"Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan y muchos se levantes.
Será una bandera destinada a descubrir las intenciones de muchos corazones..."
José y María cumplen con las prescripciones judías. Ella debe purificarse y Jesús por ser primogénito debe ser consagrada al Señor. Lo que queda claro, es que la Sagrada Familia era pobre. El sacrifico que ofrecen es el más humilde.
Otra vez es notorio, que quienes reconocen a Jesús son los sencillos. Simeón era un anciano bueno. Él reconoce al niño y la oración pronunciada la repetimos cada día en el oficio de completas. Simeón ve en Jesús la luz que ilumina, al salvador de las naciones. Ya puede morir en paz. Pero Simeón también ve que Jesús será signo de contradicción, bandera discutida. Mientras unos lo amaran, otros buscaran su muerte.
YOEL,c.g. Valencia