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Juan Pablo I, papa mártir

Sábado, 26 de marzo de 2022
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se-reconocen-los-actos-cristianos-juan-pablo-i-1“Decidida la fecha, y adelantada parte del programa de los actos que enmarcarán la solemne beatificación canónica del papa Juan Pablo I, esbozo aquí y ahora algunas consideraciones”

“Destaco que en los últimos cien años de la historia de la Iglesia, se reseñan tales y tantas beatificaciones-canonizaciones de Romanos Pontífices. Coincidiendo con su actividad, el cúmulo de informaciones anti-religiosas generadas, compartidas y dolorosamente lloradas por el resto del pueblo de Dios jamás alcanzó cotas tan notorias”

“¿Se le reserva al ‘Papa de la Sonrisa’ su lugar, exactamente en la sección- apartado de los ‘mártires’, con toda su liturgia?

“Hoy son mayoría los católicos, apostólicos y romanos a quienes ni les convenció ni les convence la versión del Vaticano relativa a la muerte de Juan Pablo I”

“Por cierto, ¿en qué monasterio se refugió, o sigue refugiada, una monja, que tenía acceso a las estancias vaticanas, también a las privadas, del papa Luciani?”

Decidida la fecha, y adelantada parte del programa de los actos que enmarcarán la solemne beatificación canónica del papa Juan Pablo I, creo un deber profesional del informador y comentarista “religioso” esbozar aquí y ahora algunas consideraciones:

Y una de las preguntas tan acuciantes como sorprendentes formulada hoy en la Iglesia, relacionadas con Juan Pablo I, es esta: ¿en qué sección del santoral litúrgico habrá que situar el nombre del papa Juan Pablo I?¿En la de los “confesores “, o en la de los “mártires”? Beato o santo “confesor” no les parece catalogación congruente a muchos liturgista y hagiógrafos, dado que su vida, al igual que las de la inmensa mayoría de los cristianos, ordenados “in sacris”, o no, , sacerdotes, obispos, y aun cardenales , no parece haber sobresalido Albino Luciani, “el papa sonriente y efímero”, con méritos excepcionales como para ser ascendido al honor de los altares, con la circunstancia añadida de que en tan solo 33 días de su “breve pontificado”, pudiera haberse “santificado”. Bien es verdad que el ejemplo de la “beatífica sonrisa” que lo definió pudiera haber facilitado el ritmo del proceso canónico…

¿Se le reserva al “Papa de la Sonrisa” su lugar, exactamente en la sección- apartado de los “mártires”, con toda su liturgia? Esta apreciación parece abrirse camino expedito hoy, con honradez, historia y santo Evangelio en buena parte de cristianos, desde la diversidad de perspectivas en las que sus estudios sitúan el hecho de su muerte “súbita”. Más aún, hasta se llega a pensar que los silencios, secretos y misterios que rodearon las horas últimas de la vida terrenal del papa, ex cardenal de Venecia, de alguna manera pudieran contribuir a despejar tentaciones de sospechas, dudas, desconfianzas, inseguridades y contradicciones surgidas entonces, y que todavía perduran.

Hoy son mayoría los católicos, apostólicos y romanos a quienes ni les convenció ni les convence la versión contenida en el comunicado oficial emitido por el correspondiente organismo del Vaticano relativo a la muerte de Juan Pablo I. A ellos y a todos, les satisfará la esperanza que alientan de que en la elaboración de todos y cada uno de los capítulos del proceso canónico de su beatificación- canonización se desvelen razones que arrojen haces de luz, transparencia y veracidad para poner todo, o casi todo, evangélicamente claro, sin tenebrosidades elaboradas o consentidas por los “padrinos” de turno, eclesiásticos o no.

Y es que para ser considerado santo o beato oficialmente por parte de la Iglesia oficial, habrá de hacerse siempre presente la luz. Sin verdad y sin luz, retablos y hornacinas están de más en los templos y, por supuesto, en la eclesiología, y todo se profanaría. Con devoción, admiración y referencias sagrada e históricamente fiables, los ornamentos sagrados de las ceremonias y ritos, al igual que los símbolos, es posible que de los que se haga uso por exigencias de la liturgia, tengan que ser los de color rojo, que es el propio de los mártires.

Tiempos ha, la ejecución material de los mártires les estuvo encomendada a los leones de los circos romanos. Después, a expertos o aprendices en el oficio de la degollación. En las piras-hogueras rezaron el último “¿Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!”, no pocos cristianos. Por cierto, ¿en qué monasterio se refugió, o sigue refugiada, una monja, que tenía acceso a las estancias vaticanas, también a las privadas, del papa Luciani? Estas y otras preguntas, con sus correspondientes respuestas, ya están publicadas, sin haber sido desmentidas ni judicialmente sancionadas, por lo que titularlas de vulgares y anticlericales infundios, no sería procedente.

Fuente Religión Digital

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Charles de Foucauld, el “Hermano universal” será canonizado por la Iglesia Católica Romana el 15 de mayo de 2022.

Miércoles, 24 de noviembre de 2021
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Un santo que consideramos nuestro, seamos de la confesión Cristiana que seamos… Charles de Foucauld entre los 7 nuevos santos que tendrá la Iglesia Católica Romana el 15 de mayo de 2022. El Papa Francisco estableció la fecha de canonización de siete beatos, tal como lo había decretado en el Consistorio público ordinario del pasado 3 de mayo. La fecha no se pudo establecer antes a causa de la pandemia.

En aquel Consistorio Francisco había destacado la “vida cristiana y ejemplar santidad” de los futuros siete nuevos santos, cuya fecha de canonización no se había podido establecer a causa de la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Entre ellos destaca Charles de Foucauld, sacerdote diocesano, “pobre entre los pobres”. Lázaro, llamado Devasahayam, laico, mártir; César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana; Luigi Maria Palazzolo, sacerdote, fundador del Instituto de las Hermanas de los Pobres – Instituto Palazzolo; Giustino María Russolillo, sacerdote, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones y de la Congregación de las Hermanas de las Divinas Vocaciones; Maria Francesca di Gesù (nacida Anna Maria Rubatto), fundadora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano; María Domenica Mantovani, cofundadora y primera superiora general del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Ahora Francisco ha decidido que el rito de canonización de estos siete beatos se celebre el 15 de mayo del próximo año 2022.

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No tenemos el derecho a ser perros mudos y centinelas silenciosos: debemos clamar cuando vemos el mal.

 Carta a monseñor Livinhac, 8 de febrero de 1902

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Toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los tejados. Toda nuestra persona debe respirar a Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida deben gritar que pertenecemos a Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica.

Escritos espirituales, p. 396. Nazaret, 1898

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Estoy aquí, no para convertir de un golpe a los tuaregs, sino para tratar de comprenderlos y ayudarlos. Estoy convencido de que Dios en su bondad acogerá en el Cielo a quienes fueron buenos y justos, sin necesidad de que sean católicos romanos. Ud. es protestante, Teissre es incrédulo, los tuaregs son musulmanes, estoy persuadido de que Dios nos recibirá a todos si nos lo merecemos.

Carlos de Foucauld al Dr. Dhauteville, de confesión protestante

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[…] Alejar de nosotros el espíritu militante. «Los envío como un cordero entre lobos», dice Jesús… Qué lejos está esta manera de hacer y hablar de Jesús del espíritu militante de aquéllos que no son cristianos o son malos cristianos, que ven enemigos en contra de los que luchar en lugar de ver a hermanos enfermos que hay que cuidar, heridos echados al borde del camino para los que hay que ser buenos samaritanos. […] Ser misericordioso, manso, humilde con todos los hombres; es lo que hemos aprendido de Jesús. No ser militante con nadie: Jesús nos ha enseñado a ir «como corderos en medio de lobos», no a hablar con acritud, con aspereza, a injuriar, a tomar las armas.

Carta a Joseph Hours, 3 de mayo de 1912

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Nuestro propio aniquilamiento es el medio más poderoso que tenemos para unirnos a Jesús y hacer bien a las almas. San Juan de la Cruz lo repite casi en cada línea.

Cuando uno puede sufrir y amar, puede mucho, puede lo que más en este mundo. Uno siente que sufre, pero no siempre siente que ama y es un gran sufrimiento. Pero uno sabe que quisiera amar, y querer amar es amar.

[…] Se nota que no amamos bastante —esto es verdad, nunca se amará bastante—; pero Dios, que sabe de qué barro nos ha hecho y que nos ama más de lo que una madre podría amar a su hijo, nos ha dicho —él, que no puede morir— que no rechazará a aquél que se acerque a él.

Carta a María de Bondy, 1 de diciembre de 1916

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Padre mío, me pongo en vuestras manos; Padre mío, me confío a vos; Padre mío, me abandono a vos; Padre mío, haced de mí lo que os plazca; sea lo que sea lo que hagáis de mí, os lo agradezco; gracias por todo; estoy dispuesto a todo; lo acepto todo; os doy gracias por todo, con tal que vuestra voluntad se haga en mí, Dios mío; con tal que vuestra voluntad se haga en todas vuestras criaturas, en todos vuestros hijos, en todos aquellos a los que ama vuestro corazón, no deseo nada más, Dios mío; pongo mi alma en vuestras manos; os la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque os amo, y para mí es una necesidad de amor el darme, ponerme en vuestras manos sin medida; yo me pongo en vuestras manos con infinita confianza, porque vos sois mi Padre.

Carlos de Foucauld, Méditations sur l’Évangile au sujet des principales vertus

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Hagamos santo al padre Mychal Judge

Lunes, 13 de septiembre de 2021
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1-father-mychal-judge-ofm-michael-goldmanFr. Mychal Judge, OFM

Hoy (el pasado sábado día 11) se cumple el vigésimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, un día que de muchas maneras ha transformado nuestro mundo. Aquellos en la comunidad católica LGBTQ, y muchos otros también, recuerdan este día como el día en que el P. Mychal Judge, OFM, un sacerdote gay que fue capellán del Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York, ofreció su vida para ministrar a las víctimas y los primeros en responder en los ataques al World Trade Center en Manhattan. Debido a su condición de sacerdote católico y a que su cuerpo sacado de los escombros fue capturado en una fotografía que terminó dando la vuelta al mundo, es seguro decir que el p. Judge es la más conocida de las 2.606 víctimas que murieron en el sitio del World Trade Center.

El título de una película documental apropiadamente apodado Judge The Saint of 9/11. Desde su muerte, su vida y ministerio se hicieron más conocidos debido al interés de los medios en él. El mundo se enteró de sus décadas en el ministerio parroquial y universitario, su acercamiento a las personas sin hogar, su participación en Alcohólicos Anónimos, su cuidado pastoral para la comunidad LGBTQ, su apoyo a los bomberos de Nueva York y su servicio compasivo a las personas con VIH / SIDA. . Debido a que tanto su vida como su muerte fueron tan desinteresadas, no es de extrañar que tanta gente inmediatamente comenzara a orarle como santo, y su devoción creció en los Estados Unidos y en todo el mundo.

Ha llegado el momento de que la Iglesia Católica lo reconozca oficialmente como santo canonizándolo. Para hacerlo, New Ways Ministry está anunciando hoy que buscará individuos y organizaciones para formar una asociación para hacer el trabajo y recaudar los fondos para que la canonización suceda.

¿Qué y a quién buscamos? New Ways Ministry desea encontrar líderes dispuestos a dedicar tiempo y habilidades a medida que se unen para apoyar y dirigir la investigación necesaria para que el P. Judge sea declarado santo. Permítanme ser claro: por varias razones, New Ways Ministry no puede ser la organización que haga el trabajo y la recaudación de fondos para el proceso de canonización. El trabajo de tal asociación está más allá de la capacidad del New Ways Ministry. Además, el P. Judge trataba sobre muchas otras cosas además de su identidad gay y su ministerio para las personas LGBTQ, por lo que no sería apropiado que un grupo católico LGBTQ fuera el único patrocinador de este proyecto. Simplemente buscamos personas y organizaciones que quieran trabajar en coalición con otras personas y grupos de ideas afines. Facilitaremos la unión de un grupo así, pero una vez que lo haga, el grupo recién formado se convertirá en el líder.

¿Por qué New Ways Ministry está haciendo esto? Varias razones nos han motivado. En 2017, el P. Luis Escalante, consultor e investigador de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano, para ayudarlo a encontrar personas que conocían al P. Judge personalmente. P. Escalante quería recopilar su testimonio para una investigación de santidad. Hicimos lo que nos pidió publicando una entrada de blog y distribuyéndola ampliamente. Mucha gente respondió. P. Escalante dijo que solo en esta fase inicial de investigación había suficiente material bueno para promover la causa del P. Judge.

Sin embargo, el problema era que no había patrocinador. Ni los Frailes Franciscanos de la Provincia del Santo Nombre ni la Arquidiócesis de Nueva York (dos organizaciones naturales para promover la causa) quisieron patrocinar la investigación. La investigación se detuvo.

La semana pasada, el P. Escalante se puso en contacto con New Ways Ministry nuevamente para preguntar si podríamos ayudar a organizar una asociación que se encargaría del trabajo de promover al P. Causa de santidad del juez. El trabajo de tal asociación requeriría muchas manos y lo más apropiado sería que lo hiciera una coalición de personas y grupos cuyas vidas tocó. Todos los que apoyan su causa, ya sea que lo conozcan personalmente o no, pueden completar un breve formulario de información para fines de contacto.

Si desea ser parte de este esfuerzo, complete nuestro formulario de información en línea. Si conoce a alguien u organización que le gustaría ayudar a formar la asociación, envíele esta publicación de blog e invítelo a enviar sus nombres. Buscamos personas de todos los ministerios del P. Judge; su trabajo en la parroquia y el campus, su participación en A.A. su alcance a las personas sin hogar y aquellos con VIH/SIDA, y, por supuesto, aquellos involucrados con el Departamento de Bomberos de N.Y. y sus otras actividades cívicas.

