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En Chile, la pandemia metió en el closet a muchas personas LGBT+

Sábado, 19 de diciembre de 2020
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750x336xsalir-del-closet-coming-out-e1417514202872.jpg.pagespeed.ic.Lvy0A2Gp3WPor Erika Montecinos*

Hay muchos desafíos para las comunidades LGBTIQ+ cuando se desatan emergencias y, sobre todo, en una crisis de salud pública como la que hemos vivenciado este 2020. Con esta columna quiero exponer mi perspectiva como mujer lesbiana y coordinadora de la Agrupación LésBIca Rompiendo El Silencio, en lo que han sido las crisis sociales y económicas que se han desatado en Chile, donde nuevamente las más invisibilizadas son las comunidades LGBTIQ+.

Hoy la pandemia nos obliga al encierro, las precauciones, las medidas, a no confiar en quienes tienes cerca y, si bien, para algunes puede ser una oportunidad para parar un poco ante la vorágine de la vida diaria de consumismo que llevábamos, para otres el encierro se convierte en un calvario. Le pasa a las mujeres cisgénero que obligadamente conviven con un agresor y deben asumir dobles, hasta triples tareas con el teletrabajo y les hijes de los cuales hacerse cargo.

Las recientes encuestas revelan lo que todes sabemos: un porcentaje muy bajo de esos maridos ayuda en las labores de la casa a su compañera en pandemia. Asimismo, las parejas del mismo sexo también cargan con problemáticas de violencia proveniente de los roles impuestos y cuya invisibilidad en este contexto les juega más en contra.

Pero también existe la realidad poco difundida de les jóvenes lesbianas, bisexuales, gays y trans que deben convivir o volver con su familias en pandemia. En este contexto, se ha denunciado aumento de violencia en el entorno, en que se suman algunos familiares que les agreden por su forma de sentir, vestir o expresarse. La familia que debería ser tu refugio en tiempos de crisis, se convierten para LGBTIQ+ en sus principales verdugos. Así, por ejemplo, se comienzan a conocer casos como el de una joven lesbiana amenazada de violación correctiva por su padrastro o de un joven gay cuya tía y primas con las cuales convive, se burlan de su expresión de género. Realidades que no se consideran en las políticas públicas o si se hacen, se realizan desde el total desconocimiento de las realidades propias de comunidades marginadas.

Frente a este abandono, el contexto actual se ha transformado en el regreso a un closet obligatorio y asfixiante. Las comunidades LGBTIQ+ necesitan contención y apoyo. El Estado de Chile aún no da cabida plena a las personas LGBTIQ+, las invisibiliza, no las muestra o, peor aún, cuesta mucho que impulse cambios legales para mejorar sus condiciones de vida. Al menos en Chile, el Senado ha tomado cartas en el asunto y ha promovido la instalación de una mesa en que se abordan estos temas en conjunto con la sociedad civil. En dicha mesa se construyó una agenda de género y diversidad sexual en contexto COVID, de la cual, pese a las buenas intenciones de la senadora Adriana Muñoz, no ha visto aún su impacto en el gobierno con alguna política pública. ¡Es más! La subsecretaria de derechos humanos no tenía idea de la existencia de esta agenda. Insólito.

Entonces, es necesario tener una mirada más amplia de aquellas políticas que se llevan a cabo. Países como Argentina han incorporado en sus servicios esa mirada; es decir, visibilizan y entienden que la disidencia sexual debe ser considerada con sus propias problemáticas y especificidades. Como Agrupación exigimos que las medidas propuestas tengan una mirada interseccional, eso quiere decir que se incluyan en las experiencias y realidades de las mujeres, la clase, la raza, la orientación sexual, la identidad y la expresión de género, porque todas ellas son diferentes y diversas manifestaciones de violencia que no están visibilizadas ni nombradas. Es momento de abrir #ElOtroCloset, conversar, visibilizar y tomar cartas en el asunto.

*Coordinadora Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio

Fuente Agencia Presentes

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Las personas LGTBI tienden a volver al armario a partir de los 50 años

Jueves, 19 de diciembre de 2019
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mayores_lgtbUn estudio elaborado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) revela que las personas LGTBI tienen una tendencia a volver al armario partir de los 50 años en distintos ámbitos de su vida.

La investigación analiza las respuestas de una muestra de 145 personas LGTBI mayores de 55 años, de las cuales, entre los 31 y los 50 años, el 50% fue totalmente visible en su entorno social más próximo (familia y amigos) y el 39% en el ámbito laboral y en relación a su participación social. Sin embargo, solo el 24% de estas mismas personas continuó siendo visible a partir de los 50 años en su ámbito familiar y en el laboral, el 30% lo siguió siendo entre amigos y el 28% en los aspectos relativos a su participación social.

Además, según el informe, esta invisibilización se traslada también al ámbito socio-sanitario puesto que el 45% de las personas entrevistadas no revela a los miembros de los servicios socio-sanitarios su condición de persona LGTBI por causas como el miedo al rechazo y la vergüenza y sólo el 4% utiliza algún recurso social destinado a personas mayores.

