBTQ. Cualquier persona declarada culpable bajo la ley propuesta podría enfrentar hasta 20 años de cárcel. También se esperaría que los amigos y familiares entreguen a las personas LGBTQ+ si tuvieran una relación del mismo sexo.

Todos menos dos de los 389 legisladores votaron a última hora del martes a favor del proyecto de ley de línea dura contra la homosexualidad, que introduce penas capitales y de cadena perpetua para el sexo gay y el “reclutamiento, promoción y financiación” de “actividades” entre personas del mismo sexo.

La pena de muerte también es posible en virtud de la legislación para quienes sean declarados culpables de “homosexualidad agravada”, refiriéndose a violación, abuso sexual infantil o incesto. “Una persona que comete el delito de homosexualidad agravada y es responsable, en caso de condena, de sufrir la muerte”, dice el proyecto de ley presentado por Robina Rwakoojo, presidenta de asuntos legales y parlamentarios.

Los aliados de la comunidad LBGTQ+ podrían enfrentar hasta cinco años de prisión, y las personas tienen el deber de denunciar a las autoridades a las personas que tienen relaciones del mismo sexo. Habiendo sido votado por el parlamento, el proyecto de ley está listo para que el presidente Yoweri Museveni lo promulgue. El proyecto de ley, después de haber sido aprobado por el parlamento, ahora se encuentra en el escritorio del presidente Yoweri Museveni.

Solo dos diputados del partido gobernante, Fox Odoi-Oywelowo y Paul Kwizera Bucyana, se opusieron a la nueva legislación.

“El proyecto de ley está mal concebido, contiene disposiciones que son inconstitucionales, revierte los logros registrados en la lucha contra la violencia de género y criminaliza a las personas en lugar de conductas que contravienen todas las normas legales conocidas”, dijo Odoi-Oywelowo. “El proyecto de ley no introduce ningún valor agregado al libro de estatutos y al marco legislativo disponible”, dijo.

Una versión anterior del proyecto de ley provocó críticas internacionales generalizadas y luego fue anulada por el tribunal constitucional de Uganda por motivos de procedimiento. El proyecto de ley ahora irá al presidente Yoweri Museveni, quien puede vetarlo o convertirlo en ley. En un discurso reciente, pareció expresar su apoyo al proyecto de ley.

 Momento en que los parlamentarios de Uganda aprueban un proyecto de ley anti-LGBTQ+ – video
derechos LGBTQ+

Un parlamentario en la cámara, John Musila, usó una toga que decía: “Di no al homosexualismo, lesbianismo, gay”.

Cuando se presentó el proyecto de ley al parlamento de Uganda, Anita Among instó a otros parlamentarios a rechazar la intimidación, particularmente de los países occidentales.

Asuman Basalirwa, quien presentó el proyecto de ley, dijo que su objetivo era “proteger la cultura de nuestra iglesia, los valores familiares legales, religiosos y tradicionales de los ugandeses de los actos que probablemente promuevan la promiscuidad sexual en este país”.

Otra parlamentaria, Sarah Opendi, sugirió que los hombres homosexuales fueran castrados y que la cadena perpetua “no era adecuada” porque un hombre homosexual podría “seguir viviendo su vida, tal vez incluso continuar con la homosexualidad en prisión”.

El proyecto de ley marca el último de una serie de retrocesos para los derechos LGBTQ+ en África, donde la homosexualidad es ilegal en la mayoría de los países. En Uganda, un país cristiano en gran parte conservador, el sexo homosexual ya se castigaba con cadena perpetua.

Activistas de derechos humanos han condenado la nueva medida para promulgar la dura ley, calificándola de “ley de odio”. Hoy marca un día trágico en la historia de Uganda. @Parliament_Ug  ha aprobado una legislación que promueve el odio y busca despojar a las personas LGBTIQ de sus derechos fundamentales!” tuiteó Sarah Kasande, abogada y activista de derechos humanos de Kampala. “Las disposiciones del proyecto de ley contra la homosexualidad son bárbaras, discriminatorias e inconstitucionales”, dijo.

Ella agregó: “Para la comunidad LGBTIQ, sé que este es un día difícil, pero no pierdan la esperanza. La batalla no ha terminado; este repugnante proyecto de ley finalmente será derogado”.

El activista gay Eric Ndawula tuiteó: “Los eventos de hoy en el parlamento no son solo inmorales, sino un asalto total a la humanidad. Es aterrador que el juicio de nuestros parlamentarios esté empañado por el odio y la homofobia. ¿Quién se beneficia de esta ley draconiana?”

Más de 110 personas LGBTQ+ en Uganda informaron incidentes que incluyen arrestos, violencia sexual, desalojos y desnudez pública al grupo de defensa Minorías Sexuales de Uganda (Smug) solo en febrero. Las personas transgénero se vieron afectadas de manera desproporcionada, dijo el grupo.
omitir la promoción del boletín anterior

Kasha Jacqueline Nabagesera, una activista lesbiana en Kampala, dijo que continuarían los esfuerzos para anular la legislación. “Seguiremos luchando contra esta injusticia. Esta mujer lesbiana es ugandesa, incluso este pedazo de papel [no] impedirá que disfrute de mi país. La lucha acaba de comenzar”, dijo Nabagesera en un tuit.

Kasande dijo: “Lucharemos hasta que todas las personas en Uganda puedan disfrutar de los derechos que les garantiza la constitución”.

El presidente Museveni dijo el mes pasado que Uganda no aceptará la homosexualidad y afirmó que Occidente buscaba obligar a otros países a “normalizar” lo que llamó “desviaciones” y felicitó recientemente a los llamados “creyentes” por rechazar la homosexualidad. “Los países occidentales deberían dejar de perder el tiempo de la humanidad tratando de imponer sus prácticas a otras personas”, dijo Museveni en un discurso televisado ante el parlamento el 16 de marzo. “Los homosexuales son desviaciones de lo normal. ¿Por qué? ¿Es por naturaleza o por crianza? Necesitamos responder a esas preguntas. Necesitamos una opinión médica sobre eso”, dijo.

“Es decepcionante que el parlamento, una vez más, apruebe un proyecto de ley que claramente contraviene varios derechos humanos básicos”, dijo Oryem Nyeko, investigador de la división de África de Human Rights Watch. “Esto solo abre la puerta a leyes más regresivas y a que se violen los derechos de las personas en todos los ámbitos. El presidente Museveni no debería consentirlo”, dijo.

El proyecto de ley contra la homosexualidad ha causado consternación internacional por los castigos extremos que conlleva.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, lo instó a no hacerlo, calificando la ley de draconiana y diciendo que su aprobación por parte de los legisladores fue “devastadora y profundamente perturbadora”.

Türk dijo: “La aprobación de este proyecto de ley discriminatorio, probablemente uno de los peores de su tipo en el mundo, es un acontecimiento profundamente preocupante. Esta ley, si entra en vigor, tendrá graves repercusiones negativas en la sociedad en su conjunto y erosionará los logros obtenidos a lo largo de los años”.

Continuó diciendo que la legislación podría abrir la puerta a la “violación sistémica” de los derechos humanos de casi todas las personas LGBTQ+ y servir para incitar a las personas entre sí. “Confunde las relaciones consentidas y no consentidas”, dijo, y agregó que las relaciones consentidas nunca deben criminalizarse y que se necesitan medidas basadas en evidencia para poner fin a la violencia sexual en todas sus formas. Este proyecto de ley será una gran distracción de tomar las medidas necesarias para poner fin a la violencia sexual”, dijo.

Türk también destacó que el proyecto de ley entraba en conflicto con la constitución de Uganda, que tenía disposiciones sobre igualdad y no discriminación, además de contrarrestar sus obligaciones legales internacionales de derechos humanos y desarrollo sostenible. “Promover la violencia y la discriminación contra las personas por lo que son y por lo que aman está mal y cualquier intento falso de justificar esto sobre la base de ‘valores’ debe denunciarse y condenarse”, agregó.

 La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que Estados Unidos tiene serias preocupaciones sobre el nuevo proyecto de ley anti-LGBTQ+ de Uganda.

Jean-Pierre habló durante una conferencia de prensa el miércoles (22 de marzo), después de que el parlamento de Uganda aprobara la Ley.

“Si el [proyecto de ley] se convierte en ley y se promulga, afectaría los derechos humanos universales, pondría en peligro el progreso en la lucha contra el VIH/SIDA, disuadiría el turismo y las [inversiones] en Uganda y dañaría la reputación internacional de Uganda”, dijo Jean-Pierre.  “Es una de las leyes anti-LGBTQ+ más extremas del mundo. Los derechos humanos son universales, nadie debe ser atacado o encarcelado simplemente por ser quien es y a quien ama”.

La secretaria de prensa sugirió que Estados Unidos podría implementar sanciones económicas si Uganda promulga el proyecto de ley. “Eso sería realmente desafortunado porque gran parte de la asistencia económica que proporcionamos a Uganda es asistencia sanitaria, y en gran parte a través [del plan de emergencia del presidente para el alivio del SIDA]”, continuó la secretaria de prensa. “Ciertamente estamos observando esto de cerca y tendremos que analizar si habría o no repercusiones, tal vez de manera económica, si esta ley se aprobara y promulgara”.

 

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda   

uganda_gay_rightsUganda tiene uno de los índices de tolerancia más bajos hacia las personas LGBTQ+, y es común que las personas queer sean víctimas de brutales ataques violentos. Si bien el nuevo proyecto de ley criminaliza aún más a las personas LGBTQ+, las relaciones entre personas del mismo sexo ya estaban prohibidas y las personas queer son el objetivo habitual de los funcionarios. El matrimonio entre personas del mismo sexo, que nunca ha sido permitido, fue prohibido constitucionalmente en 2005.

La situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

Uganda-gay-person-burned-aliveEn 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

En agosto de 2022, el  Gobierno de Uganda suspendió las actividades de Sexual Minorities of Uganda (SMUG), la principal asociación LGTBI del país

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

The Guardian/Cristianos Gays/Pink News

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Uganda considera proyecto de ley para prohibir la identificación como LGBTQ+, porque la prohibición del sexo no es suficiente

Miércoles, 15 de marzo de 2023
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MALTA COMMONWEALTH MEETINGPresidente de Uganda Yoweri Museveni

El parlamento de Uganda busca endurecer su postura contra las personas queer al escuchar un proyecto de ley que criminalizaría identificarse como LGBTQ+.

Los legisladores dicen que la prohibición actual de las relaciones entre personas del mismo sexo, que se castiga en el país de África oriental con hasta cadena perpetua, no es suficiente.

Las fuertes raíces religiosas (católicos y anglicanos apoyan la ley) y conservadoras de Uganda significan que hay opiniones profundamente anti-LGBTQ+ en el país.

El parlamento ugandés intentó anteriormente volver a criminalizar la homosexualidad con una ley en 2013. Sin embargo, al año siguiente, fue anulada por la Corte Suprema, que dictaminó que la legislación se aprobó incorrectamente y contravenía la constitución del país.

El proyecto de ley contra la homosexualidad de 2023 incluye la prohibición de tocar a otra persona “con la intención de cometer el acto de la homosexualidad”, y las personas declaradas culpables del “delito de la homosexualidad” se enfrentan a hasta 10 años de cárcel.

El mismo castigo es posible por simplemente identificarse como lesbiana, gay, trans, queer o “cualquier otra identidad sexual o de género que sea contraria a las categorías binarias de hombre y mujer”, dijo Human Rights Watch.

Reuters informó que la presidenta del parlamento de Uganda, Anita Among, instó a los parlamentarios a rechazar la intimidación, refiriéndose a las historias de que algunos países occidentales amenazaban con imponer prohibiciones de viaje a los involucrados en la aprobación de la ley.

Habiendo tenido el proyecto de ley su primera lectura en el parlamento, ahora se ha enviado a un comité, donde habrá audiencias públicas, antes de que regrese al parlamento para un debate y una votación.

Oryem Nyeko, investigador de Uganda en Human Rights Watch, dijo que criminalizar a las personas “simplemente por ser quienes son”, además de infringir los derechos a la privacidad y la libertad de expresión, era “una de las características más extremas” del proyecto de ley.

“Los políticos de Uganda deberían centrarse en aprobar leyes que protejan a las minorías vulnerables y afirmen los derechos fundamentales y dejar de apuntar a las personas LGBT para obtener capital político”, dijo.

“Lo que está intentando el gobierno debería hacer sonar las alarmas entre los grupos de la sociedad civil en Uganda y en la comunidad internacional, ya que indica una mayor represión y el sofocamiento de las voces de la oposición y los grupos de la sociedad civil en todos los ámbitos”.

La Fundación Peter Tatchell organizó una protesta que tuvo lugar el 13 de marzo frente a la Abadía de Westminster para expresar su oposición a la legislación propuesta.

La fecha marca el Día de la Commonwealth y la protesta tendrá lugar “cuando los líderes de la Commonwealth y el rey Carlos lleguen para el servicio anual del Día de la Commonwealth”, dijo Peter Tatchell. Uganda es miembro de la Commonwealth.

Al describir el proyecto de ley como una de las leyes homofóbicas más amplias y draconianas jamás consideradas por cualquier régimen en el mundo, Tatchell agregó: “Prohibiría casi todos los aspectos de la existencia LGBT+”.Señaló que violaba las secciones dos y cuatro de la Carta de la Commonwealth, el artículo 21 de la constitución de Uganda y los artículos  dos y tres de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.

La activista ugandesa Abbey Kiwanuka, del grupo LGBTI africano Out & Proud, dijo que lucharán contra el proyecto de ley. “Al contrario de lo que afirman los proponentes de este proyecto de ley, nadie está reclutando a nadie para la homosexualidad”, dijo Kiwanuka.

El fundador de African Equality Foundation, Edwin Sesange, hizo un llamado a los líderes de la Commonwealth para que “se pronuncien y hagan que países como Uganda rindan cuentas y respeten los derechos humanos básicos”. Agregó: “No hay un futuro común pacífico en la mancomunidad cuando se persigue a las personas LGBT”.

Reuters informó que activistas dijeron que ya ha habido una ola reciente de discriminación y violencia contra la comunidad LGBTQ+ en el país este año, luego de una investigación realizada por un comité parlamentario sobre informes de supuesta promoción de la homosexualidad en las escuelas.

 La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda   

uganda_gay_rightsLa situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. Como señalábamos anteriormente, el artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

Uganda-gay-person-burned-aliveEn 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

En agosto de 2022, el  Gobierno de Uganda suspendió las actividades de Sexual Minorities of Uganda (SMUG), la principal asociación LGTBI del país

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente PinkNews/Cristianos Gays

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Los primados de diez provincias de la Comunión anglicana rechazan el primado de Justin Welby

Miércoles, 1 de marzo de 2023
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Screen-Shot-2022-08-02-at-8.19.27-PMLa Iglesia de Inglaterra se ha apartado de la fe, aseguran

Los primados de diez provincias de la Comunión anglicana rechazan el primado de Justin Welby

Tras la decisión de la Iglesia de Inglaterra de bendecir las uniones homosexuales, la Fraternidad Global Sur de Iglesias Anglicanas ha hecho pública una declaración en la que rechaza el liderazgo del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, como primero entre iguales en la Comunión Anglicana. Es un paso más hacia el cisma de la entidad eclesial que nació con Enrique VIII.

