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Desinformación en México: es falso que la disforia de género sea una enfermedad mental

Jueves, 22 de febrero de 2024
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La diputada Teresa Castell, del partido conservador PAN, volvió a patologizar a las personas trans.

Tribunal Electoral confirma sanción a Diputada Teresa Castell por violencia política de género

El 4 de febrero, la diputada federal Teresa Castell, del partido conservador Acción Nacional (PAN), desde su plataforma de X (antes tuiter) volvió a decir que la disforia de género es una enfermedad que debe ser tratada y la llamó una “fantasía sexual”. En su falso argumento usó palabras como “mutilar y hormonar cuerpos” y de manera engañosa usó una captura de pantalla para sostener su argumento falso.

La disforia de género es un término que usó la medicina durante décadas para patologizar y explicar la existencia de las personas trans. Los activismos aún discuten este término por su carga histórica de patologización. Pero sirve para describir una serie de malestares contrarios a la euforia que una persona experimenta cuando su identidad de género no coincide con el género asignado al nacer.

La disforia no es una enfermedad, sino la expresión de un malestar. Y el malestar viene, en muy buena medida, de la constante negación de la identidad por parte de la sociedad (…). La disforia (en todas sus expresiones) están fuertemente vinculadas a una sociedad que constantemente vigila, amenaza y castiga los cuerpos y las identidades que se salen de la norma (e incluso a los que pertenecen a ella, como un modo de garantizar el status quo)”, así lo explica en este artículo César Galicia, psicólogo y sexólogo mexicano.

Esto no quiere decir que todas las personas trans experimentan inconformidad con su cuerpo, ni buscan tratamientos médicos, hormonales o quirúrgicos para vivir plenamente su identidad de género.

Reincidente en su discriminación

IMG_2948Desde 2023 a la fecha en 28 ocasiones la diputada Castell ha usado la frase “disforia de género”, la ha relacionado con “enfermedad mental”, “perversión” y ha llamado a que las personas trans sean “tratadas”. Sus argumentos sobre las identidades trans no sólo desinforman, sino que también estigmatizan a estas poblaciones.

“La patologización de adultos, niñas y niños LGBT, es decir, etiquetarlas como enfermas con base en su orientación sexual, identidad de género o expresión de género, ha sido históricamente, y continúa siendo, una de las causas principales de las violaciones de derechos humanos que enfrentan. También es un obstáculo para superar las actitudes y estereotipos negativos, así como las múltiples barreras que enfrentan las personas LGBT cuando tratan de ejercer sus derechos más fundamentales”, menciona la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La disforia de género no es una enfermedad mental

En 2018 la OMS dejó de hablar de disforia de género y sacó la transexualidad de la lista de enfermedades mentales. El organismo considera la experiencia trans como una “incongruencia de género”. En su manual de clasificación internacional de enfermedades, CIE-11, incluyó esta categoría en el capítulo de “condiciones relacionadas a la salud sexual” que entró en vigor en enero de 2022.

La incongruencia de género se ha retirado del capítulo ‘trastornos mentales y del comportamiento’ al nuevo capítulo ‘Condiciones relacionadas con la salud sexual’. Esto refleja el conocimiento actual de que las identidades trans y de género diverso no son condiciones de mala salud mental, y que clasificarlas como tales puede causar un enorme estigma”, así loinforma la OMS.

La argumentación de la OMS para mantener la “incongruencia de género” en la CIE-11 es que de tal forma se puede garantizar que las personas trans accedan a los servicios sanitarios pues este manual además de clasificar enfermedades, tiene implicaciones para que los estados tomen decisiones acerca del financiamiento de los sistemas de salud; la elaboración de estadísticas para dar seguimiento a tendencias sanitarias; el desarrollo de políticas públicas de salud y la planificación de las prestaciones de servicios.

En ese sentido lo dicho por Castell sobre “mutilar y hormonizar cuerpos sanos” es también un argumento estigmatizante y falso pues las personas trans no viven en un ‘cuerpo equivocado’. No todas las personas trans buscan atravesar un procedimiento médico, quirúrgico o terapia hormonal para afirmar su género.  

IMG_2950De hecho, en la mayoría de los países del mundo el acceso a los servicios de salud no está garantizados para las personas trans en donde experimentan altos índices de discriminación.

No sólo no se les garantiza procedimientos médicos, quirúrgicos, terapia hormonal de afirmación de género u otros procedimientos, sino que la atención de salud más básica se ve todavía obstaculizada por la discriminación por la falta de aplicación de protocolos con enfoque de géneros y derechos humanos, y la ausencia de conocimiento sobre las necesidades específicas en salud de las personas trans.

Cuatro de cada diez personas LGBT+ en México reportaron no haber recibido el tratamiento adecuado en la atención médica. Y el 49.4% dijo tener que ocultar su orientación sexual e identidad de género para evitar vivir discriminación en los servicios de salud, de acuerdo a los últimos datos de la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG, 2018) realizada por el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Conapred).

En el mundo todavía se patologiza a las identidades trans

Más allá del logro simbólico, las personas trans aún viven estigma, discriminación y violencias, a nivel institucional y social. Que la OMS no considere que ser trans sea una enfermedad mental no quiere decir que en el mundo los estados no patologicen a las personas trans.

En el mundo 18 países solicitan cirugías de afirmación de género o esterilización forzada para que a las personas trans se les reconozca su identidad de género. En al menos 23 países se requiere algún tipo de peritaje que les “diagnostique” para acceder a su derecho a la identidad, de acuerdo a la base de datos de ILGA World (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex).

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México (SCJN) amparan que el reconocimiento de la identidad de género de cualquier persona (mayor y menor de edad) debe ser garantizado sin que tengan que acreditar intervenciones médicas, quirúrgicas, tratamientos hormonales u otros procedimientos.

Para la CIDH es urgente que los estados despenalicen y despatologicen las identidades trans y de género diverso y hace un llamado a que “proporcionen acceso igualitario a la atención de salud y al tratamiento de afirmación de género a aquellas personas que lo pidan”. 

En México la atención de salud de tratamientos de afirmación de género no está garantizada a nivel nacional. En el país solo tres clínicas públicas, todas ubicadas en la capital del país, brindan tratamientos hormonales de afirmación de género. Éstas son las dos sedes de la Clínica Especializada Condesa y la Unidad de Salud Integral para Personas Trans (USPIT).

Una lucha de los activismos trans

La lucha por la despatologización de las identidades trans es esfuerzo de los activismos trans que desde el 2008 se organizaron en la Red de Despatologización Trans de la cual se desprendió la campaña Alto a la Patologización Trans que en sus primeros años tuvo alcance en más de 60 ciudades del mundo.

Desde 2009 cada 22 de octubre se conmemora el Día de Acción por la Despatologización de las Personas Trans. Una fecha donde los activismos y las personas trans y no binaries alrededor del mundo reivindican sus identidades, corporalidades y subjetividades, y visibilizan las consecuencias que genera patologizarlas.

A pesar de que se logró uno de sus principales objetivos de los activismos trans –no considerar su identidad de género como una enfermedad mental–, se mantienen crítiques ante el término “incongruencia de género”. 

En 2019, expertos de la ONU alertaron que aunque la reclasificación en la CIE-11 es una mejora importante, “hay una serie de problemáticas que quedan por abordar para lograr la despatologización total de las personas trans y de género diverso (…). La patologización ha tenido un impacto profundo en las políticas públicas, la legislación y la doctrina jurídica, y de esa manera ha penetrado en todos los ámbitos de la acción estatal en todas las regiones del mundo y ha impregnado la conciencia colectiva. Erradicar de la vida cotidiana la concepción de algunas formas de género como una patología será un proceso largo y difícil”.