Asimismo, casi el 70% (67%) de la muestra considera que tiene mayores dificultades como persona mayor por el hecho de ser LGTBI. En este sentido, más de la mitad (52%) considera que la mayor dificultad es la falta de adecuación a la realidad LGTBI de los servicios de atención a las personas mayores, el 38% señala la soledad, el aislamiento y la falta de apoyo familiar y el 28% las discriminaciones LGTBIfobicas por parte del personal socio-sanitario. Además, el 22% de las personas encuestadas indica que lo que más les afecta actualmente es la discriminación sufrida a lo largo de su vida debido a su orientación sexual o identidad de género.

Por otra parte, el estudio revela que el 28% de las personas encuestadas no encuentra apoyo en nadie cuando lo necesita y que el 12% de estas personas necesitan apoyo en su vida de manera habitual. Igualmente, aunque el 85% afirma tener a alguien que le quiere y le valora, el 11% de las personas aseguró no contar con nadie que le haga sentirse así.

Asimismo, según la investigación, los síntomas de la depresión y/o ansiedad afectan al 30% de las personas LGTBI mayores de 55 años y a un 32% de las mayores de 65. Estos datos, triplican los datos de población general con estos grupos de edad que señalan que la depresión y/o la ansiedad afecta a un 10%.

El coordinador del año temático “Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!”, Loren González, explica que “la discriminación múltiple que sufren las personas mayores LGTBI se refleja en cuestiones fundamentales como el menor acceso a los recursos económicos, la falta de atención y cuidados a algunos aspectos de su salud y menor acceso a los recursos socio-sanitarios y de cuidado. Invisibilizadas a lo largo de su vida, se enfrentan a nuevos armarios y a violencias y discriminaciones sociales e institucionales ante la falta de políticas públicas que recojan la diversidad como parte fundamental en la provisión de recursos para nuestra población mayor”, denuncia.

Por este motivo, FELGTB exige que se desarrollen recursos formativos y de sensibilización en materia LGTBI para el personal socio-sanitario, que se incluyan las especificidades de la población mayor LGTBI en los protocolos y procedimientos en los que se regule la atención de las personas mayores, que se creen espacios propios como centros residenciales para personas LGTBI y que se visibilice la diversidad LGTBI en la oferta de recursos de atención a la tercera edad para que las personas mayores LGTBI perciban estos servicios como “espacios seguros” donde poder visibilizarse sin sufrir discriminación.

Radiografía de las personas mayores LGTBI. ¿Quiénes son nuestros mayores? 

Según la muestra del estudio, existe un predominio de hombres cisexuales (no trans) gais (60%), situación directamente relacionada con la invisibilidad de las mujeres lesbianas y bisexuales.

En relación a los datos globales que aporta el INE (2017), en España, el 24% de la población mayor de 65 años vive sola, frente al 52% de las personas LGTBI mayores de 65 años. Además, el 41% tanto de la población general, como de la población LGTBI de esta franja de edad vive con su pareja, pero solo el 4% de las personas LGTBI lo hacen con sus descendientes, frente al 34% de la población general.

Por otra parte, un 43% de las personas participantes aseguró tener unos ingresos brutos mensuales superiores a los 1.500 euros, un 30% ingresos entre los 1.001 y los 1.500 euros, un 12% entre 600 y 1.000 euros y un 15% de las personas encuestadas tiene unos ingresos menores de 600 euros, lo que supone que están en riesgo de pobreza severa.

El informe revela también que existen diferencias entre las mujeres y los hombres LGTBI, ya que el 65% de ellas aseguró ingresar mensualmente entre 601 y 1.500 euros y el 81% de ellos, entre los 1.000 y los 1.500 euros. Asimismo, cabe destacar que el 72% de las personas que indicaron que sus ingresos eran inferiores a 600 euros eran personas trans.

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Informe_mayoresLGTBI.pdf Informe_mayoresLGTBI.pdf (1,74 MB)

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Fuente FELGTB

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“En el armario no dejé de estar cerca de Dios”

Viernes, 23 de noviembre de 2018
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jesus-era-gay-1436216028“No era mérito mío sino del Padre, conservarme la fe pese a tanto miedo”

“Las personas LGBT creyentes nos ponemos ante Jesús sin importarnos las circunstancias ni qué rumorearán”

(Antonio C., Comunidad Ichthys, Cristian@s lgbt+h de Sevilla).- Mi armario, como tantos otros, era un lugar oscuro. Tan oscuro que perdí la vista a fuerza de no ver la luz. Desde muy pequeño estuve tan preocupado por esconderme y aparentar lo que no era que, acostumbrado a las tinieblas, me olvidé de ver. En el armario no hay claridad. No hay ventanas abiertas al sol ni a la esperanza. No hay nadie con quien compartir ni tan siquiera la angustia, ni la soledad, ni el miedo, ni las dudas, ni los sueños.

Pero no dejé de estar cerca de Dios. No era mérito mío sino del Padre, conservarme la fe pese a tantos inconvenientes, tantas dudas, tanto miedo. Es terrible pasar tanto tiempo temiendo, sólo por ser diferente, sentir diferente o amar de otra forma distinta a lo habitual.

El hombre ciego del relato era una persona despreciada, sobre la que cargaban tanto la tradición como la religión, atribuyéndole castigos divinos y abrumándole con prejuicios y recelos. Puede que Bartimeo no fuera capaz de ver a Jesús pero lo ansiaba, deseaba estar cerca de Él. Confiaba tanto en que sólo Jesús podía aliviarle, y su fe era tan fuerte y firme, que no dudó en buscarle hasta que consiguió acercarse lo suficiente. Entonces Jesús escuchó sus gritos suplicándole poder ver.