Amenaza de cisma en la Comunión Anglicana, la federación de 42 Iglesias a las que pertenecen unos 100 millones de fieles en 160 países. Una docena de primados de las llamadas Iglesias del sur han anunciado que ya no reconocen el liderazgo de Justin Welby, avalado por su condición de arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra. ¿El motivo? La decisión de esta de autorizar la bendición de los matrimonios y uniones civiles de personas del mismo sexo, apartándose así, denuncian, de “la fe histórica transmitida por los Apóstoles”. La medida es fruto de seis años de deliberaciones y fue adoptada en el Sínodo celebrado en Londres del 6 al 9 de este mes de febrero.

La declaración fue firmada por los líderes de diez de las 42 provincias de la Comunión Anglicana: los primados de Sudán del Sur, Chile, el Océano Índico, Congo, Myanmar, Bangladesh, Uganda, Sudán, Alejandría (Egipto) y Melanesia. Se daba por hecho que ocurriría algo así. Stephen Samuel Kaziimba Mugalu, arzobispo anglicano de Uganda, dijo la semana pasada que los anglicanos ingleses estaban provocando el cisma tras la reciente votación de la Iglesia Anglicana de Inglaterra aprobando la bendición litúrgica de las uniones del mismo sexo, una decisión alabada por el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, y el arzobispo de York, Stephen Cottrell, quienes afirmaron en una declaración conjunta: «Por primera vez, la Iglesia de Inglaterra acogerá públicamente, sin reservas y con alegría a las parejas del mismo sexo en la Iglesia».

La declaración también fue firmada por los primados de la Iglesia Anglicana de Norteamérica y la Iglesia Anglicana de Brasil, que forman parte de la Fraternidad Mundial del Sur pero no de la Comunión Anglicana.

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Primados y obispos de la Sexta Conferencia del Sur Global en El Cairo, Egipto, 2016

Según la declaración:

“Dado que la Iglesia de Inglaterra se ha apartado de la fe histórica transmitida por los Apóstoles mediante esta innovación en las liturgias de la Iglesia y su práctica pastoral, se ha descalificado a sí misma para liderar la Comunión como la Iglesia “Madre” histórica. De hecho, la Iglesia de Inglaterra ha elegido romper la comunión con aquellas provincias que permanecen fieles a la fe bíblica histórica expresada en los formularios anglicanos y aplicada a la cuestión del matrimonio y la sexualidad en la Resolución de Lambeth 1.10[iii] de la Conferencia de Lambeth de 1998.

Por mucho que los Primados de la Fraternidad Global Sur de Iglesias Anglicanas (GSFA) también quieran mantener la unidad de la Iglesia visible y el tejido de la Comunión Anglicana, nuestra llamada a ser “un remanente santo” no nos permite estar “en comunión” con aquellas provincias que se han apartado de la fe histórica y han tomado el camino de la falsa enseñanza. Esto nos rompe el corazón y rezamos para que las provincias revisionistas vuelvan a ‘la fe una vez dada’ (Judas 3) y a nosotros.

La GSFA ya no puede reconocer al actual Arzobispo de Canterbury, el Rt Hon & Most Revd Justin Welby, como el “primero entre iguales” Líder de la Comunión global … Rezamos para que nuestra retirada de su apoyo para liderar toda la Comunión sea recibida por él como una admonición en el amor.

Con la Iglesia de Inglaterra y el Arzobispo de Canterbury perdiendo su papel de liderazgo de la Comunión global, los Primados de la GSFA se reunirán rápidamente, consultarán y trabajarán con otros Primados ortodoxos en la Iglesia Anglicana a través de las naciones para reestablecer la Comunión sobre sus fundamentos bíblicos. La Iglesia de Inglaterra es la primera provincia histórica, pero ahora que se ha apartado de la fe histórica la responsabilidad recae en los restantes Primados ortodoxos.

No nos alejaremos de la Comunión que tan ricamente nos ha bendecido y por cuya fidelidad a Dios y a Su palabra nuestros antepasados han pagado un costoso precio. Lo que ha sucedido en la Iglesia de Inglaterra sólo ha servido para fortalecer nuestra determinación de trabajar juntos para restablecer la Comunión, y para asegurar que la Comunión restablecida esté marcada por la reforma y la renovación”.

Welby: “No me aferraré”

welbyAunque haya sido divulgada ahora, la decisión fue tomada el día 13, tras una reunión telemática presidida por el primado de Sudán del Sur. Los demás firmantes son los líderes de las provincias de Chile, Océano Índico, Congo, Myanmar, América del Norte, Bangladesh, Uganda, Sudán, Alejandría, Brasil y Melanesia.

La víspera de ese encuentro, Welby manifestó su disposición a aceptar una reforma en el mecanismo de elección primacial, asumido ahora por el arzobispo de Canterbury por razones históricas, si así se preserva la autonomía de la Iglesia de Inglaterra y la comunión. “No me aferraré a un lugar o posición”, dijo el 12 de febrero en la ceremonia de apertura en Accra (Ghana) del Consejo Consultivo Anglicano, en el que participaron 110 delegados en representación de 39 de las 42 Iglesias que integran la Comunión. Añadió, eso sí, que los instrumentos para la elección no pueden ser “dictados, chantajeados y sobornados para hacer lo que otros quieren que hagamos”. Con respecto a la crisis, afirmó que “estamos profundamente en desacuerdo, no por falta de integridad, corrupción, mentira o rendición a la cultura, sino porque interpretamos las Escrituras de manera diferente, entendemos la obra del Espíritu de manera diferente y miramos estas cosas con diferentes lentes culturales”.

El Palacio de Lambeth, sede de gobierno de la Iglesia de Inglaterra, ha recordado en una declaración emitida tras el anuncio de los primados de la GSFA que lo que une a las Iglesias es más que lo que las separa. “Los profundos desacuerdos que existen en la Comunión Anglicana sobre la sexualidad y el matrimonio no son nuevos. Las 42 Iglesias miembros de la Comunión Anglicana son independientes y autónomas, pero al mismo tiempo interdependientes”, recuerda.

 El secretario general de la Comunión Anglicana, por su parte, reverendo Anthony Poggo, indica en otra nota oficial que el arzobispo Welby le ha pedido que organice una reunión de primados en un futuro próximo para “una discusión abierta del papel del arzobispo de Canterbury en la Comunión”.

Solución de compromiso

El Sínodo anglicano de principios de mes adoptó una solución de compromiso con respecto a unas cuestiones sobre las que llevaba deliberando desde 2016. Por un lado, rechazó la posibilidad de modificar la doctrina sobre el santo matrimonio —unión de un hombre y una mujer para toda la vida—, como venía reclamando el ala progresista del anglicanismo, pero por otro dio luz verde a la bendición del amor que se profesan aquellas parejas homosexuales que han formalizado su matrimonio o unión civil.

320px-Anglican_rose.svg

La Rosa de los Vientos,
(Emblema oficial de la Comunión anglicana, simboliza su alcance mundial y naturaleza descentralizada.)

Es esta medida la que ahora es percibida como escandalosa y herética por parte del sector conservador. Y eso, pese a que esos “servicios” serán prestados por los clérigos de forma voluntaria y mediante una fórmula —las llamadas Oraciones de Amor y Fe— que en ningún momento podrán ser “contrarias a la doctrina (…) ni indicar un alejamiento de la misma”. El Sínodo pidió también perdón a la comunidad LGTBQI+ por la forma en que sus miembros y seres queridos han sido tratados hasta ahora en el anglicanismo.

Las medidas adoptadas obtuvieron el siguiente respaldo en cada una de las Cámaras: 36 votos a favor, 4 en contra y 2 abstenciones entre los obispos; 111 votos a favor, 85 en contra y 3 abstenciones entre el clero; y 103 votos a favor, 92 en contra y 5 abstenciones entre los laicos.

Welby, once años al frente de la Iglesia de Inglaterra

El arzobispo Welby fue elegido 105 arzobispo de Canterbury en noviembre de 2011. Lleva, por tanto, poco más de once años al frente de la Iglesia de la Inglaterra, en cuyo liderazgo sustituyó a Rowan Williams. Hijo ilegítimo de Anthony Montague Browne, secretario de Winston Churchill, como él mismo desveló hace unos años, ha declarado que él no impartirá personalmente ninguna bendición de parejas gays. El matrimonio homosexual es legal en Inglaterra y Gales desde 2013.

Fuente Agencias

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Obispo de Uganda utiliza la liturgia del Miércoles de Ceniza para condenar la homosexualidad

Lunes, 27 de febrero de 2023
Comentarios desactivados en Obispo de Uganda utiliza la liturgia del Miércoles de Ceniza para condenar la homosexualidad

CD2E5558-5CC1-4F0B-B748-B4CC4A8633FEObispo Sanctus Lino Wanok

Un obispo de Uganda utilizó una liturgia del Miércoles de Ceniza para condenar la homosexualidad, pocas semanas después de que el Papa Francisco denunciara las leyes de criminalización que siguen vigentes en ese país.

Monitor informó sobre el obispo que hizo los comentarios negativos LGBTQ en su homilía para marcar el comienzo de la Cuaresma:

“En Lira, el obispo de la diócesis católica de Lira, Rt Rev Sanctus Lino Wanok, hizo un llamado a los cristianos que atraen a las personas hacia la homosexualidad para que utilicen esta temporada de Cuaresma para el arrepentimiento y busquen las bendiciones de Dios.

“Dijo que Dios no puede bendecir lo que él considera pecado, y que la Iglesia Católica no aceptará la homosexualidad.

“‘No atraigas a nadie al pecado de la homosexualidad ya que no es humano; es la muerte, de la cual la humanidad debe arrepentirse. Dios quiere la salvación para esa persona y esa persona puede salvarse si la liberamos de eso”, dijo el obispo Wanok.

“El obispo Wanok dijo que la homosexualidad es inaceptable y que la Biblia la condena, pero dado que se promete la salvación para todos, incluidos los homosexuales, deben arrepentirse de tales actos. . .

“‘Es algo realmente vergonzoso, se están burlando de la Iglesia al decir que queremos bendiciones para nuestra unión. Esa burla debe cesar, de lo contrario, es una ofensa a Dios como nuestro creador’, explicó”.

En otro lugar, el encuadre de la homosexualidad en una perspectiva de derechos humanos fue condenado por el P. AGabito Arinaitwe de la Parroquia Católica de los Mártires de Uganda, quien sugiere: “Es hora de que nos alejemos de nuestras malas acciones y volvamos al Señor”. Monitor también informó sobre varios obispos y sacerdotes anglicanos que hicieron comentarios aún más duros sobre las personas LGBTQ+.

A principios de este mes, Global Network of Rainbow Catholics (GNRC) emitió una declaración de preocupación por la represión del gobierno de Uganda contra los grupos LGBTQ+, que puede despojar a unos 22 grupos de su estatus de organización no gubernamental. Los líderes de la GNRC dijeron que “el buen trabajo social y pastoral” de grupos como Freedom and Roam Uganda (FARUG) está “siendo desmantelado por el gobierno de Uganda”.

Marianne Duddy-Burke, una de las copresidentas de GNRC, comentó:

“FARUG y grupos similares han trabajado incansablemente para cuidar a algunas de las personas más vulnerables de Uganda durante muchos años. Apoyamos de todo corazón sus esfuerzos para cuidar a nuestras hermanas, hermanos y familiares LGBT+, especialmente aquellos que han sufrido violencia o han sido expulsados de sus hogares”.

Chris Vella, otro copresidente, declaró:

“El hostigamiento, las limitaciones a su derecho de asociación y su derecho a trabajar para y en nombre de las personas LGBT en su país son inaceptables. Hacemos un llamado al respeto fundamental de los derechos humanos”.

La situación de las personas LGBTQ+ en Uganda es grave. Las relaciones entre personas del mismo género siguen siendo ilegales, con una pena potencial de cadena perpetua, y la violencia y la discriminación anti-LGBTQ+ son comunes. Dado que alrededor del 40% de los ugandeses son católicos, la iglesia institucional continúa influyendo en la política y la cultura de la nación. Pero los líderes católicos tienen un historial preocupante de apoyo a la criminalización, incluidos los esfuerzos para fortalecer los castigos en 2014.

El Papa Francisco ha dejado claro este año que la Iglesia Católica se opone estridentemente a las leyes de criminalización. En comentarios menos informados, sugirió que los obispos con actitudes LGBTQ negativas deben someterse a un “proceso de conversión” y centrarse en tratar a las personas homosexuales con la misma “ternura“. . .[que] Dios tiene para cada uno de nosotros.”

La retórica utilizada por el obispo Wanok y otros clérigos para hablar sobre la homosexualidad no solo es inaceptable, es inconsistente con lo que la iglesia realmente enseña y la visión inclusiva que este Papa tiene para la iglesia. La Cuaresma es de hecho un tiempo para alejarse del mal y volverse hacia Dios. El obispo Wanok, el padre Arinaitwe y otros clérigos ugandeses con actitudes similares deberían alejarse de la homofobia y acercarse a los derechos humanos de las personas homosexuales.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 25 de febrero de 2023

Fuente New Ways Ministry

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda   

uganda_gay_rightsLa situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. Como señalábamos anteriormente, el artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

Uganda-gay-person-burned-aliveEn 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

En agosto de 2022, el  Gobierno de Uganda suspendió las actividades de Sexual Minorities of Uganda (SMUG), la principal asociación LGTBI del país

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Cristianos Gays

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La Iglesia Anglicana de Uganda condena la decisión de la Iglesia de Inglaterra de bendecir uniones homosexuales

Viernes, 17 de febrero de 2023
Comentarios desactivados en La Iglesia Anglicana de Uganda condena la decisión de la Iglesia de Inglaterra de bendecir uniones homosexuales

E5D92377-719D-48F5-9505-C06C621C0587El arzobispo retó a la Iglesia de Inglaterra a salir de la «Comunión Anglicana» por su, según él, alejamiento de la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio y les puso como ejemplo de fidelidad el testimonio de los mártires católicos ugandeses.

La Iglesia Anglicana de Uganda ha condenado enérgicamente a la Iglesia de Inglaterra por su aceptación y bendición de las uniones entre personas del mismo sexo.