8 de febrero de 2024
Geo González@georginagon
Geo González

Fuente Agencia Presentes

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El arzobispo Paul Coakley de Oklahoma compara las identidades transgénero con el abuso de sustancias y alienta el ministerio compasivo

Martes, 9 de mayo de 2023
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Archbishop-Paul-S.-CoakleyArzobispo Paul Coakley de la ciudad de Oklahoma

Un arzobispo norteamericano ha publicado una carta de “orientación pastoral” sobre cuestiones transgénero en la que afirma que las identidades de género diversas son el resultado del pecado original y comparables al abuso de sustancias. En el mismo texto, también llama a los ministerios de la iglesia a ser más compasivos y comprensivos con las personas transgénero.

El arzobispo Paul Coakley de la ciudad de Oklahoma emitió la carta de 14 páginas, titulada “On the Unity of the Body and Soul: Accompanying Those Experiencing Gender Dysphoria (“Sobre la unidad del cuerpo y el alma: acompañando a quienes experimentan disforia de género”), a fines de abril. Coakley afirma que la carta es principalmente “guía pastoral”, a través de la cual se involucrará con “el movimiento transgénero” a la luz de la enseñanza de la iglesia.

Desde el principio, el arzobispo condena las identidades transgénero en términos duros, sugiriendo que son el resultado de la Caída. Coakley escribe:

“Desde la Caída. . Buscamos bienes, incluidas las identidades, que están muy por debajo de nuestro Bien supremo en Dios. . .No es difícil ver esta realidad a nuestro alrededor. Nos llenamos a nosotros mismos y a nuestra vida de trabajo, ansias de poder, sexo, alcohol, internet y ruido constante en un vano intento de saciar el dolor de nuestra alma, o bien, como una forma de adormecer el dolor de no encontrar satisfacción. Algunos de los que sufren de disforia de género buscan un respiro de su dolor identificándose como el sexo opuesto o alguna variación ‘no binaria'”.

Más tarde, Coakley, quien es secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., intenta separar “el movimiento transgénero” de las personas trans, a las que se refiere como aquellas que “sufren de disforia de género”. Este supuesto movimiento es “particularmente efectivo entre los jóvenes”, evidente por el hecho de que más de ellos se declaran trans o no binarios. El arzobispo afirma:

“El movimiento transgénero tiene sus raíces en una forma moderna de dualismo donde cuerpo y alma/mente/espíritu son realidades separadas. Desde este punto de vista, la persona humana es el habitante inmaterial de un anfitrión físico. Por lo tanto, el cuerpo material puede ser manipulado al servicio del alma/mente/espíritu inmaterial. Donde el movimiento transgénero ve una desconexión entre lo material y lo inmaterial, los católicos ven una hermosa unidad como se describe anteriormente en esta carta”.

El arzobispo también señala la necesidad de compasión y acompañamiento. Coakley cita estadísticas que revelan los altos niveles de suicidio y violencia que enfrentan las personas trans, realidades que califica de “alarmantes” y agrega que los católicos deben “condenar categóricamente todas las formas de violencia y discriminación injusta contra ellos”.

También advierte contra los “extremos” en los que las personas “ignoran el dolor de la persona y afirman dogmáticamente que el sexo biológico es el final de la conversación”, aunque esta posición se contrasta con el supuesto extremo de afirmación.

Más concretamente, Coakley dedica secciones a las personas trans, a sus padres y a los “católicos y todas las personas de buena voluntad”. Para el primero, el arzobispo enfatiza el amor de Dios y anima a las personas a buscar ayuda en la iglesia. Para los padres, Coakley escribe:

“Animo a los padres a que se vuelvan curiosos y pregunten amablemente sobre lo que está experimentando su hijo. La idea no es interrogar sino comprender mejor. . .Si un niño no quiere participar en tales conversaciones, respete esa elección, pero continúe controlando y ofreciéndose a escuchar. Si un niño cree que un padre escuchará con empatía y sin juzgar, será más probable que comparta experiencias e inquietudes”.

También sugiere que, en lugar de respetar el nombre o los pronombres elegidos por un niño, los padres podrían usar “apodos o términos cariñosos (campeón, as, amor, etc.) [para] aliviar un poco la tensión de la relación”. Coakley también desalienta cualquier intento de atención que afirme el género, haciendo afirmaciones falsas de que las transiciones de género no mejoran la salud y el bienestar de las personas trans.

Antes de que Coakley concluya con una oración mariana, escribe una vez más contra el llamado movimiento transgénero:

El movimiento es, en pocas palabras, un mal que infecta nuestro mundo en este tiempo y lugar, y debe ser rechazado por completo incluso cuando amamos incondicionalmente a los que están atrapados en sus trampas”.

La carta del arzobispo Coakley sobre la identidad de género enfatiza la compasión en formas en que muchas personas de EE. UU. han dejado de hacer los obispos a la hora de publicar documentos sobre género. Sin embargo, Coakley finalmente no logra mostrar verdadera compasión y acompañamiento al confiar en una teología dañina y prácticas refutadas. Emplear una retórica extrema, como referirse a las personas trans como “un mal que infecta nuestro mundo”, es irresponsable. La combinación de diversas identidades de género con el pecado y el abuso de sustancias niega gran parte del intento de orientación pastoral que sigue. Al final, la carta de Coakley es otro ejemplo de lo que sucede cuando los obispos no escuchan lo suficiente a las personas trans y no binarias y aprenden antes de enseñar.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 5 de mayo de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Arzobispo se opone a propuesta de prohibición de terapia de conversión en Tasmania

Miércoles, 27 de julio de 2022
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5154fb5b7bbded4fad64d9f7af241795Un arzobispo australiano rechazó un informe que pide la prohibición de la terapia de conversión en Tasmania, lo que está provocando un desacuerdo entre la arquidiócesis y los expertos en derechos humanos.

En mayo, el Tasmanian Law Reform Institute (TLRI) publicó un informe de 300 páginas que sugería la prohibición de la terapia de conversión en el estado insular australiano de Tasmania. Los defensores argumentaron que si la práctica no se prohíbe, Tasmania se convertirá en un imán para quienes utilizan estas técnicas desacreditadas, informó ABC.

El presidente de Equality Tasmania, Rodney Croome, afirmó que la prohibición debería entrar en vigor este año:

“Si dejamos que este problema se prolongue hasta 2023, podríamos convertirnos en el vertedero de muchas personas que son enviadas aquí desde la interestatal para realizar prácticas de conversión y no queremos eso”.

La Arquidiócesis de Hobart, que cubre ambas partes de Australia continental y la isla de Tasmania, cuestionó las conclusiones del informe. El arzobispo Julian Porteous argumentó que prohibir la terapia de conversión tendría un efecto paralizador en la libertad de expresión en el país, diciendo:

“‘Esto podría conducir a cambios legislativos que hicieran ilegal expresar creencias tales como que existe una orientación sexual e identidad de género normativa y arquetípica para cada sexo biológico humano’”.

Además, el Star Observer  informó que el arzobispo expresó su preocupación de que las recomendaciones limitarían la libertad médica, como comentó:

“‘Según los cambios propuestos, los profesionales médicos y los psicólogos se verían obligados a afirmar que la disforia de género es normal y saludable, lo que aumenta la probabilidad de que un paciente realice procedimientos irreversibles para “transicionar” al sexo opuesto’”.

Porteous argumentó en contra de la atención de afirmación de género para los tasmanos transgénero y destacó su posición negativa LGBTQ al abordar la dismorfia de género. Él afirmó:

“‘La comprensión cristiana de la persona humana, creada varón y mujer a imagen y semejanza de Dios, se corresponde con la realidad biológica y, por tanto, es necesaria para el florecimiento y cuidado adecuado de las personas y de la sociedad en su conjunto’”.

