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Arcópoli celebra el Día del Diccionario publicando un glosario de términos activistas LGTB

Jueves, 22 de octubre de 2015
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DiccioArcopoliLa asociación de la Comunidad de Madrid reivindica mayor precisión y respeto a la hora de definir la realidad de la diversidad sexual y de género.

 El pasado 16 de octubre, en que se celebró el Día del Diccionario, conmemorando el nacimiento en 1758 del lexicógrafo Noah Webster, la asociación Arcópoli dio a conocer su DiccioArcópoli, que recoge los conceptos fundamentales que se emplean en el activismo por los derechos de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, y que no aparecen en los diccionarios de uso o lo hacen definidos errónea o prejuiciosamente.

Aún hoy las prácticas lexicográficas de los diccionarios más empleados ofrecen definiciones equívocas, como las que ofrece la Real Academia Española al presentar “hermafrodita” como primera acepción de “bisexual”, comparar “afeminado” con “homosexual”, señalar la “homosexualidad” como una “tendencia”, etc; además de olvidar frecuentemente añadir que algunos usos de determinadas palabras se consideran ya abiertamente ofensivos.

En esta primera edición del DiccioArcópoli se presentan un total de noventa y tres entradas, entre las que se ofrecen, del modo más riguroso posible, conceptos de uso frecuente pero que no es posible encontrar en los diccionarios de uso habitual, además de otros muchos con nuevas definiciones más precisas y respetuosas con la realidad que significan, comparadas además con las que ofrece el diccionario de la Real Academia, a quien se anima desde la asociación a incorporar los conceptos que no ofrece y adecuar la explicaciones a la sensibilidad actual, más respetuosa con la Diversidad Sexual y de Género.

Yago Blando, Coordinador de Arcópoli, señala que “el uso de la lengua conforma nuestra forma de entender la realidad, y creemos necesario que el modo más adecuado y respetuoso de comprender la Diversidad Sexual y de Género se muestre debidamente en los diccionarios. Es habitual encontrar en sus páginas prejuicios y no definiciones y, ante la discriminación por homofobia, bifobia y transfobia que sufrimos aún hoy las personas LGTB necesitamos de la ayuda de los académicos, para que afronten nuestra realidad con respeto, no con prejuicios”.

Fuente Arcópoli

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Diccionario de Thomas Merton

Miércoles, 29 de julio de 2015
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diccionario-de-thomas-mertonDel blog Amigos de Thomas Merton:

“Un diccionario sobre un hombre, -especialmente sobre alguien que murió cuando tan solo contaba 53 años de edad, cuya carrera como escritor fue solo de 23 años tras haber alcanzado un lugar prominente en 1948 con su autobiografía La montaña de los siete círculos; un hombre que pasó la mitad de su vida en la clausura monástica más estricta de sus días, oculto en recónditas colinas boscosas del Kentucky rural- resulta del todo inusual. Pero Thomas Merton era una persona muy poco usual. En las palabras de su amigo Guy Davenpor, Merton poseía… ‘un espíritu verdaderamente ecuménico. Cuando escribía sobre los shakers, era un shaker. Leía con perfecta empatía: durante horas era Rilke, Camus, Faulkner. Me pregunto si hubo jamás una imaginación tan proteica como la de Thomas Merton. Podía ponerse una tarde a bailar al compás de Bob Dylan en una rockola de Louisville. comenzar a charlar una hora más tarde con James Laughlin sobre el surrealismo en la poesía latinoamericana, rezar su oficio en el vehículo de regreso a Ghetsemaní, y pasar la tarde escribiendo a un mulá de Pakistán sobre técnicas de meditación.’
Era un hombre capaz de sentir una profunda fascinación por un abanico amplísimo de temas. No hay más que observar el rango de su producción literaria y artística -numerosas obras de prosa, colecciones de ensayos y cartas, volúmenes de poesía y diarios personales- para hacerse una pequeña idea de ello. A Thomas Merton le caracterizaban sus extraordinarios entusiasmos.