De alguna manera la historia del hijo de Timeo me conmueve porque su actitud de búsqueda de Dios se asemeja a la de muchas personas LGBT creyentes que conozco y también a mi propia experiencia.

Durante un tiempo fui incapaz de ver a Jesús, porque me sentía abandonado por Él, anhelaba con todas mis fuerzas poder encontrarlo, poder contarle y pedirle lo que para el ciego era su mayor deseo –“Maestro, que recobre la vista”-, pero que yo pronunciaba con otras palabras (aunque las mismas) una y otra vez: “Señor, evítame este dolor, por favor, hazme ‘normal'”.

comunidad-ichthysLa ceguera, pues, no era inconveniente para mantener viva la fe. No recuerdo en mi vida ningún instante en el que realmente la fe se apagara totalmente. Ni siquiera en los momentos de largo desierto poco antes de salir del armario. Tan solo con dieciséis años la ceguera era tan perceptible y dolorosa y tanta la sensación de soledad, que empujé a Dios a un lado e intenté quitarme la vida. Pero cuando regresé, aún sin poder verlo todavía, sabía que estaba ahí cerca.

Gritar insistentemente al borde del camino hasta que por fin Jesús atiende nuestro ruego no es más que depositar toda nuestra confianza y abandonarnos en Él, optar con pleno convencimiento por Él como único Salvador, porque tenemos la seguridad de que es quien da total sentido a nuestra vida.

Y en el minuto en que Jesús pregunta “¿qué quieres que haga por ti?”, el tiempo se para, todo se hace nuevo y la vida se transforma.

La fe de Bartimeo es tan inquebrantable, tan sólida, que no duda en ponerse al pie del sendero y gritar tan fuerte como puede para que el Señor se fije en Él. Ahí olvida que es un marginado, hace caso omiso a las murmuraciones, ni siquiera tiene capacidad para saber con certeza si Jesús está cerca o lejos, si hay mucha gente que lo tape o no. Solo espera y confía.

Igualmente las personas LGBT creyentes somos como este ciego: nos ponemos ante Jesús sin importarnos las circunstancias, ni qué dirán o rumorearán. Esperamos y confiamos en el Señorporque es el único que puede hacernos ver en plenitud. Nuestra fe es fuerte porque ha superado muchos obstáculos, y eso la hace ser un don apreciado e irrenunciable.

cristian-s-lgbt-h-de-sevillaY, una vez libres de la ceguera, lo que hoy por hoy Jesús nos pide es que seamos personas misericordiosas, justas, valientes, dispuestas a perdonar, a dar incluso antes de recibir.

No somos víctimas ni pedimos cuentas. Tan solo somos el ciego del camino, que ha recobrado la luz.

Comentario al Evangelio desde fuera del armario
Domingo XXX del tiempo ordinario, 28 de octubre de 2018
Marcos 10, 46-52

Fuente Religión Digital

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‘Gen Silent’: Cuando la edad te devuelve a la indigna soledad del armario

Lunes, 16 de noviembre de 2015
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32524_gen-silent-documental-logoEl pasado lunes el canal por cable LGTB LOGO estrenó ‘Gen Silent‘, un documental estadounidense dirigido por Sdtu Maddux que se adentra en la vida de seis personas LGTB de edad avanzada para concienciar a la sociedad sobre la importancia de planes específicos para el envejecimiento digno del colectivo.

En la última década el movimiento LGTB ha dado un grandísimo salto cualitativo en la mayoría de países occidentales en cuanto al reconocimiento de sus derechos civiles, un avance que nos va introduciendo paulatinamente en la normalización de nuestra imagen pública dentro del tejido social.

No obstante, estos significativos hitos que como comunidad se han conseguido ha dejado atrás a parte del colectivo, que fueron primigenios y activos defensores de nuestra naturaleza y cultura que al entrar en la edad madura se hacen invisibles a ojos de las instituciones, los medios de comunicación -y sus generaciones ulteriores-.

Por eso es del todo normal que cada vez surjan iniciativas para promocionar el envejecimiento digno de las personas LGTB como pueden ser el centro de día para personas mayores LGTB del céntrico barrio madrileño de Lavapiés o el documental que hoy os acercamos.

Orgullo de supervivencia

32525_gen-silent-documental-logoRealizado por Sdtu Maddux durante los últimos seis años, ‘Gen Silent’ cuenta la historia de a seis personas mayores homosexuales que viven en Boston, Massachusetts, y que comparten desde los recuerdos de los primeros días del movimiento LGTB estadounidense al brutal impacto de la epidemia de sida durante los ochenta.

Supervivientes de la incomprensión, la homofobia, la precariedad civil y el VIH, sus valientes y substanciales enseñanzas quedan silenciadas por la brecha generacional, algo que les obliga finalmente a recluírse de nuevo en el armario dentro de instituciones que resuelven los detalles relativos a su dependencia pero descuidan la protección de su identidad nuclear.

