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La activista ugandesa Kasha Nabagesera, premiada con el Nobel alternativo

Jueves, 8 de octubre de 2015
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1394304005_679519_1394304618_noticia_normalLa activista LGTBI ugandesa Kasha Nabagesera ha sido galardonada con el premio Right Livelihood 2015. El jurado destacó “su valentía y persistencia, a pesar de la violencia y la intimidación, en trabajar por el derecho de gais y lesbianas a una vida libre de prejuicios y persecuciones“, en un acto celebrado este jueves en Estocolmo. La ceremonia de entrega se celebrará el próximo 30 de noviembre en el Parlamento sueco.

Kasha Jacqueline Nabagesera nació en Kampala, capital de Uganda, hace 35 años. Fue expulsada de varias escuelas, y a punto estuvo de serlo de la universidad en la que estudiaba para ser contable en 2002, por su condición de mujer lesbiana. Este incidente la motivó a convertirse en una activista de derechos humanos a los veintiún años y, tras varios cursos de derecho internacional en derechos humanos y una pasantía en una organización LGTBI sudafricana, decidió fundar la ONG Freedom and Roam Uganda (FARUG) en 2003. Después de diez años al frente de la organización, Nabagesera decidió dejar el cargo de Directora Ejecutiva de FARUG para centrar sus esfuerzos en la construcción y promoción de la comunidad LGTBI.

Desde que comenzase su andadura en el activismo, Nabagesera ha participado en diversos encuentros y congresos internacionales, hablando de la difícil situación que viven en su país las personas LGTBI. Su labor le ha reportado reconocimiento y diversos galardones. Pero también le ha traído más de un quebradero de cabeza. Sin ir más lejos, tras participar en el Foro Social Mundial de Nairobi 2007, fue acosada y amenazada en varias ocasiones. Sin desanimarse, continuó su lucha por la aceptación del colectivo LGTBI en su país. En 2011 recibió el Premio Martin Ennals de Derechos Humanos, y en 2013 logró el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg.

Nabagesera ha sufrido agresiones verbales y físicas en multitud de ocasiones, lo que le obliga a ocultar su rostro y esconderse con frecuencia. Estos días, apenas puede salir de casa pero, a pesar de ello, se muestra optimista y ve el lado positivo de esta situación: la gente ya no puede negar la existencia de gais y lesbianas en Uganda. “Estoy muy, muy esperanzada con el movimiento en Uganda. Incluso cuando algunos se van, otros vienen a bordo”, señala. La activista ugandesa tiene pensado seguir viajando por toda África, como embajadora de una nueva confianza dentro del movimiento LGTBI: “el reto está ahí, pero también registramos algunos éxitos que nos mantienen en la lucha”, dice. Cabe recordar que las relaciones homosexuales son ilegales en Uganda, país donde además reina una fuerte homofobia social.

Activismo y batalla judicial

Nabagesera es una de las pocas activistas en Uganda que ha participado en el proceso judicial para avanzar en los derechos de la comunidad LGTBI. Cuando un tabloide ugandés publicó los nombres y fotos de supuestos gais y lesbianas, ella fue una de las tres personas que denunció al periódico ante los tribunales y ganó el juicio. Y no solo eso. Cuando en 2012 el Ministro de Ética cerró un taller en el que participaban varias organizaciones LGBTI, con la excusa de que tales reuniones eran ilegales, Nabagesera formó parte del grupo que demandó al ministro por violar su libertad de reunión. Este y otros episodios contribuyeron a cambiar la opinión pública de una parte de la sociedad ugandesa, que comenzó a tomar conciencia de que las personas homosexuales también poseen derechos constitucionales. La activista es también miembro del Comité directivo de la Civil Society Coalition on Human Rights and Constitutional Law, que engloba a más de sesenta organizaciones ugandesas que colaboran para detener el progreso de la ley antigay vigente en el país.

En agosto de 2014, nos hacíamos eco de la decisión del Tribunal Constitucional de Uganda de anular la ley aprobada en diciembre del año anterior por el Parlamento de ese país y que endurecía el trato penal a las personas homosexuales, con penas que pueden llegar a la cadena perpetua, y castiga a las personas y organizaciones que les presten ayuda o soporte. Nabagesera fue una de las diez personas que presentaron una petición contra esa ley.