TLRI desacreditó las principales afirmaciones hechas por la arquidiócesis, y señaló que el informe no menciona la restricción de la libertad de expresión y que ningún médico se vería obligado a brindar atención de afirmación de género:

“El Instituto no especifica las guías clínicas o normas que deben aplicar los profesionales de la salud; ni recomendar obligar a los profesionales de la salud a aplicarlas… Según las recomendaciones del Instituto, los profesionales de la salud que no estén de acuerdo con el estándar de atención prescrito establecido por el Psiquiatra Civil Jefe podrían objetar por motivos de conciencia y no serían ‘obligados’ a aplicar el estándar de atención regulado. .”

Los habitantes LGBTQ de Tasmania están hablando sobre sus propias experiencias con la terapia de conversión a medida que continúa el diálogo en torno al informe. Glen Worrall describió sentirse solo y aislado mientras asistía a varios programas de conversión, y estaba en un estado de desesperación espiritual como resultado del maltrato por parte de quienes ofrecían programas de conversión. Después de dos décadas de participar en prácticas de conversión, Worrall comenzó a ver su fe a través de una lente más poderosa:

“’Fue un momento en el que tuve que hacer un balance y reevaluar los últimos 21 años de golpearme y entregarme a Dios, y decirle (a Dios) no me has cambiado, así es como me hiciste. ‘”

El primer ministro de Tasmania, Jeremy Rockliff, prometió que su gobierno prohibirá la terapia de conversión y subrayó la importancia de la salud mental queer, diciendo:

“‘Entiendo cuánto ha afectado a las personas en detrimento de su bienestar, por decirlo suavemente… Para mí, como ministro de salud mental y bienestar, está claro que debe haber un cambio. Me lo tomo muy en serio’”.

Si bien es lamentable que el arzobispo Porteous no parezca extender la inclusión radical de Cristo a su comprensión de las personas LGBTQ+, es esperanzador que el gobierno de Tasmania esté impulsando reformas que garanticen la seguridad de los jóvenes queer más vulnerables. Mientras continúa el diálogo entre la iglesia institucional y el gobierno en Tasmania, los católicos homosexuales tendrán la oportunidad de abogar por una iglesia que emule el amor de Jesús por los marginados.

—Andru Zodrow (él/él), New Ways Ministry, 21 de julio de 2022

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terapiasdeodio

El pasado mes de mayo, Los obispos y las obispas de la Iglesia Anglicana de Gales celebraban que el Gobierno galés prohíba las “terapias” de conversión antiLGTBI. El pasado febrero, Israel prohibía las terapias de conversión para miembros de la comunidad LGTBQ+. Al otro lado del Atlántico, la Cámara de los Comunes de Canadá le dio su visto bueno el pasado diciembre,  por unanimidad, a un proyecto de ley para prohibir las pseudoterapias de conversión, y definitivamente el pasado enero de este año. Se trata de un veto total, no solo en menores de edad, y contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quien inflija estas prácticas y hasta dos para quien se beneficie económicamente de las mismas o las publicite. El Senado aprobó el texto en una tramitación exprés apenas seis días más tarde y, tras recibir la firma de la gobernadora general, entró en vigor el pasado 7 de enero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativasde la homosexualidad o la transexualidad.

Sin embargo, hace unos días conocíamos que Boris Johnson cedía a la presión del lobby transexcluyente y dejará fuera de la prohibición de las «terapias» de conversión la identidad de género. Y más recientemente, el Consejo General del Poder Judicial español criticaba en su informe no preceptivo, la prohibición de las mal llamadas terapias, en el proyecto de la ley Trans española. A esto se sumaban las desafortunadas palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, gracias a los votos de la extrema derecha, Díaz Ayuso quien  no sancionará al obispo homófobo Reig Plá por las terapias para ‘curar’ la homosexualidad’.

La situación en otros países

Canadá y Francia se unieron al reducido grupo de países que han prohibido las pseudoterapias de conversión, ya sea de manera general o en menores de edad el pasado mes de enero. Le siguió Nueva Zelanda el pasado 15 de febrero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativasde la homosexualidad o la transexualidad.

En EE.UU., California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de  OregonIllinoisVermont,  Nuevo MéxicoRhode Island, Nevada, Connecticut, Washington,  Hawái, MarylandDelaware y New HampshireNueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor en 2019 tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.

En abril del mismo año  también  se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y en mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).

Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo hemos aprobó por ejemplo en enero de 2019  por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.

Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México. y en julio de 2021 el Estado de Yucatán.

En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. La siguió Alemania el año pasado, aunque con un texto limitado a los menores de edad y con ciertas ambigüedades que el próximo Gobierno de Olaf Scholz se ha comprometido a revisar. El próximo país en sumarse será posiblemente Francia, cuya Asamblea Nacional aprobó en octubre, también por unanimidad, el veto a las pseudoterapias de conversión. Irlanda ha dado pasos en la misma dirección, antes de la disolución del Parlamento con la convocatoria de elecciones en 2020, y también se debate sobre el asunto en Austria. En mayo de este año, el Gobierno británico de Boris Johnson anunció un proyecto de ley, mientras que en Albania existe un veto de facto, toda vez que el colegio de Psicología prohíbe a sus miembros la práctica de cualquier procedimiento encaminado a intentar cambiar la orientación sexual o la identidad de género, ya sea en menores de edad o en adultos.

En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y era una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto).  Un proyecto que naufragó con la convocatoria de las elecciones de abril de 2019. Tras la repetición electoral, el acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos contempla «la aprobación de una Ley contra la Discriminación de las Personas LGTBI incluyendo la prohibición a nivel nacional de las llamadas terapias de reversión».

Y, por fin, El Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, presentó el pasado junio el proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, que incluye la prohibición de las pseudoterapias de conversión y que ha sido aprobado por el Consejo de Ministros iniciando ya su trámite para su debate y aprobación en el Congreso de los Diputados

En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre ayudar a cambiar sentimientos homosexuales. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…

Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.

«No» rotundo de los especialistas a las pseudoterapias reparadoras

La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. A nivel internacional, ya en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las terribles «terapias»reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.

En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.

Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.

De hecho, en julio de este año, nos enterábamos de que el Vaticano frenaba las “terapias de conversión” e instruía a los obispos españoles a desautorizar a un grupo de ex-gays. Sin embargo, con la dimisión del obispo  Xavier Novell nos enterábamos de que éste, participó, y avaló, ‘terapias de conversión’ de homosexuales hasta que fue frenado por el Vaticano. otros prelados que avalaban dichas prácticas (según las víctimas) serían: José Ignacio Munilla, Javier Martínez, Arturo Ros y  Juan Antonio Reig  avalarían estas prácticas

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La historia de “X. X.”, un eclesiástico homosexual que pasó por las ‘terapias de conversión’ y “pensó que no tenía más opción que suicidarse”

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«Nada que Curar», la guía que ayuda a combatir con información científica las denominadas terapias de conversión

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Fuente New Ways Ministry/Cristianos Gays

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La Iglesia de Escocia respalda la eliminación del diagnóstico de disforia como parte de la reforma de la ley de género

Lunes, 13 de junio de 2022
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IMG_3378La Iglesia de Escocia ha respaldado los planes del gobierno para suspender las evaluaciones fisiológicas obligatorias para las personas trans que buscan obtener un Certificado de Reconocimiento de Género (GRC).

Sin embargo, la iglesia no ha mostrado el mismo apoyo a las medidas que reducirían la edad mínima para obtener un certificado de 18 a 16 años.

La Iglesia de Escocia hoy (lunes 6 de junio) presentó pruebas ante el Comité de Igualdad, Derechos Humanos y Justicia Civil del parlamento escocés sobre los planes del gobierno para reducir las barreras para las personas trans que buscan obtener un GRC.