Con sus lazos familiares deteriorados o rotos por su condición sexual, sin descendencia ni muchos amigos a causa de la eclosión de epidemia del sida, los protagonistas de ‘Gen Silent‘ refejan una incómoda realidad que toca a toda la comunidad LGTB: estamos descuidando nuestro linaje.

Vídeo: Tráiler de ‘Gen Silent

Fuente Chueca.com

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Winston Churchill era gay, según una biografía

Martes, 2 de junio de 2015
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25485239En ‘Closet Queens’, el biógrafo Michael Bloch afirma que el Premier británico era un maestro a la hora de esconder que era gay.
Churchill es presentado como una de las decenas de «reinas del armario».

Abraham Lincoln (casado y con cuatro hijos) era en realidad homosexual.

Churchill, líder, experto en comunicación y, según afirman algunos escritores, homosexual. Juzgar sin pruebas la orientación sexual de los antiguos líderes de la historia parece estar de moda. De hecho, no son pocos los revisionistas que, en los últimos años, han señalado que personajes como Abraham Lincoln (casado y con cuatro hijos) era en realidad homosexual.

Siguiendo esta tendencia, el último líder en ser calificado de gay ha sido el Premier británico y adalid de las tropas aliadas en la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill, de quien también se dice en un libro recientemente publicado que solía mantener relaciones con jóvenes chinos durante sus continuos viajes al extranjero.

El susodicho texto es «Closet Queens», una obra del biógrafo Michael Bloch que, en apenas unas pocas jornadas, ha recibido tanto alabanzas como severas críticas. Una de ellas ha sido la protagonizada por Dominic Sandbrook quien (desde el «Daily Mail») ha señalado la falta de rigor histórico y la ingente cantidad de suposiciones que hay en la parte del libro que se refiere a Churchill. De una opinión parecida es el periódico «The Guardian» donde –tras una lectura previa- han determinado que los datos que avalan la presunta condición del Premier son muy escasos.

Churchill, presunto homosexual y amante de los niños

En palabras del autor, y tal y como ha quedado recogido en los dos diarios anteriormente nombrados, Churchill es presentado como una de las decenas de «reinas del armario» que llenaban la sociedad inglesa en aquella época. Entre las mismas, Bloch recoge también a los políticos británicos Lord Rosebery y el tory Arthur Balfour. A su vez, también señala al navegante Edward Heath. Todos ellos, acompañados por multitud de ministros y diputados poco (y muy) conocidos. Uno de los casos más destacables es la veraz homosexualidad de Jeremy Thorpe, un liberal de los años 70 que fue acusado de contratar a un asesino a sueldo para acabar con Norman Scott, su antiguo amante.

En el caso de Churchill, uno de los más reseñables del texto, el autor cree que era uno de los muchos políticos que corrió enormes riesgos para que sus inclinaciones sexuales se mantuvieran ocultas (algo que lograba gracias a sus dotes como estratega). Sin embargo, también afirma que solía solicitar la compañía de adolescentes chinos cuando viajaba a Hong Kong y que varios de sus compañeros lo sabían. Con todo, al final del capítulo dedicado al estadista británico afirma que no existen pruebas fehacientes de todo lo dicho anteriormente y que, en base a los datos reales, el Premier era «un virtual desconocido de la homosexualidad física».

«Reinas encerradas»

«Closet Queens» es un estudio biográfico de la vida secreta y personal de los políticos hasta 1967 (y por un periodo de 13 años en Escocia y 15 en Irlanda del Norte). Revisa una época de la historia en que la homosexualidad era considerada un delito en Gran Bretaña. Tal era la situación por entonces que hubo que esperar hasta 1984 para que el diputado laborista Chris Smith informara de ello a los medios de comunicación. Desde entonces, la situación se ha normalizado en la región, donde las parejas gays pueden contraer matrimonio y adoptar.

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“Dios sí sale de su armario”, por Carlos Osma

Viernes, 6 de febrero de 2015
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armario-cadaveresDel blog Homoprotestantes:

Es posible que me equivoque pero creo que todo cristiano ha tenido alguna vez la sensación de haber aprehendido algo sobre Dios que hasta ese momento le resultaba totalmente desconocido. Ya se que la afirmación es algo osada, pero hay veces que uno tiene la experiencia de que el Dios trascendente se le revela de una forma nueva. Quizás la clave de todo sea una experiencia personal que nos ha permitido madurar para ver con más claridad lo que siempre ha sido evidente. Pero no podemos descartar, los que aún pensamos que Dios está presente en el mundo, que Él viene a nosotros cada día para darse a conocer y ayudarnos a entender que significa realmente ser un ser humano.

No siempre la experiencia previa a esa revelación es fácil, de hecho en multitud de ocasiones uno vive una especie de desierto personal hasta llegar a ella. Tampoco estoy diciendo que nuestro Dios necesite que suframos un poco para comprenderle, pero si tengo que ser sincero, veo que muy pocos creyentes estamos acostumbrados a plantearnos de que estamos hablando cuando utilizamos la palabra Dios, a menos que las circunstancias nos obliguen a ello. Mientras podamos evitar los interrogantes, ¿para qué necesitamos complicarnos la vida haciéndonos preguntas?

