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Carlos Ayala Ramírez: Cuaresma: “Fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan”.

Martes, 20 de febrero de 2024
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IMG_3062El tema del mensaje del papa Francisco para la Cuaresma de 2024 es “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. El mensaje tiene un carácter profético, es decir, cultiva el pensamiento crítico y la urgencia de poner en práctica el hacer que unifica memoria y actualidad, fe y justicia, gratuidad y compromiso, libertad y liberación, realidad y utopía, humanización y desarrollo. El fundamento del mensaje es lo que se conoce como el núcleo de la fe de Israel: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud”. La evocación de un hecho pasado se hace en la medida en que tiene vigencia en el presente. El Papa recuerda que el Dios de la Biblia es un Dios que ha visto la opresión de su pueblo, ha oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces, conoce muy bien sus sufrimientos y por eso ha bajado a liberarlo del poder opresor. El papa actualizando ese pasado, afirma que también hoy llega al cielo el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos. Y de inmediato invita a preguntarnos: ¿nos llega también a nosotros ese grito? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve?

El obispo de Roma sostiene que estas preguntas siguen desafiándonos y que, el camino cuaresmal 2024 será concreto, si al escucharlas confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón. “Es un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro; que ha contaminado la tierra, el aire y el agua, pero también las almas”. El faraón de ayer y de hoy, explica el papa, “destruye incluso los sueños, roba el cielo, hace que parezca inmodificable un mundo en el que se pisotea la dignidad y se niegan los vínculos auténticos”. De ahí se deriva un gran peligro: el éxodo puede interrumpirse y los sueños de libertad truncarse. Y de nuevo las preguntas que invitan a pensar y actuar: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el mundo viejo?

Pero, según el Papa, más temibles que el faraón son los ídolos que son concebidos como la voz del opresor dentro de nosotros, que se hacen patentes cuando nos sentimos omnipotentes, reconocidos por todos, cuando tomamos ventajas sobre los demás. Todo ser humano, explica el papa, siente en su interior la seducción de esta mentira. “Por eso, podemos  apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas”. Las consecuencias de estos apegos son gravemente dañinas. El Papa habla de que en lugar de impulsarnos nos paralizan, en lugar de unirnos nos enfrentan, en lugar de compañeros y compañeras de viaje encontramos amenazas y enemigos. La pregunta en este contexto es: ¿cómo opera la voz del opresor en la vida personal y colectiva?

Ahora bien, la Cuaresma no solo es tiempo para “ver la realidad”, como lo afirma el documento. Es también tiempo de conversión, tiempo de libertad, tiempo de actuar, tiempo de decisiones comunitarias, tiempo para detenerse y reflexionar, tiempo para madurar. En esta línea, el mensaje del Papa invita a reconocer las semillas de nueva humanidad que hay en el mundo: la de los pequeños y humildes que no han sucumbido al encanto de la mentira. “Mientras que los ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven, los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo”, afirma el Papa.

El mensaje también subraya que, en Cuaresma, redescubrimos que el amor a Dios y al prójimo es un único amor. Para el Papa no tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso considera que la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura y vaciamiento.  En ese espíritu proclama: “¡fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan!”.

Pero el itinerario cuaresmal (de la esclavitud a la libertad) no solo tiene un componente personal, sino también social, que ha de traducirse en actitudes, prácticas y actos diarios, individuales y comunitarios, en la familia y en el trabajo, en la oración y en la política. Por tanto, según el mensaje, Cuaresma implica un tiempo para las decisiones pequeñas y grandes, “capaces de cambiar la cotidianidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados”.

Finalmente, el Papa invita a todas las comunidades cristianas a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo. En este momento histórico, dice el Papa, “los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos —estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos—, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo”.

La Cuaresma 2024, nos pone en contacto con dos cuestiones radicales de la vida: la esclavitud y la libertad. Si el mensaje reaviva en nosotros la esperanza de un mundo humanizado, vale la pena interiorizarlo, difundirlo y llevarlo a la práctica.

 

Carlos Ayala Ramírez

Profesor de la Escuela de Pastoral Hispana de la Arquidiócesis de San Francisco, CA; Profesor facilitador del Certificado de liderazgo Hispano del Boston College; Docente jubilado de la UCA.

Fuente Fe Adulta

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En el mercado humano de Libia, se puede comprar una persona entre 200 y 500 dólares

Viernes, 13 de octubre de 2023
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¿Cómo podemos permanecer indiferentes?

“No es una reliquia del pasado: España cuenta hoy con unos diez mil esclavos”

“¿Se puede hablar de esclavitud en pleno siglo XXI?… El último informe sobre Trabajo forzoso, Formas modernas de esclavitud y Trata de Personas, estima que unos 50 millones de seres humanos viven en esclavitud. Multipliquen por dos o tres”

“Muchos de los que proclaman la muerte de la esclavitud son gente importante metida en la política, académicos, lo dicen en algunos libros, varias autoridades de Iglesia, y lo que más me afecta, hasta religiosos consagrados”

“Sin embargo, la ONU, en la persona del Relator Especial sobre la esclavitud, nos recuerda que el problema persiste gravemente en la actualidad”

“Víctimas sin rostro, borrados, invisibilizados, sin nombre, sin existencia, ya que, para muchos, en nuestras sociedades modernas, desarrolladas y defensoras de los derechos humanos, la esclavitud ‘NO’ existe”

¿Se puede hablar de esclavitud en pleno siglo XXI? ¿No es mejor hacer un abordaje de ese tema como algo de la historia antigua? Es una reliquia del pasado, no vale la pena hablar hoy de esa página negra de nuestra humanidad. ¿Para qué sacarlo a colación?

IMG_0839Pertenezco a una Orden que lleva en su ADN carismático la opción por la libertad y la lucha contra la cautividad, por lo tanto, vivo en mi propio ser una “obsesión” por esa palabra que ha significado tanto dolor en el mundo. Me enoja, duele y se me retuercen mis entrañas cuando escucho voces que dicen: ¡Hoy no existe la esclavitud! ¡Son cosas del pasado! ¡La esclavitud es de la Edad Media! Muchos de los que proclaman la muerte de la esclavitud son gente importante metida en la política, académicos, lo dicen en algunos libros, varias autoridades de Iglesia, y lo que más me afecta, hasta religiosos consagrados se hacen eco de esas voces que buscan invisibilizar la esclavitud de hoy.

La ONU, en la persona del Relator Especial sobre la esclavitud, nos recuerda que el problema persistegravemente en la actualidad, lo mismo que las prácticas análogas a la esclavitud. Hoy encontramos esclavitud tradicional, trabajo forzoso, servidumbre por deudas y de la gleba, trabajo infantil en condiciones de esclavitud, matrimonios serviles, explotación sexual y otros.

