Del blog de la Communion Béthanie:

” No te harás imagen tallada… ”
ni de Dios, ni de lo que sea.
No fijarás a Dios en una imagen …
Sin embargo, cada palabra que pronunciamos sobre él
y cada nombre que le damos: Eterno, Señor, Padre…
se convierten en imágenes donde limitamos su vida, su gloria, su amor.

“No te harás imagen tallada” de Dios, ni de los demás.
Sin embargo, algunas palabras bastan para describir a una persona,
cortar una reputación, forjarse una opinión, cincelar un retrato,
vaciar al otro en un molde.
Es fácil, tan fácil hacerse una imagen del otro,
fiándose de las aparencias y de las habladurías,
quedándose con las primeras impresiones,
fijándolo en un episodio de su vida o en el fracaso de un encuentro.

“No te harás imagen tallada…”
ni de Dios, ni de los demás, ni de ti mismo.
Porque cada uno forja su propia imagen.
¿Cómo entonces discernir el rostro bajo la máscara,
la fragilidad bajo la seguridad,
la herida bajo la desfachatez,
la ternura bajo la frialdad?

Es difícil romper las imágenes que uno se ha hecho de los demás,
de ir hacia el otro y de decirle:
“es a ti a quien quiero encontrar y conocer,
y no la imagen que se me ha dado de ti,
y no la imagen que tú das de tí mismo “.

Es difícil romper la imagen que los demás se hacen de nosotros,
o que hemos querido dar de nosotros mismos,
de ir hacia el otro y de decirle:
“olvida las imágenes que tienes de mí.
Encontrémonos verdaderamente.
Conóceme tal como soy “.

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