Pero además, Nabagesera decidió vengarse de la cruzada antigay llevada a cabo en su país en los últimos cuatro años, a través de varios medios de comunicación locales que contribuyeron a la intimidación y el acoso de las personas LGTBI, proporcionando sus datos personales y avergonzándoles. Por ello, a finales de 2014 decidió contraatacar lanzando Bombastic, una nueva revista de 72 páginas publicada y distribuida de forma privada. En ella, se pueden encontrar ensayos, historias personales y poemas escritos por gays, lesbianas, bisexuales y transexuales ugandeses, algunos de ellos utilizando seudónimos. La creación de la revista ha permitido a la activista poder sentarse y dialogar con funcionarios del gobierno. Nabagesera también ha puesto en marcha una web, Kuchutimes, donde se ofrece información y acceso a la revista.

Premios Nobel: activistas LGTB no, homófobos sí

Resulta, cuando menos llamativo, que en toda su historia el Premio Nobel de la Paz “oficial” jamás haya sido concedido a alguien que luche en favor de los derechos de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. En cambio, sí ha premiado a homófobos, como el ex presidente de Polonia Lech Wałęsa, ganador del Nobel en 1983 y que en una entrevista concedida en 2013 no dudaba en afirmar que los diputados homosexuales debían sentarse “en la última fila, e incluso más allá, al otro lado de la pared”. Para rematar, Wałęsa añadió que era “de la vieja escuela” y que no pensaba cambiar. “Entiendo que hay gente diferente, diferentes orientaciones y que tienen derecho a su identidad. Pero que no cambien el orden establecido desde hace siglos. No quiero ni oír hablar de eso. Que lo hagan entre ellos y que nos dejen en paz a mí y a mis nietos”, añadía. Y en 2011 una de las ganadoras del Nobel de la Paz fue la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, que solo unos meses después se posicionó en contra de la despenalización de la homosexualidad en su país, declaraciones que luego matizó.

Este año, las apuestas señalan a Angela Merkel como una de las grandes favoritas al Nobel de la Paz, por su gestión en la crisis de refugiados. La canciller alemana ha manifestado públicamente su posición contraria a la adopción homoparental y al matrimonio igualitario. “Para mí el matrimonio es entre hombre y mujer”, ha señalado en más de una ocasión.

Fuente Dosmanzanas

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Amnistía Internacional insta a Polonia a actuar contra los delitos de odio y a proteger a las personas LGTB

Lunes, 21 de septiembre de 2015
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1430165.3Amnistía Internacional, organización que trabaja por los derechos humanos en todo el mundo, ha hecho público un informe en el que urge al Gobierno y al Parlamento de Polonia a que tomen medidas para combatir los delitos de odio motivados por la orientación sexual, la identidad de género, la edad, la discapacidad o el estatus socioeconómico. A lo largo de 64 páginas, Targeted by hate, forgotten by law (que en castellano significa ‘motivados por odio, olvidados por la ley’) denuncia “la falta de una respuesta coherente a los crímenes de odio en Polonia”. Solo en 2014, al menos 120 personas LGTB fueron víctimas de delitos de odio, según ha denunciado la asociación polaca Kampania Przeciw Homofobii (Campaña contra la Homofobia), un dato que también recoge y denuncia Amnistía.

El año pasado se cometieron en Polonia, por lo menos, 120 agresiones contra personas LGTB, motivadas por el odio. Decimos “por lo menos” porque esos son los crímenes registrados por el activismo polaco, pero hay que tener en cuenta los que no han sido denunciados por sus víctimas o los que, incluso en conocimiento de las fuerzas del orden público, no han sido considerados por estas como ‘delitos de odio’. La asociación LGTB Kampanii Przeciw Homofobii (KPH), en este sentido, precisa que solo el 10% de los casos de discriminación que atienden en un año acaban llevándose ante la justicia (por el desistimiento de las propias víctimas).

Uno de los más flagrantes delitos registrados en Polonia durante 2014 ocurrió en la ciudad de Szczecin (al noroeste del país), donde un joven gay de 20 años fue brutalmente asesinado tras salir de una discoteca de ambiente. Las autoridades todavía no han reconocido el agravante del odio homófobo y siguen calificándolo como ‘crimen común’. Patrick, la víctima, obtuvo la muerte como consecuencia de los múltiples golpes que recibió por parte de dos chicos de 18 años (que carecían de antecedentes policiales). Los jóvenes delincuentes abandonaron el cuerpo de Patrick en una obra, en las inmediaciones del local de ambiente del que este salía. Además de la descomunal agresión física, Patrick fue sometido a diversas vejaciones. Con todo, ni la policía ni el Gobierno de Polonia son capaces de ver ‘odio homófobo’ en estos actos repugnantes.