Nos produce más tranquilidad un Dios armarizado, enjaulado en nuestras precomprensiones y experiencias anteriores. Un Dios que no haga saltar por los aires la seguridad en la que vivimos. Pero si al final, nuestro Dios irreverente se decide a salir de su confinamiento, trataremos de volver a encerrarlo en otro armario más bonito y más grande donde tenga algo más de espacio para dejarnos tranquilos. Vivir la experiencia de un Dios diverso, queer, nuevo, distinto, es demasiado desestabilizadora para que deseemos mantenerla mucho tiempo.

Sabemos claramente que la salida del armario de Dios en el cristianismo se llama Jesús de Nazaret. En él, Dios rompió los esquemas de la religiosidad basada en las estructuras, en la Ley y en las costumbres, para mostrarnos que lo realmente irrenunciable, lo de verdad esencial, es el respeto al ser humano y a su creación. Dios no quería estar encerrado en aquel Templo de Jerusalén, en aquella cárcel político-religiosa, quería aproximarse a la especificidad de cada ser humano, a cada circunstancia concreta, para convertirse en liberación. Él quiso que en el seguimiento de Jesús, cada persona saliera del armario de las infinitas represiones que la agobiaban, para vivir una vida en libertad y fraternidad.

Es evidente que a ese mismo Jesús, se le ha vuelto a encerrar en lugares respetables. Y desde allí se justifica como deben ser y comportarse quienes han decidido seguirle. Se pretende que los cristianos se conviertan en esclavos del “Reino de Dios” y se olviden de sí mismos, de su manera de sentir, de pensar, de entenderse a ellos y a su entorno, para quedar atrapados en el mismo armario sagrado y decente donde está Dios. De nuevo, lo importante vuelve a ser la estructura, la ley y las costumbres. Y lo último las personas, y las relaciones de amor entre ellas.

Sin embargo, las experiencias que vivimos a menudo nos dicen también que Dios sale constantemente de ese armario, de esa camisa de fuerza, para aproximarse a nuestra realidad. La divinidad no permanece constante, fija, homogénea, no se deja encerrar para siempre, y se hace presente en las relaciones que tenemos con los otros, siempre y cuando no queramos anularles, sino respetarles como imagen de Dios.

Dios parece darnos siempre otra oportunidad para conocerle, quizás lejos de esos lugares donde siempre habíamos pensado que habitaba, y cerca de un mundo cambiante y complejo. Sólo lejos de lo que se espera de Dios, Él viene a traernos una vida nueva, un sentido nuevo para la existencia, una nueva manera de comprender su creación. Sólo lejos de nuestras seguridades, se hace presente de otra manera, sólo fuera de su armario, Dios puede estar con nosotros.

La revelación, no sólo muestra a un Dios diferente al que hasta ese momento habíamos seguido, sino que permite que nos percibamos también nosotros de una manera distinta. Digamos que la revelación, si de verdad tiene lugar, nos transforma irremediablemente. Y cuanto más profunda es esa revelación, más profundo es el cambio que tiene lugar en nosotros. Porque no sólo tenemos una imagen determinada de Dios, sino también de nosotros mismos, y ambas son igual de inestables.

No existen maneras definitivas de entender a Dios, y de entendernos nosotros, sólo hay formas temporales para hacerlo. Toda definición sobre quienes somos, puede ser útil porque nos da estabilidad, identidad, conocimiento sobre quienes somos. Pero al mismo tiempo es peligrosa si la entendemos de manera estática, o la utilizamos contra los demás para alejarnos de ellos. Ninguna revelación de Dios nos aleja del prójimo, y probablemente es imposible que se den fuera de él. Las definiciones, las percepciones, las reflexiones sobre Dios, sobre el ser humano y sobre nosotros mismos siempre deberían quedar abiertas, evitando convertirse en una prisión en la que esta vez nosotros mismos queramos encerrarnos.

Así que tengamos cuidado con todo aquello que nos puede haber liberado, cuidado con convertirlo en un fin en sí mismo, en un punto de llegada. Cuidado con sus defensores, si es que no se han dado cuenta de que más allá de esta liberación nos queda otra, porque no hay ninguna liberación que al ser divinizada, al final no haya puesto a quienes pretendía liberar a su servicio. Hemos sido liberados, pero no de manera definitiva, ni completa. Por eso estamos a la espera de que Dios mismo vuelva a salir de nuestro armario, para hacernos una vez más salir con Él.

Carlos Osma

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“Armario con dos puertas malo es de guardar”, por Ramón Martínez

Miércoles, 24 de diciembre de 2014
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1387552988931237Un artículo muy interesante y certero:

Cuando abordamos el sempiterno tema del armario, la diferenciación entre público y privado, tan básica para el feminismo, resulta ser la cuestión que más difícilmente se traslada a gran parte de las personas no heterosexuales. Quizá sea por eso que, de tarde en tarde, cualquiera de nosotros tenga que enfrentarse a este asunto y tratar, si es posible, de aportar alguna nueva idea a la materia específica de la visibilidad de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.