El último informe sobre Trabajo forzoso, Formas modernas de esclavitud y Trata de Personas, estima que unos 50 millones de seres humanos viven en esclavitud; cerca de 5 millones son mujeres y niñas solo en situación de explotación sexual; un 12 % son niños en explotación laboral de unos 6 millones que viven sometidos a esa modalidad. Algunas cifras de vergüenza a nivel de países: India cuenta con más de 18 millones de esclavos; China 3 millones; Pakistán 2 millones; Corea del Norte 1 millón; la región Asia-Pacífica acumula unos 30.4 millones; la región del África subsahariana algo más de 6 millones; en Estados Unidos 403 mil personas; Gran Bretaña 136 mil; Brasil 363 mil; México 341 mil; Venezuela 174 mil; la región de Europa cuenta con algo más de 4 millones, entre ellos España con unos 10 mil esclavos. Se calcula que el 70% de la esclavitud la sufren las mujeres. Son números obtenidos por investigaciones, pero debido a la oscuridad que rodea el tema, es posible que se deba multiplicar por 2 o 3 o mucho más para obtener la cantidad real de esclavos en el mundo.

“Son números obtenidos por investigaciones, pero debido a la oscuridad que rodea el tema, es posible que se deba multiplicar por 2 o 3”

Lo anterior no son datos del siglo XIII, cuando un gran hombre, como San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, sintió en su corazón la llaga de la cosificación del ser humano y decidió hacer algo para cambiar esa realidad sangrante; son datos del siglo XXI, año 2022

“En el mercado humano de Libia, se puede comprar una persona entre $200 y $500 dólares”

IMG_0837Sin lugar a dudas, Pedro Nolasco denunciaría hoy los nuevos calvarios de la esclavitud como son el mercado humano de Libia, en donde se puede comprar una persona entre $200 y $500 dólares; la venta de niñas cristianas de Pakistán a chinos o musulmanes para matrimonios forzados; los grupos yihadistas que venden niños como esclavos sexuales; el tráfico de órganos o los vientres de alquiler; las mujeres en situación de explotación sexual de Vietnam o España; la dura experiencia de los migrantes en Canadá que raya con la esclavitud; los niños mineros de Bolivia o el Congo; las grandes haciendas brasileñas que devastan la selva con obreros en situación de esclavitud; hombres torturados, encadenados, viviendo en jaulas, obligados a trabajar en los barcos de pesca ilegales de Tailandia; las niñas rumanas llevadas a Gran Bretaña como esclavas sexuales; los casi dos millones de esclavos de Latinoamérica.

“La esclavitud contemporánea, la Trata de Personas, somete a un sufrimiento extremo”

La esclavitud contemporánea, la Trata de Personas, somete a un sufrimiento extremo: violación, tortura, abusos, privación de la libertad, amenazas, violencia física, sexual y psicológica, obliga a quedarse sin voluntad, busca destruir toda humanidad. Al final, como denunciaba años atrás en México, el neo Cardenal Christophe Pierre, “en la Trata de Personas se toca el infierno”.

IMG_0838Los calvarios se multiplican: Siria, Mauritania, Somalia y Sudán; Costa de Marfil, Guatemala y El Salvador, Moldavia, Rusia, Haití, Yemen e Irak; la mano de obra esclava utilizada para construir estadios para el último Mundial de futbol en Qatar. La lista puede continuar, quedan muchos nombres manchados con sangre derramada de víctimas sin rostro, borrados, invisibilizados, sin nombre, sin existencia, ya que, para muchos, en nuestras sociedades modernas, desarrolladas y defensoras de los derechos humanos, la esclavitud “NO” existe.

“Víctimas sin rostro, borrados, invisibilizados, sin nombre, sin existencia, ya que, para muchos, en nuestras sociedades modernas, desarrolladas y defensoras de los derechos humanos, la esclavitud ‘NO’ existe”

Hay que abrir los ojos, ver desde la mirada de Dios, para descubrir al Cristo víctima siendo crucificado en el mercado infernal que pone precio al ser humano. La sangre de Abel clama (Gn.4,10).

Fuente Religión Digital

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El arzobispo de Canterbury Justin Welby pide disculpas por la complicidad de la Iglesia anglicana con la trata de esclavos

Viernes, 13 de enero de 2023
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El arzobispo de Canterbury, en pleno proceso de compensación a las comunidades víctimas

La Iglesia de Inglaterra se disculpó este martes por los vínculos económicos que uno de sus organismos tuvo con la esclavitud

“Lo lamento profundamente”, dijo el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, al pedir disculpas. “Ha llegado el momento de actuar frente a este pasado vergonzoso”, añadió

El informe publicado el martes sigue a las revelaciones de junio de 2022 según las cuales el llamado Church Commissioners tenía “vínculos históricos” con la trata transatlántica de esclavos. Concretamente, africanos

La Iglesia de Inglaterra se disculpó este martes por los vínculos económicos que uno de sus organismos tuvo con la esclavitud, en pleno proceso de compensación a las comunidades victimas.

Lo lamento profundamente”, dijo el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la iglesia anglicana. “Ha llegado el momento de actuar frente a este pasado vergonzoso“, añadió.

El informe publicado el martes sigue a las revelaciones de junio de 2022 según las cuales el llamado Church Commissioners tenía “vínculos históricos” con la trata transatlántica de esclavos.

Este organismo fue creado en 1948, en parte con una donación de un fondo que se remonta a la reina Ana en 1704, con el objetivo de ayudar a los clérigos más pobres.

esclavosEl informe revela que el fondo de la reina Ana había invertido “cantidades significativas” en la South Sea Company, que comerciaba con esclavos africanos. Además también recibió donaciones de personas relacionadas con el comercio de esclavos y la economía de las plantaciones.

Church Commissioners lamenta profundamente los vínculos de sus predecesores con la trata transatlántica de esclavos“, declaró la organización en un comunicado y prometió un fondo de 100 millones de libras (unos 121 millones de dólares) durante los próximos nueve años para “un futuro mejor y más justo para todos”.

El dinero se destinará en particular a las “comunidades que se han visto afectadas por la esclavitud”.

Fuente Religión Digital

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“A Dios lo encontramos, ante todo, en la liberación de los esclavos y en la lucha contra el sufrimiento”, por José María Castillo

Miércoles, 15 de septiembre de 2021
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bajarcruzpobresDe su blog Teología sin censura:

Las observancias sagradas, las normas eclesiásticas… nos tranquilizan. Pero también nos engañan”

“En el mundo en que vivimos hoy, sigue habiendo mucho sufrimiento y muchas esclavitudes. Si los cristianos no anteponemos esa brutal y espantosa realidad a todo lo demás, la pura verdad es que no nos relacionamos con Dios, sino con las “representaciones de Dios” que nosotros nos hacemos, para tener paz, para darle sentido a la vida”

Decir “yo soy” es, como bien sabemos, no decir nada. Porque “yo soy” es una oración gramatical con sujeto y verbo, pero sin predicado. Si oímos esas palabras en boca de alguien, inevitablemente nos viene la pregunta: “tú eres: “¿qué?”, “¿quién?”. Y si el otro no responde, lo que nos viene a la mente es pensar: “éste no está bien de la cabeza”. Todo esto es lógico e inevitable.

