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Supremo de la India inicia proceso que podría despenalizar la homosexualidad

Viernes, 13 de julio de 2018
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29421_manifestante-lgtb-la-indiaLa norma homófoba actual procede de una antigua ley británica que data de la época victoriana y tiene casi 150 años de antigüedad.

El Tribunal Supremo de la India inició ayer un nuevo proceso para revisar la ley que castiga los actos “contra natura” y criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, una causa que podría concluir con la despenalización de la homosexualidad en el país asiático.

Una sala del Supremo compuesta por cinco magistrados y encabezada por el presidente del máximo órgano judicial, Dipak Misra, dio el martes comienzo a la primera sesión del procedimiento que revisará una antigua sentencia que criminaliza las relaciones homosexuales.

En dicha sentencia de 2013, el Supremo ratificó la validez del artículo 377 del Código Penal indio, que establece penas de cárcel a “cualquiera que voluntariamente tenga relaciones carnales en contra del orden de la naturaleza”.

Esta norma, una antigua ley británica que data de la época victoriana y tiene casi 150 años de antigüedad, había sido tumbada previamente en 2009 por la Corte Superior de Nueva Delhi al considerarla inconstitucional.

A lo largo del día, distintos abogados en defensa de los derechos del colectivo LGTB expusieron sus argumentos ante los miembros del Supremo para demostrar que el artículo 377 va contra la Constitución, explicó a Efe Vivek Anand, director de la ONG en defensa del colectivo LGTB The Humsafar Trust.

 “Los argumentos ante el tribunal están siendo muy duros, así que creo que al final ganaremos, tengo una sensación muy positiva”, dijo.

Anand destacó la importancia de que el juez D.Y.Chandrachud forme parte de los cinco magistrados de la sala, pues el pasado agosto fue quien dictó la sentencia del Supremo por la que se declaró la privacidad un derecho fundamental de los ciudadanos y la orientación sexual como un atributo esencial de la privacidad.

La audiencia continuará mañana, pero el veredicto final podría demorarse “dos o tres meses”, dijo a Efe el abogado y activista homosexual Bharat Bhushan, uno de los organizadores del desfile gay de Delhi, quien también se mostró “positivo” ante este nuevo proceso.

El colectivo LGTB cuenta con el reciente apoyo además de la Sociedad Psiquiátrica de la India (IPS), que la pasada semana pidió la despenalización de la homosexualidad y negó que esta orientación sexual se trate de un “trastorno psiquiátrico”.

La IPS reconoce la homosexualidad como una variante normal más de la sexualidad humana, como la heterosexualidad y la bisexualidad“, señaló la asociación en un comunicado.

LGTBfobia de Estado en La India

El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.

Las informaciones que nos llegan positivas en clave LGTB de la India son muy escasas. A principios de este mismo año nos hacíamos eco de la apertura del primer colegio para alumnos transexuales en riesgo de exclusión social. Solo unos días después, sin embargo, recogíamos la historia de un joven de 20 años cuyos padres trataron de organizarle una “violación correctivadespués de salir del armario como gay. Los progenitores llegaron a contratar a unos matones para que le agredieran al saber que mantenía una relación con otro chico con el que convivía.

Por otra parte, hace unos meses publicábamos que las autoridades de la India impedían la entrada al país a Victoria Kolakowski, la primera jueza trans de los Estados Unidos. Semanas atrás, prohibían una película por “glorificar” las relaciones homosexuales. La Junta Central de Certificación Cinematográfica de la India (CBFC) se negaba a certificar ‘Ka Bodyscapes’ para su proyección por incluir “escenas gais sensibles”.

Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de Estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.

En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.

En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay.

Fuente Agencias, vía Cáscara Amarga

General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia. , , , ,

La Corte Suprema de la India obliga al Gobierno a pronunciarse sobre la criminalización de las relaciones homosexuales

Viernes, 4 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en La Corte Suprema de la India obliga al Gobierno a pronunciarse sobre la criminalización de las relaciones homosexuales

29421_manifestante-lgtb-la-indiaLa Corte Suprema de la India ha enviado un requerimiento al Gobierno federal en el marco de las deliberaciones sobre la constitucionalidad de la ley que criminaliza las relaciones homosexuales. El alto tribunal exige al Ejecutivo que clarifique su postura sobre este asunto, que hasta ahora había intentado sortear. Cuando conozca la opinión del Gobierno, la Corte Suprema emitirá un fallo definitivo, que revertirá o confirmará su propia sentencia de 2013. Fue en aquel año cuando anuló la declaración de inconstitucionalidad que había emitido antes otro tribunal, reinstaurando así la persecución legal de las personas LGTB que dura hasta ahora.

