Ocurrió en el Memorial Stadium de Bristol, cuando el equipo local se enfrentaba al Gateshead. En choque agresivo entre ambos rivales, el primero decidió darle un beso para que la cosa no pasara a mayores. 

“Me di cuenta de que o nos dábamos un cabezazo y uno de los dos caía al suelo o incluso algo peor o terminamos haciendo algo tonto y entonces, para rebajar la tensión, decidí besarle”, declaró Mansell posteriormente.

Eso supuso una reprimenda por parte del árbitro. Pese a su amable gesto, el árbitro le sacó tarjeta amarilla por entender que aquello era una provocación.: “Es la primera vez que me abroncan y que he sido expulsado por besar a alguien”, continúa.

Cuando acabó el partido y llegó a casa se dio cuenta de que todas las redes sociales británicas no hacían más que hablar del incidente. Su propia mujer le preguntó qué diablos le había ocurrido. “Tanto ella como mis compañeros no han dejado de meterse conmigo desde entonces”, concluye.

Fuente Ociogay