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La neoliberalización y elitización de lo gay en nuestra región Argentina, Chile, Perú)

Lunes, 29 de enero de 2018
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0000239109Robledo con Macri

¿Se puede hablar de una neoliberalización y elitización de lo gay en nuestra región? ¿Es contradictorio ser gay y ser de derecha? El periodista, escritor y performer Lucas Gutiérrez responde con tres perfiles de dirigentes políticos de Perú, Chile y Argentina que eligieron partidos conservadores.

Por Lucas Gutiérrez

Hasta 2013 Pedro Píter Robledo era un militante de la juventud PRO, estudiante de derecho en la Universidad de Buenos Aires y ferviente seguidor de quien luego sería el presidente argentino, Mauricio Macri. Era uno de diez hermanos nacido y criado en el seno de una familia del Opus Dei, y vivía en el acomodado barrio de San Isidro.

Pedro-Robledo-y-Cristina-FernándezRobledo con Cristina Fernández

Esto cambió cuando en una fiesta privada en la que estaba con su novio de entonces un grupo de jóvenes le pegó al grito de: “El Papa es argentino, no pueden haber putos argentinos”. El hecho le dio un destaque mediático que el pibe promesa del PRO supo aprovechar. Tanto, que hasta la entonces presidenta Cristina Fernández, parada muy de la vereda de enfrente de las ideas de Píter, lo invitó a charlar. Entonces entendió que le convenía tener a mano una buena frase polémica: “Me gustaría ser el primer presidente gay argentino”.

La pronunció en una entrevista con Agenda Social TV, en la que, además de expresar su deseo de ocupar el sillón de Rivadavia, contó que hasta los 18 había creído que “la homosexualidad era un pecado y un crimen”. Él, que jugaba al rugby y tuvo tres novias, explica que salir del closet en su contexto familiar y político fue muy duro. Así que, unos meses antes de la agresión, decidió contarle la novedad a la matriarca a través de un mail mientras vacacionaba con su novio en Nueva York. Y aunque ella no se lo tomó muy bien al principio, la firma materna tatuada en el antebrazo de Píter demuestra que hoy están bien.

Para él la izquierda y la derecha son conceptos viejos, anacrónicos. “Prefiero ser un cheto y no un popular que la mira desde Puerto Madero”, le decía a revista Playboy hace unos meses, en una entrevista con Hernán Panessi. Robledo considera al PRO un espacio progresista. El año pasado le comentaba al medio digital politicargentina.com que “uno no puede negar que nuestra historia política nació como una fuerza de derecha conservadora. Ahora, me parece que la batalla más linda que hemos dado muchos jóvenes en nuestro partido fue haber podido torcer ese timón”.

Mientras que Píter lanza estas ideas frescas, la que parece difícil de timonear es la vicepresidenta argentina y dirigente del partido PRO, Gabriela Michetti, quien estuvo ausente durante la votación de la Ley de Identidad de Género y votó en contra del matrimonio igualitario. “No voté la ley de matrimonio igualitario porque me hacía ruido, pensé en los hijos que podían adoptar”, dijo en su momento.

Actualmente, Píter es subsecretario nacional de Juventud PRO y coordina el plan Acá Estamos, que busca brindar recursos educativos y laborales en los barrios más bajos en recursos del conurbano bonaerense. “Ellos usaban dinero del Estado para hacer política partidaria”, dice, acusando de clientelismo a la gestión anterior. Cuando el diario La Nación explicó que los empleados de Acá Estamos cobraban un sueldo para visitar a los vecinos y atender sus necesidades, Cristina Fernández tuiteó que eran “militancia rentada”. La respuesta de Robledo fue en video: “Nosotros, Cristina, usamos pecheras para identificarnos como integrantes del Gobierno, porque nosotros alcanzamos a la gente recursos del Estado”, mientras en el graph decía “integrantes del Estado”: la diferencia Estado-Gobierno parece no estar tan clara.

201708041226politica03082017cuarterolo-robledo-pi-04Robledo con Evita

Es que ahora Robledo pasea su elegancia de yuppie filantrópico por los barrios más carenciados, donde el voto al peronismo, el partido rival, es fuerte. En su despacho, una foto de Evita y otra de él con Macri hablan de la versatilidad política del muchacho que hasta invitó a un partido neonazi a la Casa Rosada. “¿Cómo, cómo, cómo?”, pensará quien lea esto. Tranquilos. Fue un error de la gente de recepción que los dejó pasar porque se anunciaron como un partido vecinal, aclaró el subsecretario.