Pues bien, lo “lógico” y lo “inevitable”, según afirma la Biblia, fue pronunciado nada menos que por Dios. Sí, por Dios mismo. Así lo afirma el capítulo tercero del libro del Éxodo, cuando el Señor se apareció a Moisés en el desierto de Egipto (3, 1-15). Por supuesto, yo no voy a discutir aquí si este relato bíblico es histórico o pertenece a otro género literario. Lo que me interesa y me importa es lo que me dice Dios en este episodio bíblico. Y lo que allí sucedió es que Moisés vio, en el desierto, una zarza ardiendo en un fuego que no se extinguía. Y del fuego salió una voz, que le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de tus padres…” (3, 6). Y añadió el mismo Dios: “He visto la opresión de mi pueblo… he oído sus quejas contra los opresores, conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo… a sacarlo de esta tierra…” (3, 7-8). Entonces fue cuando Dios le pidió a Moisés que fuera al Faraón y le dijera que, por mandato de Dios, sacaba al pueblo de aquella esclavitud. Y cuando Moisés le preguntó a Dios cómo se llamaba o cuál era su nombre, “Dios dijo a Moisés: Yo soy el que soy,… Yo soy me envía a vosotros” (3, 14-15).

 ¿Qué nos viene a decir esto a nosotros hoy, ahora? Nos viene a decir que a Dios lo conocemos y lo encontramos, no en una definición teórica o en una fórmula especulativa. Ni siquiera en una sola y escueta definición dogmática. A Dios lo encontramos, ante todo, en la liberación de los esclavos y en la lucha contra el sufrimiento. Si esto no se pone y se antepone a todo lo demás, no es posible conocer a Dios o encontrar a Dios.

Jesús antepuso la lucha contra el sufrimiento de los pobres

Por eso, sin duda alguna, según el Evangelio de Juan, el Señor Jesús se apropió este extraño título: “yo soy” (Jn 4, 26; 6, 20; 8, 24. 28). Y por eso mismo, los dirigentes del Templo quisieron matarle. Porque se proclamaba Dios.  Jesús antepuso la lucha contra el sufrimiento de los pobres, enfermos y esclavos. Esto fue lo primero para el Señor.

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Niños esclavos en Benin

En el mundo en que vivimos hoy, sigue habiendo mucho sufrimiento y muchas esclavitudes. Si los cristianos no anteponemos esa brutal y espantosa realidad a todo lo demás, la pura verdad es que no nos relacionamos con Dios, sino con las “representaciones de Dios” que nosotros nos hacemos, para tener paz, para darle sentido a la vida, para justificar lo mucho que vale nuestra religión, para ver la muerte con esperanza, incluso para ganar dinero, tener fama… ¿qué sé yo?

No nos engañemos, ¡por favor! Porque la pura verdad es que la religión, las observancias sagradas, las normas eclesiásticas…, todo eso, nos tranquiliza. Pero también nos engaña. Como se ha dicho acertadamente, “la experiencia religiosa de todos nosotros ya no es de fiar” (Thomas Ruster). Lo vemos todos los días. La religiosidad tranquiliza nuestras conciencias. Por eso no me cansaré de repetir que solamente la BONDAD es digna de fe. Porque en la bondad, que se traduce en liberación del sufrimiento, ahí es donde podemos empezar a conocer a Dios, lo que es Dios y lo que quiere Dios. Y lo que necesitamos de Dios para ser buenas personas de verdad.

Biblia, Espiritualidad , , ,

Leonardo Boff: “¿Por qué humanos esclavizan a otros humanos, ayer y hoy?”

Miércoles, 19 de febrero de 2020
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Trabajo-esclavo-algodonales-americanos_2198790131_14278309_660x371Trabajo esclavo en algodonales americanos

“No sentir a los otros como nuestros semejantes es nuestro pecado original”

“Hoy día hay cerca de 40,3 millones de personas en régimen de esclavitud, debido a tráfico de personas, deudas, trabajos o casamientos forzados etc”

“Las mentes más brillantes de Occidente la vieron como natural y hasta poseían esclavos. Así Aristóteles, David Hume, Immanuel Kant, Friedrich Hegel”

“El ser humano decae en el sentido de dar rienda suelta a sus impulsos y así se torna inhumano”

La existencia y persistencia de la esclavitud o de condiciones análogas a la esclavitud constituye un desafío humanístico, filosófico, ético y teológico hasta los días actuales. ¿Por qué hay humanos que esclavizan a otros humanos, sus co-iguales?

La más antigua codificación de leyes, el Código de Hammurabi, escrito hacia 1772 a.C. en Irán, se refiere ya a la clase de los esclavos. Y así a lo largo de toda la historia hasta los días actuales. La Walk free Foundation que se ocupa de la esclavitud a nivel mundial, calcula que hoy día hay cerca de 40,3 millones de personas en régimen de esclavitud, debido a tráfico de personas, deudas, trabajos o casamientos forzados etc. La India lidera el ranking con 7,99 millones de esclavizados. Los datos de Brasil en 2018 apuntaban a 369 mil personas en condiciones análogas a la esclavitud o esclavizados.

Las mentes más brillantes de Occidente la vieron como natural y hasta poseían esclavos. Así Aristóteles, David Hume, Immanuel Kant, Friedrich Hegel. El propio Thomas Jefferson, formulador de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, en la cual se afirmaba que todos los seres humanos nacen libres y con iguales derechos, tenía esclavos, así como nuestro Tiradentes, que tenía por lo menos seis. El famoso Padre Antônio Vieira predicaba a los esclavos en un ingenio azucarero: “Sois imitadores de Cristo crucificado porque padecéis de un modo muy semejante a lo que el Señor mismo padeció en su cruz y en toda su pasión”, llegando a llamarlos por eso “bienaventurados”. Una piadosa y al mismo tiempo cruel justificación.

Ninos-explotados-canteras-Benin_2198790132_14278346_667x375Niños explotados en canteras de Benín Planeta Futuro

Resumiendo: El gran especialista en esclavitud, el jamaicano Orlando Petterson, profesor de Harvard, afirma: “La esclavitud ha existido desde el principio de la historia de la humanidad hasta el siglo XX (XXI), en las sociedades más primitivas y también en las más avanzadas” (cf.L.Gomes, Escravidão, p.65). ¿Qué razones llevaron a la esclavitud?Hasta hoy ninguna explicación se ha revelado convincente. Pero podemos tantear algunas razones, si bien todas precarias.

La primera habría sido el patriarcado. Hace 10-12 mil años el hombre-macho se impuso a todos, a la mujer, a los hijos, a la naturaleza. Se sobrepuso al otro, haciéndolo su siervo y esclavo. La esclavitud sería hija del patriarcado aún vigente en nuestros días.

