El profeta de Nazaret se emociona ante una viuda a la que devuelve a su hijo sano y salvo. Aquí ni hay una petición previa como en los demás milagros. Jesús no le `pide muestras de Fe a la viuda. La ve necesitada de ayuda. Las viudas en Israel quedaban abocadas a la pobreza, y con más razón esta, que acababa de perder al hijo que puede ayudarla.
Jesús nos enseña que debemos ayudar a los más necesitados sin condición alguna. No hemos de esperar su petición, ni exigirles una conducta determinada. Así como Jesús se emociona ante quien acaba de perderlo todo, nosotros debemos hacer lo mismo.
Ante las puertas de Europa están llamando muchas "viudas", ante las que no hacemos nada. Personas que lo han perdido todo y, en lugar de ayudarlas, las hemos cerrado en campos de concentración.
La gente de su tiempo se sintió admirada ante Jesús por su misericordia. ¿Seguimos nosotros su ejemplo?
YOEL.c.g.