thomas_merton_dibujoLa biblioteca personal de Thomas Merton, ubicada en el Centro Thomas Merton de Louisville, Kentucky, que es el repositorio oficial de su legado literario, ofrece la posibilidad de reconocer la profundidad y el alcance de sus intereses, con títulos que cubren un vasto elenco de cuestiones en numerosos idiomas.
Del mismo modo, asomarse a los índices de sus diarios permite a los lectores apreciar la mente enciclopédica de Merton. El listado de las personas con quienes mantuvo correspondencia epistolar es sencillamente asombroso y el Centro Thomas Merton cuenta en su haber con más de 2,100 nombres y una correspondencia que supera las veinte mil cartas individuales, abraza los cuatro rincones del globo e incluye las que cruzó con Boris Pasternak en el norte, Nicanor Parra en el sur, D.T.Suzuki en el este y Evelyn Waugh en el oeste. Por lo demás, entre sus corresponsales hayamos Papas, presidentes, o galardonados con el Premio Nobel, hasta niños en edad escolar, para todos los cuales encontraba tiempo de responder por escrito.
Un hombre tan plural y complejo exige un diccionario para ayudar a sus lectores a abrirse paso entre sus libros, sus inquietudes y su vida. Y la obra que ahora tienes en tus manos es una mina de oro para cuantas personas sienten interés por Merton…..
La última épica poética de Thomas Merton, La Geografía de Longraire, que quedó inconclusa en el momento de su muerte, une en su poesía el norte, el sur, el este y el oeste, y en realidad, todos los tiempos, lugares y culturas, con su propia historia personal en una única gran visión universal. De manera similar, este Diccionario constituye una herramienta para ayudarnos a comprender la anchura y la profundidad – la unidad, en suma-, de este hombre de caracter realmente enciclopédico.”
PAUL M. PEARSON, Director Centro Thomas Merton. Presentación a la edición en lengua española del Diccionario de Thomas Merton. Ediciones Mensajero. 2015.

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El diccionario de Suecia incluye oficialmente un pronombre de género neutro

Lunes, 30 de marzo de 2015
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diccionario_suecoEl Diccionario de la Academia Sueca renueva sus páginas cada 10 años para incluir lo más útil y popular. Con ello, han añadido el pronombre neutral en cuando a género ‘hen’.

diccionario suecoEl Diccionario de la Academia Sueca, que renueva sus páginas cada 10 años para incluir lo más útil y popular, llevará entre sus páginas, a partir del mes de abril, un pronombre de género neutro. Además, la nueva edición saldrá a la venta a partir del 15 de abril. Los editores anunciaron que “Hay 13.000 nuevas palabras. ‘Hen‘ es uno de ellos”.

La palabra ‘hen’ se reconoció por primera vez en la década de los 60, creada a partir de ‘han’ (pronombre masculino) y del pronombre femenino ‘hon‘, pero el término no ganó popularidad hasta que la comunidad transgénero comenzó a utilizarlo a partir del comienzo de este siglo y ahora se utiliza frecuentemente en documentación educativa y legal.

En la actualidad, se usa para simplificar la estructura de las frases y para referirse a una persona sin revelar su género.

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Diccionario Ghio elimina menciones ofensivas y negativas de la homosexualidad

Lunes, 12 de enero de 2015
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ghioLuego de que el Movilh advirtiera del problema a  Libertad S.A,  la empresa distribuidora del libro en Chile. Este es el segundo diccionario que es modificado en el año, tras intervención del Movilh ante Zig-Zag en agosto anterior.

 El diccionario de sinónimos y antónimos de Armando Ghio eliminará toda mención discriminatoria o negativa de la homosexualidad en sus próximas ediciones, mientras que la actual será corregida con un sticker, informó el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

La determinación se adoptó luego de que el Movilh expresará su preocupación a Libertad S.A (la empresa distribuidora y comercializadora del diccionario en Chile) porque el libro considerada a los vocablos “afeminado; sodomita; invertido; maricón; marica; feminoide; pederasta y misógino” como sinónimos de la homosexualidad.