La segunda razón, de naturaleza filosófica, sustenta que el ser humano es un ser decadente. No en un sentido ético sino ontológico. Es decir, su naturaleza es tal que nunca consigue ser lo que debería o desearía ser. Hay en él una amarra interna que le impide dar el salto necesario: controlar e integrar sus impulsos, que no son en sí malos, sino naturales: la cólera, el uso de la fuerza, el poder como capacidad de dominación. El ser humano decae en el sentido de dar rienda suelta a estos impulsos y así se torna inhumano. ¿De dónde le viene esa incapacidad? ¿De la contradicción entre el deseo infinito y la realidad finita? Bien podría convivir jovialmente con el infinito, acogiendo su ser finito. Pero no lo hizo y no lo hace. Así se crearon las condiciones de uno esclavizar al otro hasta crear la institución de la esclavitud. La herida sigue sangrando y haciendo sangrar.

Francisco-religiosas-integrantes-Talitha-Kum_2162193794_13945961_667x375Francisco saluda a religiosas integrantes de la red contra la trata ‘Talitha Kum’

Tengo para mí que la sabiduría judeocristiana, tan ancestral, nos trae alguna luz. Habla de pecado original. El término no es bíblico, pues ahí se usa “pecado del mundo” o “el ser humano es inclinado al mal desde su juventud”. Pecado original es un término creado por San Agustín (354-430) en su intenso intercambio de cartas con San Jerónimo y en polémica con el teólogo Pelagio.

Pecado original, según él, no tiene la connotación temporal de “desde los orígenes”. Original concierne al núcleo originario, primero y esencial del ser humano. En su interior más profundo existe una ruptura: con la naturaleza, no respetando sus ritmos, con el otro, odiándolo, y con el Definitivamente Importante. Él se considera el más importante por estar dotado de razón. Por ella imagina que puede dar cuenta de sí mismo, como si él mismo se hubiese dado la existencia y no Alguien que lo hace venir a este mundo. Pecado original es esa hybris y arrogancia. Significa magnificar su yo hasta el punto de excluir a los otros y al Gran Otro que lo creó.

La consecuencia primera es la instauración de la dictadura de la razón. Ella pretende explicar todo y por ella dominar todo. Propósito vano. El ser humano no es sólo razón. Es principalmente corazón, sensibilidad y amor. Bastante antes de la razón, el logos, en términos de la antropogénesis, vino el sentimiento, el pathos. Esta dimensión ha sido reprimida y hasta negada. Con eso dejó de sentir al otro, de ponerse en su lugar, de alegrarse y sufrir con él. Lo objetivó, es decir, lo hizo objeto de uso y abuso. Surgió la dominación del otro. Comenzó la esclavización de un humano sobre otro humano.

“En su interior más profundo existe una ruptura: con la naturaleza, no respetando sus ritmos, con el otro, odiándolo”

No sentir a los otros como nuestros semejantes y no tener empatía con ellos es “nuestro pecado original”, origen de la esclavitud de ayer y de hoy y del sistema de explotación sistemática de las personas en función de la acumulación privada, del yo sin los otros. Sin abrazar al otro como co-igual y sin sufrir con el sufrimiento de la Tierra, se sigue reproduciendo nuestro pecado original. Pero no habrá futuro para nuestro tipo de mundo y de civilización. Otro mundo vendrá de liberados, de libres y de fraternos conviviendo alegremente el corto tiempo que nos fue concedido.

Traducción de Mª José Gavito Milano.

Fuente Religión Digital

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José Ignacio López Vigil: “San Pablo inventó el cristianismo y la Iglesia católica homófoba y machista”

Lunes, 19 de noviembre de 2018
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frente-a-frente2“Magdalena era una mujer extraordinaria, una galilea peleadora, que se enamoró de Jesús y Jesús de ella”

“Pablo escribió sus cartas sin saber nada, absolutamente nada de Jesús. Ni conoció a Jesús ni comió pescado con él”

“Todos los que van a comulgar han rezado antes la oración de un gay, el centurión romano, que le dice a Jesús: ‘Señor. No soy digno de que entres en mi casa (a curar a mi pareja), pero una palabra tuya bastará para sanarlo'”

(José M. Vidal).- “Pablo de Tarso, que no conoció a Jesús de Nazaret, inventó a Jesucristo y, además, como era misógino, esclavista y homófobo, creo una Iglesia a su imagen y semejanza”. Lo dice todo de un tirón y, al terminar, pregunta a los presentes: “¿He dicho muchas herejías?” Y la verdad es que, con su barba larga, su pelo cano y sus gafas, José Ignacio López Vigil parece un santo padre más que un hereje. Eso sí, habla y escribe muy claro, como viene demostrando, desde hace años, en sus programas de radio y en sus libros.

Ayer, precisamente, presentaba su última obra¡Frente a frente! San Pablo Apóstol, el que inventó a Cristo y María Magdalena, la que conoció a Jesús (feadulta), ante un numeroso público, que llenaba el auditorio del colegio mayor Chaminade. Un nuevo libro que, como todos los anteriores, está escritos a cuatro manos, con su hermana, María López Vigil, también periodista.

La presentación de la mesa, en la que figuraba el autor, junto al teólogo Xabier Pikaza, corrió a cargo de África de la Cruz, profesora emérita de psicología de la Universidad autónoma de Madrid, que comenzó recordando “el importante papel que los dos hermanos escritores desempeñaron en mi evolución espiritual”. Con varias de sus obras, pero sobre todo con ‘Un tal Jesús’, la más famosa y la más polémica, pero que sirvió de alimento a generaciones de creyentes, que, de su mano, “dieron el salto mortal del Jesús del credo al ‘Moreno de Nazaret’, de un Dios al que hay que temer y, en el fondo, odiar, al Dios amor y sólo amor”

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Del nuevo libro, objeto de la presentación, la profesora alabó su “estilo desenfadado e irreverente, su aparente sencillez y su simplificación e, incluso, su sentido del humor y su forma de narrar periodística que engancha”.

A continuación, se proyectó un video del teólogo José María Castillo, autor de varios libros sobre el tema y que suele decir que “el problema empezó con Pablo“. Tras saludar a los presentes, calificó a los hermanos López Vigil de “personas de una profundidad evangélica importante y de una notable competencia intelectual”.

Respecto a la obra, Castillo quiso subrayar que la sencillez expositiva no está reñida con la profundidad, aunque “hay personas que confunden la sencillez y la clarividencia de la comunicación directa con la falta de profundidad intelectual”. A su juicio, hablar sencillo y claro, como Jesús, “no es bajar el nivel de fiabilidad” y, además, de esta forma se llega a mucha más gente.

