Hace un par de semanas la organización que lucha por un tratamiento ético de los animales PETA publicó un tweet en el que afirmaba que “Tal y como se ha vuelto inaceptable el uso de lenguaje racista, homófobo o capacitista, las frases que trivializan la crueldad con los animales también desaparecerán conforme más personas empiecen a apreciar a los animales por quiénes son y empiecen a decir “traer el pan a casa” en lugar del bacon.”

“Bringing home the bacon” es una frase hecha, y PETA propone cambiar “bacon” por “bagels“.

Aunque podemos estar de acuerdo en que siempre se puede utilizar un lenguaje menos ofensivo, los de PETA lanzaron un listado de frases especistas (o sea, que discriminan a los animales) que se podían ir modificando para que “nuestro entendimiento de la justicia social evolucione“.

Los tweets de PETA provocaron muchísimas críticas, incluso por parte de otros activistas por los derechos de los animales. Y es que, como señalan desde Pink News, comparar frases como “coger al toro por los cuernos” (y proponer que se cambie por “coger la flor por las espinas” -¿las flores no son seres vivos? ¿les ofende que hablemos de sus espinas?-) con el sufrimiento que las personas racializadas, las personas LGTB+ o las personas con discapacidades varias es exagerar.

Ningún ser humano puede estar en contra del trato ético a los animales pero decir que el lenguaje especista es igual de ofensivo que el lenguaje homófobo es más que discutible. Sí, cambiar el uso del lenguaje puede llevar a que el ser humano genere más empatía hacia un colectivo, de eso sabemos mucho nosotrxs; pero ahora mismo el ascenso de los partidos de ultraderecha… y de derecha que quieren eliminar nuestros derechos o los de los emigrantes o personas de etnias diferentes… hace oensar, como publicaba un usuario en Twitter que “Comparar frases de animales con la lucha de las personas de color y las personas LGTB+ es lo más PETA que he visto jamás“. Otro señalaba que “No es por nada, pero comparar el sufrimiento de las personas LGTB+ con el de los animales es… HOMOFOBIA“. Y otro incluso tenía un consejo para PETA: “Tal vez no sea buena idea comparar a las personas de color, las personas LGTB+ y las personas con discapacidad con los animales. ¿No? #LosNazisLoHicieronPrimero“.

Fueron bastantes los twitteros que  criticaron a PETA por parecer una organización “cuya existencia, literalmente, solo sirve para que otros movimientos y problemas parezcan menos justificados“.  Ante la avalancha de críticas, la directora de PETA, Elisa Allen, ha explicado que todas las causas de la justicia social se han enfrentado al lenguaje peyorativo: “Por fortuna, nuestro entendimiento sobre quién merece respeto y consideración ha ido progresando a lo largo de la historia, y nuestro lenguaje ha evolucionado con él. Hay muchas palabras de odio y frases que se han convertido en lugares comunes que muchos de nosotros no utilizaríamos hoy. Del mismo modo, cuando hablamos sobre animales debemos cambiar para reflejar un entendimiento sobre ellos más actual, y usamos esta oportunidad para animar a las personas a pensar sobre el lenguaje que utilizan y cómo ese lenguaje puede perpetuar actitudes negativas hacia los demás, sean humanos o no“.

Fuente Pink News, vía HazteQueer

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PETA denuncia que una osa polar del Sea World de San Diego ha muerto porque la separaron de su pareja, otra osa, a la que enviaron a procrear al zoo de Pittsburgh.

Szenja y Snowflake vivieron juntas durante 20 años encerradas en la exhibición Ártico Salvaje del Sea World de San Diego.

Durante esos 20 años las dos osas polares (de 21 y 22 años) se mostraron inseparables. Pero hace un tiempo los responsables del Sea World decidieron enviar a Snowflake al Zoo de Pittsburgh para que se apareara con un oso polar macho.

En cuanto se llevaron a Szenja, Snowflake empezó a mostrar síntomas de ansiedad por la separación. PETA asegura que la osa perdió el apetito, la energía y comenzó a mostrar un comportamiento errático; y poco tiempo después murió. Tracy Remain, vicepresidenta de la asociación, ha declarado a Yahoo News que “En PETA creemos que Szenja murió de un corazón roto. Tras perder a su compañera de 20 años cuando SeaWorld envió a Snowflake al Zoo de Pittsburgh para que tuviera más osos polares miserables, Szenja hizo lo que cualquier haría cuando pierde toda esperanza: se rindió.”

Desde el SeaWorld no parecen querer hacerse responsables de lo ocurrido y han decidido ignorar el hecho de que ellos fueron los que decidieron separar a la pareja de osas. En un comunicado el vicepresidente de operaciones zoológicas del parque ha dicho que la compañía está orgullosa de haber formado parte de la vida de Szenja, que “inspiró a gente de todo el mundo que quiere proteger a los osos polares en la naturaleza“.

Fuente | Los Angeles Blade, vía estoyBailando

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Lamentable la discriminación laboral a la que se ha tenido que enfrentar Georgia Carter, una mujer trans de 27 años. En un transcurso de tiempo inferior a una hora, Carter fue contratada y despedida. Al revisar su documentación, el mismo encargado que la había contratado le preguntó por el género que figuraba en su carné de conducir (que todavía no se corresponde con su auténtica identidad de género). Cuando la joven le dijo que era una mujer trans fue automáticamente despedida.