Esta misma semana hemos conocido dos noticias a este respecto: en primer lugar el número dos del ultraderechista Frente Nacional francés, Florian Philippot, ha sido sorprendido paseando por Viena con un hombre, cogidos de la mano, y tras esa fotografía que publicaba Closer han llovido las críticas a la formación ultraconservadora, tan beligerante con la inmigración y tan relativamente tolerante, de cara a la galería, con la homosexualidad –recordemos que su oposición al matrimonio igualitario en Francia se apoyaba en la descafeinada reivindicación de una ley de uniones civiles, gran medida para aplazar un debate y centrarse en generar otros odios antes de venir a por nosotros–; acusada de acoger en su seno al famoso e inexistente lobby gay, que para una mente irracional apoyada en el fanatismo heterosexual debe ser, sin duda alguna, el causante de gran parte de los males que padece el mundo. Ya se sabe que en ocasiones hay que inventar la paja en el ojo ajeno para disimular tantas vigas en los propios. Pero, por otra parte, por fin nos es posible felicitar a Sandra Barneda, nuestra querida persona, que aprovechando una entrevista a Patricia Yurena, la primera Miss España visiblemente lesbiana, declaró que su pareja es una mujer. Olvidó decirnos la palabra mágica, lesbiana o bisexual, pero, aunque las etiquetas con que acostumbramos definirnos estén cada vez más cuestionadas por el discurso académico, en muchas ocasiones se agradece que se visibilicen, sobre todo si eres una mujer adolescente que aún no sabe cómo llamarse frente a un mundo en el que no acaba de encajar y cuyo único referente puede estar en la televisión. Muchas gracias, Sandra: progresas adecuadamente.

Dos formas de salir del armario, una a la fuerza, el consabido outing, que veremos si cuesta votos al Frente Nacional –así lo quieran los dioses, que a quien veladamente nos odia jamás hay que desearle triunfo alguno–; y otra por voluntad propia, que nos hacen plantearnos de nuevo la eterna pregunta: ¿la orientación sexual es una cuestión privada o pública?

Lo habitual y lo necesario es, como siempre debe ser, recurrir al feminismo, donde encontraremos la celebérrima frase de Kate Millet, “lo personal es político”, que tanto ha ayudado a que, poco a poco, miles de mujeres se atrevan a denunciar una situación supuestamente privada pero necesariamente pública que podría costarles la vida y que, de hecho, se la cuesta. No olvidemos a las 74 mujeres víctimas de la violencia de género de las que hemos tenido noticia este 2014 que se acerca a su final. Pero, para nuestro tema específico, suele gustarme recordar a Denneny, que afirmaba con mucha razón cómo “ser gay es un aspecto más elemental de lo que soy que mi profesión, mi clase o mi raza” (1981: 165), y llegaba a realizar una distinción básica, en lo terminológico y en lo filosófico, defendiendo que “homosexual y gay no son la misma cosa; gay es cuando decides que sea importante” (1981: 166). Así nacía nuestro movimiento hiperidentitario, pero parece que años después una parte constitutiva de nuestra identidad como es nuestro propio amor, el sexo hacia el que nos empuja nuestro deseo, se ha convertido en una cuestión de menor importancia. ¿Cuántas veces hemos escuchado las ya clásicas expresiones “yo no tengo por qué hablar de mi vida privada”, “que yo sea lesbiana no es algo que tenga que ir pregonando”, “si soy gay es un tema que nos importa sólo a mí y a mi pareja”…?

A nadie extrañará que afirme que la consecución de ciertos derechos sociales por parte de las personas no heterosexuales ha provocado, además de una relativa igualdad legal, la despolitización de todo un movimiento porque, como dice otra frase habitual, “ya está todo conseguido“. Pero yo no dejo de preguntarme cómo es posible, si no nos queda nada por hacer, que las agresiones a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales se produzcan diariamente y, de un tiempo a esta parte, con tanta fiereza que haya sido necesario que, en Madrid, Carla Antonelli le pregunte al gobierno regional, dominado por un Partido Popular aficionado al pinkwashingque consiste básicamente en acariciarte una mejilla mientras te abofetea la otra, muy cristiano todo–, qué medidas va a tomar para afrontar los continuos ataques a personas no heterosexuales, sin que Carmen Pérez Anchuela, la Directora General de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, sea capaz de exponer ninguna medida, más allá de defender las que ya existen y que, a todas luces, son tan inútiles como cualquier política social diseñada por esta recua de politicastros de derecha más o menos liberal, más o menos extrema.

Si algún incauto considera que ya está todo hecho, que como ya nos podemos casar no hace falta seguir trabajando, quizá sea porque por un lado desconoce que la existencia del matrimonio igualitario nos aporta poco más que el simple hecho de que nuestra pareja pueda legalmente ir a visitarnos al hospital después de una agresión y, por otra parte, ignora que si gran parte de los ataques que soportamos no se denuncian es, precisamente, porque para ello es necesario visibilizarnos como personas no heterosexuales. No en vano Sedgwick señaló hace más de una década que “el armario es la estructura que define la opresión gay en este siglo” (1998: 96), y que es precisamente el elemento que mayor consistencia ha aportado a nuestra identidad, porque a todos y todas nos afecta, incluso a las personas más visibles, que día a día deben enfrentar varias nuevas salidas del armario, si desconocen si su interlocutor conoce o no su sexualidad (Sedgwick, 1998: 92-93). Pero ese armario que es posible defender como un escudo, siempre de eficiencia cuestionable, para casos de extrema necesidad, aunque forme parte de nosotros, constituye una parte que nos es ajena, que se nos impone desde fuera.