En una carta publicada el 10 de febrero, el arzobispo de la Iglesia de Uganda, Stephen Samuel Kaziimba, respondió a la reciente votación de la Iglesia Anglicana de Inglaterra aprobando la bendición litúrgica de las uniones del mismo sexo, una decisión alabada por el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, y el arzobispo de York, Stephen Cottrell, quienes afirmaron en una declaración conjunta: «Por primera vez, la Iglesia de Inglaterra acogerá públicamente, sin reservas y con alegría a las parejas del mismo sexo en la Iglesia».

Criticando la decisión como un intento de apaciguar a ambas partes en el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo proponiendo una contradicción, el arzobispo Kaziimba dijo que la Iglesia de Inglaterra ha «decidido permitir que el clero presida bendiciones de uniones del mismo sexo y han aprobado oraciones y liturgias suplementarias para tales ocasiones. A la Iglesia de Inglaterra se le da muy bien hacer declaraciones contradictorias y esperar que todo el mundo crea que ambas pueden ser ciertas al mismo tiempo. Eso es lo que han hecho con esta decisión».

Kaziimba continuó: «La única diferencia significativa entre una boda y un servicio de “bendición” es la terminología utilizada. La Iglesia de Inglaterra insiste en que no está cambiando su doctrina sobre el matrimonio. Pero, en la práctica, están haciendo precisamente eso».

Distanciando a la Iglesia de Uganda del cambio efectivo de doctrina, Kaziimba insistió: «Pero, lo que quiero que sepan es que, si parece una boda, y suena como una boda… ES una boda».

Reiterando que la condena de la sodomía está contenida en las Escrituras, el arzobispo expuso la concepción cristiana tradicional del matrimonio, la familia y la moral sexual.

Declaró: «Desde la primera página de la Biblia en el libro del Génesis hasta la última página de la Biblia en el libro del Apocalipsis, está claro que el diseño de Dios para el florecimiento humano es que formemos parte de una familia – una familia que se define como un hombre y una mujer unidos en santo matrimonio para toda la vida y, si Dios quiere, una unión que produzca hijos. La Palabra de Dios ha dicho que el único contexto para las relaciones sexuales es en el contexto de un matrimonio de un hombre y una mujer».

Y continuó:

«Dado que el matrimonio de por vida y exclusivo entre un hombre y una mujer es el único contexto para las relaciones sexuales, la Biblia califica de pecado cualquier otro tipo de relación sexual. Ya sea adulterio, o fornicación, o poligamia, o relaciones homosexuales. Todas son pecado y todas nos separan de Dios.

Eso significa que dormir con tu novia o tu novio antes del matrimonio es pecado.
Eso significa que, si estas casado y tienes un «segundo plato», eso es pecado.
Eso significa que, si tomas una segunda o tercera esposa, eso es pecado.
Eso significa que, si te involucras en relaciones homosexuales, eso es pecado».
Dios no puede bendecir lo que llama pecado

El arzobispo afirmó que la Iglesia de Uganda se mantendría fiel a la enseñanza bíblica sobre «el matrimonio de por vida y exclusivo entre un hombre y una mujer», negándose a aceptar o bendecir los “pecados sexuales”. Condenó a la Iglesia de Inglaterra por apartarse de esta enseñanza diciendo: «Nuestro mensaje es el mensaje de la Biblia, que es: ‘Vete y no peques más’. La Iglesia de Inglaterra, por otra parte, se ha apartado de la Biblia y su nuevo mensaje es el mensaje opuesto de la Biblia. Ahora dicen: “Ve y peca más”. Incluso ofrecen bendecir ese pecado. Eso está mal. Como Iglesia de Uganda no podemos aceptarlo. Dios no puede bendecir lo que llama pecado».

A continuación, el arzobispo recordó el testimonio de los mártires católicos ugandeses,: «Todos conocemos la historia de los mártires de Uganda, que se negaron a mantener relaciones homosexuales con sus líderes. Se mantuvieron firmes en su fe cristiana y fueron martirizados por ello. No podemos traicionarlos a ellos ni a nuestro Señor Jesucristo. No traicionaremos la Palabra de Dios ni Sus caminos. La Biblia nos dice que sólo Jesús es ‘el camino, la verdad y la vida’, y que es el mismo ‘ayer, hoy y siempre’».

El arzobispo retó entonces a la Iglesia de Inglaterra a salir de la «Comunión Anglicana» por su alejamiento de la enseñanza De la Iglesia sobre el matrimonio. Declaró: “Ahora queremos preguntar a la Iglesia de Inglaterra: ‘¿Tenéis la integridad de salir de la Comunión Anglicana porque os habéis apartado de la fe anglicana? Dios os llamó a predicar un Evangelio de arrepentimiento y fe. En vez de eso, eres como Jonás. Has desobedecido y corres en dirección contraria».

«Rezamos para que se arrepientan», continuó el arzobispo. «Y, si se niegan a arrepentirse, entonces les pedimos que tengan la integridad de formar su propia Comunión de Canterbury porque lo que creen no es anglicanismo y no es la fe una vez entregada a los santos. Si quieren llevar a toda su Iglesia al vientre de una ballena, son libres de hacerlo; después de todo, somos Provincias Anglicanas autónomas. Nosotros pensamos que es una mala idea, pero ellos son libres de hacerlo. Pero NO son libres de arrastrar a toda la Comunión Anglicana con ellos. La Comunión Anglicana NO es una extensión de la Iglesia de Inglaterra».

A continuación, el arzobispo advirtió a todos los ugandeses contra los intentos de los grupos pro-homosexuales de captar niños en la escuela. Rechazando la táctica de la promesa y el señuelo del dinero, Kaziimba declaró: «Ahora que nuestros hijos han vuelto a la escuela, cuidado con las organizaciones gays bien financiadas que están reclutando a nuestros hijos para la homosexualidad. No sólo en Kampala, sino en todo el país. Apuntan a nuestra pobreza y prometen dinero a nuestros jóvenes».

«Mis compatriotas ugandeses: no podemos servir a Dios y a las riquezas», declaró. «No podemos servir a Dios y al dinero. No perdáis vuestra alma porque penséis que vais a ganar el mundo entero gracias al dinero que os ofrecen. No pienses que puedes aceptar el dinero, pero no caer en su trampa. Es mentira; te están explotando con ese dinero».

Volviendo de nuevo a las Escrituras, el arzobispo concluyó: «La Biblia dice: ‘Resistid al diablo y huirá de vosotros’. Así que di: ‘No’. Hoy estoy aquí para declarar: ‘En cuanto a mí y a mi casa, serviremos al Señor’». La Cámara de Obispos está unida en esto. La Asamblea Provincial está unida en esto: «En cuanto a mí y a la Iglesia de Uganda, serviremos al Señor’»

Fuente LifeSiteNews

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Líderes religiosos y miembros del gobierno de Uganda lanzan afirmaciones peligrosas de que los ugandeses LGBTQ+ ‘reclutan’ niños.

Viernes, 13 de enero de 2023
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4D13849E-2DB5-4A81-8B52-B1AA2A94F1B8Arzobispo Stephen Kaziimba Mugalu

Los funcionarios del gobierno y los líderes religiosos están provocando una histeria anti-queer en Uganda al perpetuar la afirmación falsa, ignorante y peligrosa de que las personas LGBTQ+ en el país están “reclutando” niños.

por Luis de Barros

Los funcionarios del gobierno y los líderes religiosos están provocando una histeria anti-queer en Uganda al perpetuar la afirmación falsa, ignorante y peligrosa de que las personas LGBTQ+ en el país están “reclutando” niños.

Annet Kezaabu, presidenta del Comité de Control Anti-Pornográfico de la Dirección de Ética e Integridad, habría advertido que los miembros de la comunidad LGBTQ+ están apuntando a las escuelas para “reclutar, preparar e iniciar” a los niños en la homosexualidad.

Según los medios de comunicación ugandeses, abrumadoramente acríticos, afirmó que estos niños son “reclutados” para este “vicio” a través de obsequios y dinero que les ofrecen las personas LGBTQ+.

BE4D4EFE-26B2-4D38-8EDD-188EDA44BE03Annet Kezaabu,

Las afirmaciones de Kezaabu se hacen eco de las del arzobispo de la Iglesia de Uganda, Stephen Kaziimba Mugalu, que se incluyeron en su mensaje de Navidad, entregado recientemente en Kampala.

“Quiero alertar a todos los estudiantes, padres y maestros de que hay personas malas que intentan atraer a los niños a la homosexualidad prometiéndoles dinero y patrocinio”, dijo Mugalu.

A aquellos que están reclutando niños para la homosexualidad, quiero hacerles una advertencia muy fuerte. Estas no son mis palabras, sino las palabras de Jesús: ‘Si alguno hace tropezar a uno de estos pequeños… más le valdría que le colgasen al cuello una gran piedra de molino de asno y que lo hundieran en lo profundo del mar.’”, afirmó.

Mugalu pidió al gobierno que “establezca un sistema simple mediante el cual los niños puedan denunciar a estas personas a las autoridades pertinentes, quienes pueden investigar y tomar las medidas apropiadas”.

En respuesta a las palabras profundamente irresponsables del arzobispo, el defensor LGBTQ+ de Uganda, el Dr. Frank Mugisha, escribió que el clérigo anglicano estaba utilizando a las personas LGBTQ+ como chivos expiatorios.

Este insulto ‘homofóbico‘ no solo amenaza sino que también pone a esta comunidad ya vulnerable en peligro mortal.

“No sorprende que estos ataques se produzcan al final del año, cuando se supone que los feligreses deben pedir la rendición de cuentas anual. Las personas queer serían la pista falsa perfecta, ya que el tema evoca tanto la ignorancia como la emoción. Idealmente, es una opción para cualquiera que esté buscando un renacimiento de relaciones públicas”, dijo Mugisha.

Señaló que los sentimientos de Mugalu “no son simplemente palabras de cualquier Tom, Dick o Harry. Son palabras elegidas selectivamente por una persona en una posición de autoridad que tiene tanta influencia”. Mugisha agregó: “Este insulto ‘homofóbico’ no solo amenaza sino que también pone a esta comunidad ya vulnerable en peligro mortal”.

91FFC556-89DA-4B5C-947C-35BA321291E3Frank Mugisha, director ejecutivo de Sexual Minorities Uganda, o SMUG. (Foto de archivo)

La creencia de que las personas LGBTQ+ son depredadores de niños se utiliza para demonizar y perseguir a la comunidad queer. Se basa en la creencia errónea de que la homosexualidad es un comportamiento desviado aprendido que se puede “enseñar” a otros. (La homosexualidad es, de hecho, una atracción romántica y sexual que es innata en algunos individuos y es una variación normal de la sexualidad humana).

Esta narrativa, ampliamente promovida por grupos religiosos estadounidenses de derecha en África, también pinta los esfuerzos para garantizar la igualdad de derechos humanos para las personas LGBTQ+ como una conspiración global para “corromper” y “reclutar” niños.

Es este pensamiento equivocado e incuestionable lo que ha ayudado a que Uganda sea una de las naciones más autoritarias del mundo en lo que respecta a la comunidad LGBTQ+. La legislación de la era colonial que penalizaba la intimidad entre personas del mismo sexo permite que el estado castigue a cualquiera que sea declarado culpable del “delito” con cadena perpetua.

El parlamento del país ha intentado en repetidas ocasiones promulgar leyes anti-LGBTQ+ aún más opresivas, pero hasta ahora estos esfuerzos han fracasado. En agosto del año pasado, las autoridades cerraron las operaciones de Sexual Minorities Uganda (SMUG), un grupo de derechos LGBTQ+ líder en el país.

– Luiz De Barros, editor de MambaOnline.

Fuente MambaOnline

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El Gobierno de Uganda suspende las actividades de Sexual Minorities of Uganda (SMUG), la principal asociación LGTBI del país

Martes, 23 de agosto de 2022
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36D4B3BF-D6C7-4B2D-9CDA-A1495AA57239El Gobierno de Uganda ha suspendido las actividades de SMUG (Sexual Minorities Uganda), la principal organización de defensa de los derechos de las personas LGTBI.Utilizando un subterfugio legal, la administración ugandesa trata de acallar cualquier voz que se oponga a la persecución de las minorías sexuales, en un país donde las relaciones homosexuales están castigadas con penas que pueden llegar a la cadena perpetua. Según Frank Mughisa, director ejecutivo de SMUG, la suspensión está dictada por grupos homófobos y tránsfobos que se han infiltrado en la administración ugandesa.

El pasado 3 de agosto, la Oficina Nacional de Organizaciones No Gubernamentales de Uganda se puso en contacto con la organización SMUG para ordenarle el cese inmediato de sus actividades por no estar registrada como ONG. Según Stephen Okell, supervisor de la agencia gubernamental, SMUG estaba funcionando «ilegalmente».

Sin embargo, SMUG emitió un comunicado en el que informaba de cómo fue rechazada su solicitud de inscripción debido a que consideraron que su nombre, que hacía referencia a las minorías sexuales, era «inapropiado». Esa negativa fue recurrida ante los tribunales, que corroboraron la decisión de la agencia.

El comunicado de SMUG es el siguiente:

Declaración sobre el cese de las actividades de Sexual Minorities Uganda por parte de la Oficina Nacional de Organizaciones No Gubernamentales

El miércoles 3 de agosto de 2022, la Oficina Nacional de Organizaciones No Gubernamentales, el organismo gubernamental que regula las ONG en Uganda, suspendió las actividades de Sexual Minorities Uganda por no estar registrada en la Oficina de ONG.

Cabe señalar que en 2012, Frank Mugisha y otros solicitaron a la Oficina de Servicios de Registro de Uganda (URSB), en virtud del artículo 18 de la Ley de empresas de 2012, el registro del nombre de la entidad propuesta. En una carta fechada el 16 de febrero de 2016, la URSB rechazó la solicitud de registro del nombre «Minorías Sexuales de Uganda» por considerar que dicho nombre era «indeseable y no registrable que la empresa propuesta se constituya para defender los derechos y el bienestar de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y queer, que se dedican a actividades etiquetadas como actos delictivos en virtud del artículo 145 de la Ley del Código Penal». Una decisión que fue confirmada por el Tribunal Superior de Uganda.

La negativa a legalizar las operaciones de SMUG, que buscan proteger a las personas LGBTQ que siguen sufriendo una gran discriminación en Uganda, fomentada activamente por líderes políticos y religiosos, fue un claro indicador de que el gobierno de Uganda y sus organismos son inflexibles y tratan a las minorías sexuales y de género ugandesas como ciudadanos de segunda clase. Esto compromete aún más los esfuerzos para exigir mejores servicios sanitarios y agrava el ya de por sí inestable ambiente para la comunidad LGBTQ.

«Se trata de una clara caza de brujas arraigada en la homofobia sistemática que está alimentada por los movimientos antigay y antigénero que se han infiltrado en las oficinas públicas con el objetivo de influir en la legislación para borrar a la comunidad LGBTQ».

Frank Mugisha, activista gay ugandés.