“Yo también fui a marchas y nunca quise romper el espacio público. Nunca traté de romper la Catedral, ni traté de romper el Obelisco. Si una manifestación puede servir de excusa para cagarme en todo, eso yo tampoco lo quiero para mi país”, dice en una entrevista. Hoy, en Argentina, si alguien escribe en una pared “Basta de Femicidios”, la mitad de la población piensa en políticas al Estado y la otra llora por las paredes afectadas.

“Es como la marcha del orgullo LGBT. Si vos en el discurso tenés a una persona que de 30 minutos usa 25 para hablar mal de Macri, es la marcha contra Macri. Yo estuve en la Marcha del Orgullo de Madrid, que me invitaron, donde todos estaban de acuerdo en celebrar la diversidad de ideas”, explicaba Robledo. Fue en agosto; en noviembre nos enteramos de que el Gobierno Nacional negaría los fondos para el escenario de la Marcha del Orgullo 2017. ¿La cara gay del PRO salió a reclamar por la celebración del orgullo, que lejos de ser un banal desfile, es una reivindicación de nuestras identidades ante tanto odio recibido? No.

Robledo podrá no decirse de derecha, pero a la izquierda no llega ni dando la vuelta al mundo para aparecer del otro lado. En todo caso, que el viaje no lo lleve por Cuba, de donde lo deportaron en 2013 acusado de intentar un atentado terrorista: “Lloré muchísmo por la impotencia de sentir la falta de libertad. En la verdadera Cuba, que no es la de los habanos y el ron que vemos los turistas, se siente claustrofobia”, dice por radio un político que tal vez no conozca la claustrofobia que siente una travesti en la Buenos Aires lejana a los bares y hoteles gay friendly.

Pero, ¿cómo plantearle la cuestión a un político que se dice progresista pero que cuando habla hace resonar grietas? Por ejemplo, la vez en que se refirió a la marihuana y dijo que “una cosa es el fin recreativo donde [es usuario] un pibe o piba que tiene una condición de clase media, que tiene un laburo, que puede ir a la escuela o a la facultad, y otra cosa es lo que pasa en barrios de extrema vulnerabilidad”, por lo que en esas condiciones de precariedad al fumar marihuana y no tener un proyecto, “podés entrar en un camino que es peligroso para la salud y el espíritu”.

El espíritu que no le preocupa tanto es el de los más de 25 empleados que despidió el Ministerio de Desarrollo Social cuando asumió. Meses antes de que terminaran sus contratos, el secretario de la juventud dijo que no quería que la subsecretaría se convirtiera en un local partidario de La Cámpora (la juventud kirchnerista) ni del PRO. Luego de los despidos, y en medio de polémicas por las altas cifras de su sueldo, incorporó militantes y simpatizantes del PRO. Y claro, de nuevo fue el eje de la polémica.

Hay temas sobre los que Robledo no se pronuncia. Es el caso del protocolo emitido por el Ministerio de Seguridad que explica cómo deberán actuar las fuerzas de seguridad al momento de detener personas LGBT+. Él, que alguna vez fue coordinador de diversidad de la Fundación Pensar, usina de ideas del macrismo, dejó a varios a la espera de sus declaraciones.

Tal vez Píter siga pensando que #MauricioEsRevolución (fue el hashtag que usó cuando posó para sus redes en la casa del Che Guevara). Él apoya esta revolución de la alegría que ignora el reclamo de todo lo que está por fuera de lo gay, allá donde reside lo trava, torta, marica, no ABC1.

En 2016 Píter visitó al Papa Francisco, ese que fue invocado en la golpiza que lo llevó a los medios, y le dijo: “El Gobierno no representa a la derecha en la Argentina”. El político que aspiraba a la presidencia dijo entonces que prefería ir por la jefatura porteña. ¿Los motivos para el cambio de horizonte? “Es medio aburrido el trabajo de ser presidente. Te mandan de evento en evento, de acto en acto, tenés que decidir”, explicó Píter.

