La amistad que Jesús ofreció a Juan no admite celos ni la mirada ambigua, hecha de murmuración y mezquindad. Jesús invita a Pedro a vivir en plenitud su relación plena con Él, sin prejuicios ni sentencias de su relación con Juan.
Jesús garantiza la fecundidad de aquella relación con Juan así como con los otros, que reclama para sí, pero con el deseo de manifestar ese amor y esa amistad suya, como en su libertad ,pues es esta misma libertad la que le llevó a la cruz por todos. Es más, parece decir a Pedro: goza de esta relación entre Juan y yo porque, como todos mis actos, es fecunda y de ésta brota también para ti una carga salvífica todavía más fuerte, reforzada por el don de dos libertades que se unen para el bien de muchos.
A la luz de Juan 13,25 el reclinarse sobre el corazón de Jesús, significa para el discípulo haber vivido y realizado el término de su peregrinación de fe y de amor, que lo ha llevado a ver a Jesús y a permanecer en Él. Este "permanecer" es el término último de la experiencia de fe de Juan: es un acto de fe que viene a ser como experimentar permanentemente una relación personal de amor confiado. Juan ama y se fía de Jesús, tal como Jesús ama y se fía de Juan.. éste cree y permanece en el amor de Jesús, y este amor lo lleva a conocer cada vez más el sentido verdadero del propio ser en el ser profundo del Maestro, que es la Palabra que funda, motiva, madura,completa y perfecciona su persona y tiene sed de Él (2 Tes 3,1).