Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Buen Pastor’

Escuchar la Voz de Jesús en una Iglesia que Excluye

Lunes, 1 de mayo de 2023
Comentarios desactivados en Escuchar la Voz de Jesús en una Iglesia que Excluye

B5B594F3-3944-46C6-B096-E63A2AC7BD33Mark Guevarra

La publicación de hoy es del colaborador invitado Mark Guevarra. Después de ser despedido como Asociado Pastoral por no revelar el estado de su relación, Mark se ha convertido en un defensor de la inclusión LGBTQ+ en la iglesia. Mark es un estudiante de doctorado en Graduate Theological Union, en Berkeley, California, con interés en la sinodalidad. Mark es miembro de la junta de Concerned Lay Catholics.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el cuarto domingo de Pascua se pueden encontrar aquí.

Tratar de escuchar la voz de Jesús es difícil como católico y aún más difícil como católico LGBTQ+. No es nada menos que un milagro que las personas LGBTQ+ permanezcan en la iglesia.

Como la mayoría de los niños, crecí aprendiendo a ser obediente a las figuras de autoridad en mi vida: padres, seres queridos y maestros. Para los católicos, se agregan a esta lista los sacerdotes, los obispos y el Papa. Si eres criado con una espiritualidad saludable y bien formado en la fe, con el tiempo nos sintonizamos más con la voz de Jesús y diferenciamos la voz de Jesús de las figuras de autoridad de la iglesia en nuestras vidas.

Pero esto no siempre es fácil dado que nuestra teología, liturgia y estructuras eclesiásticas pueden hacer que las personas confundan la voz de Jesús con la voz de los sacerdotes, obispos y el Papa. Después de todo, los sacerdotes actúan “en la persona de Cristo” en la Misa, los obispos son descritos como pastores y el Papa fue históricamente definido como el Vicario de Cristo. En el mejor de los casos, escuchar la voz de Cristo en nuestro clero puede motivar a las personas a actuar con justicia y caridad. En el peor de los casos, confundir la voz de Cristo con la del clero puede intensificar el pecado del clericalismo y conducir a abusos de poder y sexo.

En el Evangelio de hoy, cuando Jesús usa la analogía de los ladrones y bandidos que descarrían a las ovejas, no es difícil imaginar los pecados de nuestro clero. Muchos comentaristas de la Biblia interpretan este pasaje en el contexto de los argumentos de Jesús con los fariseos, y así interpretan las críticas punzantes de Jesús como centradas en ellos. E incluso el Papa Francisco ha leído las críticas de Jesús a los fariseos como base para sus críticas punzantes al clericalismo.

El Papa está profundamente preocupado por los “ladrones y bandidos” que hacen que el Pueblo de Dios pierda la fe por completo. La voz de Jesús se ha ahogado tanto que innumerables católicos han abandonado la iglesia, muchos de los cuales son personas LGBTQ+.

Muchas de estas personas sufrieron, incluso sin saberlo. Muchos tienen ira y frustración sin procesar. Muchos se sienten traicionados. Sin una guía saludable, sin el apoyo de la familia elegida, sin aquellos que caminaron por el camino y sobrevivieron y prosperaron, sin la espiritualidad y los sacramentos, muchas personas LGBTQ+ se calman a sí mismas con conductas autolesivas.

Estas realidades son la razón por la cual es tan importante tener parroquias, grupos y organizaciones católicas que apoyen a las personas LGBTQ. Hace más de 20 años, encontré apoyo con Dignity Canada Dignité, y no mucho después conocí a la Hna. Jeannine Gramick, leí su libro y encontré inspiración en New Ways Ministry. Encontré apoyo en una parroquia acogedora LGBTQ+ y en amigos católicos homosexuales mayores que escucharon la voz de Jesús y caminaron por el camino que me adelantó.

Espero y rezo para que la exclusión de las personas LGBTQ+, que se capturó en los resúmenes de los sínodos en todo el mundo, se aborde de manera significativa cuando los líderes de la iglesia se reúnan para la primera sesión del sínodo en Roma en octubre. A medida que nos convertimos en una iglesia sinodal, debemos hacer obras de justicia restaurativa para disculparnos y reconciliarnos con aquellos que han sido marginados. Debemos curar los daños causados. Debemos cambiar estructuras y teologías dañinas en la iglesia que rechazan y excluyen a las personas. Debemos formar a los seminaristas para que huelan como sus ovejas, y todos los católicos deben estar formados para escuchar la voz de Jesús en los demás, comenzando por los pobres, descartados y marginados.

jesus

Cuando el Papa Francisco proclama que el Señor desea que la iglesia sea sinodal en el tercer milenio, quiere decir que debemos ser una iglesia que pueda escuchar la voz de Jesús. Primero, debemos ser formados para confiar en que Jesús nos está hablando de muchas maneras, algunas de las cuales incluso son sorprendentes. Desde la proclamación del Vaticano II de que el Espíritu sopla donde quiere, hemos luchado por confiar en esa verdad. Nuestra formación religiosa y espiritual debe cultivar la creencia fundamental de que Dios nos habla de muchas maneras.

En segundo lugar, debemos estar capacitados para escuchar correctamente. La creciente espiritualidad de la sinodalidad puede ayudar en esto. El manual del sínodo dice que debemos escuchar con la mente y el corazón abiertos. Debemos ser vulnerables, humildes y empáticos.

Tercero, debemos ser formados para discernir individual y comunitariamente la voz de Jesús. El Papa Francisco sugiere dos conjuntos de criterios: las Bienaventuranzas y las obras de misericordia. Los católicos debemos reconocer que la voz de Jesús nos habla a través de las voces de los más pequeños entre nosotros: aquellos que han dejado la iglesia, aquellos que han sido dañados por ella, hermanos de otras iglesias cristianas, personas de otras tradiciones religiosas y personas que no pertenecen a una tradición religiosa o de fe. Los católicos deben estar capacitados para escuchar con el corazón y confiar en lo que Jesús podría estar enseñándonos en el otro.

Cuarto, debemos responder con amor y hacer obras de justicia restaurativa. Para los católicos LGBTQ+, eso puede comenzar con los líderes de la iglesia ofreciendo disculpas formales y comprometiéndose a caminar hacia la reconciliación. Esa respuesta también debe incluir un cambio sistémico y una profundización de las teologías.

Hacer todo esto requerirá un cierto morir de uno mismo. Los comentaristas de la Biblia notan que a lo largo del evangelio de Juan, incluso en el pasaje de hoy, Jesús usa la imagen del Antiguo Testamento de Dios como pastor, para acentuar quién es Jesús como Mesías. Sin embargo, lo que diferencia a Jesús como pastor en el evangelio de Juan, es que él da su vida por sus ovejas. Este modelo de pastor es el camino para entrar en los pastos que verdaderamente llenan, el camino para ser salvos por medio de Cristo, el camino para tener vida en abundancia.

A medida que continuamos celebrando a Cristo Resucitado en este tiempo de Pascua, que abramos nuestros corazones para escuchar a Cristo unos en otros, y respondamos con amor, para que todos puedan ser salvos.

2E3571D7-34D5-41CE-AA54-E6FD605DE969


Guevarra con su pareja, el reverendo Mark Chiang (derecha), ministro de la Iglesia Presbiteriana de St. Andrew en Edmonton. (Proporcionada)

—Mark Guevarra, 30 de abril de 2023

Fuente New Ways Ministry

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Conocer su voz… No nos faltará su silbo

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en Conocer su voz… No nos faltará su silbo

image

 

SALMO 23

El Señor es mi Pastor…

Los pastores de mi casa
me enseñaron a sentirLo.
La «chivita» deportada
por la guerra fratricida
me ayudó a reconocerme
vigilado por sus Ojos,
añorado por sus Manos.

Yo sería un pastor
¿bueno?

Tu Palabra me alimenta, cada día,
como un valle.
Me convida tu Misterio, como un monte.
Como un río me penetra,
perdonado,
tu Ternura.

Pirineo y sus pastores,
por las rocas,
en la nieve,

por el Ésera desnudo tierra abajo,
por las noches estrelladas cielo arriba.

Los balidos impotentes me acosaban, siendo niño.
Los balidos de los pobres, degollados, me traspasan.
¿No bastaba con tu sangre, Pascua nuestra?

Si atardece en mis majadas,
Tú serás su paz caliente.
No les faltará tu silbo
cuando rompa el día nuevo.

Los mayores desencantos
puedo atravesar seguro.
¡Tú me llevas como un hombro,
Pastor bueno!

*

Pedro Casaldáliga
Todavía estas palabras, 1994

***

jesus

***

 

En aquel tiempo, dijo Jesús:

“Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a sus voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

“Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.”

*

Juan 10, 1-10

***

¿Quién es Jesús? Jesús es el buen pastor. Es el mismo Señor quien nos invita a que lo pensemos así: como una figura extremadamente amable, dulce, próxima. Sólo podemos atribuir al Señor expresarse con una bondad infinita. Presentándose con este aspecto, repite la invitación del pastor: establece una relación que sabe de ternuras y de prodigios. Conoce a sus ovejitas y las llama por su nombre. Como nosotros somos de su rebaño, resulta fácil la posibilidad de corresponder que antecede a la misma petición que le presentamos. Él nos conoce y nos llama por nuestro nombre; se acerca a cada uno de nosotros y desea hacernos llegar a una relación afectuosa, filial, con él. La bondad del Señor se manifiesta aquí de una manera sublime, inefable […].

El Cristo que llevamos a la humanidad es el «Hijo del Hombre», como él mismo se llamó. Es el primogénito, el prototipo de la nueva humanidad, es el Hermano, el Compañero, el Amigo por excelencia. Sólo de él puede decirse, con toda verdad, que «conocía todo lo que hay en el hombre» (Jn 2,25). Es el enviado por Dios no para condenar al mundo, sino para salvarlo. Es el buen pastor de la humanidad. No hay valor humano que no haya respetado, ensalzado y rescatado. No hay sufrimiento humano que no haya comprendido, compartido y valorado. No hay necesidad humana -con excepción de las imperfecciones humanas- que no asumiera y probara en sí mismo y propusiera a la inventiva y a la generosidad de los otros hombres como objeto de su solicitud y de su amor, por así decirlo, como condición de su salvación.

*

Pablo VI,
Discurso del 28 de abril de 1968.

***

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

“Escuchar la voz de Jesús”. 30 de abril de 2023. 4 Pascua (A). Juan 1, 1-10.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en “Escuchar la voz de Jesús”. 30 de abril de 2023. 4 Pascua (A). Juan 1, 1-10.

Other-Sheep-logoEn algunos ámbitos de la Iglesia se insiste más que nunca en la necesidad de un «magisterio eclesiástico» fuerte para dirigir a los fieles en medio de la crisis actual. Estas llamadas no logran, sin embargo, detener su creciente «devaluación» entre amplios sectores de cristianos.De hecho, no pocas intervenciones de los obispos provocan reacciones encontradas. Unos las alaban con fervor, otros las critican duramente, y la mayoría las olvida a los pocos días. Mientras tanto, en el evangelio se nos recuerdan unas palabras de Jesús que nos interpelan a todos: «Las ovejas siguen al pastor porque conocen su voz».

Lo primero y decisivo también hoy es que, en la Iglesia, los creyentes escuchemos «la voz» de Jesucristo en toda su originalidad y pureza, no el peso de las tradiciones ni la novedad de las modas, no las «preocupaciones» de los eclesiásticos ni los «gustos» de los teólogos, no nuestros intereses, miedos o acomodaciones.

Esto exige no confundir sin más la voz de Jesucristo con cualquier palabra que se pronuncia en la Iglesia. No hemos de dar por supuesto que en toda intervención de los obispos, en toda predicación de los curas, en todo escrito de los teólogos o en toda exposición de los catequistas se está escuchando fielmente la voz de Jesús.

Siempre existe un riesgo. Que llenemos la Iglesia de escritos y cartas pastorales, de documentos y libros de teología, de catequesis y predicaciones, sustituyendo con nuestro «ruido» la voz inconfundible de Jesús, nuestro único maestro. Lo recordaba una y otra vez el obispo san Agustín: «Tenemos un solo maestro. Y, bajo él, todos somos condiscípulos. No nos constituimos en maestros por el hecho de hablar desde el púlpito. El verdadero Maestro habla desde dentro».

Hemos de preguntarnos si la palabra que se escucha en la Iglesia proviene de Galilea y nace del Espíritu del Resucitado. Esto es lo decisivo, pues el magisterio, la predicación o la teología han de ser una invitación a que todos y cada uno de los creyentes escuchemos de manera fiel la voz de Cristo. Solo cuando uno «aprende» algo de Jesús se convierte en su seguidor.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

“Yo soy la puerta de las ovejas”. Domingo 30 de abril de 2023. 4º Domingo de Pascua.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en “Yo soy la puerta de las ovejas”. Domingo 30 de abril de 2023. 4º Domingo de Pascua.

26-PascuaA4 cerezoLeído en Koinonia:

Hch 2,14a.36-41: Dios lo ha constituido Señor y Mesías
Salmo responsorial 22: El Señor es mi pastor, nada me falta.
1Pedro 2,20b-25: Habéis vuelto al pastor de vuestras vidas
Juan 10,1-10: Yo soy la puerta de las ovejas

La 1ª lectura, tomada del libro de los Hechos, pertenece al discurso de Pedro, ante el pueblo reunido en Jerusalén, a raíz del hecho de Pentecostés. Después de interpretarles el fenómeno de las lenguas diversas en que hablaban los discípulos invadidos por el Espíritu Divino, Pedro les evoca la vida y la obra de Jesús, les anuncia el “Kerygma”, la proclamación solemne de la Buena Nueva, del Evangelio: Cristo ha muerto por nuestros pecados, ha sido sepultado y al tercer día Dios lo hizo levantarse de la muerte librándolo de la corrupción del sepulcro y sentándolo a su derecha, como habían anunciado los profetas. Se trata ya, evidentemente, de una primera elaboración teológica del llamado «kerigma», o síntesis o núcleo de la predicación.