Se necesita un GRC para hombres y mujeres trans en el Reino Unido para enmendar su certificado de nacimiento y cambiar su sexo legal y se hace a través de la Ley de Reconocimiento de Género (GRA). Las personas no binarias aún no pueden cambiar su sexo en su certificado de nacimiento.

Para obtener un GRC, las personas trans primero deben obtener un diagnóstico de disforia de género, lo que puede llevar años debido a los tiempos de espera dolorosamente largos en las clínicas de género del NHS. Sin embargo, la legislación redactada por el SNP propone que las personas trans en Escocia ya no tengan que recibir este diagnóstico antes de recibir su GRC y que su identidad sea reconocida legalmente. Esta medida se produce como parte de las discusiones en curso del país sobre la reforma de sus leyes de reconocimiento de género.

El representante de la Iglesia de Escocia, David Bradwell, dijo que los líderes religiosos están “convencidos de la evidencia de que es necesario eliminar el diagnóstico médico”, según The Herald Scotland“A la luz de los últimos 18 años de experiencia, creemos que es correcto que Escocia considere un nuevo enfoque del proceso, uno que ponga mayor énfasis en las necesidades pastorales y emocionales de la persona que solicita un Certificado de Reconocimiento de Género”, dijo Bradwell.

También señaló que eliminar la necesidad de un diagnóstico médico de disforia de género “reducirá el estrés y tendrá un beneficio psicológico para las personas que lo soliciten. Los largos tiempos de espera actuales en las clínicas de identidad de género del NHS significan que esperar un diagnóstico puede prolongar el período que alguien tiene que esperar para obtener un resultado”.

Si bien la iglesia parecía estar a favor de terminar con el requisito actual para un diagnóstico de disforia, Bradwell sugirió que los líderes estaban divididos cuando se trata de reducir la edad mínima para recibir un certificado de reconocimiento de género a 16 años.

“Habrá muchos en la iglesia que sentirán que la solicitud de un certificado de reconocimiento de género es igualmente seria y se espera un nivel de madurez, y que en nuestra sociedad se entiende comúnmente que llegar a la edad de 18 años es el punto en el que la gente se vuelve responsable de las decisiones”, dijo.

“Sin embargo, hay otros miembros de la iglesia que verían el problema como una cuestión de priorizar la reducción del daño, y los riesgos para una persona trans de 16 o 17 años a la que se le niega la elegibilidad en función de su edad podría resultar en problemas de salud mental. aumentando el riesgo de soledad, autolesión y suicidio”.

Bradwell concluyó invitando al comité a “considerar cuidadosamente estos argumentos” mientras continúa recopilando evidencia sobre las posibles reformas.

Fuente Pink News

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Israel desclasifica la transexualidad como un trastorno mental en “un paso importante y significativo para la comunidad”

Jueves, 21 de enero de 2021
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ku66e75x7kq31 Dos años después de la Organización Mundial de la Salud y 11 años después de Francia, Israel finalmente ha aceptado que ser trans no es un trastorno mental.

Las nuevas pautas, redactadas por el Ministerio de Salud de Israel después de tres años de consultas con organizaciones LGBT + y trans, establecen cómo los hospitales y los centros de salud deben tratar a las personas transgénero.

La guía indica que los hospitales y las instalaciones de atención médica deben tener al menos un miembro del personal capacitado en conciencia trans, usar los pronombres correctos de una persona trans independientemente del género en sus documentos oficiales y proporcionar instalaciones unisex cuando sea posible y permitir que las personas trans usen espacios de género. de acuerdo con su identidad de género.

Los ministros también señalaron que la llamada terapia de conversión que intenta cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona no tiene una base ética o profesional, además de confirmar que ser trans no es un trastorno psicológico.

“Las personas transgénero, o personas en el espectro trans, es un término general que se usa para describir a las personas que abarcan un amplio espectro de identidades de género, distintas de aquella con la que fueron identificadas y registradas al nacer”, dice la guía, según Haaretz.

“Las personas de este grupo de población tienen un alto riesgo de sufrir violencia física y verbal, discriminación en el empleo y falta de acceso a los recursos públicos siendo tratadas como parias sociales, lo que puede agravar el malestar psicológico y conducir a la susceptibilidad a una alta tasa de enfermedad relativa al resto de la población ”, continúan las directrices. “Esto es particularmente notable cuando se trata de salud mental”.

Ella Amest, codirectora general del grupo de defensa trans Ma’avarim, dijo que las nuevas pautas son “un paso importante y significativo para la comunidad y para el sistema de salud. Muchos de nosotros requerimos servicios psicológicos por nuestros enfrentamientos con la transfobia, más allá de los motivos más comunes que experimenta el resto de la población, pero el sistema no siempre sabe cómo tratarnos”, dijo Amest.

Ella agregó: “Las pautas brindan a quienes trabajan en el campo herramientas sustantivas y claras y apoyo desde arriba. Esperamos que cada vez más servicios públicos adopten este proceso y formulen pautas similares junto con organizaciones trans del espectro “.

La nueva guía sobre cómo tratar a las personas trans en entornos de atención médica sigue las recomendaciones conjuntas, hechas en diciembre de 2020, por los Ministerios de Justicia y Bienestar Social que sugirieron implementar reformas radicales a los derechos trans en Israel.

La serie de nuevas políticas surgió como parte de sus esfuerzos continuos para abordar los obstáculos “agotadores, frustrantes y burocráticos” que enfrentan las personas trans al actualizar su nombre legal o género.

La fiscal general adjunta Dina Zilber y la directora general adjunta del Ministerio de Asuntos Sociales, Avi Motola, escribieron en un informe provisional que los marcadores de género y los nombres en los documentos emitidos por el gobierno deberían poder cambiarse mediante una autodeclaración.

La política, informó  Haaretz , tendría declaraciones de ciudadanos trans autenticadas por un abogado o la Oficina del Administrador General. Los documentos y formularios también deberían proporcionar una tercera opción de género, “otro”, aconsejaron.

Fuente Pink News

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El primer piloto trans de la India tiene prohibido volar durante seis meses después del diagnóstico de disforia de género

Sábado, 28 de marzo de 2020
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harry-adam-e1585078074538-1024x660Adam Harry  (Facebook / pilotadamharry)

A la primera persona transgénero en la India que se sabe que se convirtió en piloto se le ha prohibido volar durante seis meses debido a su diagnóstico de disforia de género.

Adam Harry, de 21 años, quien obtuvo su licencia de piloto privado en la Academia de Aviación Skylark en Johannesburgo, saltó a la fama como el primer piloto trans conocido de la India. Pero ahora ha sido declarado incapaz de volar durante los próximos seis meses.

En una carta del 18 de marzo de la Junta de Evaluación Médica de la Dirección General de Aviación Civil, a Harry se le dijo que no podía volar hasta que una nueva cita médica lo autorice.

“Lo que están tratando de decir aquí es que la disforia de género es una enfermedad”, dijo Harry, según The New Indian Express

Y explicó: “Tuve que pasar por innumerables procedimientos dolorosos para obtener un certificado médico en primer lugar. Como me habían pedido, había entregado cartas de mi psiquiatra y endocrinólogo para demostrar mi estado físico. Como soy una persona transgénero, me cuesta bastante obtener mis certificados y pruebas médicas. Hay muchos conceptos erróneos y generalizaciones sobre las que funcionan los médicos y la autoridad médica de la DGCA. Nunca influirán en este tema y no creo que cambie a menos que las autoridades hagan un esfuerzo consciente para aprender más sobre las condiciones médicas transgénero. En otros países, tienen una guía adecuada para emitir certificados médicos para pilotos transgénero”.

Harry, quien es de Thrissur en el estado de Kerala, en el sur de India, dejó su ciudad natal a la edad de 19 años para escapar de los ataques transfóbicos, ya que se había calificado como piloto.