La hegemonía heterosexual nos ha impuesto el yugo del armario y ha calado tanto en nuestra estructura social que hemos llegado a defender nuestra vinculación con el arado como una decisión personal, sin ser conscientes de que lo único que podemos decidir es arar las tierras de la heterosexualidad o morir de hambre, porque dejarán de darnos el alimento de relativa libertad que precisamos. Del mismo modo en que una mujer puede llegar a defender su propio burka, hay quienes reivindican el misterioso derecho a vivir ocultos bajo un velo de opresión, amparándose en la privacidad sin darse cuenta de que ese concepto de lo privado forma parte de las costuras del burka, de las correas que nos atan al arado. Porque lo público está diseñado para ser un dominio propio de la masculinidad y la heterosexualidad, y lo privado es la invención del constructor del arado para esconder todo aquello que pueda cuestionar su dominio inapelable de la vida pública.

A veces es posible encontrar un pequeño agujero en nuestro burka, unas horas de libertad para pastar en las praderas del sexo, como ha sabido hacer el líder de ultraderecha francés. El armario tiene una puerta de atrás que nos permite escapar en muy determinados momentos, pero a la vuelta a la oscuridad habrá que esconder bien la trampilla y ser un acérrimo crítico del buey descarriado. Prueba de ello es un estudio de la Universidad de Georgia que revela que los mayores índices de homofobia se encuentran precisamente en aquellas personas que viven clandestinamente su homosexualidad. Pero armario con dos puertas malo es que guardar y en algún momento el ingenio que permite vivir la sexualidad heterodoxa a escondidas será descubierto y, así, no quedará armario donde refugiarse para seguir disfrutando de los infinitos privilegios de la presunción de heterosexualidad.

Nunca se dirá suficientes veces: la visibilidad es una parte fundamental, primordial, para lograr aquello que queremos conseguir: si no nos conocen no podrán entender nuestras necesidades. Y, además, una sola muestra de visibilidad, por pequeña que sea, por sutil que nos parezca –hablar del sexo de nuestra pareja, hablar en primera persona–, cuando llega al receptor adecuado genera exponencialmente nuevas visibilidades. Porque ser visible es convertirse en un referente y, aunque nuestra visibilidad solo alcance a un reducidísimo número de personas, esa microrrevolución debidamente encadenada puede llegar a producir la gran revolución que anhelamos. La revolución que nos convertirá en dueños y dueñas de nuestras propias tierras.

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Fuente Cáscara Amarga

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Histórico: El marino chileno Mauricio Ruiz, asume públicamente su homosexualidad con la venia de la Armada

Viernes, 29 de agosto de 2014
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mauricio_ruiz_2Una excelente noticia que han cubierto los diversos medios de comunicación LGTBI(Ociogay, Cáscara Amarga, AmbienteG) y generalistas (podéis ver los numerosos enlaces al final de la noticia en la web del MOVILH):

Acompañado de su pareja, el primer uniformado en salir del armario hizo historia. “Aceptarme es saber que tengo corazón. Decir que soy homosexual es un beneficio personal y familiar. Lo único que debe importar es nuestro amor y servicio por la patria”, dijo.

El marino Mauricio Ruiz (24 años) hizo hoy historia para los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y para el avance de la no discriminación al interior de las Fuerzas Armadas, al marcar tres hitos de la mayor relevancia.

Hoy, en la sede del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), se convirtió en el primer uniformado de las Fuerzas Armadas en asumir públicamente su orientación sexual, hecho dado en forma pionera en el mundo con la venia de su rama y en la casa de una organización de minorías sexuales.

En la ocasión el marino asistió con su pareja, la misma que fue la encargada de entregarle un reconocimiento del Movilh: la bandera de la diversidad que ondeó a lo alto.

“Al hablar públicamente de mi homosexualidad, estoy diciendo que en las Fuerzas Armadas tenemos heterosexuales, lesbianas y homosexuales y con este paso espero que eso deje de importar, pues mientras no se hable seguirá estando oculto y, por tanto, siendo relevante. Lo único que debe importar es nuestro amor y servicio por la patria. Espero ser un aporte para otros gays, lesbianas y transexuales para que puedan entrar a las Fuerzas Armadas”, dijo.

También “busco que a la fiesta de fin año de los marinos pueda ir con mi pareja, si es que también se autoriza a los heterosexuales a hacerlo”, redondeó Ruiz, quien determinó que sólo hoy hablará con los medios, varios de los cuales transmitieron en vivo y en directo el histórico momento.

mauricio_ruizRespaldado por los activistas del Movilh, por el miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputado, Marcelo Schilling, y por los representantes de las embajadas de Finlandia, Tanja Huttunen y de la Unión Europea, Beatriz González, Soledad Suárez y Ireneusz Momot, al marino añadió que “para mí es muy importante dar este paso, porque estar reprimido es no aceptar lo que soy y eso me hace infeliz.”

“Asumirme frente a mis compañeros y superiores es para mí un beneficio laboral, profesional. Después que me acepté y he sido capaz de decirle a otros que soy homosexual, me ha ido mejor en mis tarea diarias, he tenido mejor rendimiento, he estado más tranquilo e incluso he dormido mejor. Soy más auténtico conmigo y con los demás”.