Además de publicar esta publicación en el blog, New Ways Ministry también buscará proactivamente a otras personas relacionadas con el P. Judge. Les pedimos a ustedes, nuestros lectores y seguidores, que compartan la noticia de la formación de una asociación de canonización con sus redes.

En este día conmemorativo, pidamos la intercesión de este hombre que tanto amor dio al mundo: San Mychal Juez, ¡ruega por nosotros!

—Francis DeBernardo, New Ways Ministry, 11 de septiembre de 2021

 


4420En marzo de 2022 se publicará una biografía Mychal Judge: ‘Lord, Take Me Where You Want Me to Go’, scrita por Francis DeBernardo de New Ways Ministry. Será parte de la serie People of God (“Pueblo de Dios”) de Liturgical Press, que narra las vidas de los siglos XX y XXI que han respondido a los desafíos de la vida de maneras extraordinarias.

La serie incluye al arzobispo Oscar Romero, Dorothy Day, la hermana Thea Bowman, el padre Augustus Tolton y Martin Sheen.

Para reservar copias del libro, haga clic aquí. Los formatos de libro en rústica y libro electrónico están disponibles.


Artículos relacionados con la canonización del Padre Mychal Judge:

Associated Press: Admirers still urging sainthood for chaplain killed on 9/11 (Los admiradores siguen pidiendo la santidad del capellán asesinado el 11 de septiembre)

Public News Service: Groups Advocate for Sainthood of NY Chaplain Who Died in 9/11 Attacks (Grupos abogan por la santidad del capellán de Nueva York que murió en los ataques del 11 de septiembre)


Fuente New Ways Ministry

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Aradillas: “Huele a podrido el silencio con el que se ha maltratado el tema de la muerte de Juan Pablo I”

Sábado, 8 de agosto de 2020
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se-reconocen-los-actos-cristianos-juan-pablo-i-1“La Iglesia necesita otro tipo de santos”

Exigimos que se agilicen toda clase de procedimientos “divinos y humanos” para despejar los caminos que ha de recorrer la causa de beatificación-canonización del “brevísimo” Juan Pablo I

El santoral de la Iglesia está falto de corbatas, de gafas, de mascarillas, de “ordenadores”, de impresoras, bicicletas, pelotas de tenis, guías turísticas –devocionarios- de recorridos por la naturaleza y de estancias monásticas, uniformes, “monos” de faena, pertenecientes a cualquier categoría laboral o profesional

El de las canonizaciones  de santos y santas  es uno de los capítulos que hoy precisan con presteza mayor,  profundidad y extensión, de renovación  y reforma en la Iglesia . El modelo y ejemplo, así como la intercesión que le proporcionan al pueblo de Dios  y que encarna y justifica su elevación a los altares,  en ocasiones, hasta  con una especie  de heterodoxa adoración  con símbolos, invocaciones  semi paganas, sigue a la espera de renovadores replanteamientos ascéticos, teológicos y pastorales.

Le hicieron mucho daño a la institución eclesiástica  adoctrinamientos tales como  el de que la intervención directa del papa  en la causa de los santos  era, y es,  de carácter poco menos que infalible, por lo que su tratado, de tanta importancia en la pastoral popular, resulta intocable   en la pastoral popular , con la apremiante e indulgenciada  imposición  de tener que sellarse a perpetuidad  con uno de los “Amén”  más eclesiásticos por definición y naturaleza.

Pero,  ya de entrada, imploramos o y exigimos “a quienes corresponda”, que se agilicen toda clase de procedimientos  “divinos y humanos” para despejar los caminos que ha de recorrer  la causa de beatificación-canonización  del “brevísimo” Juan Pablo I . Así lo demandan el pueblo de Dios, el sentido común y el religioso –“sensus fidelium”- e inciertas  y aún sospechosas,  referencias, las leyes civiles y canónicas,   todavía opacas, aunque  el papa Francisco haya creado  la “Fundación Juan Pablo I” , con la expresa y reiterada intención  de poder adentrarnos en la “misteriosa” muerte  de este antecesor, a quien apenas si le diera tiempo  de manifestar con claridad evangélica  que la reforma de la Curia Romana  era  propósito firme e inalterable de su pontificado.

Huele a podrido  el silencio con el que se ha maltratado el  tema  de la muerte de Juan Pablo I, al que no pocas apariencias “ pro-franciscanas” habrán de salirles, por fin, al paso  con transparencias  y decisiones, y abominación de  onerosos olvidos para formas, modos  y sistemas empleados “eclesiásticamente” en tiempos “pre” y “ante” renacentistas, de cuyos episodios y procedimientos hay clara, vergonzante  y documentada constancia.

Además de citar este caso en el atrio  de la tarea de la renovación  del actual santoral  cristiano,  será absolutamente procedente prestarle  santa, devota y actualizada atención  a la “ascensión al honor de los altares”  a otros nombres  con sus correspondientes números  cardinales imperiales pontificios, que suscitan en la religiosidad popular  la creencia   de que todo papa, por papa, es, o será,  canonizable de por sí  y pese a todos los pesares, con asombroso olvido de que cualquier endogamia  jamás será ni objeto ni sujeto de canonización.

La Iglesia necesita en la actualidad otro tipo de santos. Precisamente en su letanía de ejemplos y modelos, lo primero que sobra es la multitud de  hábitos talares, capisayos y signos episcopales “et supra”. Sobran fundadores y fundadoras de vocación, profesión, ministerio y oficio.

El santoral de la Iglesia está falto de corbatas, de gafas, de mascarillas, de “ordenadores”, de impresoras, bicicletas, pelotas de tenis, guías turísticas –devocionarios- de recorridos  por la naturaleza y de estancias monásticas, uniformes, “monos” de faena, pertenecientes  a cualquier categoría laboral  o profesional…

El santoral sigue padeciendo  también, – ¡y todavía¡-  la ausencia de personas  representantes  del sexo femenino…En el santoral se registran más –muchos más- varones  que mujeres.  Y la solemnidad es en él mucho mayor, con  excepción de las referidas  a las advocaciones  de la Santísima Virgen María… El santoral sigue acaparado en mayor proporción por frailes, curas, monjes y obispos, además de los papas. A los laicos y laicas difícilmente les reservan los calendarios  las correspondientes casillas  y estas, son raramente revestidas  del rojo festivo de las solemnidades litúrgicas, con excepción de las de san José, los Apóstoles y las de los fundadores  de las Órdenes y Congregaciones Religiosas respectivas.

Merece consideración aparte el hecho  de la imposibilidad de incluir  de alguna manera en el Santoral  nombres  de varones o mujeres pertenecientes a otras religiones, creencias  e Iglesias a quienes les sobran méritos para ser expuestos  como ejemplos y modelos de vida  y como intermediarios ante Dios.

Posiblemente, y en proporciones similares,  al calendario católico les sobran nombres de niños y niñas  con mención inocente  para aquellos, y aquellas,  elegidos por la Virgen para  suplir a la mismísima jerarquía eclesiástica, en sus “apariciones” celestiales, y así manifestar su voluntad respecto a la salvación de la humanidad. No obstante, el mismo calendario está desesperadamente falto de nombres  infantiles, víctimas de  pederastas “educadores” religiosos, y de quienes, por acción u omisión, “consintieron” desafueros  tan bochornosos …

A tal letanía le pongo por ahora el punto y aparte  del “Amén”, aunque sin alejarme  de la cita extra-canónica de los  misterios dolorosos del rosario  martirial de cuantas mujeres maltratadas murieron víctimas de parejas, exparejas,  esposos, ex esposos  y sin que todavía perduren en la propia  Iglesia “legitimables discriminaciones” en razón al sexo….

Fuente Religión Digital

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Pablo D’Ors: “Después de Jesucristo, a quien yo más admiro es a Charles de Foucauld”

Martes, 2 de junio de 2020
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imgchrcdfe0041“Al enterarme de su próxima canonización, sentí una profunda alegría”

Buscador espiritual, prototipo del converso, pionero del diálogo interreligioso, místico de lo cotidiano e icono del fracaso… Foucauld fue lo que siempre quiso ser: el hermano universal

Cien años después de que cayera mártir en su amado desierto argelino, son más de 13.000 personas en el mundo quienes nos consideramos sus hijos espirituales. Ahora la Iglesia lo reconoce

Después de Jesucristo, a quien yo más admiro es a Charles de Foucauld. Por ello, al enterarme hace pocas horas de su próxima canonización, sentí una profunda alegría. Los Amigos del Desierto, una red de meditadores de la que soy fundador y que tiene a Foucauld como patrón, sabíamos de su santidad desde hace ya tiempo. Pero es bonito y necesario que otros lo reconozcan y que todos lo sepan. Es importante poner a Charles de Foucauld en primera plana para que se valore en su justa medida la humilde enormidad de su legado espiritual.

Me encontré con Foucauld a los veinte años. Fue gracias a un libro que acompañó muchas de mis noches en mi año de noviciado, titulado Más allá de las cosas y escrito por Carlo Carretto, uno de sus discípulos. Su espiritualidad me atrapó desde el primer momento, si bien, quizá por ser yo demasiado joven y él demasiado radical, lo dejé de lado. Pero Foucauld supo esperarme y volvió a salir a mi encuentro veinte años después, nuevamente en una situación de transición. En aquella época, las cosas me iban mal: digamos que había tenido algunos problemas institucionales y que mi situación eclesiástica era inestable. El rostro de Foucauld -compasivo como no conozco otro-, me miró en aquellos días desde una estampa, despertando mis más nobles sentimientos. Comenzó entonces mi verdadera conversión, mi segundo noviciado, que sellé con la escritura de una novela sobre su vida titulada El olvido de sí, hoy inencontrable. Más tarde vino todo lo demás, y hoy me he convertido en un apóstol de su oración del abandono, convencido como estoy de que Foucauld protagonizará espiritualmente el siglo XXI, como intentaré mostrar a continuación.

Foucauld es el padre del desierto contemporáneo. Basta escuchar el nombre de Charles de Foucauld para que muchos lo asocien con la imagen del desierto. No es de extrañar, nada más ser ordenado sacerdote, a los 43 años, Foucauld parte rumbo al Sahara, donde residirá, primero en Beni Abbès y luego en Tamanrasset, hasta su asesinato, el 1 de diciembre de 1916, hace ya más de un siglo. Tenía entonces 57 años, aunque por su aspecto -tal era su desgaste físico- nadie le habría echado menos de 75. Foucauld no fue al desierto en busca de la soledad -conviene subrayarlo-, sino para estar cerca de los tuareg, a quienes veía como el pueblo más olvidado y pobre. Fue para encontrarse con los pobres y se encontró -aún más- con su propia pobreza. En aquellas tribus del Hoggar vio un espejo de sí mismo. En el paisaje desértico que le rodeaba vio un reflejo, muy exacto, de su propio desierto interior: no tuvo ninguna experiencia mística en toda una vida consagrada intensamente a la oración. Sostengo que Foucauld es el continuador, en nuestro tiempo, de la espiritualidad de los padres y las madres del desierto y que, en ese sentido, más que el fundador de una familia religiosa, es quien nos trae a Occidente la necesidad de volver al desierto, que hoy llamamos silencio e interioridad.

Foucauld fue un buscador espiritual. Claro que antes de llegar al desierto, tuvo una larga y atribulada búsqueda, cuyo primer capítulo fue, probablemente, su exploración de Marruecos, donde mostró el temple del que estaba hecho. Fue la devoción de los musulmanes, curiosamente, la que despertó en Foucauld el deseo de volver a la fe cristiana. Luego vino su iniciación al catolicismo, de manos de su prima Maria Bondy, su ingreso en la trapa, primeramente en Francia y después en Akbés, Siria, su decisiva peregrinación a Tierra Santa, donde vivió en un miserable cuchitril trabajando como criado y recadero de las clarisas y, por fin, su aventura sahariana. Todas estas etapas están perfectamente acreditadas por el propio Foucauld, que fue un grafómano empedernido. En efecto, el número de sus cartas se cuenta por miles, y las numerosísimas páginas de su diario espiritual dan buena fe de su encendido amor por la Virgen y por Jesucristo, a Quien llamaba mi Bienamado y con quien conversaba a cada rato. Es revelador cómo el paradigma de la soledad (un ermitaño…, ¡y en el Sahara!) se convierte en el paradigma de la comunicación. Este doble movimiento, tan elocuente en lo vertical como en lo horizontal, nos da una imagen certera de quién era verdaderamente Foucauld.

“Fue la devoción de los musulmanes, curiosamente, la que despertó en Foucauld el deseo de volver a la fe cristiana”

Foucauld fue el prototipo del converso. Porque quien ahora va a ser puesto en los altares fue en su aristocrática juventud un engreído militar y un sofisticado vividor. El paso de la vida pendenciera a la venerable queda reflejado a la perfección en sus facciones, que pasan de ser sensuales y arrogantes a transparentes y bondadosas. En lugar de lanzarle a las vanidades del mundo, el homenaje que le brindó la Sociedad Geográfica Francesa -otorgándole la medalla de oro por su admirable Reconnaissance du Maroc-, le impulsó a la soledad. Fue Henri Huvelin, un párroco parisino, quien apadrinaría su conversión. Corría el mes de octubre de 1886 cuando este sacerdote, al tenerlo delante, le ordenó arrodillarse y confesarse. No fue una invitación, fue una orden. Y fue allí donde todo comenzó para Foucuald. Comprendió que abajo es el lugar más universal, pues es allí donde está la mayoría y, por ende, el lugar donde está Dios. Comenzó allí su pasión por los últimos, por ser el último. Tenía 28 años y su vida daba el giro definitivo. Comprender que existía Dios fue para él tanto como saber que debía entregarse a Él.

