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‘I Semana de Expresión Cultural LGTB de Malabo’ visibiliza al colectivo en África

Lunes, 11 de julio de 2016
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34227_semana-lgtb-malabo-portadaEl Centro Cultural de España en Malabo, dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha celebrado el acto de inauguración de la I Semana de Expresión Cultural LGBT de Guinea Ecuatorial con un acto institucional en el que se dieron cita más de 150 destacados miembros de la sociedad civil local e internacional.

Este acto ha supuesto un verdadero hito puesto que era la primera vez que se organizaba en Guinea Ecuatorial un evento destinado a dar visibilidad a la comunidad LGTB.

El acto de inicio de esta I Semana de Expresión Cultural LGTB de Malabo puso de manifiesto la necesidad de seguir apostando por la creciente tolerancia que existe en este país, donde parte de la población ecuatoguineana ha comenzado a sensibilizarse por este tipo de iniciativas de defensa de los DDHH, y la visibilización del colectivo LGTB en el único país de África Subsahariana donde se habla español.

La realidad LGBT en África

La situación de la comunidad LGTB es especialmente delicada en África, un continente donde la homosexualidad está perseguida con penas de prisión o de muerte en 33 de los 54 países, según datos de la ILGA (International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association), mayo 2016.

31717_boldly-queer-african-perspectives-on-same-sex-sexuality-and-gender-diversitySegún este mismo estudio, las relaciones entre personas del mismo sexo están perseguidas en 75 países del mundo -el 37% del total-, mientras que en 2006 eran 92. A pesar de que haya países como Mozambique que este 2015 han despenalizado las relaciones entre personas del mismo sexo, los avances no son siempre en la misma dirección. Hay países como Uganda, Gambia o Nigeria que incluso han endurecido sus leyes.

En el caso de Nigeria, el país más poblado y la primera potencia económica del continente, sigue existiendo la pena de muerte en las regiones del norte. Según el Pew Research Institute, el 98% de sus ciudadanos lo consideran moralmente inaceptable.

Hay numerosas organizaciones e instituciones que luchan para que se respeten los derechos humanos en la mayoría de estos países.

Es el caso de África central, la realidad es muy diversa y si bien nos encontramos con iniciativas como la de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en Guinea Ecuatorial, o la semana LGTB que este mes de julio se celebra en Angola, un país que desde 2015 están prohibidas las discriminaciones en el mundo laboral por este motivo.

También podemos encontrar otros países en la región como Camerún en los que se siguen practicando detenciones arbitrarias y condenando a las personas en base a su orientación sexual.

Guinea Ecuatorial: tolerancia legal frente a exclusión social

En Guinea Ecuatorial, las relaciones entre personas del mismo sexo no están ni han estado nunca penalizadas. La ley no contempla ningún delito relacionado con la orientación sexual y la legislación general defiende el derecho a la no discriminación por razón de raza, sexo, religión y otras circunstancias personales. Sin embargo, las personas LGTB aún sufren una difícil situación de exclusión social y viven ocultas y condenadas al anonimato.

34228_semana-lgtb-malabo”En Guinea Ecuatorial hay una ruptura entre la afectividad y la sexualidad. La sexualidad abarca a todo el ser humano, no sólo una parte de la persona; en Guinea dos amigos pueden ser vistos de la mano, pero las muestras públicas de afecto entre compañeros sexuales son tabú. Hay que trabajar en un desarrollo afectivo-sexual equilibrado y basado en el respeto y la tolerancia’‘, ha declarado Margarita Roka Elobo, directora del Laboratorio de análisis clínicos Castroverde de Malabo desde donde trabaja para la mejora de la calidad de vida de las personas que viven con VIH-SIDA.

El país presenta un complejo panorama. La explotación de los recursos petrolíferos ha propiciado en los últimos años un rápido desarrollo económico que debe acompañarse con un profundo avance social.

Esta mejora en la calidad de vida ha permitido iniciar la concienciación sobre la necesidad de fortalecer a una sociedad civil que trabaje por la no discriminación en todos los ámbitos sociales y por cualquier razón personal. La visibilidad es el primer paso para trabajar por la integración y la normalización social de las personas LGTB, y evitar la exclusión que surge desde el ámbito familia hasta el laboral.

