La Fe de los discípulos era muy diferente antes de la Resurrección, que después. En esa Fe prepascual los discípulos se sienten atraídos por Jesús y llegan a dejarlo todo por seguirle; pero sus motivaciones no son claras. Le admiran por que cura, por que da de comer.... Y luchan entre ellos para conseguir un primer puesto en el Reino. No han llegado a entender, a profundizar en lo que Jesús dice. Esa Fe les lleva al fracaso, a abandonar a Jesús en el momento definitivo de la Cruz.
Durante mi vida he acompañado a gente joven. Esos jóvenes, al igual que los de los movimientos actuales, admiraban profundamente a Jesús, les seducía su persona. Sin embargo, cuando se ha tratado de dar el paso definitivo, de luchar y sufrir los momentos de la Cruz, han abandonado.
Quizá en nuestro mundo hay mucha FE "prepascual". Y la verdadera Fe, la Fe pascual, es aquella que es capaz de resistir en medio de la prueba. La Fe, ciertamente es un don. Pero si preparamos el terreno, ese don lo recibiremos con seguridad. Y ese terreno se prepara con la oración el silencio contemplativo y con un sentido de comunidad más allá de los encuentros multitudinarios de mucha alegría exterior y poca profundidad interior. Ser discipulo es seguir con todas las consecuencias el Amor y la misericordia. Es vivir con plenitud todos los momentos.
bernardo YOEL.cg. Valencia. España