“El gerente general Libertad, Alejandro Melo, atendió al instante nuestra preocupación, primero en carta y después en reunión sostenida en nuestra sede. La empresa se reunió luego con la familia de Ghio y se acordó eliminar toda mención negativa u ofensiva de la homosexualidad, lo que nos tiene muy alegres”, indicó el presidente del Movilh, Ramón Gómez.

El activista añadió que ahora se considerará como sinónimo de homosexual sólo a los vocablos gay o lesbiana, lo cual “valoramos profundamente. Agradecemos con mucho entusiasmo este cambio aceptado por Ghio y las gestiones que cursó Libertad S.A”, puntualizó el Movilh.

Ya el 25 de agosto pasado, la intervención del Movilh había logrado que la editorial Zig-Zag sacará de circulación su diccionario que consideraba a la homosexualidad como sinónimo de “sodomita, pederasta e invertido”.

“En los últimos meses hemos obtenido importante avances en cambio educacional, como han sido la modificación de los diccionarios, lo cual significa que ningún estudiante de enseñanza media o básica leerá nunca más que la homosexualidad es sinónimo de delito o abusos. Estamos muy orgullosos de estos aportes a la sociedad”, apuntó el Movilh.

Junto a lo expuesto, el Movilh lanzó  el libro Nicolás tiene dos papás” y logró que el Ministerio de Educación desaconsejara el uso del texto “Juventud en Éxtasis II” y terminará con la censura para el ingreso a sitios de organismos de la diversidad sexual en los colegios.

A la par, y tras reclamos del Movilh, la Universidad Finis Terrae se distanció de declaraciones homofóbicas de uno de sus docentes y la Universidad San Sebastián bajó de su web contenidos homofóbicos.

Fuente MOVILH

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Abracadabra: palabras mágicas y diccionarios

Martes, 21 de octubre de 2014
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RAE_diccionarioUn interesante artículo publicado en Cáscara Amarga:

En la RAE ya saben que nos llamamos lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Ya saben que nos llamamos Rumpelstiltskin. O comenzamos rápido a ejercer la magia que sólo nosotras conocemos o sus diccionarios pueden convertirse en el sepulcro de nuestro poder.

La Real Academia Española ha presentado este jueves la vigesimotercera edición de su Diccionario, en el que se han incorporado algunos términos y se han modificado algunas definiciones polémicas referidas a la diversidad sexual y de género. Así aparece recogido por vez primera el adjetivo homófobo, que se define como “que tiene o manifiesta homofobia”, y “propio de una persona homófoba o de la homofobia”.

Es destacable ese “tiene”, porque nos recuerda a las construcciones que se emplean para hablar de una determinada enfermedad, “tiene gripe”, y equipara de este modo muy acertadamente la homofobia -que ya aparecía en la anterior edición y cuya definición no ha sido modificada: “aversión obsesiva hacia las personas homosexuales”– con lo que es: una forma de trastorno de la personalidad.

El diagnóstico es claro: homofobia que ha derivado en paranoia.

De ahí que podamos afirmar que, si “el obispo de Alcalá tiene homofobia”, este obispo debe ser atendido con urgencia ya que presenta una enfermedad muy peligrosa para quienes no son como él, que se ha agravado esta semana cuando, tras ser reprobado por un pleno municipal en la ciudad Complutense -en el que el Partido Popular se alió con España 2000 para votar en contra y “salió del armario” en sus posicionamientos sobre la diversidad sexual y de género como un partido de extrema derecha- afirmó que estaba siendo perseguido. El diagnóstico es claro: homofobia que ha derivado en paranoia.

Pero, volviendo al diccionario de la Academia, hay también otras definiciones que en esta nueva edición han sido enmendadas, con la intención de ofrecer una imagen menos prejuiciosa de la institución que el año pasado cumplió su tercer centenario. De esta suerte el adjetivo a veces empleado como sustantivo gay, que aparecía descrito como “perteneciente o relativo a la homosexualidad” y “hombre homosexual”, ha pasado a definirse como “dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual” y “perteneciente o relativo a los homosexuales”.

Son interesantes además los ejemplos de su uso que ofrece esta nueva edición, como “sus mejores amigos son gais“, frase a la que parece que le falta el “pero” tan frecuente en la homofobia liberal, o “celebraron el día del orgullo gay”, puede que dejando claro que para la Academia transexuales, bisexuales y lesbianas no tienen día para su Orgullo.