Fue a Kochi, una ciudad portuaria dos horas más al sur en la costa de Keralan. Luego, los medios locales informaron que fue el primer piloto trans y como resultado obtuvo el reconocimiento de los funcionarios del gobierno.

El gobierno estatal lo financió para continuar su educación, que incluyó completar un curso de capacitación piloto comercial de tres años. Después de esto, se convirtió en el primer piloto trans comercial en el país.

A pesar de esto, las autoridades ahora le quitaron su licencia de piloto. “Los problemas de género son extremadamente mal entendidos en nuestro país”, dijo Harry. “Las voces de las personas transgénero son fácilmente pisoteadas. Lucharé por la justicia sin importar lo que haga falta ”.

Fuente PinkNews

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Defensores del veto a trans en el ejército estadounidense comparan ser transgénero con padecer una enfermedad

Martes, 5 de marzo de 2019
Comentarios desactivados en Defensores del veto a trans en el ejército estadounidense comparan ser transgénero con padecer una enfermedad

ejercito-trans-contra-trump-696x522Tras escuchar el testimonio positivo de cinco miembros transgénero del ejército de los Estados Unidos en el Congreso, dos militares que defienden el veto a personas trans en el ejército llegan a comparar ser transgénero con padecer una enfermedad. 

Cinco miembros transgénero de diferentes ramas del ejército de los Estados Unidos comparecen ante el subcomité de personal militar del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes este miércoles, 27 de febrero. Es la primera vez que el Congreso escucha el testimonio sobre las experiencias de militares transgénero en servicio activo, quienes aseguran que su identidad de género no afecta a su desarrollo militar. A continuación, en una audiencia separada y en un intento por defender el veto a militares transgénero, el Subsecretario de Defensa para Personal y Preparación y la Directora de la Agencia de Salud de Defensa comparan ser transgénero con padecer una enfermedad.

«Tuve éxito como submarinista y fui clasificado como el principal oficial de suministros de los 14 oficiales de suministros en el escuadrón», declara el teniente comandante Blake Dremann. En referencia a otros miembros de su unidad, la capitán Alicia Stehlik, asegura que después de su transición, sus colegas le «dijeron cosas que nunca hubieran dicho antes (…). Valoraron mi autenticidad, mi valor para ser yo misma. Lo que les permitió hacer lo mismo». La capitán Jennifer Peace, la sargento Patricia King y el suboficial de tercera clase Akira Wyatt también comparecieron ante el panel de la Cámara, defendiendo que debería permitirse a las personas transgénero continuar sirviendo en el ejército.

 

En julio de 2017, Donald Trump anuncia su intención de prohibir que las personas transgénero formen parte del ejército estadounidense. Sin embargo, cada una de las medidas adoptadas por su Gobierno ha sido bloqueada por diversos tribunales, al considerarlas medidas anticonstitucionales que atentan contra el derecho a la igualdad. En un giro inesperado, a principios de enero de este mismo año, el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia da la razón a la Administración Trump, fallando a favor del veto a los militares transgénero, asegurando que no se debería haber paralizado su medida, lo que no garantiza que entre en vigor dado que está pendiente de sentencia en diferentes procesos judiciales. Cerca de 15.000 militares transgénero sirven actualmente en las fuerzas armadas estadounidenses.

«A pesar de vivir en una nación donde muchos te discriminan, haces una elección que cada vez menos estadounidenses hacen: te unes al ejército y arriesgas tu vida y el bienestar de vuestras familias por nuestra seguridad. ¿Y cómo te lo agradece la Administración? Tratándote como una carga, no como un activo (…) poniendo en peligro maliciosamente vuestras carreras y trivializando vuestro sacrificio», asegura la presidenta de la subcomisión, Jackie Speier, representante demócrata por California, que ha llegado a afirmar que las medidas de Trump «pertenecen a la Edad Media» y no deberían aplicarse «en el ejército del siglo XXI».

También ha elogiado su labor el miembro republicano de mayor rango del subcomité, Trent Kelly, representante republicano de Misuri, pero para después apoyar el veto a personas transgénero en el ejército al declara que «es una desafortunada realidad que no todas las personas que desean servir en el ejército cumplen con los estrictos estándares médicos y de salud del comportamiento necesarios para mantener una fuerza lista y resistente (…). Sin embargo, solo tiene sentido que cualquier persona que pueda cumplir con estos estándares y que de otro modo esté calificada, se le permita servir».

El Subsecretario de Defensa para Personal y Preparación, James N. Stewart, comienza asegurando que los miembros de los servicios de personas transgénero podrán seguir prestando sus servicios, defendiendo que las medidas de Trump no son un «veto» ni se dirigen a personas «transgénero» al afirmar que solo afectan a personas diagnosticadas de «disforia de género (…). Las realidades asociadas con la condición llamada disforia de género y las adaptaciones necesarias para esa transición de género en el ejército son mucho más complicadas de lo que podemos suponer».

En la misma línea, la vicealmirante Raquel Bono, directora de la Agencia de Salud de Defensa, llega a asegurar que existen justificaciones médicas para no permitir que las personas con disforia de género presten sus servicios en el ejército, aludiendo a datos militares para justificar su argumento cuando le señalan que todas las organizaciones médicas consultadas han rechazado la veracidad de tal afirmación. Tampoco puede explicar por qué defiende que una persona que comienza su terapia de reemplazo hormonal tendría que estar 12 meses inhabilitada. Otro de sus argumentos es que las personas con disforia de género tienen sustancialmente más visitas de terapia conductal, lo que es refutado por la representante demócrata de Massachusetts, Susan Davis, quien señala que, dada la tensión mental del servicio militar, debería considerarse positivo que aquellas personas que busquen ese tipo de apoyo, no castigarse.

Anthony Brown, representante demócrata de Maryland, plantea una hipótesis acerca de la posibilidad de enrolar a alguien que había terminado ya su transición, ya que no experimentaba disforia de género, a lo que Stewart responde negativamente, lo que es aprovechado por Brown para señalar la discriminación de la medida: «Es la prohibición. ¡Esa es la prohibición!». En un intento por explicar sus posturas, Bono y Stewart llegan a afirmar que las secuelas de los procedimientos quirúrgicos son comparables a los de cirugías como la cardíaca, que les descalifican para servir en el ejército. De esta manera, comparan a una persona transexual sana con una persona que padece una enfermedad que limita sus capacidades físicas, brindando una nueva oportunidad para que Brown señale que están hablando de una discriminación flagrante.

Fuente Universogay

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La igualdad trans real en un instituto de Madrid

Viernes, 5 de febrero de 2016
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puerta01Gabriel comenzó su proceso de transición hace cuatro años, cuando todavía estudiaba en un colegio en el que lo llamaban por el nombre de mujer.

Gabriel comenzó su proceso de transición hace cuatro años, cuando todavía estudiaba en un colegio en el que lo llamaban por el nombre de mujer que figura en su DNI y lo obligaban a llevar la falda del uniforme que vestían las niñas, pese a no identificarse como una de ellas.

No dudó en cambiarse de instituto. Le recomendaron el IES San Isidro de Madrid, porque tenía un programa de igualdad de género transversal que trataba la violencia machista y la discriminación sexual en todos los ámbitos. Actualmente, cursa 4º de la ESO.

Ahora, tanto en las listas de clase como en su carné de estudiante figura el nombre que él eligió, usa los aseos y vestuarios masculinos y ninguno de sus compañeros ni profesores cuestiona qué o quién es; es, simplemente, Gabriel.

“Algunos compañeros ni siquiera saben que soy trans”, explica Gabriel, pero lo cierto es que el primer día en su nuevo instituto sí que tuvo algo de miedo. “Era la primera vez que iba a aparecer con mi nombre en las listas y tenía miedo de que no se acordaran y saliese el otro“, recuerda .