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Foucauld fue un pionero del diálogo interreligioso. Como no podía ser de otra forma -teniendo en cuenta su época y sensibilidad-, viajó a África del Norte dispuesto a convertir a los musulmanes. Pero Dios le concedió el don de no convertir a ni uno. Fue un don, porque gracias a esta dificultad para realizar sus planes, Foucauld comenzó a cultivar la amistad con los destinatarios de su misión. Como pocos en la historia de la Iglesia antes o después de él, Foucauld entendió la amistad como el camino privilegiado para la evangelización. Gracias a que se hizo amigo íntimo de Moussa Ag Amastane, un jefe indígena, y de un tal Motylinski, un estudioso erudito, emprendió su más hermoso gesto de amor a un pueblo: la elaboración de un diccionario francés-tamacheq, así como la recopilación de las canciones, poemas y relatos del folclore de los tuareg. Estas obras enciclopédicas, sobrecogedoras tanto por su extensión como por su rigor, revelan su exquisito respeto a la cultura y a la religión ajenas y, en fin, su pasión por lo diferente. Emociona saber que el protagonista de semejante empresa lingüística y cultural haya sido un patriota ejemplar, que hasta el final mantuvo su encendido fervor por Francia.

Foucauld fue un místico de lo cotidiano. Lo cotidiano él lo llamaba Nazaret. Por encima de la vida pública de Jesús, que ya eran tantos y tantas que buscaban representar -anunciando el evangelio, curando a los enfermos, redimiendo a los cautivos, creando comunidad-, lo que Foucauld quiso fue representar su vida oculta como obrero en Nazaret. La vida en familia, el trabajo en la carpintería, la existencia sencilla en un pueblo… Todo eso, tan anónimo, tan aparentemente insignificante, fue lo que le subyugó hasta el punto de consagrarse siempre y por sistema a lo más pequeño, lo más ordinario, lo más ignorado. Resulta paradójico que una vida, que vista desde fuera puede juzgarse extravagante y aventurera, haya sido alentada por la pasión por lo sencillo e insignificante a ojos humanos. Recuerda que eres pequeño, dejó escrito Foucauld. Y estuvo convencido de que eran muchísimos quienes podían seguir este carisma suyo, como prueba que escribiera infatigablemente múltiples Reglas de vida.

Foucauld es el icono del fracaso. Porque si bien es cierto que Reglas monásticas o laicales escribió muchas, también lo es que seguidores no tuvo ni uno. Tampoco logró convertir a ni un solo musulmán. Ni liberar a ningún esclavo, por mucho que se lo propuso inundando a la administración francesa con sus reclamaciones. Vista desde los parámetros habituales, la existencia de este insólito personaje fue un total fracaso. Cien años después de que cayera mártir en su amado desierto argelino, son más de 13.000 personas en el mundo quienes nos consideramos sus hijos espirituales. Divididas en familias religiosas, sacerdotales o laicales, todos nosotros sabíamos ya que Foucauld fue lo que siempre quiso ser: el hermano universal. Ahora la Iglesia lo reconoce. Reconoce como camino el abandono en las manos del Padre, la plegaria que Foucauld escribió en 1896, ignorando que un siglo después miles de hombres y mujeres la recitaríamos a diario.

Fuente Religión Digital

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El Papa canonizará a Charles de Foucauld, el “padre del desierto”

Viernes, 29 de mayo de 2020
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El amigo de los Tuaregs, y mártir, fue el inspirador de una corriente de pensamiento y reflexión que llega a nuestros días

Actualmente la «familia espiritual de Charles de Foucauld» comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes

“Conozco tu miseria, las luchas y tribulaciones de tu alma, la debilidad y las dolencias de tu cuerpo; conozco tu cobardía, tus pecados y tus flaquezas. A pesar de todo te digo: dame tu corazón, ámame tal como eres”

Santiago Agrelo: “Con Charles de Foucauld, soñar un mundo apellidado ‘de Jesús'”

J. L. Vázquez Borau: ¿Cómo fue el camino a los altares de Carlos de Foucauld?

Cristóbal López: “Carlos de Foucauld nos enseñó a trabajar por la fraternidad universal”

Charles de Foucauld será santo… si es que alguno pensaba que ya no lo era. El maestro del desierto, de la predicación con la propia vida (hasta darla, en Tamanrasset, en 1916), de quien sus críticos afirmaban que jamás convirtió a nadie, será canonizado después de que el Papa aprobara el milagro atribuido a su intercesión. Sólo falta la fecha del milagro.

cq5dam.thumbnail.cropped.750.422El “hermano universal” nació en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana Maria, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.

Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los Musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: «Dios mío, si existes, haz que te conozca».

Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, él encuentra a Dios en octubre 1886.Tiene 28 años. «Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El».

Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir a Jesús en su vida de Nazareth. Pasa 7 años en la Trapa, primero N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.

s38-e1383736824813Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, «los más olvidados y abandonados».

Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, «el hermano universal». El quiere «gritar el evangelio con toda su vida» en un gran respeto de la cultura y la fe de aquellos en medio de los cuales vive. «Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: “Si tal es el servidor, como entonces será el Maestro…”?».

En el atardecer del 1° de Diciembre 1916, fue asesinado por una banda que rodeó la casa.

Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varias reglas religiosas; pensó que esta «vida de Nazareth» podía ser vivida en todas partes y por todos. Actualmente la «familia espiritual de Charles de Foucauld» comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes.

Fue beatificado por Benedicto XVI el 13 de Noviembre de 2005 en la Basílica de San Pedro en Roma.

ÁMAME TAL COMO ERES

Conozco tu miseria, las luchas y tribulaciones de tu alma, la debilidad y las dolencias de tu cuerpo; conozco tu cobardía, tus pecados y tus flaquezas. A pesar de todo te digo: dame tu corazón, ámame tal como eres.

Fuente Religión Digital

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Antonio Aradillas: “Isabel la Católica, ni virgen ni mártir”

Jueves, 30 de abril de 2020
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800px-IsabellaofCastile03Uno ya no sabe qué decir ante semejante despropósito… ¿Canonizar a Isabel La Católica?

“El ‘dicen que dijo pontificio’ es un recurso manido y dudoso”

“¿Pero cómo el “Santo Padre”, Francisco de nombre, por más señas de nacencia argentina, va a hacer referencia santa a Isabel la Católica, delante de los obispos de América Latina, en desacuerdo la mayoría de ellos, así como sus dirigentes y pueblos, con los comportamientos empleados por no pocos católicos españoles, quienes más que como evangelizadores fueron, actuaron y se comportaron como “conquistadores”?”

“¿Quién o quiénes sufragarán los gastos de procesos canónicos tan largos y obtusos, así como los de los solemnísimos actos a celebrar en la plaza de San Pedro de Roma, si llegara la hora?”

El Papa pide a los obispos españoles que reactiven la causa de beatificación de Isabel la Católica

Lo siento mucho, pero yo pongo en serias y eminentísimas dudas que el papa Francisco, y precisamente en la “Asamblea Pontificia para América Latina”, le manifestara a un cardenal español, “sentirse molesto con los obispos de España por no haber hecho todavía santa a Isabel “la Católica”, por lo que “sería de su agrado que reactivaran el proceso de beatificación. Las declaraciones cardenalicias fueron efectuadas “en exclusiva” a RD., tal y como recientemente se hicieron públicas.

Las razones sobre las que fundamento mis dudas parten de la base de que el “dicen que dijo pontificio” suele ser con frecuencia un recurso manido,  que no escapa del “dicharacherismo” -“dimes y diretes”-, por otra parte tantas veces denostado y condenado por el propio Bergoglio.

La aludida causa de beatificación regia fue interrumpida por Roma hace un puñado de años, con diversidad de argumentos que entonces parecieron más que suficientes a los señores curiales. Elevar al honor de los altares a la Reina -Su Majestad la Católica” por antonomasia- desvinculada de su esposo Fernando, –“monta tanto, tanto monta Isabel como Fernando”– no parecía procedente, ni de buen gusto “católico”.

“Ambos a dos”, en lenguaje literario, son lo que son, es decir, “los Reyes Católicos, con el añadido sacramental de que “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” ni siquiera después de muertos, en su común monumento sepulcral erigido en la Capilla Real de la catedral de Granada, obra artística de valor singular, de estilo renacentista, labrada por Domenico Alexandro Fancelli, a quien también hay que atribuirle el sepulcro (profanado) del Cardenal palaciego, culto y gobernante, Ximénes de Cisneros, hoy en la colegiata de Alcalá de Henares.

La Bula “Sic convenit”, que declaró “católicos a los Reyes Católicos y a sus sucesores,  fue firmada por Alejandro VI –el papa Borgia– en el día 19 de diciembre del año del Señor 1496, alegando estos hechos: ”Por la pacificación de los reinos de España, la conquista de Granada, la expulsión de los judíos, la defensa de los intereses pontificios de Nápoles y Sicilia y el norte de África”. (Curiosamente, en la Bula no se citan ni el descubrimiento, ni la evangelización de las tierras transoceánicas).

¿Pero cómo el “Santo Padre”, Francisco de nombre, por más señas de nacencia argentina, va a hacer referencia santa a Isabel la Católica, delante de los obispos de América Latina, en desacuerdo la mayoría de ellos, así como sus dirigentes y pueblos, con los comportamientos empleados por no pocos católicos españoles, quienes más que como evangelizadores fueron, actuaron y se comportaron como “conquistadores”, con todas sus consecuencias divinas y humanas, aunque se intente encontrar alguna justificación en la idea de que “eran otros tiempos, otras personas y otras circunstancias? (Ah, ¿pero los llamados “indios” eran, o no, personas, es decir, seres humanos, que también tenían alma?)

Fernando_Gallego_-_Madonna_of_the_Catholic_Kings_-_WGA8448La Virgen de los Reyes Católicos,

Así las cosas, difícilmente la “Reina Católica” llegará a “beata o santa” y alcanzar el trono y el honor de los altares y del culto público, sin la compañía de su “católico” esposo Fernando. ¿Y qué hacemos entonces con Germana de Foix, sobrina y esposa también, durante una decena de años, del viudo Fernando, muerto durante una cacería celebrada en el pueblo hoy cacereño de Madrigalejo, junto a Guadalupe, el día 23 de febrero del año 1516?

Como el tema de la beatificación de Isabel “la Católica” hay que afrontarlo también desde perspectivas económicas, ¿quién o quiénes sufragarán los gastos de procesos canónicos tan largos y obtusos, así como los de los solemnísimos actos a celebrar en la plaza de San Pedro de Roma, si  llegara la hora?. “Hacer” y celebrar  a un santo –y más si es de regia estirpe- cuesta mucho dinero. Yo dispongo de cifras aproximadas, pero es mejor guardarlas para otra ocasión. ¿Serán los obispos de España los encargados de tales colectas? ¿Alguien, con sensatez, evangelio e historia, y por muy obispo que sea,  se atrevería a solicitarles que contribuyeran en las colectas los “hermanos en el episcopado” de los pueblos latinoamericanos, con sus dirigentes laicos y laicas…?

¿Acaso no contamos ya con santos y santas más que suficientes, en el calendario litúrgico como para que hayamos de añadirles otros y otras, y además con características de católicos, nobles y de familias regias, sean los Trastámaras, Austrias o Borbones? ¿Es que, concretamente en España, estamos como para que aquí y ahora se nos hable y predique acerca de beatificaciones y canonizaciones de reyes y reinas, eméritos o no, aunque todavía algunos teólogos y asimilados defiendan aquello de “por la gracia de Dios”? ¿No se sabe de sobras que no todo el dinero que se emplea en beatificaciones y canonizaciones oficiales, es limpio, evangélico y evangelizador? ¿Cómo justificarles a los judíos la beatificación de Isabel “la Católica” en unas calendas de cercanía y de comprensión religiosa, más asequibles para el diálogo y el entendimiento mutuo, ejemplar, pacífico y pacificador?

“¿Es que, concretamente en España, estamos como para que aquí y ahora se nos hable y predique acerca de beatificaciones y canonizaciones de reyes y reinas, eméritos o no, aunque todavía algunos teólogos y asimilados defiendan aquello de ‘por la gracia de Dios’?”

¿Estamos capacitados para adoctrinarles, diciéndoles que aquello entonces se hizo por motivos equivocadamente “religiosos” y no, lisa y llanamente, por el vil metal del dinero, del que ellos eran poseedores en abundancia? ¿Cómo se lo explicamos a otras Iglesias y a los responsables de los nuevos planteamientos ecuménicos? En los tiempos constitucionales de las Autonomías y más, en España, ¿quién les explica desde los púlpitos, cartas pastorales, declaraciones y homilías, a grupos de pobladores de ciertos  entes “autonómicos”, lo de “la pacificación de los distintos reinos de España”, de la Bula del papa Alejandro VI?

UnRealLos santos-santos son, están y estarán sempiternamente en “la casa de al lado” y entre los profesionales “anticoronavíricos”, dispuestos denodadamente a luchar, con el ejercicio de sus profesiones y oficios, en la misión, tarea y ministerio de la “cruzada”  para borrar de la faz de la tierra el –o la- Covid-19.

Seamos sensatos de una santa vez, -dentro de lo que cabe-, y vamos a dejarnos de las  beatificaciones y canonizaciones, que no sean las que el pueblo-pueblo, y más y también el sudamericano en este caso, el que las promueva y practique. De todas formas, los procesos de beatificación y de canonización, demandan con urgencia y sin ambigüedades, las reformas profundas requeridas por el Vaticano II, y auspiciadas por el papa Francisco.

Desedificaría hoy a la Iglesia, y al pueblo en general, reactivar el proceso de beatificación de la reina Isabel, por muy “católica” que la llamen, conozcan y reconozcan algunos manuales de historia.

Fuente Religión Digital

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El Papa canonizó al Cardenal Newman el 13 de octubre ¿Un santo LGTBI?