Lógicamente, esa formulación del kerigma está condicionada por su contexto social e histórico. No es que porque aparezca en el Nuevo Testamento ya haya de ser tenida como intocable e ininterpretable. Las palabras, las fórmulas, los elementos mismos que componen ese kerigma, hoy nos pueden parecer extraños, ininteligibles para nuestra mentalidad actual. Es normal, y por eso es también normal que la comunidad cristiana tiene el deber de evolucionar, de recrear los símbolos. La fe no es un «depósito» donde es retenida y guardada, sino una fuente, un manantial, que se mantiene idéntico a sí mismo precisamente entregando siempre agua nueva.

En muchos países tropicales son casi desconocidos los rebaños de ovejas cuidadas por su pastor. Eran y son muy comunes en el mundo antiguo de toda la cuenca del Mediterráneo. Muy probablemente Jesús fue pastor de los rebaños comunales en Nazaret, o acompañó al pastoreo a los muchachos de su edad. Por eso en su predicación abundan las imágenes tomadas de esa práctica de la vida rural de Palestina. En el evangelio de Juan la sencilla parábola sinóptica de la oveja perdida (Mt 18,12-14; Lc 15,3-7) se convierte en una bella y larga alegoría en la que Jesús se presenta como el Buen Pastor, dueño del rebaño por el cual se interesa, no como los ladrones y salteadores que escalan las paredes del redil para matar y robar. Él entra por la puerta del redil, el portero le abre, El saca a las ovejas a pastar y ellas conocen su voz. La alegoría llega a un punto culminante cuando Jesús dice ser “la puerta de las ovejas”, por donde ellas entran y salen del redil a los pastos y al agua abundante. Por supuesto que en la alegoría el rebaño, las ovejas, somos los discípulos, los miembros de la comunidad cristiana. La alegoría del Buen Pastor está inspirada en el largo capítulo 34 del profeta Ezequiel en el que se reprocha a las autoridades judías no haber sabido pastorear al pueblo y Dios promete asumir Él mismo este papel enviando a un descendiente de David.

La imagen del Buen Pastor tuvo un éxito notable entre los cristianos quienes, ya desde los primeros siglos de la iglesia, representaron a Jesús como Buen Pastor cargando sobre sus hombros un cordero o una oveja. Tales representaciones se conservan en las catacumbas romanas y en numerosos sarcófagos de distinta procedencia. La imagen sugiere la ternura de Cristo y su amor solícito por los miembros de su comunidad, su mansedumbre y paciencia, cualidades que se asignan convencionalmente a los pastores, incluso su entrega hasta la muerte pues, como dice en el evangelio de hoy “el buen pastor da la vida por sus ovejas”.

La imagen de «ovejas y pastores» ha de ser manejada con cuidado, porque puede justificar la dualidad de clases en la Iglesia. Esta dualidad no es un temor utópico, sino que ha sido una realidad pesada y dominante. El Concilio Vaticano I declaró: «La Iglesia de Cristo no es una comunidad de iguales, en la que todos los fieles tuvieran los mismos derechos, sino que es una sociedad de desiguales, no sólo porque entre los fieles unos son clérigos y otros laicos, sino, de una manera especial, porque en la Iglesia reside el poder que viene de Dios, por el que a unos es dado santificar, enseñar y gobernar, y a otros no» (Constitución sobre la Iglesia, 1870). Pío XI, por su parte, decía: «La Iglesia es, por la fuerza misma de su naturaleza, una sociedad desigual. Comprende dos categorías de personas: los pastores y el rebaño, los que están colocados en los distintos grados de la jerarquía, y la multitud de los fieles. Y estas categorías, hasta tal punto son distintas entre sí, que sólo en la jerarquía residen el derecho y la autoridad necesarios para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene otro derecho que el de dejarse conducir y seguir dócilmente a sus pastores» (Vehementer Nos, 1906). La verdad es que estas categorías de «pastores y rebaño», a lo largo de la historia de la Iglesia han funcionado casi siempre -al menos en el segundo milenio- de una forma que hoy nos resulta sencillamente inaceptable. Hay que tener mucho cuidado de que nuestra forma de utilizarlas no vehicule una justificación inconsciente de las clases en la Iglesia.

El Concilio Vaticano II supuso un cambio radical en este sentido, con aquella su insistencia en que más importante que las diferencias de ministerio o servicio en la Iglesia es la común dignidad de los miembros del Pueblo de Dios (el lugar más simbólico a este respecto es el capítulo segundo de la Lumen Gentium del Vaticano II).

Como es sabido, en las últimas décadas se ha dado un retroceso claro hacia una centralización y falta de democracia. La queja de que Roma no valora la «colegialidad episcopal» es un clamor universal. La práctica de los Sínodos episcopales que se puso en marcha tras el concilio, fue rebajada a reuniones meramente consultivas. Las Conferencias Episcopales Nacionales, verdadero símbolo de la renovación conciliar, fueron declaradas por el cardenal Ratzinger como carentes de base teológica. Los «consejos pastorales» y los «consejos presbiterales» establecidos por la práctica posconciliar como instrumentos de participación y democratización, casi han sido abandonados, por falta de ambiente. La feligresía de una parroquia, o de una diócesis, puede tener unánimemente una opinión, pero si el párroco o el obispo piensa lo contrario, no hay nada que discutir en la actual estructura canónica clerical y autoritaria. «La voz del Pueblo, es la voz de Dios»… en todas partes menos en la Iglesia, pues en ésta, para el pueblo la única voz segura de Dios es la de la Jerarquía. Así la Iglesia se ha convertido -como gusta de decir Hans Küng- en «la última monarquía absoluta de Occidente». A quien no está de acuerdo se le responde que «la Iglesia no es una democracia», y es cierto, porque es mucho más que eso: es una comunidad, en la que todos los métodos participativos democráticos deberían quedarse cortos ante el ejercicio efectivo de la «comunión y participación». En semejante contexto eclesial, ¿se puede hablar ingenuamente de «el buen pastor y del rebaño a él confiado» con toda inocencia e ingenuidad? El Concilio Vaticano II lo dijo con máxima autoridad: «Debemos tener conciencia de las deficiencias de la Iglesia y combatirlas con la máxima energía» (Gaudium et Spes 43).

En la Iglesia de Aquel que dijo que quien quisiera ser el primero fuese el último y el servidor de todos, en algún sentido, todos somos pastores de todos, todos somos responsables y todos podemos aportar. No se niega el papel de la coordinación y del gobierno. Lo que se niega es su sacralización, la teología que justifica ideológicamente el poder autoritario que no se somete al discernimiento comunitario ni a la crítica democrática. ¿Qué la Iglesia no es una democracia? Debe ser mucho más que una democracia. Y, desde luego: no ha de ser un rebaño. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

30.4.23. Dom 4 Pascua. No para meter en redil, sino para sacar y liberar a las ovejas (Sal 23 ; Jn 10)

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en 30.4.23. Dom 4 Pascua. No para meter en redil, sino para sacar y liberar a las ovejas (Sal 23 ; Jn 10)

784Del blog de Xabier Pikaza:

Ésta es la palabra central, carta magna de la liberación bíblica y cristiana: Sacar a las “ovejas” del redil cósmico y social donde estaban cerradas, oprimidas, haciendo con ellas un camino de comunión personal, en libertad.

Sin esa libertad que es Dios (en nuestro caso el Dios de Israel y de Cristo),  el ejercicio político/social y religioso  de pueblos y estados  ha sido (=es) un dominio de  kleptai (ladrones) y lêstai (bandidos .

Así lo proclama  esta palabra de Jesús sobre el poder/gobierno de sacerdotes (Jerusalén) yde soldados (Roma), que viene precedida y preparada en la Biblia y liturgia de este dom. 4 de Pascua por el responsorio de Sal 23 (=22).

Ésta es la palabra central de la Iglesia, pero a veces, la misma iglesia, en vez de sacar y liberar, ha metido a sus ovejas en más duros rediles de dominio de conciencia (castillos fortificados y vigilados de opresión social)-

Dicen que la economía y política moderna quieren liberar, pero ella también ha corrido y está corriendo el riesgo de sacar a las ovejas delos viejos rediles (redes) de opresión tradicional para encerrarlas en apriscos más duros de opresión económica, ideológica y política. Todo el mundo está corriendo el riesgo de convertirse en un gulag, un Lager de concentración para la muerte, campos y campos de exilados, encerrados en fronteras de opresión.

El tema de fondo, la palabra inquietante de Jn 10, 10, es que este mundo está bajo el dominio de poderes económicos (kleptai,ladrones) y político/militares (lestai,bandidos). Por eso, lo primero es sacar (ex-agein), esto es, liberar a las ovejas-ovejas, a fin de que puedan ser lo que son, es decir, personas en libertad de conocimiento y amor, para caminar en comunión (comunicaciòn de vida).

Éste es un evangelio fuerte quizá el más fuerte de la Biblia, de la iglesia y de la humanidad: La autoridad social y religiosa sólo es digna de ese nombre si libera, si permite que hombres y mujeres, que empiezan pareciendo ovejas de redil, se conviertan en personas de libertad para el amor.

Para eso esta la Biblia (=la Palabra), para eso está Jesús (para sacarnos del redll cerrado de animales), para eso está la iglesia…para eso están un tipo de autoridades sociales, económicas y religiosas.

Pero la Biblia (Palabra), Jesús (liberador) y la Iglesia (con los poderes político-sociales) se han vuelto con frecencia creadores de nuevos rediles, peores (más refinados) que los anteriores: Rediles de dogmatismo de conciencia (no de buen dogma), campos de inquisición y de concentración, sistemas cada vez más totalitarios/totales de manipulación, al servicio de klepta y lestai, esto es, de latrocinio y esclavizamiento.

Ciertamente, el evangelio de Juan, con el despliegue de la iglesia y  los programas de liberaciòn politico-social de la modernidad, han conseguido muchas libertad. Pero hay que estar muy atentos para que esas libertades no sean tapadera de nuevas y más duras opresiones de ladrones y bandidos, como sigue diciendo el salmo y evangelio de este domingo.

SAL 23 (=22): YAHVÉ ES MI PASTOR, NADA ME FALTA

Breve salmo, atribuido a David, pastor y rey, a quien la tradición atribuye el orden sagrado del templo de Jerusalén y la “constitución del judaísmo”.. Sus motivos básicos son dos, conectados entre sí de un modo histórico y religioso.

(a) 23, 1-4. Yahvé, pastor que protege, guía y alimenta al rebaño (Israel, humanidad) y al orante en los caminos fuertes, peligrosos, de trashumancia en oriente.

(b) 23, 5-6. El mismo Yahvé se muestra vinculado a un templo (un casa), que es, evidentemente Jerusalén, donde abre un espacio de vida y una mesa de amor para los justos (frente, en contra de los enemigos) (tomo el comentario que sigue de mi libro de los salmos).

            Es muy posible que este salmo sea la oración de un “devoto” (creyente), a quien sus enemigos acusan, persiguiéndole  y queriendo expulsarle del culto de los fieles del templo; pero se ha defendido, ha triunfado, y puede mantenerse en el templo, confesando a Yahvé como su Dios, tanto en su entorno anterior de trashumancia (como oveja de un rebaño protegido por Dios), como en su contexto posterior (actual) de presencia y culto en el templo.De un modo implícito, este salmo evoca el arco histórico de la identidad israelita, en sus dos momentos fundamentales.

(a) Sal 23, 1-4  presenta a Israel  (al ser humano) como un rebaño guiado y defendido por Dios, no sólo en la etapa de los patriarcas (Jacob pastor), sino a lo largo de los tiempos de trashumancia por un tipo de desierto, desde la salida de Egipto hasta su establecimiento en torno a Jerusalén.

(b)  Sal 23,5-6    nos sitúa ante la comunidad de creyentes, reunidos de un modo sacral en torno al templo de Jerusalén, donde Dios mismo aparece como “anfitrión”, en la casa sagrada que acoge a sus devotos, les unge, les llena de gloria y les “alimenta”, de forma que ellos pasan de ser ovejas de su rebaño (cf. Is 40, 11; Ez 34, 21-22; Sal 95,7) y huéspedes y amigos de su casa.

            Este paso de la religión trashumante del Yahvé pastor y su rebaño a la religión establecida del Yahvé del templo con sus fieles, que comparten la mesa y oración (y que más tarde el libro de la Ley), constituye la clave de la historia de Israel, y aparece aquí resumida en esta espléndida oración, que no es ya propia de un Rey como David (aunque se le puede aplicar la primera parte), ni de unos sacerdotes, gestores del culto del pueblo (aunque también se les puede aplicar la segunda parte), sino de un creyente, que se defiende y eleva como representante o portavoz de la historia israelita.

            Cambian de un momento a otro los “peligros”, vinculados primero con el tiempo de pastoreo con riesgos concretos de carencia (de agua, de pastos, de oscuros caminos, de fieras o bandidos…) y después con el tiempo del templo, con enemigos humanos, que se sientan o vigilan al otro lado de la mesa del orante, acechándole siempre. Pero la defensa de Yahvé (su presencia protectora) es siempre la misma en un momento y el otro, de forma que el salmista original o los que repiten y asumen su canto en el templo o en la liturgia particular de las comunidad, pueden habitar tranquilos (23,5), libres de temor, porque el Dios pastor y anfitrión (amigos) va con ellos y les acompaña.

(A) Yahvé es mi pastor, nada me falta:2 en verdes praderas me hace recostar; | me conduce hacia fuentes tranquilas. 3 y repara mis fuerzas; | me guía por el sendero justo, | por el honor de su nombre.4 Aunque camine por cañadas oscuras, | nada temo, porque tú vas conmigo:tu vara y tu cayado me defienden.