“Hay mentalidades formadas en la alta especulación, que dan más valor a las teorías, pero Jesús hablaba en parábolas y su enseñanza era teología narrativa, una teología que es tan valiosa como la puramente especulativa y, en muchas ocasiones, va más allá y llega a lo más profundo de la fe de los sencillos”, concluyó el teólogo, asegurando que los autores “tienen ese don de la teología narrativa”. Un don “que pocos tienen”.

Tras dar las gracias a Castillo, que aparece en la serie, compuesta inicialmente como crónicas de radio, uno de los autores, José Ignacio López Vigil salta a la arena, coge el micrófono y con su acento mezcla de español de Asturias pasado por Latinoamérica durante muchos años (y allí sigue), va directo al grano desde el principio. Como si tuviese ganas de sacudir y provocar a los presentes, que, por otra parte, venían con ganas de ser zarandeados.

Y lanza una serie de afirmaciones claras y tajantes:Pablo escribió sus cartas sin saber nada, absolutamente nada de Jesús. Ni conoció a Jesús ni comió pescado con él. Sólo tuvo una revelación camino de Damasco y se puso a escribir, sin ni siquiera regresar a Jerusalén a hablar con María, su madre, ni con María Magdalena, su compañera”.

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Por eso, “en las cartas de Pablo no hay geografía ni historia”. Tanto es así que Pablo, el viajero, el intelectual de la escuela farisaica de Gamaliel, que sabía tres idiomas (arameo, hebreo y griego) y que sabía escribir, mientras “los demás discípulos y el propio Jesús eran analfabetos”, ese Pablo “inventó a Jesucristo”.

Más aun, “Pablo de Tarso no sólo era homófobo, misógino y esclavista, sino que, además, inventa la teoría del pecado original y, como consecuencia, la tesis de la expiación. Para redimir al mundo de ese terrible pecado, Dios, enfurecido, manda a su propio Hijo, para que lo maten y con su sangre lave el pecado y Dios quede tranquilo. Algo terrible”.

La cara opuesta del cristianismo naciente la ofrece, según López Vigil, María Magdalena, “la fundadora del cristianismo, la que proclamó ‘esta vivo y su proyecto no terminó en la cruz'”. La que se opone en el libro, a la homofobia de Pablo de Tarso. Entre otras cosas, porque “todos los que van a comulgar han rezado antes la oración de un gay, el centurión romano, que le dice a Jesús: ‘Señor. No soy digno de que entres en mi casa (a curar a mi pareja), pero una palabra tuya bastará para sanarlo”.

Lo peor de estos dos cristianismo enfrentados es, para López Vigil, que “la Iglesia optó por el de Pablo de Tarso y marginó por completo el de María Magdalena”. Por eso, a su juicio, “es urgente recuperar los Evangelio y a María Magdalena”.

Terminada la primera intervención del autor, Xabier Pikaza, como gran biblista que es, quiso matizar un poco las afirmaciones de López Vigil y aseguró que, en contra de lo que se suele pensar, “el Pablo del que tú hablas es el Pablo popular, al que se le atribuyen algunas afirmaciones que son evidentes intrapolaciones, como lo que dice sobre las mujeres”.

marialopezvigilyhermanoMaría y José Ignacio López Vigil,

Según Pikaza, Pablo hizo cosas admirables y la más importante: dijo que Jesús era Dios”. El biblista reconoce que “parece que Pablo tuvo un problema de misoginia, pero en su Iglesia las mujeres eran iguales que los hombres“. Y terminó subrayando que “Pablo fue fundamental y, sin él, el cristianismo no podría seguir adelante” y pidiendo a los autores nuevas entregas de su obra sobre el Pablo auténtico.

López Vigil aceptó el reto de seguir discutiendo y escribiendo sobre Pablo de Tarso en nuevos libros, para someterse a continuación a las preguntas de los presentes. En sus respuestas, recordó, por ejemplo, que escribió ‘Un tal Jesús’ “en los bellos tiempos de la Teología de la Liberación, que Juan Pablo II se ocupó de arruinar”.

Preguntado, de nuevo, sobre Magdalena, aseguró que, “aunque la Iglesia, para marginarla, la calificó de prostituta, era, en realidad, una vendedora de pescado, que se enamoró de Jesús y Jesús de ella, una mujer extraordinaria, una galilea peleadora”. Por eso, a su juicio, “hay que reivindicarla, porque ella fue la apóstol de los apóstoles”.

Para conectar la Iglesia actual con el cristianismo de María Magdalena, López Vigil pidió al Papa una Iglesia que abola el celibato y una Iglesia con mujeres protagonistas, no sacerdotas, porque si la Iglesia no tiene rostro femenino, no es la Iglesia de Jesús”.

Preguntado sobre la relación entre el celibato y los abusos del clero, López Vigil negó una relación directa, pero aseguró que la Iglesia prohibió el matrimonio a los curas para defender su patrimonio e impuso el celibato para que no heredasen las mujeres de los curas” y proclamó que “el celibato es una ley antinatural, que puede provocar reacciones antinaturales y, por eso, tiene que ser abolida”.

En contra de lo que suele sostenerse, López Vigil aseguró que Jesús era un campesino alegre y dicharachero, al que le gustaba contar chistes y adivinanzas , asi como alguien radicalmente revolucionario, aunque no sabía escribir y leía a duras penas, trastabillándose”.

Y terminó proclamando que la Iglesia tiene que “quitar miedos y culpas, porque, si se cree en el infierno, no se cree en Dios” a invitando a la esperanza, porque “otro Dios es posible”, como reza el título de otra de sus obras.

Fuente Religión Digital

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Personas rescatadas por el Open Arms denuncian torturas y explotación sexual

Jueves, 12 de julio de 2018
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tagnabou-elvis-rescatado-por-el-open-armsTagnabou Elvis, rescatado por el Open Arms (Olmo Calvo/El Diario)

“En Libia, cada noche violaban delante de nosotros a quien iban a matar”

“Decían ‘ven, ven’ y disparaban. Yo vi como mataron a mi amigo. Cuando estás en esa situación, solo Dios puede ayudarte”

A pesar de los testimonios, la Unión Europea defiende la devolución de migrantes al país vecino

(Gabriela Sánchez, El Diario).- Elvis vivió durante un año y medio encerrado en un búnker oscuro del que no podía escapar. Cada día, cada hora y cada minuto sobrevivía sumido en sus pensamientos para evitar concentrarse en el exterior.

Despertarse a gritos, llamar a su madre para explicarle, entre sollozos de dolor, que ha sido capturado mientras su secuestrador le golpea con su rifle en la misma zona de su cuerpo que la tarde anterior. Escuchar a su madre llorar, pidiéndole perdón por no tener dinero suficiente para pagar lo exigido y acabar con el sufrimiento de su hijo. Esta es solo una pequeña parte de ese “infierno libio” descrito por cada migrante rescatado en el Mediterráneo.