Martes, 15 de octubre de 2019
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20090430cnsbr00243.jpgCardenal del siglo XIX convertido del anglicanismo

El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”

El Papa, en la canonización de cinco beatos: “¿Quieres crecer en la fe? Hazte cargo de un hermano alejado, de una hermana alejada”

Pedro Langa: La ‘Segunda Primavera’ del cardenal Newman

13.10.19: San John Henry Newman, un cristiano (1801-1890). Canonización innecesaria, pero gratificante.

El papa Francisco presidió el pasado domingo la canonización de cinco beatos, entre ellos John Henry Newman, cardenal de la Santa Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra. Los demás nuevos santos son Madre Giuseppina Vannini fundadora de las Hijas de San Camilo; María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; Dulce Lopes Pontes, de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, y Margarita Bays, virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.

John Henry Newman, nació en Londres el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston, Inglaterra, el 11 de agosto de 1890.

Ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana, a los 44 años se convirtió a la Iglesia Católica en la que fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1847 e ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri, cuya congregación estableció en Inglaterra; fundó una universidad católica en Dublín (Irlanda) y supervisó una nueva traducción de la Biblia.

El 12 de mayo de 1879 el papa León XIII lo creó cardenal. Falleció el 11 de agosto de 1890 a la edad de 89 años. El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”. Su festividad se celebra el 9 de octubre.

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato John Henry Newman, quien ahora será proclamado santo.

Canonization-of-Cardinal-John-Henry-Newman-pilgrimage1

Pero… ¿Quién era en realidad Newman? Para esclarecerlo, publicamos este artículo de la página Santos Queer que ya publicamos y se perdió tras el hackeo de nuestra página:

Beato John Henry Newman y Ambrose St. John:

Un santo gay y su “luz terrenal” comparten una amistad romántica

newman and ambrose 500 pxUna foto rara de John Henry Newman y Ambrose St. John juntos

John Henry Newman fue un  sacerdote erudito muy conocido como el británico convertido al catolicismo-romano más famoso del siglo 19. Newman fue beatificado en 2010 en medio de la especulación desenfrenada que era gay. El día de su festividad es hoy, 11 de agosto, en la Iglesia Anglicana y el 9 de octubre en la Iglesia Católica Romana.

Newman y otro sacerdote, Ambrose St. John, vivieron juntos durante 32 años y comparten la misma tumba. Algunos dicen que compartían una “amistad romántica” o “la vida comunitaria”. Es probable ambos tuvieran una orientación homosexual al tiempo que guardaban la abstinencia sexual. Newman describe St. John como “mi luz terrenal.” Ambos eran inseparables.

Newman (21 de febrero 1801 – 11 de agosto 1890) es considerado por muchos como el más grande pensador católico-romano del mundo de habla Inglés. Nació en Londres y fue ordenado como sacerdote anglicano. Se convirtió en uno de los líderes del Movimiento de Oxford, el cual tenía como objetivo volver la Iglesia de Inglaterra a muchas de las tradiciones católico-romanas. El 9 de octubre 1845 se convirtió al catolicismo romano. Aunque tuvo que renunciar a su puesto como profesor de Oxford debido a su conversión, al final alcanzó el rango de cardenal.

Ambrose Saint John (1815 -1875), aparentemente conoció a Newman en 1841. Vivieron juntos durante 32 años, comenzando en 1843. St. John era cerca de 14 años más joven que Newman. Comparo su encuentro con St. John como el una  pareja del mismo sexo bíblica: Ruth y Naomi . En las propias palabras de Newman, St. John “llegó a mí como Ruth llegó a Naomi” durante los difíciles años justo antes de salir de la iglesia anglicana.

Después de ambos convertirse juntos al catolicismo romano, estudiaron en Roma, donde fueron ordenados sacerdotes al mismo tiempo. Cuando St. John se confirmó en la fe católica romana, preguntó si podía hacer un voto de obediencia a Newman, pero la solicitud fue rechazada. Newman recordó sus primeros años de esta manera:

“Desde el primer momento me amo con una intensidad que era inexplicable. En Roma, hace 28 años, siempre estaba trabajando para mí y aliviándome  de todos mis problemas, que al ser joven y de aspecto sajón, todos lo llamaron mi ángel de la guarda”.

Newman and St John portrait 1847Retrato de John Henry Newman (a la derecha) y Ambrose Saint John (a la izquierda) por Maria Giberne, 1847

Un retrato de Newman y St. John, juntos en Roma fue pintado por Maria Giberne, una artista aficionada y amiga de toda la vida de la familia de Newman, quien lo seguío a la Iglesia Católica Romana. Giberne pintó a la pareja sentada junto a sus libros en una de sus habitaciones en el Colegio de Propaganda en Roma, el 9 de junio de 1847. De pie entre ellas está la Virgen de la Medalla Milagrosa, que parece bendecir y velar por los sacerdotes que se amaban el uno al otro.

St. John, un erudito y lingüista en su propio derecho, ayudó a Newman con su erudición y compartió otros aspectos de la vida cotidiana como si fueran una pareja en un matrimonio entre personas del mismo sexo. John Cornwell, autor de La Tumba Inquieta de Newman: El Santo Renuente, declaró a Radio Pública Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica que el apoyo de St. John hacia Newman incluía “incluso hacer cosas tales como preparar sus maletas antes de que viajara, asegurarse que estaba tomando su medicina, asegurarse que concurría a sus citas con el dentista, ese tipo de cosas. Era casi como una esposa, pero sin la cama matrimonial”.

Vivieron juntos hasta que St. John murió el 24 de mayo de 1875. Sólo tenía unos 60 años de edad. De acuerdo con una carta memorial escrita por el propio Newman, St. John murió de un derrame cerebral que “se originó en su exceso de trabajo en la traducción de Fessler, la cual realizaba para que yo respaldara mi carta al duque de Norfolk.” Newman necesitaba la traducción de un importante libro del teólogo alemán Joseph Fessler a raíz del Concilio Vaticano I.

En la carta memorial Newman describe sus últimos y dramáticos momentos juntos, incluída la forma en St. John se aferró a él estrechamente en la cama y le estrechó la mano con fuerza. Newman, sin saber que su amado compañero estaba muriendo, pidió a otros que le desbloquear los dedos antes de decir la despedida que resultó ser su última.

Newman tenía el corazón destrozado por la pérdida de su pareja amada. “Siempre he pensado en ningún duelo se iguala al de un esposo o esposa, pero siento que es difícil creer que el dolor de alguien puede ser mayor que el mío”, escribió Newman.

Newman insistió en tres ocasiones de que lo enterraran en la misma tumba con St. John: “Deseo con todo mi corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose St. John -y doy esto como mi última, mi imperativa voluntad”, escribió, para luego añadir: “Esto confirmo e insisto”.

cardinal-john-newma_778941cJohn Henry Newman (derecha) y Ambrose St. John (izquierda)

Newman murió de neumonía el 11 de agosto 1890 a los 89 años. De acuerdo con sus deseos expresos, lo enterraron con St. John. La cubierta sobre su ataúd llevaba su escudo personal con el lema latino, “Cor ad cor loquitur” (el corazón habla al corazón), que adoptó cuando se convirtió en cardenal. Su lápida conjunta está inscripta con el lema en Latín elegido por Newman: “Ex umbris et imaginibus en veritatem” (hacia fuera de las sombras y los reflejos de la verdad”).

Durante el proceso de beatificación, el Vaticano trató de violar la voluntad de Newman de ser enterrado con su amado compañero. Funcionarios del Vaticano esperaban excavar y remover sus restos en preparación para su beatificación. La controversia se produjo ya que algunos activistas LGBTI vieron la decisión de interrumpir la tumba compartida como un intento de separarlos y encubrir la parte queer de la vida de Newman. Sin embargo, cuando la tumba fue abierta en 2008, los restos se habían descompuesto completamente, sin dejar nada que se pudiera separar.

Newman 733px-Coat_of_Arms_of_Cardinal_John_Henry_Newman.svgEscudo  con el lema de John Henry Newman “El corazón habla al corazón” (Fuente: Wikimedia Commons)

El legado de Newman es de gran alcance. Debido a que Newman fue un alumno excelente, centros católico-romanos en los campus universitarios de Estados Unidos de Norteamérica llevan el nombre de él. Newman cuenta su propia historia en su aclamada autobiografía espiritual, Apologia pro vita sua. Es conocido por escribir el poema “El sueño de Geroncio” y el  himno popular “Divina Luz”.

Su teología de la amistad y su énfasis en la conciencia son a la vez importantes para las personas LGBTi y sus aliadas y aliados. Aunque la Iglesia Católica Romana tiende a fruncir el ceño en amistades especiales entre sacerdotes, monjas o monjes, Newman enseñó: “El amor de nuestros amigos privados es el único ejercicio preparatorio para el amor de todos los seres humanos.” También predicó: “La mejor preparación para amar al mundo en general, y amarlo debida y prudentemente, es cultivar nuestra  amistad íntima y afecto hacia quienes están inmediatamente cerca nuestro”.

Terence Weldon en su libro Querificando la Iglesia explica cómo las enseñanzas de Newman sobre la conciencia sentó las bases para los cristianos LGBTI de hoy: “Como teólogo, el cardenal Newman jugó un papel importante en el desarrollo de la formulación moderna de la primacía de la conciencia, que es de fundamental importancia para católico-romanos LGBTI que rechazan en conciencia las enseñanzas usuales sobre la sexualidad; o la alta proporción de parejas heterosexuales que rechazan “Humanae Vitae“.

Este artículo está ilustrado con iconos de Newman por Robert Lentz y William McNichols. Ambos artistas se enfrentaron  a controversia por sus íconos alternativos que afirman a personas LGBTI.

Newman es honrado por la Iglesia Católica Romana el 9 de octubre, aniversario de su conversión del anglicanismo al catolicismo romano en 1845.

Naturalmente la Iglesia Anglicana eligio una fecha diferente para el día de la festividad de Newman: el aniversario de su muerte el 11 de agosto de 1890.

Con su beatificación, el beato Newman está ahora a sólo un paso de ser reconocido oficialmente como santo. Sin embargo, Newman ya es un santo en el corazón de muchos, incluyendo a las personas LGBTI que se inspiran en su vida y en su amor.

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Nota de la autora: me decidí a escribir esta entrada íntegramente sobre el amor entre Newman y St. John, cuando descubrí que no se había hecho todavía en la Internet desde una perspectiva positivamente LGBTI. Yo era una de las muchas bloggers en ambos lados que escribieron sobre si Newman era gay en el momento de su beatificación, citando algunos hechos. Pensé que haría una actualización rápida centrándome en sus logros y en su relación con St. John.

Sin embargo, a medida que me metí en el estudio de su vida, me sorprendió mucho lo convincente de su historia de amor y lo difícil que era encontrar una visión general de su relación con St. John a través de la Internet. Los detalles de su profundo amor por los demás están disponibles en la Web, pero sobre todo en los sitios web que tienen como objetivo demostrar que no eran homosexuales. Es curioso cómo se termina apoyando el mismo punto que están tratando de desacreditar. Así que puse todo junto desde un punto de vista queer.

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Enlaces relacionados:

Beato John Henry Newman (Sitio “Católico y Gay”)

El cardenal John Henry Newman era Gay? (NPR)

Un aspirante a santo era gay? (Time.com)

Cardenal John Henry Newman y el padre Ambrose St John (Idle Speculations Blog) (con extensas citas de los escritos de Newman sobre St. John)

Reflexiones sobre la vida y el legado de John Henry Newman (Wild Reed)

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Esta entrada es parte de la serie Santos GLBTI por Kittredge Cherry en el blog Jesus in Love [Jesús enamorado]. Ese blog presenta en las fechas adecuadas durante todo el año tanto santas y santos como mártires, héroes, heroinas y personas consagradas de especial interés para las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI) y sus aliadas y aliados.

Copyright © Kittredge Cherry . Todos los derechos reservados.

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El Papa canonizará al Cardenal Newman el 13 de octubre

Jueves, 4 de julio de 2019
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20090430cnsbr00243.jpgCardenal del siglo XIX convertido del anglicanismo

El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato

El papa Francisco presidió este lunes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el consistorio ordinario público para la canonización de cinco beatos, entre ellos John Henry Newman, cardenal de la Santa Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra.

También será canonizada la Madre Giuseppina Vannini fundadora de las Hijas de San Camilo.

Los restantes beatos que serán proclamados santos son María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; Dulce Lopes Pontes, de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, y Margarita Bays, virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.

Durante el Consistorio, el Papa decretó que los cinco nuevos beatos sean inscriptos en el Libro de los Santos el domingo 13 de octubre próximo.

John Henry Newman, nació en Londres el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston, Inglaterra, el 11 de agosto de 1890.

Ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana, a los 44 años se convirtió a la Iglesia Católica en la que fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1847 e ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri, cuya congregación estableció en Inglaterra; fundó una universidad católica en Dublín (Irlanda) y supervisó una nueva traducción de la Biblia.

El 12 de mayo de 1879 el papa León XIII lo creó cardenal. Falleció el 11 de agosto de 1890 a la edad de 89 años. El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”. Su festividad se celebra el 9 de octubre.

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato John Henry Newman, quien ahora será proclamado santo.

Canonization-of-Cardinal-John-Henry-Newman-pilgrimage1

Pero… ¿Quién era en realidad Newman? Para esclarecerlo, publicamos este artículo de la página Santos Queer que ya publicamos y se perdió tras el hackeo de nuestra página:

Beato John Henry Newman y Ambrose St. John:

Un santo gay y su “luz terrenal” comparten una amistad romántica

newman and ambrose 500 pxUna foto rara de John Henry Newman y Ambrose St. John juntos

John Henry Newman fue un  sacerdote erudito muy conocido como el británico convertido al catolicismo-romano más famoso del siglo 19. Newman fue beatificado en 2010 en medio de la especulación desenfrenada que era gay. El día de su festividad es hoy, 11 de agosto, en la Iglesia Anglicana y el 9 de octubre en la Iglesia Católica Romana.