(B) 5 Preparas una mesa ante mí, | enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, | y mi copa rebosa.6 Bondad y tu misericordia me acompañan | todos los días de mi vida,Y  habitaré en la casa Yahvé | por años sin término.

Éste salmo tiene, como he dicho, dos partes principales (Yahvé-Pastor, Yahvé en el Templo) que van unidas de un modo inseparable, como es normal en otros salmos. Entre el pasado de los patriarcas-pastores y el presente de los devotos del templo queda un largo transcurso de historia simbólica (conquista de la tierra, monarquía de Jerusalén, quizá exilio…), que el salmo no necesita precisar, pasando como hace la etapa de pastores (promesa) a la etapa de fieles/levitas de un templo.

La imagen primera es de “pastores”, una imagen que ha seguido vive en el mundo rural hasta tiempos muy recientes: La humanidad logró una madurez antes impensable cuando logró domesticar algunos animales (cf. Sal 8; Gen 2), de forma que, en vez de ser cazador fortuito de venados silvestres, se convirtió en pastor de animales domésticos (perros y caballos, vacas, ovejas…) a los que cuidaba y guiaba, para mantenerse de ellos. Resulta esencial este recuerdo   de los israelitas posteriores, que seguían identificándose más con los pastores patriarcas nómadas (trashumantes) que con los agricultores sedentarios, simbolizados por los pueblos paganos cananeos. De esa forma pasa el salmo del recuerdo antiguo de los “jeques” pastores (patriarcas) a los fieles sedentarios del templo.

(A). Yahvé, tú eres mi pastor (23, 1-4). No dice eres mi Rey, mi Padre o Sacerdote, sino mi Pastor, Ro’i (y[iªro÷), con acento de intensificación sobre la palabra hebrea, como para indicar que su vida (la vida de la humanidad) ha podido surgir y se ha desarrollado a través de una presencia gratuita, bondadosa y fuerte de Dios, como pastor que “domestica” a las ovejas, las guía, las protege… Eso significa que el hombre es un animal “domesticado”, educado por Dios, por una presencia superior de vida, a quien se conoce con el nombre de Yahvé (el que vive, hace vivir).

Actualmente, siglo XXI, al menos en el mundo occidental, esta imagen se nos ha hecho difícil de entender y de aceptar: No nos sentimos bien si alguien nos guía, no somos “animales domésticos”, dependientes de un Dios exterior, sino dueños y gestores de la propia vida, sin necesidad de “pastores”. En un plano, ese nuevo sentimiento de libertad es bueno, y este mismo salmo lo ratifica al final. Pero en otro sentido, la visión del “Dios pastor”, vinculado a nuestra propia identidad de “rebaño de hombres libres”, sigue siendo necesaria: Nuestro despliegue en la vida ha sido un prodigio, la mayor de las maravillas de la tierra; la humanidad ha surgido por obra especial de una Presencia y Guía que podemos comparar con la del pastor, que nos ha hecho capaces de tener lo que tenemos, que nada nos falte.

Las notas principales de la presencia y obra de este Pastor divino son tradicionales y apenas necesitan comentario, teniendo en cuenta las condiciones del pastoreo trashumante antiguo, en una tierra de estepas semidesérticas, como las del entorno de Israel: Con la ayuda del Dios-Pastor, con su presencia educadora, el hombre ha sido capaz de encontrar verdes praderas y tranquilas fuentes,  en medio de una tierra calcinada,  reparando su cansancio y superando  los peligros, a través de “senderos justos” (qd<c,©÷-yleG>[.m;).

            Esta última expresión se puede y debe entender de dos maneras. (a) Los hombres han recorrido senderos “rectos”, esto es, apropiados, que les han llevado a la supervivencia física. (b) Pero también han recorrido caminos de “justicia”, en un sentido social y religioso, pues de otra manera ellos habrían perecido todos, víctimas de la violencia universal. Desde ese fondo se entienden las dos frases fundamentales.

 – Aunque camine por cañadas oscuras (de oscuridad de muerte)  nada temo, porque tú vas conmigo; este Dios-presencia, en medio del riesgo de muerte de la vida humana, define y sostiene la su existencia. El hombre ha sido y sigue siendo un viviente acompañado, bordeando sin cesar el riesgo de la muerte-oscura que le rodea y amenaza. Un camino por la oscuridad rodeada de muerte, pero abierta a la Vida es la existencia humana.

Porque tu vara y cayado me sosiegan-defienden (ynImU)x]n:)y> hM’heä ^T,ªn>[;v.miW÷ ^ïj.b.vi); la vara es un tipo de “cetro” de orientación y mando (propio incluso de reyes); el cayado es más bien un bastón defensivo, que podía llevar punta de hierro, para luchar contra las fieras y contra posibles enemigos.

 Según esto, la vida de los grupos humanos y de las personas en particular ha sido un “milagro” de educación (maduración, crecimiento) que el salmista atribuye a la presencia de Dios, como Pastor y guía. En un sentido, el hombre es dueño de sí (capaz de defenderse); pero, al mismo tiempo, su vida ha sido y sigue siendo resultado de una presencia superior. El hombre es porque Yahvé (el que es), siendo su presencia y providencia activa, le ha hecho surgir y le mantiene en vida.

(B) 2. Habitaré en la casa de Yahvé (23, 5-6).El salmista da un gran salto, para situarse en el lugar en que ahora se encuentra (al menos simbólicamente): Ante la mesa (!x’ªl.vu) que el mismo Yahvé le ha preparado en su casa (Bet-Yahvé) . No camina ya buscando descanso de agua y sombra, en medio de duros senderos de muerte, sino que puede sentarse y se sienta ante la mesa de Dios, hasta saciarse sin fin. Su bienaventuranza no se expresa aquí en forma de visión (contemplar a Dios, cara a cara…), sino de banquete (comer siempre en la casa de Dios).

El mismo Dios-Pastor se vuelve así anfitrión, quizá mejor de Amigo, que acoge a los amigos en su casa, ofreciéndoles alimento, como ha sabido la tradición antigua (la carne de los sacrificios que se comen en el templo es “carne de Dios”) y más tarde el cristianismo (que ha interpretado el pan y vino eucarístico como cuerpo y sangre de Cristo, Dios encarnado). Es evidente que estas afirmaciones, como las que forman parte del “misterio” religioso han de tomarse “simbólicamente”, no para indicar que no son verdaderas, sino para afirmar que lo son de un modo más alto.

El orante ha pasado de ser “oveja” o pastor de ovejas en los caminos arriesgados de estepas orientales a ser miembro de una comunidad de culto del templo (la gran asamblea; Sal 22, 23-26), en la que ha sido admitido, quizá con la oposición de algunos miembros. Parece que en ese sentido ha de entenderse la frase enigmática “frente a mis enemigos”: Él está en la mesa, nadie podrá nunca separarle de ella, expulsarle de la compañía de Yahvé, pero éste fin del salmo advierte que en esa casa “sigue habiendo enemigos”, quizá grupos enfrentados.

Esa expresión (frente a mis enemigos) puede y debe entenderse de manera afirmativa: A pesar de que tengo enemigos (personas y grupos que piensan de un modo distinto y querrían expulsarme) estoy sentado a la mesa de Yahvé y ellos deben aceptarlo (no pueden impedirlo). Pero ella  conserva un rasgo muy significativo: En otros salmos, incluso en Sal 22, daba la impresión de que los enemigos eran aniquilados en la gran lucha final; aquí, en cambio, sigue habiendo enemigos, incluso al fin, en el mismo templo, pues el culto del  santuario de Yahvé sigue estando dividido entre grupos enfrentados, pero sabiendo que los otros, los enemigos, no podrán expulsar nunca al orante justo.

Dios mismo ha preparado esa mesa del templo para el orante, sirviéndole en ella: Unge su cabeza con perfume, declarándole triunfador (un tipo de mesías, ungido); mantiene siempre llena su copa… Aquí se ha invertido la imagen del hombre sometido a Dios pastor (que le domestica y dirige desde fuera), pues Dios se ha convertido en servidor del hombre, le unge, le orece su vino en la copa… y así la acompaña todos los días de la vida, como muestran las dos frases finales.

2 JUAN 10, 1-10. CUANDO SAQUE DEL  APRISCO LAS OVEJAS (Jn 10,1-10)

 En aquel tiempo, dijo Jesús “Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.

 A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.” Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.

Por eso añadió Jesús: “Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.”

 La imagen anterior del pastor del Dios que es Pastor trashumante que guía la historia de los hombres y señor de un templo donde “alimenta” a sus devotos… sigue al al fondo, pero ha cambiado poderosamente. Éstas son las tres notas principales de este mundo (que era el suyo de los sacerdotes de Jerusalén y el de los legionarios romanos y que sigue siendo el nuestro son estas:

Cuatro  principios

1.  El mundo entero (Jerusalén,y Roma, templo  eimperio…) estaban en manos de kleptaì y lêstai,

como he dicho, y ahora repito. Ésta son las dos palabras fundamentales, que Jesús repite al principio y al fin de su “proclamación de investidura”: Todo lo que hay en el mundo es latrocinio (kleptai) u violencia opresora, armada o de otro tipo  (lêstai).

Son palabras durísimas, yo no me atrevería a decirlas, pero el dulcísimo Jesús crucificado las repite, en la iglesia (Jerusalén) y en el imperio (Roma). Ladrones y bandidos no han entrado por la puerta de Dios (que es la vida), sino que han asaltado el “aprisco”, el hogar de la vida humana, han tomado el poder económico y militar, y así identifican la justicia y la paz con su justicia opresora y su pan esclavizadora.

    Ciertamente, estos ladones y bandidos pueden ser los “celotas” y los “terroristas” sicarios del “mal judaísmo” (como nos decía La Potterie, en su año largo de clases sobre este motivo…); pero él solía olvidarse de que Jesús llamaba también (y sobre todo) kleptai y lestai a los sumos sacerdotes de Jerusalén y a los sumos legionarios de Roma (como algunos alumnos, después famosos, le decían ya entonces; los españoles solíamos estar callados, no estaba el horno para bollos).

2. La humanidad ha estado (está) encerrada en ese corral (aprisco, redil…),

en  na especie de campo de concentración universal, con muros altos, difíciles de saltar…, pero que ahora asaltaban y asaltanlos nuevos ladrones bandidos que expulsan a los  anteriores para ocupar su  lugar en la red/redil de poder (como dice Ecl 5).

Esta visión de la humanidad como campo concentración, aprisco  “exterminio” era y sigue siendo el tema de fondo de la historia y apocalíptica judía y cristiana, desde Daniel  y 1 Henoc, hasta el evangelio de Juan y el Apocalipsis.

Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Cuatro títulos de Jesús: Señor, Mesías, modelo, puerta del aprisco. Domingo 4º de Pascua

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en Cuatro títulos de Jesús: Señor, Mesías, modelo, puerta del aprisco. Domingo 4º de Pascua

Young ShepherdDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Domingo 4º de Pascua

Nota previa sobre las lecturas de los domingos 4º a 7º de Pascua

            La lecturas de estos cuatro domingos pretenden prepararnos a las dos grandes fiestas de la Ascensión y Pentecostés tratando tres temas.

  1. La iglesia (1ª lectura, de los Hechos de los Apóstoles). Se describe el aumento de la comunidad (4º domingo), la institución de los diáconos (5º), el don del Espíritu en Samaria (6º), y cómo la comunidad se prepara para Pentecostés (7º). Adviértase la enorme importancia del Espíritu en estas lecturas.
  2. Vivir cristianamente en un mundo hostil (2ª lectura, de la Primera carta de Pedro). Los primeros cristianos sufrieron persecuciones de todo tipo, como las que padecen algunas comunidades actuales. La primera carta de Pedro nos recuerda el ejemplo de Jesús, que debemos imitar (4º domingo); la propia dignidad, a pesar de lo que digan de nosotros (5º); la actitud que debemos adoptar ante las calumnias (6º), y los ultrajes (7º).
  3. Jesús (evangelio: Juan). Los pasajes elegidos constituyen una gran catequesis sobre la persona de Jesús: es la puerta por la que todos debemos entrar (4º); camino, verdad y vida (5º); el que vive junto al Padre y con nosotros (6º); el que ora e intercede por nosotros (7º).

Jesús, Señor y Mesías (Hechos 2,14a.36-41)

            Esta lectura tiene interés especial desde un punto de vista histórico y catequético. Según Lucas, el grupo de seguidores de Jesús (120 personas) experimentó un notable aumento el día de Pentecostés. Después de cincuenta días de miedo, silencio y oración, el Espíritu Santo impulsa a Pedro a dirigirse a la gente presentando a ese Jesús al que habían crucificado, constituido Señor y Mesías por Dios. El pueblo, conmovido, pregunta qué debe hacer, y Pedro los anima a convertirse y bautizarse en nombre de Jesucristo.

            Pero Lucas añade otro argumento muy distinto, que fue usado por los primeros misioneros cristianos: el miedo al castigo inminente de Dios. De acuerdo con la mentalidad apocalíptica, este mundo malo presente desaparecerá pronto para dar paso al mundo bueno futuro. Eso ocurrirá cuando se manifieste la gran cólera de Dios en un juicio que provocará salvación o condenación. Por eso Pedro anima: «Escapad de esta generación perversa». ¿Cómo ponerse a salvo? Los autores apocalípticos hacen que todo dependa de la conducta observada con Dios y con los hombres. Para los misioneros cristianos, la salvación dependerá de creer en Jesús. Pedro ya ha hablado del bautismo en nombre de Jesús.