Esta es la Libia a la que la Unión Europea apuesta por devolver a quienes tratan de llegar a Italia arriesgando su vida en el mar, a través del traspaso de las labores de rescate ejercidas hasta ahora por la Guardia Costera italiana y las ONG a una supuesta guardia costera libia.

Dos grandes cicatrices inflamadas le recuerdan los golpes diarios de las milicias que lo mantenían en cautiverio. El dolor más profundo, detalla, no venía de las armas con las que dejaban en carne viva su hombro y su cabeza. El mayor sufrimiento procedía de la voz que le obligaban a escuchar cada día al otro lado del teléfono: Mi madre lloraba pero no tenía dinero. No podía hacer nada pero oía mis gritos. Me forzaban a llamarla”, relata Tagnabou Elvis a bordo del Open Arms.

“Los criminales libios lo hacían cada día, excepto cuando se cansaban de pegar. Como nos golpeaban tanto, había días que estaban agotados y se hartaban de pegarnos”, normaliza el joven de Burkina Faso.

No recuerda el número de asesinatos presenciados. “Cada día uno debía morir”, sentencia Elvis con entereza. Cuando llegaba la noche al búnker sin ventanas en el que eran hacinadas decenas de personas, “si te llamaban, era mala señal”, continúa. “Decían ‘ven, ven’ y disparaban. Yo vi como mataron a mi amigo. Cuando estás en esa situación, solo Dios puede ayudarte, lamenta.

tagnabouelvis_560x280Cicatrices recuerdan a Tagnabou Elvis los golpes de las milicias libias

A las llamadas forzadas, las lesiones y el sentimiento de culpa se añadía el ritual de cada día. “Antes de matarles, los violaban delante de nosotros. Les bajaban los pantalones y después los asesinaban”, dice tras ser preguntado por posibles casos de explotación sexual. Ninguno de sus compañeros agredidos sexualmente sobrevivió: “Si te violaban debías morir”, dice Elvis en el barco español por el que fue rescatado tras su huida de Libia.

En su caso, solo había hombres en la habitación donde él permanecía encerrado. “Cada día asesinaban a uno delante de nosotros. Antes solían violarle. Todas las semanas traían a gente nueva. Mataban, dejaban hueco, para encerrar a otras personas capturadas”, añade el joven burkinés.

Las quemaduras de cigarrillo, las breves descargas eléctricas, los cortes con cuchillos o pellizcos con tenazas son otros de los métodos de tortura a los que se refieren muchas de las personas rescatadas por el Open Arms que han atracado este miércoles en Barcelona. Las mujeres y los hombres muestran señales que su paso por los calabozos libios ha dejado en su cuerpo. Algunas de estas provocadas tras las devoluciones realizadas por la supuesta guardia costera libia.

dos-migrantes-hablan-y-observan-el-mar-desde-el-open-armsDos migrantes hablan y observan el mar desde el Open Arms (Olmo Calvo/Afp)

Elvis logró escapar del cautiverio que le mantuvo encerrado durante la mayor parte de su paso por Libia. “El carcelero se emborrachó y se dejó la llave puesta. Huimos todos. Me acuerdo de correr mucho, me quedé solo. Eran las cinco de la mañana. Entonces encontré a la persona que más me ha ayudado, mi padre en Libia”, recuerda el burkinés. Se trataba de un hombre libio que, junto a su familia, lo acogió en su casa. “Durante un mes, me curó las heridas con agua caliente. Hasta que se frenó la hemorragia”, apunta Elvis, quien le contó su necesidad de escapar de Libia. Hasta que la familia debía irse a vivir a Egipto. “Me dejaban su casa de libia para que viviese allí, pero tenía mucho miedo de que volviesen a capturarme las milicias. Al final, él me pagó el viaje a Europa, asegura el joven. Dos semanas después, viajaba sobre una barca neumática con 60 personas a bordo.

Tras siete horas de travesía, observaron a lo lejos un gran barco. Pensaban que se trataba de una patrullera libia. “Sigamos, sigamos”, dije a mis compañeros. “Habíamos hablado que si venían los agentes libios a devolvernos nos íbamos a tirar al agua, sentencia. “Es demasiado Libia”.

No era una patrullera libia. Era el barco español de Open Arms que este miércoles los ha desembarcado en un puerto seguro. “Si hubiese sido un barco de Libia el que nos hubiese encontrado, todos nosotros estaríamos muertos. Lo habíamos acordado”, concluye el burkinés horas antes de tocar por fin suelo europeo.

 

Fuente Religión Digital

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“La desigualdad programada” por José M. Castillo, teólogo

Martes, 21 de julio de 2015
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desigualdad jodidaLeído en su blog Teología sin censura:

No pretendo descubrir nada oculto. Ni permitamos que nos lo pretendan ocultar. Lo sabemos de sobra. ¿Es que se puede poner en duda la desigualdad aterradora que existe entre África y Europa? Y si nos atenemos a lo que pasa entre nosotros, ¿hay alguien en España que, a estas alturas, no se ha enterado de que la desigualdad entre los más ricos y los más pobres se hace cada día más profunda y más devastadora?

Pero, antes de seguir, debo hacer una precisión importante. No es lo mismo la “diferencia” que la “desigualdad”. La diferencia es un hecho. La igualdad es un derecho. La diferencia es un término descriptivo: quiere decir que de hecho, entre las personas hay diferencias. La igualdad es un término normativo: quiere decir que los “diferentes” deben ser tratados y respetados como iguales (L. Ferrajoli). Por eso, al hablar de la “desigualdad programada”, lo que estoy diciendo es que se ha proyectado respetar y asegurar los derechos de unos pocos (los mejor situados en esta sociedad nuestra), sobre la base de quitarles derechos a los demás. De ahí que, con todo derecho, unos pocos se están forrando, al tiempo que los demás nos sentimos cada día más inseguros. Y los últimos, ya desesperados, huyen de España, se quedan sin trabajo, sin casa, sin futuro y hasta hay quienes se quitan la vida.

Lo peor de esta situación no es lo que está pasando, sino lo que se ve venir. Y lo que se ve venir – si a esto no se le pone pronto remedio – es la quiebra interna del sistema a base de indecibles sufrimientos. Hace más de 60 años, el profesor E. R. Dodds pronuncio unas conferencias en la Universidad de Berkeley, en las que explicó la relación de la antigua Grecia con “lo irracional”. ¿Por qué se hundió aquella civilización que todavía nos alimenta y nos impresiona? La respuesta más razonable es ésta: en el hundimiento de aquella civilización, intervino un factor decisivo: no se desarrolló aquel proyecto porque no existió una tecnología seria; no existió una tecnología seria porque la mano de obra era barata; la mano de obra era barata porque abundaban los esclavos. Por eso se hundió la civilización griega. Y después se hundió también el imperio romano. Hasta que terminó por imponerse la concepción medieval del mundo. Una concepción que fue posible porque resultó devastadora la abundancia de esclavos.