El 11 de diciembre de 2013 la Corte Suprema de la India dictaminaba en contra de la despenalización de las relaciones homosexuales que en julio de 2009 había decidido el Alto Tribunal de Delhi como consecuencia de una demanda planteada por Naz Foundation India. Aquella decisión de 2009, que había sido considerada en su momento histórica, anulaba la vigencia de la sección 377, heredada de la época colonial, y que declaraba ilegal cualquier acto considerado «contra natura». La Corte Suprema, sin embargo, consideró que el Alto Tribunal de Delhi se había extralimitado en sus funciones, al decidir sobre una cuestión que correspondía al poder legislativo.

La decisión de la Corte Suprema causó, de hecho, una profunda sorpresa. El fallo de 2009 del Alto Tribunal de Delhi, que consideraba que penalizar actos sexuales consentidos entre adultos viola derechos fundamentales reconocidos por la Constitución india, se creía difícilmente reversible, pese a haber sido recurrido y contar con la firme oposición de sectores tradicionales y religiosos, tanto del ámbito hindú como del musulmán o del católico. El propio Gobierno indio de aquel momento pidió días después a la Corte Suprema que reconsiderara su sorprendente decisión. No lo hizo.

Las relaciones homosexuales volvieron así a estar castigadas con penas de hasta diez años de prisión. Y aunque es cierto que las penas más duras apenas se aplicaban ya y que la aceptación social de la homosexualidad ha ganado posiciones en los últimos años (de hecho se celebran orgullos reivindicativos en diversas ciudades), la ley india sigue pesando sobre una losa sobre la población LGTB de ese país. No está de más recordar, por ejemplo, que en 2014 hubo más de 600 detenidos, cifra que como mínimo se duplicó al año siguiente.

Durante todo este tiempo, no han dejado de sucederse las peticiones a la Corte Suprema para que reconsiderase la decisión, pero no fue hasta enero de este año cuando por fin el más alto tribunal del país accedió a revisarla, en respuesta a una petición de amparo formulada por cinco destacados miembros de la comunidad LGTB india. Los peticionarios argumentaron que la vigencia de la sección 377 les hace vivir en un estado de temor continuo. Un primer panel de tres jueces de la Corte Suprema les dio la razón, admitiendo la primacía del carácter consensual de las relaciones entre personas del mismo sexo sobre su supuesta naturaleza «contra natura».

Pero antes de emitir una sentencia definitiva, el alto tribunal quiere recabar también la posición del Gobierno, que hasta ahora ha intentado esquivar la cuestión. Después de que este martes se registraran seis nuevas peticiones por la derogación de la sección 377, los jueces han decidido darle de plazo a la Administración federal hasta el mes de julio para que clarifique su postura. Los activistas creen que, en la práctica, la Corte Suprema le traslada la decisión al poder ejecutivo y califican el movimiento de «punto de inflexión». «El Gobierno tendrá que decidir si esta ley colonial debería seguir en pie en un país que tiene su propia Constitución que protege los derechos fundamentales de sus ciudadanos», ha declarado Ashok Row Kavi, de la organización LGTB The Humsafar Trust y uno de los peticionarios.

Conviene precisar que por el momento la sección 377 sigue vigente: la Corte Suprema se ha limitado a aceptar una reconsideración de la decisión que tomó hace cuatro años. Es cierto que la argumentación de los tres jueces que inicialmente han valorado la cuestión resulta favorable a los peticionarios, pero habrá que esperar a conocer la posición del Gobierno y su influencia en la decisión final ampliada. Los activistas LGTB prefieren mantener la cautela.

El respeto a la intimidad, un aspecto que también juega a favor de los activistas

Se da la circunstancia de que en agosto del año pasado la Corte Suprema de la India emitió una resolución sobre el derecho a la intimidad que también favorecería la legalización de las relaciones homosexuales. El alto tribunal determinó entonces que la intimidad es un derecho fundamental de los ciudadanos y la orientación sexual es uno de sus «componentes esenciales». En el texto del dictamen se explicitaba que «la invasión de un derecho fundamental no se hace tolerable cuando unos pocos, a diferencia de un gran número de personas, son sometidos a un tratamiento hostil» y se reconocía «la dignidad de la vida privada de las personas LGTB».

Aquel dictamen fue elaborado por un panel de nueve jueces y claramente comprometía la continuidad de la sección 377 tal y como se conoce hasta el momento. Si la Corte Suprema mantiene ahora el mismo criterio, por fin podremos decir que las relaciones entre personas del mismo sexo son legales en el segundo país más poblado de la Tierra.