El articulo 145 del Código Penal al que se refería la URSB es el que castiga las relaciones homosexuales con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua. Existe, además, un proyecto de ley para endurecer aún más esas penas, aprobado por el Parlamento de Uganda en mayo de 2021, que fue devuelto por el presidente Yoweri Museveni para solventar algunos problemas de procedimiento, pero que aún está en trámite parlamentario.

SMUG, como coordinadora y proveedora de amparo legal ha sido decisiva en que los tribunales ugandeses hayan sido renuentes a aplicar el artículo 145, obligando incluso a que la policía utilice subterfugios como el incumplimiento de las medidas de protección contra la epidemia de la COVID-19 para efectuar redadas y detenciones masivas. También fue quien logró que los tribunales impidieran la publicación de listas de personas LGTBIpara su escarnio social. Un miembro destacado de SMUG fue el recordado activista David Kato, que fue brutalmente asesinado en su domicilio en 2011.

Numerosas asociaciones de defensa de los derechos LGTBI, como Council for Global Equality, OutRight Action International y Pan Africa ILGA han condenado firmemente la suspensión de las actividades de SMUG. Por su parte, en su cuenta de Twitter, SMUG ha compartido un mensaje contundente: «Volveremos».

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda   

La situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. Como señalábamos anteriormente, el artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

En 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Así es Ruanda, el país al que el Reino Unido enviará a refugiados LGTBI: el colectivo se enfrenta a arrestos, malos tratos y violaciones en un terrorífico centro de detención

Viernes, 22 de abril de 2022
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Rwandans sit in the Gikondo transit center in Kigali on September 24, 2015. Rwanda's government was accused on September 24 by rights group Human Rights Watch (HRW) of rounding up "undesirables" including beggars and prostitutes and holding them in the grim centre to promote the capital's clean image. Kigali however dismissed the report, with authorities saying the centre was supporting alcoholics and drug users. AFP PHOTO / STEPHANIE AGLIETTI (Photo credit should read STEPHANIE AGLIETTI/AFP via Getty Images) Ruandeses sentados en el Centro de Tránsito de Gikondo en 2015.(STEPHANIE AGLIETTI/AFP a través de Getty Images)

Un ministro del Ministerio del Interior intentó defender el historial de derechos humanos y LGTBI de Ruanda en medio de las reacciones al plan de Boris Johnson de dar a los solicitantes de asilo un billete de ida a la nación africana.

El primer ministro Boris Johnson anunció el jueves (14 de abril) planes para que el Reino Unido “deslocalice” a muchos solicitantes de asilo a centros de tramitación en Ruanda.

El viernes (15 de abril), Tom Pursglove, ministro adjunto de Justicia y de Lucha contra la Inmigración Ilegal, fue confrontado por Sky News con los propios consejos de viaje del Ministerio de Asuntos Exteriores para las personas LGTBI que vayan a Ruanda.

El departamento advierte que, aunque no hay ninguna ley que prohíba las relaciones entre personas del mismo sexo, la homosexualidad está “mal vista por muchos” en Ruanda y las personas LGTBI+ sufren “discriminación y abusos”.

“Ése es el consejo que da a los homosexuales de este país el Ministerio de Asuntos Exteriores, a la vuelta de la esquina”, dijo el presentador Niall Paterson.

Pursglove tropezó con sus palabras: “Tengo que decir que en las últimas 24 horas, desde este anuncio, se han lanzado algunos estereotipos espantosos. El hecho es que Ruanda ha avanzado mucho en las últimas tres décadas. Tiene un parlamento de mayoría femenina, tiene una ley antidiscriminación que recorre toda su constitución”.

El plan de asilo de los Tory “hará que las personas refugiadas homosexuales sean deportadas hasta la muerte

Pursglove se enfrentó de nuevo a un informe de 2021 de Human Rights Watch (HRW) report sobre la práctica de las “redadas” por parte de los funcionarios ruandeses.

La organización sin ánimo de lucro habló con nueve personas LGTBI, así como con profesionales del sexo, niños sin hogar y otras personas que fueron detenidas por los funcionarios para “limpiar” las calles antes de una reunión de alto nivel de los jefes de gobierno de la Commonwealth.

Los detenidos fueron recluidos en habitaciones superpobladas, sin comida, agua ni atención sanitaria adecuadas, y fueron golpeados por los guardias en un centro de tránsito de Kigali.

Los detenidos homosexuales y trans dijeron a HRW que se les acusaba de “no representar los valores ruandeses”.

Una mujer trans dijo: “La policía dijo que nos insultaron y nos preguntaron cómo podíamos comportarnos así, manteniendo relaciones sexuales con personas de nuestro mismo sexo. Dijeron que éramos delincuentes y nos metieron en esa habitación. Pero en la habitación nos golpearon mucho otros detenidos y la policía no hizo nada a pesar de nuestros gritos”.

Un detenido fue arrestado tras besar a su pareja del mismo sexo en un bar. Otro detenido gay dijo que le golpearon y le dijeron que tenía que “rehabilitarse”.

Aunque las relaciones entre personas del mismo sexo no son ilegales, no existe ninguna protección legal para las personas LGTBI, aparte de una medida general contra la discriminación.

Los ruandeses LGTBI han informado de que han tenido que ocultar quiénes son para evitar que les peguen, que pierdan sus trabajos, que les desalojen de sus casas y mucho más.

Se han registrado “redadas” similares antes de otros acontecimientos de gran repercusión, con informes generalizados sobre la detención por parte de las autoridades de personas LGTBI acusadas de “comportamiento desviado”.

9D8FE825-6F7F-44A6-8376-A6DE32F9096A-768x515Los hombres se sientan en el Gikondo Transit Center en Kigali el 24 de septiembre de 2015. (Getty)

En 2020, una mujer trans contó a Vice que fue detenida cuando se dirigía a su casa desde una fiesta. Los agentes afirmaron falsamente que era una indigente y que vendía sustancias, y la llevaron al Centro de Tránsito de Gikondo, donde estuvo detenida durante seis meses.

“Directamente te cortan el pelo, te quitan la ropa y ven quién eres. Me pusieron delante de 400 personas y me quitaron la ropa”, dijo la mujer, Bella. “Dijeron: ‘Mira cómo se comporta, y tiene un pene’”.

Bella dijo que la retuvieron en una celda oscura y sucia conocida como “la caja del gato”, donde la obligaron a orinar y defecar sobre sí misma. Le dijeron “que se convirtiera en un hombre”, la golpearon varias veces y la violaron sus compañeros de prisión al menos tres veces.

Esta reputación es la razón por la que los defensores de los derechos LGTBI han reaccionado con horror ante la propuesta de asilo del gobierno británico para Ruanda.

Entre ellos se encuentra el Dr. S Chelvan, director de inmigración y derecho público del bufete 33 Bedford Row, que declaró a PinkNews que, si se promulga, el plan “dará lugar a que las personas refugiadas genuinas sean deportadas a la muerte”.

“El historial de derechos humanos de Ruanda incluye desapariciones forzadas y asesinatos, e incluso los consejos de viaje del Reino Unido [Ministerio de Asuntos Exteriores] advierten a los viajeros LGTBI de los abusos y la discriminación sancionados por el Estado”, dijo Chelvan.

“Este gobierno ha perdido su brújula moral y, como hemos visto en los últimos días, no tiene ninguna relación con el Estado de derecho. La opinión pública británica ha demostrado, tanto con Afganistán como con Ucrania, que somos un país que proporciona refugio y acoge a las personas refugiadas para que entren y permanezcan en el Reino Unido”.

La ministra del Interior, Priti Patel, visitó el jueves Kigali, la capital de Ruanda, para firmar el acuerdo. El plan reubicaría a miles de migrantes y les ofrecería la opción de buscar un asentamiento en países distintos de Gran Bretaña, de ser obligados a regresar a su país de origen o de quedarse permanentemente en Ruanda.

298AE34E-2A5C-4B6E-8074-96CE55FCB663-768x506La secretaria británica, Priti Patel (c), visitó Kigali, donde se detuvieron una docena de personas LGBT + personas el año pasado por las autoridades. (Agencia Cyril Ndegeya / Anadolu a través de Getty Images)

Tratando de justificar una política que los activistas LGTBI y de derechos humanos han calificado de “malvada”, Pursglove dijo que Ruanda tiene una “rica y orgullosa historia” de proporcionar refugio a los solicitantes de asilo.

Afirmó que la decisión de expulsar a los solicitantes de asilo se tomaría “caso por caso”.

A la pregunta de Good Morning Britain de si viviría con gusto en Ruanda, dijo que sólo la visitaría.

Según una hoja informativa del Ministerio del Interior sobre la Asociación para la Migración y el Desarrollo Económico, cualquier solicitante de asilo que sea “inadmisible en el sistema de asilo del Reino Unido” y pueda ser “expulsado” sería trasladado automáticamente en avión a un “país seguro del tercer mundo”.

Sólo si la persona no puede ser “expulsada”, el Ministerio del Interior estudiaría su solicitud.

Sigue siendo incierto si la política se aplicará. Esta semana, el Parlamento volverá a examinar el proyecto de ley sobre nacionalidad y fronteras, que intensificará las políticas de inmigración del gobierno conservador, que ya son de línea dura. Johnson ha admitido que espera que el plan se enfrente a desafíos legales.

Dado que la propuesta aún no es ley, Chelvan pidió a la Cámara de los Lores y a los jueces “que se aseguren de que nuestras obligaciones con la Convención sobre los Refugiados, en consonancia con nuestra orgullosa historia y tradición en el Reino Unido de proporcionar refugio a las personas refugiadas, no sean incumplidas por nuestros políticos quebrados”.

Fuente: Pink News

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El plan de Boris Johnson de trasladar a los solicitantes de asilo a Ruanda supondrá un grave peligro para las personas LGTBI refugiadas

Martes, 19 de abril de 2022
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E3D9878C-56EA-40CF-A758-E2C830C81299La ministra del Interior de Gran Bretaña, Priti Patel, ha tenido durante mucho tiempo un enfoque de línea dura hacia la inmigración. (PAUL ELLIS / POOL / AFP)

El gobierno tory quiere enviar a Ruanda a algunos solicitantes de asilo que llegan al Reino Unido en pequeñas embarcaciones desde el Canal, un plan calificado de “malvado” e “inviable”.

La ministra del Interior, Priti Patel, ha aterrizado en Ruanda para firmar el acuerdo, anunciado oficialmente por Boris Johnson el jueves (14 de abril).

“El ministro del Interior expondrá más detalles sobre la primera asociación mundial en materia de migración y desarrollo económico firmada por la ministra del Interior, Priti Patel, con Ruanda, una de las economías de más rápido crecimiento de África, reconocida en todo el mundo por su trayectoria en materia de acogida e integración de las personas migrantes”, dijo antes su oficina.

Aunque los detalles precisos del pacto todavía están surgiendo, los informes del jueves sugieren que los que lleguen a Gran Bretaña a través del Canal de la Mancha y otras rutas consideradas “ilegales” por el gobierno serán trasladados en avión a Ruanda para su procesamiento. No está claro si el gobierno ha obtenido garantías de bienestar para las personas, o si el campo estará bajo jurisdicción británica.

The Times informó de que las propuestas sólo se aplicarán a los solicitantes de asilo varones, a los que, al parecer, se animará a establecerse en Ruanda.

En un discurso pronunciado en un aeropuerto de Kent, Johnson dijo que cualquiera que sea sorprendido entrando ilegalmente en Gran Bretaña a partir del 1 de enero podrá ser reubicado en Ruanda.

“Debemos garantizar que la única vía de asilo en el Reino Unido sea segura y legal, y que quienes intenten saltarse la cola o abusar de nuestros sistemas no encuentren una vía automática para instalarse en nuestro país, sino que sean expulsados rápida y humanamente a un tercer país seguro o a su país de origen”, dijo.

Johnson dijo que el gobierno planeaba acabar con el “bárbaro comercio de la miseria humana” causado por los traficantes de personas en el Canal de la Mancha, algo que las personas refugiadas LGTBI advirtieron previamente a PinkNews que ocurrirá aún más si se reducen las normas de migración para ellas.

Dijo que el plan de deslocalización no se llevará a cabo de la noche a la mañana, mientras que el gobierno ruandés afirmó que Gran Bretaña pagará a Ruanda millones para financiar “oportunidades” para las personas migrantes, como educación, clases de idiomas y formación profesional.

Gran Bretaña “no puede mantener un sistema ilegal paralelo. Nuestra compasión puede ser infinita, pero nuestra capacidad de ayudar a la gente no lo es”.

Los partidos de la oposición y los grupos de derechos advirtieron que la adopción por parte de Gran Bretaña de un enfoque de “deslocalización” de la solicitud de asilo es “inviable y poco ético”.

Entre los más duros críticos se encuentra Rainbow Migration, que presta apoyo a los solicitantes de asilo LGTBI.

La directora de políticas, Sonia Lenegan, declaró a PinkNews que los “malvados” planes perjudicarán aún más a las personas LGTBI que buscan refugio en países que ven su existencia como ilegal. “Ruanda no es un buen lugar para las personas LGTBI”, dijo.

Los funcionarios del Ministerio del Interior ya utilizan métodos “degradantes” y estereotipos anticuados a la hora de decidir si una persona LGTBI+ es quien dice ser, dijo Lenegan.

“No hay forma de que el gobierno británico pueda confirmar que no enviará a personas LGTBI a Ruanda, porque sabemos que la gente no se cree habitualmente y que el Ministerio del Interior cuestiona la orientación sexual de las personas en muchos casos”, añadió.

“No hay forma de que el gobierno pueda asegurar que no va a enviar a personas LGTBI allí. “¿Cómo van a filtrar a la gente si ahora ni siquiera les creen? No hay salvaguardias que sean suficientes. No es seguro para las personas LGTBI, no es seguro para nadie”.

Un acuerdo similar entre Ruanda e Israel supuso la deportación de unas 4.000 personas a Ruanda y Uganda entre 2014 y 2017, para que casi todas huyeran inmediatamente a Europa, dijo Lenegan.

Añadió: “Cuando Australia trasladó a personas a la isla de Manus, donde está penalizado ser gay, se les dijo [a los solicitantes de asilo] en la inducción que no fueran abiertos”. Espera que ocurra lo mismo con las personas LGTBI enviadas a Ruanda.

Yvette Cooper, secretaria de Interior en la sombra del Partido Laborista, dijo que el acuerdo es un “intento de distraer” del “incumplimiento de la ley” por parte del gobierno, en referencia a que Johnson aceptó una multa por infringir las normas de encierro.

El líder del SNP en Westminster, Ian Blackford, declaró al programa Today de Radio 4 de la BBC: “Esto no es la marca de una sociedad civilizada. Es una maldad”.