Ponen como ejemplo: “sus mejores amigos son gais

Sobre estas tres identidades no han reflexionado mucho los académicos, porque sus definiciones, aunque en ocasiones enmendadas, siguen siendo bastante reprobables. Tenemos el caso de lesbiana, que en su día remitía al adjetivo lesbiano, -na, definido en primer lugar como “lesbio” y en segundo como “mujer homosexual” y al que únicamente se ha añadido una etimología, siendo ese lesbio igual ahora que antes, descrito como “natural de Lesbos”, “perteneciente o relativo a esta isla” y por último “perteneciente o relativo al lesbianismo”.

Lo mismo sucede con bisexual, que continúa siendo “hermafrodita” y en segundo lugar “que alterna las prácticas homosexuales con las heterosexuales”, de lo que entendemos que para la Academia las personas bisexuales son heterosexuales lunes, miércoles y viernes y homosexuales martes, jueves y sábados, reservando los domingos para el descanso; y con transexual, que continúa como “que se siente del otro sexo, y adopta sus atuendos y comportamientos” y “que mediante tratamiento hormonal e intervención quirúrgica adquiere los caracteres sexuales del sexo opuesto”, ambas definiciones bastante mejorables.

Para la RAE bisexual continúa siendo “hermafrodita” 

De la misma manera, aunque han sido modificadas, las explicaciones de otros términos siguen sin ser convincentes. Así ocurre con maricón, que antes equivalía a los vulgares “marica” y “sodomita”, y al “insulto grosero con su significado preciso o sin él”, y ahora se define como un “varón afeminado u homosexual”, como vulgarismo, y mantiene el “insulto grosero con su significado preciso o sin él”, ignorando que los que somos maricones siempre entendemos detrás de ese insulto todo su significado; y lo mismo sucede con el adjetivo sodomita, que conserva sus primeras dos acepciones como “natural de Sodoma” y “perteneciente o relativo a esta antigua ciudad de Palestina“, pero modifica la tercera definición, que antes fuera “que comete sodomía” y ahora “que practica la sodomía“. Ya no es un delito, porque la no se “comete”, la sodomía, que por cierto aparece descrita tristemente como “práctica del coito anal”, pero es bueno saber que podemos tributar en una ciudad que desapareció sepultada por el Mar Muerto, porque allí quizá nuestros impuestos no acaben financiando a grupúsculos de personas que nos odian, como es el ya mencionado y nunca suficientemente puesto en evidencia obispo de Alcalá.

Términos que conservan su definión

Otras palabras mantienen sus definiciones, como son homosexual: “con tendencia a la homosexualidad”, “dicho de una relación erótica: que tiene lugar entre individuos del mismo sexo” y “perteneciente o relativo a la homosexualidad”, cuya expresión “tendencia” es más que refutable, a no ser que estén hablando de la moda sexual para esta temporada de otoño; y marica: “urraca”, “en el juego del truque, sota de oros”, los coloquiales -que así se ofrecen, no como vulgares- “hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo” y “hombre homosexual”, y el ya citado en “maricón” “insulto con los significados de hombre afeminado u homosexual o sin ellos”, entrándole a uno ganas de demostrarle a los señores académicos que el ánimo –“alma”, “valor”, “voluntad” y “pensamiento”, según ellos mismos- nos sobra para decirles lo que pensamos sobre sus definiciones, y habría que considerar si poco esfuerzo es el suyo al ser incapaces de conseguir mejores definiciones.

Marica: “urraca”, “en el juego del truque, sota de oros”

Interesante es además la explicación que nos ofrecen de sexo, que sigue sin ser concluyente, porque en ella, además de definirse de un modo binarista y seguir hablándose del “sexo débil” y “sexo fuerte” sin una nota que especifique que son usos del concepto bastante machistas, se habla de “placer venéreo”, que a su vez remite a “venus”, que se explica como “deleite sexual o acto carnal”, definida esta carnalidad refiriéndose a la “lascivia” o la “lujuria”, que a su vez vuelven a remitir a los “placeres carnales”… de modo que nunca conseguiremos una explicación de qué hablamos cuando hablamos de sexo.

