Encontró el Abad Ferran paseando por el claustro del monasterio a un hombre que había sufrido mucho durante toda su vida. Ahora era un hombre lleno de paz y admirado por todo el mundo. Aquel hombre le dijo:
Nadie lo cree, pero se lo debo todo al sufrimiento, por que es él el que me ha hecho madurar. La sociedad actual huye del sufrimiento y por eso es tan inmadura.
Quedó el Abad pensativo durante unos instantes. Luego, mirando a los ojos de aquel hombre le respondió.
- No no es el sufrimiento el que hace madurar al hombre...Es el hombre que ha de dar sentido al sufrimiento....Entonces maduramos. La madre madura sufriendo por el hijo, no por el sufrimiento, por que este tiene un sentido...el de la maternidad. El atleta se sacrifica cada día para conseguir una meta. Eso es lo que hemos de entender; que nunca podremos eliminar totalmente el sufrimiento, pero que siempre le podemos dar un sentido a ese sufrimiento.
Miró a la lejanía y dijo:
- El sufrimiento por él mismo sólo conduce a la desesperación.
benardo YOEL. Valencia