Ruanda es uno de los pocos países africanos en los que, técnicamente, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo no son ilegales; sin embargo, la homofobia está muy arraigada y las personas “presuntamente LGTBI son detenidas a menudo en virtud de las leyes de moralidad pública.

La ciudadanía tiene un derecho general a no ser discriminada, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores reconoce que “no hay leyes específicas contra la discriminación que protejan a las personas LGTBI” en Ruanda. El Matrimonio Igualitario y la adopción, así como el reconocimiento del género de las personas trans, siguen sin estar regulados.

Nueve de cada diez ciudadanos consideran que el país no es un “buen lugar para los homosexuales”, según una encuesta de Gallup de 2013. Los ruandeses LGTBI han afirmado que son despedidos, desahuciados y separados de sus seres queridos de forma rutinaria si salen del armario.

Johnson anunció la política en Kent, donde miles de solicitantes de asilo han buscado refugio tras realizar peligrosas travesías por el Canal de la Mancha.

“Acepto que estas personas -sean 600 o mil- buscan una vida mejor; las oportunidades que ofrece el Reino Unido y la esperanza de un nuevo comienzo”, dijo.

“Pero son estas esperanzas -estos sueños- los que han sido explotados. Estos viles traficantes de personas están abusando de los vulnerables y convirtiendo el Canal en un cementerio acuático, con hombres, mujeres y niños ahogándose en embarcaciones no aptas para la navegación y asfixiándose en camiones refrigerados.”

La esperada colaboración con Ruanda se inscribe en el marco de los tenaces esfuerzos de los tories por endurecer las fronteras británicas –aunque las solicitudes de asilo se han desplomado en los últimos años- con su controvertido proyecto de ley de Nacionalidad y Fronteras.

El proyecto de ley de Nacionalidad y Fronteras, presentado por Patel, incluye propuestas para penalizar la entrada ilegal en Gran Bretaña, por ejemplo, en barco. La Cámara de los Lores ha votado en contra de muchas de sus medidas de línea dura, ya que se bate de un lado a otro entre las cámaras.

Aunque el traslado de las personas migrantes a Ruanda no formaba parte específicamente de la legislación, los ministros propusieron en julio trasladar a los solicitantes de asilo a un centro de procesamiento en alta mar. The Times afirmó que las personas migrantes podrían ser enviadas a Ghana y Ruanda.

El proyecto de ley volverá a la Cámara de los Comunes el próximo miércoles (20 de abril) para que los diputados consideren las nuevas enmiendas votadas por los Lores.

Las personas LGTBI que solicitan asilo en Gran Bretaña ya se enfrentan a obstáculos desproporcionadamente altos, pero el proyecto de ley de Nacionalidad y Fronteras no hará más que empeorar las cosas, según declararon anteriormente los refugiados a PinkNews.

Actualmente, el Ministerio del Interior rechaza cuatro de cada cinco solicitudes presentadas por motivos de sexualidad o identidad de género, una cifra que se ha disparado en los últimos años.

El Consejo de Refugiados, grupo británico que apoya a los refugiados y solicitantes de asilo, instó al gobierno a elegir la “compasión”.

“El gobierno está eligiendo el control y el castigo por encima de la compasión, a pesar de que sus propios datos muestran que dos tercios de los hombres, mujeres y niños que llegan en pequeñas embarcaciones proceden de países donde la guerra y la persecución les han obligado a abandonar sus hogares”, declaró el director ejecutivo Enver Solomon a The Guardian.

El Parlamento danés aprobó en septiembre una ley que permite a la nación reubicar a los solicitantes de asilo fuera de la Unión Europea, una medida condenada por la Unión Africana como “transferencia de responsabilidad y carga”.

Ahora parece que Gran Bretaña espera hacer lo mismo.

PinkNews se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior para obtener comentarios.

Por favor, done lo que pueda a la campaña de Bienvenida a los Refugiados LGBTQ+ visitando nuestra página  GoFundMe.

Fuente: PinkNews,

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El Papa Francisco da la bienvenida a las personas LGBTQ. Pero, ¿qué pasa con los obispos que él nombra y que no aceptan?

Viernes, 4 de febrero de 2022
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1639672206298Monseñor José Ignacio Munilla con el Papa Francisco

La Fiscalía de Tenerife investigará a Bernardo Álvarez por un delito de odio a los homosexuales

A pesar del estilo más acogedor del Papa Francisco hacia las personas LGBTQ, ha nombrado obispos a varios eclesiásticos LGBTQ negativos. En al menos dos casos, estos obispos problemáticos han atraído críticas públicas recientemente.

En España, los residentes de la ciudad de Orihuela están pidiendo a su alcalde que cancele una ceremonia histórica utilizada para dar la bienvenida a los nuevos obispos cuando el obispo José Ignacio Munilla asuma el cargo el próximo mes.

El obispo entrante de la Diócesis de Orihuela-Alicante, que es una figura mediática de alto perfil, ha admitido estar involucrado personalmente en los esfuerzos de terapia de conversión con al menos tres personas. En 2010, mientras dirigía la Diócesis de San Sebastián, dijo que ser gay es un “trastorno”, sugiriendo que la homosexualidad se debe a un trauma infantil o al uso de pornografía.

Información informó además que comentó sobre el tema de los padres LGBTQ que adoptan niños diciendo que “los experimentos se hacen con refrescos, no con niños”. También ha dicho que el feminismo es un “suicidio” para la dignidad de la mujer, ha caracterizado la masturbación como una forma de violencia, entre otras declaraciones extremas.

Debido a estos comentarios, los residentes de la ciudad se oponen a que el obispo entrante sea honrado en una ceremonia que se lleva a cabo durante cientos de años. Una petición de Change.org dice, en parte:

“Las teorías homofóbicas y antifeministas [de Munilla] no se corresponden con la realidad de España, ni con la realidad de Orihuela, donde la religión, los derechos LGTB+ y la dignidad conviven en una sociedad cambiante y respetuosa entre todos sus conciudadanos.

“Por ello, como ciudadanos, queremos pedir al alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana Galiano, que cancele el acto de bienvenida del nuevo obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, siempre que éste, públicamente, no se retracte de sus palabras. o mostrar su respeto por aquellos ciudadanos (y creyentes) que hayan podido sentirse ofendidos por su orientación sexual.

“Un acto con honores y de esta tradición, no debe teñirse de radicalismo y falta de respeto. Este hombre no es digno de Orihuela. Y nosotros, como ciudadanos de Orihuela, no asistiremos a este evento”.

Bishop-SsemogererePaul Ssemogerere

En otro nombramiento, el Papa nombró al obispo Paul Ssemogerere como nuevo arzobispo de Kampala, Uganda, donde se había desempeñado como administrador apostólico desde principios de 2021. El grupo de derechos humanos 76 Crimes informó parte del historial de Ssemogerere:

“Como destacado líder de la Iglesia, Ssemwogerere hizo campaña en 2016 contra un programa de educación sexual propuesto que se iba a introducir en las escuelas de Uganda, alegando que el programa promovía la homosexualidad, que según él era contrario a la naturaleza y a las enseñanzas de la Iglesia.

“Los donantes traen dinero, ahora ese programa que trajeron está enseñando a nuestros niños la homosexualidad. Ahora está en 100 escuelas. Por favor padres; es su responsabilidad enseñar correctamente a los niños la educación sexual”, se le cita diciendo en el Uganda Observer”.

Las críticas a Ssemwogerere también provienen de Kikonyogo Kivumbi, director ejecutivo de la Asociación de Prensa de Salud y Ciencia de Uganda, quien escribe sobre el impacto negativo que tiene tener figuras anti-gay como el nuevo arzobispo en el poder:

“La Iglesia Católica en Uganda es una institución importante en el bienestar de la gente, con muchos servicios de salud, educación y otros servicios vitales bajo la iglesia. Algunos activistas LGBT temen que los servicios basados en la fe que discriminan a las personas queer puedan ponerlos en mayor riesgo de problemas de salud”.

¿Qué deben hacer los católicos LGBTQ y sus aliados con esta disonancia entre el propio estilo del Papa y sus nombramientos episcopales?

Primero, establecer expectativas siempre es útil en las discusiones católicas: estamos tratando con un ser humano encargado del cuidado de 1.340 millones de personas. El Papa Francisco no puede involucrarse personalmente en el nombramiento de cada obispo, de los cuales hay más de 5.000 en todo el mundo. Las culturas tardan años en cambiar, e incluso con el tiempo que ha tenido Francisco, la Curia se resiste fuertemente en algunos lugares. Se harán malas citas. Incluso con el mejor Papa, bajo el esquema actual, esta realidad es inevitable. Y a pesar de algunas malas decisiones, el Papa Francisco ha hecho muchos nombramientos de eclesiásticos con antecedentes LGBTQ positivos.

Pero en segundo lugar, y lo que es más importante, estos dos incidentes en España y Uganda muestran por qué los católicos y los defensores LGBTQ deben involucrarse localmente con los líderes de sus iglesias. Necesitamos ser conscientes de quién está siendo designado, cuál es su historial y dónde pueden surgir desafíos, o nuevas oportunidades para el diálogo, que requieran acción de nuestra parte. Depende del Pueblo de Dios, no solo del Papa Francisco, garantizar que nuestros pastores brinden la atención que merecemos.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 26 de enero de 2022

Fuente New Ways Ministry

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Detenciones arbitrarias contra comunidad LGTBI en Uganda y un proyecto de ley para endurecer la represión

Sábado, 16 de octubre de 2021
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Bandera-de-UgandaContinúa la represión policial contra la comunidad LGTBI en Uganda, aunque finalmente las sentencias liberen sin cargos a los detenidos, algunos de los cuales incluso deben ser indemnizados por conculcarse sus derechos constitucionales. En dos ocasiones, la policía detuvo a sendos grupos de jóvenes en refugios para personas LGTBI tras presentarse denuncias por llevar a cabo actos homosexuales o celebrar una «boda gay». Sin embargo, los cargos finalmente presentados en ambos casos fueron los de «propagación negligente de enfermedades» por violar la normativa impuesta en la lucha contra la COVID-19, un subterfugio con el objetivo de conseguir un castigo en los tribunales ante la falta de pruebas para los delitos que perseguían. Mientras tanto, el Parlamento aprobó en primera lectura el Proyecto de Ley de Delitos Sexuales, que agrava las penas para las personas que mantengan relaciones con personas de su mismo sexo, incluyendo a las mujeres, y establece su inclusión permanente en un registro público de delincuentes sexuales. 

Uganda-denunciantes-torturasDemandantes por torturas en prisión

La primera de las redadas se produjo en la mañana del 29 de marzo de 2020, cuando la policía entró en un albergue para jóvenes LGTBI sin hogar en Kyengera, a las afueras de la capital Kampala y detuvo a los 23 jóvenes varones allí presentes. Según denuncia el Foro por la Concienciación y la Promoción de los Derechos Humanos (HRAPF), al menos dos de ellos fueron agredidos. Tras dejar en libertad a tres de los arrestados, los restantes veinte fueron puestos a disposición judicial y enviados a prisión provisional, acusados de desobediencia y de transmisión negligente de enfermedades, en aplicación de las normas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de COVID-19 prohíben las reuniones de más de cinco personas.

Sin embargo, la actuación policial partió de las denuncias de los vecinos del barrio, que acusaban a los jóvenes de llevar a cabo actos homosexuales, ofreciendo como prueba de su acusación el «amaneramiento anormal» de los refugiados. La policía sometió a los jóvenes detenidos al «paseo de la vergüenza», al conducirles a través del barrio, a la vista de todos, hasta la comisaría de Nkonkonjeru.

Finalmente, 19 de los detenidos fueron encarcelados, sin posibilidad de conseguir un abogado debido a las restricciones por la pandemia y, por lo tanto, sin poder solicitar la libertad bajo fianza. Así permanecieron durante 50 días, en condiciones infrahumanas. Según sus abogados, cuando finalmente pudieron visitarles en la prisión para encargarse de su defensa, entre los detenidos se dieron casos de desnutrición, disentería, malaria y tifus. Tampoco se proporcionó el tratamiento necesario a los prisioneros que conviven con el VIH, no por falta de medios, sino por el criterio de las autoridades de la prisión de no dar ningún medicamento a los prisioneros VIH positivos. Dadas estas circunstancias, algunos de los jóvenes detenidos han presentado una demanda por las torturas y el trato degradante de que fueron objeto durante su permanencia en prisión.

Uganda-detenidos-liberados-mayo-2020Liberación tras 50 días

Pasados esos 50 días, un juez dictaminó la puesta en libertad sin cargos de los 19 detenidos. Además, se estableció una indemnización para cada uno de ellos de 1341 dólares (1160 euros), por habérseles impedido su derecho a un abogado y a la solicitud de libertad bajo fianza. Según el magistrado, el derecho a un «juicio justo» no puede ser conculcado y debe garantizarse incluso en situaciones de emergencia como la pandemia de la COVID-19.

Una nueva redada en un refugio LGTBI con 42 detenidos

El 31 de mayo de este 2021 se produjo en la localidad de Nansana un hecho semejante. La policía irrumpió en el albergue para jóvenes LGTBI sin hogar Happy Family Youth Uganda Limited, alegando que estaba teniendo lugar en su interior la ceremonia de una «boda gay». Según el portavoz policial, permanecían en el local un total de 38 varones y 6 mujeres, los hombres estaban maquillados y se encontraron lo que parecían regalos y también preservativos sin usar.

Uganda-detenidos-31-mayo-2021Detenidos el 31 de mayo de 2021

Se procedió a la detención de 42 de los presentes y su traslado a la comisaría de Nansana. Según denuncia HRAPF, al menos 17 de ellos fueron sometidos allí a inspecciones anales sin su consentimiento, algo considerado como una forma de tortura.

Sin embargo, ante el tribunal los cargos presentados fueron, como en el caso anterior, por violar la normativa establecida para la lucha contra la COVID-19 en cuanto al número de personas reunidas y la falta de distancia social. En concreto, la acusación fue la de «llevar a cabo un acto negligente que pueda propagar una infección o enfermedad».

En esta ocasión, los detenidos contaron desde el primer momento con la presencia de los abogados de HRAPF, que solicitaron de inmediato la libertad bajo fianza. Al ser concedida, permanecieron en prisión tan solo unos pocos días. Según declaraciones de HRAPF, el trato por parte de las autoridades de la cárcel fue correcto, quizás por temor a una nueva demanda. Sin embargo, fueron maltratados por la policía durante su detención y también por otros prisioneros, particularmente por los que se consideran líderes.

Finalmente, el 23 de septiembre tuvo lugar la audiencia en el tribunal de Nansana, tras la que se dictó sentencia absolutoria, quedando los 42 acusados definitivamente en libertad sin cargos.