Todas estas carencias del diccionario de la Academia se entienden si consideramos que no se trata de una obra científica sino normativa, que no recoge la realidad tal y como es sino como debiera ser, y además da prioridad en el ordenamiento de las definiciones a la más antigua frente a las más usadas. Así que el diccionario, en realidad, se nos presenta como un dispositivo de pensamiento: es el instrumento con el que los señores -y las poquísimas señoras- de la Real Academia quien enseñarnos a pensar, entre otras cosas, de ese sexo que no se atreven a explicarnos. La pregunta no es de dónde nace ese modelo de pensamiento tan conservador, ni por qué deben promocionar como geniales novedades lo que hemos visto no son sino algunos parches bastante mal colocados, sino ¿por qué tanto miedo a hablar de sexo, a simplemente pronunciarlo?

Las palabras son poderosas

Todas las culturas, en su aspecto más terrenal y su ámbito más espiritual han dedicado especial atención a la lengua, a su capacidad para vincular la voluntad con la realidad. En la magia es sabido que el conocimiento de una determinada palabra otorga poder a quien la pronuncia, y que hay determinadas palabras que no deben pronunciarse porque su sola verbalización convoca la realidad a la que se refieren. Así las mitologías monoteístas suelen referirse a un nombre secreto de su dios, y en la tradición tanto Jehová como Alá tienen un nombre cuya revelación a la humanidad produce sucesos de importancia.

De esto nos habla un conocido cuento popular, el del enano saltarín que permite que una joven hile oro a partir de paja y cuando a cambio le exige su primogénito sólo le concede el perdón si es capaz de averiguar su nombre: Rumpelstiltskin.

Con la diversidad sexual y de género ha sucedido lo mismo: durante siglos nuestro “pecado”, la sodomía, se consideró impronunciable, porque su sola mención provocaba la manifestación del “pecado”. Así se le llamó tradicionalmente el “pecado nefando”, de nefas, “que no debe pronunciarse“.

Quizá por eso la Academia no sepa cómo hablar de nosotras, quizá nos tenga miedo

Quizá por eso la Academia no sepa cómo hablar de nosotras, quizá nos tenga miedo, o no nos entienda, o trate de que nuestra realidad, que puede resultarle mágica, no se manifieste. Quizá por eso retuerza las palabras que hablan de nosotras, estropee sus definiciones y bajo ningún concepto considere posible hablar del sexo más que para describirlo tímidamente como “placer carnal“.

Pero nosotras nos pronunciamos, nos conocemos, nos hablamos. Y construimos nuestra realidad a partir de nuestras palabras. Es lo que Judith Butler llama performatividad, construida a partir de la teoría los actos de habla de Austin, y es lo que desde muy antiguo se llamó magia.

La conocida fórmula Abracadabra -cuyo origen puede ser arameo, “avrah kahdabra”, traducible como “yo creo como hablo”, o hebreo, “aberah kedabar”, que significa “iré creando conforme hable”– habla precisamente de esto: de que la construcción de la realidad se produce a través del uso de la lengua, de que una vez se escribe por primera vez la palabra “homosexual”, en 1869, aparece una nueva realidad, una nueva forma de ser: la que en el tiempo de Oscar Wilde se denominó “el amor que no se atreve a decir su nombre”, porque pronunciar su nombre, abracadabrarlo, era reconocerlo como real. Y eso suponía un gran peligro.

Pero existe otro origen posible para abracadabra, el término griego abraxas, que no sólo denominaba una palabra mágica para los gnósticos, representante de un dios que aunaba en sí toda la bondad y maldad, sino que también designaba a las piedras sobre las que se inscribía el nombre, los talismanes que acompañaban a los creyentes. Es el tótem, el emblema de una sociedad, adorado como cohesionador del grupo.