            Tenemos, pues, dos argumentos aparentemente distintos: el primero se basa exclusivamente en lo que Dios ha hecho por Jesús. El segundo parece menos cristiano, con su recurso al miedo. Pero no olvidemos que, en este contexto, Pablo escribe a los de Tesalónica: «Jesús nos libra de la condenación futura». Con miedo o sin él, Jesús es siempre el centro de la catequesis cristiana.

            El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra:

            -«Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»

            Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:

            -«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»

            Pedro les contestó:

            -«Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»

            Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo:

            -«Escapad de esta generación perversa.»

            Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.

Jesús modelo (1 Pedro 2,20b-25)

En la segunda mitad del siglo I, los cristianos eran a menudo insultados, difamados, perseguidos, se confiscaban a veces sus bienes, se los animaba a apostatar… En este contexto, la 1ª carta de Pedro los anima recordándoles que ese mismo fue el destino de Jesús, que aceptó sin devolver insultos ni amenazas: «Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas».

Queridos hermanos: Si, obrando el bien, soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas os han curado. Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas.

Al final de esta lectura encontramos la imagen de Jesús como buen pastor («Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas»). Pero este no es el tema principal del evangelio, que introduce un cambio sorprendente.

Jesús, puerta del aprisco (Juan 10,1-10)

En aquel tiempo, dijo Jesús:

-«Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» 

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: 

-«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»

            El autor del cuarto evangelio disfruta tendiendo trampas al lector. Al principio, todo parece muy sencillo. Un redil, con su cerca y su guarda. Se aproxima uno que no entra por la puerta ni habla con el guarda, sino que salta la valla: es un ladrón. En cambio, el pastor llega al rebaño, habla con el guarda, le abre la puerta, llama a las ovejas, ellas lo siguen y las saca a pastar. Lo entienden hasta los niños.

Sin embargo, inmediatamente después añade el evangelista: “ellos no entendieron de qué les hablaba”. Muchos lectores actuales pensarán: “Son tontos. Está clarísimo, habla de Jesús como buen pastor”. Y se equivocan. Eso es verdad a partir del versículo 11, donde Jesús dice expresamente: “Yo soy el buen pastor”. Pero en el texto que se lee hoy, el inmediatamente anterior (Juan 10,1-10), Jesús se aplica una imagen muy distinta: no se presenta como el buen pastor sino como la puerta por la que deben entrar todos los pastores (“yo soy la puerta del redil”).

Con ese radicalismo típico del cuarto evangelio, se afirma que todos los personajes anteriores a Jesús, al no entrar por él, que es la puerta, no eran en realidad pastores, sino ladrones y bandidos, que sólo pretenden “robar y matar y hacer estrago”.

Resuenan en estas duras palabras un eco de lo que denunciaba el profeta Ezequiel en los pastores (los reyes) de Israel: en vez de apacentar a las ovejas (al pueblo) se apacienta a sí mismos, se comen su enjundia, se visten con su lana, no curan las enfermas, no vendan las heridas, no recogen las descarriadas ni buscan las perdidas; por culpa de esos malos pastores que no cumplían con su deber, Israel terminó en el destierro (Ez 34).

La consecuencia lógica sería presentar a Jesús como buen pastor que da la vida por sus ovejas. Pero eso vendrá más adelante, no se lee hoy. En lo que sigue, Jesús se presenta como la puerta por la que el rebaño puede salir para tener buenos pastos y vida abundante.

En este momento cabría esperar una referencia a la obligación de los pastores, los responsables de la comunidad cristiana, a entrar y salir por la puerta del rebaño: Jesús. Todo contacto que no se establezca a través de él es propio de bandidos y está condenado al fracaso (“las ovejas no les hicieron caso”). Aunque el texto no formula de manera expresa esta obligación, se deduce de él fácilmente.

En realidad, esta parte del discurso termina dirigiéndose no a los pastores sino al rebaño, recordándole que “quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”.

Ya que es frecuente echar la culpa a los pastores de los males de la iglesia, al rebaño le conviene recordar que siempre dispone de una puerta por la que salvarse y tener vida abundante.

Reflexión final

            Los lecturas nos ofrecen cuatro título de Jesús: que es Señor y Mesías lo dice Pedro en el libro de los Hechos (1ª lectura); modelo a la hora de soportar el sufrimiento, la 1ª carta de Pedro (2ª lectura); puerta del aprisco se lo aplica a sí mismo Jesús en el evangelio de Juan. En resumen, una catequesis sobre lo que Jesús significó para los primeros cristianos y lo que debe seguir significando para nosotros.

Cuatro imágenes tan distintas de Jesús son demasiada materia para una homilía. Puesto a elegir, me quedaría con la de modelo en los momentos difíciles de la vida y como puerta por la que se puede entrar a un lugar seguro y salir en busca de buenos pastos.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Cuarto Domingo de Pascua. Ciclo A. 30 Abril 2023

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en Cuarto Domingo de Pascua. Ciclo A. 30 Abril 2023

Cuarto-Domingo-Pascua

 

«El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. El portero le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca.»

(Jn 10, 1-10)

Nuestra vida se desarrolla prácticamente en nuestra mente, donde  pensamos,  mostramos nuestro saber, controlamos, imponemos… Pero Jesús en este evangelio nos dice que  nuestra vida  no se desarrolla en la mente, ni se desarrolla en el corazón, que nuestra vida para ser Vida, hemos de vivirla en la totalidad que somos.

Nuestra mente, nuestro corazón, nuestras extremidades son pequeñas puertas por donde se nos va  haciendo la vida. Y Jesús hoy nos dice: “en vuestra vida sólo hay una puerta que muchas veces cerráis por miedo, por el qué dirán.  Yo os digo: abrid vuestra vida a la Vida que soy yo. Ahí descubriréis el descanso, el sosiego, el amor, la aceptación. Y podréis ser vosotros sin fingir, no se trata de hacer, sino de ser.

Jesús es la puerta que nos permite ser lo que somos.

La llave de nuestra vida la tenemos nosotros.  Si somos capaces de meterla en la cerradura, que no es otra cosa que la oración y el encuentro con Él, se abrirá.  Y aunque en un primer momento nos quedemos paralizados, entraremos, y descubriremos una estancia amplia. Llena de luz. Donde descubriremos lo que somos,  hijos de la casa, hijos de Dios.

Jesús, es la puerta que nos permite acceder a nuestra interioridad, y descubrir su voz en el silencio, donde oímos nuestro nombre y la invitación a que sigamos sus huellas para ir al Padre.

ORACIÓN

Gracias por ser puerta que nos abre a la Vida y nos descubre el sentido y la grandeza de vivir en ti.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Por Jesús, lo divino entra en lo humano y lo humano en lo divino.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en Por Jesús, lo divino entra en lo humano y lo humano en lo divino.

buenpastor6DOMINGO 4º DE PASCUA(A)

Jn 10,1-15

Aunque el evangelio de hoy ya no hable de apariciones, no nos apartamos del tema pascual, pues afirma expresamente: “Yo he venido para que tengan Vida y la tengan abundante”. Juan nos está diciendo lo que pensaban los cristianos de finales del siglo I en la comunidad donde se escribe el evangelio, no lo que pudo decir Jesús cuando vivía en Galilea. Esto es para nosotros más interesante que las mismas palabras de Jesús, porque nos habla de una vivencia provocada por Jesús Vivo.

El relato nos habla de la puerta y del pastor. En el fondo es la misma metáfora, porque la única puerta del aprisco era el pastor. El rebaño eran las 5 ó 10 ovejas o cabras, que eran la base de la economía familiar. Por la noche, después de haber llevado a pastar cada uno las suyas, se reunían todas en un aprisco, que consistía en una cerca de piedra con una entrada muy estrecha para que tuvieran que pasar las ovejas de una en una y así poder controlarlas. Esa entrada no tenía puerta, sino que un guarda, allí colocado, hacía de puerta y las cuidaba durante la noche.

Por la mañana cada pastor iba a sacar las suyas para llevarlas a pastar. Esto se hacía por medio de un silbido o de una voz que las ovejas conocían bien. Incluso tenían su propio nombre como nuestros perros hoy. Cuando oían la voz, las ovejas que se identificaban con ella salían. Con estos datos se entiende perfectamente el relato. Jesús se identifica con el pastor que cuida las ovejas como algo propio, pero no porque de ellas depende su familia, sino porque le interesan las ovejas por sí mismas. No le mueve ningún provecho personal sino el fortalecer a cada oveja.

El texto habla de comparación (paroimian). La comparación pretende explicar lo que es una cosa a través de otra que conocemos mejor. Ni Jesús es pastor ni nosotros borregos. Jesús nos lleva a los pastos después de haberse alimentado. Y ya sabemos que su alimento fue hacer la voluntad del Padre. Hace referencia a esos dirigentes de todos los tiempos, que debían ser pastores, pero que en vez de cuidar de las ovejas, se pastorean a sí mismos y utilizan las ovejas en beneficio propio.

Las ovejas atienden a su voz porque la conocen. Una frase con profundas resonancias bíblicas. Oír la voz del Señor es conocer lo que nos pide, pero sobre todo obedecerle. Las llama por su nombre, porque cada una tiene nombre propio. Las que escuchan su voz salen de la institución opresora y quedan en libertad. Jesús no viene a sustituir una institución por otra. No las saca de un corral para meterlas en otro. No son los miembros de la comunidad los que deben estar al servicio de la institución. Es la institución la que debe estar al servicio de cada uno.

En un mismo aprisco había ovejas de muchos dueños, por eso dice que saca todas las suyas que conocen su voz y le siguen. El texto quiere dejar claro que las ovejas no podían salir por sí mismas del estado de opresión, para ellas no había alternativa. Es Jesús el que les ofrece libertad y capacidad para decidir por sí mismas. Los dirigentes judíos son “extraños”, que no buscan la vida de las ovejas. Ellos las llevan a la muerte. Jesús les da vida. La diferencia no puede ser más radical. Por muy oveja que te sientas, tienes la obligación de distinguir al pastor auténtico del falso.

Él camina delante y las ovejas le siguen. Esto tiene más miga de lo que parece. Jesús recorrió una trayectoria humana. Esa experiencia nos sirve a nosotros de guía para recorrer el mismo camino. Para nosotros, esto es difícil de aceptar, porque tenemos una idea de Jesús-Dios que pasó por la vida humana de manera ficticia y con el comodín de la divinidad en la chistera. Ese Jesús no tendría ni idea de lo que significa ser hombre, y por lo tanto no puede servirnos de modelo. Esta falsa idea nos ha hecho creer que lo que hizo Jesús es marcarnos el camino desde fuera.

Yo soy la puerta. No se refiere al elemento que gira para cerrar o abrir, sino al hueco por donde se accede a un recinto. El pastor que cuidaba las ovejas era la única puerta. Por eso dice que es la puerta de las ovejas, no del redil. Todos los que han venido antes son ladrones y bandidos, no han dado libertad/vida a las ovejas. Son tres los productos interesantes de las ovejas: leche, lana y carne. Los malos pastores buscan solo aprovecharse de esos productos. A las ovejas no pueden interesarles esos pastores que no les ayudan a desplegar su propio ser.

Entrar por la puerta, que es Jesús, es lo mismo que “acercarse a él”, “darle nuestra adhesión”. Esto lleva consigo asemejarse a él, ir como él a la búsqueda del bien del hombre. Él da la Vida definitiva, y el que posee esa Vida quedará a salvo de la explotación. Él es la alternativa al orden injusto. En Jesús, el hombre puede alcanzar la plena salvación. “Podrá entrar y salir”, es decir, tendrá libertad de movimiento. “Encontrará pastos”, dice lo mismo que “no pasará hambre, no pasará sed”. Se identifica el pasto con el pan de vida que es él mismo. La Ley sustituida por el amor.

Yo he venido para que tengan Vida y les rebose. Los dirigentes despojan a la gente del pueblo de lo que es suyo. Que sacrifican a las ovejas es decir que les quitan la vida. La misión de Jesús es exactamente la contraria: les da Vida y las restituye en su verdadero ser. Los jerarcas les arruinan la vida biológica, manipulándolas y poniéndolas a su servicio. Jesús les da la verdadera Vida y con ella la biológica cobra pleno sentido. Jesús no busca su provecho ni el de Dios. Su único interés está en que cada oveja alcance su propia plenitud, desarrolle esa Vida aquí y ahora.

Es muy importante el versículo siguiente, que no hemos leído, para entender el significado del párrafo. “El pastor modelo se entrega él mismo por las ovejas”. El griego dice: “el modelo de pastor” (ho poimên ho kalos). La expresión denota excelencia (el vino en Jn 2,10). Sería el pastor por excelencia. “kalos” significa: bello, ideal, modelo de perfección, único en su género. No se trata solo de resaltar el carácter de bondad y de dulzura. En griego hay una palabra (agathos), que significa “bueno”; pero no es la que aquí se emplea. Jesús es el único pastor.

Se entrega él mismo. Entrega su vida. En griego hay tres palabras para designar vida: zoê, bios y psukhê; pero no significan lo mismo. El evangelio dice psykhên = vida psicológica, no biológica. Se trata de poner a disposición de los demás lo que uno es como ser humano, mientras vive entregándose al servicio de todos, no muriendo por ellos. El pastor modelo pone su vida al servicio de las ovejas para que vivan su misma vida sin limitación alguna. Al hacer esto, pone en evidencia la clase de Vida que posee y pretende que los que le siguen desplieguen esa misma Vida.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

La puerta.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en La puerta.

BUEN-PASTOR-1

Jn 10, 1-10

«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas»

Jesús es la puerta de acceso al Padre: «Quien me ha visto a mí ha visto a mi Padre». En un mundo inaccesible a la divinidad, se abrió una puerta, y a través de ella hemos visto que Dios nos quiere como las Madres quieren a sus hijos; que se siembra como Semilla; que es Palabra constantemente derramada; que es Viento poderoso que nos empuja y nos alienta en nuestro caminar por la vida… Hemos visto que Dios no es el que nos juzga por nuestros pecados, sino nuestro aliado contra el mal; el que nos presta su luz para que no tropecemos y su fuerza para que nos liberemos de las cadenas doradas con que nos atan las pasiones.