Un acto pionero en el país

La I Semana de Expresión Cultural LGBT de Guinea Ecuatorial surge con la intención de dar visibilidad, por primera vez en el país, a este colectivo, convirtiendo al Centro Cultural de España en Malabo en un espacio de libertad donde fomentar el diálogo y el conocimiento mutuo.

En el acto de inauguración intervinieron los representantes de las Embajadas de España, Estados Unidos, Francia y Alemania, así como del periodista y escritor experto en temas LGBT africanos Marc Serena. El acto institucional sirvió también para inaugurar  con una visita guiada la exposición Amar no es un delito, cedida por Amnistía Internacional del País Vasco, que refleja la lucha del colectivo LGBT en diferentes países de África.

33758_amar-no-es-un-delito-cartelLa importancia de este acto también reside en la importante presencia y apoyo de destacados miembros del Gobierno de Guinea Ecuatorial.

Diplomáticos acreditados en el país y funcionarios de organismos internacionales, colectivos del ámbito de la sanidad y la educación, empresarios, artistas ecuatoguineanos y activistas LGBT españoles de la Fundación Triángulo y la FELGTB que da el pistoletazo de salida a una senda de colaboración, entendimiento y trabajo entre los múltiples actores que pueden conseguir que la sociedad ecuatoguineana transite por una vía de reconocimiento de los retos a los que se enfrenta la comunidad LGTB y trabajar para evitar los problemas de exclusión y discriminación que hoy en día pueden detectarse.

Tras la inauguración han continuado las actividades, centradas ahora en la formación de formadores y líderes sociales con un Seminario de Atención Integral a la Diversidad.

La asistencia a este seminario ha superado todas las expectativas y ha reafirmado el interés de parte de la sociedad ecuatoguineana por aprender a incluir en la sociedad al colectivo LGBT. ”Nos encontramos en el siglo XXI y la sociedad ecuatoguineana ha de adaptarse a los cambios”, ha declarado uno de los voluntarios de la Cruz Roja asistente al Seminario.

”El principal miedo de muchas personas es de ser excluidas por su familia, de no ser comprendidas. Con mis padres aún no lo he conseguido”, explica Pedro M., de 26 años, que asistió en la inauguración de la Semana. ”En Malabo la situación es más relajada, pero en Bata aún hay mucho rechazo y vamos con miedo por la calle’, añade.

34229_semana-lgtb-malabo-centro-espanol”Nos faltan personas visibles en nuestro país, que puedan hablar de ello en los medios de comunicación. La mayoría tenemos que escondernos’‘, explica Yolanda P. de 20 años. ”Los bares de ambiente LGTB de la ciudad van cerrando, aún hay muchas cosas que tenemos que vivir en secreto”.

La semana continuará con múltiples actividades culturales con ciclos de cine vasco –de la mano del festival gaylesbotrans de Bilbao, Zinegoak–, ciclo de cine internacional, y la selección de cortos del Festival LesGaiCineMad de Madrid, la representación en primicia de ‘Bent por parte de la compañía teatral ecuatoguineana Bocamandja, las presentaciones de los libros ‘¡Esto no es africano!’ y ‘Los deseos afines’, la exposición ‘Amar no es un delito’ de Amnistía Internacional. El sábado 9 de julio tendrá lugar la clausura con una mesa redonda en la que se debatirá sobre ”El colectivo LGTB una realidad global. El caso de África: DDHH, cultura, visibilidad, educación y futuro”.

Fuente Nota de prensa/Redacción Chueca

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Una isla de tolerancia para las personas trans en Cabo Verde

Lunes, 9 de noviembre de 2015
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tchindas_fotogramaEl festival LGTB Outfest de Los Ángeles, premió a este documental, rodado en una pequeña isla de Cabo Verde, con un galardón especial del jurado, que la consideró “magistral”.

La película se estrena en cines de Barcelona y Madrid el próximo 20 de noviembre.

La productora barcelonesa Doble Banda presenta Tchindas, un documental rodado en una pequeña isla de Cabo Verde, en medio del Océano Atlántico. En los 94 minutos se observa el trabajo conjunto para hacer posible el mejor carnaval de África. Las protagonistas son tres chicas trans (Tchinda Andrade, Elvis Tolentino y Edinha Pitanga), que viven con una libertad inédita en el resto el continente.