El IES San Isidro, en el que estudia Gabriel, desarrolla su programa de igualdad de género desde hace muchos años. Es una “iniciativa casi personal del profesorado”, que no tiene ningún tipo de apoyo administrativo ni presupuestario, como relata Enrique Pelegrín, profesor de Lengua y uno de los responsables del programa.

Gabriel alaba la forma en la que “se esforzaron e implicaron para que todo fuera más fácil y pudiera estudiar”. El departamento de Orientación del instituto está compuesto por la orientadora, Marisa Villalba, y un trabajador social compartido con otro centro, y trabajan para 1.300 alumnos y tres turnos de estudio.

“Lo que necesitamos es que esto se apoye” con medios, reivindica Pelegrín, quien cree que esta iniciativa “casi desinteresada” necesita más personal y un protocolo que tiene que venir desde arriba y esté inspirado en “la experiencia de institutos como este”.

Gabriel llegó al instituto con un informe de la Fundación Daniela que, dadas las características y experiencia del centro en estos casos, no fue muy necesario.

Sin embargo, esta situación es excepcional en este centro, porque para conseguir tratamiento hormonal y médico se necesita más que un informe: “Necesito que un psiquiatra ponga en un papel que tengo disforia de género para que a los 18 años me remitan a un endocrinólogo y me puedan dar las hormonas”.

“Disforia de género” es el nombre que recibe la transexualidad en el último “Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM V)”, en el que se basan los profesionales de la Psiquiatría a la hora de tratar a estas personas, así como a quienes padecen cualquier tipo de enfermedad mental.

Aunque hay entidades médicas que defienden que la transexualidad no es una patología sino un “sinónimo de diversidad”, la OMS todavía lo tiene incluido en su catálogo de enfermedades (ICD-10) como un desorden mental y de comportamiento, y por lo tanto el Ministerio de Sanidad también lo considera como tal.

Esto hace que para conseguir un tratamiento hormonal se necesite el diagnóstico de un psiquiatra o un psicólogo clínico, y en caso de menores, excepto en determinadas comunidades, no pueden conseguir ese tratamiento en la Seguridad Social.

Fuente Agencias/Cáscara Amarga

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‘Los niños y niñas trans disfrutan de su euforia de género, de vitalidad, aceptación y apoyo’, aclara Chrysallis

Lunes, 12 de octubre de 2015
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Sin-título-e1444291499226El pasado día 6 de octubre la psiquiatra María Jesús Mardomingo, publicaba un artículo titulado Disforia de género en la infancia: respeto y comprensión, en la revista EFE: Salud. ‘El artículo es, de principio a fin, un canto a la patologización y el estigma de las personas transexuales centrado, en este caso, en la infancia’, explican desde Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales. En una carta dirigida a esta profesional desde esta organización aclaran algunos conceptos.

Presentada como presidenta de honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente y pionera en crear una Unidad de Psiquiatría infantil en España, Mardomingo no duda en sustituir el término “transexualidad” por “disforia de género” añadiendo una definición desfasada que incita a confusión.

Las familias de niñas, niños y adolescentes transexuales estamos cansadas de escuchar y leer discursos basados en ideas obsoletas cargadas de prejuicios tránsfobos, máxime cuando estos se acompañan de ostentosas titulaciones académicas y pretenden servir de formación para otras y otros profesionales. ‘Por eso’, aclaran desde la asociación, ’emitimos este comunicado aclaratorio’:

Sra. María Jesús Mardomingo:

1- La disforia de género no es un sinónimo de la transexualidad, ni mucho menos, el término actualizado para definirla.

a- La transexualidad es fruto de la no coincidencia entre el sexo de asignación neonatal y la identidad sexual sentida como propia.

b- La disforia es un sentimiento de malestar que pueden o no padecer las personas transexuales y que es fruto de presiones exteriores que se alimentan en estereotipos y de discursos como el suyo.

c- Las personas transexuales no nacen disfóricas ni tienen porqué serlo nunca si son acompañadas en su entorno cercano, respetando su libre desarrollo conforme a su identidad sexual.

2- La transexualidad NUNCA puede ser diagnosticada y su recomendación de fijar el punto de mira en el extremo y continuado sufrimiento por parte de las niñas y niños marcando como “clave” ese malestar profundo, está cargada, sin lugar a dudas de inconsciencia y sustentada de falta de experiencia.

3- Las personas transexuales se realizan o no cirugías genitales, las personas cisexuales también (busque usted información al respecto), en cualquier caso NUNCA serán operaciones de “cambio de sexo”, los genitales son una cosa y el sexo otra muy distinta.

4- No existe ningún estudio fiable sobre la transexualidad en la infancia y adolescencia y mucho menos uno que determine que las situaciones de transexualidad derivan en homosexualidades. Mezclar identidad sexual, expresión de género y orientación es una muestra más del desconocimiento sobre la materia.

5- Cuando se hace referencia a una persona transexual se utilizan los pronombres y sustantivos que corresponden con su sexo sentido, hablar de chicas y chicos cambiando el género demuestra una falta gravísima de respeto.

6- La función de las y los profesionales de la salud no debe confundirse con ejercer de tutores guardeses ni extralimitarse mostrando una actitud paternalista mal entendida.

A pesar de todo lo leído le invitamos a que se acerque a nuestras familias con el fin de proporcionarle una visión más ajustada a la realidad de estas niñas y niños. Nuestras hijas e hijos no sufren disforia sino que, muy al contrario, disfrutan de su euforia de género, de vitalidad, de aceptación y de apoyo’, concluye el escrito de Chrysallis.

Fuente Chrysallis

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La Plataforma #NadieSinIdentidad ‘decepcionada e indignada’ con el Colegio de Psicólogos de Madrid

Martes, 22 de septiembre de 2015
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TransexualidadNota de Prensa:

El pasado día 14 de septiembre, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, publicó un comunicado sobre transexualidad del que nos hicimos eco y que pretendía demostrar un avance en los posicionamientos oficiales al respecto y lo habría sido hace unos años que no existían leyes como la de Malta, la de Andalucía o la de Extremadura.

Tras una lectura atenta, la plataforma #NadieSiniIdentidad, que agrupa a los colectivos de personas transexuales y familias, se sienten decepcionados: ‘No podemos sino compartir nuestra decepción e indignación. Los colectivos formados por personas transexuales y por familias que conviven diariamente y representan a niñas, niños y adolescentes transexuales, vemos en este comunicado como los profesionales de la psicología se vuelven a quedar cortos en tiempo y forma, no recogiendo ni las peticiones del colectivo ni equiparando realmente los derechos de las personas trans, emitiendo un comunicado con demasiados restos de patologización y falta de rigor ético’.

Es pura cosmética decir que dejamos de considerar la transexualidad una patología, para a continuación decir que se trata de una incongruencia con el sexo biológico. Se sigue hablando de la transexualidad como si de un error se tratase, dando por “bueno, apropiado y normal” una única interrelación entre genitalidad e identidad, sólo porque hay una mayoría estadística de personas que la cumplen. Se convierte lo “habitual” en lo “normal” y de ahí en la “norma a cumplir”. El sexo biológico es el que cada uno tiene, sencillamente porque no hay seres humanos biónicos. Por lo tanto, la única incongruencia existente es con el sexo que se asigna al nacer (hecho que no tiene nada que ver con la propia persona transexual sino con el sistema elegido para sexar).

Utilizar términos altamente patologizantes como Disforia de género en sustitución a transexualidad, vinculándolo a la infancia y adolescencia trans y, además, a sufrimiento y malestar, siendo en la realidad, tanto la propia disforia como cualquier sufrimiento, fruto de las presiones externas y de la falta de información adecuada, tanto a las personas transexuales como a las familias y a los propios niños y niñas, contribuye a la ignorancia y la continuidad del estigma y la discriminación.