Marco Perolini, observador de Amnistía Internacional en Europa y Asia Central, ha recordado que “Polonia tiene obligaciones, según el derecho internacional, para asegurar que todos los grupos minoritarios estén igualmente protegidos contra la discriminación”. Perolini está convencido de que “el hecho de que las autoridades no logren hacerlo realidad es discriminatorio en sí mismo”. Las víctimas de los delitos de odio no son solo personas LGTB, también hay gente sin recursos, de otras etnias o color de piel, así como discapacitados. El colmo de la crueldad y de la deshumanización de los agresores de algunos de estos delitos de odio es que confesaron haberlo hecho por “aburrimiento” y porque para ellos las vidas de estas personas carecían de todo valor.

El informe Targeted by hate, forgotten by law, que ha publicado Amnistía Internacional, pone de manifiesto que “lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) no están adecuadamente protegidos contra los delitos de odio y discriminación en Polonia”. A pesar de que el colectivo es víctima de una discriminación generalizada, “el ámbito de aplicación de la ley polaca contra la discriminación es muy limitado”. Por ello, en la página 41 del informe, Amnistía invita al Parlamento polaco a que apruebe una legislación específica que sirva para luchar contra estos delitos de odio y pide al Gobierno que se encargue de registrarlos, investigarlos y perseguirlos mediante las herramientas del estado que tiene a su disposición.

Polonia: entre la LGTBfobia y la desidia política

Las parejas del mismo sexo no cuentan con ningún reconocimiento y no gozan de protección legal alguna en Polonia. En enero de 2013, el Sejm (Congreso de los Diputados) rechazó tres proyectos de ley sobre uniones civiles, abiertas a gais y lesbianas. Las proclamas homófobas por parte de algunos diputados y el desagradable debate que tuvo lugar fueron entonces motivo de vergüenza y sonrojo para buena parte de la sociedad polaca. En mayo de 2015, el Parlamento rechazó un proyecto de ley sobre parejas de hecho, negándose incluso a iniciar un debate sobre la cuestión. Por otra parte, las personas trans deben someterse a un largo proceso con el fin de obtener el reconocimiento legal de su identidad de género, más difícil aún si tienen hijos menores.

Tampoco en parece que Polonia se haya cedido ante cuestiones simbólicas, de cara al colectivo LGTB, en los últimos años. La activista y diputada trans Anna Grodzka, que en febrero de 2013 se postulaba como posible vicepresidenta del Sejm de Polonia, tal y como recogía dosmanzanas. Sin embargo, la cámara votó ampliamente por la continuidad de Wanda Nowicka, a pesar de que se había visto envuelta en un escándalo y recibió una moción de censura por parte de su propio partido (el Ruch Palikota, el mismo que el de Grodzka). La diputada Anna Grodzka se hubiera convertido en la primera persona trans en obtener un cargo institucional en Polonia.

Desde dosmanzanas llevamos años haciéndonos eco de diversos episodios de discriminación y ataques contra el colectivo LGTB en Polonia. En marzo de 2013, por mencionar un ejemplo, publicábamos las homófobas declaraciones del expresidente Lech Wałęsa, en las que decía querer a los parlamentarios homosexuales lo más lejos posible: “en la última fila, e incluso más allá”. El católico y conservador Wałęsa, héroe de la resistencia al régimen comunista y Premio Nobel de la Paz, aseguró que “soy de la vieja escuela y no pienso cambiar. Entiendo que hay gente diferente, diferentes orientaciones y que tienen derecho a su identidad. Pero que no cambien el orden establecido desde hace siglos. No quiero ni oír hablar de eso. Que lo hagan entre ellos y que nos dejen en paz a mí y a mis nietos”. Y en junio de ese mismo año, el único diputado abiertamente gay de Polonia, Robert Biedroń, era agredido tras finalizar el Orgullo LGTB de Varsovia.

Fuente Dosmanzanas

General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , ,

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