“Soy una miembro activa de la sociedad”. Eso pensó para sí misma Georgia Carter cuando consiguió trabajo en un restaurante KFC de Virginia (en los Estados Unidos). “Me sentí tan feliz”, confiesa esta mujer. Según ha relatado la propia afectada, el encargado del establecimiento que la entrevistó no le preguntó en un primer momento sobre su identidad de género. “Tienes el trabajo. Voy a empezar contigo pagándote 7,50 dólares la hora. Mañana practicaremos con el ordenador”. Con este mensaje, entusiasmada, la joven llamó a su novio para decirle que lo había conseguido.

Pero la alegría inicial, desgraciadamente, duró poco. “Mi supervisor y yo tenemos un problema, ya que en tu licencia dice ‘hombre’, pero eres…” , requerimiento al que Georgia Carter contestó con naturalidad: “soy una mujer transexual” (aunque su licencia no reflejara su auténtica identidad de género). La reacción posterior, en un breve lapso de tiempo, no hace sino poner de manifiesto la desinformación y los estereotipos sociales que acaban derivando en discriminación. “Oh, no te podemos contratar porque no sabemos qué baño puedes utilizar”. Algunos medios especializados como Planet Transgender apuntan que “rechazar a Carter por estos motivos podría violar el título VII”. Se refieren al apartado de la Ley de Derechos Civiles de los EEUU, de 1964, que aborda la igualdad de oportunidades en el empleo y la no discriminación.

¿Falta de reacción o incoherencia con sus propias políticas?

El silencio de KFC, que no se ha pronunciado sobre el fulminante despido basado en argumentos discriminatorios y tránsfobos, choca con la propia política laboral que defiende con ahínco la cadena en sus redes sociales y en su propia web corporativa. En la versión en español de su web de los Estados Unidos, el gigante del pollo defiende que “para KFC la diversidad es mucho más que una filosofía, es parte de nuestros principios básicos de trabajo en equipo”. Desde luego, viendo la falta de reacción de KFC ante este caso, parece una mera declaración de buenas intenciones que quedan en papel mojado.

Las sonrojantes declaraciones del encargado, tras ser preguntado por los medios, no hacen sino poner en evidencia su propia ignorancia: “si cambia su género en su carné reconsideraremos su solicitud”.

En el siguiente vídeo (en inglés), Georgia Carter explica en su propia boca lo ocurrido:

En otro orden de asuntos, la cadena KFC lleva tiempo instalada en la polémica a cuenta del tratamiento y condiciones de vida y de sacrificio de los pollos con los que prepara sus menús. La organización animalista PETA lanzó en 2003 una campaña para denunciar una “crueldad contra los animales que no se puede tolerar”. Desde entonces, se han registrado más de 12.000 protestas frente a restaurantes de todo Estados Unidos.

ACTUALIZACIÓN (02/03/16, a las 15 h)

A raíz de la viralización de la noticia y de sus posibles repercusiones en el negocio, KFC abandona su silencio inicial (distintos medios estadounidenses hicieron constar que no habían recibido una respuesta oficial cuando contactaron con las oficinas centrales) y a través de un tuit contesta que “no tolerará la discriminación. El franquiciado ha despedido a este gerente y a la señora Carter se le ha ofrecido un trabajo en cualquier otro KFC de Richmond” (capital del estado de Virginia). En el momento en el que se redactó la noticia, la cadena no había publicado todavía nada al respecto. Este es el tuit de KFC:

Virginia Woman Claims KFC Fired Her for Being #Transgender https://t.co/PKwteNIhKN pic.twitter.com/hclXieLH1e

— Los Angeles LGBT Ctr (@LALGBTCenter) 1 de marzo de 2016

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Uno no sabe ya hasta dónde puede llegar el estúpido odio homófobo…

Un famoso caballo de carreras, cuyo valor se estima en más de 12 millones de dólares, será sacrificado tras ser visto copulando con otro caballo macho.

El caballo de 4 años pertenece al príncipe saudí Alwaleed bin Talal, quien llegó a ganar más de 6 millones de dólares durante la última temporada de carreras, especialmente en el Campeonato Nacional de Arabia y en la Exposición Catarí Internacional de Caballos Árabes.

El semental había sido observado en dos ocasiones por los empleados del príncipe mientras pretendía copular con otro caballo. Cuando se informó a las autoridades, el caballo fue trasladado inmediatamente de su recinto y fue puesto en confinamiento.

“La homosexualidad es una enfermedad de la que la ciencia sabe muy poco”, dijo el presidente del Comité para la Propagación de la Virtud y la Prevención de Vicios, el jeque Abdulrahman Al Alsanad. “Debemos proteger nuestro reino de este tipo infecciones por todos los medios a nuestra disposición, y eso significa, por supuesto, también significa proteger a nuestros animales. Vamos a hacer todos los sacrificios necesarios para proteger la pureza de nuestra tierra sagrada”.

El comité firmó la sentencia de muerte del animal ante las cámaras de televisión. El objetivo era lanzar un firme mensaje de intoleracia hacia la homosexualidad en Arabia Saudí.

“Cada año, Arabia Saudí ejecuta entre 25.000 y 35.000 animales porque son sospechosos de ser homosexuales”, dijo la portavoz de la organización en favor de los derechos de los animales PETA, Janet McIntyre. “Muchos animales como perros, gatos, caballos y camellos o bien son apedreados hasta la muerte o decapitados, casi siempre delante de multitudes. Esto es a la vez cruel y bárbaro, y estas prácticas no deberían existir en el siglo XXI“.

Casi una docena de propietarios europeos y americanos de caballos se ofrecieron a comprar el caballo para evitar su ejecución, pero hasta ahora solo ha habido negativas a cualquier negociación.

En Arabia Saudí la homosexualidad es ampliamente considerada como una actividad inmoral e indecente que es castigada con prisión, multas, castigos corporales (como la flagelación), o incluso con la pena de muerte.

Fuente Agencias

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