Apellido y meritocracia

luis-larrain-franja-sebastian-pinera_600x315Luis Larraín con Piñera

En 2009 el candidato a la presidencia de Chile Sebastián Piñera se mostró en campaña junto a adultos mayores, una persona en silla de ruedas, otra con síndrome de down y, entre otros, una pareja de varones de la mano. Uno de ellos lo abrazaba y decía: “Será nuestra voz”. A la polémica de un candidato de derecha acercándose a la diversidad, se le sumó que el joven parlante era el hijo de Luis Larraín Arroyo, hombre de la derecha tradicional chilena y fundador del Instituto Libertad y Desarrollo. Ese joven era Luis Larraín.

Pero luego de ganar, Sebastián Piñera no cumplió, no se jugó. Hoy su postura es promover un acuerdo de vida en pareja que no altere la esencia del matrimonio, que para él es algo que sólo se da entre hombre y mujer. Y ante la adopción homoparental comentó al diario La Tercera: “Lo mejor para el niño es que la familia que lo adopte tenga la figura de un padre y de una madre; ahora, no siempre se encuentra esa familia”. Piñera, tras su segunda presidencia en 2017, es el político que acepta la diversidad por descarte.

luis_larrain_460x470_courtesy_luis_larrain“Una foto con Piñera sería ir en contra de todo lo que he luchado”, dijo Luis. Sin embargo, inscripto como aspirante a diputado por el partido Evópoli (de Evolución Política: derecha liberal liderada por el joven Felipe Kast), fue testigo de la alianza de este con la ultraconservadora y pinochetista Unión Demócrata Independiente, que presentó a Sebastián Piñera como candidato al Palacio de La Moneda. Larraín aseguró que no votaría por Piñera y lanzó su postulación como independiente. En su web Luis se dice parte de un proyecto político de centro liberal, Ciudadanos, pero lo cierto es que al momento de votar, lo hizo bajo el ala de Piñera.

Nacido en una familia de políticos conservadores y prósperos, Luis Larraín prefirió que su psicólogo le explicara al patriarca familiar que la homosexualidad era algo normal. Cuenta que el primer año fue duro. Antes de graduarse de ingeniero civil probó suerte como actor y también como modelo. Luego trabajó para el gobierno chileno. Salir del closet y todo lo que esto trajo lo hizo acercarse al escritor Pablo Simonetti y en 2011 crearon Iguales, una fundación para promover los derechos de la diversidad.

En diciembre de 2016, Larraín dejó la fundación para lanzarse como el primer activista abiertamente gay en llegar al Congreso. Con ideas revolucionarias para su nido de derecha, pero con bastante de pinkwashing (o “lavado rosa”, “lavado de ideas”) si se las mira desde la disidencia sexual, avanzó junto a la derecha más recalcitrante de Chile al tiempo que afirmaba que no votaría por ella.

Si vas por las calles de Chile taconeando tu mariconería y preguntás por Iguales, alguna plumífera pajarraca lemebeliana te dirá que es “activismo de alfombra roja”. Muy elitista. Y a Larraín te lo nombrarán acompañado del adjetivo “cuico” (cursi y con dinero). Para Larraín, algunos activistas históricos tienen una visión muy miope y autoritaria del asunto: “Muchos son de izquierda y no comparten el enfoque que le dimos a Iguales, porque yo soy de ideas liberales. Pero en general, sus críticas siempre me han parecido bastante torpes”, dijo cuando lo entrevistaron para la agencia Presentes.

larrainLarraín padre, (UDI) y Larraín hijo

Resulta que los de la visión miope y crítica torpe en su mayoría son los hijos y nietos de las nanas (niñeras) de los activistas modelo Larraín. “A mí me parece una buena noticia que viniendo de mundos opuestos, con visiones políticas distintas, exista la posibilidad de trabajar por un fin común, pero esta mirada más disidente ve las cosas al revés. Cuando uno quiere que algo realmente avance, en este caso los temas de la diversidad sexual, la estrategia correcta es querer que el mayor número posible de personas se adhieran a la causa, no criticar para dividir”, dijo a Presentes.

Otra de sus preocupaciones de campaña es la Ley de Identidad de Género. Su aprobación en el Senado dejó pendientes grandes temas, como el acceso a algunas medidas en menores de 18 años, e impuso como requisito exámenes psiquiátricos. “Lo considero patologizante”, explica Luis. Considera que esta ley es de urgencia, incluso más que la de matrimonio igualitario.

