Sí, hacía su trabajo correctamente, hacía viajes, daba conferencias, participaba en comisiones,....hasta que un día se hundió.Se sentó en en banquito de la calle camino de casa y se preguntó:
¿Quién soy yo?
Lo dijo sin darse cuenta, en voz alta. El Abad que estaba sentado en aquel banco contemplando el ajetreo de la gente, sonriendo le dijo:
-Es Vd. lo que es en su interior.
El hombre lo miró sorprendido, pero al ver aquella sonrisa simpática, se acercó y le explico su vida. Era un hombre de acción. En todo momento buscaba hacer algo. Todo lo valoraba por su eficacia. Todos buscaban su ayuda. Pero ahora se sentía vacío, como aquellas pilas del anuncio, que duran y duran y duran, se le hubiesen agotado. Había hecho muchas cosas, pero no sabía quien era.
El Abad Ferran lo miró con simpatía y le dijo:
-Supongo que has vivido siempre hacia fuera. Pensabas que eras lo que hacías y no has pensado ni un momento en mirar en tu interior. Los psicólogos nos han hablado del Ser y el Tener, pero también deberían hablarnos del Ser y el Hacer. Ni somos lo que tenemos, ni somos lo que hacemos.
Lo miró a los ojos y prosiguió:
-¿Sabes lo que hacía aquí sentado? Miraba el ajetreo de la gente, los niños jugando...; pero lo hacía mirando desde el interior. Has de buscar tiempo para mirar las cosas desde el interior. Para mirarte a ti mimo desde el interior. Para preguntarte para que haces cada cosa. Porque lo importante no es hacer cosas, sino POR QUÉ se hacen las cosas.
Le puso la mano sobre el hombro y concluyó:
-Si miras tu interior, descubrirás una Presencia, su presencia y, entonces, todo cobrara un sentido en tu vida.
YOEL: Desde Valencia caminando hacia la fiesta de las fiestas la Pascua.