Es también la puerta que nos conduce al conocimiento de nosotros mismos. A través de ella hemos visto que somos Hijos de ese Padre y que hemos sido invitados a ser dignos hijos suyos; a no conformarnos con menos. Y si todos somos hijos, también somos hermanos que se quieren, se ayudan y se perdonan; porque Dios no necesita nada de nosotros, pero tiene hijos que sí nos necesitan. Y así, a través de esa puerta hemos podido conocer el proyecto que Dios tiene para la humanidad y el sentido de nuestra vida.

Jesús es la puerta de acceso al Reino, pero saberlo no sirve de nada si no entramos. Porque las puertas son para entrar. Es muy característico de nuestra religiosidad quedarnos contentos y satisfechos con “saber”; creer que somos algo por estar bien informados. Pero no basta; Jesús nos invita a entrar en el Reino, y eso supone cambiar de criterios y de valores, responder a esa invitación y ponerse el mono de trabajo para afrontar la misión que como cristianos tenemos encomendada.

En definitiva, Jesús es la puerta, pero desde muy antiguo los cristianos hemos estado tratando de abrir otras puertas de acceso a Dios. Entre ellas cabe destacar la reflexión metafísica, que trata de conocer la esencia de Dios y del ser humano por medio de la razón. Tampoco se pueden olvidar aquellas otras que ofrecen la experiencia directa de Dios, y el conocimiento de nuestro verdadero ser, a través de una espiritualidad volcada hacia el interior que no precisa de ningún intercesor o intermediario externo.

En el primer caso corremos el riesgo de perdernos en intelectualismos estériles que ni nos ayudan a vivir ni a conocer el sentido de nuestra vida; corremos el riesgo de olvidar a Abbá y perdernos la buena Noticia. En el segundo, el riesgo está en sustituir el mensaje y la praxis de Jesús (claros e interpelantes) por un producto surgido del laberinto de nuestra psique cuya naturaleza desconocemos por completo.

En cualquier caso, el criterio para discernir si una puerta me abre a un camino que merece la pena recorrer, es siempre el fruto: «Por sus frutos les conoceréis»… «Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala»… Si elijo una puerta y veo que voy creciendo en perdón, en compasión y servicio, pues voy por buen camino… Si no, pues estoy «cansando la tierra».

Miguel Ángel Munárriz Casajús

Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

La “puerta” que une lo humano y lo divino.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en La “puerta” que une lo humano y lo divino.
Jn 10, 1-10 puerta-2

30 de abril de 2023

Seguimos avanzando en el tiempo de Pascua, un tiempo que nos regala una pedagogía vital para centrarnos en la experiencia de la luz y la vida que somos en esencia. La liturgia va mostrando textos llenos de “paso” (Pascua), es decir, de pasar de una situación a otra, de una realidad a otra, es un tiempo lleno de movimiento y de avance.

En este contexto situamos la parábola-alegoría de este relato de Juan.

Sólo hay que recordar que el evangelio de Juan es el más tardío de los canónicos, el más simbólico y teológico. Pretende justificar, una y otra vez, que Jesús es el “enviado de Dios” y es quien nos vincula a la realidad divina. El evangelio de este domingo es una evidencia clara de esta pretensión.

Según el contexto, la situación de esta parábola-alegoría parece ser una respuesta polémica de Jesús a los fariseos que poseían el liderazgo espiritual sobre el pueblo. La imagen usada por Jesús nos sitúa en un redil que, según la costumbre de Palestina, era un muro de piedra o madera y que un guardián velaba durante la noche para defender al rebaño de posibles dominadores. Pero los ladrones solían entrar por otro lado. El pastor entraba por la puerta, llamaba a sus ovejas y éstas conocían su voz. A diferencia de otras culturas que el pastor va detrás, en la época y contexto de Jesús, iban delante y el rebaño seguía su voz.

Dice el texto que “Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no comprendieron su significado”; como es de suponer, los fariseos no se identificaban con los asaltantes que entraban por otro lado del aprisco y no por la puerta como el pastor. Además, no podemos obviar que la puerta también hace referencia al Templo, la puerta que conectaba lo profano y lo sagrado, pero no para todos, había vetos, excepciones y demasiada exclusión para acceder a este espacio religioso.

La valentía de Jesús al narrar esta parábola no puede ser más evidente. Se autodefine como la puerta verdadera convencido de que su mensaje trae dos realidades vitales para la plenitud humana: la libertad y la vida. La puerta ya no es una realidad física sino el acceso a nuestra verdadera identidad que puede encarnarse movida por la voz esencial que nace de nuestras zonas más profundas. Jesús se identifica con una nueva puerta que conecta lo humano y lo divino de cada ser sin excepciones.

Vivimos siguiendo muchas voces: religiosas, sociales, ideológicas, personales, voces que nos van llevando por caminos que no van a ninguna parte; voces que nos enredan en un laberinto que sólo nos genera una sensación de vacío y desorientación por el que pagamos la factura de una vida insatisfecha y sesgada; un itinerario que va buscando compensaciones permanentes para sobrevivir, para autoengañarnos y alimentar un “yo” que se debilita ante la mínima contrariedad. Puede resultar muy triste, pero todos tenemos también experiencia de esta manera de situarnos en la vida, de haber entrado por la puerta de atrás y perder toda nuestra autenticidad y nobleza personal.

Jesús pone el acento en el para qué de su existencia: que tod@s tengan vida y la tengan en abundancia, es decir, que seamos capaces de vivir conectados a la verdadera naturaleza que somos y que es una fuente inagotable de sentido, luz, fuerza y plenitud. Este mensaje no resultó cómodo en la época de Jesús y de los fariseos, ni tampoco en los tiempos que corren, tiempos en los que todo parece ser diseñado, medido, controlado, ficticio, rápido, ruidoso y artificial, incluso la inteligencia. Poco podemos hacer si seguimos estas voces y mucho podemos aportar si seguimos la Voz que nos humaniza y entramos por la Puerta que nos diviniza.

FELIZ DOMINGO

Rosario Ramos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

El “Buen pastor”: una imagen ambigua.

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en El “Buen pastor”: una imagen ambigua.

Oveja-negra-300x300Domingo IV de Pascua

30 abril 2023

Jn 10, 1-10

En la tradición bíblica, la imagen del pastor -que se asocia a Dios, al rey y a personas con responsabilidades en el pueblo- evoca cuidado y guía. Sin embargo, también esa misma tradición admite que, con frecuencia, ha habido “malos pastores” que, en lugar de cuidar del pueblo, se han servido de él, llegando a esquilmarlo en su propio beneficio.

Más allá del contenido que cada cual quiera asignarle, la imagen del pastor resulta radicalmente, además de ambigua, anacrónica, cuando no inasumible, para la cultura moderna. Porque “pastor” -aparte de ser una figura lejana para nuestros contemporáneos- evoca “rebaño”. Y la imagen del rebaño remite a seguidismo, sumisión, obediencia ciega…, en una palabra, borreguismo. Actitudes que chocan frontalmente con la consciencia de la propia autonomía, el valor de la libertad individual y el respeto al camino de cada persona.

Los “pastores”, por su propia condición, tienden a ver a la gente como “rebaño”. Pero el ser humano no está llamado a vivirse formando parte de un rebaño -aunque con demasiada frecuencia caiga en ese error de manera clamorosa, también en nuestras “avanzadas sociedades tecnológicas”-, sino a crecer en comprensión de lo que somos y a vivir la unidad con todos y con todo, en coherencia con aquella misma comprensión.

El mismo Jesús fue consciente de los riesgos que entraña situarse en la posición de “pastor” y previno de manera tajante contra cierta forma de ejercer el poder: “El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor. Y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos” (Mc 10,43-44).

La humanidad no se divide en pastores y rebaño. Todos sin excepción somos necesitados y todos tenemos algo que ofrecer a los demás. Nadie hay tan poderoso que no necesite ser ayudado ni nadie tan limitado que no pueda ayudar.

¿Cómo conjugo la autoafirmación con el servicio?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

El redil del Buen Pastor no coincide con muchos apriscos eclesiásticos

Domingo, 30 de abril de 2023
Comentarios desactivados en El redil del Buen Pastor no coincide con muchos apriscos eclesiásticos

758C6C75-0961-400F-AD48-59BC5016365EDel blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:

El Buen Pastor

Celebramos hoy el cuarto domingo de Pascua denominado: domingo del Buen Pastor con los símbolos de la Puerta, la puerta, el redil).

Hemos escuchado parte del cp. 10 de San Juan en el que nos presenta a Cristo como Puerta y Buen Pastor de las ovejas.

01.- Cristo buen Pastor y puerta del redil.

    A nosotros, que no hemos conocido el mundo rural ni la trashumancia, nos pilla un poco de lejos hablar del buen pastor y del redil.

    Sin embargo, estas imágenes son muy queridas en el mundo bíblico, que está vivido y pensado desde una cultura rural y pastoril.

Dios es el pastor de su pueblo, el Señor guía a su pueblo con todo lo que esta imagen significa de orientación, de protección, de ayuda.

La experiencia de tener a Cristo como guía, como luz, como Pastor nos hace bien.

En la vida podemos seguir a muchos “pastores”, nos podemos poner bajo muchos cayados de toda ideología, entrar en apriscos de todo tipo…

El salmo 22 emplea esta expresión del buen Pastor: El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar.

02. Nada me falta (salmo 22, 1).

Cuando tenemos la experiencia de confiar en Dios y que Él es nuestro Pastor, ello infunde la confianza de que nada nos falta. La vida, los acontecimientos, los problemas están bien situados y fundamentados en el Señor.

La experiencia profunda del “sólo Dios basta” serna y calma el alma humana.

Santa Teresa dejó bien plasmada esta vivencia:

Nada te turbe,

nada te espante,

Todo se pasa,

Dios no se muda.

En la vida podemos tener miedo a mil cosas y podemos pasar por muchas situaciones difíciles: de enfermedad, de escasez, de pecado;  podemos sentir miedo -por desgracia-incluso a Dios.

Si tenemos a Dios como pastor, nada temamos. El Señor va con nosotros en nuestro caminar, nos acompaña como a los dos de Emaús… Aunque pasemos por valles tenebrosos, nada temo, porque Tú vas conmigo. (Salmo 22, 4).

03.- En alguna medida, todos somos pastores.

    Los padres de familia, los mayores de las familias, los políticos los profesores y maestros, los médicos y psicólogos, los periodistas y medios de comunicación, toda persona adulta, más o menos, somos pastores, guiamos a los demás.

    Viene de la mano aludir a la pre-campaña electoral en la que ya estamos metidos. Los políticos son también pastores: asalariados o buenos pastores es ya otra cuestión, pero ciertamente son los que conducen la sociedad.

04.- Poder y autoridad de los pastores

    No es lo mismo poder que autoridad.

    El poder es la potestad que una persona (institución) tiene porque ha sido legítimamente instituido o constituido en tal cargo, puesto, sede, escaño, etc.

Un político ha obtenido determinado número de votos y, por tanto, legítimamente ocupa el escaño parlamentario correspondiente. Un obispo –tal y como están las cosas- es nombrado por Roma para tal diócesis y ocupa legítimamente esa sede.

    Ahora bien, que una persona tenga poder no significa que tenga autoridad.

La autoridad la tiene y ejerce quien por su bondad, por su competencia y bien hacer, por su respeto y afecto a la grey que ha de gobernar, es querido, respetado y obedecido por el rebaño que Dios y la vida han puesto en sus manos.

De manera que, puede haber –hay- personas que tienen poder en el plano político, eclesiástico, cultural que tienen poder, pero ninguna autoridad sobre el pueblo. Y hay personas que no tienen poder, pero sí una gran autoridad en el pueblo o grupo en el que viven.

Hace unos días el arzobispo de Estrasburgo, fue obligado a dimitir por su talante “irascible, distante y autoritario”. (Religión Digital).

Tenía poder, pero ninguna autoridad…

Jesús no fue hombre de poder ni en el Templo, ni en la ley farisaica, ni perteneció a la élite saducea, ni tuvo poder político alguno. Pero Jesús tenía autoridad, hablaba con autoridad.(Mc 1,21-28)

    El Buen Pastor es querido y seguido por sus ovejas. Los demás son asalariados y salteadores.

    El Buen pastor no deja a nadie “tirado”. El Buen Pastor sale a buscar la oveja perdida

    La autoridad no es una amenaza sino presencia de amor, de bondad, de paz que nos lleva a las verdes praderas del Reino…

    Jesús es el Buen Pastor que nos guía con bondad.

05.- Cristo es la puerta del aprisco, es el paso, la Pascua.

    La Iglesia y el redil

    Es hermosa la imagen de la “puerta, del aprisco-redil”. La puerta es el acceso a la casa, a vivir a cubierto, confiados…

Cristo es la puerta que nos posibilita la entrada a la Pascua, a la vida.

    El redil de Jesús es más amplio que la Iglesia. (El Reino de Dios es más amplio y hermoso que el sistema eclesiástico).

¿Fuera de la Iglesia no hay salvación, o fuera de la salvación no hay Iglesia? En el redil, en el aprisco del Buen Pastor hay muchas, “multitud” de personas que no conocieron la Iglesia.

Yo soy el buen pastor, yo soy la puerta

 

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

El Señor es mi Pastor…

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en El Señor es mi Pastor…

C8B16FB4-366F-45CF-B9C8-9183A316F280

 SALMO 23

El Señor es mi Pastor…

Los pastores de mi casa
me enseñaron a sentirLo.
La «chivita» deportada
por la guerra fratricida
me ayudó a reconocerme
vigilado por sus Ojos,
añorado por sus Manos.