El candidato nos salió millenial. Tanto es así que hizo campaña en la app de levante Tinder y en su par gay, Grindr. Si hasta lo podemos ver con remeras y broches con su propio nombre adonde quiera que vaya, tal como si luciera una etiqueta no virtual de Facebook o Instagram. La última polémica 2.0 en la que se vio envuelto fue por sacarse una foto imitando la afeminada postura de una pegatina que parodia al fallecido jurista Jaime Guzmán. La homosexualidad de Guzmán, fundador de la UDI, fue un incomprobable secreto a voces. Esta foto en redes enardeció a la cúpula del partido, que envió una carta quejándose del candidato independiente. Evópoli respondió a la misiva llamándole la atención a Larraín e invocando al futuro triunfo de Piñera.

Antes de esto, Larraín había polemizado con el otro extremo del espectro: “Cuando los comunistas tienen más plata que los ‘malditos oligarcas burgueses dueños de Chile”, tuiteó, y adjuntó una noticia que mostraba el patrimonio de sus competidores electorales por el distrito 10, entre los que estaba la militante del Partido Comunista Julia Urquieta. Twitter trinó como pterodáctilo recordándole a Luis dónde había nacido y con qué privilegios. Su respuesta: “El problema no es ella, sino los cientos de trolls que nos insultan por el apellido o por la supuesta fortuna”.

El tema de las clases es un tópico que siempre orbita a Larraín. Si leemos su charla con hogardecristo.cl, encontraremos esto: “Tuve una suerte infinita de haber nacido en la familia que nací, haber ido al colegio y a la universidad que fui, haber tenido las redes y el capital cultural que tengo. Lo que me carga es que la comuna en que naciste o el apellido que tienes determine tu futuro al margen de tu mérito y capacidad. Así es Chile; quisiera que fuera distinto”.

La vida de Luis Larraín no es tan soñada como parece. Paciente crónico de una enfermedad renal genética, fue sometido dos veces a trasplantes. La segunda vez el donante fue su hermano sacerdote. El sistema médico también es parte central de su activismo: “Falta que los enfermos nos aliemos y demandemos cambios, porque parece que el Estado está más enfocado en cuidarles el bolsillo a los laboratorios y a las farmacias”.

El lunes 20 de noviembre de 2017, Chile amanecía con la noticia de que, a pesar de obtener mayoría de votos, Piñera igual debería ir al balotaje. Y en Twitter Luis Larraín felicitó a los vencedores en el distrito 10. Esta vez, no alcanzó.

Quizás para comprender las contradicciones de Luis Larraín sirva observar la obra del artista plástico gay, mapuche y feminista Sebastián Calfuqueo. Una de sus instalaciones muestra multicolores ponis de cerámica simulando una marcha del orgullo. Los de adelante están desinflados, no tienen contenido y, sin embargo, marchan al frente, los de atrás tienen mucho adentro. Correspondencias: en la marcha del orgullo chilena agrupaciones como Iguales marchan al frente, y al fondo, bien por detrás, la disidencia.

El arcoíris y más allá

noticia-albertodebelaunde_1Tiene 31 años, es congresista de Peruanos Por el Kambio (PPK) y abiertamente gay. Su sexualidad nunca fue un tema de debate durante la campaña. Alberto de Belaunde salió oficialmente del closet luego de julio de 2016, cuando juró para su cargo. “Tengo pareja desde hace cinco años. Cuando se habla del tema patrimonial, lo que quiero es unirme y que el Estado me reconozca”, dijo al aire en RPP TV. No lo hizo en tono confesional ni marketinero. Simplemente contó quién era.

De Belaunde, junto al congresista también abiertamente gay Carlos Bruce, presentó un proyecto de unión civil en Perú; un estudio de febrero de 2017 revelaba que un 68% de la población del país rechazaba ese tipo de uniones. La sociedad puede ser hostil, pero el contexto familiar de De Belaunde, no. De hecho, su padre, Javier de Belaunde López Romaña, sobrino del ex presidente Fernando Belaunde Terry, fue el abogado que redactó la minuta que en 1982 creó el Movimiento Homosexual de Lima. “Tengo una familia bastante progresista y liberal”, dice Alberto.

En abril de 2017, gracias al voto de diez congresales fujimoristas, se recomendó derogar parte del Decreto Legislativo No 1323. Este modificaba el Código Penal, incluyendo, entre otros motivos, la orientación sexual y la identidad de género como agravantes en el caso de delitos de intolerancia o discriminación. Estos términos son los que pidieron quitar. Tras la derogación, De Belaunde dijo al diario Perú21: “Lamento mucho la decisión tomada por Fuerza Popular. Se ha retrocedido en el principal avance que había conseguido la comunidad LGBT en cuanto a protección de derechos en la historia del país. Era importantísimo”.