Las personas son dueñas de sus propias vidas y por lo tanto se debe respetar la Ley de autonomía del paciente, el derecho a ser informadas y a decidir libremente sobre cualquier tratamiento, intervención o itinerario médico-quirúrgico que les afecte sin ningún tipo de injerencia externa y eliminando la obligatoriedad de valoración psicológica alguna. El Comunicado alude al derecho a la identidad de género como un derecho humano, pero pronto se olvidan sus autores de ello, volviendo al discurso paternalista de siempre, al condicionar los tratamientos a la previa evaluación psicológica. En efecto, el derecho a la identidad de género es un derecho fundamental, manifestación del derecho a la dignidad de las personas y del derecho al libre desarrollo de la personalidad, y como tal sólo se verificará si se basa en el sexo sentido como propio, conforme al principio de libre autodeterminación. Por ello mismo, los tratamientos a que deseen someterse las personas transexuales, únicamente deben estar condicionados al consentimiento informado emitido por el usuario o sus representantes, en las mismas condiciones que el resto de los usuarios del sistema sanitario. Lo contrario es seguir estigmatizando a este colectivo de personas, desconfiando de ellas y discriminándolas, por el sólo hecho de que el sexo que se les asignó al nacer no corresponde con su identidad sexual, optando además por seguir segregándolas en “unidades multidisciplinares”.

Para que las personas transexuales sean atendidas por un profesional con formación en la materia no es preciso que existan esas unidades, ni es algo que deba estar reservado a unos pocos como pretenden quienes las componen actualmente, ya que los tratamientos coinciden con los de usuarios cisexuales (aquella persona cuya sexación neonatal coincide con el sexo sentido) del sistema de salud. Las y los profesionales sanitarios que atienden y acompañan a las personas transexuales no requieren de conocimientos específicos más allá de los incluidos en sus propias disciplinas, es decir, un médico endocrinólogo debe conocer los tratamientos con hormonas y sus efectos al igual que un psicólogo debe poder acompañar cualquier situación de stress producida por el tránsito o la presión (buylling, acoso) del mismo modo que acompañaría una situación similar en una persona cisexual. Por lo tanto, pretender justificar la existencia de las unidades como únicas capacitadas para acompañar los tránsitos sociales de las personas transexuales es tratar de dirigir el pensamiento colectivo hacia modelos psicosociosanitarios que no se corresponden con el sentir de las propias personas transexuales, de sus familias y es contrario a sus derechos.

Como en anteriores publicaciones de este tipo, una vez más, se hace referencia a los datos de persistencia en la edad adulta -de dudosa objetividad científica- como medida encubierta de control para el acceso a tratamientos hormonales en las personas menores de edad, justificando así la obligatoriedad de pasar por valoración psicológica, promoviendo de este modo una discriminación clara con respecto al resto de niñas y niños que tienen la opción de desarrollarse libremente en atención a su propia identidad sin necesidad de examen psicológico alguno. “No hace tanto tiempo, que se justificaba la intervención en las personas del colectivo LGB con los mismos argumentos, aunque parece que parte de este colectivo tiene una memoria frágil y ahora aplaude lo que en ningún caso consentirían para ellas y ellos”.

Siendo conscientes de que la salud de cualquier persona no solo consiste en la ausencia de enfermedad sino que incluye el bien estar físico, psíquico y social, consideramos que la medicina, la psicología y cualquier otro tipo de disciplina socio-sanitaria debe enfocarse en colaborar, proteger y acompañar, desde el respeto absoluto, dejando a un lado prejuicios, dilemas morales, políticos, culturales o de cualquier otra índole.

La historia reciente nos demuestra como el colectivo de personas transexuales han sido sometidas al maltrato físico y psíquico por aquellos que se autodenominan expertos, no vamos a permitir que prevalezca la vanidad de algunos profesionales al interés del colectivo. La obtención de atención sanitaria debe ajustarse a las necesidades de los usuarios, en vez de a las estructuras laborales de los profesionales’, concluye el escrito.

Este documento está firmado por la Plataforma estatal Por los Derechos Trans #NadieSinIdentidad que agrupa a El Hombre Transexual, Comunidad de Madrid, AET- Transexualía , Comunidad de Madrid, Generem, Comunidad de Catalunya, ATC (Asociación de Transexuales de Catalunya-Libertad, Comunidad de Catalunya, Visión Trans, Comunidad de Aragón, Aperttura, Comunidad de Canarias, Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera, Comunidad Andaluza, EmpoderaT, Comunidad de Murcia, Asociación de Familias de Menores Transexuales (Chrysallis),

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Indignación en la comunidad transexual por un artículo publicado en El País que mantiene el enfoque patologizador

Martes, 12 de mayo de 2015
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noticias_file_foto_1001176_1431159766Indignación en la comunidad transexual por un artículo publicado este viernes (7 de mayo) en el diario El País. La plataforma #NadieSinIdentidad, formada por colectivos trans de toda España, ha mostrado su malestar por el texto de opinión sobre transexualidad infantil redactado por el doctor Luís Montero Ezpondaburu, médico forense y miembro del Grupo de Trabajo de Disforia de Género en Menores que integra a profesionales de UTIG. Un artículo que incide de nuevo en el enfoque patologizador de la transexualidad, que contiene afirmaciones tales como que “solo el 15-20% niños/niñas con disforia persistirán en la edad adulta” –al margen del consenso científico- y que reclama una centralización normativa sobre cómo proceder con los menores transexuales de carácter restrictivo, que poco tiene que ver con lo que las familias piden o con lo que otros especialistas recomiendan. El artículo ha merecido duras críticas por parte de la Plataforma por los Derechos Trans, que agrupa a diversas organizaciones españolas de personas transexuales, y demuestra hasta qué punto existe todavía una fuerte disociación entre la realidad de las personas trans y algunos profesionales de la sanidad, anclados a un paradigma que no hace sino generar sufrimiento innecesario a los menores transexuales y a sus familias.

La plataforma ha remitido un comunicado en el que explican su disconformidad con este artículo. “Queremos hacer pública nuestra repulsa e indignación por sentirnos aludidos de forma discriminatoria y entender que las afirmaciones que se vierten en el articulo atentan contra los derechos de las personas trans y son contrarias a las leyes aprobadas recientemente en nuestro país, Andalucía, Extremadura, así como a la Resolución del Consejo de Europa de 22 de abril de 2015”, señalan.

A continuación se transcribe la respuesta íntegra que desde #NadieSinIdentidad da al médico.

“Señor Montero, cuando usted se refiere a las personas transexuales como personas con disforia de género lo hace única y exclusivamente desde una perspectiva médica, limitando el universo de estas personas a esta única visión. Por encima de la medicina están los Derechos Humanos y la propia voz de las personas transexuales. Disforia de género y transexualidad no son sinónimos, puesto que no todas las personas transexuales tienen disforia de género ni quien la tiene, la tiene en el mismo grado. Referirse así a las personas transexuales induce a error y no deja de ser una categorización desafortunada y estigmatizante que fundamenta la vulneración de los Derechos Humanos de las personas transexuales. En este sentido la Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en su punto 3, considera una violación de los Derechos Fundamentales, entre otros, el diagnóstico de la transexualidad como enfermedad mental. Al hilo de todo esto, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, el verano del 2011 solicitó a la OMS la despatologización de la transexualidad, declarando que la “disforia de género” (como se denomina erróneamente a la transexualidad en ciertos manuales de medicina) debe dejar de considerarse como enfermedad mental en los países del Consejo de Europa y los organismos internacionales de salud. Añade que “mantener este término -que designa a las personas que viven un desacuerdo entre su sexo biológico y su sexo psicológico- en la categoría de trastorno mental, estigmatiza a las personas transexuales y restringe su libertad a la hora de escoger un eventual tratamiento hormonal”. El término “Disforia de género”, por más que se utilice, no deja de ser un término desafortunado en castellano, y que induce a error. Peor aún es el término “Trastorno de identidad de género” que, por fortuna, ya se ha desterrado en las últimas publicaciones que tratan sobre la transexualidad.

