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Balance de los Juegos de Pyeongchang en clave LGTB: 16 deportistas visibles, 8 medallas y varias imágenes para la historia

Miércoles, 7 de marzo de 2018
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pclogo_402130907Ha pasado ya casi una semana desde que la ceremonia de clausura pusiera fin a los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Pyeongchang (Corea del Sur). No podemos, sin embargo, dejar pasar la oportunidad de subrayar lo positivo que estos juegos han resultado para la visibilidad LGTB, especialmente tras el recuerdo de lo sucedido en la anterior cita olímpica de invierno, en Sochi (Rusia). Unos juegos que nos han descubierto además a la figura de Adam Rippon, patinador estadounidense cuya defensa sin ambages de la visibilidad y de la pluma lo ha convertido ya en todo un icono gay.

En los juegos de Pyeongchang han competido (según el listado de Wikipedia) 16 deportistas abiertamente LGTB: 12 mujeres y 4 hombres. Nueve más que en Sochi. Con una diferencia apreciable: en Sochi todas ellas eran mujeres. Los de Corea, por tanto, han sido los primeros juegos olímpicos de invierno de la historia en los que participaban deportistas abiertamente gais. Por nacionalidades, tres eran belgas (Jorik Hendrickx, Sophie Vercruyssen y Kim Meylemans), tres estadounidenses (Brittany Bowe, Gus Kenworthy y Adam Rippon), dos canadienses (Brianne Jenner y Eric Radford), otras dos holandesas (Cheryl Maas e Ireen Wüst), una australiana (Belle Brockhoff), una austriaca (Daniela Iraschko-Stolz), una checa (Šárka Pančochová), una eslovena (Barbara Jezeršek),  una sueca (Emilia Ramboldt) y una suiza (Simona Meiler).

Por lo que se refiere al balance de medallas, el “equipo LGTB” ha conseguido (que hayamos podido contabilizar) ocho medallas. De las dos primeras ya informamos en esta misma página: el oro del canadiense Eric Radford en la competición por patinaje por equipos, ejecutando el programa de parejas junto a Meagan Duhamel, y el bronce del estadounidense Adam Rippon en la misma competición (Rippon ejecutó, en concreto, el programa largo masculino). Eric Radford (también junto a Megan Duhamel) consiguió después otro bronce en la competición de parejas.

Más allá del patinaje artístico, la holandesa Ireen Wüst consiguió un oro y dos platas en la competición de 1.500, 3.000 metros y persecución por equipos, respectivamente, de patinaje de velocidad, mientras que la canadiense Brianne Jenner se hizo con la plata como miembro del equipo de hockey sobre hielo. La estadounidense Brittany Bowe, por su parte, consiguió un bronce en la competición de patinaje de velocidad por equipos (junto a tres compañeras). En total, 5 medallistas de 16 participantes, un 31%. Si comparamos esa cifra con la de los últimos juegos olímpicos celebrados (los de verano de 2016 en Río de Janeiro), en los cuales esa cifra ascendió al 47%, la tendencia parece señalar que poco a poco se agrieta el “techo de cristal” de los deportistas LGTB: cada vez resulta menos necesario ser un deportista de los de “opción casi segura” de medalla para ser seleccionado siendo LGTB.

Como ya mencionamos en nuestra entrada anterior, la medalla de Rippon tuvo un especial “valor añadido” en clave LGTB, si se tiene en cuenta que el joven patinador se había significado por sus críticas a que la delegación estadounidense en los Juegos estuviese encabezada por el vicepresidente Mike Pence, bien conocido por su LGTBfobia. Críticas que compartía con su compañero del equipo estadounidense, el esquiador Gus Kenworthy. Ambos, de hecho, lanzaban un mensaje de visibilidad durante la ceremonia de apertura de los Juegos. “Estamos aquí. Somos queer. Acostúmbrate”, tuiteaba Kenworthy, en un indisimulado mensaje a Pence:

Rippon, en cualquier caso, cautivó por su alegría, desparpajo y por su defensa rotunda de la visibilidad y de la pluma, y se ha convertido en un verdadero icono gay, aunque él ha matizado dicha afirmación no sin ironía: “Quiero que la gente se dé cuenta de que no soy un icono gay, de que no soy el amorcito gay de América… Soy un icono y soy el amorcito de América”. Valga como ejemplo de su actitud de no querer disimular su pluma el vídeo incluido en el siguiente tuit, en el que Rippon lee una de las cartas de apoyo que ha recibido:

El otro gran protagonista “visible” de los Juegos ha sido el ya mencionado Gus Kenworthy, pese a no repetir la medalla en la modalidad slopestyle de esquí acrobático que sí consiguió en Sochi, cuando aún no se había visibilizado públicamente como gay (de ahí que no lo hayamos incluido entre las deportistas abiertamente LGTB que participaron en Sochi, todas ellas chicas). Lo hizo en 2015 (ya entonces lo recogimos) y desde entonces Kenworthy no ha dudado en hacer bandera de la visibilidad. Y así lo ha demostrado en estos últimos Juegos. Desde el mensaje que acompañaba a las fotografías con Rippon durante la ceremonia de apertura del que hablábamos arriba, hasta el beso con su novio, Matthew Wilkas, tras finalizar su competición, momento que fue difundido por televisión y que dio la vuelta al mundo:

“Ayer no me di cuenta de que este momento estaba siendo grabado, pero estoy muy feliz de que lo fuese. Nunca jamás hubiera soñado, siendo niño, que podría ver un beso gay en televisión durante los Juegos Olímpicos, pero por primera vez un niño que ahora esté en su casa puede. Amor es amor, es amor”, señalaba el propio Kenworthy en redes sociales para acompañar una imagen que ya es icónica para la visibilidad LGTB en el deporte.

Una imagen y una actitud que también le ha valido a Kenworthy toda una legión de haters, como él mismo denunciaba en Twitter. “Según ellos: ‘es 2018, a nadie le importa que seas gay. La homofobia ya no existe. Supéralo’. Mis notificaciones de YouTube…”, ironizaba, pasando a mostrar algunas de las notificaciones que había recibido en YouTube de mensajes cargados de insultos homófobos:

Kenworthy y Rippon, por cierto, también disfrutaron de lo lindo juntos durante la ceremonia de clausura. Kenworthy llegó a bromear sobre su relación en Twitter: “Hace dos semanas, en la ceremonia de apertura, nos conocimos y allí empezó una amistad. Hoy, en la ceremonia de clausura, se acaba. Adam Rippon, deja de llamarme. Estás empezando a ser muy pesadito y ya no puedo más”, tuiteaba:

Pese a que no faltaron los que malinterpretaron la broma, tiene pinta de que la buena relación entre Kenworthy y Rippon nos proporcionará aún muchos buenos momentos. El propio Kenworthy comentaba en una entrevista su admiración hacia Rippon y su deseo de que su amistad se mantenga durante el resto de sus vidas. El esquiador estadounidense también destacaba la importancia de que haya una comunidad LGTB visible en el mundo del deporte:

Fuente Dosmanzanas

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Atleta lesbiana es la primera en protestar en los Juegos de Sochi mientras una saltadora de esquí lesbiana dice que las protestas en Rusia son exageradas.

Lunes, 10 de febrero de 2014
Comentarios desactivados en Atleta lesbiana es la primera en protestar en los Juegos de Sochi mientras una saltadora de esquí lesbiana dice que las protestas en Rusia son exageradas.

Menos mal que otra deportista, también lesbiana ha dado la cara que esta otra pretende ocultar…Y es que es tan fácil decir que nopasa nada desde el calorcito que da el vivir en un país democrático… Ella podrá estar muy ilusionada por estar en Sochi, pero muchas personas LGTB son prisioneras en su propia casa.

Tom Daley no competirá en Moscú para protestar por las leyes antigay

Rusia bloquea la página web de un atleta canadiense por publicar una foto en ropa interior

Blondie renuncian a tocar en los juegos olímpicos de Sochi

El número de arrestados gays por protestar contra Sochi asciende a 23

El misterioso gay de Putin que no quería que le defendieran

La holandesa Cheryl Maas, abiertamente lesbiana, ha iniciado las protestas entre los deportistas que participan en los Juegos de Sochi por la persecución y el drástico recorte de libertades que sufre la comunidad LGTB en la Rusia de Vladimir Putin. La snowboarder (surfista sobre nieve, en español) se ha dirigido a una cámara de televisión al terminar su carrera y ha mostrado sus guantes de arco iris (emblema universal LGTB) y unicornio, en primer plano. Leemos en Metro.pr que luego de fallar en cualificar en el evento de ‘slope’ Cheryl Maas miró a la cámara y mostró sus guantes, según informó el portal The New Civil Rights Movement. La holandesa es una de solo seis atletas abiertametne gay que compiten en los juegos.