Newman y otro sacerdote, Ambrose St. John, vivieron juntos durante 32 años y comparten la misma tumba. Algunos dicen que compartían una “amistad romántica” o “la vida comunitaria”. Es probable ambos tuvieran una orientación homosexual al tiempo que guardaban la abstinencia sexual. Newman describe St. John como “mi luz terrenal.” Ambos eran inseparables.

Newman (21 de febrero 1801 – 11 de agosto 1890) es considerado por muchos como el más grande pensador católico-romano del mundo de habla Inglés. Nació en Londres y fue ordenado como sacerdote anglicano. Se convirtió en uno de los líderes del Movimiento de Oxford, el cual tenía como objetivo volver la Iglesia de Inglaterra a muchas de las tradiciones católico-romanas. El 9 de octubre 1845 se convirtió al catolicismo romano. Aunque tuvo que renunciar a su puesto como profesor de Oxford debido a su conversión, al final alcanzó el rango de cardenal.

Ambrose Saint John (1815 -1875), aparentemente conoció a Newman en 1841. Vivieron juntos durante 32 años, comenzando en 1843. St. John era cerca de 14 años más joven que Newman. Comparo su encuentro con St. John como el una  pareja del mismo sexo bíblica: Ruth y Naomi . En las propias palabras de Newman, St. John “llegó a mí como Ruth llegó a Naomi” durante los difíciles años justo antes de salir de la iglesia anglicana.

Después de ambos convertirse juntos al catolicismo romano, estudiaron en Roma, donde fueron ordenados sacerdotes al mismo tiempo. Cuando St. John se confirmó en la fe católica romana, preguntó si podía hacer un voto de obediencia a Newman, pero la solicitud fue rechazada. Newman recordó sus primeros años de esta manera:

“Desde el primer momento me amo con una intensidad que era inexplicable. En Roma, hace 28 años, siempre estaba trabajando para mí y aliviándome  de todos mis problemas, que al ser joven y de aspecto sajón, todos lo llamaron mi ángel de la guarda”.

Newman and St John portrait 1847Retrato de John Henry Newman (a la derecha) y Ambrose Saint John (a la izquierda) por Maria Giberne, 1847

Un retrato de Newman y St. John, juntos en Roma fue pintado por Maria Giberne, una artista aficionada y amiga de toda la vida de la familia de Newman, quien lo seguío a la Iglesia Católica Romana. Giberne pintó a la pareja sentada junto a sus libros en una de sus habitaciones en el Colegio de Propaganda en Roma, el 9 de junio de 1847. De pie entre ellas está la Virgen de la Medalla Milagrosa, que parece bendecir y velar por los sacerdotes que se amaban el uno al otro.

St. John, un erudito y lingüista en su propio derecho, ayudó a Newman con su erudición y compartió otros aspectos de la vida cotidiana como si fueran una pareja en un matrimonio entre personas del mismo sexo. John Cornwell, autor de La Tumba Inquieta de Newman: El Santo Renuente, declaró a Radio Pública Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica que el apoyo de St. John hacia Newman incluía “incluso hacer cosas tales como preparar sus maletas antes de que viajara, asegurarse que estaba tomando su medicina, asegurarse que concurría a sus citas con el dentista, ese tipo de cosas. Era casi como una esposa, pero sin la cama matrimonial”.

Vivieron juntos hasta que St. John murió el 24 de mayo de 1875. Sólo tenía unos 60 años de edad. De acuerdo con una carta memorial escrita por el propio Newman, St. John murió de un derrame cerebral que “se originó en su exceso de trabajo en la traducción de Fessler, la cual realizaba para que yo respaldara mi carta al duque de Norfolk.” Newman necesitaba la traducción de un importante libro del teólogo alemán Joseph Fessler a raíz del Concilio Vaticano I.

En la carta memorial Newman describe sus últimos y dramáticos momentos juntos, incluída la forma en St. John se aferró a él estrechamente en la cama y le estrechó la mano con fuerza. Newman, sin saber que su amado compañero estaba muriendo, pidió a otros que le desbloquear los dedos antes de decir la despedida que resultó ser su última.

Newman tenía el corazón destrozado por la pérdida de su pareja amada. “Siempre he pensado en ningún duelo se iguala al de un esposo o esposa, pero siento que es difícil creer que el dolor de alguien puede ser mayor que el mío”, escribió Newman.

Newman insistió en tres ocasiones de que lo enterraran en la misma tumba con St. John: “Deseo con todo mi corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose St. John -y doy esto como mi última, mi imperativa voluntad”, escribió, para luego añadir: “Esto confirmo e insisto”.

cardinal-john-newma_778941cJohn Henry Newman (derecha) y Ambrose St. John (izquierda)

Newman murió de neumonía el 11 de agosto 1890 a los 89 años. De acuerdo con sus deseos expresos, lo enterraron con St. John. La cubierta sobre su ataúd llevaba su escudo personal con el lema latino, “Cor ad cor loquitur” (el corazón habla al corazón), que adoptó cuando se convirtió en cardenal. Su lápida conjunta está inscripta con el lema en Latín elegido por Newman: “Ex umbris et imaginibus en veritatem” (hacia fuera de las sombras y los reflejos de la verdad”).

Durante el proceso de beatificación, el Vaticano trató de violar la voluntad de Newman de ser enterrado con su amado compañero. Funcionarios del Vaticano esperaban excavar y remover sus restos en preparación para su beatificación. La controversia se produjo ya que algunos activistas LGBTI vieron la decisión de interrumpir la tumba compartida como un intento de separarlos y encubrir la parte queer de la vida de Newman. Sin embargo, cuando la tumba fue abierta en 2008, los restos se habían descompuesto completamente, sin dejar nada que se pudiera separar.

Newman 733px-Coat_of_Arms_of_Cardinal_John_Henry_Newman.svgEscudo de armas con el lema de John Henry Newman “El corazón habla al corazón” (Fuente: Wikimedia Commons)

El legado de Newman es de gran alcance. Debido a que Newman fue un alumno excelente, centros católico-romanos en los campus universitarios de Estados Unidos de Norteamérica llevan el nombre de él. Newman cuenta su propia historia en su aclamada autobiografía espiritual, Apologia pro vita sua. Es conocido por escribir el poema “El sueño de Geroncio” y el  himno popular “Divina Luz”.

Su teología de la amistad y su énfasis en la conciencia son a la vez importantes para las personas LGBTi y sus aliadas y aliados. Aunque la Iglesia Católica Romana tiende a fruncir el ceño en amistades especiales entre sacerdotes, monjas o monjes, Newman enseñó: “El amor de nuestros amigos privados es el único ejercicio preparatorio para el amor de todos los seres humanos.” También predicó: “La mejor preparación para amar al mundo en general, y amarlo debida y prudentemente, es cultivar nuestra  amistad íntima y afecto hacia quienes están inmediatamente cerca nuestro”.

Terence Weldon en su libro Querificando la Iglesia explica cómo las enseñanzas de Newman sobre la conciencia sentó las bases para los cristianos LGBTI de hoy: “Como teólogo, el cardenal Newman jugó un papel importante en el desarrollo de la formulación moderna de la primacía de la conciencia, que es de fundamental importancia para católico-romanos LGBTI que rechazan en conciencia las enseñanzas usuales sobre la sexualidad; o la alta proporción de parejas heterosexuales que rechazan “Humanae Vitae“.

Este artículo está ilustrado con iconos de Newman por Robert Lentz y William McNichols. Ambos artistas se enfrentaron  a controversia por sus íconos alternativos que afirman a personas LGBTI.

Newman es honrado por la Iglesia Católica Romana el 9 de octubre, aniversario de su conversión del anglicanismo al catolicismo romano en 1845.

Naturalmente la Iglesia Anglicana eligio una fecha diferente para el día de la festividad de Newman: el aniversario de su muerte el 11 de agosto de 1890.

Con su beatificación, el beato Newman está ahora a sólo un paso de ser reconocido oficialmente como santo. Sin embargo, Newman ya es un santo en el corazón de muchos, incluyendo a las personas LGBTI que se inspiran en su vida y en su amor.

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Nota de la autora: me decidí a escribir esta entrada íntegramente sobre el amor entre Newman y St. John, cuando descubrí que no se había hecho todavía en la Internet desde una perspectiva positivamente LGBTI. Yo era una de las muchas bloggers en ambos lados que escribieron sobre si Newman era gay en el momento de su beatificación, citando algunos hechos. Pensé que haría una actualización rápida centrándome en sus logros y en su relación con St. John.

Sin embargo, a medida que me metí en el estudio de su vida, me sorprendió mucho lo convincente de su historia de amor y lo difícil que era encontrar una visión general de su relación con St. John a través de la Internet. Los detalles de su profundo amor por los demás están disponibles en la Web, pero sobre todo en los sitios web que tienen como objetivo demostrar que no eran homosexuales. Es curioso cómo se termina apoyando el mismo punto que están tratando de desacreditar. Así que puse todo junto desde un punto de vista queer.

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Enlaces relacionados:

Beato John Henry Newman (Sitio “Católico y Gay”)

El cardenal John Henry Newman era Gay? (NPR)

Un aspirante a santo era gay? (Time.com)

Cardenal John Henry Newman y el padre Ambrose St John (Idle Speculations Blog) (con extensas citas de los escritos de Newman sobre St. John)

Reflexiones sobre la vida y el legado de John Henry Newman (Wild Reed)

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Esta entrada es parte de la serie Santos GLBTI por Kittredge Cherry en el blog Jesus in Love [Jesús enamorado]. Ese blog presenta en las fechas adecuadas durante todo el año tanto santas y santos como mártires, héroes, heroinas y personas consagradas de especial interés para las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI) y sus aliadas y aliados.

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“Tu pueblo te hizo santo”: El Salvador se prepara para la canonizacion de Romero

Viernes, 5 de octubre de 2018
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santoromero_560x280Tojeira presidirá una misa que unirá los martirios del arzobispo y los de Ellacuría y los jesuitas de la UCA

El 14 de octubre, Roma se convertirá en la capital del pequeño país centroamericano, que tendrá a su primer santo

(J. B./Vatican News).-Tu pueblo te hizo santo. Este es el lema con el que la Iglesia de El Salvador se está preparando para la canonización del arzobispo mártir, Óscar Romero. Y lo hará con un encuentro nacional de fe para celebrar al primer santo salvadoreño.

Para el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien conoció de cerca a Romero, esta “expresión de fe” se realizará en cuatro grandes momentos, desde la mañana del 13 de octubre hasta la misma ceremonia de la canonización.

Uno de los momentos más especiales se dará a las ocho de la tarde (hora salvadoreña), cuando el padre José María Tojeira, director del Instituto de derechos humanos de la UCA, presidirá una homilía, donde se unirán el martirio de Romero y los de Ellacuría y sus compañeros, masacrados nueve años después del arzobispo.

A las dos de la mañana ya del 14 de octubre, se transmitirá en pantallas gigantes, la ceremonia de canonización desde el Vaticano, que finalizará a las cuatro y media de la madrugada. Desde el Salvador con cantos en la cripta de la catedral metropolitana.

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Las actividades que se harán en torno a la ceremonia de canonización antes, durante y después serán las siguientes: El 7 de octubre en la catedral se llevará cabo la misa de envío a los peregrinos que irán al Vaticano. El 10 de octubre, el Colectivo para la canonización junto a Concertación Romero, impulsarán una marcha en la cual pedirán justicia por el asesinato de Mons. Oscar Arnulfo Romero y el 28 de octubre será la misa de agradecimiento a nivel nacional con los obispos salvadoreños y se ha invitado también a los obispos centroamericanos.

El padre Joaquín Alvarez, representante de las comisiones que están organizando todas las celebraciones de la canonización, y miembro del Consejo presbiteral, dijo en la conferencia, que cuando desde Roma, en el Salvador estén presenciando la ceremonia de canonización, y al momento en que el Papa Francisco pronunciará el nombre de Mons. Romero, a partir de allí se ha planificado una gran fiesta, con fuegos pirotécnicos, grupos de danza, mil guitarristas que entonarán un canto para Mons. Romero, se soltarán globos. Después de ese momento, cuando finalice la ceremonia de canonización todos los presentes irán a la cripta de la Catedral, para vivir un momento más íntimo con Mons. Romero, habrá una actividad artística-religiosa. Habrá una marimba, dijo el sacerdote, un instrumento que le gustaba mucho a Mons. Romero.

En Roma: antes durante y después

El martes 9 y el miércoles 10 conferencias en el Vaticano y en el colegio Pio Latinoamericano, sobre la vida del futuro santo y el Papa Pablo VI, el martes; y el miércoles Mons. Romero cuando fue seminarista.

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El jueves 11 y el viernes 12 dos eventos culturales dedicados al santo: un recital que cantará la cantante de música cristiana salvadoreña, Inés de Viaud. Y la presentación del musical “Romero“, dirigido por el padre Lucas Pandolfi.

El sábado 13 de octubre, en los Jardines Vaticanos se rezará el Rosario ante la imagen de la Patrona del País, Nuestra Señora de la Paz, y luego en Roma, en la zona del Eur, será descubierta una escultura de Mons. Romero. En la tarde será celebrada una misa presidida por el presidente de Caritas Internationalis, cardenal Luis Antonio Tagle, y testimonios sobre Mons. Romero y Pablo VI. Y más testimonios, cantos que hablan de Romero, “el sonido de su voz”. El evento es organizado por Caritas Internationalis. Mons. Oscar Romero es Patrono de Caritas.