LGTBfobia de Estado en La India

El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.

Las informaciones que nos llegan positivas en clave LGTB de la India son muy escasas. A principios de este mismo año nos hacíamos eco de la apertura del primer colegio para alumnos transexuales en riesgo de exclusión social. Solo unos días después, sin embargo, recogíamos la historia de un joven de 20 años cuyos padres trataron de organizarle una “violación correctiva después de salir del armario como gay. Los progenitores llegaron a contratar a unos matones para que le agredieran al saber que mantenía una relación con otro chico con el que convivía.

Por otra parte, hace unos meses publicábamos que las autoridades de la India impedían la entrada al país a Victoria Kolakowski, la primera jueza trans de los Estados Unidos. Semanas atrás, prohibían una película por “glorificar” las relaciones homosexuales. La Junta Central de Certificación Cinematográfica de la India (CBFC) se negaba a certificar ‘Ka Bodyscapes’ para su proyección por incluir “escenas gais sensibles”.

Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de Estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.

En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.

En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay.

Fuente Dosmanzanas

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Los padres de un chico gay indio de veinte años tratan de organizarle una “violación correctiva” como terapia para superar la homosexualidad después de salir del armario

Sábado, 21 de enero de 2017
Comentarios desactivados en Los padres de un chico gay indio de veinte años tratan de organizarle una “violación correctiva” como terapia para superar la homosexualidad después de salir del armario

fruitsalad2Los familiares incluso ordenaron que le dieran una paliza y trataron de mandar al joven a un especialista para que ‘le curara’.

Un hombre ha sido golpeado y amenazado con ser violado en el este de la India, luego de que su familia se enteró de que convivía con su amante homosexual. Según informó India Times’ el incidente tuvo lugar en la ciudad de Calcuta, capital del estado de Bengala Occidental. La víctima, un joven de poco más de 20 años conocido como ‘Sanjoy‘, fue sometido a agresión física y emocional. Su familia había empleado a grupo de matones locales para que le dieran una paliza y torturaran sicológicamente.

El joven gay de veinte años se había independizado y vivía con su pareja en Calcuta (una de las ciudades más grandes de la India, capital del estado de Bengala Occidental). Sin embargo, su familia desconocía su orientación sexual y, por lo tanto, tampoco eran sabedores de que convivía con su novio. Al enterarse, la incomprensión de sus progenitores les llevó a obligar al chico a visitar a un médico para que le proporcionara algún “tratamiento”. Pero, aunque el muchacho aceptó visitar al doctor, la respuesta de este fue que la orientación homosexual era natural y no había nada de malo en ello. Insatisfechos, decidieron buscar una solución alternativa y drástica: intentaron organizar una “violación correctiva” y lo sometieron a agresiones físicas y verbales. A pesar de la LGTBfobia de Estado de la India, la víctima ha logrado una orden de alejamiento de sus padres.

Una portavoz del grupo defensor de minorías sexuales Humsafar Trust, con sede en Bombay, contó que los padres de Sanjoy trataron de mandarle a un médico para ‘curar’ su homosexualidad y cuando el último lo rechazó, consideraron la opción de la violación colectiva como terapia para que olvidara sus inclinaciones. Sanjoy (un seudónimo), un joven gay de veinte años, se fue de casa de sus padres para vivir con su novio. Pero sus progenitores no eran conscientes de que su pareja era otro chico y, cuando descubrieron la realidad de la situación, se negaron a aceptarla. Su “solución” fue obligar al muchacho a que visitara a un médico, pero este, lejos de decirles lo que querían oír, les explicó que la homosexualidad es totalmente normal. Ante ello y mal asesorados decidieron organizar una “violación correctiva” para su hijo (de la que no han trascendido más detalles). No contentos con esto, pagaron a unos matones para que lo agredieran y lo acosaran.

Sanjoy ha logrado ganar un pleito contra sus padres y ahora vive con su amante, aunque han gastado todo su dinero en el proceso judicial. Aunque todos estos sucesos provocaron que la pareja se separara por unos días, decidieron permanecer juntos y unidos. De hecho, el compañero sentimental de Sanjoy citado por ‘Gay Star News’, ha asegurado que “el amor nos mantuvo fuertes y nuestra fuerza mental se sumó al combustible de la actitud de no renuncia… Vivimos juntos como hasta ahora, sin nada más que el uno al otro”. Pero todo lo ocurrido no ha sido fácil de llevar, ya que “el dolor es real, las dificultades son grandes, las lágrimas son rojas y a veces nos sentimos lo suficientemente bajos de moral como para no vivir o para no respirar”.