Amnistía Internacional y Naciones Unidas expresaron su preocupación por la derogación. Quienes respiraron aliviados y le dieron gracias al gobierno, Dios y cuanta virgen exista, fueron los del colectivo #ConMisHijosNoTeMetas. Según el portal de noticias Acción Católica de Informaciones, en enero más de un millón y medio de peruanos marchó contra el decreto, al que consideraban una “ley mordaza” para quienes se proclaman contra la agenda gay.

De Belaunde denunció que, además, se retirara el término “enfoque de género” del Decreto Legislativo Nº 1266, que rige la ley de organización y funciones del Ministerio del Interior en materia de seguridad ciudadana. “Acá hay una ofensiva ultraconservadora para traerse abajo los decretos”, dijo el congresista al diario El Comercio.

Mercedes Araóz pertenece a PPK, es presidenta del Consejo de Ministros, segunda vicepresidenta y congresista de Perú. Durante la campaña presidencial arremetió contra los muchos que dicen que PPK es un partido de derecha ultraliberal: “somos un centro que plantea cambios económicos”, dijo al canal N.

Pedro Pablo Kuczynski, fundador de PPK, partido al que le puso sus propias iniciales, venció en las presidenciales a Keiko Fujimori en 2016 y recibió la banda con los colores y escudo de Perú.

¿Está de acuerdo con el matrimonio igualitario?

No.

Así respondía Kuczynski en una entrevista con el portal de noticias Trome. El presidente considera que sus posturas no chocan con las de la mayoría conservadora del país. “Yo soy una persona religiosa”, aclara.

En el equipo de ese presidente juega De Belaunde. La comisión Lava Jato, que, a partir del escándalo de corrupción brasileño analiza casos de lavado de dinero, busca reunirse con Kuczynski. “Existe la voluntad del presidente de poder aclarar cualquier duda que exista, por eso se ha comprometido a responder las inquietudes de manera escrita”, declara el congresista a los medios. En este, y en varios casos, se lo puede ver a De Belaunde dando la cara por PPK.

“No basta con ser gay, hay que ser gay y algo más”, decía De Belaunde, citando a Pedro Lemebel, en una entrevista con Presentes. Porque si algo tiene en claro es que ser LGBTI no es garantía de ser buen político. Con esta base, Alberto buscó 13 autoridades políticas que “más allá del dato común de ser abiertamente LGBT, tuviesen una línea coherente de trabajo público y un compromiso con la causa particular de los derechos humanos que se vea bien reflejada en otras causas”. Las entrevistó y con el material escribió un libro.

Más allá del arco iris es un recorrido sin los zapatos mágicos de Dorothy por una Oz latinoamericana. Entre las entrevistadas se encuentra Luisa Revilla, la primera concejal trans, quien apoyó abiertamente a Keiko Fujimori. “Yo me he centrado mucho en ver cómo Luisa se ha desarrollado como autoridad y he encontrado una línea de coherencia e intento de articular con los movimientos LGBT más organizados en su función como concejal”, explica De Belaunde.

Este congresista gay miraflorino sabe que habla desde cierto privilegio. Sabe que las discriminaciones que pudo haber vivido nunca serán las mismas que vive una persona gay, afro y nacida en una zona pobre. “La discriminación es interseccional”, decía en septiembre a Presentes. A veces, cuando lo cuestionan, le espetan que es un congresista de un solo tema. “Se me intenta encasillar para caricaturizarme y al caricaturizarme tienes un interlocutor al cual ya no tienes que responderle. Esa es la estrategia a la cual hay que enfrentarse”, responde De Belaunde.

[Nota de edición: tras la preparación de este artículo De Belaunde renunció a su banca el 26 de diciembre de 2017, en protesta por el indulto presidencial concedido a Alberto Fujimori.]

Fuente Lento, vía SentidoG

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Soy mucho más que una persona con VIH, a pesar de los prejuicios

Sábado, 8 de noviembre de 2014
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Lucas-Gutiérrez-ClarínLucas Gutiérrez.