Nuevo Código Penal y registro público de condenados por homosexualidad

El pasado mes de mayo, el Parlamento de Uganda aprobó el Proyecto de Ley de Delitos Sexuales, que incluye entre los actos punibles las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

El Código Penal en vigor establece penas de prisión, que pueden llegar a la cadena perpetua, para aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El nuevo proyecto de ley especifica en su artículo 11 que los delitos punibles serán «la penetración del ano de otra persona con un órgano sexual o cualquier otro objeto» y «un acto sexual entre personas del mismo sexo». Esto supone la inclusión inequívoca de las mujeres dentro de este tipo de delitos y el fin de cualquier ambigüedad sobre el significado de «contra natura».

El texto aprobado también establece la creación de un registro permanente de delincuentes sexuales en el que se incluirán a todos los condenados por los delitos establecidos en el proyecto de ley. El registro será accesible para agencias de seguridad, compañías de seguros médicos, centros educativos, arrendadores, bancos y el público en general.

Yoweri-Museveni-presidente-UgandaYoweri Museveni,

Tras la aprobación por el Parlamento el proyecto de ley fue remitido al presidente Yoweri Museveni, para su promulgación. Sin embargo, en el mes de agosto Museveni decidió devolver el texto para su reconsideración. Según la vicepresidenta del Parlamento, Anita Among, el presidente había señalado que varios de los delitos incluidos en el proyecto de ley ya estaban sancionados por el Código Penal. Asimismo, Museveni apuntó que la Comisión de Reformas Legislativas había propuesto varias enmiendas al texto dirigidas a la Comisión de Asuntos Jurídicos y Parlamentarios que nunca fueron consideradas.

A la agrupación de colectivos de activistas LGTBI Sexual Minorities Uganda (SMUG) le preocupa que el proyecto de ley aumente el ambiente fuertemente homófobo en la sociedad ugandesa. Según SMUG, el artículo 11 vulnera los derechos y la protección de las minorías estipulados en la Constitución de la República de Uganda.

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda

La situación de las personas LGTBI en Uganda es muy complicada. Como señalábamos anteriormente, el artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. En 2017, el Orgullo LGTBI de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTBI ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario. El nuevo Proyecto de Ley de Delitos Sexuales de 2021, pendiente de revisión por el Parlamento, trata de recuperar muchos de los aspectos del frustrado en 2016.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTBI ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTBI a la ilegalidad.

Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

En 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Activista LGBT + de Uganda insta al mundo a hablar en contra del brutal régimen homofóbico: “El mal prospera cuando la gente buena se calla”

Martes, 18 de mayo de 2021
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MALTA COMMONWEALTH MEETINGEl presidente de Uganda, Yoweri Museveni.

La comunidad LGBT + de Uganda se encuentra entre las más perseguidas del mundo. Un nuevo grupo de defensa, Pride Uganda, está luchando por el cambio.

En enero de 2021, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, declaró que los homosexuales son “desviados”, al tiempo que niega la simple verdad de su realidad. “No los matan”, afirmó, “no son arengados, no son perseguidos”.

Museveni habló en medio de la peor violencia política que Uganda ha visto en décadas, en el período previo a una elección presidencial en la que él y otros aprovecharon la homofobia para ganar votos. En una manifestación, Museveni afirmó que grupos LGBT + extranjeros habían financiado protestas (en realidad por el arresto de su rival) que terminaron en violencia policial y la muerte de 50 personas.

Contrariamente a las afirmaciones de Museveni, las personas LGBT + son el objetivo habitual de la policía, la represión del gobierno y un poder judicial corrupto, dice el grupo de defensa Pride Uganda, recientemente lanzado.

Este mes, el parlamento de Uganda aprobó un proyecto de ley que criminaliza aún más las relaciones entre personas del mismo sexo con la amenaza de la cárcel (el código penal de Uganda ya prohibía el sexo gay). Se ha descrito como una reintroducción por la puerta trasera de un proyecto de ley contra la homosexualidad promulgado en 2014, conocido como el “proyecto de ley Kill the Gays” debido a la pena de muerte que conllevaba. Afortunadamente, los tribunales anularon el proyecto de ley, pero la amenaza ha persistido.

La situación es desoladora, pero la comunidad continúa luchando por sobrevivir, y Pride Uganda está trabajando para apoyar a los activistas que están en el terreno protegiendo vidas LGBT +, educando a las comunidades y abogando por el cambio.

Uno de esos activistas, que debe permanecer en el anonimato por temor a la persecución, explicó a PinkNews cómo su grupo está enseñando a otros a “luchar por sus derechos” y “tener confianza” a pesar de todo. “Muchos de ellos no saben cómo desenvolverse en la vida”, dijo, y señaló que a las personas queer se les niega habitualmente el acceso a servicios básicos como la educación. Una de las cosas que hacemos es acercarnos a ellos, empoderarlos y recordarles que como individuo, como ser humano, usted tiene derecho a vivir”.

En términos prácticos, esto significa que las personas LGBT + en Uganda reciben orientación y acceso a asesoría legal. Aquellos que necesitan apoyo económico también reciben asesoramiento empresarial y se les ayuda en el camino para establecer sus propias pequeñas empresas, lo que no es poca cosa en medio de la pandemia.

Es un trabajo “arriesgado”, dice, “pero alguien tiene que hacerlo. La gente ha perdido la vida, la gente está perdiendo la vida ”. En este momento las cosas se sienten como si se “estuvieran saliendo de control”, dijo la activista. Las olas de violencia se sienten “estacionales”, explicó, y agregó: “Hay períodos en los que se vuelve tan intenso … todos los días dejas tu casa y no estás seguro de si vas a regresar”.

Hay informes regulares de redadas contra personas LGBT + en Uganda, incluida una en 2019 que vio a 16 arrestados bajo sospecha de sexo gay, y otra en 2020 en la que las autoridades se abalanzaron sobre un refugio para personas sin hogar, arrestando y torturando a 20 jóvenes homosexuales bajo el disfraz de COVID. Cargos relacionados. Entre los destinos más temidos está el acabar en la parte trasera de un “drone”, una furgoneta sin matrícula y vidrios polarizados, conducida por agentes armados que “te sacan y desaparece”.

slack-imgsEn una redada de 2020, los oficiales azotaron a hombres ugandeses antes de encadenarlos y caminar hasta la estación de policía. (Captura de pantalla a través de YouTube)

El odio viene “de todos los ángulos”, agregó la activista. “No sabes quién es quién. Tienes que ser muy cauteloso “.

Él y otros que realizan este importante trabajo deben tener cuidado de no llamar la atención, pero están dispuestos a compartir sus historias para llamar la atención sobre la situación. “Cuanto más sepamos a la gente sobre la situación en el terreno, tal vez las cosas cambien”, dijo. “La comunidad LGBT tendrá acceso a ayuda, serán bienvenidos, el sistema cambiará, la policía cambiará”.

Para que esto suceda alguna vez, es crucial que las personas y las naciones de todo el mundo hablen, dijo. “Hay un dicho, el mal prospera cuando la gente buena se calla”.

La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda

La homosexualidad ya es ilegal en Uganda. La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.

En abril del pasado año, tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorcaba junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia). Otro refugiado contaba: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”. Quedaba demostrado que el colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo…

En 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Pink News/Cristianos Gays

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Covid-19 agravó riesgos y violencias hacia defensores y defensoras de derechos humanos

Jueves, 18 de febrero de 2021
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informeFrontLine07-819x1024Ilustraciones: Patricio Oliver

Un informe de Front Line Defenders, organización que brinda protección a personas en riesgo, muestra las violencias que defensoras y defensores LGBTI+ y trabajadoras sexuales resistieron en pandemia. “Derechos de las personas LGBTIQ+ y de las trabajadoras sexuales: defensores y defensoras en riesgo durante la COVID-19” también documenta las redes y acompañamientos que pusieron en marcha en medio de la crisis mundial por Covid-19.

Durante la presentación de la versión del informe en español de Front Line Defenders, que se realizó hoy en un encuentro que se transmitió por las redes sociales, Bárbara Delgado, presidenta de la Asociación Trans Panameña; Leida Portal, coordinadora de la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad de Perú; Ana Karen López Quintana, presidenta de Tamaulipas Diversidad Vihda Trans de México y Georgina Orellano, secretaria general del Sindicato de Trabajadoras Sexuales (AMMAR) de Argentina coincidieron: las violencias que ya experimentaban se agudizaron en pandemia. Y se hicieron aún más evidentes las urgencias, sobre todo de trabajadorxs sexuales, personas LGBTI+ y de las personas que defienden los derechos humanos de estas comunidades. En el encuentro moderado por Alma Magaña de Fondo Semillas, destacaron la importancia de la colectividad para hacer frente a esta crisis.

Nos enfrentamos a la discriminación, estigma, violencia y si tenemos COVID la discriminación es más fuerte. La población LGBT+ es la más vulnerable, marginada y discriminada, dijo Ana Karen López Quintana (Tamaulipas, México) en la presentación

“Estamos expuestas a violencia permanente por denunciar a la policía y acompañar a las compañeras”, agregó Georgina Orellano, desde Buenos Aires, donde tiene sede AMMAR.

“En el Perú las compañeras sufren violencias y están pasando hambre durante la pandemia. Los tratamientos retrovirales están escasos y niegan los medicamentos, advirtió Leida Portal, representante de la organización Miluska Vida y Dignidad y fundadora de la Red PLAPLERTS.

Ana Karen añadió que “el gobierno se enfocó en el COVID-19 y luego se olvidó de personas con diabetes, cáncer. Vamos a las casas, hacemos apoyo domiciliario. Las personas trans de tercera edad se ven aún más discriminadas.

Las voces de estas activistas y defensoras de ddhh forman parte a la investigación de Front Line Defenders, que se realizó a través de entrevistas a distancia a más de 50 defensoras y defensores en Argentina, México, Perú, Ecuador, Tanzania, Uganda, Hungría, El Salvador, Malaui, Zimbabue, Suazilandia, Sri Lanka e Indonesia, entre abril y agosto de 2020.

Conclusiones principales

Entre sus conclusiones da cuenta del aumento en la inestabilidad económica y habitacional, de ataques físicos, acoso, difamaciones y agresiones sexuales ejercida por las fuerzas de seguridad contra las y los defensores de derechos humanos. También de los riesgos que enfrentaron a la infección y muerte por Covid-19. Además, documenta el trabajo que realizan defensoras y defensores LGBTI+  y trabajadorxs sexuales para acompañar y sostener a sus comunidades. Otro de sus aportes es que visibiliza las conexiones entre la salud pública, la justicia económica y la sexualidad como “indisolublemente ligadas a la seguridad de los/as defensores de derechos humanos”.

Algunas de las conclusiones del informe afirman:

  • Por ser visibles (como personas LGBTI+ o trabajadorxs sexuales) el riesgo de discriminación aumentó en pandemia.
  • La crisis por Covid-19 incrementó el número de personas LGBTI+ y trabajadoras sexuales sin techo. Provocó una demanda en refugios donde también fueron víctimas de redadas; arrestos; violencia policial; ataques de la sociedad y agresiones sexuales.
  • Disminuyeron los recursos para proporcionar alimentos y refugio a sus comunidades.
  • El cierre de clínicas de salud gestionadas por la comunidad empeoró el acceso a la salud, medicación, y seguimientos y prevención de enfermedades.
  • El cierre de fronteras y clínicas ocasionó que personas trans no accedieran de manera segura a su tratamiento de reeemplazo hormonal o tuvieran que suspenderlo.
  • Defensoras y defensores experimentaron agotamiento físico y psicológico, sentimiento de insuficiencia, culpa y fracaso.
  • Fueron blanco de campañas de difamación y sufrieron ataques físicos violentos tras discursos de odio que responsabilizaron a DDH, personas LGBT y trabajadorxs sexuales como responsables de la propagación de la covid-19.
  • DDH dieron respuesta a llamadas de emergencia de sus comunidades, tuvieron que trabajar en las calles y enfrentarse al acoso, discriminación y criminalización por su labor.
  • Lxs DDH trans estuvieron en riesgo por la violencia policial y acoso en los países donde se implementaron restricciones de movilidad por género. Estas medidas fueron implementadas en Perú, Colombia y Panamá.

 

Fuente Agencia Presentes

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“Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”: El colectivo LGTB+ en Uganda sufre un aislamiento continuo

Miércoles, 25 de noviembre de 2020
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no-hay-donde-ir-los-jovenes-lgbt-ugandeses-salieron-durante-el-encierro“Ningún lugar adonde ir”: los jóvenes LGBT + ugandeses “denunciados” durante el confinamiento

Un estudiante cuenta cómo él y otros fueron arrestados por cargos relacionados con Covid, humillados públicamente y sin un lugar donde quedarse.

Raj Juuko: “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona”

En la foto tomada el jueves 11 de junio de 2020, el refugiado gay ugandés Martin Okello muestra las cicatrices que sufrió en un ataque en mayo, afuera de la casa que comparte con otros refugiados LGBT en Nairobi, Kenia. Su vida en Uganda se hizo añicos en 2014 cuando un trabajador sexual masculino trató de extorsionarlo por $ 10 y lo declaró gay. Okello fue despedido de la estación de radio cristiana donde trabajaba y sus padres católicos lo echaron de su casa. (Foto AP / Brian Inganga) Fotografía: Brian Inganga / AP

Cuando le preguntas a Ronald Ssenyonga, un ugandés de 21 años, que te cuente sobre su arresto, él pregunta: “¿Cuál?” Como muchas personas homosexuales que luchan por sobrevivir en un país que ha utilizado el Covid-19 como excusa para reprimir los derechos humanos, Ssenyonga está acostumbrado a arrestos y redadas.

Incluso antes de la pandemia, Uganda fue catalogada como el peor lugar para ser gay después de que su parlamento propusiera la pena de muerte para algunos actos homosexuales. La corte constitucional anuló la ley en 2014, pero las agencias de seguridad continúan acosando a los homosexuales, confiando en la información de los vigilantes comunitarios para atacarlos y sacarlos de lugares que creían seguros.

Ssenyonga acaba de regresar de su segundo período en prisión en tres meses. Él y su vecino, Tevin Haris Kifuba, fueron acusados de robar una televisión. Un malentendido, dicen, en comparación con el caso instigado por el estado que pesa sobre sus cabezas: se encuentran entre las 20 personas acusadas de llevar a cabo “actos negligentes que pueden propagar la infección” después de que las agencias de seguridad allanaron su albergue.

Todo comenzó un domingo por la mañana en el refugio administrado por una organización sin fines de lucro, Children of the Sun, dice Ssenyonga, mientras se sienta en su litera en una habitación pequeña. Se retuerce las manos, todavía mojadas y pálidas de lavar la ropa que acaba de colgar en el tendedero. Ha lavado toda la suciedad de la prisión. Pero los recuerdos no se borran tan fácilmente.

