Loughborough, England.
Domingo, 27 de noviembre de 2016
Llegó un día en el que dejé de esconderme. Ya no volví a cambiar los pronombres personales, y el "ella" se convirtió en "él". "Novia" se hizo "novio". Las excusas cayeron ahogadas entre barro y ceniza del pasado, y un nuevo presente llenó mi corazón de libertad.
Ya nadie era más poderoso que yo. Nadie podría juzgarme, ni condenarme, ni burlarse, porque lo que había sido motivo de prejuicio y burla, se convirtió en mi mayor orgullo. Decidí no volver a callar, fingir, mentir. Fui sincero conmigo mismo. Caminé con la cabeza erguida y el corazón libre y fuerte.
El día que decidí ser visible, nací por segunda vez.
Hoy, hace ya varios años, soy libre. Soy totalmente libre y solo la verdad habla en mis labios. Libre como cristiano. Libre como gay. Libre como hombre que vence el miedo y se sorprende andando ligero de peso, con el corazón repleto de esperanza y amor.
Nunca he sido tan feliz como soy ahora.
Ahora que soy YO.
Hoy hace tres años.
En mi oración,
JULIO.
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