Sanjoy ha agotado sus recursos económicos y, para seguir con su defensa jurídica, necesita ayuda. Desde la asociación The Humsafar Trust le están prestando su apoyo y están coordinando la recepción de donaciones. Koninika Roy ha hecho público un email en su cuenta de Facebook para que le contacten las personas interesadas en ayudar a los jóvenes: koni.hst@gmail.com.

Bajo la ley de la era colonial, Sección 377 del Código Penal, la homosexualidad puede considerarse como un crimen en la India. La norma fue abolida en el 2009 y reinstaurada en el 2013 por la Corte Suprema.

Las parejas gays en el país a menudo se enfrentan a persecución por parte de sus familias, las más tradicionales incluso pueden llegar a matar a sus parientes homosexuales para guardar su ‘honor‘. Crímenes de esta índole tienen lugar tanto en las comunidades musulmanas como en las hindúes.

Homofobia de estado en la India

29421_manifestante-lgtb-la-indiaEl artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.

Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.

En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.

foreskin-press-police-cop-policeman-gay-march-india-indian-pride-article-377-chennai2En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay. También el intento de suicidio de una pareja de chicas lesbianas ante la imposición familiar de que no volvieran a verse. Una de ellas falleció…

El año pasado, la Corte Suprema de la India aceptó reexaminar la ley que penaliza la homosexualidad con hasta 10 años de prisión tras el éxito cosechado por la película Aligarh (Hansal Metha, 2015, india), que relata la historia real de un profesor de lengua marathi en la Universidad Musulmana de Aligarh, suspendido de su trabajo cuando un reportero de televisión le graba furtivamente mientras mantiene relaciones sexuales con otro hombre en su dormitorio, por la que su protagonista, Manoj Bajpayee , ha sido reconocido con el premio Dabasaheb Phalke, máximo galardón de la cinematografía hindi. Recientemente, otro popular cineasta, Karan Johar, publicaba su biografía, An unsuitable boy, en la que reconocía indirectamente su homosexualidad. Pero hasta la fecha, no se ha producido ningún movimiento para revisar la temida Sección 377.

Fuente RT, vía Dosmanzanas/ Universogay

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“Nunca entenderán que un hombre pueda amar a otro hombre”

Martes, 8 de julio de 2014
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1404391687110inida_galc4Dos hombres en Agra, en el estado de Uttar Pradesh (India). P. L.

Elena del Estal

En India las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo están penalizadas. Los homosexuales son repudiados incluso por sus familias.

Ranjit: “Creen que ser gay es una elección, no comprenden que la homosexualidad no es algo que se pueda ‘dejar de ser'”

Salir del armario es todo un reto en India. Tras haber vivido un periodo de aclamada libertad (en 2009 el Tribunal Superior de Delhi derogó una ley del Imperio Británico que criminalizaba la homosexualidad), el pasado mes de diciembre el Tribunal Supremo revocó esta decisión y volvió a penalizar las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo. Pero a pesar de luchar contra una ley que les criminaliza, una sociedad que les margina y una cultura que les estigmatiza, muchas personas homosexuales en India tienen que enfrentarse también a la lucha que más les duele: su propia familia.

Ranjit sabe muy bien lo que esto significa. Hace algo más de dos años se atrevió a confesar a su familia lo que ya sabía desde su adolescencia: que es gay, que le gustan los hombres. “Al principio dudé mucho, temía su reacción, pero comprendí que no podía seguir ocultando a mi familia lo que soy”, cuenta este chico originario del estado sureño de Tamil Nadu que pide usar un seudónimo. Había pasado los últimos cinco años estudiando en Europa, volviendo a India sólo en visitas esporádicas. “Allí era feliz porque no tenía que esconder mis sentimientos, mi forma de ser, de actuar”. Fue a la vuelta que encontró el valor suficiente para confesarle a su familia su condición sexual. Con una feminidad muy evidente, a veces piensa que su familia siempre lo sospechó pero nunca quiso admitirlo. “Es cierto que en India los hombres heterosexuales son más afeminados que en Europa. Igual simplemente pensaban que era un hombre afeminado, pero jamás podrían imaginarse que fuese gay”, comenta.