A las nueve de la noche dará inicio la vigilia en la iglesia de Santa María in Campitelli, dirigida por la asociación amigos de Romero.

El domingo 14 de octubre, después de la ceremonia de canonización, a las tres de la tarde en la iglesia de Santo Spirito in Sassia se asistirá a la oración diaria de la Coronilla de la Divina Misericordia. También se presentará un documental suizo sobre Mons. Romero. Y el lunes por la tarde, en la basílica de Santa María in Trastevere, se dará una misa de acción de gracias.

Tour en Roma, el tour Romero como seminarista, es un recorrido a la ciudad en lugares donde él estuvo y comentó sus impresiones. Serán la plaza de San Pedro, Basílica, catacumbas, etc. Habrá también una “noche salvadoreña”, donde se le cantará al nuevo santo, se contarán anécdotas. Horario y lugar aún por definir. Habrá una exposición de fotos sobre Romero, lo organizan periodistas salvadoreños, que explicarán cómo fue vista la muerte de Mons. Romero en el mundo.

Como es tradición, el Papa Francisco recibirá el lunes 15 de octubre a los peregrinos venidos a la ceremonia de Canonización, en el Aula Pablo VI a las once de la mañana.

Fuente Religión Digital

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Brasil: Inicia el proceso de beatificación y canonización de Helder Cámara en la arquidiócesis de Olinda y Recife

Domingo, 12 de abril de 2015
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helder-camara-el-obispo-rojoConocí y abracé a Dom Hélder Cámara cuando vino a España a presentar su obra “Sinfonía de los dos mundos“… Toda una experiencia que aún conservo, como su autógrafo en un pequeño libro…

“La Congregación para la Causa de los Santos emitió su parecer favorable autorizando el inicio del proceso de beatificación y canonización de Dom Hélder Câmara.” El anuncio, lo hizo la arquidiócesis de Olinda y Recife, asegurando que el aval de la Santa Sede fue ratificado por medio de una carta enviada por el Prefecto de este dicasterio, el cardenal Angelo Amato, SDB, al arzobispo de esta arquidiócesis, monseñor Fernando Saburido, a menos de diez días desde que se anunció la confirmación del recibimiento del pedido de apertura del proceso de dom Hélder, con fecha del 16 de febrero.

Con este aval, será posible iniciar el proceso para reconocer las “virtudes heroicas” del obispo brasilero, para lo cual una comisión jurídica deberá estudiar los textos publicados en vida y analizar los testimonios de las personas que conocieron al “obispo de los favelados”, como se le recuerda por su acción precursora en la pastoral de las favelas, aunque en su antigua arquidiócesis de Olinda y Recife también es evocado como el “obispo de la Paz” (fue cuatro veces nominado para recibir el Premio Nobel de la Paz).

Posteriormente, el relator del proceso, nombrado por la Congregación para la Causa de los Santos, elaborará un documento denominado Positio. “Se trata de un compendio de relatos y estudios realizados por la comisión”. Una vez aprobado, el Papa podrá concederle el título de Venerable Siervo de Dios.

El paso siguiente es la beatificación. “Ser beato o bienaventurado significa ser un modelo de vida para la comunidad y, además, tener la capacidad de actuar como intermediario entre los cristianos y Dios”. Después de esto vendrá la canonización, para lo cual es imprescindible la comprobación de un milagro que deberá ocurrir después de su nominación como beato.

Monseñor Saburido ha comentado que la fama de santidad de Dom Hélder fue el factor que motivó a la arquidiócesis a hacer el pedido de apertura del proceso de beatificación ante el Vaticano, en junio de 2014. También destacó que “fue una persona de gran influencia en la vida del Brasil y en el ámbito internacional”, un ejemplo de ello fue su decisiva contribución en la creación de la CNBB y del CELAM.

Óscar Elizalde Prada
Fuentes: Arquidiócesis de Olinda y Recife, CNBB, Agencias

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“¿Dos papas santos? Juan Pablo II vs Juan XXIII”, por Jesús Bastante.

Lunes, 28 de abril de 2014
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canoni_560x280De su blog El Barón Rampante:

Francisco : “San Juan XXIII y San Juan Pablo II no se avergonzaron de la carne de Cristo ni del hermano”

El Papa : “Juan XXIII y Juan Pablo II fueron dos hombres valerosos”

Juan XXIII y Juan Pablo II, inscritos en el libro de los santos

El rey rememora al ‘Papa Bueno‘: “España es una sonrisa de Dios

El día de los cuatro Papas

La gloria de los dos sumos pontífices santos, según Francisco

Martín Gelabert: En compañia de Juan XXIII

Juan XXIII: un papa bueno no es una redundancia

Juan Pablo II: las sombras de un pontífice luminoso

Rafael Plaza Veiga: Karol Wojtyla, un “santo súbito” por la puerta de atrás

Víctimas de abusos exigen paralizar la canonización de Wojtyla

Dos papas vivos y dos papas santos

La autenticidad de Juan XXIII: No quiso que le besasen los pies

Juan Pablo II: ¿Sabes quiénes se oponen a que sea santo y por qué?

La canonización, en fotos

Fotos | Canonización de dos papas

Este domingo, se vivirá una jornada histórica en Roma. Por primera vez, se darán cita cuatro papas en la plaza de San Pedro. Francisco canonizará a dos de sus antecesores, Juan XXIII y Juan Pablo II, en presencia de su inmediato antecesor, el emérito Benedicto XVI. Más de un millón de fieles abarrotan ya la Ciudad Eterna. En su mayoría, los antiguos “papaboys”, que siguieron a Juan Pablo II por todo el mundo, y que hace nueve años gritaron aquel “santo subito” desde esta misma plaza.

Y es que la de Karol Wojtyla será la canonización más rápida de la bimilenaria historia de la Iglesia. Una canonización polémica, pues la figura del Papa polaco tiene muchos puntos oscuros. Al contrario que la de Juan XXIII, el Papa bueno, el que abrió las puertas al Concilio Vaticano II, que empujó a la Iglesia católica al siglo XX después de 450 años anclada en la Contrarreforma de Trento.

No hay muchas dudas sobre la santidad de Juan XXIII. Sin embargo, son muchos los que han pedido al Papa que frene la de Juan Pablo II. La actuación de la Iglesia católica ante los abusos sexuales durante su pontificado y, especialmente, el caso del pederasta Marcial Maciel, a quien Wojtyla calificó de “guía ejemplar de la juventud”, salpica, y mucho, la santidad del papa polaco.

¿Por qué canonizar a la vez a dos papas tan diferentes? Los más optimistas aseguran que Francisco ha querido aunar las dos “almas” que laten en la Iglesia católica actual. Los adalides de una Iglesia conservadora, aferrada al dogma y obsesionada por la moral sexual y la incidencia pública, que durante los últimos 35 años han gobernado a sus anchas tanto en el Vaticano como en la Iglesia universal (el modelo Wojtyla y sus colaboradores: kikos, Opus Dei, Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación…); y los que optan por una Iglesia más aferrada al Evangelio y a la opción preferencial por los pobres, que no viva aferrada al cumplimiento de unas normas sino que trata de cumplir el sueño de Jesús de Nazaret de construir una sociedad más justa y solidaria.

Esta podría ser la razón por la que el Papa Bergoglio hubiera decidido la canonización de Juan XXIII sin necesidad de haber confirmado un milagro atribuido a su intercesión. Dado que el ascenso a los altares de Juan Pablo II parecía inevitable, Francisco quiso al menos colocar un “contrapeso” con el Papa bueno, y de paso reivindicar los frutos del Concilio Vaticano II, de cuyo arranque se acaba de cumplir medio siglo.

No cabe duda que Bergoglio está más cercano a la Iglesia que soñó Juan XXIII que la que dejó atada y bien atada Juan Pablo II, pero también que las reformas que Francisco siente que necesita la Iglesia no será posible si deja fuera a -querámoslo o no- millones de católicos conservadores que tienen que adaptarse al nuevo modelo surgido del cónclave que eligió al primer pontífice americano de la historia.

Juan XXIII es el modelo de Iglesia de puertas y ventanas abiertas, de preguntas, de libertad y de alegría. El Papa Roncalli, que apenas dirigió la Santa Sede durante cinco años, convocó un Concilio que revolucionó la historia de la Iglesia. Porque, por muy difícil que nos resulte pensarlo, hasta hace 50 años, era impensable tener una Biblia en casa, escuchar una misa en tu propia lengua, los judíos eran considerados culpables de la muerte de Jesús y los otros cristianos eran poco menos que herejes. Por no hablar de musulmanes o ateos. Con Juan XXIII, las mujeres y los laicos comenzaron a tener protagonismo en la Iglesia, y la institución se comprometió a la opción preferencial por los pobres y a una relación con el mundo y con la sociedad basada en la igualdad.

Como todo sueño, la “primavera” conciliar no duró mucho, y tras la muerte de Juan XXIII los perdedores del Concilio -que controlaban la todopoderosa Curia vaticana- comenzaron a mover sus hilos, ahogando las intenciones del sucesor de Juan, Pablo VI, y comenzando el golpe de timón. La muerte jamás explicada de Juan Pablo I (apenas 33 días) y la elección de Juan Pablo II consumaron un progresivo “invierno eclesial” que duró 35 años y que tuvo al papa polaco y a su sucesor, Joseph Ratzinger, como principales protagonistas.

Frente al imperio de la conciencia auspiciado por Juan XXIII, Juan Pablo II impuso una férrea doctrina, especialmente en lo político y en la moral sexual; frente a la opción por los pobres, llegó la condena a la Teología de la Liberación; frente a la apuesta por la cercanía y el diálogo con el mundo, vino la denuncia de la secularización y la imposición de una moral exclusiva ; frente al diálogo interreligioso, la declaración de que fuera de la Iglesia católica no había salvación.

En todo caso, la canonización de este domingo no dejaría de ser un acto “privado” de aquellos que se consideran católicos, si no fuera por el gran escándalo que salpica la vida de un papa que, por otro lado, batió todos los récords de permanencia, viajes y presencia mediática: los abusos sexuales. Una lacra que ha salpicado a la Iglesia católica en todo el mundo, y que resulta doblemente sangrante porque, además de los abusos en sí (que no afectan a todos los eclesiásticos, sino a una ínfima minoría), se produjo una política sistemática de ocultamiento de los mismos.

Durante décadas, la política eclesiástica hizo callar a las víctimas y defendió al agresor, a quien a lo sumo se trasladaba de parroquia, ocultando bajo mil capas el delito. No se tomaron medidas, no se denunció a las autoridades ni se colaboró con ellas en la investigación. Hasta finales de los años noventa, cuando comenzaron las primeras denuncias colectivas en Estados Unidos, la pederastia en la Iglesia era denunciada como una burda mentira de los medios de comunicación. Y sin embargo, ha habido decenas de miles de casos en los cinco continentes.

Juan Pablo II “no supo advertir la magnitud de este problema”, acaba de reconocer quien fuera su portavoz, Joaquín Navarro Valls. ¿No sabía el Papa lo que estaba pasando? ¿O no le dio importancia? En cualquiera de los casos, la política de la Iglesia católica ante la pederastia fue demencial, y sólo comenzó a cambiar cuando, ya agonizante Juan Pablo II, Ratzinger se decidió a investigar el gran escándalo: el del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, condenado en 2006 pero cuyas denuncias habían llegado a Roma desde 1948.

¿Se debe canonizar a un Papa que consintió, por omisión o desconocimiento, los abusos sexuales y que nombró “apóstol de la juventud” a un brutal pederasta? ¿Podría Francisco paralizar un proceso que ya estaba más que cerrado cuando llegó al Papado? ¿Es Juan XXIII, como señalan Redes Cristianas, un “comodín” para subir a los altares a Wojtyla sin hacer demasiado ruido? Este domingo, pocos pensarán en ello desde esta abarrotada plaza de San Pedro. Dos papas vivos, y otros dos, “santos”.

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Juan XXIII: El Papa de la primera primavera de la Iglesia.

Domingo, 27 de abril de 2014
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recuerdos-de-juan-xxiiiLeemos en Religión Digital:

Juan XXIII fue un ‘revolucionario’ a través del Concilio Vaticano II

Su bonhomía le convirtió en uno de los pontífices más queridos

J. L. Glez-Balado: De Juan XXIII se dijo que… “Papa de Transición

Francisco: “Sé cuánto quieren al Papa Juan, y cuanto él quería a su tierra”

Xabier Pikaza: Juan XXIII, hombre de Dios (para desatar el nudo de la Iglesia)

José María Castillo: El misterio Juan XXIII

(José Manuel Vidal, Roma).- Santo por aclamación popular y por decisión papal. Está tan clara la extraordinaria bondad y santidad de Juan XXIII que nadie ha puesto el más mínimo pero a su canonización. Ni el pueblo fiel, que lo adora como el ‘Papa Bueno’, ni la jerarquía eclesiástica. El propio Francisco utilizó sus poderes especiales para elevarlo a los altares sin el requisito de un segundo milagro.

Porque el milagro es su propia persona. Roncalli fue siempre un santo en vida. Transparentaba a Dios. Un cardenal de la Curia llego a decir que “sudaba espiritualidad por todos los poros de su cuerpo”. Y no estaba precisamente delgado: llegó a pesar más de 100 kilos y medía sólo 1, 50.

Bondadoso desde la infancia

Desde pequeño fue un niño bueno. Sus padres, labradores en Sotto il Monte, quisieron que escapase del arado y, en aquella época, el seminario era una de las pocas vías de movilidad social para los pobres. Desde entonces, su talante natural bondadoso encontró su camino de perfección en la espiritualidad sacerdotal.