A pesar de la guerra abierta por Putin contra la contra el colectivo LGTB, la página oficial de los Juegos de Sochi no esconde dentro del perfil de Cheryl Maas que la deportista de 29 años es lesbiana, que está casada con Stine Brun Kjeldaas y que ambas tienen una hija que se llama Lara. Asimismo, el perfil de Maas también recoge que su esposa representó a Noruega en los Juegos Olímpicos de invierno de 1998 y consiguió una medalla de plata. “Prefiero ganar una medalla de oro en los X Games que en los Juegos Olímpicos”, asegura la propia Maas. Sin embargo, la deportista participará en las semifinales de slopestyle (esquí en ladera) y tiene posibilidades de marcharse de Sochi con medalla. Muchas personas han utilizado las redes sociales para manifestar su apoyo a la surfista sobre nieve y han aplaudido su gesto. Desde dosmanzanas nos sumamos a las felicitaciones y le deseamos todo el éxito.

Puedes ver el gesto de la deportista en el siguiente vídeo, que muestra su actuación. Ocurre en los segundos finales:

http://www.youtube.com/watch?v=VkKIuF2LhK0

Y es que leíamos  en Ragap que el COI y los atletas prefieren ignorar los derechos gays en Sochi…

Mucho se había hablado de las protestas que tendrían lugar por parte de atletas abiertamente gay en las Olimpiadas de Invierno. Antes de que se inaugurara el evento, muchos deportistas abiertamente gays habían criticado duramente las leyes homófobas que rigen en Rusia, pero una vez que han comenzado las pruebas no se ha podido ver nada incluso muchos atletas LGBT han reconocido que prefieren centrarse en competir. Muchos esperaban algún gesto en la ceremonia de inauguración, pero ningún atleta levantó las manos mostrando un 6, un símbolo de las protestas que alude al Príncipio sexto de la Carta Olímpica: “Cualquier forma de discriminación con respecto a un país o persona basada en la raza, religión, política, género o cualquier otro tipo, es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico”.

Tampoco el COI ha movido un dedo para defender el Principio 6 y ha sorprendido a todos al justificar en la práctica las detenciones de activistas, 23 en total, defendiendo que Rusia se ha limitado a cumplir sus leyes: “Entendemos que los manifestantes fueron rápidamente liberados. Como en muchos países en el mundo, en Rusia se necesita un permiso antes de realizar una protesta. Entendemos que esta fue la razón por la que fueron temporalmente detenidos”, explicó el responsable de Relaciones Públicas del COI, Emmanuelle Moreau. Incluso por parte de los activistas no ha habido grandes concentraciones en Sochi, donde la seguridad es mayor. Los detenidos se manifestaron en Moscú y San Petersburgo.

Las propias normas del COI, que prohiben hacer propaganda política en las Olimpiadas, alimentan la confusión. El presidente del organismo, Thomas Bach ha dicho que los atletas podrían hablar libremente en las salas de prensa, pero muchos atletas están al parecer asustados con las posibles sanciones del COI. “Al principio estábamos como asustados de hablar acerca de ello, como si ni siquiera pudieras pronunciar la palabra gay”, según explicó la patinadora estadounidense Jilleanne Rookard.

En todo caso, sorprenden las declaraciones de los atletas que más se habían posicionado en contra de las leyes rusas. Es el caso de la patinadora Ashley Wagner: “Tenemos una gran plataforma para hablar de aquello en lo que creemos, pero también estamos aquí para competir. He hecho mi parte como atleta, y he hecho lo suficiente como para sentirme bien al final del día”, explicó la estadounidense a la agencia AP. En la misma situación se presentaba el entrenador de esta disciplina, Brian Orser, abiertamente gay: “He evitado la mayoría de las preguntas sobre esto. No quiero parecer un hipócrita, pero también quiero estar aquí solamente para mis atletas, tan solo estar aquí haciendo mi trabajo. Tengo mis sentimientos acerca de esto, pero no sé si es el momento o el lugar para decirlos, aunque sé que tenemos una gran audiencia, y eso es importante también”. Distinto es el caso para los atletas canadienses. El Comité Olímpico de este país les ha prohibido expresamente entrar en cualquier confrontación o hablar de cualquier polémica política. Sus deportistas están obligados a hablar solo de su actuación deportiva.

Y en El Economista:

ROSA JUTOR, Rusia (Reuters) – La esquiadora de salto austriaca lesbiana y defensora de los derechos de los homosexuales Daniela Iraschko-Stolz dijo que las reacciones públicas respecto a la ley rusa que prohíbe la propaganda homosexual entre los menores han sido exageradas y que ella quiere concentrarse en el deporte en los Juegos de invierno.

Iraschko-Stolz, de 30 años y casada con su pareja lesbiana desde el año pasado, se ha convertido en una de las pocas deportistas austriacas en decir abiertamente que es gay. Rusia ha sido muy criticada internacionalmente por la ley que prohíbe la difusión de “propaganda gay” entre los menores de edad.