Cuando el peso de la sociedad se carga sobre las espaldas de esos esclavos, es evidente que los señores triunfan y se divierten. Pero tan cierto como eso es que una sociedad así, no tiene futuro. ¿Por qué? Lo diré sirviéndome, de nuevo, del pensamiento del profesor Dodds: los elementos irracionales de la naturaleza humana, que gobiernan nuestro conocimiento, determinan una parte enorme de nuestra conducta. Y también, en gran medida, determinan igualmente lo que pensamos. Pero si esto es así, confieso que, a mí por lo menos, me da miedo. Mucho miedo.

Es verdad que ya no hay “esclavos”. Pero, ¿es que no lo son quienes se ven privados de los derechos que habíamos conquistado con sangre, sudor y lágrimas? Y me permito recordar que, en este país nuestro, cuando se nos calienta la sangre, lo irracional se impone con un furor imprevisible. Mucho me temo que por ahí puede ir nuestro futuro.

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El debate en las iglesias. 150 años antes del Sínodo, esclavitud y “ley natural”, por Andrea Grillo

Miércoles, 22 de abril de 2015
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esclavosInteresante artículo que publica la web de Proyecto Gionatta:

by Gionata · 15 aprile 2015

 Artículo de Andrea Grillo publicado en la revista semanal de la Diócesis de Adria-Rovigo La Settimana nº 8, con fecha 22 de febrero de 2015. Texto traducido por Blanca Chaves Ortega, Federica Maggiotto, Sheila Hernández Rodríguez y Carmen Romero Lorenzo. Revisión de Estefanía Flores Acuña

Mientras nos aproximamos al Sínodo Ordinario del próximo octubre, debemos considerar las secuelas que dejaron algunas intervenciones que ­–­desde mucho antes del Sínodo Extraordinario y luego durante su celebración, además de en los análisis que lo siguieron– evocaron, con tonos dramáticos, el peligro de “traición a la tradición” y la pérdida potencial de fidelidad al depositum fidei. Para calmar a estas voces alarmistas es útil volver a empezar con unas palabras muy significativas pronunciadas por el papa Francisco en su famosa entrevista [1] concedida a La Civiltà Cattolica, revista quincenal fundada por la orden franciscana:

[…] ciertamente la comprensión del hombre cambia con el tiempo, y la conciencia de sí mismo se hace más profunda. Pensemos en cuando la esclavitud era cosa admitida y cuando la pena de muerte se aceptaba sin problemas. Por tanto, se crece en la comprensión de la verdad. Los exegetas y los teólogos ayudan a la Iglesia a madurar su propio juicio. La visión de la doctrina de la Iglesia como un monolito que debe defenderse a toda costa sin matices es errónea [2].

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La cabaña del tío Tom

13Es relevante que esta declaración haya sido publicada por la revista de los jesuitas, cuya historia forma parte, con pleno derecho, de ese “cambio” en el que la conciencia de la Iglesia se afina y se hace más profunda. En este lento camino de “refinamiento”, es preciso reexaminar no solo las ideas, sino también las modalidades de la argumentación y los datos de la experiencia. El ejemplo citado por el papa Francisco debe invitar a reflexionar sobre cómo en el pasado la esclavitud era admitida y encontraba su justificación en la “ley natural” de la misma Iglesia. El prejuicio más grave se ocultaba y se sustentaba en una supuesta “evidencia natural”.

Resulta útil consultar dos textos antiguos, muy ilustrativos. En la misma revista jesuita que hoy publica las entrevistas proféticas del papa Francisco, apareció en 1853 la reseña de un libro que corría el peligro de aparecer en el Índice expurgatorio de la época, La cabaña del tío Tom. En esta reseña, “La schiavitù in America e la Capanna dello zio Tom”, [3] se comentaba con amarga ironía la cuestión de la esclavitud, añadiendo una serie de consideraciones a propósito de la “servidumbre”. El libro, a pesar de ser considerado “no perjudicial”, provocó estas terribles palabras:

El esclavo negro o de otro color que no sea blanco es, como el mancipio en la época de los romanos, en esencia, no persona sino cosa, aunque (obviamente) cosa viva y semoviente… Una raza, digamos, que se sitúa en el último escalafón de la especie humana, en la tez tan negra que avergüenza al ébano, en el cabello lanoso e hirsuto, en la cara aplastada y extrañamente obtusa, en el ojo que, cuando no es estúpido, o es feroz o te revela una astucia vulpina, en las facultades intelectuales lentas, limitadas, totalmente inertes… De esta manera, en ellos la condición de esclavitud parece corroborar lo que la naturaleza estableció; y la repulsión que las otras razas sienten al acercárseles parece condenarlos a una esclavitud eterna. Ahora cada uno observa que dichas diferencias no se eliminan con los artículos de los códigos. Sea admitida legalmente o no la esclavitud en un Estado de la Confederación, lo cierto es que un blanco no se sentará jamás en la misma mesa que un negro, ni querrá subir a un carruaje con él o compartir el mismo banco, ya no solo en el teatro, sino tampoco en la iglesia

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La decimotercera enmienda

Del mismo modo, una instrucción [4] publicada trece años después por la Sagrada Congregación del Santo Oficio, establecía lo siguiente:

A pesar de que los Romanos Pontífices hayan intentado por todos los medios abolir la esclavitud en todos los pueblos, y a esto se le deba principalmente el hecho de que, desde hace varios siglos, ya no existan esclavos en muchos pueblos cristianos, sin embargo […] la esclavitud, de por sí, no es totalmente contraria ni al derecho natural ni al derecho divino, y puede haber varios motivos justos según la opinión de renombrados teólogos e intérpretes de los cánones sagrados. De hecho, la posesión del esclavo por parte del patrón no es más que el derecho a disponer de forma perpetua del servicio del siervo para sus propias necesidades, ya que es justo que un hombre cubra las necesidades de otro. Como consecuencia, el hecho de que el siervo sea vendido, comprado o regalado no es contrario ni al derecho natural ni al derecho divino. Por lo tanto, los cristianos… pueden comprar esclavos, o entregarlos como pago, o recibirlos como regalo, de manera lícita, siempre y cuando estén moralmente seguros de que dichos siervos no hayan sido ni arrebatados a su legítimo patrón ni arrastrados injustamente a la esclavitud… puesto que no es lícito comprar, sin el permiso del dueño, los bienes ajenos obtenidos mediante el robo.

Por último, podemos reconocer, en una reciente película de éxito como Lincoln, dirigida por Steven Spielberg, la meticulosa reconstrucción de la abolición formal de la esclavitud en EE.UU., mediante la aprobación de la decimotercera enmienda, el 31 de enero de 1865. Para llegar a este logro histórico, hace 150 años, fue necesario un choque de argumentos y fuerzas muy grande.