Yo sería un pastor
¿bueno?

Tu Palabra me alimenta, cada día,
como un valle.
Me convida tu Misterio, como un monte.
Como un río me penetra,
perdonado,
tu Ternura.

Pirineo y sus pastores,
por las rocas,
en la nieve,

por el Ésera desnudo tierra abajo,
por las noches estrelladas cielo arriba.

Los balidos impotentes me acosaban, siendo niño.
Los balidos de los pobres, degollados, me traspasan.
¿No bastaba con tu sangre, Pascua nuestra?

Si atardece en mis majadas,
Tú serás su paz caliente.
No les faltará tu silbo
cuando rompa el día nuevo.

Los mayores desencantos
puedo atravesar seguro.
¡Tú me llevas como un hombro,
Pastor bueno!

*

Pedro Casaldáliga
Todavía estas palabras, 1994

***

Other-Sheep-logo

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

En aquel tiempo, dijo Jesús:

“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.

Yo y el Padre somos uno.”

*

Juan 10, 27-30

***

Jesús, el buen pastor, dice de sí mismo que conoce a los suyos. Ser conocidos por Jesús significa nuestra bienaventuranza, nuestra comunión con él. Jesús conoce sólo a quienes ama, a aquellos que le pertenecen, a los suyos (2 Tim 2,1 9). Nos conoce en nuestra calidad de perdidos, de pecadores que tienen necesidad de su gracia y la reciben, y, al mismo tiempo, nos conoce como ovejas suyas. En la medida en que nos sabemos conocidos por él y sólo por él, se nos da a conocer, y nosotros lo conocemos como el único al que pertenecemos para la eternidad (Gal 4,9; 1 Cor 8,3).

El buen pastor conoce a sus ovejas, y sólo a ellas, porque le pertenecen. El buen pastor, y sólo él, conoce a sus ovejas porque sólo él sabe quién le pertenece para la eternidad. Conocer a Cristo significa conocer su voluntad sobre nosotros y con nosotros, y llevaría a cabo; significa amar a Dios y a los hermanos (1 Jn 4,7s; 4,20). La bienaventuranza del Padre es reconocer al Hijo como hijo, y la del Hijo es reconocer al Padre como padre. Este recíproco reconocimiento es amor, es comunión. Del mismo modo, la bienaventuranza del Salvador es reconocer al pecador como su propiedad conquistada, y la del pecador es reconocer a Jesús como su Salvador. En virtud de que Jesús está ligado al Padre (y a los suyos) por semejante comunión de amor y de conocimiento recíproco, puede entregar su propia vida por las ovejas y adquirir así el rebaño como propiedad suya para toda la eternidad.

*

Dietrich Bonhoeffer,
Memoria e fedeltá,
Magnano 1979, pp. Ió3s

***

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

“Escuchar y seguir a Jesús”. 4 Pascua – C (Juan 10, 27-30)

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en “Escuchar y seguir a Jesús”. 4 Pascua – C (Juan 10, 27-30)

jesus-buen-pastorEs más frecuente de lo que pensamos. Los creyentes decimos creer en Dios, pero en la práctica vivimos como si no existiera. Este es también el riesgo que tenemos hoy al abordar la crisis religiosa actual y el futuro incierto de la Iglesia: vivir estos momentos de manera «atea».

Ya no sabemos caminar en «el horizonte de Dios». Analizamos nuestras crisis y planificamos el futuro pensando solo en nuestras posibilidades. Se nos olvida que el mundo está en manos de Dios, no en las nuestras. Ignoramos que el «Gran Pastor» que cuida y guía la vida de cada ser humano es Dios.

Vivimos como «huérfanos» que han perdido a su Padre. La crisis nos desborda. Lo que se nos pide nos parece excesivo. Nos resulta difícil perseverar con ánimo en una tarea sin ver el éxito por ninguna parte. Nos sentimos solos, y cada uno se defiende como puede.

Según el relato evangélico, Jesús está en Jerusalén comunicando su mensaje. Es invierno y, para no enfriarse, se pasea por uno de los pórticos del Templo, rodeado de judíos, que lo acosan con sus preguntas. Jesús está hablando de las «ovejas» que escuchan su voz y lo siguen. En un momento determinado dice: «Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre».

Según Jesús, «Dios supera a todos». Que nosotros estemos en crisis no significa que Dios esté en crisis. Que los cristianos perdamos el ánimo no quiere decir que Dios se haya quedado sin fuerzas para salvar. Que nosotros no sepamos dialogar con el hombre de hoy no significa que Dios ya no encuentre caminos para hablar al corazón de cada persona. Que las gentes se marchen de nuestras Iglesias no quiere decir que se le escapen a Dios de sus manos protectoras.

Dios es Dios. Ninguna crisis religiosa y ninguna mediocridad de la Iglesia podrán «arrebatar de sus manos» a esos hijos e hijas a los que ama con amor infinito. Dios no abandona a nadie. Tiene sus caminos para cuidar y guiar a cada uno de sus hijos, y sus caminos no son necesariamente los que nosotros le pretendemos trazar.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Yo doy la vida eterna a mis ovejas”. Domingo 08 de mayo de 2022. 4º Domingo de Pascua

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en “Yo doy la vida eterna a mis ovejas”. Domingo 08 de mayo de 2022. 4º Domingo de Pascua

29-pascuaC4 cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 13, 14. 43-52: Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
Salmo responsorial: 99: Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Apocalipsis 7, 9. 14b-17: El Cordero será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.
Juan 10, 27-30: Yo doy la vida eterna a mis ovejas.

La primera lectura nos presenta hoy a Pablo y Bernabé en todo su apogeo evangelizador, donde se puede comprobar el proceso que va recorriendo la expansión del Evangelio. Por una parte, el espacio físico desde donde se proclama la Buena Nueva es la misma sinagoga judía; el medio es, naturalmente, la misma Escritura antigua, desde donde se proclaman las promesas y se confirman con el anuncio de la muerte y resurrección de Jesús como cumplimiento de ellas. Esto quiere decir que los destinatarios originales son los israelitas; así lo formula Pablo y lo corroboran los demás apóstoles. Hay, ciertamente, acogida del nuevo mensaje por parte de muchos, pero también hay rechazos hasta violentos a la predicación de Pablo y, antes de él, a las Pedro y los demás. El rechazo oficial no se queda sólo en no aceptar el mensaje; incluye también la expulsión de la sinagoga y las amenazas a quienes siendo judíos se hayan convertido al nuevo camino y pretendan asistir por cualquier circunstancia a la sinagoga.

Todo esto nos sirve para hacernos una idea de las dificultades que tuvo que afrontar el anuncio del Evangelio en sus orígenes, y la forma como Pablo, llamado con tanta razón “el apóstol de los gentiles”, va abriendo paso para que el evangelio de Jesús sea anunciado y conocido por todo el mundo, sin importar fronteras, razas ni clases sociales.

Ese es otro de los efectos de la resurrección de Jesús: el conocimiento, por parte de todos los seres humanos, de la Buena Noticia del amor de Dios, que en Jesús ha rescatado a toda la humanidad y la ha puesto bajo el amparo y la guía de un solo Padre de todos, el Padre de Jesús.

En consonancia con ello, la visión apocalíptica que Juan nos describe en la segunda lectura no deja de ser una visión poéticp-simbólico-fantástica. Quiere dar a hacer conocer la nueva idea de Dios que Jesús nos revela en el Nuevo Testamento: su Padre es el Dios Padre de todos los hombres y mujeres, sin excepción alguna. Todos son recibidos en la nueva realidad instaurada por el Cordero, ya que en él han sido superadas todas las fronteras que los humanos fueron construyendo para vivir separados y divididos. Ya no habrá división ni rechazo, porque en Jesucristo todos hemos sido recibidos como hermanos. El Cordero inmolado será el pastor que conducirá hacia fuentes de aguas vivas a todos los elegidos… No cabe duda de que las imágenes poéticas que utiliza el texto nos quedan muy lejos (son de hace casi veinte siglos).

El evangelio nos trae apenas cuatro versículos de uno de los capítulos más elaborados de Juan. Nada de palabras directas de Jesús, ni siquiera de palabras históricas, sino pura teología joánica, en un contexto cultural y filosófico muy determinado. Leerlas, tomarlas, escucharlas en directo, sin filtros, como si fueran palabras de nuestro mismo contexto, y dichas por Jesús mismo… sería un error.

En definitiva, la homilía de este domingo podría orientarse por alguna de estas tres opciones:

a) Los pastores en la Iglesia. En ésta, como en toda comunidad humana, siempre ha habido un rol de dirigencia y/o de organización; todos los que ejercen algún “ministerio” (servicio) o alguna autoridad son de alguna manera “pastores” de los demás. Esa labor “pastoral”, lógicamente, ha de tomar ejemplo de las características del “buen pastor” Jesús: que no se sirve de las ovejas, sino que da la vida por ellas. Bastará glosar todas estas características.

Este tema puede prolongarse –si es oportuno para el auditorio- en el tema de los ministerios en la Iglesia: su estado actual, la posibilidad de cambiar, la necesidad de encontrar nuevas formas, la crisis de algunas formas actuales, etc.

b) Las vocaciones al ministerio pastoral. Se ha escogido este domingo en muchos países para la celebración de la “Jornada mundial de oración por las vocaciones”, lo cual es muy bueno, con tal de que no se dé la impresión de que “las vocaciones” son sólo las sacerdotales o a la vida religiosa, y se aclare que «todos tenemos vocación», y que «todas las vocaciones son importantes», también la laical (y mucho), y que «para cada uno, la mejor vocación es la suya». Lo pastoral, por lo demás, no debe ser identificado como sacerdotal: todos estamos llamados a ser “pastores” de otros: en la familia, en el vecindario, en la comunidad humana… todos podemos asumir responsabilidad sobre nuestros hermanos, especialmente los más débiles, o los que está solos o necesitados, todos podemos/debemos ser pastores unos de otros.

c) Jesús, “el” buen pastor y el pastor universal. De hecho, en el evangelio de Juan el tema no es la bondad del pastor Jesús, sino su autenticidad, frente a otros “pastores” o mediadores divinos, que serían falsos… Algo así como el tema de la “unicidad” de Jesús como salvador. ¿Jesús es el “pastor único de nuestras almas”? ¿”No hay otro nombre” en el que podamos ser salvos? (Hch 4,12). Es el tema del pluralismo religioso, y la relectura del cristianismo entero que esa nueva visión teológica exige. No es un tema para cualquier auditorio, pero sí es un tema que debería estar presente en la cabeza de todo el que hable al pueblo sobre «el» buen Pastor Jesús, aunque no vaya a tocar el tema explícitamente. El amor y el entusiasmo espiritual no justifican el decir muchas cosas que no son tan ciertas, que ya no debemos seguir diciendo. Donde se pueda, será bueno abrir la visión de nuestros hermanos y hermanas respecto a la presencia y la acción salvadora de Dios, más allá de una interpretación estrecha y chauvinista del “un solo rebaño y un solo pastor”. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Dom 8.5.22: Yo y el Padre somos “uno/una” (Jn 10, 27-30). ¿Una Grande; una, Santa, Católica?

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en Dom 8.5.22: Yo y el Padre somos “uno/una” (Jn 10, 27-30). ¿Una Grande; una, Santa, Católica?

Trinidad-RubliovSobre el tipo de “unidad” de Jesús y el Padre (del hombre con Dios, de un hombre con otros, de una nación o estado, de la humanidad entera) venimos discutiendo desde antiguo. Será bueno reflexionar una vez más sobre ella. Yo y el Padre somos uno/una. Pero ¿qué tipo de unidad?

Hay un modelo de unidad de “fascio” (haz o paquete guerrero),conjunto de varas que, siendo frágiles en sí, se atan y unen, formando un conjunto fuerte,  perdiendo su individualidad (su identidad, su voz propia), al integrarse en un conjunto que parece superior (pero que esinferior)?

¿Es esa la unidad de Jesús y el Padre, la unidad del Capital que es Uno, la de la Hoz y el Martillo, la de una Iglesia que se define como una-santra-católica-apostólica? Puede seguir leyendo quien quiera situars quiza mejor ante el tema que aquí aparece, ante todo, como un tema religioso. Buen domingo de pascua a todos.

Evangelio:

En aquel tiempo, dijo Jesús: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.” (Jn 10, 27-30).

Hay un modelo de unidad de comunión y comunicación, que se va creando por diálogo, a través del regalo libre y generoso de cada persona, que comparte su vida en diálogo con otros. Ésta es la unidad de Jesús que no se impone sobre otros formando un fascio (hacha) de imperio, sino porque comparte con cada uno la vida, en regalo de amor.

Una semblanza

Ésta es la unidad del don y la acogida personal, de la palabra compartida, del gozo de que el otro sea diferente, para así comunicarnos unos y otros en libertad de amor, encontrando cada uno su vida y plenitud en los demás. En esa línea dice el evangelio:

(a) Yo y mi Padre somos Uno, porque él me ha dado lo que soy, viviendo en mí, para que yo dé a mi vez mi propia vida, para que seamos Uno.

(b) Yo y mi “hermano” (prójimo) somos uno, porque yo quiero que él sea, y el quiere que yosea, siendo distintos (cada vez más distintos y libres) al comunicarnos y compartir la vida.  Esta palabra del evangelio tiene connotaciones políticas.

Dos imagenes ambiguas

Puede haber una unidad política  (una-grande-libre) que se ha aplicado en muchos paises (incluso en España, con sentido religioso).

Esta es la unidad clásicas de los austrias  con el lema AEIOU (Austriae est imperare orbi universo: El destino de Austria es gobernar el universo)

Hay un tipo de Rusia que dice “Ucrania y yo somos Uno; por eso yo puedo y debo conquistarla”… Pero la unidad de comunión no se conquista con las armas, sino con el don y regalo de la vida compartida. La verdadera unidad y libertad no se consigue por la fuerza, sino por el don y regalo de la vida.