La primera señal de peligro, dice, fue ver botas verdes a través de un hueco debajo de la puerta. Algunas personas todavía estaban en la cama en el refugio, que les ha dado un hogar a los homosexuales de Uganda durante el cierre. Algunos estaban en la veranda lavándose la cara con agua salpicada de vasos de plástico de colores. Otros tenían sus cepillos de dientes en las manos mientras los hombres con botas verdes abrían la puerta de una patada. Todos empezaron a correr. Pero no había ningún lugar adonde ir. La policía los reunió a todos y les ordenó que se sentaran y se enfrentaran a los periodistas que habían sido llevados en la redada.

Nos ataron como esclavos y nos hicieron marchar por un centro comercial lleno de gente homofóbica. Ronald Ssenyonga. “Después de la ‘sesión de fotos’, nos ataron como esclavos y nos hicieron marchar por un centro comercial lleno de gente homofóbica. Algunas personas nos abofetearon. Otros nos golpean con piedras o lo que encuentran. Nos gritaron y nos condenaron ”.

Un video de la redada se difundió en las redes sociales. En él, Haji Abdul Kiyimba, alcalde del ayuntamiento donde se encuentra el refugio, exige que los jóvenes le digan los números de teléfono de sus padres mientras los azotan.

Luego, los hombres fueron llevados a prisión donde, según dicen, pasaron un mes siendo objeto de burlas y torturas. Se les impidió ver a sus abogados, una acción que los tribunales de Uganda dictaminaron que constituía una violación de su derecho a una audiencia imparcial. Su proveedor de asistencia legal, el Foro de Promoción y Concienciación de los Derechos Humanos, también demandó al gobierno por las torturas que los hombres dicen que sufrieron mientras estaban en prisión.

“Ellos pensaban que no éramos nadie y no teníamos a nadie de nuestro lado. Nos quemaron con leña y nos obligaron a confesar que somos homosexuales. Usaron palos de tamaño anormal y barras de hierro [para golpearnos], y pusieron a otros prisioneros en nuestra contra ”, dice Ssenyonga. En el momento de su arresto, estaba esperando sus resultados de nivel A y con ganas de ir a la universidad. “Pero después de que mostraron mi cara en el video, todos saben que soy gay. Estoy demasiado avergonzado para mostrar mi cara en la escuela. Así que no sé qué me depara el futuro cuando ni siquiera puedo salir a recoger mis resultados ”.

Kifuba solía editar videos en una pequeña tienda de medios. Cuando salió de la cárcel, escuchó que su jefe “movilizó a la gente para impulsar el video”. No pudo regresar a su trabajo ni a la casa de sus padres. “Tuve que aceptar que era gay porque es quien soy. Rompió el corazón de mi madre. El pueblo escupía fuego. Antes, al menos podía volver a casa. Pero tuve que dejar el pueblo y ahora no tengo adónde ir “.

Severus Hama-Owamparo es director ejecutivo de la Taala Foundation (Fundación Taala), que ha estado brindando apoyo de salud mental a las personas detenidas. La fundación  Children of the Sun Foundation están proporcionando comida, dinero de alquiler y otros elementos básicos durante seis meses a personas como Kifuba y Ssenyonga que no pueden volver a sus vidas después de ser arrestadas y expuestas. “Cuando el gobierno impuso las reglas de encierro, no pensó en personas que no tienen hogar. Se esperaba que todos regresaran a un hogar lleno de amor, y las personas que no pueden ser castigadas ”, dijo Owamparo.

Human Rights Watch dice que Uganda está usando la cobertura del coronavirus para marginar y atacar a las personas homosexuales. “En la raíz de las detenciones está la homofobia”.

Raj Juuko, uno de los ayudados por Children of the Sun y Taala para alquilar una casa, dice que es posible que no siempre tenga dinero para comida u otras necesidades, pero se siente aliviado de no tener que volver a casa. “Cuando eres gay en Uganda, no se te considera una persona. Cuando ocurre Covid-19 y su video se filtra, debe saber que está solo “.

Antes de la redada, Juuko era mesero en una importante cadena de restaurantes. “Después de regresar de la cárcel, mi jefe me dijo: ‘Somos musulmanes y no podemos tolerar a los homosexuales’. Antes del Covid-19, podía pagar el alquiler y cuidarme. Luego tuve que volver a cero, así como así “.

El compañero de casa de Juuko, Oketch Edward, dice que su mayor preocupación es que el alquiler solo dure hasta enero. Después de eso, no tendrán adónde ir.

La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda

La homosexualidad ya es ilegal en Uganda. La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.

Hace unos meses, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente The Guardian/Cristianos Gays

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Tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorca junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia)

Viernes, 17 de abril de 2020
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92873426_217794309504482_3977300622750777344_n_censored-e1586882134947-2Mweru Aneste, un orgulloso hombre y padre gay, fue encontrado muerto fuera de las oficinas de las Naciones Unidas en Nairobi, Kenia. (Facebook)

Terrible noticia que nos llega de Kenia. El cuerpo sin vida de Aneste Mweru, un joven gay de 25 años procedente de Uganda, ha aparecido junto a las oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Nairobi. Todo indica a que Mweru se ahorcó tras ser agredido por guardias de seguridad y policías al intentar acceder a la sede de la organización, que estaba cerrada, el pasado lunes de Pascua. El joven había huido de su país de origen en 2017 por la creciente hostilidad LGTBfoba y tenía el estatus de refugiado en Kenia desde hace un año. Su situación era cada vez más desesperada por los recortes en la ya reducida ayuda económica que recibía y por la perspectiva de acabar en un campo de refugiados.

El triste suceso ocurrió el pasado lunes. Según activistas que ayudan a los refugiados, Aneste Mweru, de 25 años, intentó acceder a las oficinas de ACNUR de la capital keniana a pesar de que era festivo. La policía y los agentes de seguridad privada se enfrentaron a él y lo rechazaron violentamente. El joven decidió quitarse la vida ahorcándose con una bufanda en un árbol cercano al lugar.

Aneste Mwiru fue una de más de doscientos solicitantes de asilo LGBT + que se trasladaron del campamento de refugiados de Kakuma a la ciudad capital en 2019, dijeron activistas a PinkNews.  Como muchas otras personas LGTBI, Mweru había huido de Uganda en 2017 para escapar de la creciente hostilidad social y gubernamental contra la comunidad. En marzo de 2019, las autoridades kenianas lo reconocieron finalmente como refugiado. Recientemente su situación se había vuelto cada vez más desesperada por los recortes en las ayudas a los demandantes de asilo y por la política del Gobierno de Kenia de concentrar a los refugiados en campos como el de Kakuma, en el norte del país. Las condiciones de vida de las personas LGTBI en estas instalaciones, donde están de nuevo expuestas a la hostilidad y a la violencia, son especialmente duras.

kakuma-pride-gofundme-imageAneste Mwiru celebrando el orgullo LGBT en el campo de refugiados de Kakuma,

Pero después de luchar para obtener la asistencia financiera vital que necesitaba para mantener a su hijo en febrero, sin hogar y hambriento, comenzó a acampar fuera de las oficinas de la UNCHR en Westlands.

Poco después de ser encontrado muerto en un presunto suicidio, aturdir a la comunidad local y capturar lo que los activistas dicen que es el patetismo de esos ugandeses queer que arriesgan todo para huir de la persecución. Al acercarse a la oficina para pedir comida, los guardias le informaron que la oficina estaba cerrada hasta el martes.

Según los informes, Mbazira Moses, fundador de Refugee Flag Kenya, un grupo de presión de los derechos LGBT +, dijo que los guardias supuestamente “lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Cuando recuperó la conciencia nuevamente, les dijo a los agentes de seguridad que preferiría morir allí donde se le conoce, que no sea en otro lugar”. Los guardias le dijeron a los refugiados homosexuales que murieran “si quería escapar de [sus] problemas“, afirma activistaLos guardias privados le dijeron entonces al joven de 28 años que se suicidara “si quería escapar de los problemas”, afirmó Moses.

Mwiru sufrió abrasiones en sus tobillos y brazos alrededor del momento de su muerte. Su cuerpo fue encontrado alrededor de las 10 a.m. por los transeúntes, muchos de los cuales son un salvavidas para los refugiados que viven en las calles y que dependen de los folletos de los lugareños.

Compañeros migrantes acamparon debajo de una pasarela cercana que se burló de las oficinas de seguridad privadas y armadas que patrullan las oficinas de ACNUR, culpándolos por la muerte de su amigo cuando las autoridades transfirieron el cuerpo de Mwiru.

La biografía de Mwiru era una incesante serie de abuso homofóbico y de devoción a su hijo.

Moisés fue “golpeado y herido” habitualmente durante su estancia en Kakuma, dijo Moses, convirtiéndolo en una de las muchas víctimas de un espectro de violencia lanzado en la comunidad LGBT + vulnerable del campo por ciudadanos locales homofóbicos que “nunca los quisieron allí“.

82982511_123113419199879_4304758073383190528_o-e1586882321891-1Mwiru era, según funcionarios de las Naciones Unidas, un ciudadano ugandés reconocido como refugiado por el gobierno de Kenia. Pero el movimiento del ACNUR para retirar los estipendios mensuales para los refugiados que viven en áreas urbanas sumió su vida en incertidumbre. Tales recortes se hicieron como parte de la política del gobierno, informaron 76 crímenes. “Si quisieran confirmar cuán desesperadas están las personas, que Mwiru sea más que suficiente”.

El socio de Mwiru, Nathan Shimwe del Congo, dijo que estaba sufriendo una depresión después de perder su trabajo a medida que la pandemia de coronavirus comienza a apoderarse del país sin litoral. “Habíamos alertado constantemente al ACNUR sobre los peligros y la desesperación a los que estaban sometidos los antiguos refugiados de Kakuma al retirar la asistencia financiera que se les daba”, dijo Moses. “Fueron traídos de allí y ahora abandonados sin ningún programa de lo que pueden hacer para obtener al menos comida y alojamiento. Las frustraciones entre todos los restantes que no reciben asistencia son tan graves como lo confirma el suicidio de Mwiru. Si quisieran confirmar cuán desesperadas están las personas, que Mwiru sea más que suficiente.

El UNHCR confirmó en un comunicado emitido el lunes que la agencia sigue de cerca las investigaciones policiales del incidente. “Nosotros, en ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, estamos profundamente conmocionados y entristecidos por la trágica muerte y el aparente suicidio de un refugiado hoy en Nairobi. Nuestros pensamientos y condolencias están con su familia y amigos. La declaración continuó: “El ACNUR está preocupado por los crecientes desafíos que enfrentan los refugiados y solicitantes de asilo, así como las comunidades que los acogen, para satisfacer sus necesidades básicas en el difícil contexto actual. ¿Cuántos ugandeses quieres morir antes de empezar a escucharnos?”

Entre las muchas fotografías de Mwiru están las de él sonriendo con amigos. Otros lo muestran sosteniendo a su hijo en alto, con los ojos brillantes de orgullo. Sin embargo, para muchos de los seres queridos de Mwiru, las fotografías de su cuerpo serán la forma en que la gente lo recuerde. Las imágenes gráficas de la muerte de Mwiru rebotaron en las redes sociales el lunes, impulsando la atención pública a las historias personales de refugiados individuales, tan a menudo oscurecidas por el ruido de, a veces, los cáusticos debates sobre la migración en Kenia.

Para Doreen Andrewz, subdirector de la Iniciativa de Trans refugiados, el fallecimiento de Mwiru es un recordatorio conmovedor del peligroso viaje que enfrentan los migrantes para escapar de la grave homofobia de Uganda. “¿Cuántos ugandeses quieres que mueran antes de empezar a escucharnos”, dijo. “Estoy cansado de la muerte, esto no es lo que vinimos a buscar en este país. [Mwiru], perdónanos a todos ”.

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 La policía keniana investigará ahora las circunstancias de la muerte de Mweru. Por su parte, ACNUR ha hecho público un comunicado en el que lamenta lo ocurrido y pide respeto por la dignidad del fallecido y que se detenga la divulgación de las fotos de su cuerpo. El organismo de la ONU asegura que colaborará con las autoridades kenianas para esclarecer el suceso y para asistir al casi medio millón de refugiados que vive en el país.

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda y Kenia

Mweru había huido de una situación muy complicada para las personas LGTBI en Uganda. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos. El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.En noviembre, la policía  detenía a 127 personas y acusaba  a 75 después de una redada en un bar gay. Hace apenas unos días, veinte personas LGTBI eran arrestadas en el albergue en el que vivían, acusadas de vulnerar las normas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de coronavirus. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

Esta hostilidad constante lleva a muchas personas LGTBI a buscar refugio en la vecina Kenia, donde la situación es algo menos opresora, aunque sigue siendo difícil. En mayo del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia de ese país decidía mantener la criminalización de las relaciones homosexuales con hasta 14 años de cárcel. A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma, como en Uganda, una marcada homofobia social. La prensa ha contribuido en buena parte a alentarla: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Fuente Pink News/Dosmanzanas/Cristianos Gays

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La policía ugandesa arresta a veinte personas en una redada en un albergue para jóvenes LGTBI sin hogar

Miércoles, 8 de abril de 2020
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uganda-1758988_960_720Represión contra la comunidad LGTBI en Uganda. La policía de este país africano ha arrestado a 23 personas en una redada en un albergue para jóvenes LGTBI sin hogar en las afueras de Kampala, agrediendo al menos a dos de ellas. Tres de los detenidos fueron puestos en libertad, mientras que los otros veinte permanecen en prisión provisional a la espera de juicio. Están acusados de vulnerar las normas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de coronavirus, pero las autoridades tampoco descartan imputarles delitos de actos homosexuales, que están castigados con penas que pueden llegar a la cadena perpetua. Los activistas denuncian que la policía está aprovechando el miedo generado por la COVID-19 para recrudecer la persecución de la comunidad LGTBI.

Los hechos se producían en la mañana del pasado 29 de marzo. La policía hacía una redada en el albergue para jóvenes LGTBI sin hogar en Kyengera, a las afueras de la capital Kampala. 23 personas fueron detenidas y, según denuncia el Foro por la Concienciación y la Promoción de los Derechos Humanos (HRAPF), al menos dos de ellas fueron agredidas. Tras dejar en libertad a tres de los arrestados, los restantes veinte fueron puestos a disposición judicial y enviados a prisión provisional, acusados de desobediencia y de transmisión negligente de enfermedades. Las normas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de COVID-19 prohíben las reuniones de más de cinco personas.

Las autoridades no descartan ampliar los cargos a la comisión de actos homosexuales, que en Uganda están castigados con penas que pueden llegar a la cadena perpetua. Los activistas están convencidos de que la LGTBIfobia es la verdadera motivación de la operación, que se escuda en el miedo que provoca el coronavirus para intensificar la persecución de la comunidad LGTBI y usarla una vez más como cabeza de turco.