Al preguntarle antes de competir en las montañas de Sochi sobre si estaba preocupada por la ley, Iraschko-Stolz contestó: “No, al contrario, creo que todo se ha exagerado más de lo que es. He sido muy bien recibida por el resto de deportistas. No ha habido absolutamente ningún problema”.

Moscú dice que su ley es necesaria para defender a los jóvenes, pero los activistas dicen que está alimentando la violencia contra los homosexuales en Rusia. La policía rusa detuvo a unos activistas defensores de los derechos de los gays que intentaron protestar en la Plaza Roja de Moscú y en San Petersburgo el viernes, poco antes de que los Juegos fuesen oficialmente inaugurados.

“Naturalmente tienes que mirarlo siempre desde un punto de vista diferente y ser siempre crítico, pero especialmente en esta situación no quiero hablar mucho sobre el tema”, dijo la austriaca, que es una de las grandes candidatas a la medalla el martes en salto individual. “Me quiero centrar sólo en el deporte y creo que si eres tolerante con todo el mundo, te tratarán de la misma manera y te dará mucha alegría. Creo que se puede hacer toda una declaración saltando bien”.

Iraschko-Stolz dominó los tres saltos en la primera sesión de entrenamiento el sábado, quedando primera en los dos primeros y segunda en el otro. Se resbaló y se cayó al final del segundo salto, pero dijo que sólo se había lastimado un poco la mano.

El salto de esquí femenino aparece por primera vez en los Juegos Olímpicos gracias en parte a una campaña de presión de más de diez años que han llevado a cabo las deportistas y sus patrocinadores. Iraschko-Stolz era una de las 15 mujeres que demandaron sin éxito a los organizadores de los Juegos de 2010 en un intento de que les dejaran competir. “Vivir en una villa olímpica es mucho mejor de lo que había imaginado. Ahora estoy viviendo un cuento de hadas porque cuando era niña siempre quise formar parte de los Juegos Olímpicos”, dijo. “Esto que está pasando ahora que tengo 30 años es increíble… Cada día cuando me despierto, estoy aún aquí y eso tiene que significar que es real”.

/Por David Ljunggren/

Miedo en las familias de deportistas LGTB

 

Belle Brockhoff, otra surfista sobre nieve que también compite en Sochi, manifestaba hace unos días en la BBC que su familia sentía miedo por el trato el trato que pudiera recibir al ser una declarada homosexual. “No tengo miedo de expresar mi opinión después de los Juegos, pero no quiero que cualquier funcionario que me pegue un empujón o que me detengan en la frontera”, decía Brockhoff.

 

La deportista australiana aseguraba que no se plantea realizar declaraciones explícitas durante los Juegos pero añadía que “hay una manera en la que atletas y no atletas pueden expresar sus opiniones sobre la discriminación sin que sea formalmente considerada una protesta”. En este sentido, Brockhoff explicaba que si gana una medalla mostrará 6 dedos ante la cámara, en alusión a los colores de la bandera LGTB (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta). Sin embargo, en su opinión “la gente solo se preocupa por tu opinión si ganas el oro”.

 

El perfil de Belle Brockhoff en la web oficial de los Juegos de Sochi la presenta como una defensora de los derechos LGTB ya que indican que es colaboradora de la asociación Athlete Ally, que lucha por la igualdad y que pretende ayudar a la a erradicar del deporte la transfobia y la homofobia. “Estoy muy feliz y agradecida de formar parte de esta organización” y “me encantaría ser embajadora de la igualdad de derechos en Australia” son algunas de las declaraciones de las que se hace eco la página de los Juegos.

Gestos de apoyo en todo el mundo

 

Mientras tanto continúan sucediéndose los gestos de apoyo a la comunidad LGTB rusa a lo largo y ancho del mundo. Uno de los más destacados se ha producido en Canadá, un país en el precisamente los deportes de invierno tienen gran importancia. La bandera arco iris ondeará durante el transcurso de los Juegos de Sochi en los ayuntamientos de importantes ciudades, como Ottawa, Quebec, Vancouver o Montreal. El alcalde de esta última, Denis Coderre, ha expresado que el gesto busca “simbolizar la fraternidad y la solidaridad de los ciudadanos de Montreal”. Montreal, recordemos, fue la sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1976.

 

Canadá está mostrando de hecho ser un país especialmente activo en la reivindicación de los derechos de las personas LGTB en Rusia. Precisamente el Instituto por la Diversidad y la Inclusión de ese país ha difundido un vídeo, que ha dado la vuelta al mundo, que en clave de humor afirma que los Juegos siempre han tenido “algo de gays”. “Luchemos para que así siga siendo”, añade.

Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , , ,

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