Pero la unidad de Jesús que “yo y el Padre” somos uno… no se puede alcanzar  de esa manera,   por negación de los otros (de los diferentes). La grandeza no eleva  negando la grandeza de otros….

Hay capital que puede decir: El Capital y Dios es lo mismo… Ha podido haber un tipo de iglesia que se identifica con un dios que no es Dios, porque no es comunión.   La unidad de la Iglesia (una santa…) es sinodal de comunión y diálogo, como he puesto de relieve en una postal anterior dedicada a la “sinodalidad” cristiana, como está diciendo el Papa Francisco.

La iglesia una, santa, católica y apostólica… Pero es una siendo comunión en libertad de personas libres; es santa encarnándose en la historia de los hombres;  es católica siendo universal y es apostólica porque está fundada en los apóstoles o enviados de Jesús.

PUNTO DE PARTIDA ISRAELITA, LA UNIDAD DE DIOS. Escucha Israel, Yahvé tu Dios es Uno, amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón…” (Dt 6, 6).

‒ Confesión: Yahvé, tu Dios es Uno. Frente a la multiplicidad de dioses y poderes del mundo, Yahvé es la unidad absoluta, en él se condensa todo lo que es, en línea de monoteísmo. Yahvé Dios es uno y único, no hay a su lado ningún otro poder, ningún otro principio de realidad.

‒ Mandamiento: Amarás a Yahvé tu Dios. Dios es uno en amor mutuo, no en imposición, y en él  nos unimos todos..Por eso, este Dios que es Uno dice a los israelitas (a los hombres) que le amen; no que le obedezcan, ni que se inclinen ante él, sino que le amen. Eso significa que la unidad de Dios es unidad para el amor, unidad de dos: de Dios y de aquellos que le aman, por gracia y no por imposición.

 FORMULACIÓN CRISTIANA. Yo y el Padre somos Uno (Jn 10, 30)… Que todos sean Uno como Nosotros somos Uno (Jn 17, 20-23).

– La unidad del evangelio es comunión, no identificación; es deseo de que el otro sea diferente (independiente), para que así podamos compartir mejor la vida.

  • Ser Uno no es estar aislado, en contra de todos, sino vivir en comunión con todos. La unidad (el ser) es comunicación, de forma que no hay unidad ni hay realidad si no existe donación, regalo de vida de uno al otro. Ésta es la experiencia suprema, la unidad en forma de comunión.
  • Cada uno es Uno con los demás dando lo que tiene y recibiendo lo que le ofrecen… La unificación es comunión, formando así unidad en presencia, conocimiento y comunión, es decir, en vida compartida. Por eso, quien quiera ser Uno a solas, encerrado en sí, deja de serlo. Quien quiera ser Uno imponiendo a los otros su unidad se destruye a sí mismo y destruye a los otros.

UNIDAD DIVINA Y HUMANA

Ésta es la palabra clave de Jesús:  Yo y Dios somos “uno” en unidad y comunión de amor; Yo y el prójimo somos “uno” en comunicación (en diálogo, escucha y respuesta) de amor, de forma que nos hagamos diferentes para que podamos compartir en comunión la vida, en forma de palabra.

            Dios no es Uno cerrándose en sí, sino dando su ser-vida a todos. Por eso es el mayor, no porque tiene más, sino porque da más, da todos a los demás para que sean. No es superior teniendo más cosas… sino dando más, dándose del todo.No es superior para ser más grande,, sino para hacerse inferior, encarnarse, y compartir la vida con todos.

Por eso, yo también puedo decir: “Yo y el Padre somos Uno”. Soy uno con el Padre si doy a los demás (como el Padre) todo lo que soy y lo que tengo.  estoy diciendo que nosotros los hombres y mujeres, hijos de Dios, somos Uno en el

SUPERAR EL RIESGO ARRIANO

El arrianismo ha sido y sigue siendo la mayor (casi la única) herejía cristiana. Este es la herejía de imponer un “dios” por encima de los hombres, un Dios superior, un Dios que manda y domina. Ésta es la herejía del Dios “superior” y de los hombres inferiores o súbditos… Esta es la herejía de un tipo poder, estado o sistema… por encima de los individuos, es la herejía del sometimiento, de la unidad que se consigue por guerra y conquista, por imperio, no por comunidad de vida. En esa línea se ha situado y se sitúa el arrianismo:

  – Conforme un presupuesto jerárquico de imposición, el arrianismo concibe la realidad de forma escalonada, como un despliegue poderes que va pasando de lo más perfecto (el Dios transcendente) a lo menos perfecto (el mundo inferior); en el intermedio entre el Dios inaccesible y este bajo mundo se halla el Logos. Los humanos estamos en el mundo inferior, lejos de Dios, y necesitamos que alguien (Cristo, Logos de Dios) nos lo revele. Lógicamente, ese Cristo intermedio es más que humano, pero menos que divino.

– Conforme a ese presupuesto religioso de tipo jerárquico, los arrianos confiesan que Jesús ha sido un individuo sumiso y obediente a Dios. Esta es su grandeza, el ejemplo que ha podido ofrecernos. Resulta osadía llamarle divino, es soberbia hacerle igual a Dios. Jesús no ha sido soberbio ni osado, sino humilde servidor del misterio. Por eso le vemos bajo Dios, como ministro de su amor, intermediario que sufre por nosotros y obedece al gran misterio.

−El arrianismo es una forma lógica y piadosa (pero en el fondo anticristiana) de entender el evangelio: Dios seguiría estando siempre alejado, Jesús sería un súbdito de Dios…, ejemplo de obediencia para los humanos. Pues bien, en contra de eso, la iglesia ha defendido que la experiencia cristiana no es de sumisión del inferior a los superiores, sino de amor mutuo entre iguales.

– Los arrianos eran más piadosos, los cristianos “ortodoxos” han querido ser fieles al amor: Dios es misterio de comunión que se ha hecho totalmente presente sobre el mundo. Por eso, creer en la Trinidad implica comprometerse en favor de la igualdad y comunión universal sobre la tierra. Creer en la Trinidad significa decir “Dios y yo somos uno”, “Dios y mis hermanos somos uno”.

Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Las ovejas, el pastor y los ladrones. Domingo 4º de Pascua. Ciclo C

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en Las ovejas, el pastor y los ladrones. Domingo 4º de Pascua. Ciclo C

vidriera-vocaciones-buen-pastorDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El evangelio del 4º domingo de Pascua se dedica, en los tres ciclos, a recordar a Jesús como buen pastor. Aunque hoy día mucha gente solo ha visto un rebaño en televisión, la imagen sigue siendo muy expresiva. Pero el capítulo 10 del cuarto evangelio es tan largo (42 versículos) que la liturgia ha seleccionado unos pocos para cada ciclo. Al C le ha tocado un fragmento tan breve que no se entiende bien si no se conoce lo anterior.

Un debate largo y complicado (el c.10 de san Juan)

            La parábola del buen pastor y el debate siguiente no tienen nada de románticos. A Jesús estuvieron a punto de costarle la vida y tuvo que huir al otro lado del Jordán.

            Comienza contando una extraña parábola a propósito de ladrones y bandidos que intentan robar el rebaño sin entrar por la puerta, saltando la tapia. El pastor entra por la puerta, conoce a las ovejas por su nombre y ellas lo siguen confiadas, mientras que de los ladrones no se fían. Cuando termina de contarla, los presentes “no entendieron de qué les hablaba”.

Jesús, en vez de aclarar las cosas, las complica. Al principio dice que él es la puerta del redil; luego, que es el buen pastor; y lo importante no es que conduce al rebaño a buenos pastos, sino que da la vida por las ovejas, porque tiene el poder de darla y de recuperarla. Y en medio introduce nuevos personajes: su Padre, “que me conoce y al que yo conozco”, y otras ovejas que no son de este redil.

La conclusión a la que llegan muchos de los oyentes no extraña demasiado: “Está loco de remate. ¿Por qué lo escucháis?” (literalmente: “tiene un demonio y delira”). El autor del cuarto evangelio disfruta irritando al lector y casi poniéndolo en contra de Jesús.

El debate no termina aquí. Continúa en invierno, en la fiesta de la Dedicación del templo, mientras Jesús pasea por el pórtico de Salomón. Las autoridades judías (este es el sentido frecuente de “los judíos” en el cuarto evangelio) lo rodean y le piden que diga claramente si es el Mesías. Jesús responde que ya se lo ha dicho y que no creen en él. Y continúa ofreciendo el ejemplo tan distinto de sus ovejas, que es el texto de este domingo.

Las ovejas, el pastor, los ladrones y el padre del pastor (Juan 10,27-30)

En aquel tiempo, dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.  Yo y el Padre somos uno.

Las ovejas. El pasaje no comienza hablando del pastor, como sería lógico, sino de “mis ovejas”, las que escuchan la voz de Jesús y lo siguen, a diferencia de las autoridades judías, que no creen en él. La escucha y el seguimiento convierten a las ovejas en propiedad de Jesús, son mías. El cristiano no puede considerarse dueño de sí mismo. Como decía Pablo: “Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor. En la vida y en la muerte somos del Señor”.

Una lectura precipitada del capítulo puede producir la impresión de que hay personas predestinadas por Dios a seguir a Jesús y otras predestinadas a negarlo. Pero esta contraposición hay que entenderla a partir de lo dicho en el prólogo del evangelio: “Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron; pero a quienes lo recibieron les concedió convertirse en hijos de Dios”. La aceptación y el seguimiento de Jesús no excluyen la libertad humana.

El pastor. En la parábola inicial el pastor llega al rebaño, le abren la puerta y saca a las ovejas. ¿A dónde las lleva? No se dice. Recordando el salmo 22 (“El Señor es mi pastor”), podríamos completar: “en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas”. Pero Jesús introduce un cambio capital: las lleva a “la vida eterna”. Algo que se realiza no solo después de la muerte, sino ya en este mundo. La fe en Jesús da una dimensión nueva a la existencia de quien cree en él.

Los ladrones. La parábola comienza hablando de ellos. Aquí no se los menciona expresamente, pero son los que intentan arrebatar a las ovejas de las manos de Jesús. En el contexto del evangelio serían los fariseos y demás autoridades que se oponen a que la gente lo siga. En la iglesia de finales del siglo I serían los “cristianos” que niegan que Jesús sea el Mesías y el hijo de Dios (a los que se denuncia en la 1ª carta de Juan). En cualquier caso, no tendrán éxito, no podrán “arrebatarlas de mi mano”. El salmo 22, hablando desde la perspectiva de la oveja, dice algo parecido: “Aunque atraviese cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo”. 

El Padre. Estas frases finales son las más desconcertantes. ¿Por qué introduce Jesús la figura del Padre? A primera vista, más que ayudar, estorban y confunden al lector. La clave podría estar de nuevo en el salmo 22 y en Ezequiel 34, donde el pastor es Dios. ¿Tiene derecho Jesús a presentarse como pastor? ¿No está usurpando el puesto de Dios? Jesús, al arrogarse el título y la función, deja claro que no elimina al Padre. “Yo y el Padre somos uno”. La reacción del auditorio es más dura en este caso: “cogieron piedras para apedrearlo”. De aquí nace un debate sobre su presunta blasfemia y Jesús terminará huyendo al otro lado del Jordán (esto no se lee en la liturgia).

¿Qué nos dice este breve pasaje hoy día?

1) Lo esencial del cristiano es creer en Jesús y seguirlo. Algo que no es absurdo recordar, porque mucha gente piensa que lo importante es practicar una serie de normas y cumplir con determinados ritos. Todo eso tiene que basarse en una relación personal con Jesús.

2) Confianza en él. En otros momentos del capítulo se subraya su bondad, que culmina en dar la vida. Aquí la fuerza recae en que él no permitirá que nadie arrebate a las ovejas de su mano. Lo cual no significa que nos veamos libres de dificultades, como han dejado claro las dos primeras lecturas de este domingo.

3) Conocimiento de Jesús. Como en tantos otros pasajes del evangelio, se indica su estrecha relación con el Padre, hasta llegar casi a la identificación. Más adelante, en el discurso de la cena, dirá Jesús a Felipe: “El que me ha visto ha visto al Padre”. Algo que sigue resultando escandaloso a muchos cristianos, como lo fue para muchos judíos de su época.

Insultos y expulsión (Hechos de los apóstoles 13,14. 43-52).

            La liturgia ha omitido los versículos 15-42, provocando algo absurdo. Al final del v.14 se dice Pablo y Bernabé “tomaron asiento”; e inmediatamente se añade que “muchos judíos y prosélitos se fueron con ellos”. Entonces, ¿para qué toman asiento?

            Si no hubieran mutilado el texto habría quedado claro que se sientan para tomar parte en la liturgia del sábado. Al cabo de un rato, les invitan a hablar, y Pablo hace un resumen muy rápido de la historia de Israel para terminar hablando de Jesús. Ahora se comprende que, al terminar la ceremonia, muchos judíos y prosélitos se fueran con los apóstoles. Pero, al cabo de una semana, cuando vuelven a la sinagoga, la situación será muy distinta. Los judíos responden a Pablo y Bernabé con insultos. Más tarde los expulsan del territorio. Dentro de lo que cabe, tuvieron suerte. Más adelante apedrearán a Pablo hasta darlo por muerto.

            En la dinámica del libro de los Hechos este episodio es fundamental porque abre una nueva etapa de predicación del evangelio a los paganos. Sin embargo, la palabras “sabed que nos dedicamos a los gentiles” no debemos interpretarlas como un corte radical de Pablo con el judaísmo. Siempre que llegue a una ciudad, lo primero que hará es acudir a la sinagoga y anunciar a Jesús a los judíos.

En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios.

            El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:

            – Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra”.

            Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Martirio y victoria (Apocalipsis 7,9.14b-17)

            Cuando el cristianismo comenzó a difundirse por el imperio, encontró pronto la oposición de las autoridades romanas y de la gente sencilla. Veían a los cristianos como gente impía, que daba culto a un solo dios en vez de a muchos, inmoral, enemiga del emperador, al que no querían reconocer como Señor, etc. El punto final en bastantes casos fue la muerte, como ocurrió a Pedro, Pablo y a los otros durante la persecución de Nerón (lo que cuenta el historiador romano Tácito impresiona por la crueldad con que se los asesinó). Sin embargo, la lectura del Apocalipsis no se centra en sus sufrimientos sino en su victoria.

            Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: 

            – Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

IV Domingo de Pascua. 08 mayo, 2022

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en IV Domingo de Pascua. 08 mayo, 2022

DAF28252-3F83-4B04-99E7-B436BA9579E9

.

“Yo y el Padre somos uno.”

(Jn 10, 27-30)

Oímos a Jesús continuamente repetir: “El Padre está en mí y yo en el Padre” (Jn 10, 38). “Yo estoy en el Padre y el Padre en mí” (Jn 14, 11).

Nos está llamando a participar en la experiencia de ser Uno con el Padre. En el yo de Jesús estamos todos. Jesús al encarnarse participa de nuestra naturaleza humana, y nos enseña que lo divino se ha manifestado en lo humano y que en lo humano se reconoce lo divino.

En Jesús no cabe el individualismo. Es el Hijo, segunda persona de la Santísima Trinidad. Jesús, con su muerte, nos abre el camino de la totalidad. Nuestra forma humana es la individuación, nuestro proceso para ser uno con Jesús y el Padre, es vaciarnos de nosotras. A medida que crecemos y caminamos hacia el hondón, hacia ese centro que somos, nos encontramos con quien nos habita y descubrimos la pluralidad como manera de ser y vivir.

Nosotras, personas cuyo ejemplo es la Trinidad, estamos llamadas a vivir en la comunión, desalojando todo ego y abriendo espacios y tiempos para los demás. Pluralidad, diversidad en la totalidad. Jesús y el Padre son uno, porque el Padre se vacía en el Hijo y el Hijo, en el Padre.

“Que todos sean uno como, como Tú Padre estás en mí y yo en Ti, que también ellos en nosotros sean uno” (Jn 17, 21.22.23)

No solo nos habla de comunión entre los humanos, que seamos uno, sino que seamos uno como ellos. Nos envía a beber a la fuente, a Dios, donde él bebe continuamente. Nos habla de participar del ser mismo de Dios.

Oración

Unifica nuestro ser disperso,
para que podamos ser Uno en Ti y con toda la humanidad,
para que las diferencias nos unan
y Tú lo seas Todo en Todos.”

*

Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

No se trata de seguir o imitar sino de hacer nuestra la Vida.

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en No se trata de seguir o imitar sino de hacer nuestra la Vida.

1A02B5DF-87F6-4BE7-AE07-186DA73023EE

DOMINGO  4º  DE PASCUA  (C)

Jn 10,27-30

Terminadas las apariciones, seguimos con textos pascuales que nos hablan de Vida definitiva, que es la clave del tiempo pascual. Al hablar de Vida eterna proponiendo una vida para más allá. Los evangelios nos hablan de una Vida que hay que vivir aquí y ahora. Es increíble el poco caso que hacemos al evangelio cuando no está de acuerdo con nuestras expectativas. En el evangelio de Jn está muy claro: “Hay que nacer de nuevo”.

Para poder entender el texto hoy, hay que tener en cuenta todo el discurso que sigue a la curación del ciego: Jesús como puerta, Jesús como pastor. El pastor modelo da la Vida a las ovejas. Dar la Vida no significa dejarse matar, sino matarse por los demás. En griego hay tres palabras para decir vida: “Zoê” significa la vida transcendente inmutable, “Bios” la vida biológica concreta y “psykhê” significa la personalidad psicológica. Aquí dice psykhê. No se trata de dar la vida biológica muriendo, sino a entregarse a los demás como persona.

En el evangelio de Juan no habla Jesús sino la comunidad, que expresa lo que pensaban sobre Jesús. No concibo a Jesús creyéndose pastor de nadie. Jesús llega a su plenitud por las relaciones con los demás. Pero unas verdaderas relaciones humanas solo son posibles entre iguales. Porque nunca se creyó más que nadie, sino al servicio de todos, se presenta ante nosotros como modelo de humanidad. Relación entrañable, de tal manera que se preocupa por todos como un pastor auténtico se preocupa por cada una de las ovejas.

Después de decir que ellos no son ovejas suyas, describe con todo detalle qué significa ser de los suyos, les está acusando de no querer seguirle, comprometiéndose con él al servicio del hombre. No se trata solo de oír a Jesús, se trata de escucharle. La mayoría de las veces oímos y aceptamos solamente lo que está de acuerdo con nuestros intereses. Escucharle significa acercarse sin prejuicios y aceptar lo que nos dice, aunque suponga cambiar nuestras conviccio­nes. Seguirle es estar dispuesto a darse a los demás como él.

“Y ellas me siguen”. No basta escuchar, hay que vivir. El mensaje de Jesús consiste en una nueva manera de afrontar la existencia humana, una manera de vivir más de acuerdo con las exigencias del ser humano. Esa será la manera de cumplir lo que Dios espera de nosotros. La voluntad de Dios está ya en lo más profundo de mí. Jesús no nos pide ser borregos sino ser personas adultas y responsables de sí mismos y de los demás.

Y yo les doy Vida definitiva. Se trata de la misma Vida que Jesús ha recibido de Dios. La consecuencia primera de seguirle es alcanzar esa Vida del Espíritu. Esto es lo importante para nosotros. Lo que pasó en Jesús tiene que pasar en mí. Éste es el meollo del misterio pascual. Como modelo de pastor, defiende a los suyos con todo su ser, no pasarán a manos de ladrones y bandidos. Ponerse en las manos de Jesús equivale a estar en las manos del Padre. “No hay quien se libre de mi mano; lo que yo hago, ¿quién lo deshará?” (Is 43,13)

Yo y el Padre somos lo Uno. Es la frase que mejor refleja la conciencia que la comunidad  tenía de Jesús. Hoy sabemos que los discursos del evangelio de Juan no son originales de Jesús, por lo tanto no tiene sentido pensar que esa frase exprese su conciencia de ser Dios. Para nosotros, tiene más importancia si caemos en la cuenta de que fue la experiencia de la comunidad de Juan la que llegó a la conclusión de que Jesús estaba identificado con Dios.

La Vulgata no dice somos unus sino unum (neutro). Esto es más importante de lo que parece. Nos está lanzando más allá de todo lenguaje. Jesús dice que él y el Padre (el Origen) no se distinguen en nada, pero tampoco se distingue de su origen, ninguna otra criatura. Lo que Jesús dijo, lo puede decir cualquiera que tenga conciencia de lo que es. No se puede ir más allá. El lenguaje humano  no da más de sí. Lo único que cabe es el silencio.

El Maestro Eckhart llegó a decir que Dios se aniquila para identificarse con nosotros y que el hombre tiene que anonadarse para ser uno con Dios. Buscamos la unión con Dios pero sin dejar de ser nosotros. No puede funcionar. La simplicidad de las matemáticas nos puede ayudar. 1 + 1 siempre serán 2. Pero 1 x 1 = 1. Si el resultado de 1 x 1 lo vuelvo a multiplicar por 1, seguirá resultando 1. La unidad con Dios nos hace uno con Él y con todos.

Una de las pocas palabras que podemos asegurar que pronunció Jesús, es “abba. Pero el concepto de padre que nosotros usamos no es suficiente para expresar lo que Dios es para Jesús y para cada uno de nosotros. Los padres biológicos nos han trasmitido la vida, pero esa vida sigue sus propios derroteros. En el caso de la Vida, que Dios nos comunica, se trata de su única Vida, que se convierte en nuestra propia Vida sin dejar de ser la de Dios.

El ser humano Jesús había llegado a una experiencia de unidad total con Dios. Ya no había ninguna diferencia entre lo que era él y lo que era Dios en él, porque de él, de su falso yo, no quedaba nada. Para dar sentido a una adhesión a su persona, se muestra él totalmente volcado sobre el Padre. Relacionarnos con Jesús es relacionarnos con Dios. Esta es la razón por la que, el Jesús que predicó el Reino de Dios se convirtió en objeto de predicación.

Si nos empeñamos en aferrarnos a la imagen de Dios como ente separado que está en alguna parte fuera del mundo, será imposible entender la unidad entre Jesús y Dios. Ya sé que es la idea de Dios que arrastramos desde el Paleolítico, pero es hora de aceptar que ha sido un ídolo que tenemos que abandonar. Jesús es UNO, no con otro ser, que tiene una identidad distinta a la suya, sino con el fundamento absoluto de su ser y del de todos los seres.

Jesús, viviendo para los demás, está identificándose con lo que es Dios. Así manifiesta la verdadera Vida, que es la misma de Dios. Esa Vida es la que comunicará a los demás. Dios se la está comunicando a él y nos la está comunicando a todos. Jesús es así manifestación de Dios y modelo de Hombre. Donde hay amor hasta el límite, hay Vida sin límite. Para quien ama como Jesús amó, no hay muerte. Por eso la entrega de la vida es espontánea.

Si Jesús promete la Vida al que le escuche, quiere decir que les ofrece la misma Vida que él ha recibido del Padre. La vida que el padre da al hijo es la misma del padre. Por eso se puede hablar de una identificación absoluta con el Padre. Recordemos las palabras de Juan en el discurso del pan de vida: “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre, del mismo modo el que me come vivirá por mí. Son realidades que nos desbordan.

Me habéis oído comentar decenas de veces la frase de Schillebeeckx: “Si pudiera quitar de mí lo que hay de mí, quedaría Dios; si pudiera quitar de mí lo que hay de Dios, quedaría nada”. Hoy puedo decir: si quitara de mí lo que hay de Dios, quedaría nada y si pudiera quitar de mí lo que hay de mí, quedaría nada. Con el ejemplo matemático se entiende muy bien: 1×0=0. Ni yo puedo existir sin Dios ni Dios puede existir sin mí (Eckhart).

Meditación

Se trata de participar aquí y ahora de la misma Vida de Dios.
Desde la vida biológica, en la que me encuentro,
debo acceder a la Vida Divina, que también está en mí.
A esa VIDA no le afecta la muerte,
por eso, cuando la vida biológica termina, aquella continúa.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Jesús, visibilidad de Dios.

Domingo, 8 de mayo de 2022
Comentarios desactivados en Jesús, visibilidad de Dios.

catedral-del-buen-pastor

Jn 10, 27-30

«Yo y el Padre somos uno»

La reiteración de Juan en proclamar la identidad entre Jesús y el Padre, acabó por imponer en la Iglesia una cristología descendente muy distinta a la primera cristología formulada en Hechos. De la expresión más primitiva usada por Pedro para enunciar la divinidad de Jesús: «Dios estaba con él», pasamos a esta otra mucho más elaborada proclamada por Juan: «El verdadero Dios se hizo hombre para salvarnos».

Estos dos enunciados tan distintos reflejan la evolución histórica que experimentó la forma de entender la naturaleza divina de Jesús, pero es posible que Juan quisiera  enviarnos también un mensaje mucho más importante para nosotros: “Conocemos a Dios en Jesús”… El propio Juan, en el capítulo 14 de su evangelio, expresa esta idea de una forma mucho más asequible para nosotros: «Quien me ha visto a mí ha visto al Padre»

Podemos admirar a Jesús como lo han hecho infinidad de personajes no cristianos —como Hegel, Nietzsche, Gandhi…—. Podemos aceptarlo como maestro de sabiduría, al estilo de Sócrates, Séneca, Confucio o Buda. Podemos quedar fascinados por su personalidad, su valentía y su independencia de juicio como quedaron los que le siguieron, y finalmente podemos creer “en él”, es decir, creer que sus hechos y sus dichos son reflejo de Dios…

Juan es capaz de hacer formidables síntesis de la fe de los testigos, y sería una gran necedad no reconocer la importancia de su evangelio. No obstante, resulta difícil sentirse cómodo con el Jesús que nos presenta, pues esa imagen de hombre que lo sabe todo, que recorre Judea y Galilea prodigando discursos teológicos para sabios en lugar de contar parábolas para gente sencilla, que no se conmueve, que no está sometido a tentación y no se aterra ante la inminencia de la muerte en cruz, dista mucho del hombre verdadero en el que creemos.

Creemos en el Jesús que se siente necesitado del bautismo de Juan, que hace teología contando parábolas, que antepone la persona a la Ley, que se conmueve ante el sufrimiento y se indigna ante la injusticia, que toca leprosos y come con pecadores, que responde con aplomo a los ataques de los santos de Israel…

Que desplanta a los notables de Jericó por atender al jefe de los publicanos y a un mendigo ciego, que expulsa a los mercaderes del Templo, que no se arruga ante los constantes embates de los poderosos de Jerusalén, que se juega la vida y la pierde por salvar a una adúltera desconocida, que organiza una cena para despedirse de sus amigos porque sabe que lo van a matar, que lava los pies, que no se escabulle, que se angustia en Getsemaní y perdona a quienes le crucifican en el Calvario…

A Juan le debemos la fe en “Jesús visibilidad de Dios”, pero quizás esta fe resulte más reconfortante mirando al hombre verdadero y fascinante que nos presentan los sinópticos.

Miguel Ángel Munárriz Casajús

Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Recordatorio

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Yo, por supuesto, a petición de los autores, eliminaré el contenido en cuestión inmediatamente o añadiré un enlace. Este sitio es gratuito y no genera ingresos.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un lugar de entretenimiento. La información puede contener errores e imprecisiones.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.