El director de Sexual Minorities Uganda, Frank Mugisha, explica que la policía acudió al albergue tras las denuncias motivadas por la LGTBIfobia de los vecinos y lamenta que la estancia en una prisión atestada, lejos de impedir la transmisión, aumenta el riesgo de contraer COVID-19 u otras enfermedades. Los detenidos están especialmente indefensos, porque las limitaciones impuestas al transporte les impiden ejercer su derecho a la asistencia de un abogado. La vista está fijada para el próximo 29 de abril.

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda

La homosexualidad ya es ilegal en Uganda. La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo. Y en noviembre, la policía detenía a 127 personas y acusaba a 75 después de una redada en un bar gay.

En 2017 el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

En octubre de 2019, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, la semana pasada, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto del año pasado, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Líder musulmán ugandés enfrenta cadena perpetua por casarse “accidentalmente” con un hombre

Martes, 21 de enero de 2020
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Screenshot-2020-01-16-at-15.34.55La pareja el día de su boda en el distrito de Kayunga en Uganda (Fred Muzaale / Daily Monitor)

Un imán ugandés enfrenta cadena perpetua después de casarse accidentalmente con un hombre, lo que demuestra cuán homofóbico es el país de África Oriental.

El jeque Mohammed Mutumba intercambió votos con su “novia”, Swabullah Nabukeera, en una ceremonia islámica. Conoció a Nabukeera en una mezquita y solo los vio usando un hijab o un gomesi, un vestido tradicional hasta el suelo de Uganda.

Según informes de noticias locales, la nueva esposa de Mutumba evitó consumar el matrimonio durante dos semanas al afirmar que estaba en su período.

La verdad solo se descubrió cuando uno de los vecinos de Mutumba acusó a Nabukeera de robar y llamó a la policía. Fueron arrestados y llevados a una estación de policía local, donde los oficiales se sorprendieron al descubrir que el sospechoso había apilado la ropa en un sujetador para “engañar” que eran senos.

“En una búsqueda adicional, descubrimos que el sospechoso tenía genitales masculinos. Rápidamente informamos a [su] esposo que la había acompañado a la estación de policía ”, dijo Isaac Mugera, oficial de investigaciones criminales del distrito de Kayunga.

El imán no podía creer las noticias y exigió ver los genitales de su esposa para “probar” por sí mismo. Más tarde se supo que Nabukeera era en realidad un hombre cis llamado Richard Tumushabe, que había engañado a Mutumba en un intento por obtener su dinero.

Tumushabe fue acusado de delito antinatural, suplantación, robo y obtención de bienes con falsas pretensiones: el último cargo se refiere a la dote de dos cabras, dos bolsas de azúcar, tres vestidos, un cartón de sal y un Corán.

Aunque Mutumba no cometió ningún delito, y en realidad buscó un consejo sobre la negativa de su esposa a consumar el matrimonio, lo llevaron a los tribunales y lo acusaron de tener “conocimiento carnal con una persona contra el orden de la naturaleza”. El cargo conlleva una posible pena de cadena perpetua.

Ahora está detenido en la prisión de Ntenjeru mientras espera su juicio el 24 de enero. El líder religioso también ha sido puesto bajo investigación por las autoridades musulmanas y suspendido de sus deberes clericales. El imán principal de la mezquita Kyampisi Masjid Noor dijo que la suspensión del clérigo “estaba destinada a preservar la integridad de su fe”.

Los defensores locales de LGBT + dicen que la reacción al caso destaca la actitud general hacia las personas LGBT + en Uganda, un país que criminaliza la homosexualidad.

Frank Mugisha, quien dirige el grupo Sexual Minorities Uganda, dijo al Daily Mail que el caso demostró “cuán homofóbico es el país. El imán podría estar en lo cierto cuando dice que no sabía”, dijo. “Los ugandeses deben respetar la privacidad de las personas. No son necesariamente homosexuales “.

La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda

Uganda ha tenido algunas de las leyes anti-gay más estrictas del mundo desde la época del dominio colonial británico, aunque antes de este punto las relaciones homosexuales eran comunes y celebradas. Uganda propuso recientemente restablecer la pena de muerte en un proyecto de ley coloquialmente llamado “Kill the Gays”. Más tarde, el gobierno dio marcha atrás en esto después de un alboroto internacional, pero el apoyo público a la ley indicó el sentimiento anti-gay prevaleciente en la región.

La homosexualidad ya es ilegal en Uganda. La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.

Las personas LGBT + se ven obligadas a esconderse, ya que los ataques violentos y brutales homofóbicos son comunes, y a menudo son realizados por funcionarios estatales de Uganda. En noviembre del año pasado, la policía de Uganda detuvo a 127 personas y acusó a 75 después de una redada en un bar gay.

un mes antes, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, la semana pasada, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

El año pasado, un activista gay LGBT + murió trágicamente en su propia casa después de que una mafia furiosa le destrozó el cráneo con azadas y machetes. Las personas locales LGBT + informaron el incidente a las autoridades, pero parece que nadie fue responsable.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente PinkNews

General, Homofobia/ Transfobia., Islam , , , , , , , , , , , , ,

La policía de Uganda detiene a 127 personas y acusa a 75 después de una redada en un bar gay

Viernes, 15 de noviembre de 2019
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las-imagenes-muestran-a-la-policia-ugandesa-arrestando-a-127-personas-en-un-bar-gay-friendly-porfumar.jpgAlrededor de 127 ugandeses en un bar gay-friendly supuestamente arrestados por “fumar”.

Docenas de ugandeses sentados con las piernas cruzadas, la policía patrullando a su alrededor, frente al bar RAM en la capital del país, después de una redada policial.

La policía y los soldados irrumpieron en un bar gay en Uganda este lunes pasado, arrestando a unos 120 clientes por “frecuentar un lugar de fumadores”.

RAM Bar, en el distrito central de la capital, ha servido durante años como un espacio subterráneo gay-friendly para los ciudadanos de Kampala. En un país atrapado por la legislación homofóbica y una creciente división pública sobre los derechos de los LGBT+, era un santuario poco común cada domingo por la noche.

El bar está situado en el distrito de negocios de la ciudad, rodeado por otros clubes y empresas de consultoría. Pero los que iban a los bares se derramaron en Hannington Road, rodeados de policías armados, soldados del ejército y oficiales de la Unidad de Defensa Local en las primeras horas, según los medios de comunicación locales.

127 personas sospechosas de fumar sustancias prohibidas fueron arrestadas anoche en una redada policial en un bar de la calle Hannington. 2 liberados, 125 para comparecer ante el tribunal hoy. La comunidad LGBTQ ha llamado a esto un ataque a su libertad, ya que un gran número de ellos fueron arrestados en la redada. Las imágenes mostraban a los clientes acurrucados en el suelo, tratando desesperadamente de cubrirse la cara agarrando mochilas mientras las fuerzas de seguridad los rodeaban. La realidad es que la redada se fraguo por ser el bar de un ambiente gay. Hoy se ha confirmado que 75 personas serán acusadas de actos homosexuales.

Los activistas sobre el terreno dijeron al portal PinkNews que el incidente tuvo lugar alrededor de las 2 de la mañana del lunes. Mientras que las autoridades afirmaron que se incautaron narcóticos en el bar durante la operación. Los estupefacientes están prohibidos en virtud de la Ley de estupefacientes y sustancias psicotrópicas de 2019. Patrick Onyango, portavoz de la Policía Metropolitana de Kampala, dijo que no conocían a ningún cliente LGBT+, según dijeron a la BBC.

Las 127 personas arrestadas iban a la Comisaría Central de Policía, dijeron los activistas. Dos fueron liberados, mientras que 125 comparecieron hoy ante el tribunal. El activista también denunció a PinkNews que los que siguen bajo custodia policial están “hambrientos e indefensos”.

El bar RAM, con su techo cubierto de hierba y sus luces fluorescentes en el piso de la discoteca, abría todos los días. Pero durante seis horas cada domingo, los lugareños  acuden en masa al pub. Un defensor describió el local como un “lugar de paseo popular donde las personas LGBTI de todas las razas se reúnen pacíficamente para divertirse”.

Este espacio ha sido un salvavidas para los ugandeses LGBT+, que han sido acosados por la violencia de la policía estatal y del público durante años. Pero en el último año, la comunidad ha visto a activistas ser apaleados con machetes y arrestados en Kampala después de que una turba anti-gay rodeara su oficina con un fuerte aumento de la violencia anti-LGBT+.

Más aún, los ministros afirmaron un supuesto plan para traer de vuelta la “Ley de Matar a los Gays”. Una medida que habría aplicado la pena de muerte al sexo gay. Recordamos que Uganda vuelve a castigar la homosexualidad con penas de cárcel y quieren castigarlo con la pena de muerte. Un portavoz de la policía ha negado que la redada fuera contra el colectivo LGTB.

Un abogado de los derechos humanos ha informado que 50 de los arrestados fueron puesto es libertad, y una activista por los derechos de los homosexuales ha comunicado que el bar donde se produjo la redada, se suele usar para promocionar programas de salud. Solo quieren silenciarnos como comunidad.

Los 67 acusados podrían enfrentar hasta un año de prisión si se los encuentra culpables, dijo un abogado del grupo Patricia Kimera.

El activista LGBT + Raymond Karuhanga dijo a Reuters que los arrestos son “solo un ataque homofóbico. Estas eran personas en un club, ni siquiera en las calles”, dijo. “Se estaban divirtiendo, escuchando música. Luego arrestas a casi 130 y los acusas de ser una molestia pública … Solo quieren silenciarnos como comunidad “.

La policía afirmó que no sabían que RAM Bar era conocido como un espacio amigable para los homosexuales y dijo que las personas estaban detenidas bajo la Ley de Control del Tabaco y negaron que estén apuntando a personas homosexuales. “No los estamos atacando y no lo haremos”, dijo el portavoz policial Patrick Onyango. “Lo que escuchó en la corte son los cargos (de molestia común) que el fiscal estatal presentó”.

Las imágenes desgarradoras de la redada policial que se publicaron en línea a principios de esta semana mostraron a los clientes aterrorizados encogidos en el suelo y escondiendo sus rostros con mochilas mientras la policía los rodeaba.

La noticia de los arrestos es particularmente escalofriante para la comunidad LGBT + de Uganda después de las recientes afirmaciones de que la infame ley “Matar a los gays”, que implementaría la pena de muerte para las personas homosexuales, podría reintroducirse.

El ministro de ética e integridad de Uganda, Simon Lokodo, anunció planes el mes pasado para volver a presentar el proyecto de ley, que fue presentado por primera vez hace varios años pero no fue promulgado.

Sin embargo, un portavoz del presidente luego negó que impondría la pena de muerte para las personas homosexuales y dijo que el castigo actual de cadena perpetua “ya maneja problemas de comportamiento sexual antinatural”.

La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda

La homosexualidad ya es ilegal en Uganda. La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.

Hace un mes, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, la semana pasada, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.

En agosto, una mujer LGTBI que buscó asilo en el Reino Unido y fue deportada a Uganda -donde el sexo gay es ilegal- ha contado cómo fue perseguida y violada en grupo a causa de su sexualidad. La mujer, conocida sólo como PN, regresó al Reino Unido el lunes 5 de agosto después de que el Tribunal Supremo dictaminara que la decisión de rechazar su solicitud de asilo era ilegal.

El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Pink News/Cristianos gays

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La policía ugandesa detiene a dieciséis personas acusadas de homosexualidad, en pleno recrudecimiento de la violencia LGTBfoba

Martes, 29 de octubre de 2019
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uganda-1758988_960_720La persecución LGTBfoba se recrudece en Uganda. El anuncio de un ministro de reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo ha desatado una oleada de violencia, que se ha saldado con numerosos miembros de la comunidad heridos o arrestados y al menos uno asesinado. En la última redada de la que se tiene constancia, la policía detuvo a dieciséis personas acusadas de homosexualidad, que fueron sometidas a la tortura de los exámenes anales y posteriormente puestas en libertad. El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución expresando su preocupación por la situación.

El pasado agosto, el Gobierno volvía a poner en el punto de mira a la comunidad LGTBI ugandesa, una de las más perseguidas de África. Se relanzó entonces la posibilidad de reformar el código penal para castigar con la pena de muerte las relaciones homosexuales, una brutal medida que ya se intentó implementar en 2013. Un defecto de forma provocó su anulación por el Tribunal Constitucional del país, pero la legislación sigue castigando los delitos «contra natura» con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua.

El pasado 11 de octubre, el ministro de Ética e Integridad Simon Lokodo anunciaba que antes de fin de año se aprobaría una reforma para implantar la pena capital para las relaciones entre personas del mismo sexo y cárcel para la «propaganda homosexual». Aunque el Gobierno desmintió el plan, uno de los diputados que apoya la medida afirmó que la presentaría de todas formas en el Parlamento a título particular.

La atmósfera de renovada hostilidad social e institucional contra la comunidad LGTBI se ha traducido en un aumento de las agresiones homófobas y tránsfobas. Al menos una de ellas se ha saldado con una víctima mortal, la del activista Brian Wasswa, que murió en el hospital un día después de recibir una brutal paliza en su propio domicilio. Ocurría a principios de este mes. Pocos días después, dos mujeres trans eran salvajemente golpeadas a la salida de una discoteca. Los autores divulgaron vídeos de la agresión por las redes sociales.

La lista no acaba aquí: recientemente también se producía una agresión por parte de un oftalmólogo a una paciente lesbiana, con la que sospechaba que su hija mantenía una relación. La víctima sufre una fractura craneal grave tras ser golpeada con una barra de hierro. El domingo pasado, otra turba homófoba atacaba un centro de acogida para refugiados LGTBI en Kampala, la capital del país, provocando heridas graves a uno de los residentes. La organización avisó a la policía, que en lugar de proteger a las víctimas del ataque, arrestó a dieciséis personas que fueron acusadas de crímenes «contra natura»

Los activistas denuncian que los detenidos fueron sometidos a exámenes anales, unas prácticas consideradas tortura, para determinar si habían mantenido relaciones homosexuales. Como prueba de los presuntos delitos, se incautaron de preservativos, lubricantes y medicación antirretroviral. Los arrestados fueron puestos en libertad bajo fianza el pasado jueves, aunque la investigación policial sigue abierta.

La gravedad de la situación ha llegado hasta el Parlamento Europeo. La cámara aprobaba el pasado jueves una resolución para pedir a Uganda que no endurezca el código penal y que revise las leyes que criminalizan la homosexualidad. El texto salió adelante con 521 votos a favor, cuatro en contra y 110 abstenciones, entre ellas las de los tres eurodiputados de Vox. El resto de eurodiputados españoles presentes apoyó la resolución.

La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda

La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.

Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Por fortuna,  el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos.

Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.. Los nuevos casos que recogemos ahora son una muestra de que la violencia social no solo sigue muy presente, sino que incluso se recrudece al calor de la hostilidad institucional.

La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Dosmanzanas

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