“Si viajaran a Senegal, el país más próximo, serían agredidas y encarceladas en horas por el mero hecho de ser trans”, relatan sus directores. “Cabo Verde es un lugar de referencia por su tolerancia a la diversidad sexual”.

La película Tchindas hasta el momento sólo se ha proyectado en los Estados Unidos, en los festivales LGTB Outfest de Los Ángeles y en el Reeling de Chicago y en los dos ha recibido un premio del jurado.

Después de este sorprendente arranque, este largometraje codirigido por Pablo García Pérez de Lara y Marc Serena se estrena casi a la vez en la 39 edición de la Mostra de Sao Paulo de Brasil y en la 60 edición de la Seminci, la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Esta semana se verá en el festival In-Edit de Barcelona, el festival MiradasDoc de Canarias y LesGaiCineMad de Madrid de Madrid.

Nueva generación de filmes trans

Rodada íntegramente en criollo caboverdiano, la película recibió generosas críticas de la prensa norteamericana en su estreno como en The Hollywood Reporter, que la definió como “bellamente rodada y real”, Time Out, que dice de ella que es “visualmente imponente”, o Frontiers, adjudicándola el adjetivo “fascinante”.

Una de las primeras personas en confiar en la película fue Lucy Mukerjee-Brown, directora de programación del festival Outfest de Los Ángeles: “Es un documental exuberante y perspicaz, que a veces parece un cuento de hadas”, explica. “Además nos gusta porque forma parte de esta nueva generación de películas trans que no se centran solo en el cambio de sexo sin que van más allá”, añade.

tchindasLa película es también una de las primeras que existen en el mundo con mujeres trans africanas de protagonistas. Es aquí donde destaca Tchinda Andrade, que a sus 37 años se ha convertido en una de las mujeres más conocidas de su isla caboverdiana.

Su popularidad empezó en 1998, cuando apareció por primera vez a la prensa local hablando de su sexualidad. Desde aquel momento, su nombre, “Tchinda”, se ha convertido en la manera en que gais y trans son llamados de manera cariñosa.

El estreno de la película ha generado también una gran revuelo mediático en Cabo Verde, donde está prevista que se estrene a finales de año.

La banda sonora de la película está formada por cuatro canciones de Cesária Évora, fallecida en 2011, entre ellas la titulada Carnaval de São Vicente, que describe cómo la isla se convierte cada año y por unos días en un pequeño Brasil.

Las últimas palabras de Cesária Évora y la crónica del multitudinario entierro que la isla vivió que fue el germen de la película forman parte del libro ¡Esto no es africano! Del Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos (RBA/Xplora, 2014), donde Serena relata su viaje a través de 15 países africanos a la búsqueda de personas perseguidas por su forma de amar.

Fuente Cáscara Amarga

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“¿Qué puedo hacer? Soy gay”: Ser homosexual en Marruecos.

Jueves, 27 de agosto de 2015
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homos-marocainsLa condena de la homosexualidad atenta contra la libertad individual y es otra de las preocupaciones de ciudadanos y activistas de derechos humanos en Marruecos

Hamza y Layla son dos jóvenes marroquíes que ocultan su homosexualidad no solo a la sociedad, que les discrimina, sino también a sus propias familias porque tienen miedo de sus reacciones.

“¿Qué puedo hacer? Soy gay. No puedo decirle a mi padre soy gay, tampoco se lo puedo decir a mi madre. Me pegarían, mi hermano, mi hermana y mi padre, porque mi padre es islamista un poco radical”, explica Hamza un joven de Rabat que descubrió su homosexualidad bien temprano en un hamam (baño turco).

Layla es una mujer que siente atracción por las personas de su mismo sexo, es lesbiana, y vive en Tetuán, una ciudad tradicional del norte de Marruecos. “Mi familia no sabe realmente nada de mi caso porque no iban a entender qué significa ser gay. En general las familias, que no tienen miedo de la homosexualidad, llevan a sus hijos al psiquiatra porque creen que tienen algo que arreglar, que pegar”.

En Marruecos hay ciudadanos en las cárceles por ser gays o lesbianas. Se castiga la homosexualidad con penas entre 6 meses y tres años por “delito contra natura” atendiendo al artículo 489 del Código Penal. Además el borrador del proyecto del nuevo texto mantiene las penas y endurece las multas, que llegan a los 2.000 euros, el doble que ahora.