Aplicado, como no podía ser menos en un hijo de campesinos, se ordenó sacerdote y fue subiendo paulatinamente, sin buscarlo, en el escalafón clerical, a través de la carrera diplomática, rampa de lanzamiento y decantación de las grandes personalidades eclesiásticas. De 1925 a 1953 fue visitador o nuncio apostólico en destinos tan diversos como Bulgaria, Grecia, Turquía o París.

En todos sus destinos conquistaba a la gente por su cercanía y sencillez sin complejos y por su personalidad directa y franca, sin artificios y poco dada al protocolo.

En París tuvo que hacer encaje de bolillos con De Gaulle quien, después de la guerra, quería que el Vaticano licenciase a una decena de obispos galos que se habían alineado con el régimen de Vichy. Al final, consiguió que el presidente francés se conformase con la renuncia de cuatro prelados. Y de París pasó nada menos que a Patriarca de Venecia.

Sucesor de Pío XII

Tras la muerte de Pío XII, parecía imposible elegir un sucesor del Papa angélico que con su hieratismo había llenado toda una época eclesial. Dividido el partido curial, el cónclave optó, como suele suceder a menudo, por la vía media de un cardenal centrista y centrado y de edad avanzada, poco rupturista y sobre todo conciliador. Pocos cardenales encajaban en este perfil que, en cambio, le venía como añilo al dedo al cardenal veneciano.

Y a los 76 años, fue elegido Angelo Giuseppe Roncalli como un papa de transición. La bonhomía y sobre todo la neutralidad respecto a las facciones curiales de este cardenal gordo y bueno parecía garantizar un pontificado tranquilo, sin complicaciones ni sobresaltos.

Pero desde que salió por vez primera al balcón de las bendiciones, aquel 28 de octubre de 1958 el nuevo Papa comenzó a sorprender. Por su figura abultada y campesina, tan alejada del hieratismo de su predecesor. Por el nombre elegido, que rompía la cadena de los Píos. Y, sobre todo, por su voz cálida, amable y de amigo, que se alejaba de los sonidos metalizados que por aquel entonces tanto utilizaba el poder civil y eclesiástico.

Ademas, Roncalli se convertía en el primer ‘Papa-pastor’. No le gustaba la oficina ni los papeles. Era un párroco. El primer Papa que, con sus salidas, comenzó a ejercer realmente de obispo de Roma. Con visitas a escuelas, universidades, seminarios, residencias, hospitales y cárceles, como la de Regina Coeli.

Un pontífice de carne y hueso, que rompía moldes con el nombramiento por vez primera en la historia de un cardenal negro y otro asiático. O con la publicación de dos encíclicas destinadas a permanecer en el tiempo y a convertirse en una especie de ‘Biblia católica’ para cimentar y marcar la hoja de ruta de las nuevas relaciones de la Iglesia con el mundo moderno. La ‘Mater et Magistra’ de 1961 y la ‘Pacem in Terris’ de 1963 renovaron la doctrina social y política de la Iglesia.

Revolución en la Iglesia

Pero la gran obra del Papa Bueno, la que le consagra y le hace pasar a la historia de la Iglesia y de la humanidad fue la convocatoria del Concilio Vaticano II. Una decisión que nadie esperaba. El Papa era demasiado viejo, decían en Roma, para poner e marcha esta iniciativa. La Curia, siempre reacia a cualquier innovación, se oponía frontalmente, pero Roncalli, con su astucia heredada de varias generaciones campesinas, lo convocó por sorpresa el 25 de enero de 1959 y empezó a rodar el verano de 1960.

Y el 11 de octubre de 1962, 2.500 padres conciliares escuchaban sorprendidos el discurso inaugural del Concilio más universal y más abierto de la historia de la Iglesia. La institución entraba en fase de ‘aggiornamento’. Era la primera primavera eclesial. Juan XXIII, en contra de los “profetas de calamidades” de su propia Curia, abría de par en par las ventanas de la Iglesia, para sacudir el polvo de siglos acumulado y refrescar el aire en su interior con el soplo del Espíritu.

El Papa marcaba tendencia, recentraba el timón eclesial, ponía rumbo hacia una Iglesia de los pobres, más madre que madrastra, e inauguraba un ciclo eclesial progresista, que se prolongaría hasta el comienzo del pontificado del Papa Wojtyla, el pontífice que le va a acompañar en la subida a los altares.

Y eso que Roncalli murió el 3 de junio de 1963, antes de que dieran comienzo los trabajos de la segunda sesión conciliar. Pero en su corto papado de menos de cuatro años había iniciado una revolución. La iglesia dejaba de considerar al mundo como uno de los enemigos del alma y asumía las realidades temporales, con sus errores y posibilidades, como obra de Dios.

La Iglesia pasaba, en pocos años, de Trento a la Edad moderna, del latín a las lenguas vernáculas, de la prohibición de leer la Biblia a colocarla como libro de cabecera de los creyentes. De una iglesia piramidal a otra circular o Pueblo de Dios. De una jerarquía principesca con mantos de seda de seis metros a cardenales y obispos servidores de la comunidad. De un Papa-rey absoluto a pontífices pastores y servidores. Un cambio copernicano. Porque el Vaticano II fue, en esencia, una declaración de paz entre Dios y el hombre, entre el mundo y la Iglesia.

Sin el Concilio del Papa Juan, el catolicismo sería hoy una religión parecida al islam, sin cintura, sin flexibilidad, rigorista, integrista y anclada en una interpretación literal y, por tanto, errónea de la Biblia. Una religión sin futuro.
Impresionante muestra de duelo mundial

Esos fueron los principales méritos para la santidad del ‘Papa bueno’. Tantos y tan evidentes que los propios padres conciliares pidieron a su sucesor, Pablo VI que lo hiciese santo por aclamación, pero Montini no se atrevió. Y eso que su muerte se convirtió en un plebiscito sobre su santidad, que pedía a gritos el pueblo en una impresionante muestra de duelo mundial. Un fenómeno político-social inimaginable unos años antes. Y es que, en sus manos, la Iglesia había ganado el corazón del mundo.

El mundo se rinde ante el Papa que prefiere la misericordia a ” las armas de la severidad”. El Papa que resiste ante el poder de una Curia que no lo quiere; que inaugura el espíritu sinodal; que reivindica su papel de obispo y párroco de Roma; que deja de entrometerse en la política italiana; que visita a enfermos y presos; que siembra la paz e intercambia mensajes con un presidente ruso como Nikita Kruchev; que quiere “una Iglesia de todos, pero especialmente de los pobres”. Se llamaba Juan XXIII y Francisco parece su calco. No en vano son los dos papas de la primavera.

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Juan XXIII y Juan Pablo II: canonización de dos modelos de iglesia irreconciliables.

Domingo, 27 de abril de 2014
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francisco-juan-xxiii-y-juan-pablo-iiLombardi confirma que Benedicto XVI concelebrará con Francisco en la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

Pablo Ordaz: Santificación exprés en el Vaticano

Pablo Ordaz: Roma se prepara para la fiesta de los dos papas

Philip Pullella: La histórica canonización de dos papas divide a la Iglesia

En la ceremonia del 27 de abril, Francisco canonizará dos modelos contrapuestos de iglesia, en tal sentido podemos leer estas canonizaciones como un acto político más que religioso, visualizando las verdaderas intenciones y proyectos de la institución eclesiástica y sus dirigentes a tal grado que “donde mejor se conoce la Iglesia que se quiere es en el modelo de santos súbito que se canonizan” y donde mejor se expresa la iglesia que no se quiere es en el modelo de santos que no se canonizan como es caso del Santo del pueblo salvadoreño y Latinoamericano: Oscar Arnulfo Romero

El próximo domingo 27 de abril el papa Francisco canonizará en El Vaticano a dos de sus predecesores: los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, en una ceremonia histórica de resonancia mundial no sólo por la relevancia de ambas figuras en la historia reciente de la iglesia católica, sino también por tratarse de dos personajes claramente antagónicos, representantes de dos modelos de iglesia a todas luces opuestos; y porque la “santidad” de uno de ellos, la del papa polaco, está en el telón de juicio de la historia contemporánea, ya que al amparo de su pontificado ocurrió el mayor número de casos de pederastia clerical conocido hasta ahora en toda la historia del catolicismo.

La canonización es inminente e inevitable, pero es nuestra responsabilidad advertir a las millones de personas que hoy se alistan para enaltecer a Juan Pablo II sobre la tremenda injusticia que entraña esta apresurada canonización, al tiempo que invitarlas a la reflexión sobre el presente y futuro de la Iglesia en un contexto de exclusión y destrucción global donde sigue siendo urgente la reforma de la Iglesia inaugurada por el “papa bueno” Juan XXIII y continuada en América Latina por tantos hombres y mujeres mártires, en especial por Mons. Oscar Arnulfo Romero, canonizado por el pueblo.

¿Qué puede significar en pleno siglo XXI esta canonización? Como afirma acertadamente el teólogo José Ma. Castillo, a lo largo de los siglos de cristianismo “los intereses de la Iglesia han modificado radicalmente la imagen de la santidad”, por lo que las canonizaciones dan a conocer las verdaderas intenciones y proyectos de la institución eclesiástica y sus dirigentes a tal grado que “donde mejor se conoce la Iglesia que se quiere es en el modelo de santos que se canonizan” y donde mejor se expresa la iglesia que no se quiere es en el modelo de santos que no se canonizan.

Es decir, que detrás del interés espiritual de poner a una persona como modelo a seguir en la iglesia, la canonización entraña también intereses políticos, sociales e inclusive económicos.

Este modelo de santidad que enarbola El Vaticano en la actualidad es el resultado en gran medida del largo pontificado de Juan Pablo II, quien estableció en 1983 las normas que rigen hoy todo proceso de canonización y que, entre otras cosas, redujo a cinco años el tiempo mínimo post-mortem para iniciar un proceso de beatificación o canonización. También fue quien más santos y santas ha canonizado en toda la historia de los papas (prácticamente más que todos los papas anteriores juntos), acentuando un modelo de santo tradicional anterior al Concilio Vaticano II.

Por ello sorprende que a su lado y en la misma ceremonia de canonización sea también elevado a los altares el papa Juan XXIII, cuya sencillez de vida y apertura eclesial marcaron un antes y un después para la iglesia católica del siglo XX. ¿Por qué precisamente se va a canonizar a dos personajes que parecieran, ante los ojos de la gente común, tener una gran distancia de vida y pensamiento? ¿Por qué en la misma ceremonia? Esto parece también ser fruto del papa polaco, quien puso de moda las canonizaciones masivas, llegando a elevar a los altares a más de 100 de una sola tirada. Pero también es leída esta doble canonización como una estrategia del papa Francisco para atenuar el fervor exacerbado hacia Juan Pablo II, cuando han salido a la luz las sombras de su pontificado.

Ojalá fuera el último caso, sin embargo no es suficiente este gesto. Se hace necesario detener la canonización de Karol Wojtila. Voces acreditadas nos dan la razón. No sólo de las víctimas de su pontificado, sino de eminentes cardenales como el jesuita Carlo María Martini, que abiertamente afirmó que no era necesaria la canonización de Juan Pablo II, “bastaba sólo considerar el testimonio histórico de su dedicación seria a la Iglesia y al servicio de las almas”.

En tal sentido, hay que leer la próxima canonización de Juan Pablo II como acto político más que religioso y manifestar las razones por las que nos oponemos:

  1. Combatió la libertad de pensamiento y enseñanza en la Iglesia, silenciando o excomulgando a más de 500 teólogos/as en todo el mundo durante su pontificado.
  2. Atacó, sin conocerla, a la Teología de la Liberación llevando a cabo un proceso sistemático de desarticulación de la Iglesia de los pobres mediante la condena de sus principales representantes, la cancelación de centros de enseñanza teológica, la alianza con sectores conservadores del poder político en los países de América Latina y la promoción de experiencias eclesiales contrarias a la liberación.
  3. Su silencio ante las dictaduras militares latinoamericanas y caribeñas costó la vida de innumerables cristianos y cristianas en nuestro continente, entre ellos la de Mons. Oscar Arnulfo Romero, que un año antes de su muerte visita Roma y no es recibido ni apoyado por el papa.
  4. Negó la dignidad de las mujeres en la iglesia, al no reconocer la participación del género femenino en la toma de decisiones con liderazgos similares a los hombres, enfatizando únicamente su papel de madres-esposas y vírgenes. (Mulieris Dignitatem)
  5. Apoyó y protegió hasta su muerte a Marcial Maciel, sabiendo del dolor y abuso infligido a innumerables víctimas.
  6. Está en entredicho su participación en el encubrimiento a innumerables sacerdotes pederastas (incluyendo obispos y cardenales) al cambiarlos de residencia para protegerlos de la justicia y ocasionando con ello la multiplicación exponencial del daño a menores, a sus familias y a la iglesia misma. Pues aun aceptando que los abusos sexuales no son un comportamiento generalizado en la iglesia católica, sino casos particulares (supongamos al menos 1 sacerdote pederasta en cada una de las casi 3000 diócesis católicas que hay en el mundo), estaríamos hablando de cientos de miles de víctimas, pues se calcula que un sacerdote puede llegar a abusar de más de 100 niños gracias al sistemático comportamiento de traslado y protección del abusador por parte de la estructura eclesiástica.

Aunque El Vaticano le ha lavado las manos a Juan Pablo II, negando en todo momento que tuviera conocimiento de los casos de pederastia o sobre los abusos de Maciel, resulta poco creíble que así fuera, toda vez que desde la curia romana hubo disposiciones canónicas expresas de protección a los curas abusadores que no pudieron ser decretadas sin el consentimiento del papa. En última instancia, como han manifestado una y otra vez las víctimas, hubo en la alta jerarquía católica una sistemática voluntad de no saber. Un pecado de omisión que en la persona del papa tuvo y sigue teniendo terribles consecuencias.