Hoy parece que hemos adquirido el “valor”, pero el método aún parece bastante oscuro. Es curioso escuchar, en su discurso en la Cámara de Representantes, cómo un honesto “defensor de la esclavitud” planteaba el efecto “reacción en cadena” que podría desencadenar la aprobación de la decimotercera enmienda: «La ley natural impone la diferencia entre blancos y negros ante la ley. Si hoy equiparásemos a los negros con los blancos, mañana los negros querrían votar, y al final, terminarían por pedir el voto… ¡incluso las mujeres!».

Abrazos tiernosCiento cincuenta años después de esas gravísimas declaraciones, en el Sínodo de los Obispos que se está preparando, se deberá evitar recurrir a estos zafios argumentos, que ya no se aplican a la esclavitud, sino a familias rotas, a familias reconstituidas y a parejas de hecho.

A quien recurra a argumentos parecidos y plantee tales “reacciones en cadena”, es posible que, dentro de 150 años, se le mencione como una persona –ya sea laico o clérigo, filósofo o teólogo− que vivía en una época que ahora resulta del todo incomprensible. Sin embargo, no es necesariamente cierto que la inadecuación de este enfoque no pueda saltar a la vista ya hoy, 150 años antes

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[1] Spadaro, A., “Intervista a papa Francesco”, La Civiltá Cattolica, 3918/III (2013), 449-477, aquí 475-476
[2] Extracto traducido por ACI Prensa http://www.aciprensa.com/entrevistapapafrancisco.pdf
[3] “La esclavitud en Estados Unidos y la Cabaña del tío Tom” (traducción nuestra, La Civiltà Cattolica, 1853, IV, 2, 2, 481-499).
[4] Instrucción del 20 de junio de 1866 publicada por la Sagrada Congregación del Santo Oficio, aprobada por el papa y recogida en Colectanea S. Congregationis de Propaganda Fide seu Decreta Instructiones Rescripta pro apostolicis Missionibus, vol. I, Roma, 1907, p. 719 (texto en latín traducido)

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Texto original: 150 anni prima del Sinodo, schiavitù e “legge naturale”

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“La dignidad compartida”, por Gema Juan OCD

Martes, 17 de febrero de 2015
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16459854845_0f0a9ecb16_mDe su blog Juntos Andemos:

En la primera Jornada Internacional de oración y reflexión contra la trata de personas.

Para hablar de los seres humanos, Teresa de Jesús utilizó las mejores palabras que encontró, las imágenes más preciosas y valiosas que tenía a mano. Decía que una persona es «como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas».

Un castillo: el ser humano es inmenso. De diamante: es fuerte y del material más preciado. De cristal: puede irradiar e iluminar y puede acoger la luz. Con muchos aposentos: es rico y plural en sí mismo, no es gris, su escala de colores es infinita y su profundidad es inmensa.

Y no contenta con eso, Teresa, como si se hubiera quedado corta, lo comparaba con el cielo. Y el cielo, para ella, era la suma absoluta de los bienes, el lugar de la buena eternidad. El cielo era la casa de Dios. De modo que veía al ser humano como el lugar donde Dios se encontraba.

Muy pronto, Teresa observó que se podía tratar de diferentes maneras a las personas y llamó poderosamente su atención cómo lo hacía su padre, Alonso de Cepeda. De él cuenta:

«Era mi padre hombre de mucha caridad con los pobres y piedad con los enfermos y aun con los criados; tanta, que jamás se pudo acabar con él tuviese esclavos, porque los había gran piedad, y estando una vez en casa una de un su hermano, la regalaba como a sus hijos».

No fue capaz de tener esclavos, en una época en que no era raro tenerlos y en la que, sin embargo, no era frecuente tratarlos con humanidad y, menos aún, regalarlos y cuidarlos.

Bastaría recordar que cuando, pocos años después de la muerte de Teresa, se lleve a cabo la expulsión de los moriscos, se incluirá una salvedad en la ley: se podía retener a los que fueran esclavos. No eran seres humanos, eran propiedades.

A la mentalidad actual se le antoja una barbaridad y, sin embargo, la esclavitud existe en el siglo XXI y ha logrado tomar unas formas tan sutiles que, en ocasiones, termina por ser legal el tráfico humano. Cambiando el nombre, por supuesto, porque los eufemismos son un arma en este terreno.

Encontrar trabajo, salir de la pobreza, ayudar a la familia, prosperar… el comercio humano, la trata de personas no solo persiste sino que lo hace fuerte y refinadamente, que es el peor sello que puede llevar. Porque se desfigura la verdad de modo que llegue a no percibirse.

Teresa alzó la voz, intentando despertar a los padres que no eran capaces de ver que tenía más valor la vida sus hijos que la honra, es decir, el puesto en el mundo, el escalafón que podían ocupar. ¿Qué diría a quienes son incapaces de percibir el valor de la vida ajena, a quienes trafican con sus propios hijos o hermanos? «Abridles, Dios mío, los ojos; dadles a entender qué es el amor» —así seguiría levantando la voz Teresa.

Percibía, con dolor, la ceguera que puede arrastrar hacia la sinrazón: «No es pequeña lástima y confusión que, por nuestra culpa, no entendamos a nosotros mismos ni sepamos quién somos». No darse cuenta de que todo ser humano tiene en sí mismo valor es el principio para usarlo como si fuera un objeto.

Teresa era una mujer muy realista, con conciencia de que el ser humano es capaz de echar a rodar todo y estropearlo. Sabía la oscuridad en la que puede quedar el cristal humano: «Si sobre un cristal que está al sol se pusiese un paño muy negro, claro está que, aunque el sol dé en él, no hará su claridad operación en el cristal». Y sabía que «no hay tinieblas más tenebrosas» que las de vivir negando la dignidad humana.

Ora y le «recuerda» a Dios que, a pesar de todo, somos imagen suya: «Resplandezca vuestra misericordia en tan crecida maldad; mirad, Señor, que somos hechura vuestra». Y, a la vez, grita a sus hermanos: «¡Oh mortales, volved, volved en vosotros!… acábese ya tanta maldad… tornad en vosotros, abrid los ojos» y reconoced al mismo Dios en cada ser humano.

Y, con todo, la esperanza y el optimismo –palabra con mala prensa–, sostienen el pensamiento de Teresa y su convencimiento de que el ser humano puede cambiar. Por eso, cuando definió qué es ser cristiano, habló de amistad con Dios y dijo que orar es «tratar de amistad» con el Dios que ama siempre, pero añadiendo algo fundamental: «Para ser verdadero el amor y que dure la amistad, hanse de encontrar las condiciones».

Y explicaba que a vueltas con el Amigo, la condición va cambiando. Que el amor puede transformar una vida, que la amistad auténtica devuelve la dignidad. Que la bondad es más fuerte que todo el mal que puede llevarse a cabo. Por eso, pedía a sus hermanas estar siempre «ocupadas en oración… ocupadas en cosa que sea provecho de algún alma». Ocupadas en todo lo que recupera la dignidad compartida.

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