Salah Abdellaoui, director de Amnistía Internacional en Marruecos, al igual que otra organizaciones internacionales como Human Rights Watch, considera que “la homosexualidad es un problema tabú y el artículo 489 que penaliza las relaciones homosexuales atenta contra la libertad de la persona”.

En junio una campaña de liberación de dos homosexuales arrestados por besarse delante de la Torre de Hassan reunió 50.000 firmas y este verano se celebraron manifestaciones en las diferentes ciudades del país para defender las libertades individuales tras el linchamiento a una mujer transgénero en Fez. Sin embargo, para Marc Serena, investigador y autor de ‘¡Esto no es africano!’, “Marruecos es uno de los países con una red de activismo más débil, espontánea, sumergida y desestructurada”. Podríamos añadir incluso prohibida, como ha ocurrido este año con la asociación Aswat (Voces), que tuvo problemas para llevar a cabo un acto de defensa de los homosexuales el día de la Homofobia, que se celebra 17 de mayo.

“Por una acción que exprese amor, por ejemplo un beso o algo así, puedes ser insultada, agredida, discriminada por la gente, y entonces te denuncian y vas a la cárcel”, detalla Layla. El último arresto, hace menos de un mes, fue en Tánger. Un imán marroquí fue condenado a tres meses de prisión por mantener una relación homosexual con un joven. Les juzgaron por “perversión sexual” y “mantener una relación homosexual en un lugar de culto musulmán”. Además tendrán que pagar una multa de 45 euros.

Más repercusión tuvo el ataque homófobo contra una mujer transgénero en la ciudad de Fez el 30 de junio. Una muchedumbre rodeó y zarandeó un taxi donde viajaba un hombre vestido de mujer. Según recogen los medios marroquíes, fue golpeado y tuvo que refugiarse en un centro comercial, donde la policía le protegió.

Los dos jóvenes que intentaron linchar a este travesti pasarán solo 4 meses entre rejas por “violencia y daño intencionado”. Esta pena inferior a la de los actos homosexuales ha enfadado a las organizaciones de derechos humanos que la consideran “injusta“. Mientras el ministro de Justicia, Mustafa Ramid, pidió a los homosexuales, a través de la radio, que dejen de provocar a la sociedad” y les animó a que “se cambien de sexo”. Y el jefe del Gobierno, Abdelillah Benkirane, también del partido islamista, declaró en el mismo medio que “los ciudadanos que sufren esta tara deben de ocultarse. La homosexualidad, además de ser pecado y estar en el Corán, no puede aceptarse en los espacios públicos”.

La religión es otra traba para la libertad de los homosexuales. La semana pasada, un Imán de una mezquita de Casablanca utilizó el día de rezo para atacar a los partidos políticos socialistas y progresistas, a un mes de las elecciones locales y regionales, porque “las personas que los representan defienden a los homosexuales, trabajan para pervertir los valores de la sociedad marroquí”.

“Nuestra sociedad no es buena. Yo tengo problemas en todos los sitios, en los mercados, en la universidad, en la ciudad, en la mezquita, todo el tiempo”, se queja Hamza. Por eso los homosexuales se organizan entre ellos con códigos secretos. Hamza desvela que “si por ejemplo decimos ‘Bogo’ significa que estamos interesados en un chico porque no podemos decirle directamente ‘me gustas'”. También tienen sus espacios para encontrarse, normalmente carreteras y bosques alejados de los centros de la ciudad.

A Hamza, que cuando habló con la Cadena SER tenía un novio español, le han llegado a herir con un cuchillo por su orientación sexual; sin embargo él sigue soñando “con poder ir con mi novio por la calle, besarle y ser cariñoso con él”.

Fuente Cadena SER

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El primer beso documentado entre dos hombres: en Egipto hace 4.000 años

Sábado, 30 de agosto de 2014
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1409045130261Así lo recuerda Marc Serena, autor del libro Esto no es africano

Si la homosexualidad no es Africana, que venga la historia a desmentirlo. Esa es una de las razones que esgrime el autor en su libro y que acaba de recordar en “Cuentanoches”. Marc Serena ha recordado que el primer beso documentado  entre dos hombres en la historia data de hace 4.000 años en Egipto. Cerca de las pirámides más conocidas y visitadas por los turistas que llegan a este país, existe una tumba en la que yacen enterrados juntos dos hombres y en el jeroglífico que acompaña el sepelio aparecen dibujados tocándose la nariz. Ya hicimos mención a este libro hace unos meses…

Raquel M. Alonso

El primer beso documentado entre dos hombres en la historia data de hace 4.000 años en Egipto. Cerca de las pirámides más conocidas y visitadas por los turistas que llegan a este país, existe una tumba en la que yacen enterrados juntos dos hombres y en el jeroglífico que acompaña el sepelio aparecen dibujados tocándose la nariz.