Si la homosexualidad fue desclasificada como enfermedad mental y no necesita de acompañamiento psicológico obligatorio, ¿por qué si la transexualidad ha dejado de ser una patología según la APA y la OMS, usted Sr. Montero afirma en su artículo que “las personas que sufren esa disconformidad (refiriéndose a la transexualidad) con su sexo anatómico precisan de acompañamiento psicológico (…)”?.

Sr. Montero, a lo largo de su artículo usted mantiene la necesidad de las UTIG como referente para la atención médica de las personas transexuales. Los tratamientos recibidos por las personas transexuales no son distintos a los que son prescritos al resto de usuarios y usuarias del Sistema público de Salud de nuestro país. Segregar a las personas transexuales en UTIGs es estigmatizarlas. La Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en lo que concierne a los tratamientos de reasignación y cuidados de la salud la Asamblea llama a los Estados miembros a: “Modificar las clasificaciones de patologías utilizadas a nivel nacional y proponer la modificación de las clasificaciones internacionales con el fin de garantizar que las personas transexuales, incluidos las menores, no sean considerados como enfermos mentales, al mismo tiempo asegurando el acceso a los tratamientos médicos sin estigmatización”

Sr. Montero, lo que usted expresa en su artículo que no es otra cosa que un modelo de atención obsoleto, discriminatorio y patologizante, y que confronta con la nueva realidad social, con la mayor visibilidad de los/as menores trans, el cambio legislativo que han supuesto las Leyes Trans de Andalucía y Extremadura, que abogan por la libre autodeterminación del género como hiciera la ley argentina de 2012, y con la citada Resolución del Consejo de Europa del mes pasado. Esas disposiciones cuenta con gran apoyo social (las leyes autonómicas fueron aprobadas por unaimidad), y con gran consenso de profesionales de la medicina, psicología, antropología, trabajo social, pedagogía etc.; profesionales que usted desautoriza en su artículo otorgándose la potestad y autoridad en la materia de forma única e incluso usurpando la tutela legal de los padres y las madres de los menores trans. Algo tendrán que decir las propias personas transexuales a través de sus organizaciones, las cuales usted desacredita en su artículo. Y no es que lo digamos nosotros, sino que la propia Resolución del Consejo de Europa expresa la necesidad de consultar explícitamente a las personas transexuales y sus organizaciones e implicarlas en la elaboración y puesta en marcha de políticas y disposiciones jurídicas que les conciernen.

Es momento ya de dar un salto cualitativo que nos acerque a la igualdad de trato en todos los ámbitos y esto se concreta en ser atendido de forma normalizada como el resto de la ciudadanía y sin el prejuicio y el paternalismo que usted propone bajo la fórmula segregatoria que han supuesto las UTGs, insistiendo de forma antagónica en el descarte de patologías mentales. Usted fomenta la implantación y proliferación de “nuevas UTGs” que quieren tutelar a las personas transexuales y no acompañar, que quieren apartar su libre autodeterminación y marcar la pauta en el desarrollo de nuestras vidas. Es necesario la creación de una Ley estatal, pero no su Ley sino la nuestra.

Por otro lado, Sr. Montero, en su artículo vemos cómo una vez más se repite aquello de que “Solo el 15-20% niños/niñas con disforia persistirán en la edad adulta. Siempre que lo escuchamos o leemos, preguntamos que de dónde sacan esa estadística, porque entre los colectivos trans no consta que eso sea así. En este colectivo, por más que preguntamos por la existencia de tales remisiones, no encontramos dicho porcentaje. A pesar de ello, esa estadística se repite y repite hasta mil veces, con la intención de que se convierta en la “verdad”, parece que siguiendo la máxima de Joseph Goebbels. Existen rendiciones: personas transexuales que ante el temor a lo que conlleva todavía esa condición, en especial en la adolescencia, tiran la toalla y optan por vivir una vida que no es la que querrían, simulando una identidad sexual que no es la sentida como propia. Pero ni de lejos existe ese porcentaje de remisiones.

La evidencia está en las propias unidades de corte patologista. En el reciente estudio de la Dra. Delamarre-Van De Waal (2014), se concluye que “A día de hoy, no tenemos ningún caso de arrepentimiento en nuestro grupo de pacientes jóvenes”. De manera similar, en el trabajo publicado por el equipo del Hospital Universitario Ramón y Cajal, se afirma que “Respecto a la persistencia del diagnóstico, a pesar de que se ha publicado datos cuantitativos de otros autores resultan contradictorios (…). Nuestros datos hasta la fecha objetivan un número elevado de casos de menores vistos en edades tempranas, en los que se confirma y se mantiene su diagnóstico de disforia de género, después de la mayoría de edad”. También el Hospital Clinic de Barcelona en 2013, en su publicación al respecto, se dice “es preciso realizar nuevos estudios con criterios diagnósticos muy definidos para analizar la gran discrepancia entre estudios.”

Por tanto, la propia clase médica reconoce que las estadísticas no son fiables, y además es importante subrayar que en los casos en lo que no se mantiene el “diagnóstico” no se trata de que algunos menores “diagnosticados” como personas transexuales hayan dejado de serlo con el paso de los años (la condición de persona transexual se tiene desde que se nace hasta que la persona fallece), sino que ha existido un “diagnóstico” erróneo, resultando paradójico que hasta los “errores de diagnóstico” del sistema sanitario se vuelvan en contra de los menores transexuales, tratando de extender la errónea creencia de que lo más probable es que haya remisiones, por lo que mejor no hacerles caso… La conclusión debería ser que esto no hace sino confirmar que nadie, nada más que cada persona, en la única que puede saber cuál es su identidad sexual: el principio de autoderminación de género”.

Desde la Plataforma de los Derechos Trans #NadieSinIdentidad, hacemos un llamamiento a Instituciones, Partidos Políticos, Organizaciones Sociales y Entidades LGTBI, para que se posicionen públicamente al lado de las personas transexuales y no junto a los profesionales de la medicina que contribuyen a la segregación, patologización y estigmatización de las personas transexuales. Los derechos de las personas transexuales también son derechos humanos”.

La plataforma que firma esta respuesta está integrada por colectivos trans de Madrid, Aragon, Catalunya, Canarias y la Asociación Estatal de Madres y Padres de menores Trans “Chrysallis”.

Excelente tratamiento del tema en El Intermedio

Mucho mejor sabor de boca que el artículo mencionado nos dejó el programa de La Sexta El Intermedio de este lunes 11 de mayo, que dedicó buena parte de su contenido a la realidad de los menores transexuales con entrevistas a dos familias, la de Eli, una niña transexual de 11 años, y la de Elise, una adolescente de 14 años que acaba de comenzar su tratamiento con bloqueadores hormonales (sufragado por la propia familia, dado que la Unidad de Género de la Comunidad de Madrid hasta el momento se ha resistido a suministrar este tipo de tratamientos).

Elise, por cierto, sorprende por la madurez con la que a sus 14 años cuenta su historia y el trato que recibió por parte de la Unidad de Género  madrileña, donde una socióloga llegó a espetarle que si se arrepentía lo único que le quedaba era “tirarse por un puente”. También fue entrevistado (ya en directo, en el estudio) Leo Mulió, un joven transexual de 22 años que acaba de ver reconocida legalmente su identidad masculina.

En este enlace puedes ver el programa en su integridad (el reportaje sobre los menores transexuales comienza en el minuto 12:30).

Fuente Ragap y Dosmanzanas

General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , , ,

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