Nosotras, que no encajamos, empleamos a menudo estas palabras

Nosotras las diversas, las que no somos heterosexuales, que no somos cisexuales, nosotras que no encajamos, empleamos a menudo estas palabras, nuestras etiquetas: lesbiana, gay, bisexual o transexual, o tantas otras, para reconocernos, para llamarnos y adacadabrarnos en realidad, y sentirnos partes de un todo más amplio.

Pero observo una tendencia a la idolatría, a olvidar el poder transformador de nuestras palabras mágicas y adorarlas como al becerro de oro, sólo por su valor en sí, a diversificar hasta el infinito los términos, que cada vez denominan realidades más pequeñas, más imprecisas, menos representativas de un gran grupo, de lo que pudiéramos llegar a considerar una mayoría. Nos estamos dividiendo entre un vastísimo santoral dedicado a los pequeños milagros que ya no es capaz de generar un gran poder de cambio.

Prácticamente hemos construido una lengua propia, pero en lugar de emplearla para generar realidad hay quien la adora como un fetiche, y busca nuevas y nuevas vueltas, se preocupa de la talla del ídolo, del color de su manto y los atributos que exhibe, en lugar de convocarlo como un principio de renovación.

¿Estamos olvidándonos de la Creación para entregarnos a la idolatría? Tengamos cuidado: mientras desciframos el misterio de nuestras propias palabras los otros ya empiezan a conocerlas, a describirlas, categorizarlas, como han hecho siempre, y así ganarán poder sobre nosotras. Ya saben que nos llamamos lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Ya saben que nos llamamos Rumpelstiltskin. O comenzamos rápido a ejercer la magia que sólo nosotras conocemos o sus diccionarios pueden convertirse en el sepulcro de nuestro poder.

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Desaparece el insulto “maricón” del diccionario de la RAE

Sábado, 18 de octubre de 2014
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RAE_diccionarioEstos días sale a la venta la 23ª Edición de la actualización del Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Entre otras novedades que afectan al colectivo LGTB,  la palabra matrimonio incluye una acepción para “matrimonio homosexual”: “En determinadas legislaciones, unión de dos personas del mismo sexo, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses”. El insulto “maricón” desaparece, también la acepción de “sodomita” y que la “sodomía” se practique y no se comete (como si de un pecado o falta se tratase). El artículo “gay” contiene frases positivas y normalizadoras (“sus mejores amigos son gais”, “celebraron el día del orgullo gay”). Se incluye la culturación de la palabra “safismo” como sinónimo de “lesbianismo”.

Los militantes LGTB lo celebran, pero consideran que todavía hay camino por recorrer: “Desde COLEGAS creemos que es un avance en el camino adecuado eliminar acepciones discriminatorias en el Diccionario de referencia entre los hablantes del español, actuando sobre palabras y acepciones machistas o que afectan o continúan invisibilizando a la comunidad LGBT. Sin embargo hay muchas palabras y expesiones habituales dentro de la población LGBT que aún no se han incluido: LGBT (y las diversas siglas como GLBT o LGTB,…), transgénero, cruising, cancanear, ambiente gay, salir del armario, outing, bullying, unión civil, pareja de hecho, intersexo, queer, drag queen,…”, ha declarado Paco Ramírez, presidente de COLEGAS.

maricón

“También consideramos lamentable que se incluya la palabra ‘seudohermafrodita’ para nombrar a las personas intersexuales, una acepción muy insultante y realmente caduca”, añade Ramírez. “A la vista de la irrupción en la sociedad del matrimonio igualitario exiten ciertas palabras usadas normalmente que no se adecúan a la nueva realidad porque no permiten en su actual acepción adaptarse, como las palabras ‘nuera’ y ‘yerno’. La acepción de ‘pareja’ contempla especialmente la formada por un hombre y una mujer, y no como debería la de dos personas con una relación sentimental”, agrega Ramírez. “Esperamos que el próximo Diccionario de la Real Academia de la Lengua sea más inclusivo y diverso, y se vayan eliminando cargas negativas en palabras y acepciones, que aún mantienen la discriminación y los estereotipos en el lenguaje del día a día, y la diversidad de la sociedad vaya consiguiendo el hueco que merecen”, concluye Ramírez.

Fuente Ragap y Ociogay

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