Sin embargo, pocos turistas descubren este lugar, principalemente porque “el Gobierno egipcio no lo publicita, lo esconde, incluso la llama la tumba de los siameses por no reconocer que los hombres allí enterrados fueron probablemente los primeros gays de la historia”.

Así lo ha contado Marc Serena en el programa Cuentanochesdonde ha presentado su libro ¡Esto no es africano! Un viaje de siete meses por 15 países de ese continente, desde El Cairo hasta Ciudad el Cabo, para recoger la realidad que viven los homosexuales en África, “el peor lugar del mundo para ser gay”, asegura.  “Ahora mismo no hay ninguna persona en Marruecos que publicamente pueda decir soy gay o lesbiana”, explica el escritor.

En Mauritania hay pena de muerte por ser gay y penas de prisión por ser lesbiana y en general hay mucha extorsión, chantajes económicos a cambio de no denunciar esa orientación sexual que se considera un delito”.

Por suerte, dentro del libro hay historias menos dramáticas. Es el caso de los cabarets de Argelia, donde se permite de todo, “hasta que un hombre cante su amor a otro hombre”. O las bodas gays que se celebran en Costa de Marfil.

“Incluso en Cabo Verde los transexuales son aún más respetados que en nuestro país, pero si salieran de su isla a los lugares más cercanos, como Dakar o Senegal, serían torturados, violados, encerrados en prisión e incluso asesinados”.

“En África ser gay es lo peor que a uno le puede pasar, se les considera la peor persona del país y lo peor que se puede ser en este planeta”, continúa Serena, para quien no fue nada fácil conseguir los 15 testimonios que aparecen en el libro.

“Tenía que ir con mucho cuidado, reunirme en lugares tranquilos y hablar del tema con cuidado. Y quise entrar en una cárcel de Camerún y casi me quedo dentro”.

Asegura el escritor que “hay mucho desconocimiento de lo que realmente está pasando ahora en África con este tema que está totalmente ignorado” y por eso Serena quiso profundizar en ello y dar voz a estas historias. Ahora le gustaría convertir algunas de ellas en documental.

Fuente Cuentanoches, RTVE

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Marc Serena: “La homofobia en África frena la lucha contra el VIH”.

Lunes, 14 de abril de 2014
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1397207300909marc-galc4El periodista Marc Serena viajó siete meses por África para retratar la persecución a gays y lesbianas.

Una interesantísima entrevista que hemos leido en Público:

“Una de las injusticias que me parecen más terribles es que por amar te pueda pasar algo malo”

“La ley está del lado de las personas que extorsionan, que amenazan, que agreden, que son homófobas”

“En África hay un islam reaccionario, patriarcal y represivo, que utiliza el Corán como arma arrojadiza contra los gays”

El periodista catalán denuncia en ‘¡Esto no es africano! De El Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos’ la “violencia orquestada y silenciada” que ejerce el poder contra los derechos de los homosexuales en el continente más pobre del mundo.

ANNA FLOTATS Madrid 13/04/2014

Dice Marc Serena (Manresa, 1983) que la gente valiente le inspira. Hace tres años se fue rumbo a África en busca de musas y encontró al primer imán africano que salió del armario, un argelino que canta al amor entre hombres en un cabaret, tres mujeres transexuales visitando a Cesária Évora horas antes de morir en Cabo Verde y el bloguero gay más popular de Egipto a quien nadie ha visto la cara. Ellos, ellas y otros muchos valientes sobreviven en el continente más pobre del planeta luchando por ser lo que son a pesar de que, por ello, les persigan, les amenacen y les ajusticien leyes violentas que entienden la homosexualidad como una perversión occidental. ¡Esto no es africano! De El Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos (Editorial Xplora, 2014) denuncia que la agresión sin precedentes a los derechos de los gays en África está “orquestada” impunemente desde el poder, “silenciada” por los medios de comunicación y hasta obviada por muchas ONG.