¿Ganas de hacer daño? Más de una vez –dice Lucas– debió escuchar frases ofensivas. Por ejemplo, que por ser gay la infección no era una sorpresa, que “lo merecía”. (David Fernández).

Fuente Clarín

Mundos íntimos. Amor en tiempos del virus. En 2008, el autor supo que tenía VIH. Allí comenzó una nueva etapa en su vida: seguir siendo él, con sus gustos y sus rutinas y no sólo el muchacho que está infectado. También le costó saber cómo decírselo a sus parejas y convivir con el fantasma de que, más allá de tomar las precauciones necesarias a la hora del sexo, pudiera contagiarlos. Lucas Gutiérrez, periodista especializado en diversidad sexual y arte contemporáneo. En 2008 supo que tenía VIH. Allí comenzó una nueva etapa en su vida: seguir siendo él, con sus gustos y sus rutinas y no sólo el muchacho que está infectado. También le costó saber cómo decírselo a sus parejas y convivir con el fantasma de que, más allá de tomar las precauciones necesarias a la hora del sexo, pudiera contagiarlos.

Lo primero que me enseñaron del VIH fue a tener miedo. Las publicidades hablaban de cómo no contagiarse, de la muerte (física y social) como condena. Nadie hablaba de vida ni de acompañar al positivo. Todo era preservativo, pastilla y nada más. Sin diálogo ni preguntas. Cerrar los ojos, cuidarse del otro, etiquetar “gays”, “presos”, “trans”, “prostitutas”. Cuando el test me dio positivo tuve que aprender a vivir de nuevo y convivir con el juicio externo.

Yo nunca confesé tener VIH, porque uno confiesa un crimen y espera que del otro lado te den un castigo y te perdonen. Yo elegí compartirme. Cuando me diagnosticaron pensé en la única persona que conocía viviendo con el virus. Lo vi jugando al fútbol, saliendo con su novio, viviendo. Eso me hizo desmitificar parte de miedo. Entonces elegí hablar de lo que me estaba pasando. Quise que me vieran escribiendo, recitando mis poemas, divirtiéndome con amigos, a veces triste, a veces feliz … pero siempre vivo.

Muchos lo primero que preguntan es cómo lo contraje. Yo respondo que fue por fluidos en mis mucosas. La mayoría de las veces esta pregunta es morbosa. Me miran como a un reventado o, peor, con condescendencia. No preguntan para acompañar sino para regodearse. Supe que era positivo en 2008 y para mí la palabra VIH seguía muy cerca del SIDA y de Tom Hanks en Philadelphia. Antes de poder entender qué me estaba pasando tuve que hacer la procesión de amigos, sentarlos y contarles. Ellos tenían miedo, yo también. “¿Te vas a morir?”, me preguntó Ana y responderle a ella hizo que también me escuchara yo: “No. Voy a vivir como todos, pero con un virus”. Lo tuve que decir muchas veces para convencerlos y para convencerme. Hubo bocha de llanto hasta que aprendimos a reírnos del tema. Con una amiga diabética teníamos el proyecto de poner una productora llamada La mala sangre. Mis amigos fueron (son) mi lugar de paz. Pero con ellos no cogía.

Yo siempre me sentí “copado”, es decir, feo. Antes del positivo mi vida sexual era una sitcom naif de la búsqueda del amor. Ahora tenía que esperar aceptación del otro lado, ¿decirlo o no decirlo?, mi cuerpo desnudo estaba aún más expuesto. Del primer pibe con el que estuve y a quien le dije, me creí enamorado, error, yo estaba enamorado del que me cogía a pesar del virus, no de él. En esa primera relación usamos la información que encontrábamos en internet y la ‘listita de preguntas’ que le llevaba a mi médico, de manera casi extrema. A veces la charla sólo era de ‘lo que sí’ y ‘lo que no’.

Hace poco lo volví a ver y le pregunté porqué había estado conmigo, me dijo que acompañarme en el proceso lo hacía sentir más tolerante. No supe qué decirle. La vida siguió y aparecieron algunos chicos que me decían “me gustás, pero no me animo”, me informaban el no sin preguntar antes cómo podíamos hacerlo sin que fuera un riesgo para ninguno de los dos. Me preguntaban cómo evitar que yo les pegara la mancha, pero pocos querían saber cómo cuidarnos mutuamente. Yo aprendí a decir que tengo VIH no para que me acepten sino para que lxs dos (o tres) tomemos los mismos cuidados. Sé cuidar al otro, pero también quiero que me cuiden. Y no sólo del virus, hablo de HPV y también de desilusiones amorosas. Cuidarnos entre todos. Muchas veces me sentí solo, con miedo de que nadie me ame. Hubo veces que algunos rajaron, cerraron el diálogo, pero también muchos se quedaron, fuimos novios, amigos, amantes, un rato en la vida. Leer más…

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Rusia: la incertidumbre de un “Mañana”.