Pero lo es, y su familia nunca aceptó este hecho. “Durante mi adolescencia sufrí muchísimo —dice mientras se toca las cicatrices de las heridas que se hizo a sí mismo, aún visibles en su muñeca izquierda— pero después comprendí que lo que más daño me hacía era pretender ser lo que no soy, por eso se lo conté”, confiesa. Aunque sabía que les disgustaría, en el fondo tenía la esperanza de que acabasen aceptándole tal cual es. “Al fin y al cabo soy su hijo ¿no?”. Pero no fue así, y hubo un castigo por su confesión. “Pensaban que si me dejaban de enviar dinero cambiaría de opinión. Pero, ¿cómo voy a cambiar? Creen que ser gay es una elección, no comprenden que la homosexualidad no es algo que se pueda ‘dejar de ser’“.

De aquella última discusión han pasado más de dos años. No han vuelto a hablar ni se han vuelto a ver desde entonces. Sólo mantiene contacto esporádico con su hermana menor, que intenta mediar entre ellos, sin éxito. “Ella es la única que me entiende y que me acepta, aunque también está enfadada porque si mis padres no recuperan el dinero con mi boda ella no podrá casarse“.

El matrimonio en India, ese gran evento vital. Basado aun en una fuerte tradición, la familia de la novia es quien debe pagar la boda y una dote a la familia del marido, que será quien se haga cargo de la esposa cuando se casen. Sólo con el dinero de la boda de Ranjit, sus padres podrían costear la de su hermana menor. “Pero casarme con una mujer es algo inconcebible, no sólo por mí, ¿es que acaso la felicidad de mi supuesta esposa tampoco importa?”, comenta indignado.

Un estudio realizado por la ONG The Humsafar Trust revelaba en 2009 que al menos el 27% de los hombres gays entre 24 y 25 años están casados. Una cifra que se dispara hasta llegar al 70% en las grandes capitales y al 82% en ciudades más pequeñas cuando se superan los 30 años de edad. Quien no encuentra el valor suficiente para confesarse a su familia tiene que tomar el camino de en medio. “El ostracismo social es el miedo más grande”, decía Nitin Karani, miembro de The Humsafar Trust. “El concepto de no casarse es ajeno para muchos hombres homosexuales y aceptan hacerlo porque tienen miedo a ser tratados como parias”, decía a los medios locales el activista gay cuando salieron los resultados de la encuesta.

Es el caso de Akhil, un joven bisexual de Delhi, cuya familia ha planeado su boda para el año que viene. “Ellos han elegido a la que será mi futura mujer y en parte no me importa porque aunque me gustan los hombres también me gustan las mujeres“, cuenta a Público en un bar de ambiente de la capital. Tiene muy claro que jamás le dirá a su mujer que también se acuesta con hombres.

El problema al que se enfrenta Ranjit no es aislado. “Me atrevería a firmar que un 90% de los homosexuales en India tenemos que ocultar que lo somos”, explica Mayuke, un joven de Delhi que tampoco se ha atrevido todavía a confesarse a su familia y amigos. Vivir lo que él mismo llama una “doble vida” es común en un país donde la población sigue arraigada en una fuerte cultura conservadora. “El sexo es un tema tabú en las familias, un chico hetero tampoco le cuenta a sus padres si tiene relaciones sexuales o no, así que la dificultad es mayor para los homosexuales”, dice Arka, un chico gay originario del noreste del país.

Mi hijo es gay

Esta preocupación se ha llevado también al cine, que suele dejar de lado temas tan delicados como éste. Dos películas sobresalen en la industria india. I am es la historia de una joven lesbiana que nunca se atrevió a confesar a su familia que le gustaban las mujeres. Su directora, Sonali Gulati, explica que el film es su manera de reconciliarse con su madre ya muerta, a través de la experiencia de jóvenes indios que sí se atrevieron a salir del armario con sus familias.

Mi hijo es gay, una frase que no es fácil de asimilar para muchos padres en India, da título a la cinta del director indio Lokesh. Un proyecto arriesgado no sólo por la historia que narra, sino porque además es la primera película india sobre temática LGBT financiada a través de crowdfunding. “Tenía el deber de hacer una película que hablase de la necesidad que tiene la sociedad india de aceptar a la gente tal cual es”, explicaba el director del film, aun en rodaje. “Si alguien quiere salir del armario, esperemos que esta película se lo haga más fácil”, contaba a la prensa local Nakshatra Bagwe, el actor que encarna el papel de hijo gay que se confiesa a su madre.

Fácil, precisamente el adjetivo que con menos frecuencia puede usarse para definir la realidad a la que se enfrentan las personas homosexuales que quieren sincerarse con su familia en India. “A veces pienso cómo se puede ser tan estúpido y abandonar a tu hijo por ser como es, pero otras veces no les culpo, es su cultura y simplemente nunca serán capaces de entender que un hombre pueda ser feliz amando a otro hombre”, admite Ranjit.

Fuente Público

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