¿Por qué decide emprender este viaje por África centrado en la diversidad sexual?

Después de haber viajado y conocido a mucha gente con mi primer libro [La vuelta de los 25, Ediciones B], me interesó no centrarme tanto en cómo está el mundo sino en qué hay en el mundo que deba denunciarse y cambiar. Pensando en injusticias, me di cuenta de que una de las más terribles es que por amar te pueda pasar algo malo. Que con lo bonito que es amar y con lo que nos tendríamos que amar todos, mucho más, haya sitios en los que tu amor pueda llevarte a la cárcel e incluso a la muerte. Me parece una injusticia sistemática que, en muchos países, tu forma de amar y tu sexualidad condicionen tu vida. Un 40% de los 200 países que hay en el mundo (78) tiene leyes que reprimen la orientación sexual o la identidad de género. De hecho, un informe del Pew Research Centre que compara la aceptación de la homosexualidad en distintos países, reflejó que si nuestro país está en el 80%, hay zonas en el norte de África que están en el 1%. Esto me pareció muy sorprendente, quería leer sobre ello, pero no encontré ningún libro que hablara de una manera actualizada sobre sexo y amores prohibidos en África. Por eso decidí coger la maleta y empezar el viaje.

Dice que gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales son las personas más desamparadas y perseguidas de África. ¿Por qué nadie habla de ello?

1397207555147portada-bonadnLa homofobia en África tiene muchas caras distintas, pero uno de los mayores problemas, que además es común en todo el continente, es el silencio que los medios de comunicación intentan imponer sobre esta cuestión. Es muy difícil seguir la actualidad si no estás ahí, si no conoces la red de activistas. Hay informaciones que incluso ahora, teniendo contactos, no me llegan si no las pregunto a las personas específicas. Por ejemplo, un activista me contó hace poco que en Marruecos ha habido seis asesinatos de personas LGTB en los últimos meses.

Los medios callan, pero la familia, la Iglesia, los gobiernos y los jueces siguen atentando contra la diversidad sexual. ¿Qué hacen las ONG?

Es complicado. Se está trabajando mucho y bien, pero hay cosas que pueden mejorar. Por ejemplo, Amnistía Internacional hizo un informe sobre los diez años de abusos en Irak y en 300 páginas apenas hay menciones sobre este tema, cuando se han llevado a cabo violaciones y ahorcamientos por orientación sexual. Aun así, en algunas partes de África hay un movimiento activista cada vez más fuerte. En otras, no. Por ejemplo, Marruecos es uno de los países con una red de activismo más débil, espontánea, sumergida y desestructurada. Pero luego hay otros países más mediáticos (Uganda para los anglosajones y Camerún para los franceses) en los que hay organizaciones muy fuertes con sus páginas web, sus medios, sus newsletters, con una fuerza de movilización importante. La gente vive de forma clandestina. Hay bodas clandestinas, discotecas, bares, revistas, páginas web clandestinas, grupos de Facebook secretos… Existe una lucha que me recuerda a la hubo aquí durante el franquismo, con gente que hace las cosas por debajo y acaba encontrando sus alternativas.

[El Ministerio de Exteriores ha eliminado la orientación sexual de las prioridades en protección de Derechos Humanos, según publica Cáscara Amarga].

Poner voz a esas vidas clandestinas, como hace el libro, ¿es un acto de denuncia para concienciar o una acto de concienciación para denunciar?

marc-serenaEl libro, en primer lugar, es un elogio a estos activistas tan valientes que se están jugando la vida, y en algunos casos hasta muriendo, por defender sus derechos. Son valientes y conocer a gente valiente me inspira y me da fuerzas. Por otra parte, el libro es un elogio a la diversidad de África, que es un continente muy rico en cultura, en lengua, en medioambiente y también en su diversidad sexual, en sus maneras de vivir y de ser. En Sudáfrica, por ejemplo, hay un concepto propio que se llama Lesbian Men, que no existe en otras zonas. Y por último, el libro es una crítica muy dura al hecho de que por culpa de unas leyes —de origen colonial en la mayoría de casos— ahora haya normas que ejercen una violencia sin precedentes contra las personas LGTB.

Parece, además, que estas normas se están endureciendo.