Miércoles, 23 de julio de 2014
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MañanaPor Lucas Gutiérrez (PeekG), vía SentidoG:

Una cineasta rusa intenta realizar un corto en el cual contar la dura situación que se encuentra viviendo la comunidad LGBT en ese país.

Mañana” un proyecto de cine LGBT ruso que necesita de nuestra ayuda para contar lo que está pasando en su país. Allí se cuenta la historia de una pareja de lesbianas, con un hijo, que gracias a las leyes rusas de un día para otro pasan de ser “respetables ciudadanas” a “delincuentes”.

Lora es la directora de este proyecto y quien lo lleva adelante, tarea que, según las leyes del país donde vive y filma (Rusia), podría considerarse un delito. Lora contó a PeekG cómo es vivir con miedo pero aún así seguir luchando para hacer no sólo una película sino un buen material que pueda abrir las formas de pensar y refleje lo que está pasando con el colectivo LGBT ruso.

La calle piensa lo que los medios de comunicación le informan. Lora cuenta que la televisión oficial muestra a los homosexuales como grupos inmorales, agresivos, que destruyen los valores familiares y que, además, son financiados por los enemigos anti-Rusia del oeste. Entre estos padres alienados y esta TV adoctrinante crece la juventud.

Ninguna figura pública (política, deportiva o del espectáculo, entre otras) sale del closet, entonces la opinión popular considera que los homosexuales son sólo una minoría marginal allí. Vladímir Putin, presidente de Rusia, se encargó de ir cerrando uno a uno los canales independientes, siendo el último Rain TV. Si bien este puede verse por internet, sólo un 40% de la población tiene acceso a la red y un 13% tiene una conexión veloz. Cualquier contenido de tinte gay está prohibido en los canales oficiales. “Rusia está yendo a una nueva cortina de hierro”, opina Lora.

Nadie tiene mucha idea sobre “qué” son esas leyes anti gay, pero saben que no deben hacer nada que puedan ver e influenciar a los niños, ergo: ir de la mano, besarse en vía pública o cualquier demostración de afecto entre personas del mismo sexo puede ser condenado, pues ningún menor debería ser expuesto a tal perversión. “Si un adolescente es gay y va al psicólogo, el profesional no puede decirle que está bien, tiene que mandarlo a tratar”, nos cuenta Lora a modo de ejemplo sobre lo solos y desprotegidos que están.

Que sea un tema prohibido lleva a que no haya estadísticas. Una amiga de Lora que salió en diarios locales hablando del tema fue ubicada por agresores que la golpearon hasta causarle conmoción cerebral, tuvo que dejar el país. Y así todos los días la violencia, la agresión, el bullying y el gobierno de Putin logran su cometido: erradicar a la población LGBT y/o mantenerla silenciada en el terror.

La película

“Mañana” es el título que eligieron Lora y su pareja para contar esta historia sobre el día de una pareja lésbica en el que cambiará todo. Una de ellas es maestra y es víctima de falsas acusaciones junto a su hija, la otra es una profesional que descubrirá algo “muy turbio” en relación a los métodos de adopción. Las historias se basan en hechos reales, pero hacer un documental sobre esto sería muy peligroso para quienes hablen, por eso Lora y su novia decidieron contarlo en forma de corto.

Actualmente por ser de temática LGBT ninguna organización financia el proyecto, por eso iniciaron una campaña de crowdfunding (financiación colectiva).

Al preguntarle sobre la razón del nombre del proyecto, Lora nos dijo: “Porque nos sentimos tan inseguros que cada noche cuando nos acostamos nos preguntamos qué puede pasar mañana con nuestro trabajo, hijos, país… no lo sabemos…”

¿Como ayudar a que este proyecto se lleve a cabo? Fácil: Donando lo que puedas, todo sirve.

www.igg.me/at/tomorrow-LGBT

Fanpage:
https://www.facebook.com/movietomorrowpromo

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