Del otro lado de la moneda, un papa desconocido para la mayoría, dada la distancia que nos separa de la primavera eclesial que significó el Concilio Vaticano II. Juan XXIII, un hombre sencillo, un pastor, alguien que no anhelaba ser reconocido, ni venerado; en cambio, sí veía el mundo, y era consciente de que la iglesia no respondía ni a los anhelos, ni a los sueños, ni a la realidad del mundo, que estaba totalmente alejada y mirando hacia dentro. Abrió las ventanas del catolicismo para que entrara aire fresco. Un revolucionario, un hombre religioso, que quería conocer los anhelos, los sueños, las preocupaciones, los dolores, de aquellos millones que le habían sido confiados. Un hombre que proclamó la iglesia de los pobres, que después millones de latinoamericanos harán realidad, hasta hoy.

¿Cómo podemos valorar esta contradicción? Como reflejo de la profunda crisis de la iglesia, que se debate entre luchas de poderes al interior. Es una invitación a la reflexión y a una toma de postura consciente y crítica de parte de la grey católica, que la aleje del fanatismo religioso que se avecina con las próximas canonizaciones y la comprometa con las causas de la justicia y el bien común.

Fuente Observatorio Eclesial

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Juan XXIII, un buen comodín para subir a los altares.

Sábado, 26 de abril de 2014
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francisco-juan-xxiii-y-juan-pablo-iiDe acuerdo con el  anuncio hecho por el papa Francisco el pasado 30 de septiembre de 2013, el 27 del presente mes de abril van a ser canonizados dos de los últimos pontífices muertos de la Iglesia católica, Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005).

Ya es la segunda vez que a Juan XXIII, el “papa bueno”, le toca hacer de comodín para la promoción a los altares de otros papas  controvertidos. Antes,  en su beatificación, hecha  por Juan Pablo II en el año 2000, tuvo que acompañar a la nada agradable figura de  Pio IX (1846-1878), el último papa rey que, entre el Syllabus y la declaración de su propia infalibilidad, se mostró rabiosamente antimoderno. Ahora, en su canonización, le acompaña la incómoda figura de Juan Pablo II. ¡Poca suerte está teniendo el bueno de Roncalli!

 Aunque no siempre es fácil distinguir en estas figuras públicas lo que es reflejo del talante y moralidad propios de aquello que aparece en sus gestos públicos, lo cierto es que muy poca simpatía se encuentra entre estas dos personas que van a ser proclamados oficialmente santos. De Juan XXIII brota espontáneamente la bondad y la confianza, el diálogo y la acogida; de Juan Pablo II es, más bien, el poder y la firmeza, la supremacía de lo propio y exclusión de lo diferente; en Juan emerge  la humanidad con sus virtudes y defectos, en Juan Pablo es la Iglesia jerárquica dominante y queriendo ocultar siempre sus debilidades y problemas; Juan fue el papa de la modernidad y el aggiornamento, Juan Pablo lo fue de la involución y restauración eclesiales; en el papa Juan es primero el buen hacer o buen estar en el mundo (ortopraxis) y para ello convoca un concilio, en Juan Pablo aparece en primer lugar el discurso único (ortodoxia) que rechaza las nuevas corrientes de pensamiento teológico y condena a sus autores. Visto desde América Latina, el papa Juan fue un estímulo para la liberación social y religiosa, mientras que Juan Pablo fue un aliado del imperio.  Poca alquimia, como se ve, entre ambas figuras.

Como en otras ocasiones recientes (nos referimos a las beatificaciones de los mártires de la Guerra Civil española) también ahora van a aparecer los dos bandos bien diferenciados en la Iglesia, los que están a favor de su renovación y transformación y los que van a seguir apostando por tradiciones que el tiempo ya ha superado. Muchos cristianos y cristianas se seguirán preguntando por el valor y sentido de unos milagros, siempre mantenidos con pinzas y difíciles de entender y probar en la era del conocimiento. Habrá quienes se sientan incómodos ante el hecho de seguir vinculando al poder papal, siempre excepcional, el testimonio y la ejemplaridad en la Iglesia, olvidándose de su base que es siempre más universalizable. Finalmente, no faltará quien se pregunte por el mismo sentido de las canonizaciones en una sociedad cada día más secular.

Redes Cristianas se siente abiertamente en sintonía con el “papa bueno” y desea que, en la pista que él intentó abrir, el papa Francisco siga apostando por el reconocimiento de la diversidad y el pluralismo que existe dentro de la propia Iglesia, por su aggiornamento y su voluntad de ser “Evangelio de la Alegría” en este mundo amenazado de tristeza.

Fuente Redes Cristianas

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El Vaticano “canoniza” a Romero, Angelelli y Posadas Ocampo.

Domingo, 2 de marzo de 2014
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romer_560x280Leemos en Religión Digital:

El cardenal Sandri pone como ejemplo de santidad a los tres obispos mártires

El Vaticano “canoniza” a Romero, Angelelli y Posadas Ocampo

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“Fueron víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres”

(J. Bastante).- Son los tres obispos mártires de Latinoamérica. En México, El Salvador y Argentina, víctimas de la dictadura y de la defensa del Evangelio de los pobres y para los pobres. Reivindicados por esta primavera de la Iglesia, Óscar Romero, Enrique Angelelli y Juan Jesús Posadas Ocampo acaban de ser reconocidos por la Pontificia Comisión Para América Latina como “víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres”.

Así lo asumió el cardenal Leonardo Sandri durante la Eucaristía que ha tenido lugar esta mañana en el Vaticano: “Quisiera conmemorar a tres pastores concretos,  desde luego sin anticiparme al juicio de la Iglesia y  sin dar a las palabras “martirio” y “mártir” una significación canónica y teológica y evitando cualquier interpretación política”.

ocampo-posadas-sigue-siendo-recordado-en-mexicoEl Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, Arzobispo de Guadalajara, México, asesinado el 24 de mayo 1993. El Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, asesinado el 24 de marzo 1980 (“la causa de canonización de Mons. Romero ha sido introducida y esperamos pronto verlo como modelo para toda la Iglesia”, añadió Sandri), y, especialmente, el Obispo Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, Argentina, muerto el 4 de agosto 1976, en un sospechoso accidente de auto y en un contexto de valentía del Obispo. “De él recuerdo hoy no solamente la pasión y el convencimiento de que su muerte fue por ser defensor de Dios, de la persona humana y del Evangelio, apuntó el purpurado argentino.

Citando los ejemplos de estos tres pastores, vienen a la memoria las palabras de Benedicto XVI: El mártir es una persona sumamente libre, libre frente al poder, libre frente al mundo; una persona libre, que en un acto definitivo dona a Dios toda su vida”, añadió el cardenal Sandri.

el-obispo-angelelliFinalmente, el responsable de la Comisión Para América Latina incidió en la fe “del Pueblo de Dios en América Latina,  que Aparecida convoca para ser discípulos y misioneros y la del Oriente cristiano,  convocado, después del Sínodo especial para el Medio Oriente,  a la comunión y al testimonio”.

Ésta es la homilía íntegra de Sandri:

Queridos Hermanos y Hermanas:

Terminaremos hoy nuestra Plenaria con esta última celebración eucarística en honor del Sagrado Corazón de Jesús. De este modo nuestra plenaria acaba con la mirada puesta en Cristo crucificado y resucitado, núcleo esencial de nuestra fe y núcleo fundamental a proclamar en la emergencia educativa y en la “traditio” de la fe a nuestra juventud.

Aquí sobre el altar que guarda las reliquias de San Juan Crisóstomo reviviremos el sacrificio de la cruz, poniéndonos con nuestra mente y nuestro corazón frente al costado abierto de Cristo, traspasado por la lanza del soldado, para adorar el misterio de nuestra salvación y de aquí sacar el coraje necesario para el anuncio del Evangelio y para nuestro testimonio de discípulos.

Una constante de la historia cristiana es la persecución y la cruz que en este mundo y en este tiempo de la Iglesia toca a muchos de sus hijos. Es la entrega de la propia vida en medio de la violencia y del desprecio de los valores de la dignidad de la persona humana, de los ataques a personas, a símbolos y a lugares sagrados de nuestra fe que han tenido por consecuencia no solamente el secuestro sino también el asesinato y la muerte de obispos, sacerdotes, religiosos, y religiosas. Esta línea roja de la sangre de los mártires, ha sido registrada en veinte siglos de historia y las Iglesias Orientales Católicas como también las comunidades ortodoxas y otros cristianos han sido y son hoy protagonistas de esta evangélica nota de identidad del discípulo con su maestro y esta fue y es la garantía de la esperanza cierta del cielo nuevo y de la tierra nueva que esperamos ver y tocar con nuestras manos en la eternidad.

Benedicto XVI, en la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Medio Oriente”, escribe: “La situación en Medio Oriente es en sí misma un llamamiento urgente a la santidad de vida. Los martirologios enseñan que los santos y los mártires, de cualquier pertenencia eclesial, han sido – y algunos lo son todavía – testigos vivos de esta unidad sin fronteras en Cristo glorioso, anticipando nuestro “estar reunidos” como pueblo finalmente reconciliado en él” (EMO n. 11).

De estos últimos años recuerdo a los 52 mártires de la Catedral Siro-católica de Bagdad, en cuya reconsagración participé en diciembre 2012, y recuerdo el dolor y, la mayoría de las veces, la muda impotencia con la que se tiene que asistir al avance del mal, al desprecio de Dios y de su ley y al desprecio de la dignidad de la persona humana. Y me he preguntado cual era el nexo que podía existir entre esta realidad y la de nuestra América Latina. Es la sangre de Cristo, que ahora vemos derramada en la persona de nuestros hermanos, víctimas de persecución, del terrorismo en general, y del terrorismo de estado en particular, de la violencia irracional y de la del narcotráfico en particular o víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres, implícita en la fe cristológica, como indicado por el Papa Benedicto XVI en el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida (cfr también Aparecida nn. 391-392 y ss.) el nexo de nuestras dos realidades. Leer más…

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“El papa en su prueba de fuego”, por Cristina de la Torre.

Viernes, 21 de febrero de 2014
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bergoglio-y-juan-pabloJuan pablo II con el entonces cardenal Bergoglio

Leemos en elespectador

Queda en entredicho la canonización de Juan Pablo II; y en peligro, la imagen de renovador que con tanta habilidad y paciencia se ha forjado Francisco.

El emplazamiento de la ONU a la Iglesia para que entregue a la justicia civil a todos los curas pedófilos y a sus purpurados encubridores, coloca al papa en una encrucijada dramática. En la contundencia sin antecedentes del organismo internacional contra la Iglesia de Roma y el torrente de víctimas que exigen justicia, tendrá el pontífice que encarar este delito infame que la Iglesia cohonestó siempre por inacción o por desgana. Y romper su código de silencio.

No resultará fácil, para comenzar, la elevación de Wojtyla a los altares, habiendo protegido como protegió a Marcial Maciel, el emblemático abusador de niños, sus propios hijos comprendidos, y fundador de los Legionarios de Cristo. Hoy pretenden los nuevos jefes de la orden borrar todo delito con un acto de contrición impostada, sin comparecer en los tribunales y echándole a Maciel toda el agua sucia. Nadie de su círculo íntimo parece libre de culpa. 30 legionarios denunciados por abuso sexual siguen, no obstante, en la organización. Pero a ellos “ni los tocan”, apunta el investigador Fernando González. Que Robles, el nuevo director, perteneciera a aquella rosca, no inhibió a Francisco para darle de nuevo luz verde a la orden.

macielsinteirJuan Pablo II con su amigo, el pederasta Marcial Maciel

Se defiende el Vaticano diciendo haber creado una comisión contra la pederastia. Pero Sue Cox la tiene por maniobra de distracción, porque los tonsurados “no pueden vigilarse a sí mismos… el Vaticano ha de ser monitoreado por un organismo independiente y secular”. Y señalar a los obispos que protegieron curas pedófilos. Miles de víctimas exigen abordar el caso como crimen de Estado y que el Vaticano sea juzgado por Naciones Unidas. Entre muchos, el exsacerdote Alberto Athie pide detener la ceremonia de santificación de Juan Pablo II, hasta cuando las autoridades judiciales establezcan el grado de complicidad con los abusos de su amigo Maciel.

El lazo es político de origen, y financiero. Se remonta a los tiempos del sindicato Solidaridad que, al lado del papa Wojtyla, dio en tierra con la dictadura comunista en Polonia. A lo cual contribuyeron en grande los fondos de Maciel. Bajo el ala del nuevo pontífice, su orden creció como la espuma. En reciprocidad, Maciel logró que el gobierno de México invitara al papa a su país, y desde entonces cayó en desgracia también la Teología de la Liberación. Como era secreto a voces y escándalo en la prensa mundial, Juan Pablo conocía las denuncias por pedofilia contra Maciel. Pero nada vio, nada oyó, ni movió un dedo. Antes bien, alabó la “fecundidad espiritual y misionera” de su amigo. Cuando en 1999 el obispo mexicano Talavera inquirió ante el entonces cardenal Ratzinger por este caso de abuso sexual, éste le respondió: “No podemos abrir el caso del padre Maciel porque es una persona muy querida del Santo Padre y ha ayudado mucho a la Iglesia…”. En 2011 fue demandado Ratzinger ante la Corte Penal Internacional por “encubrir miles de delitos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia” (El Espectador II, 6).

Más exigente que ostentar vuelta al Nazareno será la decisión que Francisco adopte en el trance que la ONU le presenta. Si ya el compromiso con los pobres supondría un timonazo en doctrina y en acción, éste de la pedofilia será un reto mayúsculo: o repite la mascarada de sus predecesores —promesas vacías de apretar a los abusadores— o produce una ruptura mandando a la cárcel a la jerarquía responsable. Y aplaza la canonización de un papa cuya flacidez moral supera con creces la sospecha. Será esta su verdadera prueba de fuego.

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