Sí, los últimos cambios han ido a peor. En Etiopía, por ejemplo, ya había una legislación que perseguía la homosexualidad, pero hace meses se ha aprobado una nueva ley que prohíbe los indultos a homosexuales. Les dan el mismo trato que a los terroristas. Como Egipto, que ha aprobado una ley que equipara la homosexualidad al terrorismo. Y Uganda y Nigeria también han endurecido sus leyes recientemente. El problema es que eso es la punta del iceberg. En estos países hay mucha extorsión porque la ley está del lado de las personas que extorsionan, que amenazan, que agreden, que son homófobas.

Las leyes que criminalizan la homosexualidad se basan en la creencia de que las relaciones entre personas del mismo sexo, como dice el título del libro, no son algo africano. ¿Por qué cala esa idea si hay investigaciones que reflejan en la historia de África una diversidad que ahora no existe?

Aunque ahora el tema esté de actualidad, aparezca en los medios de comunicación y parezca que haya cierto debate, no lo hay. Lo que hay es una parte de la población que está apisonando a la otra. No hay dos partes. No hay una persona que piensa una cosa y otra que piensa otra. Una parte (la iglesia, los gobiernos, los jueces) lanza todo tipo de mentiras contra esas personas y una de ellas es que la homosexualidad es una perversión occidental, cuando eso no es verdad y además es justo esta homofobia la que no es africana. Es mentira pero no hay nadie que se atreva a rebatir esa mentira. En muchos países no hay personas públicas que puedan aparecer en los medios defendiendo esta opción porque serían agredidos o acabarían en la cárcel. Por ejemplo, hubo un ataque terrorista en Uganda y antes de saber quién era el responsable, un periódico publicó que los autores eran homosexuales.

Otra de las mentiras que denuncia el libro es que los homosexuales están promoviendo el VIH en África.

Sí. Porque la homofobia en África está teniendo consecuencias sobre la salud pública. Está haciendo menos eficaz la lucha contra el VIH y el sida. En África subsahariana vive el 69% de las personas con VIH de todo el mundo. Y el 75% de las muertes anuales de personas por VIH se concentran en el continente africano. A alguien le puede parecer que el tema del libro es menor, pero yo creo que no. La persecución por la orientación sexual es una de las injusticias más bestias que conozco, pero por si eso no fuera suficiente, esta criminalización está frenando la lucha contra el VIH. En África es difícil tener una relación de pareja estable, no puedes hablar de tu sexualidad a tu médico, hay presidentes que prohíben la entrada de lubricantes en su país porque dicen que eso fomenta actitudes no africanas… Hay expertos que hablan de genocidio y otros, de apartheid. Las comparaciones siempre son terribles, injustas y seguramente traumáticas, pero hay algo de genocidio y apartheid porque es una represión sistemática y orquestada que se da en muchos países a la vez.

El libro intercala relatos amargos con otros incluso alegres. ¿Cuál de todas las historias que conoció de primera mano le impresionó más?

El último. Muhsin, el imán de Ciudad del Cabo. En el libro aparecen personas valientes que luchan por sus derechos y otras que son un referente en esa lucha y también un referente moral y espiritual para mí. Muhsin fue el primer imán de África en salir del armario y uno de los pocos del mundo. Me marcó muchísimo. En África hay un islam y una religión católica que poco tienen que ver con las religiones ancestrales africanas que había hace años, pero poco tienen que ver también con el islam que había tradicionalmente en África. Cuando aquí estaba perseguida la homosexualidad, había mucha gente que se refugiaba en el norte de África. Ahora hay un islam reaccionario, patriarcal, represivo, que se ha apoderado de la situación y que está utilizando el Corán como arma arrojadiza contra un grupo de gente. Me gusta cómo Muhsin desarticula la argumentación de muchas personas en contra de los homosexuales, nos acerca a otro islam, lejos del que está al mando de la situación.

‘Esto no es africano’ tiene un mensaje para España?

Creo que el libro nos tiene que hacer reflexionar sobre en qué punto estamos nosotros, cómo vamos, qué estamos haciendo y si aún hay cosas por reivindicar o ya no. Debemos pensar si es normal que haya un niño que vaya a la escuela y escuche 40 veces la palabra maricón en una mañana.

Cristianismo (Iglesias), Homofobia/ Transfobia., Islam , , , , , ,

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