En relación a su familia, confidenció que “cuando le conté a mi mamá lo que iba a hacer se puso a llorar, Mi papá se rió y me preguntó por qué canal iba a salir. Mi hermano me dijo que me apoyaba y que si alguien me hacía algo, él me iba a defender. Mi hermana me dijo que se sentía orgullosa porque iba ser el primero en hacer esto. Después de todo, mi mamá también terminó apoyándome”

Consultado sobre que pasará mañana en la Armada con quienes no saben de su orientación sexual señaló que “van a tener que definir si me apoyan o no. Me he dado cuenta que muchos uniformados no apoyan a la homosexualidad no porque estén en contra, sino porque el grupo social como conjunto decidió que la homosexualidad es un problema y se decidió alejarla. Espero que eso no pase”.

Sobre su orientación sexual apuntó que “siempre supe que era homosexual, pero lo dudaba por la enseñanza, porque crecí con mis abuelos evangélicos. Tuve una primera pareja homosexual en la Escuela de Grumetes para darme la oportunidad de tener una relación, para saber si mis deseos eran un capricho. Mis primeros pasos fueron intermitentes , pero fui viendo que tenía corazón y podía sentir cosas bonitas. Al final fui muy feliz con mi pareja, me ayudó a conocerme a mi mismo”.

LA HISTORICA SALIDA DEL ARMARIO

Ruiz (24 años) nació en Chillán e ingresó al servicio de la Armada el 2012, tras hacer el Servicio Militar (2008-2009) y cursar estudios en la Escuela de Grumetes y en la Academia Politécnica Naval.

Su primera relación homosexual fue comunicada a la Escuela de Grumetes y su avance hacia la Armada jamás ocultó su orientación sexual. Él decidió, sin embargo, que debía dar un paso para ayudar a superar la discriminación en las FFAA, considerando que su testimonio público podría contribuir a ello.

Dada la asesoría que históricamente el Movilh ha otorgado a uniformados, Ruiz se contactó con la vocera de dicha organización en Valparaíso, Roxana Ortiz y se inició un proceso de sensibilización conjunta con la Armada que se extendió durante varios meses e incluyó diversas reuniones, la más reciente ayer.

14091724797058Mauricio Ruiz (izquierda) y su novio Jorge Velasquez. Claudio Reyes AFP-PH-AML

“Había dos opciones dejar al Alto Mando fuera de este histórico proceso o involucrarlo. Lo lógico para contribuir al cambio cultural y para evitar cualquier hostigamiento o duda de bandos medios sobre la decisión de Mauricio era avanzar junto a la institución y no contra ella. Así, seguimos los conductos regulares obteniendo el permiso para que diera una conferencia de prensa, regla que es aplicada a todos los uniformados, sea cual sea el tema que vayan a abordar”, indicó el Movilh.

“Hoy es un día un histórico, donde un valiente joven al que aplaudimos de pie, se ha ganado un espacio en el corazón de cada persona que valora y lucha por la igualdad. Hoy también somos testigos como la Armada ha venido desde hace tiempo dando una señal contra la homofobia al garantizar la no discriminación a Mauricio, mientras que esta tarde llevó a lo más alto ese proceso al posibilitar que uno de los suyos haga pública su orientación sexual. Estamos emocionados por este avance sin precedentes y muy agradecidos por la confianza depositada en Movilh”, indicó el Movilh.

El organismo  aprovechó además la oportunidad para destacar y valorar una vez más “los esfuerzos del Ministerio de Defensa para para enfrentar la discriminación. El ministro Jorge Burgos y el subsecretario Marcos Robledo han creado una mesa de trabajo con las Fuerza Armadas para abordar este tema, lo que es de enorme relevancia”.

¡A 23 años del años del surgimiento de la diversidad sexual en Chile y a 196 años del nacimiento de la Armada en Chile, dos historias se entrecruzaron este miércoles 27 de agosto a favor de los derechos humanos y de la no discriminación!

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Fuente MOVILH

 

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“Los Invisibles”, de Sébastian Lifshitz.

Jueves, 3 de abril de 2014
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invisibles-lifshitz-gayLos Invisibles es un conmovedor documental del director francés Sébastian Lifshitz, el cual recoge diferentes historias de mujeres y hombres homosexuales de avanzada edad (entre los 70 y 90 años de edad), que dan testimonio sobre las historias personales positivas y negativas que debieron superar a lo largo de su vida siendo homosexuales. Lifshitz representa a sus invisibles como aquellos que tuvieron que asumir su sexualidad en silencio, a escondidas y en el anonimato, pero también en algunos casos abordados por la ignorancia, por desconocer del tema y por no saber cómo adaptarse en desde su orientación sexual a la realidad social.

Las historias de los invisibles de Lifshitz dan un amplio panorama sobre las bondades de la libertad de expresión conseguidas en la actualidad, en contraste con todo lo que han tenido que sufrir los homosexuales durante años para lograr abrir una brecha sobre este tema. El documental de Lifshitz también pone un signo de pregunta sobre esta parte del colectivo LGBT, el cual una gran parte de la misma comunidad ignora y no reivindica, un grupo que se ha vuelto también invisible y olvidado y que no debería serlo. Los invisibles es sin lugar a dudas un documental histórico que merece ser visionado por todo homosexual.

 

 Sébastien Lifshitz (París,1968) es un reconocido guionista y director de cine francés.

 Fuente: Espiritu Gay

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